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Bibliografía y notas del capítulo I

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EPÍLOGO

EPÍLOGO

BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS DEL CAPÍTULO I

i Mariano Felipe Paz Soldán, HISTORIA DEL PERÚ INDEPENDIENTE. Editorial América, Madrid, 1919. p. 110 “ (…) El 7 de setiembre de 1821 se le presentó [a Riva-Agüero] la mejor ocasión para probar sus dotes que poseía como tribuno del pueblo; por todas partes se le veía perorando al pueblo y entusiasmando á la gente de color, que obedecía ciegamente a su niño Pepito.” ii “El 20 de setiembre de 1822, luego de un Te Deum en la Catedral, San Martín instaló el Congreso. Lo hizo solemnemente, poniéndose de pie, despojándose de la banda bicolor y diciendo: “Al deponer la insignia que caracteriza el Jefe Supremo del Perú no hago sino cumplir con mis deberes y con los votos de mi corazón. Si algo tienen que agradecerme los peruanos, es el ejercicio del supremo poder que el imperio de las circunstancias me hizo obtener. Hoy que felizmente lo dimito, yo pido al Ser Supremo el acierto, luces y tino que necesita para hacer la felicidad de sus representados: Peruanos: Desde este momento queda instalado el Congreso Soberano y el pueblo reasume el supremo poder en todas partes”. Fuente: José Antonio del Busto, COMPENDIO DE HISTORIA DEL PERÚ. Librería Studium, Lima 1983. p. 355. iii José Antonio del Busto, ob. cit. p. 355. iv Jorge Basadre, HISTORIA DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ, Sétima Edición, Corregida y aumentada, Editorial Universitaria, Lima 1983. Volumen I, p. 6. v La irresponsable ambición de los militares quedó en evidencia desde los mismos inicios de la República: a escasos tres meses de la proclamación de la Independencia corrieron rumores de un golpe contra San Martín. Nunca quedó claro quienes fueron sus cabecillas por la gran cantidad de acusaciones y contra acusaciones entre el general Gregorio de Las Heras, el coronel Cirilo Correa, el coronel Enrique Martínez, el coronel Antonio Deza, el comandante Santiago Sánchez, el comandante Santiago Aldunate y el comandante Eugenio Necochea. Muchos de ellos pertenecían a la logia masónica de San Martín. Fuente: Rubén Vargas Ugarte, HISTORIA GENERAL DEL PERÚ, V. VI, pp. 206-207. vi Con esta acción San Martín inauguró la práctica de comprar lealtades de posibles golpistas. La municipalidad de Lima otorgó premios por medio millón de pesos, que se repartieron entre varios militares y civiles que servían con San Martín, entre ellos: Alvarado, Las Heras, Guisse, Tomás Heres, Miller, Necochea, Paroissien, y muchos más, tocándole a cada uno 25,000 pesos. El Protector fue también magnánimo al obsequiar a Bernardo O´Higgins que estaba refugiado en el Perú la hacienda Montalván y Cuiba cuyo valor era de medio millón de pesos. Un siglo después esta hacienda pertenecería al polémico dueño del periódico La Prensa, el millonario Pedro Beltrán, que fue candidato a la presidencia en los tiempos de Odría y Prado. Fuentes: 1) Virgilio Roel: HISTORIA DEL PERÚ, editada por Juan Mejía Baca, Lima, 1980, tomo VI p. 240. 2) Vargas Ugarte, ob. cit. p. 187. vii Junto a La Mar, los otros miembros de la Junta Gubernativa fueron: Manuel Sala- zar y Baquíjano y Felipe Antonio Alvarado.

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viii Manifiesto de los golpistas del “motín de Balconcillo”: “Los jefes del Ejército-Unido y a su nombre los que suscriben, dejarían de ser fieles a la patria, y poco adictos a la soberanía de ella, representada dignamente en el Soberano Congreso constituyente, si no patentizasen por medio de esta representación el espíritu patriótico que los anima en defensa de la libertad e independencia como en apoyo de la representación Nacional. El ejército está dispuesto a sacrificase enteramente por la gloriosa lucha que sostiene la América para sustraerse de la tiranía y por consiguiente no ha podido ser un mero espectador de la apatía e indiferencia que advierte, en circunstancias las más críticas en que jamás se ha visto el Perú, desde que dio el sagrado grito de la libertad. Comprometida la suerte del país y el honor de sus armas creyó propio de su deber dirijir a la Suprema Junta Gubernativa, la que hoy tiene la honra de acompañar al Congreso y de lo que lo considera instruido desde aquella fecha”. “No son en el día unas simples conjeturas las que preveían los jefes del ejército del centro, acerca de la suerte desdichada de la expedición del sur: su destrucción está ya demostrada, como también los resultados calamitosos que le son accesorios.” “Ha más de un mes que sucedió la desgracia, y el enemigo está en marcha rápida contra la independencia peruana: esto es, aproximándose a la capital. ¿Y qué medidas se han tomado durante este tiempo para impedir que esta sucumba? ¿Pueden acaso ser suficientes la saca de algunos esclavos y caballos? ¡No señores! El soberano Congreso sabe muy bien, que sin la confianza pública nada se puede hacer para salvar al país. Es notorio que la Junta Gubernativa no la ha merecido jamás de los pueblos ni la del ejército que gobierna; y que en los momentos críticos no son los cuerpos colegiados los que pueden obrar con secreto, actividad y energía, aunque los que lo componen se hallan adornados de virtudes y conocimientos. El carácter de la Junta Gubernativa, como de todo cuerpo de esta especie, es de lentitud e irresolución, y este vicio es inherente a todo cuerpo o tribunal.” “Nuestra presente situación requiere un jefe supremo que ordene y sea velozmente obedecido, y que reanime no solamente al patriotismo oprimido, sino que dé al ejército todo el impulso de que es susceptible. Causa rubor decir que el ejército carece de pagas hace dos meses y que sus cuerpos no han recibido para reemplazar sus muchas bajas sino ochenta hombres solamente. Sería una injusticia el presumir que de la sabiduría del Congreso se pudiesen desconocer estos errores y otros aún mayores que desgraciadamente se palpan. Bien fácil es concebir que los enemigos no duermen, que su actividad es conocida, que mientras ellos trabajan para dominarnos, por nuestra parte no se oponen sino teorías o consuelos frívolos, que no sirven sino para encadenarnos. ¿Será posible que esperemos que nos den el golpe para intentar evitarlo después de recibido? ¡Ah! lejos de nosotros esa nota de insensibilidad” “Los jefes que suscriben por el ejército, se hallan altamente penetrados de respeto a la Representación Nacional, y descansan en sus luces; pero no pueden omitir esta manifestación nacida de su acendrado patriotismo, porque consideran que solamente en la separación del poder ejecutivo del

seno del soberano Congreso consiste la salud de la patria. Reflexiónese acerca de esto, y mientras mayores sean los conocimientos de la historia militar, más serán los recelos que atormenten a los guerreros y a los políticos. Patriotismo el más exaltado, ejército, organización de milicias, separación de poderes, uniformidad de acción; he aquí el único medio no solamente para rechazar a los enemigos, sino para exterminarlos prontamente por todo el Perú. El señor Coronel D. José del la Riva Agüero parece ser el indicado para merecer la elección de Vuestra Soberanía: su patriotismo tan conocido, su constancia, su talento, y todas las virtudes garantizan su nombramiento del jefe que necesitamos. Él trabajará siempre como patriota y como peruano, y así aseguraremos nuestra libertad a la sombra de Vuestra Soberanía. El ejército interpone a Vuestra Soberanía los sacrificios que ha hecho, y que siempre hará porque Vuestra Soberanía oiga esta vez su opinión, persuadido de que no tiene otro objeto que la libertad del Perú. este es el voto de cada individuo del ejército, que antes desaparecerá su existencia, que capitular con el enemigo de la patria o continuar en una acción culpable”. Fuente: José Agustín de la Puente Candamo, HISTORIA GENERAL DEL PERÚ, tomo VI, pp. 366-368. ix Virgilio Roel, HISTORIA DEL PERÚ, tomo VI. Editado por Juan Mejía Baca, Lima 1980. x Paz Soldán dice que Riva-Agüero fue nuestro primer gran mariscal. HISTORIA DEL PERÚ INDEPENDIENTE, Editorial América, Madrid, 1919. p. 111. Estrictamente el primer mariscal del Perú fue un hombre que no participó en ninguna batalla por la independencia del Perú. Toribio Luzuriaga era miembro del ejército realista en Argentina; luego de la revolución de 1810 se unió a los patriotas luchando en el Alto Perú siendo nombrado gobernador de Cuyo. Más tarde vino con San Martín y fue nombrado por éste Gran Mariscal. Por razones desconocidas Luzuriaga regresó a la Argentina donde falleció. xi Basadre, ob. cit. p. 19. xii La información sobre la fecha del nacimiento de Riva-Agüero dista de ser uniforme. Camila Estremadoyro en su DICCIONARIO HISTÓRICO BIOGRÁFICO: PERUANOS ILUSTRES, Eureka, Lima 1987, afirma que nació el 3 de marzo de 1786. La ENCICLOPEDIA DE BIOGRÁFICA E HISTÓRICA DEL PERÚ, Ediciones Carlos Milla, dice que fueron tres años antes, el 30 de mayo de 1783. El mismo Basadre, posiblemente por una errata, pone que fue el 3 de mayo de 1793. Hemos recurrido al ARCHIVO RIVA-AGÜERO, publicado por la Comisión del Sesquicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, para encontrar su partida de bautismo, allí se anota que José Mariano de la RivaAgüero nació el 3 de mayo de 1783. Confirmamos también su segundo nombre, es Mariano, y no María como afirman la mayoría de los historiadores, excepto Basadre. Estas minucias no las hubiéramos hecho notar si no fuera porque al hacerlo nos dio la sensación que Riva-Agüero siempre fue evasivo y controversial, hasta después de su muerte. xiii Jorge Basadre, ob. cit. pp. 17-18. xiv Mariano Felipe Paz Soldán, ob. cit. p. 109.

xv Heraclio Bonilla y Karen Spalding, LA INDEPENDENCIA EN EL PERÚ: LAS PALABRAS Y LOS HECHOS. Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1981. p. 106. xvi Fue depuesto por una coalición de “elementos enemistados con Monteagudo por sus medidas contra los españoles, por su arrogancia o por sus costumbres libertinas". Fuente: Basadre, ob. cit, p. 19. xvii Mariano Felipe Paz Soldán, ob. cit, p. 114. xviii Durante las conferencias entre Larrea y Gual para resolver el asunto de los “reemplazos” peruanos, Colombia alegaba haber traído al Perú 13,000 soldados, para la lucha por la independencia. Fuentes: M. Paz Soldán, ob. cit. p. 116 y Jorge Basadre, ob. cit. p. 236. xix Jorge Basadre, ob. cit. p. 159. xx La fuerza expedicionaria llegó a tener 7,000 hombres. Celia Wu, GENERALS AND DIPLOMATS, GREAT BRITAIN AND PERÚ, 1820-40, Cambridge, Centre of Latin American Studies, University of Cambridge, 1991. xxi Jorge Basadre, ob. cit. p. 33. xxii Teniente Coronel Carlos Dellepiane, HISTORIA MILITAR DEL PERÚ. Librería e Imprenta Gil, Lima, 1931, V. I, p.175. xxiii ARCHIVO RIVA-AGÜERO, ob. cit. pp. 360-361. Esta carta, dice Paz Soldán, no fue cursada, es decir, la firmó y no la envío al Congreso. xxiv Vargas Ugarte, ob. cit. p. 278. Quizá por error de imprenta la cifra total de diputados que menciona Vargas Ugarte es de 91 diputados cuando fueron 79 titulares y 38 suplentes, tal como detalla Basadre y otros. xxv Los siete presidentes que el Perú tuvo en 1838 fueron: el general Andrés Santa Cruz que luchaba en el centro en calidad de Presidente de la Confederación PerúBoliviana. El Estado del Norte del Perú tenía dos presidentes, uno el general Orbegoso y el otro el gran mariscal Riva-Agüero respaldado por Santa Cruz. El Estado del Sur tenía como presidente al general Pío Tristán. El mariscal Domingo Nieto luchaba por su cuenta donde podía con un dudoso título de Jefe Supremo. Otro presidente “itinerante” era el general Francisco de Vidal, finalmente en Lima regía el mariscal Agustín Gamarra como Presidente de la República. xxvi Indalecio Liévano Aguirre, BOLÍVAR. Edición Cultura Hispánica, Madrid, 1983. Basadre no da su opinión sobre la verosimilitud de esta carta, aunque dice que “algunos consideran apócrifa”. Jorge Basadre, ob. cit. p. 30. Nosotros creemos que es auténtica, porque en una carta de Tomás de Heres al Simón Bolívar el 4 de diciembre de 1823, hablando sobre el posible interés que tuviera San Martín en regresar al Perú, Heres dice: “…me ha dicho Guido antes de ayer, que San Martín no creerá nada a Riva Agüero porque lo conoce harto bien. Y efectivamente, aquí hay una carta original de San Martín del 24 de Noviembre en que contestando á Riva Agüero otra de Agosto en que lo llama ofreciéndole dos ejércitos, le dice cuantos insultos caben en medio pliego”. Daniel Florencio O´Leary, LA EMANCIPACIÓN DEL PERÚ SEGÚN LA CORRESPONDENCIA DEL GENERAL HERES CON EL LIBERTADOR. Editorial América, Madrid, 1919. p. 39. xxvii Jorge Basadre, ob. cit. p. 34. xxviii ARCHIVO RIVA-AGÜERO, ob. cit. p. 379. xxix Sobre la peligrosa situación en la que se encontraba el Perú, Virgilio Roel dice lo siguiente: “Por el mes de setiembre Riva-Agüero mantenía un poder

efectivo mayor que el de Bolívar, ya que mientras éste sólo ejercía su autoridad sobre las tropas estacionadas en Lima, Riva-Agüero tenía mando sobre todas las fuerzas acantonadas en el norte y por Huaylas mantenía relaciones con todas las partidas montoneras de la sierra central; así mismo ejercía autoridad sobre los restos del ejército de Santa Cruz... y era tenido como jefe supremo por la escuadra comandada por el Almirante Guisse”. Virgilio Roel, ob. cit. pp. 326-327. xxx Decreto por el que se ordena la aprensión vivo o muerto de Riva-Agüero. DON JOSÉ BERNARDO TAGLE PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ POR CUANTO EL SOBERANO CONGRESO, SE HA SERVIDO DECRETAR LO SIGUIENTE: EL CONGRESO CONSTITUYENTE DEL PERÚ

En consecuencia del decreto del 8 del presente en que se declara traidor a Don José de la Riva Agüero reo de alta traición y sugeto al rigor de las leyes por el horroroso atentado cometido en Trujillo contra la representación nacional, y por enormes delitos que notoriamente ha marcado su administración desde que usurpó el mando supremo de la república, erigiéndose en tirano de ella. Ha venido en decretar y decreta: 1. Que todas las autoridades de la República y súbditos de ella de cualquier calidad que sean, son obligadas a perseguir a Riva Agüero por todos los medios que estén a su alcance. 2. Que al que lo aprendiese vivo o muerto se le considere benemérito de la patria, y el gobierno le conceda los premios a que se hace acreedor el que libra a un país de un tirano. Tendréis lo entendido y dispondréis de lo necesario a su cumplimiento, mandándolo imprimir, publicar y circular. Dado en la sala del congreso de Lima a 19 de agosto de 1823.” Siguen firmas. Fuente: ARCHIVO RIVA-AGÜERO, publicado por la Comisión del Sesquicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho. Lima 1976, p. 383. xxxi En la proclama Riva-Agüero declaraba “sin atenuantes que era impolítica la guerra con Colombia (…) al gobierno no pudo menos de alarmarle este documento, en el que todos echaron una tentativa para desacreditar a La Mar. Salazar y Baquíjano, haciéndose intérprete de la más sana opinión, ordenó que pasase una nota a los intendentes de provincia, a fin de que fusilasen a RivaAgüero y al general Ramón Herrera, luego que pisase el territorio nacional”. Vargas Ugarte, ob.cit. p. 152. xxxii Jorge Basadre, ob. cit. p. 39 xxxiii El texto de la carta de Luna Pizarro a Joaquín Campino, febrero de 1823, aparece en: J. Basadre, Vargas Ugarte, y Paz Soldán, obras citadas. xxxiv Basadre, ob. cit. p. 40. xxxv Basadre, ob. cit. p. 40. xxxvi Basadre, ob. cit. Volumen IV, p. 28. xxxvii ARCHIVO RIVA-AGÜERO. Testamento, ob. cit. pp. 151-158. xxxviii Basadre, ob. cit. p. 38. xxxix Pedro Dávalos y Lisson. HISTORIA REPUBLICANA DEL PERÚ, Librería en Imprenta Gil, Lima, 1937. V. III, pp. 242, 243.

xl Vargas Ugarte, ob. cit. p. 189. xli Mariano Felipe Paz Soldán, ob. cit. p. 111. xlii Paz Soldán, ob. cit. p. 165. xliii Paz Soldán, ob. cit. p. 163.

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