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El inicio de la violencia en 1932
TRAS LA ASUNCIÓN AL MANDO DE SÁNCHEZ CERRO, LA SITUACIÓN POLÍTICA. EN VEZ DE AQUIETARSE, SE VOLVIÓ MÁS INTENSA Y POLARIZADA. ESTO GENERÓ UNA SERIE DE HECHOS VIOLENTOS EN EL PAÍS, DE LOS QUE SE TRATA A CONTINUACIÓN.
Sobre la violencia política de esta época, citamos al historiador Adam Anderle, quien en su libro Los movimientos políticos en el Perú entre las dos guerras mundiales, La Habana: Casa de las Américas, 1985, pp. 274-276, dice lo siguiente:
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“La finalización de la elecciones en el Perú no significó la consolidación de la situación política. El APRA habló de fraude y organizó, aprovechando su representación parlamentaria y su base obrera, una amplia resistencia al Gobierno. ( ... ) Después de las elecciones el factor determinante de la situación política fue la crisis económica que de noviembre de 1931 a abril de 1932 alcanzó proporciones desconocidas hasta entonces. El precio del algodón bajó al mínimo. El comercio exterior disminuyó en medida muy importante durante estos meses. El creciente desempleo generado por esta situación provocó efectos inmediatos de notable importancia. ( ... ) El Partido Comunista creyó que estaban madurando las condiciones para un ascenso revolucionario y movilizó a los sindicatos que estaban bajo su influencia, para la lucha económica y política. Desde fines de 1931 el APRA trató de aprovechar también este descontento social encauzándolo hacia la acción política. Atacó al Gobierno en varios frentes y se propuso abiertamente tomar el poder. En el Congreso boicoteaba todas las medidas adoptadas por el Gobierno y, por medio de la presentación de espectaculares proyectos de ley, procuró dejar clara ante la opinión pública su oposición al Gobierno. ( ... ) Varios paros parciales, realizados desde fines de 1931, culminaron en la huelga de masas que comenzó el 16 de mayo de 1932 y cuya iniciativa partió de los ferroviarios. La huelga coincidió con la sublevación de unidades de la Marina en Callao. Entonces el PC exhortó a una movilización para realizar una huelga de masas de carácter nacional en apoyo de los ferroviarios y de los marineros. Observando estos meses agitados se hace evidente que la disposición de las masas populares a la lucha era realmente importante: obreros, proletarios agrícolas, campesinos indios, militares, intelectuales, estudiantes y pequeños burgueses urbanos se lanzaron a la lucha contra el Gobierno. Las organizaciones y las masas orientadas por el PC enarbolaron la consigna de la revolución obrero-campesina. El APRA, por su parte, propugnó la ‘toma del poder: Pero tanto los movimientos influidos por el PC como los orientados por el APRA se desarrollaron de un modo esencialmente espontáneo. No hubo un profundo trabajo de organización, preparación y coordinación. Los movimientos fueron, pues, prácticamente estallidos aislados’.