
10 minute read
2. La domesticación de las plantas mesotérmicas
66 | Luis GuillErmo lumbrEras
relativa y absoluta, alcanza su máximo en la fase IV, al momento en que la domesticación está, sin duda alguna, plenamente comprobada, y que el sitio de Telarmachay, lejos de ser un ‘campamento de caza especializada’ como lo han sugerido algunos, es más bien el lugar donde son guardados, cuidados y utilizados animales domésticos... ¿Debemos evocar, como última hipótesis, la guerra, corolario ‘indispensable’ de la acumulación de los recursos y los bienes, de la toma efectiva de posesión de un territorio —los pastos— por un grupo, del aumento demográfico como consecuencia de estas innovaciones? Ninguna de estas fuentes de conflicto potenciales nos parece suficiente para el caso que nos ocupa.
Advertisement
Es una pregunta que vale la pena asociar con los hallazgos de hue sos humanos en la basura y las deficiencias alimentarias que muestran. Nosotros creemos que se trata de antropofagia, asociada a conflictos guerreros provocados por la definición de los derechos de posesión territorial, cuyo valor agregado es el ganado.
Los pastores no estaban acumulando riqueza; pero, como producto de su trabajo y sus cuidados —que seguramente incluyen la construcción rudimentaria de los corrales circulares que están cerca de la cueva—, se desarrollaban animales que, por tanto, “eran suyos” y no estaban a la libre disposición de los demás cazadores, como ocurre con todos los animales de la puna.
Es la propiedad, figura jurídica que simplifica el reconocimiento de los derechos de libre disponibilidad, uso y goce de los bienes considerados “propios”. ¿Puede ser esto causa de conflictos entre cazadores habituados a la caza libre de las presas? Respecto al canibalismo, tema siempre espinoso, parece ser una de las primeras formas —como ocurre en el mundo entero— de resolver el destino de los muertos en las guerras entre sociedades “igualitarias”.
La evidencia de Junín muestra la domesticación de las alpacas. Pudiera ser que la domesticación de las llamas se estuviera produciendo simultáneamente en otros lugares o, quizá, allí mismo. Podemos pensar que el encierro promiscuo de guanacos y vicuñas, para tener camélidos tiernos disponibles, pudo ser la causa de una “selección” artificial de la nueva especie, la alpaca. La reproducción del mismo proceso, en condiciones donde solo había guanacos, pudo dar origen a la llama. Entusiasma la idea de que haya sido un proceso sureño, de la región del Titicaca, pero el testimonio aún no aparece.
los oríGEnEs dE la sociEdad | 67
La sociedad andina logró una de sus intervenciones iniciales sobre la naturaleza viva al crear una especie animal nueva: la alpaca. Por ahora, es esto lo que sabemos. A partir de allí, los animales domésticos se fueron extendiendo por los Andes, pero eso es asunto de otros tiempos. Esto ocurrió en la puna, antes del tercer milenio de nuestra era, durante el optimun climaticum andino, sin hambruna ni crisis de ningún tipo, sin toma de decisiones frente a alternativas opuestas, sin exigir cambios sustantivos en el comportamiento de las gentes, solo como parte de un proceso de intensificación en el consumo de ciertos animales, con las condiciones y antecedencias que permitían llegar a ese punto. Los cambios que anteceden y los que ocurren luego son parte de ese proceso; la gente, en su momento, no tuvo ni siquiera que darse cuenta de ellos. Simplemente eran parte de su vida y sus tareas cotidianas.
2. La domesticación de las plantas mesotérmicas.26
Mientras esto ocurría en la puna, en las cuencas de los ríos cordilleranos y sus valles —con matorrales y algunos árboles—, los cazadores de puntas foliáceas estaban familiarizándose con otro tipo de recursos y condiciones. Thomas Lynch hizo estudios en dos puntos de la sierra de mediana altura: uno en el piedemonte de los Andes ecuatoriales, de páramo húmedo, en Ecuador; y otro en el Callejón de Huaylas, al pie de la puna normal y, más bien, húmeda de la cordillera Blanca.27
En las estribaciones del páramo húmedo, Lynch y Pollock excavaron la cueva Negra de Chobshi que se encuentra en la provincia del Azuay, al norte de la ciudad de Cuenca (a 2,400 msnm). Es un ambiente cordillerano bajo, donde los venados fueron los animales de caza más importantes, aunque la dieta se complementaba con conejos (Sylvilagus sp.), perdices y otros animales menores, con ausencia total de camélidos, pues estos no existían en tal latitud. Allí, identificaron una secuencia que comienza aproximada mente el año 7000 a.C. No fue posible extraer información sobre el proceso de desarrollo de los cazadores, debido sobre todo a las dificultades en el examen de la cueva, fuertemente disturbada. Es una pena, porque existe la presunción que en esta región pudo estar ocurriendo alguna forma de domesticación de plantas.
26. Se trata de plantas asociadas a climas templados. 27. Lynch 1980: Lynch y Pollock 1980. Se llama “foliáceas” a las puntas de proyectil que adoptan formas parecidas a las hojas de laurel o de sauce.
68 | Luis GuillErmo lumbrEras
Tampoco se tiene más información sobre la cueva de Cubilán, en el páramo ecuatoriano, estudiada por Matilde Temme, donde hubo cazadores en esta época. En la vecina península de Santa Elena, en la costa de Guayaquil, hay evidencias de domesticación en la fase llamada “Vegas”, aunque en circunstancias diferentes a las de la sierra. En cambio, en las excavaciones en la cueva del Guitarrero, en el Callejón de Huaylas (a 2,580 metros de altitud), Lynch encontró que, a partir del octavo milenio anterior a nuestra era —es decir, al comienzo del Holoceno—, los cazadores comenzaron a participar de una serie de eventos muy significativos, ligados a la domesticación de cultígenos mesotérmicos. Eso ocurrió durante las cinco fases de su período Guitarrero II (a-e), que ocupan tanto el período climático Jalca, como parte del Yunga. No sabemos bien cómo se correlaciona la secuencia de la cueva con los cambios climáticos, aun cuando es presumible un incremento de las lluvias estacionales a partir del año 6000.28
Los habitantes de Guitarrero eran activos recolectores de plantas, con evidencias de un intenso consumo de tubérculos y rizomas, tales como la oca (Oxalis sp) y quizá el olluco (Ullucus tuberosus); y de leguminosas, como el frijol o poroto (Phaseolus vulgaris) y el pallar (Phaseolus lunatus). Además, la dieta vegetal incluía frutas, como el ají (Capsicum chilense), la lúcuma (Pouteria lucuma), el pacae o guaba (Inga feuillei), varias cucurbitáceas y otras menores. Son evidencias de una recolección local, accesible en el entorno de la cueva.
La naturaleza de la información recuperable en Guitarrero no permite conocer los detalles del proceso; pero es evidente que algunos productos, como el frijol, estaban en proceso de domesticación. Además, tanto los tubérculos encontrados en la cueva, como las frutas señaladas forman parte importante de la posterior actividad agrícola de los Andes; de modo que, aun estando en condición silvestre o siendo solo objeto de recolección, son parte de un proceso que, paulatinamente, irá a formar parte del cuerpo principal de los productos agrícolas andinos.
Nuevamente, no se perciben cambios espectaculares en la vida de los cazadores, quienes seguían viviendo fundamentalmente de la caza de cérvidos y camélidos, con un componente significativo de consumo de conejos (Sylvilagus brasiliensis) y vizcachas (Lagidium peruvianum). Al igual que en la puna y a diferencia de la fase I de Guitarrero, en la cual era
28. Nosotros nos inclinamos a pensar que las fechas del Guitarrero tienen alguna distorsión y que es posible que la fase II sea ligeramente más reciente.
los oríGEnEs dE la sociEdad | 69
dominante la caza de cérvidos, a partir de la fase IIa se nota la preferencia por el consumo de camélidos.29
La caza en los Andes se desenvolvía con diversas estrategias: por acercamiento a las presas, por emboscada (kayku) y por cercamiento (chaku). La primera forma es de trabajo individual, seguramente, la más común y la más adecuada para animales como los venados (Hippocamelus antisensis y Odocoileus virginianus), que tienden a dispersarse o a vagar solitarios por zonas rocosas. Sigilosamente, el cazador se aproxima al animal que está pastando, bebiendo o descansando, y lo ataca.
La emboscada (kayku) requiere un grupo que puede ser de tres o más cazadores, los cuales asustan al animal y lo llevan hasta lugares de difícil movilidad, donde pueden aproximarse y matarlo. También pueden realizarse emboscadas con animales individuales, pero es más beneficioso con manadas, como las que forman los camélidos. Esta modalidad está representada en una escena pintada en las paredes de la cueva de Chalcarraga, en la puna de Huánuco, donde cuatro cazadores se enfrentan —por delante y por detrás— a una manada de nueve camélidos. En esta imagen, algunos de los cazadores tienen sus lanzas o bastones en las manos y espantan a la manada con los brazos abiertos y en movimiento; mientras tanto, dos animales ya han sido penetrados por los proyectiles, en el cuello y en el lomo (este último está cayendo), otro más cae y “todos huyen”.
La cacería por cercamiento30 o rodeo (chaku), que fue una modalidad muy usada en períodos posteriores, consiste en el cercamiento de las manadas por un grupo que va “encerrando” a los animales rodeados, impidiendo que huyan hasta tenerlos lo suficientemente cerca para matarlos con sus lanzas o con golpes de porras o mazos. Esta es una actividad colectiva que requiere normalmente un número crecido de componentes, ya que para hacer el cerco se usan redes u otros artilugios para encerrar a los animales. Parece una forma de caza más reciente.
En el Callejón de Huaylas, en ese mismo tiempo, había lugares donde los cazadores vivían en sitios abiertos, como Quishki Punku, lo que indica la posibilidad de acondicionamientos artificiales de sus campamentos, seguramente, con ayuda de piedras sueltas, ramas de árboles, pieles de
29. Esta es la zona de “frontera” de estas especies: el conejo es de los Andes de páramo y la vizcacha, de puna. 30. Hay documentación gráfica en la cerámica moche, de los primeros siglos de nuestra era, y relatos extensos de los cronistas del s. XVI sobre las cacerías propiciadas por los incas.
70 | Luis GuillErmo lumbrEras
animales y paja. Esto se hacía también en los abrigos o cuevas en la puna, con la habilitación de “biombos” construidos a base de postes clavados en el suelo que, seguramente, sostenían pieles u otros materiales “paraviento”, destinados a la protección del frío o la lluvia.
Los hallazgos de Guitarrero contienen aún más información sobre la vida de los cazadores de aquella época. Aparte de mostrarnos instrumentos de madera y hueso en buen estado de conservación —tales como cuchillos, punzones o ramas secas que usaron para la producción del fuego—, hay restos de cordeles, cestos y tejidos, que nos permiten reconstruir la evolución de estas técnicas, desde sus formas más elementales hasta su formal definición artesanal. Los cordeles eran hechos inicialmente con fibras vegetales, las mismas con las que desarrollaron los primeros tejidos entrelazados (twining). Desconocían el algodón, que se incorporó a sus materias primas mucho más tarde, y no aparece el uso de la lana de los camélidos, lo que descarta la posibilidad que la domesticación de estos animales pudo ser inducida por una demanda de esta fibra.
Los textiles de la cueva del Guitarrero son los más antiguos de los que hay noticia en América. Desde los inicios de la fase II (aproximadamente 7000 a 6000 a.C.), se hacían tejidos entrelazados, tanto sueltos como rígidos, que dieron origen a la textilería propiamente dicha y a la cestería. Si se tiene en cuenta —además— que los tejidos encontrados representan la forma más simple de entrelazado, se puede presumir que corresponden a la etapa de su invención, pues tal como señalaran Adovasio y Moslowski: “los tejidos del complejo II de Guitarrero son generalmente mucho más simples y representan el estadio de desarrollo tecnológico más rudimentario que todos los que han sido encontrados en cualquier otro sitio precerámico”.31 En realidad, las bases para los desarrollos posteriores se encuentran en Guitarrero II, incluyendo primitivos trabajos de anillado (looping) y otras técnicas textiles elementales.
Es interesante advertir que estos tejidos son funcionalmente cestos o bolsos y que, aparentemente, no hubo telas o lienzos que pudieran usarse para vestir. Frederic Engel ha encontrado una situación similar en la costa central del Perú, en donde —aun antes del uso del algodón— se hacían redes y bolsas de fibra vegetal. En la misma época, se usaban pieles de camélido —al parecer de vicuña— para cubrirse el cuerpo o al menos
31. Adovasio y Moslowski 1980: 288 (la traducción al castellano es nuestra).