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Revistas taurinas
En 1915 salió La Verdad, órgano de la Unión de Trabajadores Panaderos con infiltración anarcosindicalista.
Ilustración Obrera, revista semanal gráfica existente entre 1916 y 1918, representó al obrerismo domesticado. Probablemente recibió subvención oficial.
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La Razón de 1919, antes citada, podría ser calificada como el primer diario obrerista después de La Acción Popular. Fausto Posada, carpintero y uno de los dirigentes de las formidables huelgas de aquel año, tuvo la sección dedicada al movimiento sindical. Mariátegui, director de este diario, estuvo en contacto con el paro de las Subsistencias, y con sus principales dirigentes, Carlos Barba, Nicolás Gutarra y Adalberto Fonkén. No precisó La Razón, por lo demás, si era comunista o anarcosindicalista. También en 1919 circularon varios números del semanario El empleado, órgano de la Federación General de Empleados del Perú, con ideas muy avanzadas. Allí escribió Eudocio Ravines.
Un grupo de obreros, en el que estuvieron Adalberto Fonkén y Arturo Sabroso, organizó la Imprenta Proletaria. En 1920 merece especial recuerdo El Proletariado cuyo director el obrero Urmachea llegó a ser deportado. En el mismo año aparecieron El nivel, órgano de la Federación de Albañiles y Anexos, y EI Obrero Constructor editado por la Federación de Carpinteros, también de orientación anarcosindicalista. Entre las otras hojas gremiales estuvieron El Obrero Textil (1919), El Obrero, El Obrero Gráfico y no podía faltar, por cierto, La Voz del Chauffer, en armonía con el desarrollo que adquirió el transporte por el automóvil en aquella época. Solidaridad fue órgano de la Federación Obrera Local. A la disminuida etapa del periodismo anarquista durante el Oncenio pertenecen El Obrero Anarquista (1924) y Bomba Roja (1926). Aquel periódico entró en pelea con La Protesta. Faltan, por lo demás, datos minuciosos acerca del periodismo proletario (rebelde o sumiso) durante el Oncenio.
Víctor Raúl Haya de la Torre fundó en 1923 Claridad, relacionado con la obra que llevaba a cabo la Universidad Popular González Prada y dentro de un espíritu de agitación estudiantil. Deportado Haya de la Torre en 1924 cuando se imprimía el número 4 de Claridad, José Carlos Mariátegui asumió la dirección de esta revista. El número 5 señaló el principio de una orientación doctrinaria distinta y apareció como órgano de la Federación Obrera Local. Mariátegui inició poco después la organización de una sociedad editora obrera para la publicación de la revista con el propósito de llegar a tener un diario; pero se enfermó gravemente y escapó de la muerte a costa de la amputación de la pierna derecha.
Dentro del periodismo estudiantil de combate no debe ser olvidado Juventud, órgano de la Federación Universitaria en 1924 que, por breve tiempo, dirigió Manuel Seoane. Carácter clandestino tuvo en 1923 el boletín de El Perú, órgano “germancista” que redactaron, entre otros, Abelardo Solís y Ernesto Byrne.
El 20 de octubre de 1923 apareció La Mesocracia, editado por la Sociedad de Empleados de Comercio, en la época en que presidía esa institución J. M. Ramírez Gastón. Parece que La Mesocracia llegó a alcanzar doce números, hasta mayo de 1925.
La represión que entre 1924 y 1925 apresó y deportó a varios dirigentes estudiantiles, no impidió la aparición de Amauta en setiembre de 1926 y su continuidad. En noviembre de 1928, Mariátegui fundó Labor no solo como periódico de extensión de la obra de Amauta sino con el fin de convertirlo gradualmente en vocero de la reorganización sindical. Vanguardia fue hacia 1929 o 1930 editado por estudiantes comunistas.
El Indio, quincenario oficialista de propaganda indigenista, editado en Lima, llevó en su segundo número, de 18 de diciembre de 1929, un retrato del presidente Leguía con una dedicatoria en quechua y su firma autógrafa.
ReVIStaS tauRInaS.- No parece que existió periodismo taurino especializado en la época anterior a la guerra con Chile, pues Mariano Felipe Paz Soldán no menciona el nombre de BoMBa RoJa
el denominado “periódico de los proletarios” inició su publicación en junio de 1926. Su primera edición, que vemos aquí, estuvo dedicada a los anarquistas del mundo. en su primera plana se lee: “compañeros: el periódico Bomba Roja sale para combatir, y hacer crítica a los momentos más imperiosos, donde las malezas de los bolcheviques y de los desertores libertarios se ensañan y hacen de las suyas dentro y fuera de los grupos y de las organizaciones obreras".