Volumen 3 Marzo 2018
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“«Pon esta sal en el agua, y regresa mañana conmigo.» [Svetaketu] Así lo hizo. [El padre] le dijo: «Por favor, dame la sal que ayer pusiste en el agua.» Cuando la buscó, no la encontró, pues se había disuelto. «Por favor, sorbe de un extremo. [El padre] ¿Cómo es?» [Svetaketu] «Salada.» «Sorbe del medio. ¿Cómo es?» [Svetaketu] «Salada.» «Sorbe del [otro] extremo. ¿Cómo es?» [Svetaketu] «Salada.» «Ponla a un costado y sígueme.» Así lo hizo y dijo: «[La sal] estuvo siempre allí.» [Entonces su padre] le dijo: «Lo que es la esencia más sutil, eso es el alma de todas las cosas. Eso es la realidad. Eso es el atman y eso eres tú, Sevkateku», «Bhagavan, instrúyeme más». «Así sea, querido», le dijo.” Chandogya Upanishad, Sexto Adhyaya, Decimotercer Khanda
En el mundo hay 7450 millones de personas, o eso dicen los datos de Census.gov. Pese a esto nos sentimos solos, mucho más solos que nuestros padres, mucho más solos que nuestros abuelos. Tenemos amigos, 4 o 5, tenemos compañeros de trabajo, esos que nos ven con un disfraz, tenemos compañeros de clase, esos que nos enseñan y nos ayudan con los trabajos, tenemos parejas, esas que nos cuidan y nos hacen felices y estar vivos, pero nos sentimos solos. Estamos solos, porque ahora tenemos unos espejos negros que nos reflejan de manera invertida. Estos reflejos son nuestra compañía, las voces que oímos y nos acompañan. Son el pequeño demonio y ángel que tenemos en nuestros hombros, que nos dicen qué hacer y qué no. Son la nueva moral, la nueva ética y nosotros somos el nuevo Nicómaco. Así nos sentimos unidos, así nos curamos y así empieza nuestra ansiedad conectada. La única manera de volver a nuestra amada soledad es mirar, mirar y ver, ver frente a un espejo, pero no negro, sino que blanco.
Dedicado al tiempo que no sentimos pasar
IVET ZWATZKO
Cafè de les delícies “Que vingui l’hivern, que estem preparats!” Pau Vallvé Una cambrera menuda et demana que si vols alguna cosa. Somrius tímidament i dius que un tallat amb molt de sucre, que tens mal dia, avui, i el necessites. No et respon però et mira llargament i tendrament. I aquí la veus. L’esperaràs fins que la lluna tingui son i s’amagui, i així ella pugui plegar de la feina. No saps ni tan sols quantes hores faràs veure que llegeixes la mateixa pàgina d’aquest diari que ara agafes de la taula del costat. No saps ni tan sols que tens els plats acumulats a la pica del sopar d’ahir a la nit i una rentadora que demana a crits que algú l’engegui. No saps què deixaràs de fer al llarg de la tarda sols per veure com ella serveix cafès i magdalenes, somriu aquí i neteja allà, sense esma i amb un desànim controlat. No saps perquè ho fas tot això, de fet. No entens què et reté a aquesta cadira, quins set sous no et deixen moure el cul d’aquest seient. Només tens la certesa absoluta que, si cal, l’ajudaràs a recollir els plats i fregar les culleres i l’acompanyaràs fins al portal de casa ara que ha arribat l’hivern. No fos cas que es refredés. No fos cas que dormís sola. I, potser, si t’hi vol després, l’abrigaràs amb la teva pell robusta sota la seva flassada blanca. Entortolligaràs els teus peus amb els seus peus i li resseguiràs el cosset esprimatxat i nerviós, amb dolçor i estima. Li parlaràs a cau d’orella. Li faràs petons a l’esquena, al coll, al ventre. Somriurà tímidament i et demanarà un tallat amb molt de sucre, que té mal dia, avui, i el necessita. No respondràs però la miraràs llarga i tendrament. I aquí hi cauràs, 4
IVET ZWATZKO perquè estimar és caure. I d’aquí a uns anys, potser, estirat al sofà d’un amic que no coneixes encara, la recordaràs nua i tranquil·la sobre teu, i escriuràs sense versos ni tacte un poema com aquest. —Barcelona, 16 de novembre de 2017. 18.36h
Il·lustració de Pep. 5
DESI BALTANÁS
Te has encontrado con alguien a que no es lo bastante fuerte para escalar, pero siempre se va por las ramas. Quien la conoce dice que es enrevesada, no mala, complicada. Está tan acostumbrada a escucharse a sí misma que a veces se le olvida que otras voces existen. Nunca será tu culpa y siempre te querrá prestar atención. No siempre recordará tus palabras pero te asegurará que querrá saber más. Ya ha memorizado los pliegues de tus manos y sonríe cuando sabe que te va ver. Reconoce tu cara de exasperación, la de insatisfacción, la de “te echo bronca pero con respeto y cariño”, tiene un mapa mental de cómo se siente contigo cuando no la miras sin verla. No preguntará mucho porque esperará a que tu respuesta llegue sola. Ya se ha sabido problema e incordio, así que espera la incógnita se despeje a tu ritmo y tu manera. Sin exigirlas ni esperarlas buscará caricias como un gato que ha pasado años fuera de casa. Antes de desaparecer pensará en volver. El amor la hace vomitar porque no se ha abierto para recibirlo, nunca piensa en otros chicos cuando está contigo porque cuando está contigo no piensa. Sabe que la cagará porque es viento, ya se lo dijeron. Sabe que la volatilidad podría no gustarte, pero cuando la necesites se quedará.
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ROGER BUENDIA
Cajas Prisas por perder el tiempo, tiempos perdidos presos: abro la habitación del pánico. Un reloj celoso guarda la cancela; mira por encima del hombro y tiñe mis sueños de amarillo. Recuerdo antes de ayer planificando el día de mañana, y hoy no doy una -de nada-. Partículas tácticas articulan tacones de aguja. Dibujo una puerta al ver una ventana. Abriré la puerta roja, cruzaré el lindar verde. O eso me digo y me pongo azul. Mi caja de zapatos encaja demasiado con mis sueños pisados.
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PAULA GUITART Consigo ver tu mano, robusta, fuerte, dura y desgastada. Reposa en la mía, pausada. Y cual búho cauto a medianoche, que mira su espalda, te observo de perfil, lágrima desconsolada. Mirada fija e impenetrable. Sigo la arrugada línea, que recorre tus desgastados labios, de gritar, tus oídos derrotados, de escuchar. Y justo en la pupila, veo una decrépita estrella, exhausta de luchar, cansada de jugar, de noche, con la luna. Y es entonces cuando veo. Caminante, que las huellas se borran y el agua nos consume, y yo no quiero dejar de jugar. 8
PAULA GUITART Yo no quiero quedarme a oscuras. Así que mírame, ve tu reflejo y dime, que mis ojos son los tuyos, que nunca dejarán de brillar. Porque en los míos, tu luz es inmortal.
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JOSE GARCÍA
De mi tragedia, su desgracia El rey sabio por naturaleza siempre tiene la última palabra. Conoce bien la vida. No le importa la sangre derramada que para el fuerte no significa nada. Yo soy poderoso y fuerte. Nací con suerte, huí de la muerte, la misma que yo creé con algo más que fe. Yo por el bien todo he hecho, he robado, he engañado, a malas mujeres he violado, a sus hijos he asesinado. Ahora todos ellos buscan venganza, es la guerra santa, pero yo siempre he ignorado la voz del pueblo refugiado, he olvidado las caras de los exiliados. No forman parte de mi reino, este no es su mundo, sino el mío. Todo lo poseo, todo lo destruyo. Estoy en mi derecho. ¿Cuál es el tuyo? De cadáveres se compone mi trono, nadie grita, nadie se levanta ante esto. 10
JOSE GARCÍA
Sólo lloran y cubren los cuerpos de quienes todo lo pudieron ver. Mis hijos nacen libres con cadenas de plata, bocas amarradas, manos atadas para que no hagan nada. Esta es mi lucha, tú única derrota. Mis mujeres también son libres, pero bajo mi propio deseo. Sus frases jamás leo, sus palabras no son más que berreos. Hasta a mis siervos todo les he dado, tienen la posibilidad de hacerme fuerte, no hay acto más valiente. La triste realidad es que sus vidas han hipotecado y ocupan el papel de un mero sirviente. A mis seguidores no les importa, sólo siguen las palabras que he gritado. Mi fuerza, mi iglesia, por ella han luchado y en lápidas yacen por un deber honrado. De mi tragedia, su desgracia y lo que le acontece. En poco, todo ha cambiado, sus voces han resurgido, se han levantado. Alzan el puño en alto, reniegan de seguir siendo esclavos. 11
JOSE GARCÍA
Me culpan a mí, que todo les he dado. Yo que me he sacrificado, sentándome en este trono helado, donde ordenes he mandado, arriesgándome a ser ignorado. Pero pobre aquél desquiciado que no haga lo que le haya mandado. Soy el fuerte, el privilegiado, merezco todo lo que me habéis dado, vuestras almas a mí se me han otorgado. A los que despiertan, ¡temed! Vuestros nombres he apuntado con sangre en negro papel. ¿Por qué no me amáis? Yo que con vuestros enemigos he acabado, sus pueblos yacen bombardeados, sus hijos en nuestros mares flotan ahogados. Yo soy el rey, aquí sigo fiel, restablezco el orden y el deber, luchando contra nuevas mentiras creadas. Al compás de mi voz bailad, pues es sólo utopía lo que llamáis libertad.
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ONA QUERALT
Un dia de novembre Negra nit, trista foscor, cada cop que riu la Lluna; d’entre tots els meus records, ploro aquell dia de pluja. Tendres tardes de tardor, tant de bo ens tornem a veure, envoltats dels seus colors, abraçant la seva esquena. I que fini el llarg estiu... Fulles mortes pel carrer, daven vida a les voreres, ballant amb l’alè del vent brunes, ocres i rogenques. Vull que torni el fred d’hivern, que s’adormin les roselles, que s’aturi el pas del temps al petó on ens vam conèixer. I que fini el llarg estiu... Veig com brillen aquells ulls amb la llum d’un bell somriure, sento com els teus dits nus canten dolces melodies. Quan jauràs entre el cel clar i el blau mar de la sirena, enyorant-te més i tant sonarà el mes de novembre. I el teu aire sigui viu...
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ANNA CELDA
Sobre la buidor i la plenitud. Els forats i les llunes plenes. La Lluna pot contenir un forat i pot ser forat en comptes de lluna. Un paisatge de muntanya de dia es pot convertir en una nit vertical. Ambivalent en sí mateixa. Plaent en la seva absència de presència i buida com la foscor del cel. Es pot jugar amb la (no)realitat o les multiples realitats d’una imatge. La contradicció, la possibilitat i re-creació d’una realitat —en moviment. La no-presència del buit dóna la possibilitat al moviment —al canvi, constant i circular com els estels que corrent i els malsons que es repeteixen. En la buidor està la plenitud. És i ho integra tot en ella. Igual que el forat integra el paissatge de muntanya en una nit de lluna plena.
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THIBAULT LEGENDRE
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THIBAULT LEGENDRE
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THIBAULT LEGENDRE
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RUTH GARCIA
MALGRAT TOT, SHAKESPEARE L’AUTORA. – (Amb veu dolça, com si parlés amb un infant) Veus? Jo estiro aquest fil i tu mous el braç. EL PERSONATGE mou el braç L’AUTORA. – El teu nom és Alfons. EL PERSONATGE. – Alfons? Perdoni, però no m’hi sento gaire identificat. L’AUTORA. – (que ignora el comentari) Estàs perdudament enamorat de la Cristina. L’ALFONS. – Qui és la Cristina? Com és? L’AUTORA. – És la teva dentista. Té els cabells rossos, els ulls marrons, és alta... L’ALFONS. – Miri, és que a mi m’agraden més les morenes... L’AUTORA. – (autoritària) A tu, les noies, t’agraden rosses. L’ALFONS. – (que no ho nega) I com la puc estimar, si no la conec? L’AUTORA toca amb un dit el pit de L’ALFONS i aquest s’encén d’amor per la Cristina. L’AUTORA. - Lamentablement, la Cristina ha mort. 20
RUTH GARCIA
L’ALFONS. – (Molt alterat) Ha mort? Com ha mort? Per què ha mort? L’AUTORA. – Ha caigut per les escales d’un centre comercial. L’ALFONS. – Com? Si tothom sap que els personatges morim a casa, íntimament, després d’un parlament emotiu! O, de vegades, morim en una gran empresa, en el moment més inoportú! L’AUTORA. – (que el torna a ignorar) No podràs viure sense la Cristina i, per això, et suïcidaràs. És una tragèdia moderna. L’ALFONS. – Miri, per aquí no hi passo. Aquest caràcter romàntic a mi no m’escau. Una mica d’amor per la vida he de tenir... A més a més, permeti que li digui que la meva mort em sembla gratuïta i innecessària. Em penso que m’ha tocat una autora de tercera categoria... No sé de què treballo jo, però una dentista que mor en un centre comercial no és adequada per a un romanç tràgic. L’AUTORA. – (Amb riure clar) Encara no ho entens, oi? No tens caràcter, voluntat, ni vida més enllà dels que jo et vulgui donar. Veig que t’he de rebaixar una mica la insolència. L’AUTORA pica de mans. L’ALFONS està a dalt d’un penya-segat. Mira cap a baix, cap al mar. Les roques són punxegudes i l’aigua brogeix. L’AUTORA, amb una estrebada dels fils, el llença daltabaix. L’ALFONS reapareix dos segons després sobre el penya-segat.
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RUTH GARCIA L’ALFONS. – Quin final! Quin paratge! Això ja m’agrada més! Però el principi de la història segueix sent massa fluix. Jo no tinc vida sense tu, és cert. Però aquí, al cor, em noto una essència que no has sabut expressar. Els dos sabem que no soc un personatge acabat. L’AUTORA, frustrada, estripa un altre full. L’AUTORA. – Tinc pressa, Alfons, necessito donar-te vida sobre el paper, no retenir-te al meu cervell. Si no ho aconsegueixo, moriràs amb mi.
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BREL
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