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La tentativa para formar el Gabinete Irigoyen y su fracaso. La ratificación de los ministros actuantes

[ 1879 NovIembre 28 ]

LA LLEGADA DE PRADO AL CALLAO. En su edición del 28 de noviembre de 1879, El Comercio informó sobre la llegada del presidente Prado a Lima, procedente de los departamentos del sur. Dijo el diario sobre el hecho: "No puede ser más oportuna la presencia del presidente en Lima, pues llega a tiempo para restablecer el orden en el Gobierno y la confianza de todos los ánimos, ciertamente atormentados en presencia del peligro exterior y por las justas desconfianzas de la seguridad interior". Vicepresidente, me bastará decir que su alejamiento del país es claro testimonio de buen juicio y patriotismo; 4°) Los que se irritan y me acusan porque no consien to en ser je fe del Gabinete al cabo de ocho meses duran te los cuales no he sido hallado útil para nada pre sentándome obstáculos inconcebibles hasta para ejercer el derecho de hacerme matar a la cabeza de un grupo de volunta rios, se irritan y me acusan no porque no acudo a salvar al país sino porque no acudo a salvar la dominación que ellos han ejercido y que no han sabido emplear en el triun fo del Perú; 5°) La legalidad no existe realmente. Está reducida en realidad no a mantener instituciones que han sido desnaturalizadas y que este momento son incompatibles con el bien público sino a man te ner en el poder a tales o cuales hombres; 6°) Me resigné hace dos meses a pre sidir un Gabinete para el que se me negó la libertad legal que el apu ro de la situación hace se me otorgue ahora; me re signé a ello sólo porque, previendo la inminencia de una invasión y la pro ximidad de una batalla campal, era, an te todo, indispensable evitar en ella pre cisamen te lo que ha venido sin ra zón que lo justifique. Hoy no hay aquel moti vo. Se necesita más, mucho más; y aquella re signación mía no tendría ahora otra explicación y se ría culpable… 8°) Yo no me he negado a servir al país y a servirlo lo mismo en el último que en el pri mer pues to. Me he negado y me niego a dos cosas: 1° A buscar ese pues to por mí mismo sin ser llamado a él. 2° A aceptarlo sin los medios de hacer lo que creo indispensable al bien del país". Más adelan te decía: "Si el país ha de salvarse necesita una transformación política radical. O ella se verifica de arriba a abajo tomando el general Prado la iniciativa de una apelación al pueblo, única entidad legal que puede decidir; o esa transformación se verificará de abajo a arriba con funesto estrago".

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Piérola se sentía, en efecto, no solo exento de responsabilidad de lo que había ocurrido y estaba ocurriendo sino paladín de la lucha para evitarlo. Este pensamiento que es esencial para comprender el significado que el caudillo se otorgó a sí mismo en la vida peruana desde 1872, reapa re ció en la vejez para inspirarle en alguna ocasión melancólico orgullo al preguntar entre las aclamaciones fréneticas de sus partidarios: "Si la victoria hubiese premiado el esfuerzo demócrata en Arequipa y Yacango, ¿habría tenido el Perú la bancarrota fuera, la miseria del billete fiscal inconvertible dentro; la insensata guerra con Chile; la ruina y la humillación nacional… el desastre?".

LA TENTATIVA PARA FORMAR EL GABINETE IRIGOYEN Y SU FRACASO. LA RATIFI-

CACIÓN DE LOS MINISTROS ACTUANTES.- Entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre de 1879 hubo ajetreos para formar un nue vo Gabinete, sin Pié ro la. Prado expre só a Mon te ro en la primera de las cartas de diciembre publicadas por el R. P. Rubén Vargas Ugar te que se glosa en seguida: "Así las cosas, después de muchas dificultades, se convino en que el nuevo ministerio quedara organizado con el siguiente personal: presidente del Consejo y ministro de Relaciones Exteriores, señor Irigoyen; Gobierno, Dr. Álvarez; Justicia, Dr. Ribeyro; Hacienda, señor Denegri, y Guerra, coronel Lara. Desgraciadamente, los señores Irigoyen y Ribeyro desistieron de lo acordado y, en presencia de esta nueva contrariedad que hacía más difícil la situación, exponiendo al Gobierno a quedar en acefalía, determiné continuar despachando con los ministros que servían al lado del señor general La Puerta quienes se presentaron a ayudarme en las tareas de administración".

Si se hubiera constituido el Gabinete Irigoyen, en él habrían figurado juntos con este gran personaje, dos más que también apa re cie ron en el equipo que tra tó de formar el general La Cotera antes de octubre de 1879, los señores Aurelio Denegri y Ramón Ribeyro.

El 2 de diciembre fue ratificado el Gabinete La Co te ra.

El 4 de diciembre renunció el ministro de Relaciones Exteriores Rafael Velarde. Dijo que cumplía es te propósi to por tercera vez. Fue su dimisión aceptada el 11 de diciembre y quedó el señor Quiroga, ministro de Justicia, encargado de la Cancillería. El 12 manifestó Quiroga que las personas solicitadas no habían aceptado esta, que solo provisionalmente la asumía él y que también quería renunciar la cartera de Justicia. Sin embargo, continuó en sus funciones.

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