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Bernardo Monteagudo……...... ………………………...........................…220

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EPÍLOGO

EPÍLOGO

consecuencia directa de un régimen autoritario y corrupto, como el de Fujimori-Montesinos, que desmantelaron los partidos políticos durante su gobierno.

El militarismo, al truncar la continuidad del debate político, hace que desconfiemos de la democracia, y renunciemos a la posibilidad de entendernos, comprendernos y respetarnos entre peruanos. Al tener un tirano o caudillo como responsable de resolver nuestras penurias, no hemos aprendido a creer en la democracia, sino en el autoritarismo. En política nuestro caso es análogo al de los niños maltratados, quienes lo único que saben cuando llegan a grandes es resolver sus conflictos con violencia, no con diálogo, y sólo aceptan la autoridad del más fuerte.

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Hay una característica del militarismo que es igualmente perversa y difícil de desarraigar en un país tan diverso como el Perú: la falta de respeto por los demás. Esto se traduce en falta de respeto por la opinión ajena, falta de respeto por la persona que no es de nuestro entorno, que no es de nuestra ciudad, que no tiene nuestro color, nuestro acento, nuestra preferencia sexual, nuestra creencia religiosa, nuestra posición económica. El militarismo inculca la falta de respeto a todo lo que se opone a un arquetipo específico, y este es un individuo que no protesta, que no aspira, que acepta las órdenes sin murmurar, que no opina y que se comporta como espera la autoridad, no la ley. Por eso un gobierno militarista excluye lo diverso y lo plural. No hay cabida en él, y más bien hay represión, para grupos que representen una ideología diferente o un comportamiento no común. No hay cabida para las minorías.

Para mantenerse en el poder, el militarismo controla o suprime las asociaciones empresariales, laborales, culturales, sociales o religiosas que muestran su independencia u oposición a las órdenes y desmanes del gobierno. En suma: el militarismo castra la libertad, y sin libertad el ser humano no se desarrolla como individuo ni como sociedad.

Lo que promueve el militarismo es la uniformidad. Su ideal es que los ciudadanos obedezcan como si fueran subordinados. Desean que la unidad del país sea en torno al poder, en torno al centralismo, en torno a

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