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Bibliografía

Bibliografía

Los t em pl os de Mont egr ande y San Isi dr o, i ni c i os de l a c i vi l i zac i ón en Jaén

Después de analizar las piezas arqueológicas que conforman la colección del museo Hermójenes Mejía Solf, el autor quedó convencido que las sociedades prehispánicas que ocuparon estos espacios geográfi cos ubicados entre el límite de la selva baja y selva alta no eran únicamente los pueblos conocidos como los Bracamoros o Yahuarsongos a quienes encontraron los españoles durante su incursión en este territorio amazónico. Defi nitivamente se trata de sociedades mucho más antiguas que alcanzaron altos niveles de desarrollo cultural, construyeron los templos de Montegrande y San Isidro, elaboraron los artefactos de piedra, cerámica y objetos traídos desde las alejadas costas del Pacífi co, además lograron una permanente interacción cultural entre los pueblos de la Amazonía, los Andes y la costa.

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Algunos de los objetos de piedra y cerámica analizados procedían de los montículos arqueológicos de Montegrande y San Isidro. Razón por la que, en los años 2010 y 2012, con el valioso apoyo de la municipalidad provincial de Jaén, el museo Hermójenes Mejía Solf, el Ministerio de Cultura, el Gobierno Regional de Cajamarca y La Asociación Los Andes de Cajamarca-Minera Yanacocha, se realizaron excavaciones arqueológicas en los montículos de Montegrande y San Isidro, ubicados a dos y cuatro kilómetros de la plaza de armas de la ciudad de Jaén.

Las excavaciones arqueológicas en Montegrande permitieron descubrir un conjunto de plataformas superpuestas con muros en forma semicircular, construidos con canto rodado y arcilla, la función que desempeñaron estos recintos arquitectónicos fue de

Templo de Montegrande, Jaén. Donde se aprecia las gradas de acceso en el lado oeste, sepultadas durante el ritual de enterramiento del templo.

Mapa de ubicación de las investigaciones arqueológicas binacionales Ecuador-Perú, desarrolladas en la cuenca de los ríos Zamora-Chinchipe-Marañón, que vienen demostrando el origen milenario común de los pueblos de ambas naciones.

Botella Estribo, con un personaje emergiendo del interior de la valva de concha spondylus. Descubierta por Francisco Valdez en una tumba ubicada al fi nal de la arquitectura en forma de espiral en Palanda-Ecuador.

Señor de los Caracoles. San Isidro, Jaén. Sepultado junto a una capa de caracoles terrestres, huesos de venado y piedras de origen volcánico.

Templo en Forma de Espiral, Montegrande, Jaén. Similar al descubierto en PalandaEcuador, es posible que aquí también, exista la tumba de un personaje. carácter público-religioso. El acceso a la parte superior del templo, ubicado en el lado oeste, fue construido mediante gradas enlucidas con una fi na capa de arcilla de color beige amarillento. En la última fase de ocupación, las gradas aparecen cubiertas por hileras de piedras y arcilla de color beige oscuro, colocada de manera intencional al momento de sepultar el templo antes de su abandono.

En el lado este, la última fase constructiva, pareciera estar vinculada con la ceremonia del evento ritual de enterramiento del templo. La arquitectura en forma de caracol o espiral, constituye el símbolo más antiguo y universal en la historia de la humanidad; signifi ca la unión y la reconexión espiritual e intuitiva del hombre con el universo y con Dios. Para algunas culturas el espiral también está vinculado al inicio de las siembras, a la concepción, al parto y a la prosperidad de una generación sobre la anterior.

La arquitectura en forma de espiral descubierta en Montegrande, parece estar relacionada con la arquitectura en espiral descubierta por Francisco Valdez (2008), en Palanda, Santa Ana-La Florida, en la naciente del río Chinchipe en Ecuador. Aquí las piedras concéntricas cumplen una doble función: por un lado se incorpora a las vallas que sirvieron de contrafuertes en los extremos de la plataforma, y por otro, acentúa el foco de interés sobre un punto fi jo. El eje del espiral es un núcleo sólido de piedras agrupadas, sobre el cual se dispuso la cubeta de una hoguera. En la base de esta hoguera se encontraron varias ofrendas suntuosas que sacralizan el punto central o altar. El conjunto de objetos incluyó un pequeño cuenco de piedra pulida, que cubría un mascarón antropomorfo de piedra verde.

En algunos de los recipientes funerarios recuperados en Palanda, dentro de los cuales destaca una botella escultórica de asa estribo, en la cual se observa que del interior de una valva de concha spondyllus emerge el rostro de un personaje, en el interior de la botella, se encontró huellas de almidón de cacao que constituye la primera evidencia del uso social del Theobroma cacao en el mundo. Anteriormente se creía que el cacao era originario de Mesoamérica (zona entre Guatemala y México) donde habría sido utili-

zado por primera vez por los Olmecas y sus vecinos hacia el 2 000 a.C.3 Sin embargo, la antigüedad de 5 300 años antes del presente, descubierta en la cuenca del Chinchipe es un argumento para sustentar la teoría que manejan varios botánicos sobre el foco de domesticación de por lo menos una variedad de cacao ubicado en la alta Amazonía4.

Las excavaciones arqueológicas en San Isidro, aportaron valiosa información sobre la arquitectura y su carácter público-religioso, las evidencias de pisos arqueológicos superpuestos con abundantes huellas de quemas y ceniza, en el lado sur del montículo, está indicando la antigua práctica ritual de renovación del templo. Onuki (2011), señala que la remodelación del templo forma parte del ritual para el renacimiento de la vida sobre las cenizas. El mundo ha de renovarse después de cierto tiempo, al igual como se reutilizan las chacras quemando los árboles y rociando el material carbonizado sobre ellas.

Pongo de Rentema, unión de los ríos Chinchipe (aguas claras) y Marañón (aguas barrosas). En las faldas del cerro esta el sitio arqueológico de Tomependa, una especie de Chavín de Huántar enclavado en la Amazonía. Al frente, el sitio de Casual, donde el Utcubamba une sus aguas al Marañón.

Montículo Arqueológico. Casual-Bagua. Con dos toboganes para retirar el canto rodado y la tierra, durante las excavaciones.

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