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Felipe Pardo y Aliaga

DESDE LA GuERRA DE LA InDEPEnDEnCIA, POR OTRA PARTE, HuBO ELEMEnTOS fAVORABLES A LA CREACIÓn O A LA ExACERBACIÓn DE SEnTIMIEnTOS DE CHOquE EnTRE EL ALTO PERÚ Y EL PERÚ.

consiste, por lo pronto, en una capacidad intelectual, artística, industrial, etc. Nada de eso constituye la potencia específicamente de Estado. Es, más bien, una peculiar energía de cohesión entre los que forman par te de un pueblo, y a la vez, de imperación sobre los demás o frente a las demás colectividades nacionales. Es, pues, directa y exclusivamente, voluntad de soberanía hacia dentro que elimina la laxitud de la vida social e impide la falta de sumisión de los grupos e individuos a la sociedad nacional; y hacia afuera, ampliación de los efectos unificadores, nacionalizadores o "estatificadores"sobre otras agrupaciones humanas … La voluntad del Estado ejerce su más genuina misión cuando se impone a la tendencia repulsiva de razas diversas, obligándolas a convivir y colaborar en una vida superior integra" (1) .

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Las fricciones pequeñas en las vísperas de la Confederación. Desde la gue rra de la Independencia, por otra par te, hubo elemen tos fa vo rables a la creación o a la exacerbación de sentimien tos de choque entre el Al to Perú y el Pe rú. Cuando, en la gue rra de la Emancipación, las tro pas peruanas de Goyeneche penetraron en el territorio del Alto Perú, se hicieron grandemente odiosas por sus crueldades. En 1827, como ya se dijo, al compro bar Sucre que el Perú había arrojado al suelo el andamiaje de la Constitución creada por Bolivar, intentó dividir los departamentos del sur, especialmen te Arequipa y buscó una unión con Chile y Argentina. Luego, cuando se dio cuenta de que su enemigo personal, Gamarra, se había movilizado con su ejército a la frontera en 1828, procuró crear una "unión sagrada" entre los bolivianos; y sus escritos parecen reflejar esta consigna: "El Perú: he ahí el enemigo".

Adi cionales causas de rencor dejaron los soldados peruanos de Gamarra cuando invadieron el te rri to rio boliviano ese mismo año de 1828 para dar lugar, después de di versas incidencias, al gobierno que más placía a su je fe encabezado por Pe dro Blanco, caudillo que bien pron to fue depues to y asesinado. Y entre 1831 y 1833, es decir, apenas tres años an tes del intento de fundar la Confederación, Bolivia y el Perú vivieron días de zozobra guerrera; y ambos campamentos se erigieron frente a frente en el Desaguadero. La mutua vigilancia fronteriza y la actitud moderada del Congreso de Lima (en la que uniéronse junto a generosos sentimientos pacifistas, el anhelo político de no dejar que Gamarra obtuviese laureles, actitudes, ambas, fortalecidas por la mediación de Chile, república ávida de que se mantu-

(1) J. Or te ga y Gas set, "El genio de la gue rra ale ma na" en Obras com ple tas, II, sé ti ma edi ción, Re vis ta de Oc ci den te, Ma drid, 1966, p. 218.

fuE unA DE LAS MáS MORDACES PLuMAS DEL PERIODISMO PERuAnO Y PARTICIPÓ En EnCEnDIDOS DEBATES POLíTICOS. fELIPE PARDO Y ALIAGA (1806-1868)

Pasó sus prime ros años en Lima y Cuz co. En 1814, su familia se trasladó a España, donde cursó estudios. En 1828 re gresa al Perú y al año siguien te toma la di rección del periódi co El Conciliador, que apoyaba al ré gi men de Gamarra. Además, colabo ra con los diarios Mercurio Peruano y La Verdad. Ese mismo año publica su prime ra comedia: Frutos de la educación, obra precurso ra del teatro nacional. Participó en la política escribiendo pa ra los diarios El Hijo del Montonero, El Co co de Santa Cruz y Para Mucha-

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