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El reformismo ilustrado

Capítulo I

L im a, de cara al sig lo xix 1

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Un capítulo anterior se abría con una cita exultante, en la que se proclamaba a Lima «reyna de todas las Ciudades de la América meridional». Infortunadamente, bastarían el transcurso de unos cuantos años de combustión ideológica y la coyuntura de la quiebra de la monarquía absoluta con el establecimiento de nuevos términos en la relación entre sociedad civil y cuerpo político, para que tuviera que abdicar de ese reinado. El historial de la ciudad a caballo entre los siglos xviii y xix, colocada en la entraña del vértice separatista y encarando la opción de fidelidad a la autoridad regia legítimamente constituida o el incierto camino de la autonomía, devino como corolario ineluctable de su posición hegemónica. Firme alcázar de la máxima representación de la Corona en la América del Sur —depuestos los virreyes de Nueva Granada y del Río de la Plata— y sede del último mandatario de su jerarquía en el continente, desde ella se plantó cara a la rebeldía, ya endógena, ya proveniente de los territorios circundantes; central de la vida económica —aunque venida a menos en su potencialidad de antaño—, constituyó inagotable fuente de recursos para financiar las campañas militares no sólo dentro de su ámbito jurisdiccional, sino proyectándose sobre teatros lejanos, y por su situación estratégica, sobre ella tuvieron que confluir en 1820 y en 1823 las corrientes surgidas en

1 Varios autores, L a causa de la Em ancipación del Perú, Lima, 1960. Actas del Simposio del Seminario de Historia. Instituto Riva-Agüero.

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L im a

Caracas y en Buenos Aires para abatir su preponderancia. Mas su acción no se agotó en este derroche de esfuerzos bélicos, sino que fiel a su tradición de ambiente propicio al desarrollo del pensamiento, en el haber de la intelectualidad limeña hay que registrar también su papel de activo coadyuvante en la gestación del espíritu de disidencia y del despertar de la conciencia nacional, formulando nuevos conceptos políticos. De esta suerte, bajo la apariencia de una enteriza adhesión al Antiguo Régimen, desplegó una perseverante labor de doble signo en lo ideológico. La manida conseja, acuñada por el resentimiento antilimeño y repetida por la rutina irreflexiva de haber sido un núcleo reaccionario, «del despotismo asiento» (para utilizar una ramplona imagen de los escritores republicanos), en donde una nobleza decadente se resistía a ceder una situación privilegiada, en donde prevalecía una aristocracia carente «de un principio directriz», «de ideal elevado», hato de «colonos abúlicos» (como la caracterizó Jorge Guillermo Leguía), y en donde sólo anidaba un espíritu cesarista, constituye hoy un vetusto tópico que no es de recibo. En las páginas siguientes se reseñará suscintamente la intervención de algunos integrantes de ese estamento que de cuerpo entero desmienten esas tachas, a la luz de su papel en la configuración de los nuevos rumbos políticos. En la encrucijada en que entraron en crisis los fundamentos conceptuales e ideológicos del Imperio —la conciencia monárquica como expresión política de la sociedad ha de afrontar la consolidación de una conciencia criolla— es menester colocar sobre los platillos de la balanza todos los constituyeron elementos de orden político, económico, social y doctrinal que constituyeron el entramado sobre el que se deslizó el tránsito de uno a otro régimen. En particular, es indispensable proyectar claridad sobre una vertiente todavía en penumbra: la mentalidad de cuantos oficiaron de protagonistas en esos dramáticos episodios. Es cierto que se conoce la ideología de algunos cabecillas, mas la vida intelectual de entonces guarda aún muchos secretos sobre las fuentes de ese pensamiento —¿génesis de un nuevo espíritu cívico?, ¿liberalismo incipiente?—; sus raíces —¿discrepancia con el extrañamiento de la

Compañía de Jesús?, ¿descontento por el mal gobierno?, ¿anhelo de reformas?—; su línea orientadora —¿imitación foránea de la independencia de las colonias británicas?, ¿caducidad de la concepción tradicional del Estado?—; su divulgación —¿claustros universitarios?, ¿perio-

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