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PASTO Y SILO EN TERRITORIO AGRÍCOLA

EL SILAJE EQUILIBRA TODO

UNA INVERNADA DE COMPRA DE FUERTE BASE PASTORIL EN SUELOS AGRÍCOLAS, QUE ADOPTÓ MECANISMOS PROPIOS DE LOS TAMBEROS PARA POTENCIAR EL ESQUEMA. EL MANEJO DE LA CARGA SE TORNA PREVISIBLE.

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En este esquema los machos afrontan una segunda recría sobre pasturas, las hembras pasan directamente a la terminación a corral.

San Cayetano y Esquina Vieja suman algo más de 360 hectáreas. Ambos campos están muy cerca uno del otro, y ostentan perfiles agrícolas en su gran mayoría con una baja proporción de suelos clase V y VII. Se trata de explotaciones mixtas ubicadas en el partido de General Madariaga, provincia de Buenos Aires, y pertenecen a Roberto Santos, integrante de la Regional Juan Manuel Fangio, de Aapresid. Santos asegura que el silo de maíz revolucionó su planteo ganadero, que quedó conformado como una invernada sobre verdeos (raigrás) y pasturas (alfalfa y festuca), con suplementación a campo con silaje de maíz en todo el ciclo y terminación a corral durante 45-60 días. El sistema involucra la compra de terneros de 180 kg en otoño y de 270 kg todo el año. Los machos salen con 460-480 kilos y las hembras van al mercado con 330-340 kilos.

MUCHO PASTO

Resulta particular la participación de los distintos recursos forrajeros. “Tenemos un 35 % de verdeos, parece una exageración. Es la consecuencia directa del sistema mixto, y de que ya hace un tiempo dejamos de sembrar trigo detrás de girasol y fuimos a un raigrás anual. Notamos que el retorno era superior con la producción de carne en verdeos, que podíamos sembrar inmediatamente detrás de la cosecha de girasol, haciendo una utilización del tiempo más eficiente. Esta alta participación de verdeos no es común en un sistema de invernada. Y hay una presencia menor de las pasturas (23 %), que usamos solamente para volver a la agricultura, como una rotación tradicional antigua”, reconoce Santos. Los raigrases son el eslabón más frágil del sistema, porque son los que están más expuestos a las variaciones anuales y lo que hagan con ellos define la producción que van a tener. Por

llevarse a cabo en lotes agrícolas, este verdeo parte de un piso de producción superior al que tendría en un campo exclusivamente de aptitud ganadera, y es manejado como si fuera un cultivo para grano. El aporte del rastrojo de maíz es virtualmente despreciable, ya que lo pastorean durante un breve lapso para levantar el grano que pueda haber quedado en los residuos de cosecha, de modo que no se convierta en una maleza complicada. Como el raigrás condiciona el sistema, cuentan con una altísima producción de pasto en otoño e invierno.

OTRA HISTORIA

El resto es maíz para silaje (18 %) y maíz para grano (22 %). En el forraje conservado está la clave. Santos solía viajar a Tandil y una de las cosas que despertaba su interés era el uso de silaje por parte de los productores de leche. “¿Por qué no adoptar aspectos de manejo de los tamberos? Empezamos a desarrollar la práctica de hacer silaje de planta entera a partir de 1995, una época en que prácticamente no había equipos que vinieran a picar a esta zona. Esa fue la llave maestra que nos cambió

la visión de los sistemas de invernada tradi-

cionales”, se entusiasma el empresario, quien asegura que entendieron que con el apoyo de esta herramienta podían manejar la carga de manera mucho más previsible. “Hasta entonces usábamos grano de maíz y eventualmente rollo para suplementar en invierno los verdeos, pero ninguno de los dos nos daban los beneficios que reúne el silaje”. Santos asegura que el rollo aportaba fibra, pero de baja calidad. Y el grano, la energía para la digestión de la proteína de estos verdeos, que generalmente están desbalanceados y excedidos en la materia. “Con el silaje encontramos el suplemento ideal para nuestra zona; los maíces tienen aquí un ambiente perfecto para desarrollarse y producen entre 45 y 50 t de materia verde; es decir, 15-16 t materia seca (MS) por ha”. Con una planificación bastante simple, comenzaron a analizar cuánto silaje necesitaban para poder aprovechar al máximo los verdeos y las pasturas, y lo incorporaron de manera permanente. “Es la base de nuestro sistema; tener el

40 % de la comida guardada, representada por el grano y el silaje, más un 23 % de pas-

turas de alfalfa y festuca. Estas son más estables que los verdeos; si bien están sujetas a los cambios climáticos, tienen un sistema radicular que permite sortear con mayor éxito las sequías estacionales que pueden darse, escenario que afecta más a los verdeos”.

Se trata de comenzar el pastoreo del raigrás algo pasado, lo que aumenta su receptividad.

FUNCIONA

En uno de los campos donde no hay puestero ni equipo para dar suplemento, Santos y los suyos han comprobado que entrando más tarde a los raigrases la ganancia de peso se mantenía en 0.8 kg/día, sin recurrir al silaje.

PASO A PASO

La recría 1 implica 150 días con verdeos y su-

plementación (las hembras van luego directamente a terminación a corral). La recría 2

involucra solo a los machos en pasturas de

festuca y alfalfa, que se suplementan con grano de maíz y algo de silaje para empezar a acostumbrarlos a la alimentación que tendrán en el corral.

La recría 1 arroja una ganancia diaria (GD) de

0,80 kg (lo que durante el periodo implica una producción de carne de 120 kg), más los 170 kg de peso inicial del animal de compra, arroja los 290 kg finales. Eso explica por qué la hembra va a corral y el macho se recría en pasturas.

ALGO MÁS TARDE

Santos se concentra en un raigrás tetraploide corto. Los usan porque la rotación indica que tienen que secarlo a más tardar en agosto o principios de septiembre, porque en ese lote vuelve la agricultura. “Considerando un raigrás

sembrado a mediados de marzo, unos 40 días

después se verá algo volcado; algo pasado, dirían algunos, pero ese es el momento en que arranca el primer pastoreo. La idea es entrar a

los raigrases un poco más tarde, con algo más

de MS acumulada, unos 3000 kg; tradicionalmente ingresábamos con 2000 kg MS”. Siempre van pastoreando raigrases algo “pasados”. Eso les permite transcurrir el otoño-invierno con más MS acumulada. No hay un gran desperdicio, no pierde calidad el recurso por pasarse un poquito y sí resigna productividad cuando lo pastorean antes de este estadio. Es un punto de ingreso al pastoreo que hace más eficiente los rebrotes posteriores. “El retorno para la primera vuelta es a los 45-50 días. Vimos que lográbamos una recuperación para el segundo pastoreo que nos permitía tener un buen volumen de materia verde. Aun en los bajos este verdeo produce en buena forma”. Se trata de raigrases sembrados con 30 kg de semilla, fertilizados con 100 kg de PDA en forma diferencial; en el primer lote arrancan con 150 kg y terminan con 100 kg en el último lote. “Es muy difícil distinguir si estamos ante el primer o el segundo pastoreo; es mérito del tiempo de recuperación -destaca Santos-. A los 30 días se vuelve para el tercer pastoreo y una vez más no hay diferencias visuales con los anteriores”.

Claudio Gianni Fuente: Aapresid

Raigrás tetraploide esperando el tercer pastoreo. El manejo hace que llegue con muy buenos volúmenes de materia verde.

Etapa Kg MS Ganancia diaria Kg Duración Días Ganancia Kg

Verdeo Recría I 7,3 0,8 150 120

Pastura Recría II 11,5 1 100 100

Silaje + grano + núcle o Corral 13,55 11,55 45 70

Total 295 290

Ganancias diarias y duración de cada etapa. El silaje sumó beneficios al planteo de base.

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