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Presentación

El año 2010 ha sido declarado por la ONU como Año Internacional de la Biodiversidad con el objetivo de difundir y promover la protección de la diversidad biológica. Las actividades humanas están provocando cambios irreversibles en nuestro Planeta. Algunos de estos cambios son más conocidos, ya que ocupan las portadas de los medios de comunicación con demasiada asiduidad. Desdichadamente nos vamos acostumbrando a ver, como un hecho casi cotidiano, imágenes de mareas negras en los océanos, de destrucción de hábitats emblemáticos, de explotación abusiva de los recursos naturales, etc... Estos hechos, bastante importantes, no nos deben impedir de reflexionar también sobre los efectos que las acciones más próximas a nosotros tienen sobre las diferentes especies y que muchas veces no merecen ni una breve nota, si no es en algún boletín científico o en foros especializados, siempre minoritarios. ¿Qué influencia tienen nuestras acciones cotidianas sobre nuestro entorno? ¿Es noticia la desaparición de una especie de insecto insignificante, de una planta, de un anfibio o incluso de un mamífero? ¿Sabemos valorar en su justa medida hechos de estas características? Parece que no demasiado. A pesar de ello, los científicos alertan que nos encontramos enfrentados a una verdadera crisis de extinción de especies a nivel mundial que además se está produciendo a un ritmo muy acelerado. Hay estimaciones muy fiables de que más de 34.000 plantas y unas 5.200 especies animales estarían en peligro de desaparecer para siempre. El calentamiento global no hace sino acelerar todavía más este proceso ya que está influyendo de una manera muy importante en los cambios que se están dando en muchos hábitats y en la distribución de las especies. Es evidente que a lo largo de la historia de nuestro mundo se han extinguido muchas especies animales y vegetales y han surgido otras. La evolución no se detiene. Pero también hay que tener en cuenta que la presencia humana ha sido determinante en las últimas etapas de la historia de la Tierra, y que sus actuaciones futuras serán también determinantes para la preservación de la diversidad y los recursos biológicos que son decisivos para el bienestar y la supervivencia de nuestra propia especie. En este número del Portarró hablaremos de la hormiga roja, uno de los habitantes más abundantes del Parque a la vez que descubriremos los mixomicetos, unos hongos muy peculiares y desconocidos. Ésta será la modesta aportación de esta revista al conocimiento de la diversidad biológica. En la entrevista veremos como el trabajo callado y constante dio como resultado la confección de los primeros mapas excursionistas del Parque, mientras que la esencia de las palabras nos llevará a navegar por el archipiélago figurado de los pueblos del valle de Boí después de descubrir los valores culturales que representa la artesanía popular en nuestros valles, gracias a los trabajos de investigación realizados por el Ecomuseu de les Valls d'Àneu. Finalmente, llegaremos a la magnífica atalaya del Coll de Fogueruix siguiendo uno de los senderos más desconocidos y bonitos de la solana del río Escrita. La biodiversidad es la variedad de la vida. Comprende la fauna, la flora y la vegetación, pero también la especie humana, el patrimonio genético, el paisaje... y el conjunto de las interacciones entre los organismos. Su protección y conservación dependerá de las actuaciones a nivel mundial pero también de nuestras actitudes y aptitudes hacia el territorio más próximo, más cotidiano. En los alrededores de nuestro pueblo o ciudad empieza la protección de todo el Planeta.

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