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III.4 Rasgos generales de los seres que pueblan el hurin pacha

III.4. Rasgos generales de los seres que pueblan el hurin pacha.

En el hurin pacha hemos querido analizar, al igual que para el kay pacha o para el hanan pacha, los posibles seres que opinamos, a través de las fuentes consultadas, podrían haber sido los habitantes del inframundo andino. La metodología que hemos utilizado ha sido, por una parte, catalogar a éstos basándonos en sus hábitos y costumbres y, por otra parte, analizar los seres que pueblan el inframundo teniendo en cuanta la taxonomía que “utilizó” el Ordenador; descrita en los mitos283 . Los principales seres que habitan el hurin pacha fueron el “Señor de la Oscuridad”, de la sombra: Supay. Consideramos que también se pueden hallar, en esta categoría, la divinidad Pachacamac, la Luna, los animales de la noche, los seres acuáticos y los seres en trasformación, en germinación. Existen las entidades femeninas que habitan junto a los cuerpos de agua, como vimos; las warmi puquio. Si bien, realizaremos para el presente capítulo sólo una descripción general. El inframundo se podría haber ideado como un lugar habitado por numerosos seres. Estas percepciones, con el tiempo, han ido simplificándose, y limitando el número de seres del hurin pacha. Como se indicó, en párrafos anteriores, entender que Supay correspondía a la imagen del Diablo es un error que ha permanecido desde la colonia. Supay no fue percibido como un ser malo, sino que poseía un carácter doble, bueno/ malo; aunque fuese una deidad del hurin pacha. En el diccionario de Antonio Ricardo zupay, shapi, se traduce como sombra (De la Torre, Ana; 1994:165). Además, Supay fue un ser que se percibía poseedor de una gran capacidad de transfiguración. En general se puede advertir que las formas del Hurin pacha pueden adquirir el perfil que deseen, éstos son seres que se auto-

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283 Por ejemplo, existen varios textos donde se cita la manera que tenía el Ordenador, varia el nombre según la fuente consultada, para catalogar a los animales. En un texto citado por la investigadora Ana Mª Mariscotti hallamos la siguiente información: “fue tiempo del diluvio. Llovía día y noche. Todos con sus rebaños, se ahogaron, menos un llamero bueno que se salvó...cuando pasó el diluvio, creció...toda la vegetación que alimentaba, cura y da fuerzas al hombre. Pachakamaj, por orden de Inti, empezó a rehacer a las criaturas: hizo levantar a la llamita acariciándola. El espíritu del mal, que vive en el fondo de la tierra, y en las tinieblas del otro lado del lago (Titicaca), quizo imitarlo...Y así supo hacer el Creador a sus hijitos, frente a otros malignos y ridículos, que hacía el espíritu del mal. Y se levantaron el pajarito frente al murciélago. El perro frente al jarrunkka.el conejo frente al ratón. La llama frente al huanac. El condor frente al águila. El zorro frente al zorrino” (Frontaura Argandoña; 1935:101 sigs., en Mariscotti, Ana Mª, 1978: 40).

metamorfosean, se regeneran. El investigador C.Buitrón describió al diablo como un animal con rasgos de perro y tigre, y que proyecta fuego por los ojos. (Buitron C., 1974:20.Citado en Torres, C., William: 2000). Supay posee rebaños de animales no domesticados, es decir, los animales salvajes, ubicados en las montañas, se percibían como las manadas del Señor del Inframundo. Éstos fueron la vicuña, el venado, el sapo y la culebra, entre otros. En común, podríamos decir, que poseen los rasgos de caminar y comer de noche. Poseen hábitos impuestos por las órdenes morales que el Ordenador impuso durante los tiempos primigenios. En la región del Collasuyu, escribía el cronista Santa Cruz Pachacuti, se diferenciaban entre los demonios, los llamados hapiñuñu, y los diablos, llamados, achacalla (Santa Cruz Pachacuti, Juan; 1968:281; González Holguin, Fray Diego; 2007: 385) Gerald Taylor explica que un sinónimo de Supay, en el diccionario de IEP, es haani, que significa respirar, soplar, el investigador cita a Swisshelm que añade que hamani y haani era el aliento visible que salía por la boca en un tiempo frío. Además, considera que Supee es traducido por diablo femenino, y supay en el diccionario de Lira, vocabulario políglota incaico, posee igualmente un carácter femenino (Taylor, Gerald; 2000:12) Se podría especular con la idea, como hemos indicado anteriormente, de que existían entidades femeninas y entidades masculinas relacionadas con el Hurin pacha. Algunas de estas entidades femeninas son, por ejemplo, la madre de los lagos, achikay (Taylor, Gerald; 1980: 47-63), la Pachamama, y las denominadas brujas, Viss cocho, o humapurik, etc. En casi todas las regiones quechua de Potosí; nos indicó durante el trabajo de campo el médico tradicional Alberto Camaqui; las formas que pueblan el cosmos poseen un aspecto femenino y otro masculino. En las comunidades se concibe que esta unión es la que crea la vida, y que sin ambos sexos la vida no se regena. Para éstos, supay es un espíritu masculino del inframundo, cuyo lado femenino es la china supay. Al respecto el médico tradicional nos explicó que: “... en el mundo andino se utilizan siempre que son parejas, hay supay china. Todo son parejas, todo funciona con parejas, hasta las piedritas, siempre existe este género, lo masculino y lo femenino...” (Trabajo de campo. Potosí, Bolivia, 2006). Hemos elegido unas ilustraciones realizadas por los niños del colegio de Tuysuri, Tinquipaya, Potosí, en las cuales se ve

como ellos imaginan el inframundo, lugar donde habita Supay junto a su compañera. Actualmente, como se puede observar, existe la idea de que el inframundo está poblado de seres masculinos y femeninos, posiblemente esta idea es heredera directa de las creencias prehispánicas. Tanto en el texto de Huarochirí, como en la cerámica mochica, por ejemplo, se halla una divinidad que habita las montañas o el interior de la tierra (Ávila, Francisco de; 1975: 30). Ésta es Pachacamac, el Señor de la vida y de la muerte, que habita el inframundo acompañado de serpientes284 . En los textos se distingue, por lo general, que los animales que habitan la región del hurin pacha, los animales salvajes, poseen la capacidad de moverse y trasmitir mensajes al kay pacha. Por esta razón son elegidos por los espíritus difuntos como mediadores. Pablo José de Arriaga observó que “... en aquellos días, poco después de muerto, chispea el fuego o algún búho o lechuza canta sobre la casa del difunto, dicen que tiene hambre o frío...” (Arriaga, Pablo José; 1968:226). Existen animales, como el jaguar o el venado285, que se percibían cargados de mayor potencia que otros. En las crónicas son relacionados, principalmente, con la guerra, el chamanismo y la lluvia.

El investigador N. Wachtel observó que para los chipayas, inmediaciones lagos Titicaca y Poopo, los samiri eran espíritus tutelares de animales, “… pero los samiri de los animales que se cazan, salvajes, constituyen una especie aparte: son acuáticos y pertenecen a una región todavía más baja en el espacio, pues habitan en los remolinos (mika’ya) del lago Coipasa...” (Wachtel, Nathan; 2001:178). En el texto se puede apreciar la relación entre los animales salvajes y el inframundo. Hemos advertido que la fauna usualmente más representada, tanto en el arte como en los textos y mitos, es el jaguar, el cocodrilo, la serpiente, la serpiente bicéfala, las aves nocturnas y los animales que habitan las aguas, para las culturas que se desarrollaron en las zonas de acumulación acuífera, los mares y los pantanos. Esta fauna podría haber sido representada por el artista porque es poseedora de las potencias que la cosmovisión otorga a los

284 Quizás por eso los incas las veneraban, las cuidaban, por temor de enojar a sus dueños, los habitantes del inframundo. 285 La caza del venado está ilustrada en la cerámica desde tiempos prehispánicos.

seres que habitan las zonas inframundanas. La mayoría de los animales que habitan el inframundo, en general, poseen la cualidad de ser los mensajeros comunicadores de éste. Pero esta cualidad, como puede ser el caso del jaguar286, la analizaremos en el capítulo del chamanismo.

En las fuentes coloniales se escribió sobre los espantos o apariciones porque se percibían como formas del paganismo indígena, y sirvieron como apoyo para las campañas de extirpación de idolatría. Se confirmaba de esta manera que el demonio habitaba las tierras conquistadas, y que las brujas y demás seres demoníacos moraban las nuevas posesiones del rey; las cuales se hacía imperante catequizar. Los métodos para divulgar el miedo entre las poblaciones, a través de las numerosas narraciones de brujas chupa sangres, junto a los temores de los andinos, pues habían abandonado, “olvidado” su sistema de creencias, suscitaron escritos y cuentos que se asemejan a las leyendas del Viejo Mundo sobre las brujas. La mixtura de las doctrinas perduró, y los cuentos sobre los condenados son múltiples en nuestros días. Por este motivo muchas de las informaciones que vamos a analizar poseen cierta influencia del pensamiento de la persona que lo redactaba.

286 Un claro ejemplo de iconografía relacionada con seres que nosotros hemos determinado como inframundanos, teniendo en cuenta la información de la que disponemos, es la iconografía de Chavín de Huantar. Durante el Horizonte Antiguo las formas artísticas que se elaboraron, hacia el año 900-300 a.C, han dado nombre al llamado “imperio de la serpiente”, por su constante reiteración, como se puede observar en las ilustraciones, a los rasgos serpentinos, además de los felinoides en toda su iconografía. El preclásico andino se caracterizó por adorar a la serpiente, al jaguar, al cocodrilo, a la fertilidad, etc. Adorar, en última instancia, a una serie de animales con rasgos humanoides. Estas semejanzas que solidificaron una cosmovisión de conceptos abstractos comunes, las podemos adjudicar, entre otras muchas cosas, a la influencia que ejerció el entorno en el desarrollo de las primeras formas de organización. Posiblemente la ínteractuación del hombre con la Naturaleza originó unos conceptos base que se han mostrado de forma muy similar desde periodos antiguos, como se advirtió en el capítulo sobre los antecedentes. El gran interés ideológico que existió hacia el felino se podría haber basado en la percepción del animal como ente divino con atributos sobrenaturales. La ausencia del animal en la costa no evitó que sus cualidades potenciales se vieran necesarias para la maduración de la cosmovisión en las zonas costeras. Quizás, la constante representación del jaguar explica una cosmovisión reflexionada y pensada, que elaboró la ideología preclásica bajo unos parámetros propuestos por su entorno. El trato con las comunidades situadas en las franjas selváticas introdujo, entre otras muchas cosas, la guayaba, la chirimoya, el tomate, achiote, las maderas duras, y el simbolismo totémico de un culto selvático hacia el jaguar y la serpiente, que se incorporó de inmediato a la cosmovisión andina. Así, estos conceptos a través de las imágenes son las primeras muestras del esfuerzo por explicar las fuerzas que componían su panteón divino, y en el presente capítulo son un claro ejemplo de las manifestaciones de la segmentación y clasificación del mundo sobrenatural del hurin pacha.

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