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II.2.6 Illa Ticci Pachayachachic
1987:75) La relación de la putrefacción, la enfermedad, se aprecia también en las festividades que se realizaban durante el incanato. El mes que festejaban la fertilidad, dedicado a Quilla, realizaban, además, un ritual por el cual se expulsaban los males del pueblo. Además, como ha destacado G.Taylor, una de las manifestaciones de las Pléyades fue llamada Oncoi, “enfermedad”, y estaba relacionada con el periodo de lluvias. Benjamín Orlave afirmaba que los Moches, yungas y agricultores chimú podían saber los cambios climáticos observando las Pléyades, principalmente, porque éstas se presentaban rodeadas de una neblina que pronosticaba irregularidades climáticas (según Ortmann, Dorothea; 2002). 159 Las Pléyades fueron unos marcadores astrales. Los investigadores Gary Urton y Tom Zuidema destacan dos grupos de constelaciones en la astronomía del antiguo Perú. Por un lado las Pléyades y Orión, la llama celestial con su bebé, y la Cruz del Sur. Aquéllas marcan las dos épocas de mayor interés para la comunidad: el tiempo de secas, en el solsticio de junio, y el tiempo de lluvias relacionado con el solsticio de verano, en diciembre (Citado en Lozada Pereira, Blithz; 2003:29) Además, Galindo Trejo entiende que el inicio del año fue señalado por las Pléyades en el mes junio (Galindo Trejo, Jesús; 1994:233)
II.2.6 Illa Ticci Pachayachachic
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Sobre la designación Illa Ticci Pachayachachic tanto la crónica Anónima como Pablo José de Arriaga coincidían en definirle como el Dios creador del universo, a él le pertenece todo lo que existe, además, lo caracterizan como un ser invisible e incorpóreo. En la crónica Anónima hemos hallado, al respecto, la siguiente información: “… también dijeron que el gran Illa Tecce Viracocha tenía criados invisibles, porque al invisible le habían de servir invisibles. Dijeron que estos criados fueron hechos de la nada por la mano del gran Dios Illa
159 Un aspecto importante del ecosistema de la Costa Central fue la neblina y su aprovechamiento para la agricultura. Gracias a las "lomas", fenómeno que consiste en utilizar la humedad producida por la neblina baja que se concentra en los contrafuertes de la cordillera de los Andes. A su vez el sistema permitía, a estas zonas áridas, contar con una densa cobertura vegetal en los meses de junio a septiembre, que es cuando se produce este fenómeno de grandes nieblas.