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El problema de la alimentación
hablado por algunos de la existencia de una subcapitalización, a la que se agrega el índice bajo de rendimiento unitario, salvo los lugares de producción industrial. Al mismo tiempo la ganadería cubre solo en una parte los requerimientos de carne del país, abastecidos en considerable proporción por las importaciones que han tendido en los últimos años a acrecentarse.
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el prOBleMa de la aliMenTaciÓn.- El Perú, a lo largo del siglo XIX y más allá de la primera mitad del siglo XX, descuidó el problema de la alimentación. Continuó y se ahondó el olvido de las grandes realizaciones del pasado. A diferencia del continente europeo y asiático, en los Andes, los pobladores precolombinos desarrollaron un sistema de alimentación que se adaptaba muy bien a las difíciles condiciones ecológicas existentes. Dicho sistema estaba dirigido hacia el aprovechamiento de proteínas y vegetales. Mediante el cultivo intensivo, semejante a la horticultura, fue posible el abastecimiento de alimentos de alto nivel nutritivo a una población con una densidad que solo ha sido alcanzada nuevamente en este siglo. Los violentos cambios sociales y estructurales que trajo consigo la conquista española destruyeron el sistema de alimentación vigente; y a ello contribuyeron el desarrollo de la producción animal, así como también la utilización extensiva e ineficiente de las tierras. Los efectos resultantes -cambio de las costumbres alimenticias y pérdida de eficacia en la producción de proteínas- son visibles en los problemas nutricionales de la actualidad. Los españoles trajeron muchos productos útiles o agradables para comer o beber; y estas novedades continuaron después de la Independencia. Pero faltaron el interés o la capacidad o el conocimiento para reactivar los sistemas tradicionales de producción de alimentos teniendo en cuenta las condiciones sociales y ecológicas del ande peruano. Se olvidó o despreció salvo en casos como el de la papa, la amplia oferta alimenticia de la cultura andina, en el aspecto fisiológico-nutricional y en el agrícola. Cultivos como el del lupino, el del tarwi, talhui, tauri o chocho fueron dejados de lado aunque su semilla muestra alto contenido de proteínas y aceite, como en el caso del frijol de soya y aunque se trata de un acumulador de nitrógeno y liberador de fosfato que favorece a los cultivos subsiguientes; además, los troncos, cuando termina la cosecha y trillado pueden ser utilizados como combustible. Hay otros notables productos como la quinua que solo empiezan a ser aceptadas en el menú familiar; algunos como la cañihua siguen siendo, por lo general, desconocidos. Los anteriores son, apenas, unos cuantos ejemplos.
La población no está aun debidamente alimentada ni equilibradamente nutrida. La subalimentación se ha debido no solo a un fenómeno de deficiencia en la producción sino también a la falta de poder adquisitivo del consumidor mayoritario, agudizada en las ciudades por la inflación de los últimos años. Entre 1939 y 1949 el valor de las importaciones de productos alimenticios aumentó en un 75%, con una proporción mayor que todas las demás. Según un estudio publicado en Anales de la Facultad de Medicina en 1960, el consumo por persona de calorías y proteínas ha empeorado de 1947 a 1966. El área dedicada en la costa a los cultivos que suministran aquellos productos no es muy considerable. Esta región es, en general, insuficiente en carnes, leche y derivados, aves y huevos, grasas y aceites, papa, trigo, frutas y artículos alimenticios diversos de menor consumo con fallas en alimentos protectores. La sierra, con deficiencias alimenticias, se abastece a sí misma en papa y otros tubérculos, maíz, cebada, quinua, cañihua, centeno, haba y otros granos leguminosos y casi en su integridad de trigo. A la vez, envía a la costa, por una necesidad de orden económico, pues es como una despensa de ella, papa, maíz, trigo, cebada, haba, quinua principalmente y también frutas y pastos. En cambio, recibe de la costa azúcar, algodón, arroz, grasas y aceites, productos industriales y algunas importaciones. Pero el abastecimiento más valioso con que la sierra contribuye a la alimentación de la costa y también de la selva consiste en carne de ganado vacuno, de carnero, de cabra, de chancho, e incluye, asimismo, aves, reVOlUciÓn aliMenTicia
durante el Virreinato, los alimentos importados por los españoles de europa reemplazaron a muchos productos andinos, algunos de ellos con mayor valor proteico. la revolución alimenticia impuesta desde fuera desplazó de las mesas peruanas a alimentos como el tarwi, lupino o chocho. la disminución en el consumo de calorías y proteínas afectó principalmente a la población infantil de la sierra peruana, dentro de la cual se presentaron casos de desnutrición. la fotografía de niños que vemos aquí fue tomada en la década de 1920 en la Oroya.