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El retiro de Belaunde, Riva-Agüero y otros profesores de San Marcos

El decreto ley N º7392 de 28 de octubre de 1931 creó el impuesto sobre la sucesión para gravar masa hereditaria a partir de S/. 50.001. La tasa máxima era la del 12%. El producto de este impuesto hasta la suma de S/.800 mil al año correspondía a la Universidad de San Marcos y el exceso debía servir para atender al sostenimiento de las universidades menores.

La Junta Nacional del Gobierno accedió al pedido de la Universidad de San Marcos para que la suma adeudada a esta por subsidios y otros servicios de 1930 y de enero a junio de 1931 fuera pagada con acciones a la par de la clase "C” del Banco de Reserva adjudicadas al Estado (decreto ley Nº 7288 de 18 de agosto de 1931)

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El decreto ley Nº 7083 de 9 de abril de 1931 a solicitud del rector Encinas, transformó la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas en Facultad de Ciencias Económicas, volviendo así al régimen creado por el Estatuto de 1928 que creó esta última Facultad.

Las relaciones entre el Gobierno y la Universidad de San Marcos fueron, pues, entonces cordiales. Ella fue dotada de un flexible instrumento legal para su tarea reformadora y, en lo que se pudo dentro de las circunstancias, de fondos. En los claustros hubo entusiasmo intelectual. El Colegio Universitario y algunos institutos trabajaron con provecho. La labor de extensión cultural, llevada a cabo por primera vez, puede ser considerada como excelente. Pero no faltaron sombras. A veces se hizo sentir la prepotencia estudiantil.

el RetIRo de Belaunde, RIVa-aGÜeRo Y otRoS pRoFeSoReS de San MaRcoS.-

Cuando volvió Víctor Andrés Belaunde del destierro fue solicitado por el rector Encinas para que diera una conferencia sobre “la inquietud y La serenidad” y afrontó primero la sorda hostilidad y la frialdad del auditorio convertidas luego en ovación. Los delegados alumnos, junto con algunos profesores arrebataron a Belaunde en la Facultad de Letras la cátedra de historia moderna lo cual motivó su renuncia de la de Derecho Constitucional. Lo acompañaron en la decisión de apartamiento Riva-Agüero, catedrático de historia, Carlos García Castañeda, decano de la Facultad de Derecho y Honorio Delgado, profesor de psicología. Belaunde fue acogido en la Universidad Católica.

En su renuncia (que lo alejó para siempre de la Universidad de San Marcos, escenario de los grandes triunfos en su carrera intelectual) Riva-Agüero expresó: “Ayer, viernes 18 (de setiembre de 1931) he recibido el oficio de Ud. (Dr. Alberto Ureta, decano de la Facultad de Letras de San Marcos) que me comunica mi nombramiento como catedrático interino de historia del Perú para el presente año. Habría contestado aceptando agradecido este nuevo honor que la Universidad me tributa, si no derivara, por teoría errónea y práctica funesta y decisiva, de la intervención estudiantil cuya competencia no reconozco y cuyos votos por consiguiente no acato.

“No es posible, en efecto, abrigar ya ilusión sobre las deplorables consecuencias del régimen que entrega al albedrío de los alumnos, el cual en realidad ha resultado despótico, la elección y remoción de los catedráticos. Convincente ejemplo nos proporciona en estos días la exclusión ratificada, con mezquina intransigencia y sectarismo, por atolondrada y artificial asamblea, de un inteligentísimo profesor, de merecimientos indiscutibles y de ideas que en casi todos los puntos esenciales coinciden con las mías. No, ambiciono ni reclamo en esa Facultad más alto honor que excluirme por las mismas razones aducidas para repudiar a Belaunde.

“¿Qué iría yo a hacer en ese ambiente, estragado por la indisciplina, y en el que, por la tumultuosa puerilidad dominante, no puede ejecutarse faena intelectual de veras sólida y fecunda? Sin que creciera ni amenguara mi modesta capacidad, ahora reconocida con exceso, me vería en cualquier momento expuesto a amañadas alharacas, que desdicen de mi decoro y de la gravedad del magisterio. Han transportado del terreno político al pedagógico los procedimientos que por naturaleza más repugnan a la índole y fines de la educación, aunque sea superior; y han producido así a mi juicio, sean cuales fueren, los discutibles e infelices modelos extranjeros, HonoRIo delGado (1892-1969)

Médico y filósofo arequipeño que se inició en la docencia en la universidad Mayor de San Marcos en 1918, como jefe de la clínica propedéutica. dos años más tarde asumió la enseñanza de las cátedras de fisiología humana, patología general (1922) y psiquiatría y neuropatología (1930). en 1948 fue designado decano de San Fernando y más tarde ministro de educación pública. Fue uno de los fundadores de la universidad cayetano Heredia, en 1961, y se convirtió en su primer decano al año siguiente.

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