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CAPITULO III: EL HURIN PACHA O EL INFRAMUNDO ANDINO

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III.4.1 Pachacamac

III.4.1 Pachacamac

CAPÍTULO III: EL HURIN PACHA O INFRAMUNDO ANDINO

Si bien es escaso el perfil que hallamos sobre la segmentación del universo andino, el hurin pacha, en especial, es uno de los tres planos verticales que menores investigaciones han estimulado, en cuanto al periodo prehispánico concierne. Por este motivo hemos decidido realizar un capítulo aparte. El hurin pacha hace referencia al plano hallado bajo el kay pacha, pero, es preciso matizar cómo pudo haber sido este plano de una manera concisa, con mayor detenimiento. A través de las fuentes coloniales se han llegado a una serie de afirmaciones que dejan muchas lagunas. Por ejemplo, se entiende que el hurin pacha era el plano interior de la tierra, el que se situaba por debajo del kay pacha. Todas las crónicas, además, lo relacionan con Supay, con el demonio y la oscuridad. Pero, como mostraremos, se advierte mayor complejidad en la composición de este plano de la geometría vertical. Teniendo en cuenta que el inframundo se nos presentaba como un plano “habitable”, comprendimos que para realizar un análisis riguroso del hurin pacha, entre las poblaciones prehispánicas, era necesario entender como sentían y entendían éstos la muerte. Por esta razón decidimos analizar, teniendo en cuenta las limitaciones que posee este estudio, los rasgos que existían sobre la muerte, pero no sólo consultando las fuentes coloniales sino, además, los trabajos de campo actuales. El investigador Federico Kauffman observó que la cosmovisión andina concebía a los difuntos una segunda vida transcurrida de manera análoga a la llevada en el kay pacha, pero, en el inframundo y adaptada al estatus que el individuo había tenido en el plano terreno. Pero, la cuestión es dónde y cómo se imaginaba esta vida. ¿Existían formas análogas al plano terrestre, es decir, montañas, tierras, llanuras, valles, en el plano inframundano? Además, al igual que hicimos para la análisis del hanan pacha, nos gustaría saber si éste fue percibido, por las poblaciones prehispánicas, con una sola división o, si por el contrario, el hurin pacha estaba formado de varias subdivisiones. ¿Qué tipo de

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vida o númenes poblaban la región?. Por el momento, éstas son interrogantes que no han sido solucionadas. Hasta el momento el inframundo ha sido catalogado, en las fuentes coloniales, y en algunos trabajos actuales, como un lugar donde se ubicaba el “mal”. Pero opinamos que desde una perspectiva prehispánica es poco probable que se concibiese una idea como ésta, porque no se adapta a las concepciones prehispánicas que estamos analizando. Si bien éste fue un plano más del cosmos que alberga las fuerzas contrarias a las fuerzas ubicadas en el plano celeste; de igual manera alberga aspectos beneficiosos para la comunidad, además de la potencia germinativa. Al igual que el resto de las formas del cosmos andino, catalogar y limitar el hurin pacha se presenta de manera muy dificultosa. Ya que, si desarrollamos la descripción basada en las concepciones bueno-malo, las formas que se nos presentan no se acomodarían a ninguna de estas preposiciones, pues las potencias sagradas poseen intrínsecamente aspectos polimorfos y mutables que forman un complicado entramado esencial. La cosmovisión andina prehispánica dotaba de potencias al cosmos, ubicadas en diferentes planos de éste, y no las identifica como “fuerza mala” o “fuerza buena”. Concebimos la idea de que estas fuerzas son emanaciones contradictorias que de alguna manera se integran, pues, su forma genética emana del núcleo o germen primigenio, que como vimos era representado por un huevo. El hurin pacha, en esta composición fluida de las potencias cósmicas, fue la sustancia que antaño gobernó el plano terrestre bajo la oscuridad; tras ser vencida por los poderes celestes. Ésta se vio desplazada hacia otro plano del cosmos, el inferior (Condori &Gow; 1982:20-24, en Itier, César; 1997: 324). Pero esta propuesta es sólo una posibilidad interpretativa que se adapta a la narración, como vimos, de Huamán Poma de Ayala, que comprendía el cosmos andino bajo rotaciones temporales de sus planos. A través de las informaciones de la época colonial hemos advertido la posibilidad de comprender el hurin pacha compuesto, no sólo de un bloque inframundano, sino de dos, por el momento. La percepción mono-nuclear, es debida, entre otras muchas cosas, a que el hurin pacha se identificó con el Infierno católico. Si bien hemos pensado que la asimilación, aparte de ser

realizada por los párrocos de indios para una mejor compresión de la doctrina católica, fue estudiada así porque en el hurin pacha se ubica el caos, el desorden, frente a las fuerzas del orden y la luz. El hurin pacha no fue concebido como un habitáculo en el cual se albergaban las formas maléficas, sino las de la fertilidad, la riqueza y la muerte, o una parte del todo. En algún caso, debido a la potencialidad del inframundo, estas potencias podían dañar. Con las informaciones que hemos analizado podemos afirmar que existió una percepción del hurin pacha bipartita, al menos. Por un lado se situaba un plano intra- terreno, lugar donde se ubica la fertilidad, el Sol, (como punchao), la Luna y los animales de la noche; atravesado este plano por un mar, como vimos al analizar la Pachamama. Es llamado en las crónicas hurin pacha. La primera sección de la que podemos hablar del territorio inframundano se entendía como un lugar de prosperidad; es más gracias a los trabajos de José María Arguedas sabemos que en él se sitúa un árbol con “golosinas” para los niños difuntos250. Teniendo en cuenta estos datos posiblemente los niños podrían haber realizado, en cierta medida, un “viaje” por el cual sólo accedían a la zona dónde se ubicaba el árbol, para después acceder al cielo. Por otro lado, se hallaría el plano de la eterna oscuridad, donde se ubica el máximo exponente de la noche, la forma antagónica de la potencia celeste, la potencia germinativa: el uku pacha. Pero, realmente son dos vocablos que se confunden en las crónicas y posiblemente existiesen otro tipo de denominaciones que se han olvidado con el transcurso del tiempo y las campañas de evangelización. El investigador Luis Enrique Cachiguango entiende dos regiones del inframundo, el Uku-pacha: “el mundo de abajo, dimensión en donde viven los espíritus de la naturaleza y los Aya o energías de la naturaleza”. Y el Chaishukpacha: el otro mundo, dimensión espiritual, o morada espiritual de nuestros mayores.251

250 Esta percepción de la cosmovisión andina es muy parecida a la concepción mesoamericana, por la cual se concebía la idea de que existía un árbol con pechos para amamantar a ciertos niños difuntos. 251 En Cachiguango Cachiguango, Luis Enrique. ¡ wantiay...! el ritual funerario andino de adultos en otavalo, ecuador. . chungará (arica). [online]. jul. 2001, vol.33, no.2 [citado 17 noviembre 2005], p.179-186. disponible en la world wide web: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0717-

Nos hemos preguntado por las dimensiones que podría poseer el hurin pacha. Casi todas las crónicas que hemos consultado parecen coincidir sobre el tamaño del hurin pacha, y algunas formas halladas en él. Éste se relacionó con ciertos seres y objetos de pequeñas dimensiones. Si bien es un dato que a simple vista no tiene importancia, es una característica que apenas ha sido analizada. Por ejemplo, Pedro Pizarro escribió que durante el delirio de Huaina Capac: “...le entraron tres indios nunca vistos, muy pequeños como enanos, adonde él estaba y le dijeron: inga venimosle a llamar...” (Valdizán, Hermilio; 1915: 46). El texto relaciona el tamaño de los comunicadores con el inframundo, con la noticia de su muerte. De igual modo, se explicó, en el capítulo anterior, que uno de los sacrificios que mayor solemnidad e importancia tuvo durante el incanato fue el capahucha. Éste, entre otras muchas cosas, consistió en realizar ofrendas de pequeño tamaño para el inframundo: una pareja de niños, vajilla, etc. Bernabé Cobo escribió sobre los niños destinados al sacrificio la siguiente información: “... a los chiquitos que no tenían edad para comer, les daban sus madres el pecho, diciendo que no llegasen con hambre ni descontentos adonde estaba el Hacedor” (Cobo, Bernabé; 1956:201).De igual forma, hemos observado que en algunas tumbas aparecen miniaturas como ofrendas (Figura 20). En el diccionario de Jesús Lara se halla la siguiente definición Umutu, “enano” (Lara, Jesús; 1971:296). Hemos pensado, además, que algunos de los seres que habitaban el hurin pacha se pudieran haber percibido de pequeño tamaño. Al igual que la pequeñez, tener alguna tara física, una joroba, etc., se entendía como un acto divino que poseía esa persona, es decir, ese individuo, en cierta medida, poseía mayor comunicación con las divinidades que le habían “elegido”. Esta vinculación se utilizaba para comunicar a la persona “elegida”con los poderes del inframundo, éstos eran seres sagrados. En Huamachuco, por ejemplo, los agustinos, en el siglo XVI, observaron que para pedir lluvia se tenía un hechicero corcovado (San Pedro, Fray Juan; 1992: 182). Algunos de los habitantes de la mina, inframundo, como veremos, también se perciben como seres pequeños: “El muqui es un enanito que vive

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en las minas. Los mineros lo ven casi siempre, en los rincones obscuros de los socavones abandonados o junto a los pozos de agua. Es el dueño de las minas, que aparece en forma de un perro de color negro, otras veces en forma de un sapo” (Varillas Gallardo; 1965:22, citado en Salazar-Soler, Carmen; 1997:19). El hurin pacha, al ser el lugar donde se ubicaba la germinación fue un lugar caracterizado por su fertilidad, con la abundancia. Pero se puede advertir, a través de las crónicas, por ejemplo, que el concepto de abundancia fue adaptándose durante la historia de Perú a la percepción que tenían las poblaciones del mundo intra-terreno.252 Durante la colonia el concepto se trasformó, las narraciones que se hallan describen un lugar rico, lugar en el cual se hallaban grandes palacios que albergaban inmensos tesoros y riquezas. Si bien es una idea que podría derivar del concepto que posee supay como dueño de los minerales preciosos, este se ve trasformado y adaptado a las nuevas formas de entender la abundancia, aunque es necesario resaltar que el concepto base permanece inalterado. Las minas fueron uno de estos lugares de riqueza, lugares en los cuales hemos pensado que se podía obtener una buena información sobre el concepto de inframundo, ya que en la colonia fueron objeto de una gran explotación, aspecto que analizaremos.253 El inframundo se presenta en la cosmovisión ayoreo; de los Andes orientales; como un lugar similar al terreno, pero es un mundo invertido. Por ejemplo, los achuar, en Colombia, cuando se sumergen en los mundos intraterrenos, durante los viajes que realiza el alma por la ingesta de alucinógenos o en sueños, se encuentran con seres que desarrollan, en el inframundo, una existencia muy parecida a la que llevan los seres de la superficie. Éstos son seres tutelares que velan por la prosperidad de la comunidad (Descola, Pilippe; 1987:108). Para Mª Hocquenheim en el Mundo de los Muertos las direcciones se invierten, así, el sol nace por el oeste, como sol del inframundo, y la luna se

252 De esta manera, cuando se realizaban las festividades en honor de Supay, principalmente, se le solicitaba prosperidad para la comunidad o alimentos, en nuestros días se le reclaman dinero, coches, casas, etc. 253 Para desarrollar mejor esta parte de la investigación mostraremos los apuntes y notas que obtuvimos cuando realizamos el trabajo de campo en las minas de Potosí, además de las ilustraciones que se adjuntan en el anexo.

pone por el este, como luna del inframundo. Por ejemplo, Augusto Urtega entiende que el hurin pacha es el mundo al revés, cuando en el kay pacha es de noche, allí es de día (Urteaga Castro, Augusto; 2004:325). Makoswski, señala Peter Kaulicke, advirtió que en el hurin pacha se proyectaba una imagen dual del mundo gobernada por opuestos-complementarios (Kaulicke, Peter; 2001:272) De esta manera, el oeste, se percibía como el lugar por donde entra el sol, cuando empieza una nueva vida en el inframundo; el este, por donde muere Inti y sale el difunto; y el norte sería la región que corresponde al sur en el plano terreno, y viceversa. Sostenemos la idea que, si bien las crónicas muestran pequeñas parcelas de información sobre los planos inframundanos, añadiríamos que éstas formas se perciben como un reflejo de la cotidianidad del mundo terrestre, de lo que se está gestando, y que más tarde renacerá en el plano terreno. Podría haber existido el concepto prehispánico por el cual se entendiese la posibilidad de que los rumbos, o regiones, existiesen en la cosmovisión andina, pero de manera inversa a la hallada en el plano terreno; al igual que la cosmovisión shuar, o la cosmovisión ayoreo. Los cuerpos de agua se entendían conectados por el interior de la Pachamama a un gran lago, el cual debían cruzar los difuntos para llegar a la otra orilla. El mar, los lagos y lagunas fueron percibidos como grandes pasos por los cuales se podía acceder al otro mundo, al hurin pacha. O quizás, como parte del inframundo. Además, estos cuerpos de agua poseían una biosfera determinada, con sus habitantes y modus vivendi determinado. Podemos apreciar el inframundo como un lugar acuoso, habitado por divinidades antropomorfas. El agua era un fluido sagrado, y por lo tanto se veneraba con gran devoción. Representaban zonas de paso muy peligrosas, pues éstas producían un “encantamiento” que impulsaba a la persona “encantada” hacia su interior; en el cual se albergan seres terrestres hambrientos de camac. Por lo general, los seres inframundanos son relacionados con la sed, el hambre y el frío (Cobo, Bernabé, 1956:154; Murúa, Fray Martín de, 2001:403; Poma de Ayala, Felipe Huamán; 1987: 270; Ondegardo, Polo de; 1584. Cap.2º, manuscrito nº. B.N.M). Por ejemplo entre los aymaras actuales el maqha pacha, inframundo, es un espacio relacionado con el hambre, con la carencia. El mar es el cielo del inframundo, los cuerpos de agua en general son los techos acuosos del Hurin pacha. El agua es inframundo, sube hacia el cielo

y se masculiniza. Además, las salidas de agua son lugares por los cuales se manifiesta la energía cósmica, el fluido vital, que emerge del interior del hurin pacha; representan un lugar de confluencia de fluidos y espacios. El investigador N. Wachtel advirtió que para los chipayas254 el inframundo se presenta de la siguiente manera: “... los samiri de los animales que se cazan, salvajes, constituyen una especie aparte: son acuáticos y pertenecen a una región todavía más baja en el espacio, pues habitan en los remolinos (mika’ya) del lago Coipasa. El mayor de estos agujeros de agua es Korelani, compuesto en realidad de dos remolinos, invocados como Mallku uno, y como T’alla el otro. Sobre esta base se arma todo un imaginario geográfico: el lago Coipasa se interna en la tierra por los huecos del Korelakani y corre en forma de río salado hacia el oeste; pasa bajo la cordillera y desemboca “del otro lado”, en el lago de Isluga. Así, debajo del paisaje visible se oculta un mundo inquietante, a la vez sublacustre y subterráneo” (Wachtel, Nathan; 2001:178)

Estos lugares tienen la capacidad de atraer hacia los lagos a los individuos. Posiblemente esto se deba al insaciable apetito que posee el “vientre del mundo”. Las lagunas están íntimamente ligadas a los seres inframundanos. Existe la creencia de que éstas forman el cielo del Inframundo, y que son una apertura por la cual se puede acceder a las regiones inframundanas. En la actualidad existen numerosos relatos que describen cómo a través del centro del lago se accede a las regiones inframundanas, y viceversa. En 1974 C. Buitrón recopiló el siguiente texto: “...el diablo (aucacucha) se encuentra acostado de espaldas, en el fondo del lago, con la cabeza hacia Camuendo y los pies en el muelle... sabiendo la posición exacta en que se encuentra acostado el diablo, se podría perfectamente pasar caminando desde Camuendo hasta el muelle, esto es, casi toda la longitud de la laguna...el peligro está en que se puede resbalar al caminar sobre el filo de la nariz, por ejemplo, y caer en uno de los ojos o en la boca, que son las entradas al infierno” (Buitron C., 1974:20, citado en Torres, C., William; 2000).

Las lagunas son zonas muy peligrosas para el viajero o caminante, y han dado lugar a mitos relacionados con los seres de las lagunas, normalmente mujeres jóvenes. Las personas, en las leyendas actuales, son encantadas por las lagunas, espíritus femeninos, que las introducen en medio del cuerpo de agua, túnel de acceso, lugar de comunicación, y les enseñan los palacios que

254 Región del Lago Titicaca

existen en las entrañas de los cuerpos de agua. Las apariciones son “en sus horas”, normalmente solían aparecerse en luna llena, periodo temporal relacionado con la enfermedad, con la fertilidad de la Pachamama, de los poderes inframundanos que buscan alimentos para nutrir su ser en germinación. Por ejemplo, en la actualidad se opina que el sonido de los ríos por la noche es el llanto de las almitas gritando (Trabajo de Campo, Potosí, Bolivia, 2006). En todos los pueblos se cuentan narraciones sobre las almas que por la noche están junto a los ríos. 255William de la Torre fue informado de que las estrellas juegan de noche con el Shapi y se bañaban en los manantiales. De igual forma todos los manantiales son hembras, por eso paren agua, y por eso están relacionados con los misterios intra- terrenos. Los manantiales son la puerta final de los conductos subterráneos que comunican con las profundidades de la tierra. Además, por estos conductos emergen los seres infra-terrestres, para tentar a los niños y a las doncellas, pues, como dice W. de la Torre, los niños poseen “alma de cántaro”, “les roban el ánimo o, en el peor de los casos si aceptan sus ofrecimientos, serán arrastrados a las profundidades de la tierra o al seno de las montañas” (De la Torre, William; 1994:163). Con los mitos de los cerros256 ocurre algo similar, pero, en este caso el individuo es seducido por un joven, que le introduce en la montaña, hurin pacha, lugar donde existen multitud de palacios y riquezas. Las riquezas que la persona encantada ve, o se lleva, al ser sacadas del interior de la montaña se convierten en animales inframundanos, serpientes, y sapos. De esta manera se da a entender que Supay miente, engaña (Trabajo de campo, Potosí, Bolivia, 2006). En general podríamos afirmar que los lugares oscuros, las cuevas, las grietas, y demás formas que abrían camino entre los diferentes planos, eran

255 En la actualidad el susto ocasionado por el agua es una amenaza constante. La COPI, en unos cursos que realizó sobre la salud de la mujer, hizo unas ilustraciones para que las poblaciones entendiesen mejor las explicaciones. Por ejemplo, un trauma muy fuerte, que podía sufrir la mujer embarazada, se ha realizado mediante una ilustración que muestra un sapo, animal inframundano, y un río (Figura11). Esta simbología, el sapo y el agua, se halla desde las informaciones coloniales. 256 Cuando realizamos el trabajo de campo en la zona de Michoacán, México, casi todos nuestros encuestados nos informaron sobre multitud de narraciones que tenían un concepto similar: la montaña como albergadora de riquezas, tesoros, manadas de toros, etc. (Trabajo de campo, Michoacán, México, 2004).

lugares muy peligrosos. Por ejemplo, en el diccionario de Jesús Lara hemos hallado una información muy valiosa. La palabra Chunkumallki se traduce por “quebrada boscosa”, pero si analizamos las dos palabras que componen ésta, hallamos que Chunku hace mención a “corrillo, grupo de espectadores” y mallki se traduce como “difunto” (Lara, Jesús; 1971:88). Entonces la palabra hace alusión a una quebrada boscosa, es decir, oscura, pero que en esencia éstas se percibían como los lugares de reunión de los difuntos. De igual forma en las informaciones recopiladas por Fernando de Avendaño se halla que las cuevas, machaes, eran temidas por las poblaciones indígenas por que se concebía la idea de que en ellas se aparecían los espíritus de los difuntos y el demonio (Avendaño, Fernando; sermón V, 1640:56.B.N.M). La cueva es la entrada al inframundo, acceso al vientre de la tierra, sitio propio de la fertilidad. Las cuevas, junto a las cimas de las montañas y los manantiales, son la casa de los espíritus terrestres. Tras analizar los mitos de origen se ha observado que las cuevas representaban los conductos por los cuales la Madre Tierra parió a los diferentes ayllus. En las cuevas, expone Poma de Ayala, dormían los hechiceros (Poma de Ayala, Felipe Huamán; 1987: 244, 268). Éstas representaban, en cierta medida, las formas de asentamiento de los primeros pobladores de las regiones centro andinas. El edificio de Akapana, por ejemplo, situado en la ciudad de Tiahunacu, fue elevado sobre formas más antiguas, cuya primera fase se concibe como una vivienda-caverna (Figura 21) (Manzanilla, Linda; 1996: 39 y sig.). Con la tierra que se extraía se elevó la parte de la colina artificial. La investigadora Linda Manzanilla, quien excavó el edificio citado, ha desarrollado una idea sobre el inframundo, para el área mesoamericana, que nos ayuda en la presente investigación, ésta dice que: “la consagración de la ciudad comienza del hecho de haber sido erigida con material inframundano, a semejanza de la fábrica de seres nuevos con huesos de los antepasados, robados al mundo de los muertos” (Manzanilla, Linda; 1996:40). De esta manera se percibe la idea de que se construía un cuerpo sagrado. Las cuevas eran la boca del inframundo, por ellas se entraba y por ellas se salía. Se creía que dentro de ellas se encontraban poderes sobrenaturales, y los chamanes solían dormir en ellas (Poma de Ayala, Felipe Huamán; 1987: 244, 268), además, se las pedía agua, pues eran las entradas a los caminos

inframundanos, donde se albergaba la lluvia. Por ejemplo, en la crónica Agustina de 1560 se anotó que Llaiguen era un gran ídolo ubicado dentro de una cueva, en cuyo poder estaba el dominio de dispensar agua a la comunidad (San Pedro, Fray Juan; 1992:180). Los datos apuntan a comprender que las entradas, o formas por las cuales se podía acceder a los terrenos inframundanos, eran lugares que albergaban una gran potencia. Esta potencia podía dañar a los seres que se acercaban a estos accidentes geográficos. Por ejemplo, en el texto de Dioses y Hombres de Huarochirí un sapo que estaba en la casa del falso dios se escapo y fue a un manantial. Éste es un animal asociado a los poderes inframundanos y podía robar el ánimo y provocar la locura, “… y los que llegan alli o les haze desaparecer y perderse o se vuelven locos o mueren…” (Ávila, Francisco de; Mss.3169:fol.124. B.N.M). Por el momento, desconocemos muchos de los aspectos que regían en torno a la muerte y el viaje del difunto en el periodo precolonial. Si bien existen multitud de alusiones a las formas de enterramiento, a las diferentes ofrendas, a las vestimentas o los lugares de mayor devoción, no se ha llegado a realizar un trabajo que pase la barrera de los rasgos cuantitativos. Además de entender la muerte como una segunda vida, los estudios no han realizado un análisis que refleje cómo se entendió un viaje tan importante en la percepción de una cosmovisión. Hemos pensado que analizar las formas del viaje inframundano, a través de los textos coloniales y de las informaciones recogidas en el trabajo de campo que hemos realizado en Potosí, nos mostraría y ampliaría el panorama que poseemos hasta el momento. Queremos saber, además, cómo era el viaje inframundano, si existían itinerarios, caminos, si todos las difuntos lo realizaban, o si bien algunos difuntos albergaban otro destino y dónde se hallaba ese destino. Entendemos que, si bien son aspectos de la cosmovisión andina que fueron modificados por las campañas de adoctrinamiento, existe un trasfondo muy antiguo que nos sirve para comprender los aspectos de la muerte. Teniendo en cuenta algunos de los datos analizados, la muerte se percibía, entre las comunidades prehispánicas, como un castigo de las deidades hacia el hombre por alguna falta. Se comprende, de igual forma, que existió un tiempo anterior al presente en el cual la muerte o bien no existía, o se

presentaba de otra manera. Por ejemplo, en un tiempo pasado se ideaba que las gentes no morían, definitivamente, sino que a los cinco días de su expiración, resucitaban (Ávila, Francisco de; 1975:15). Jesús de Lara incluye la palabra wañuy, “muerte”, relacionada con “eclipse”, “matador”, “abismo”, “sueño profundo”, y wañuy: “camino larguísimo”. Estas definiciones ofrecen un panorama completo y complejo de la muerte, ésta se asociaba a: la muerte de un astro, a los abismos, percepciones relacionadas con la oscuridad honda, el sueño profundo y el camino larguísimo. Hemos elegido un interesante texto en el cual persiste la idea de que la muerte fue un castigo de las divinidades. El texto es una entrevista recopilada por Luis Enrique Cachiguango y dice lo siguiente: "Dicen que en la antigüedad no había muerte y por esta causa, como la gente no moría, se llenó la tierra de tanta gente; tanto así que en esos tiempos no había donde vivir, ni donde sembrar por lo que la gente hasta sembró en las laderas más altas de los cerros. La gente de esos tiempos tenía dientes de marfil y por eso podían comer hasta las cosas más duras como la carne con sus huesos. Por falta de espacio para sembrar, buscaron piedras grandes y planas, pusieron tierra encima y hacían producir los granos. Vivía tanta gente que en estas tierras también las malas costumbres crecieron. Ante esto, Apunchik Achill Yaya pidió a las nubes que hicieran llover durante días y noches para que esta gente muriera, pero la gente seguía flotando junto a los troncos de los árboles sin morirse. Nuevamente Apunchik Achill Yaya pidió al Sol que mandara fuego a la tierra. Luego de llover agua llovió fuego, y esta vez sí, murió esta gente. Pero subiendo al cerro Imbabura y escondiéndose en una cueva lograron salvarse una pareja con su perro. Cuando terminó la lluvia de fuego la pareja pidió ayuda a Apunchik Achill Yaya porque tenían hambre, pero no fueron escuchados. Entonces la pareja decidió comerse al perro, y el animal dándose cuenta de su suerte, porque pensaba y hablaba igual que nosotros, aulló lastimosamente mirando al Hawa-pacha. Al oír esto Apunchik Achill Yaya se compadeció del perro e hizo caer una mazorca de maíz sobre la allpa-mama. Al ver esto, la pareja cogió rápidamente la mazorca. Una parte se la comieron, otra parte guardaron para sembrar y solamente la tusa y algunos granos le dejaron al perro. Por eso en la chakra a la mazorca que sólo tiene algunos granos hasta ahora le decimos allku kiru o diente de perro. Luego de comer los granos de maíz, la pareja quedó dormida y Apunchik Achill Yaya les quitó de la boca los dientes de marfil y en su lugar puso maíz blanco. Desde este momento existe la muerte" (Cachiguango, Luis, Enrique, 2001:2)257

257 Apunchik Achill Yaya: Nombre pre-kichua de la Suprema divinidad de los pueblos indígenas de la región septentrional del Ecuador. Hawa-pacha: El mundo de arriba. Dimensión ubicada sobre este mundo, en la sabiduría indígena de Otavalo. Allpa-mama: Madre tierra, conocida también como Pachamama. En Cachiguango, José Antonio: Comuna Cotama. Entrevista grabada el 1 de Noviembre de 1997 en Cachiguango Cachiguango, Luis Enrique. ¡ wantiay...!

La idea consiste en comprender que la muerte no es un acto natural, sino más bien una intervención divina. Por esta razón, como veremos, la enfermedad, por ejemplo, también posee un origen sobrenatural.

el ritual funerario andino de adultos en otavalo, ecuador. . chungará (arica). [online]. jul. 2001, vol.33, no.2 [citado 17 noviembre 2005], p.179-186. disponible en la world wide web: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s071773562001000200003&lng=es&nrm=iso>. issn 0717-7356.

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