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El desarrollo de la población urbana

la POBlación POR ReGiOneS (1940)

Tomando en cuenta las regiones del país, el censo de 1940 reveló que la población peruana se encontraba dividida de la siguiente forma:

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ReGión PORcenTaJe costa 25,15% Sierra 61,66% Selva 13,19% indispensable en la educación fundamental que, dentro de cauces propios, deben recibir los adultos. El educando no es hoy solo el niño, lo es toda la población que necesita elevar su nivel de vida. Al acercarse a los sectores más disgregados del alma nacional se constata que, en la mayoría de los casos, su habla no es el castellano, sino sobre todo el quechua o el aymara. Los porcentajes más bajos de alfabetismo están, según los cálculos del Ministerio de Educación en 1957 ya mencionados, en Huánuco (37,80%), Puno (30,87%), Cuzco (28.43%), Huancavelica (28,26%), Ayacucho (26,70%) y Apurímac (22,75%), es decir en zonas donde predominan los idiomas indígenas. El castellano debe ser el medio usual de comunicación de unos peruanos con otros peruanos. Constituye, además el instrumento que, por su vasta área léxica, los puede poner en contacto con la cultura y la ciencia de nuestro tiempo, pues aun en la actual era de la velocidad del aeroplano, de la energía atómica y del comienzo del transporte teleguiado, no se ha difundido ni parece propagarse una lengua universal. Pero en relación de los sectores de la población peruana que no usan, en sus hogares o entre ellos mismos, el idioma español o que lo hacen deficientemente, despreciar, ignorar o vilipendiar el que emplean en la vida cotidiana no solo sería fútil sino cultural, política y socialmente insensato. El desarrollo de la radio, el cine, y en general, el adelanto de las llamadas ayudas audiovisuales, dan al empleo en el lenguaje hablado y dentro de él a los idiomas aborígenes una posibilidad de utilización que no se ha llevado a cabo y que el escrito nunca podrá tener. La enseñanza en dichos idiomas, oral y también escrita puede así ser un instrumento de trabajo básico para ampliar los conocimientos, ayudar a elevar el nivel de vida, fortalecer la conciencia nacional y la concepción del mundo, servir como puente y camino y favorecer la progresiva participación en el quehacer común de los grupos de población que han nacido y crecido dentro de dichos lenguajes. Es necesario, por cierto, que el Estado y las instituciones de cultura con la ayuda de organismos internacionales hagan estudios especiales que durante demasiado tiempo han estado descuidados sobre la técnica o el método para facilitar el bilingüismo de estos importantes sectores nacionales, para orientarlos en el sentido de conseguir resultados fecundos.

el deSaRROllO de la POBlación URBana.- La ruralidad ha sido tradicionalmente el cimiento profundo de la vida nacional. Desde fines del siglo XIX comenzó a esbozarse un creciente desarrollo urbano. Este proceso se derivó del aumento de la población y también de la corriente emigratoria del campo a la ciudad y de la provincia a la capital, así como, en gran parte, de la política anexionista de las ciudades respecto a los poblados limítrofes. En la capital comenzó a tomar mayor impulso, a partir de 1918, con un tímido progreso industrial a lo que se agregó como fuerza de atracción entre 1920 y 1930, la apertura espectacular de nuevas zonas de residencia y trabajo. Sumáronse a dichos factores, cuyo ritmo llegó luego a acelerarse, el sistemático impulso a una política vial y la mejora de las comunicaciones aéreas después de 1933 que prosiguieron y desarrollaron un proceso iniciado en el Oncenio. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial todas estas circunstancias llegaron a acelerarse notoriamente, en especial el progreso de las industrias y de los transportes y el incesante avance de las urbanizaciones y de la vialidad. Al aumento natural de la población urbana se agregaron el incremento más considerable de la migración interna del campo a la ciudad y de la zona andina a la costeña. Este fenómeno tomó luego caracteres aluviónicos en Lima y ha amenazado convertir a Arequipa en ciudad indígena. Faltan estudios monográficos sobre los casos de las ciudades provincianas.

A lo largo del siglo XIX se suceden cuatro etapas en la historia de Lima. Hasta 1870, más o menos, la fisonomía de la capital no tuvo cambios de importancia, salvo edificios aislados. En la época de Balta, Lima crece con la destrucción de las murallas y el surgimiento del Parque de la Exposición. Piérola inicia la transformación contemporánea en 1895. Pero este proceso alcanza

el deSaRROllO URBanO. Para la década de 1920, coincidentemente con las celebraciones del primer centenario de nuestra independencia, lima inició un proceso de transformación, que incluyó la formación de diversas industrias y la construcción de nuevas zonas residenciales, además de una mejora del ornato de las principales calles y avenidas. aquí se aprecia el Jirón carabaya, poco después de su pavimentación con el concreto y asfalto realizada en 1925 por The Fundation company.

el cReciMienTO de iQUiTOS

la capital del departamento de loreto fue una de las ciudades con mayor índice de crecimiento, según los censos de 1940 y 1961. en el primer censo se registraron 31.828 pobladores, mientras que en 1961, 57.777 pobladores. esta ciudad fue fundada en 1866 y creció rápidamente gracias al comercio con Brasil, la apertura de su puerto, pero sobre todo por la explotación del caucho. aquí, vemos el puerto de iquitos a inicios del siglo XX. vertiginoso ritmo con Leguía a partir de 1920. Hasta entonces la ciudad, como ya se ha repetido, terminaba por el sur en las cuadras cercanas al Paseo Colón. Se inicia así un vertiginoso ensanche en los barrios residenciales que se ubican en las zonas periféricas así como también en las áreas industriales y en los sectores históricos donde surgen a veces irreverentemente nuevas calles, casas y avenidas, a veces sin belleza arquitectónica para destrozar aun en su centro mismo, la fisonomía de la ciudad de los virreyes. Así como los ferrocarriles necesitaron vías de acceso a la urbe y estaciones dentro de ella, los automóviles provocaron un cambio en el firme y en el ancho de las calzadas; los tranvías, el alumbrado eléctrico (como antes el de gas), los edificios de hormigón y los nuevos tipos de construcciones de utilidad pública (mercados, industrias, galerías comerciales) influyeron de modo decisivo en el curso del urbanismo. Surge igualmente, a partir de 1920, más o menos, un desnivel mayor entre las comodidades y servicios que ofrece la capital y los de las ciudades de provincias con una falta de proporción que antaño no era radical. El terremoto de 1940 acentuó la significación de las primeras barriadas en Lima y Callao. A partir de 1946, más o menos, comenzó, en contraste con el lujo de determinados distritos y sectores, el incremento acelerado de esas urbanizaciones clandestinas, de bajísimo nivel de vida, expresión del ruralismo serrano fugado a la capital en ruda contradicción con las comodidades de los sectores favorecidos por la fortuna.

El censo de 1940 dio para todo el Perú un 64,6% de población rural y un 35,4% de población urbana, si bien consideró, con demasiado optimismo, dentro de esta última la que habitaba en las capitales de departamentos, provincias y distritos, o sea, en muchos lugares muy pequeños. En contraste con las cifras de distribución de la población total (61,6% en la sierra, 25,15% en la costa y 13,19% en la selva) la costa ofreció y ofrece un mayor porcentaje de la población urbana, y la sierra un mayor porcentaje de la rural. El departamento de Lima apareció en 1940 con el 28% del total de la población urbana del país. Las ciudades de la costa han tendido históricamente a ser más pobladas o próximas entre sí en la zona del centro y del norte

Según el censo de 1961, la población rural cubre el 52,6% del total y la urbana el 47,4%. En el período intercensal la población urbana ha crecido a una tasa media anual de 3,63%, mientas que en la zona rural, lo ha hecho en un 1,21%. Así pues, la población urbana ha crecido a un ritmo tres veces superior a la rural los últimos veinte años. En ello han influido las corrientes migratorias del campo a la ciudad.

La literatura contra Lima iniciada por Gonzáles Prada en Horas de Lucha tuvo repercusiones en las dos primeras décadas del siglo XX. Federico More llegó a escribir un libro titulado Lima contra Perú, Chile y Bolivia. Sin embargo la gran afluencia de provincianos a la capital (cuyo número ha sido calculado en el 34% del total de ella), las amplias perspectivas abiertas por el desarrollo fabril (1), por la mayor facilidad de comunicaciones con la sierra del centro y con el resto del país y las que provienen del tráfico aéreo y del movimiento portuario del Callao, crean realidades industriales, comerciales y económicas en general, ante las cuales no puede afirmarse que Lima representa tan solo un núcleo parasitario de tipo meramente burocrático o cortesano. Al mismo tiempo, surgen serios problemas ante la excesiva concentración administrativa, política, demográfica o industrial y urgen planes para realizar experimentos descentralizadores en la vida estatal, sin desmedro de la unidad nacional y para procurar el encauzamiento del éxodo rural y el planteamiento orgánico de una economía más dinámica y productiva con múltiples focos de expansión.

La población de las ciudades capitales de departamentos fue la siguiente, según el censo de 1940 y según el censo de 1961:

(1) En la zona Lima-Callao se concentra ¾ de los establecimientos fabriles, 2/3 del personal que trabaja en la industria registrada y cerca de 2/3 del valor total de la industria manufacturera (Fernando Romero, Educación y Desarrollo económico. Lima, 1963, p.194)

Departamentos Ciudades 2 de julio de 9 de junio de Capitales 1961 1940

 Amazonas  Áncash Chachapoyas Huaraz

 Apurímac  Arequipa  Ayacucho Abancay Arequipa (1) Ayacucho (2)

 Cajamarca

Cajamarca  Prov. Const. Del Callao Callao  Cuzco  Huancavelica Cuzco (3) Huancavelica

 Huánuco Huánuco

6.860 20.345 9053 135.358 23.768 22.705 155.953 79.857 11.309 24.646

5.145 11.054 5332 60.725 16.642 14.290 69.406 40.657 7.497 11.966

 Ica Ica 49.097 26.729

 Junín  La Libertad  Lambayeque  Lima Huancayo (4) Trujillo Chiclayo Lima (5)

64.153 100.130 95.667

36.958 20.896 31.539 1.436.231 520.528

 Loreto Iquitos

57.777  Madre de Dios Puerto Maldonado 3.518 31.828 1.032

 Moquegua  Pasco  Piura  Puno  San Martín  Tacna  Tumbes Moquegua

7.795 Cerro de Pasco (6) 21.363 Piura 42.555

Puno Moyobamba Tacna Tumbes 20.885 6.172

Notas.- Por lo general, la población de las ciudades capitales es la que corresponde al área urbana del distrito sede de la capital departamental. (1) La ciudad de Arequipa, a la fecha del censo de 1961, estuvo integrada por el sector urbano de los distritos de Arequipa y Miraflores. (2) La ciudad de Ayacucho, a la fecha del censo de 1961, estuvo integrada por el sector urbano de los distritos de Ayacucho y San Juan Bautista. (3) La ciudad de Cuzco, a la fecha del censo de 1961, estuvo integrada por el sector urbano de los distritos de Cuzco, Santiago y 24 de Junio. (4) La ciudad de Huancayo, a la fecha del censo de 1961, estuvo integrada por el sector urbano de los distritos de Huancayo, Chilca y El Tambo. (5) La población del área metropolitana de Lima, ciudad capital de la República, a la fecha del censo de 1961, estuvo integrada, por excepción, por los sectores urbano y rural de los distritos de: Lima (Cercado), Breña, Chorrillos, La Victoria, Lince, Magdalena del Mar, Magdalena Vieja, Miraflores, Rímac, San Isidro, San José de Surco, San Martín de Porras, San Miguel, Santiago de Surco y Surquillo. Señalan otros hitos en el desarrollo de Lima las siguientes cifras sobre la población de la ciudad tomadas en distintas épocas: 54.000 habitantes en 1764; 52.000 en 1793; 87.000 en 1810; 70.000 en 1826; 54.600 en 1936; 53.000 en 1842; 100.300 en 1859; 140.000 en 1903; 223.000 en 1920; 376.000 en 1931. (6) La ciudad de Cerro de Pasco, a la fecha del censo de 1961, estuvo integrada por el sector urbano de los distritos de Chaupimarca y Yanacancha. 24.459 8.373 27.499 3.718 17.882 19.027 13.786 7.046 11.025 a partir de 1946, MÁs o Menos, coMenZó, en contraste con el luJo de deterMinados distritos y sectores, el increMento acelerado de esas urbaniZaciones clandestinas, de baJÍsiMo nivel de vida, eXpresión del ruralisMo serrano FuGado a la capital en ruda contradicción con las coModidades de los sectores Favorecidos por la Fortuna.

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