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Artesanía y arte popular. Algunos datos etnográficos a partir de la obra de Violant i Simorra

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Para cualquier acción revitalizadora de la artesanía pirenaica es básico considerar que existen precedentes históricos de gran importancia en todo el Alto Pirineo. En concreto uno de los primeros etnógrafos que ha habido en Cataluña, Ramón Violant i Simorra (1903- 1956), era de origen pallarés y efectuó intensas investigaciones en el Pirineo. En algunas de las obras de Violant i Simorra, como L’art popular a Catalunya (1948), las piezas procedentes del Pallars tienen un peso considerable y su obra nos permite documentar, -mediante dibujos, fotografías, fichas y textos-las características, utilidades y condiciones de producción de las piezas de artesanía pirenaica de la primera mitad del siglo XX. Violant define como arte popular una gran parte de los objetos, piezas y materiales que podríamos incluir dentro de la producción artesanal actual, relacionada directamente con una cierta tradición local vinculada a las necesidades y las formas de vida características de estos territorios. Él lo describe así: “Nosotros entendemos por arte puramente popular únicamente aquellas producciones de tradición secular y manufacturadas por la mano del hombre, o sea aquellas en las que no solamente no ha intervenido nada la máquina, sino que responden a una técnica de raíz tradicional que unas generaciones han ido heredando de las otras, sin muchas alteraciones de forma y ornamentación, siguiendo en muchos casos, una tradición técnica familiar. Populares son, entonces, el arte rústico de la madera y del tejido con mimbres, palma, esparto y otras fibras vegetales y animales, así como la alfarería y las artes del hierro y del cobre, practicadas, sobretodo, por los herreros y caldereros o orfebres rurales.” Violant organiza y clasifica este arte popular a partir de los diferentes materiales que implican estas producciones; el arte de la madera, de la cestería, de la alfarería, la cerámica pintada, los vidrios populares, el arte del metal, el arte de la guarnicionería y los tejidos populares. Siguiendo este mismo esquema, encontramos que la mayoría de estos productos tenían una fuerte implantación en el Pirineo, a pesar de que no todos estaban producidos y elaborados en el mismo territorio pirenaico (del cristal por ejemplo, no se ha documentado su producción en ningún pueblo o lugar pirenaico, sino que llegaba de otros lugares como Vimbodí, en la Conca de Barberà). En este artículo les proponemos un repaso general a las diversas producciones de madera y cestería que están documentadas históricamente en los diferentes municipios vinculados con el territorio que integra el Parque Nacional. Eso que Violant llamaba Arte Popular se identifica actualmente como producciones artesanas que, en parte, aún están presentes testimonialmente. Por eso seguiremos el mismo esquema propuesto por Violant y reproduciremos algunos de los interesantes datos etnográficos que nos aporta su obra.

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El arte de la madera

Probablemente el trabajo de la madera es una de las producciones más representativas y características de estos territorios pirenaicos y de las que más se mantienen en la actualidad. T al y como dice Violant, las maderas que más se utilizaban en estas producciones eran el boj para los trabajos más delicados, como flautas, castañuelas, ganchillos, agujas de media y canutos, etc.…El pino, el sauce y el almez para collares y canaulas y también para hacer zuecos, queseras y otros utensilios y vasijas caseras; y de las verrugas de los olmos, pinos y nogales, solían construir las ollas para comer, porque esta parte del árbol serrada arras del tronco ya tenía la forma redondeada de la cazuela. En este sentido, también Violant atribuía a los pastores la

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construcción de muchos utensilios y objetos. Él lo dice así: “Todos los pastores de antaño, de todos los pueblos y de todas las culturas, estaban muy acostumbrados a trabajar la madera, y fabricaban con navaja bonitos e interesantes trabajos, más o menos artísticos, de mucho valor y mucho mérito (…) Nuestros pastores tradicionales pirenaicos no producían tan solo objetos para uso propio, sino también para el hogar familiar, así como otros de fabricación muy delicada“. Y continua diciendo: “Estos objetos, unos y otros, después de tallados, vaciados o moldeados, generalmente los decoraban a punta de cuchillo, utilizando diversos temas ornamentales, como los motivos geométricos (zigzag, dentado, triángulos vacíos, círculos, rosetones formados por estrellas, sextifolios, esvásticas…)” Entre la abundante producción de piezas documentadas, hay algunas características que poco a poco se han ido convirtiendo en verdaderos iconos y símbolos para el Pirineo. Este es el caso de los saleros que Violant define como “los recipientes destinados a contener sal para el uso culinario cotidiano, sabemos que los tallaban o modelaban, y decoraban los pastores del alto Pallars Sobirà (…) son notables, sobretodo, los que hemos encontrado en Alós y en Espot, en forma de artística cestita, bellamente decorados con rosetones y zigzags simétricamente trazados y esculpidos”. También son emblemáticas las queseras “recipientes, propios para enmoldar el queso, ya sea en forma de cazuela, con mango o sin, en los más antiguos, o de forma compuesta por una plancha y un círculo de corteza o de madera fina como un collar, sólo se encuentran en el Pallars, la Ribagorça, Aran, Andorra y alguno en el Museo de Ripoll, obra de los pastores y de otros campesinos dados a trabajar la madera. En todos los casos, el fondo de la quesera y, en algunos incluso la prensa o el tapón de prensar (Vallferrera, Coma de Burg, Andorra occidental) se presentan bellamente esculpidos y decorados con magníficos sextifolios, rosetones y motivos geométricos diversos o, a veces, haciendo únicamente canalillos y agujeros por donde se escurre el suero al manipular y modelar el queso. El primero es típicamente tradicional del país, mientras que el otro tipo, compuesto de la escurridera y el círculo, es de influencia francesa introducido en el Pallars, desde Aran o bien directamente desde Arièja (Cardós, Vallferrera), y lo encontramos también en todo el Pirineo aragonés y de Navarra oriental”. Además de estos objetos más emblemáticos, Violant también nos describe otros objetos como: Collares (“de una astilla de tronco de pino que, en el valle de Boí, aún arrancan de los árboles vivos del bosque, todos nuestros pastores construían bellos collares para los carneros dóciles y para los cabrones, guías y conductores del ganado…”) ; marcadores de cocas (una especie de maneta de boj, con un relieve esculpido en cada extremo (…) con la que, antaño, las amas de casa del entorno rural pirenaico adornaban las cocas normales y las redondas de la fiesta mayor”) ; garrotes (utensilio puntiagudo para las mujeres que iban a atar las gavillas al lado de los segadores); morteros, pipas y cajas de cerillas, etc.… Violant también describe con gran detalle las diversas técnicas con las que decoraban la madera como el uso del estaño, la decoración a cuchillo y la aplicación de colores en algunos elementos como collares, muebles, etc.…: “Cuando querían estañar o adornar un objeto (…) hundían más los cortes que querían llenar de estaño, con el fin de que al tirarlo fundido, fuese corriendo por todas las líneas del gravado que deseaban estañar (…) Esta técnica de embellecimiento, si bien la encontramos en Bascònia, Navarra y Portugal, así como en la Bretaña armoricana, en

Violant i Simorra en una de sus expediciones (1942)

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el Delfinado y en alguna otra comarca francesa (…) hasta ahora, en nuestro Pirineo, sabemos que ha sido usada sólo por los pastores de la Alta Ribagorça y del Pallars Sobirà. Más popular y extendida es la decoración a base de pintura lisa (en roja, azul de la India o bien negro, o los colores mezclados) con la que los pastores de antaño adornaban los collares grabados. Actualmente los pastores araneses y boinenses los pintan de colores diversos (…) Así mismo, los pallareses, no solamente policromaban algún collar, imitando a los pastores del valle de Aran, sino incluso alguna tortera.”

El arte de la cestería

Violant define como cestería el arte de hacer cestos o de procurarse una vasija o herramienta para ayudar a transportar las cosas y la estructura a partir de las siguientes tipologías:

Cestería de paja: Técnica del tejido en espiral

Elaborada a partir de tallos de cereal, es muy característica del alto Pirineo y bien documentada por V iolant: “según nos explicaron en Espot, hace más de sesenta años que en Berrós, aldea del valle de Àneu, había un hombre que se dedicaba a la construcción de cestones mediante paja de centeno sin trillar (“palla fustal”), que después llevaba a vender por aquellos pueblos de la comarca del Pallars a cambio de legumbres”.

Cestería de ramas, mimbre y caña

Elaborados a partir de ramas de mimbre y cañas, se pueden encontrar en todo el Pirineo. Tal y como dice Violant: “Otros tejidos de estas características se encuentran, sirviendo de tabiques interiores, en muchos habitáculos pirenaicos, así como actualmente en barreras de separación de cultivos, de la Ribagorça y del valle de Àneu, y en paredes de corrales espaciosos de la Ribagorça.”

La técnica del tejido de costillas: los cesteros

Esta técnica, aún presente en diferentes pueblos pirenaicos, pero con poca representación en la actualidad, utiliza como material básico el avellano y su corteza. T al como dice Violant: “Esta técnica, típicamente masculina, en nuestro territorio, es la que usan los cesteros del valle de Àneu y comarcas vecinas para producir cestos y cestas de ramas quebradas de avellano (...). El de cestero no es ningún oficio que pudiésemos llamar especializado, ya que en el valle de Àneu, la Ribera de Cardós, el valle de Castellbò, Aran, Andorra y los valles de Boí y Barravés, durante los meses inactivos de invierno, muchos hombres mayores y jóvenes, además de construir y arreglar herramientas de uso pastoril y agrícola, se dedican aún a realizar cestas incluso alguna sera,...”. Además de la obra de Violant, tenemos la inmensa suerte de disponer del legado de otros autores que desde la etnografía y el folklore nos han dejado importantes testimonios de las técnicas, procesos y oficios que hasta los años 80 del siglo XX estuvieron presentes en el sector productivo del Alto Pirineo. La obra de Krüger o de Joan Lluís, más las piezas etnográficas cuidadosamente conservadas en diversos museos pirenaicos nos aportan un excelente catálogo de piezas a partir de las que los artesanos actuales pueden recuperar e innovar en su producción contemporánea. Como dice el antropólogo y diseñador Pep Mañà: “La artesanía es una de las actividades y expresiones que configura el genius loci de las culturas y de los lugares. En su trabajo de dar identidad, de enriquecer y de preservar la diversidad del ecosistema objetual, la artesanía tiene en la nombrada vertiente museográfica y descriptiva de las formas de vida de la etnografía, un recurso extraordinario para extraer ideas, conceptos y estilemas para preservar y actualizar tipologías, así como crear otras nuevas que sean expresión del lugar donde están hechas, de su entorno social y cultural”. Así pues, este material que tenemos tan bien referenciado y documentado se debe entender no únicamente como una serie de objetos que llenan los almacenes de nuestros museos, sino como un verdadero recurso a partir de los que poder reactivar, dinamizar e innovar la producción de los artesanos y artesanas del Pirineo. Sin duda, la artesanía pirenaica se debe ver como un recurso local estratégico con un gran potencial, se debe sin embargo asegurar su continuidad e integrarla en el mercado y como dice Oscar Guayabero, “el reto es ser lo bastante hábiles para atraer al mercado hacia nuestro terreno y seducir al usuario de las ventajas de consumir artesanía, para él y para el planeta.” ¿Y no os parece que el Pirineo es un lugar ideal para poder hacer esto? Jordi Abella i Pons Antropòleg i director de l’Ecomuseu de les Valls d’Àneu

BIBLIOGRAFÍA - DDAA. (1996). Ramon Violant i Simorra. La memòria d’un etnògraf. Tremp: Garsineu Edicions. - Mañà, Josep. (2009) “Artesania i Etnografia” a Altres mirades sobre l’artesania. Barcelona. Edicions de l’Escola Massana - Guayabero, Oscar. (2009) “Catorze poblets comptant-hi el Raval” a Altres Mirades sobre l’Artesania. Barcelona. Edicions de l’Escola Massana - Violant i Simorra, Ramon (1976) L’Art popular a Catalunya. Barcelona. Edicions 62. - Violant i Simorra, Ramon (1953) El Arte popular español. Barcelona. Aymá.

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