© Textos: David Acebes Sampedro © Prólogo: Fermín Herrero © Diseño y maquetación: Piediciones © Cubierta: Puri Sánchez Depósito Legal: GU 210-2018 ISBN: 978-84-949255-8-0 Primera edición, octubre 2018 Una décima parte de mí®Todos los derechos reservados PiEdiciones®Todos los derechos registrados Prohibida la reproducción total o parcial de la obra sin permiso del propietario de los derechos. Impreso en España www.piediciones.com www.vocesdevanguardia.com edicion@piediciones.com
El Amor Hueco
Amor, no te llame amor el que no te corresponde, pues que no hay materia adonde imprima forma el favor. Naturaleza, en rigor, conservรณ tantas edades correspondiendo amistades; que no hay animal perfecto si no asiste a su concepto la uniรณn de dos voluntades. Lope de Vega
Amor, no te llame amor quien a ti no te conoce, si despuĂŠs de cada roce justificas el dolor. Y, por eso, tu calor se corrompe con el hielo, a la espera de ese duelo que conlleva decepciĂłn, como fatua delaciĂłn de un presente sin consuelo.
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El que no te corresponde se sabrĂĄ correspondido, cuando sepa que, perdido, pierde mĂĄs de lo que esconde. Si por mucho que uno ronde un camino equivocado, juzgaremos que el pasado es mejor que lo que viene, pues al menos te previene de un error desmesurado.
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Pues que no hay materia adonde se concrete tu pasiĂłn, sopesemos otra opciĂłn que en su cuerpo nos ahonde. Que la vida no responde ante tanto desatino y volver por el camino que dejamos olvidado no redime del pasado, ni tampoco del destino.
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Imprima forma el favor a tus ojos singulares, que por ser particulares disimulan el furor. Y me prendo a su temblor, sin temer a la rutina que de noche nos conmina con su celo repetido y su beso concebido en un tiempo que rechina.
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Naturaleza, en rigor, ennoblece tu quietud, aunque tengas la virtud de valerte del dolor. En tu caso, ÂżcuĂĄnto horror acumulas en tu sombra? Si la muerte no se nombra ante tanta sinrazĂłn, que compensa mi pasiĂłn con aquello que te asombra.
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ConservĂł tantas edades en el punto de partida, que su vida ya no es vida entre tantas nimiedades. Que si sumas necedades a lo largo del camino, dotarĂĄs a tu destino de un futuro despreciable, como el locus inefable de ese cielo que imagino.
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Correspondiendo amistades encontrĂŠ lo que buscaba; un dolor que nunca acaba, un amor sin vanidades. Y que luce cualidades que sin duda no merezco, pues en ellas aborrezco lo que tienen de verdad y esa terca tempestad de un dolor en el que crezco.
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Que no hay animal perfecto que por suerte nos ofenda ni pulsiĂłn que te defienda cuando vives sin afecto. Es la vida un gran trayecto que cursar sin cobardĂa, mendigando compaĂąĂa que nos sirva de provecho y que sacie nuestro pecho con probada bonhomĂa.
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Si no asiste a su concepto la pasiĂłn que nos redime, Âżpara quĂŠ vivir, oh dime, sin amor y sin precepto? Pues supĂłn que ya no acepto el dolor que me provocas y que rompo con las rocas ese mar en el que mueves el ardor que tĂş promueves en mi cuerpo, si me tocas.
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La uniĂłn de dos voluntades en un cuerpo resoluto desafĂa lo absoluto y un vacĂo sin edades. ÂżO es que acaso no te evades cuando rozas el silencio? Por las noches, evidencio una suerte de congoja que nos sacia y que deshoja esta vida que sentencio.
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