Apuntes brevísimos sobre la minificción en Colombia
La brevedad no tiene fronteras geográficas. Cualquier idioma puede apropiársela y reinventarse múltiples maneras lingüísticas de abordarla. En esos menesteres, la lengua española ha llevado la batuta. La minificción, el microrrelato, el minicuento, o cualquier nombre que se asuma como texto brevísimo, ha encontrado en la lengua de Cervantes su mejor morada. Así pues, tenemos en Hispanoamérica una fuente riquísima de estos textos literarios que han sido producidos por autores noveles y autores de trayectoria. En este sentido, Colombia no ha sido la excepción. Aunque suene a lugar común, hacer una muestra bien sea antológica o más pequeña ―como en este caso― no es asunto tan sencillo pues se corre el riesgo de dejar de lado textos maravillosos o, en todo caso, autores que merecen ser nombrados en estas selecciones. No es una disculpa; es la declaración expresa de quien ha hecho esta pequeña muestra de autores y textos del género breve de una nación que ha dado una cosecha importante al respecto, pero que, por razones prácticas, no pueden mencionarse todos y cada uno de los autores colombianos que han escrito dentro del género. Algunos de los autores seleccionados probaron las mieles de la brevedad en alguna oportunidad, con talento pero sin detenerse mucho en estos textos; mientras que otros han hecho de la mínima expresión un camino recorrido. Y justamente es indispensable mencionar a uno de los más importantes autores y estudiosos de la minificción, y a
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