El Portarró 30 (en castellano)

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verano - otoño 2011

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El Portarró Verano - otoño 2011 Colaboran en este número: Mercè Aniz i Montes Jaume Comas Ballester Josep Maria Rispa Pifarré Gerard Giménez Maria Farré Domech Maria Pou i Palau Ruben Farelo i Navarro Emilio Casamayor Jordi Catalán i Aguilà Jordi Canut i Bartra Jordi Vicente Canillas Jesús Tartera Orteu Cristina Espinar Mosquera Delia Pino García Sabina Lapedra Grau Ermengol Gassiot Ballbé Gemma Arjó Rella Sara Arjó Francés José Antonio Bruna Vilanova Fotografías, mapas y dibujos: Arxivo del Parque Nacional Emilio O. Casamayor Jean-Christophe Auguet Ramon Gol i Palomera Alfons Raspall Campabadal Arxiu de la família Cases Arxiu del Conselh Generau d’Aran Xavier Bayer Sabina Lapedra Grau Ricard Novell i Agramunt Gemma Arjó Rella Sara Arjó Francés Javier Solans Pallás Arxivo de imageness del Consell Cultural de les Valls d’Àneu. Fons Gómez Vidal Arxiu ENDESA

índice 3 Presentación 4 El genoma de los lagos pirenaicos 6 Desde Llebreta: la obra hidráulica y el Parque Nacional 10 La entrevista: Artistas del mundo hidroeléctrico 14 Noticiario 18 Conozcamos el Parque: - Dentro del bosque: aleluya o pan de cuclillo - La becada 20 La esencia de las palabras: Las voces de La Mata 23 La Foto 24 Caminemos por el Parque: - Un paseo entre grandes árboles 26 Publicaciones

Casa del Parque Nacional de Boí Ca de Simamet C/ de les Graieres, 2 · E 25528 Boí (Alta Ribagorça) Tel. 973 696 189 · Fax 973 696 154

Corrección lingüística: Núria Tost i Farrús Javier Piqué Alejaldre

Casa del Parque Nacional de Espot C/ de Sant Maurici, 5 · E 25597 Espot (Pallars Sobirà) Tel./Fax 973 624 036

Disseño y maquetación: Aran Disseny

Centro de Información de Llessui Ecomuseu dels Pastors de la Vall d’Àssua Antigues escoles, s/n · E 25567 Llessui (Pallars Sobirà) Tel. 973 621 798 · Fax 973 621 803

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presentación “Quedaba poco, pero el canchal se hacía eterno, por su cabeza iban pasando secuencias de aquel verano que se acababa y le había de cambiar la vida. Apenas dos meses, cortitos pero verdaderamente intensos. En su rostro, tras el sudor se sucedían sonrisas y expresiones fruto de sus pensamientos. El corazón le latía con fuerza y se iba acelerando, quedaban a penas unos metros, el último esfuerzo y llegó a la cima. A sus pies aparecieron de repente los valles, bosques, lagos y vertientes, escenarios de aquellos días que daban nuevo rumbo a su vida. Se quedó largo rato intentando fijar aquellos parajes en el negativo de su alma, eran tantas las emociones y tan fuertes que no pudo contener las lágrimas, no se resistió demasiado y empezó a llorar largamente…” Es la protagonista adolescente de un libro inacabado que escribí cuando tenía diecinueve años después de un verano en el Valle de Boí que supuso cambios importantes para mí. En este fragmento, recuerdo con fuerza la intensidad y el impacto que supusieron para mi los paisajes y el entorno del Parque Nacional. Tengo recuerdos anteriores, de estancias familiares de verano en el balneario de Caldes de Boí y también en Taüll en “Ca de Moliné”, que me transportan y sugieren verdor y frescor, pero es, posiblemente, durante esta etapa posterior cuando las emociones que me provocaron estos entornos se hacen más intensas y evidentes. Y llego a este punto para poner de manifiesto la importancia de las emociones en el visitante del parque. Las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representan maneras de adaptarse a los estímulos ambientales y de uno mismo, el espacio que incluye el Parque trasciende por el mismo, el Parque nos produce emociones especialmente intensas que perduran en el tiempo. Emoción proviene del latín “emotio” que quiere decir “impulso que induce a la acción”. Hemos de garantizar que las reacciones a estos impulsos estén apoyadas por los que somos responsables de la gestión

de este espacio. Dejando de lado conceptos de la psicología y de un modo más llano quiero decir que, como gestores, somos responsables de que las experiencias y emociones que se lleva el visitante a casa sean el resultado de la capacidad de proteger y gestionar el espacio de forma excelente. En este sentido, he de agradecer al Molt Honorable Conseller d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural Josep Maria Pelegrí i Aixut la confianza al proponerme como Presidente del Patronato del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici al Presidente de la Generalitat. No corren buenos tiempos, como todo el mundo sabe, pero de las dificultades surgen los retos y oportunidades. Es una tarea poco fácil de sensibilización social y ecológica con una gestión de la conservación que busca el equilibrio entre el mantenimiento de los ecosistemas, el desarrollo socioeconómico de la población del área de influencia y el uso público del espacio. Un trabajo que me motiva especialmente y que me comprometo a llevar a cabo con lealtad y eficacia para la consecución de unos objetivos comunes. Volviendo a las emociones y lágrimas del principio, pero también a los recuerdos de los pastores que han dormido tantas noches, a las vivencias de los escolares que nos han visitado, a la alegría de la gente del país celebrando la romería, a las aventuras de los niños de los pueblos durante excursiones furtivas, a la satisfacción de los deportistas subiendo una cima, a las experiencias de los profesionales que se dedican, tantas y tantas emociones conocidas y desconocidas, queremos contribuir desde la humildad a gestionar y conservar este espacio para que otras emociones futuras sean posibles. Ruben Farelo i Navarro Presidente del Patronato del Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici


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el genoma de los lagos pirenaicos El 19 de marzo de 2009 zarpó desde el puerto de San Diego (California) la segunda de una serie de expediciones científicas calificadas entre las más ambiciosas que había realizado la humanidad desde la época de los grandes descubrimientos naturalistas. La expedición dirigida por uno de los investigadores mas carismáticos, mediáticos y visionarios de nuestros días, el Dr. Craig Venter, buscaba completar la vuelta al mundo recogiendo el material genético presente en la superficie del mar, es decir, el genoma de todo un ecosistema entendido como un inmenso superorganismo con funcionamiento coordinado. La magnitud de la empresa había sido comparada a la que realizó en 1831 Charles Darwin a bordo del Beagle pero pocos dudaban de la capacidad de Venter. Entre algunos de sus logros se contaban ser uno de los padres del genoma humano y sacudir recientemente a la comunidad internacional con el anuncio de la creación de vida transplantada sintética en el laboratorio. Tras descubrir el código genético con las instrucciones para fabricar un ser humano contenido en el ADN el científico estadounidense se había propuesto secuenciar el mar. Pero no solo secuenciar el mar estaba entre los objetivos del equipo del Dr. Venter. Acceder al material genético contenido en ambientes excepcionales que albergasen formas de vida peculiares y poco conocidas también estaba entre sus intereses. Entre esos ambientes excepcionales se encontraban los lagos fríos de alta montaña donde la vida se ha adaptado a vivir en condiciones de frío intenso permanente. Entre esos lagos se escogió el Estany Redon para ser el primero en desvelar su genoma por la larga tradición de estudio que ha tenido este pequeño ecosistema por parte de investigadores de la Universitat de Barcelona y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a lo largo de los últimos 25 años.

Instalaciones del Centre de Recerca d’Alta Muntanya (CRAM, Universitat de Barcelona, boca sur del Túnel de Vielha) de donde partió el 14 de mayo de 2010 la expedición para descubrir el genoma del Lac Redon después de una intensa nevada. A simple vista y con ojos de profano los estanys de los Pirineos contienen aguas frías y transparentes, con pocos nutrientes y escasas formas de vida acuática adaptada. Básicamente algunos insectos, crustáceos y peces. Sin embargo, cuando nos adentramos en el mundo de lo microscópico, observamos que las formas de vida más pequeñas que una centésima o milésima de milímetro pueblan abundantemente estas aguas. Podemos encontrar mas de mil millones de individuos en un litro de agua y son formas de vida adaptadas a una condiciones vitales extremas de escasez de alimento, temperaturas cercanas a los 0 grados, radiación ultravioleta perniciosa y muy poca disponibilidad de sales minerales, que han desarrollado estrategias vitales para superar esas dificultades.

Formas de vida microscópicas presentes en las aguas del Estany Redon. Se trata de bacterias que de manera natural pueblan estas aguas con morfologías muy simpres y un tamaño mil veces más pequeño que un milímetro pero que desempeñan funciones vitales imprescindibles para el mantenimiento de la salud del ecosistema. Precisamente estas formas de vida microscopica que llevan miles de millones de años presentes en la Tierra y que han desarrollado estrategias para sobrevivir a base de moléculas más resistentes y eficientes y mecanismos de reparación de las lesiones enlas células más sofisticados son las que han despertado el interés de este científico visionario en colaboración con investigadores del Centro de Estudios Avanzados de Blanes.

Camino de ascensión al Lago Redon en una fría y desapacible mañana.

Los investigadores se desplazan sobre la superficie helada del lago buscando el punto idoneo para la captura de las muestras.


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el genoma de los lagos pirenaicos De hecho el “superorganismo” Estany Redon es como una inmensa factoría que inspira CO2 de la atmosfera y lo fija en estructuras vivas gracias a la energía del sol durante el día y lo exhala al llegar la noche como un largo suspiro. Este superorganismo está formado por un número extremadamente grande de pequeñas unidades de trabajo especializada cada una de ellas en una tarea y que en su conjunto hacen funcionar esta factoría. Estas pequeñas unidades son las poblaciones de microorganismos que constituyen el plancton y sostienen la vida en el Estany. Con una pequeña cucharadita de café se recogerían del orden de entre 100.000 y 1 millón de individuos.

Miles de millones de microorganismos del Estany Redon recolectados sobre una membrana. En su interior contienen el genoma del Estany.

Investigadores capturando microorganismos sobre la superficie helada del estany.

Investigadores del Centre d’Estudis Avançats de Blanes y del Craig Venter Institute de Sant Diego trabajando en las instalaciones del CRAM.

Casi un centenar de litro s de agua se recolectó de la superficie helada del Estany. Los investigadores recolectaron cerca de un centenar de litros de agua del Estany y tras un procesos de filtración a presión en el laboratorio sobre unas membranas de tamaño de poro inferior a la milésima de milímetro, se concentraron cerca de 100.000 millones de microorganismos. La suma del material genético de todas estas unidades constituyen el genoma del Estany Redon. Estas membranas se sometieron a ultracongelación para su traslado al laboratorio de Blanes y de allí volaron al laboratorio del Dr. Venter en San Diego donde esperan para ser procesadas.

Tras descifrar el código genético de estas muestras en el laboratorio estadounidense (millones de fragmentos de ADN) los investigadores de Blanes se desplazarán a San Diego para estar presentes en el momento en que vea la luz la composición del genoma del Estany. La información se trabajará conjuntamente mediante potentes herramientas informáticas y de computación y será periódicamente puesta al servicio de la comunidad científica internacional para estimular la investigación sobre la ecología y la evolución de los seres vivos más diminutos. Este pequeño Estany de los Pirineos pasará a la historia como la pequeña Galápagos de los ecólogos microbianos. Emilio O. Casamayor Científico del Centro de Estudios Avanzados de Blanes Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)


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desde llebreta: la obra hidráulica y el parque nacional Este artículo es un diálogo interno del autor, donde refleja dos visiones diferentes del mundo hidroeléctrico. Hay que especificar que en inglés, tanto I como M se traducen por yo. Paramos un momento en el lago de Llebreta, vamos de paso. Da gusto ver la lámina de agua otra vez cubriendo todo el llano, como corresponde a una situación de caudal natural. Miro los escombros distribuidos siguiendo la trayectoria de la galería subterránea que lleva agua de la derivación de Sant Esperit hacia la central de Caldes. Incluso ojos expertos podrían confundir este resultado de la excavación con tarteras o conos de aludes naturales. Parece un buen momento para hablar del tema. I: Pronto hará quince años de la publicación del estudio “La obra hidráulica en los Pirineos. Evaluación, corrección y prevención del impacto ambiental. El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici” y nos han pedido hacer un escrito para la revista El Portarró sobre qué pensamos acerca del tema después de estos años. La verdad es que de entrada he tenido ganas de decir no. Me parece que no hemos seguido bastante el tema durante este periodo de tiempo como para decir nada nuevo. Por otro lado, los aspectos básicos probablemente no han cambiado, de manera que cuatro cosas se pueden decir, ¿verdad? Aunque sea repetir de manera resumida lo que expusimos en ese libro de cerca de 600 páginas. M: ¿Qué quieres que te diga? Con los años cada vez lo veo de una manera más relativa. Hace treinta años, cuando empezamos a estudiar los lagos, queríamos descubrir la naturaleza en su forma original, salvaje. Huíamos de las aguas contaminadas que había por todas partes. De manera un poco ilusa veíamos los lagos como sistemas naturales sin la huella humana. Por eso, los lagos con presas, sufriendo oscilaciones draconianas, aguas turbias o verdosas y sin rastro evidente de vida alrededor, nos parecía un atentado a todo: a la naturaleza, al mundo y a la propia civilización. Recuerdo nuestro primer estudio en el Llebreta, entonces aún reducido a su cubeta central y rodeado de prado. El conjunto de derivaciones hacia la central de Caldes mantenían el caudal muy reducido y el nivel del lago bajaba y quedaba exclusivamente la cubeta de la parte más honda. Era el año 1986, íbamos saltando de lago en lago con una pequeña barca naranja (O terror dos mares). Ese verano ya habíamos muestreado unas cuantas decenas de lagos antes de llegar a Llebreta. Juanito nos pilló cuando ya casi acabábamos. Nos había estado observando desde arriba. No se lo debía poder creer, unos

pardillos paseando con una barquita. Ni se nos había pasado por la mente que tuviésemos que pedir permiso a Lleida. Como han cambiado las cosas, también en este aspecto. Ya hacía unos pocos años que estábamos estudiando los lagos. Todo el año, verano e invierno. Ya nos los habíamos hecho nuestros. ¿Qué quiere esta gente que pide papeles? Entonces las explotaciones tradicionales forestales y ganaderas ya iban muy en retroceso, sobretodo en las partes menos productivas, y tenías la sensación de moverte libremente por la naturaleza. La explotación hidroeléctrica, sin embargo, aún aparecía arrogante, desarrollando nuevos proyectos, persistiendo como señores de aquellas aguas ultrajadas. I: Caramba como se nota que te haces viejo e idealizas el pasado. Paradójicamente, los temas relacionados con lo que podríamos llamar la “fechorías” del desarrollo industrial son los que nos han permitido persistir como grupo de investigación durante estas décadas. No me refiero a la obra hidráulica, sino a la multitud de temas que ahora ponen en conjunto del fenómeno que nombramos “Cambio global”. En nuestro caso particular, sobretodo aquello relacionado con la contaminación a larga distancia (lluvia ácida, contaminantes orgánicos persistentes, metales pesados), y la introducción de nuevas especies (peces), a la alteración de la vegetación natural…y más recientemente, el cambio climático. La obra hidráulica aparece como una pieza más de una historia que, de hecho, viene de muy lejos y que continuamente va acelerando la transformación de la naturaleza con consecuencias imprevisibles. M: Claro, es cierto que los retos en los próximos años (décadas) para la conservación de los sistemas naturales del Parque Nacional, acuáticos o no, serán unos distintos a la obra hidráulica. Pero esto no quita que la huella de ésta no haya sido y puede que continúe siendo muy fuerte, tanto en lo que es estrictamente Parque como en toda la zona del Pirineo tan singularmente rica en lagos. Los lagos más grandes fueron aprovechados prácticamente todos. Los que se libraron fue más por problemas técnicos (o de coste-beneficio), que no porque hubiera un mínimo de conciencia de preservar unos pocos ejemplares en estado natural. Como tantos otros casos, si el recurso se hubiera podido agotar se hubiera hecho. I: Quizás este énfasis en la necesidad de preservar lagos grandes parece más emocional que científica, de hecho hay un continuo en la medida de los lagos. Pues no, cabe decir que esta distinción entre lagos pequeños y grandes no es arbitraria. Hace pocos años, en un estudio de algunos centenares de lagos de montaña distribuidos por las princi-


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desde llebreta: la obra hidráulica y el parque nacional pales sierras europeas, hemos podido ver que, por lo que hace referencia a la distribución de muchas comunidades de organismos y de cómo el ecosistema se organiza, existe un umbral de medida que distingue dos grandes conjuntos de lagos. Este umbral está alrededor de las 2 o 3 hectáreas de superficie, medida que corresponde a unos 15 metros de profundidad. Probablemente la discontinuidad depende de la llegada de suficiente luz en el fondo como para que crezcan algas de manera abundante. Ya sabemos que estas aguas de alta montaña son muy transparentes y la luz puede penetrar mucho. Esto hace que en capas más hondas encontremos vida. En los lagos más profundos, encontrar el máximo de organismos hacia los 30 o 40 metros es común, incluso en relación a los peces. M: Sí, por lo que se refiere a los lagos, los más grandes han sido generalmente los más afectados. También cabe recalcar la dejadez a la que se había llegado en algunas de estas explotaciones. Lagos con tiempo de residencia media del agua de tres, cuatro o más años, se vaciaban a unos niveles que hacía imposible volverlos a llenar en el mismo año, ya que la precipitación que podían recoger en su cuenca era inferior al volumen necesario. Había zonas que parecían paisajes lunares, era absurdo. Bien, talvez era problema de válvulas; pero como no había ningún tipo de presión, la cosa tiraba millas. Supongo que ahora, periódicamente, también existe algún caso de estos, pero se debe estar más pendiente. I: Por otra parte teníamos el caudal del río. Por poca agua que dejen bajar, las comunidades de estos riachuelos de montaña resisten mucho, ya están acostumbradas a muchas oscilaciones naturales, pero ningún organismo acuático resiste la sequía permanente. La necesidad de mantener unos caudales mínimos era una cosa muy evidente y fácil de ver. Durante el estudio, no obstante, pusimos datos y tuvimos la suerte que era un tema que se desarrollaba entonces también por las áreas del llano. Hecho que facilitó la comprensión de todos los implicados. M: De todas maneras, a mi, quizás lo que más me sorprendió al hacer el estudio, fue la cantidad de “basura” que, de las antiguas obras o sistemas de explotación posteriores, quedaban esparcidas aquí y allá. No querría exagerar demasiado, pero posiblemente la mitad de los centenares de fotografías que hay en el libro hacen referencia a cosas de estas. Aunque por aquella época del estudio, inicios de los noventa, alguna empresa ya había empezado actuaciones para recoger la chatarra esparcida, eliminar instalaciones obsoletas y derribar edificaciones abandonadas, la cantidad era impresionante, pero sólo eras consciente realmente al catalogarla. Algunas de las actuaciones de restauración recibían soporte público. En conjunto, empresas y administración, se apresuraron a que esto constase en la publicación. I: El estudio estaba financiado por la Fundación “La Caixa”, como premio de un concurso de proyectos que convocaron sobre el tema del impacto ambiental de las grandes obras públicas. La condición para publicar el estudio en forma de

Llebreta en invierno

libro fue que teníamos que obtener la colaboración de las partes implicadas (empresas eléctricas y administración). Esto se veía como una garantía de que la obra podía tener utilidad práctica, ya los principales actores, implícitamente reconocían el contenido. Pronto vimos que esta condición podía inducir a algunos sectores a dudar de la independencia del estudio; pero para nosotros era más importante que toda esa documentación no quedase enterrada en un despacho. Cabe decir que nuestro redactado no se cambió en absoluto. Sólo nos pidieron incluir un apartado nuevo donde se hiciera referencia a las actuaciones de restauración que se habían iniciado y las que tenían previstas en la línea de nuestras sugerencias. En los prólogos respectivos, administración y empresas miraron que esto quedase bien presente. M: Quizás esto sí que marcase un poco el libro como una obra de “colaboracionistas con el sistema” desde una perspectiva ecológica extrema, pero era fundamental que saliese toda la documentación a la luz. Ya estábamos escarmentados en este sentido. De hecho aprovechamos para poner en la edición mapas de información generales sobre sistemas naturales que se había recogido como base para Planes de ordenación que nunca se llegaron a hacer, y que por tanto, se habían arrinconado en un armario. El uso que se ha hecho posteriormente del libro como una herramienta de gestión y planificación ha demostrado que valía la pena publicarlo. Como anécdota, pero que en parte demuestra el resquemor que nos suponía incluir aspectos ajenos a nuestro trabajo, recuerdo que nos permitieron criticar una de las actuaciones hechas en la presa de Sant Esperit. Pusieron unas barandillas de madera de mucho impacto visual. Que fueran de madera venía a demostrar que ya eran “ecológicas”. Nosotros no acabamos de ver qué era peor si el remedio o la enfermedad. La seguridad mejoró, en un lugar tan visitado era imperativo, pero estéticamente parecía un jardincillo. Puede que aún estén, suerte que con el paso del tiempo la naturaleza todo lo hace más suyo. I: La actitud un poco “pánfila” quizás aún está demasiado presente en temas de restauración y mitigación de los impactos ambientales, seguramente aún queda mucho camino por hacer. Cabe aumentar la exigencia y los conocimientos para acabar de integrar la urbanización en el entorno. De hecho se necesita inventar el paisaje al que queremos llegar. El crecimiento de la población, y al mismo tiempo el gasto en recursos por habitante, nos conduce a una situación en que la tutela de los recursos planetarios por parte de la humanidad es creciente y nos llena de responsabilidad. Hoy en día nadie discutirá que la exigencia de seguridad debe estar presente en el análisis socioeconómico de cualquier obra. Sería deseable que esta misma exigencia existiese para la integración de la gran obra pública en el paisaje y toda la matriz natural que sostiene. Creo que se olvida demasiado rápido que durante millones de años nuestra especie ha evolucionado en un entorno natural y que, por tanto, nuestra sensibilidad y nuestras emociones se han forjado bajo unas pautas que son más


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desde llebreta: la obra hidráulica y el parque nacional las de un paisaje natural que la de un paisaje urbanizado. Si nos dirigimos a la urbanización global, mejor que pensemos cómo la queremos, cómo mantenemos aquellos valores naturales que nos resultan tan placenteros y estimulantes. M: Veo que te has animado. Sin irnos tanto hacia la filosofía barata, sí que me gustaría comentar este aspecto estético, plástico, de la integración de la obra en el paisaje. En este sentido, me resultó muy interesante la colaboración con el equipo de arquitectos que había en el estudio. Recuerdo que cuando nosotros acabábamos, y lo dábamos por terminado, entonces ellos empezaron a darle vueltas. No me hubiera imaginado nunca que se le pudiese dar tantas vueltas al hecho de si una línea debía ir vertical u horizontal. Supongo que con lo de evolución querías decir que hay unas formas que nos resultan de manera innata agradables y otras que nos incomodan, porque rompemos con lo que durante millones de años se ha experimentado. Es decir, cuando estropeamos el paisaje natural, conscientemente o inconscientemente, nos herimos a nosotros mismos. Integrar la obra en el paisaje quiere decir mantener la armonía de formas y presencia de este paisaje natural. I: Así es. La distinción entre forma y presencia es interesante. Los efectos sobre la forma de la obra hidráulica son bastante evidentes, sólo deben considerarse pedreras, escombros, explanaciones, deforestaciones, accesos, canalizaciones, líneas eléctricas aéreas, accesos y caminos. Aquí entraría en juego eso que decías de las líneas horizontales y verticales, las curvas, las concavidades y convexidades. Hay que hacer que las líneas de la obra y el paisaje se respeten mutuamente. El tema de la presencia es posiblemente más sutil. Nuestra percepción recoge una serie de elementos que singularizan, individualizan e identifican un paisaje respecto a otros. La obra debe procurar no desvirtuar estos elementos. A veces, erróneamente, puede pensarse que integrar una obra en el paisaje implica que debe estar bien camuflada. Esto no es necesariamente así, esta digamos sería una opción fácil, pero muy a menudo es imposible dada la naturaleza de la obra. La integración también puede ser posible si la escala y el carácter de la obra se consideran de manera adecuada. Por ejemplo, debe existir un acuerdo de las construcciones con el espacio donde se ubican en términos de medida y ocupación (anchuras, alturas, volúmenes). Se debe evitar la apariencia de artificialidad. En el caso que consideramos, por ejemplo, evitar fluctuaciones de agua excesivas, restos de testimonios de construcción o iluminación nocturna exagerada. Y así podríamos repasar otros elementos (color, textura), pero no hace falta alargarse. Recuerdo que los arquitectos decían que la presa de Cavallers tenía la presencia adecuada en el paisaje que le rodea. De ninguna manera pasa desaparecida, por sus dimensiones es imposible, pero sus proporciones, forma y textura se integran bastante bien en el paisaje que es igualmente duro, fuerte y contundente. Por eso la debieron escoger como portada del libro. Estas consideraciones van más lejos de la obra hidráulica en la montaña y de hecho lo podríamos aplicar en todos sitios. La obra arquitectónica realizada por estos arquitectos Presa de Sant Esperit

desde que hicimos el estudio es un buen ejemplo de lo que comentamos y les ha dado renombre internacional. M: Veo que te ablandas. ¿No insinuarás que ahora tenemos que hacer una atracción de la obra hidráulica en el Parque? Soy consciente que históricamente podemos decir que el Parque apareció porque primero hubo obra hidráulica. Y que ésta supuso un impulso económico en las comarca y en la comunicación con el resto del territorio. Pero esto es pasado. Hoy en día, el retorno social y económico de la obra hidráulica para el entorno inmediato debe ser muy moderado. Incluso en un contexto más general de producción y uso de energía, la explotación hidroeléctrica de la montaña resulta marginal. En el mundo la energía eléctrica tiene mucha importancia; pero en nuestro territorio ha quedado muy reducida. Hace quince años, no hubiésemos pensado que la eólica le pasaría la mano por la cara en tan poco tiempo. Esto también nos indica la dificultad de hacer previsiones en cualquier sentido, aunque sea a pocos años vista. I: Estoy de acuerdo en que no deberíamos hablar si la energía hidroeléctrica es de interés o no. De esto no entendemos suficiente. Está claro que es una energía renovable y eso es positivo. Pero también es evidente que puede entrar en conflicto con otros usos del agua y del territorio que inunda. Por otra parte, la explotación hidroeléctrica de montaña tiene connotaciones particulares respecto a las del llano. Por ejemplo, está el tema de la regulación. En la explotación de un recurso siempre se da la secuencia extracción-transporteuso, con la particularidad que antes y después del transporte a menudo es necesario un almacén que permita regular la oferta y la demanda. El problema de la energía eléctrica es que este almacén no es posible a gran escala. De manera que la regulación se debe hacer desde el origen, desde la producción. Esto no es fácil para las grandes centrales térmicas, cuesta subir y bajar su actividad, de aquí que adquiera sentido un contrasentido, como es el hecho de bombear agua de abajo hacia arriba en algunas explotaciones hidroeléctricas de montaña. Este problema de sincronizar producción y consumo se reproduce a todas las escalas, pensemos en la energía solar de uso doméstico, por ejemplo. M: Creo que ante la necesidad de evolucionar hacia una sociedad sostenible, los Parques deberían añadir a su misión de conservación otra de promoción de la discusión de este tipo de cuestiones. Gestionar el flujo de visitantes es ahora uno de los quebraderos de cabeza del día a día de los Parques Nacionales, pienso que la visita a la obra hidráulica y a lugares donde quedase reflejada la historia de ésta y se pudiese ver la problemática de la energética regional y global podrían ser elementos de redistribución de los visitantes que, por un lado bajase la presión puntual en algunos lugares y por otro alargase la permanencia en la zona. Quieras o no, el turismo se debe ver como un recurso económico capital para estos valles. La cuestión es cómo lo queremos, cómo lo gestionaremos y cómo lo integraremos según unos principios que deben ir mucho más allá del beneficio rápido de unos cuantos. I: Ahora veo que eres tú el que se lía. Cuando hicimos el estudio, también incluimos una encuesta a los visitantes y Presa de Cavallers


Estany des Mangades

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desde llebreta: la obra hidráulica y el parque nacional gente de la zona sobre qué pensaban de la presencia de la obra hidráulica en un espacio natural. En general era rechazada por unos y otros, con matices diferentes. Pero no saco el tema por esto. Lo que más me sorprendió es que muchos visitantes, cuando volvían de visitar el Parque no se habían dado cuenta de la existencia de ninguna obra hidráulica. Sería fácil hacer escarnio y decir mira que bobos. Nosotros mismos no obstante, a pesar de que la mayoría habíamos pisado mucho estos valles para hacer excursiones o estudios sobre otros temas, no fuimos conscientes de la magnitud de la obra hasta que la inventariamos en detalle. Como excursionista uno se da cuenta de las presas, alguna canalización que te molesta para pasar; pero como el relieve es tan potente y el paisaje tan extraordinario, la verdadera magnitud y diversidad de la obra queda diluida. En algunos casos, simplemente se confunde con elementos naturales. Creo que se debería poner en valor el patrimonio geominero de la montaña, donde la explotación hidráulica ocuparía un lugar preferente. En esto las empresas eléctricas pueden jugar un papel importante y deberían encontrarse mecanismos de cooperación. Desde el conservacionismo se debería ser más flexible posiblemente en algunos aspectos, pero las empresas también deberían dejar de lado las tácticas de meter aguja y sacar reja. No sé si me explico. En la actual situación de cambio global, tanto el desarrollismo como el conservacionismo deben revisarse. El Parque podría ser también un buen entorno para promover la reflexión sobre la energía y el uso de los recursos. Utilizar el caso local para hacer una reflexión más general podría ser útil. M: No entiendo donde quieres ir a parar. ¿Quieres decir que las explotaciones hidráulicas ya están bien en el Parque? ¡Hasta podríamos poner más pues! Yo también he cambiado esa visión un poco ilusa de que nos encontrábamos delante de unos sistemas puramente naturales. Las evidencias arqueológicas ya datan la presencia humana en estos valles del Parque como mínimo desde hace 9000 años, y seguramente hace más de 3000 que el paisaje vegetal está fuertemente modificado por la actividad humana. Podríamos decir entonces que no hace falta que nos rompamos la cabeza en cómo debe ser la conservación de la naturaleza en un lugar que de natural ya tiene poca cosa. Pero la reflexión no debe ser de ningún modo esta, sino todo lo contrario. Si los lugares aparentemente más salvajes del territorio han experimentado esta fuerte presión y transformación, ¡cómo debe haber sido el impacto en otros lugares más claramente humanizados! I: Tienes razón, y esto nos puede llevar a otra consideración más general. La fuerte transformación de la naturaleza se dio durante milenios en las áreas de desarrollo de las civilizaciones, ahora pasa a escala de todo el planeta. Nos ha tocado vivir la instalación de una civilización global. Y como consecuencia, aún cuesta darse cuenta, se está dando una transformación absoluta de continentes y mares a una velocidad aterradora. ¿Cuál ha de ser la actitud? No podemos agotarlo todo, porque en hacerlo nos consumimos a nosotros mismos. En esta situación así se debe ser radical. Se deben crear

reservas absolutas, de toda medida y repartidas por todos sitios. Islas de naturaleza en una matriz de civilización, justo al contrario de la situación habitual hasta hace poco. Y no se trata de hacer reservas para conservar los lugares sin que cambien. Deben ir y venir como siempre han estado haciendo los sistemas naturales, pero deben quedar al margen de la humanización. El impacto general de la humanización, y esto también quedó demostrado por el caso de la obra hidráulica en la montaña, es que se favorece aquello que es más común en detrimento de lo más singular, de tal manera que el conjunto resulta más uniforme, más mediocre. M: Entonces, llevado al tema que se nos pide, ¿qué quieres decir? No acabo de entender el sermón. ¿Quieres decir que a la larga se debe quitar toda la obra o no? Hace un momento parecía que lo teníamos que convertir todo en un parque temático sobre los usos tradicionales y ahora, ¿parece que quieres hacerlo todo una reserva integral? I: No seas tan maniqueísta. Tenemos que hacer un mosaico de espacios. Reservas naturales para que la naturaleza siga su curso. Espacios que nos sirvan para disfrutar de la naturaleza y entenderla. Espacios de divulgación y reflexión sobre la historia del uso de los recursos. Y finalmente espacios de uso tradicional o nuevo. Pero todos estos espacios deben estar relacionados entre ellos al servicio de una visión de sostenibilidad que se tiene que extender desde el entorno local hacia espacios regionales y transnacionales. Y también, de camino de vuelta, la problemática global debe acabar siendo considerada en cada rincón del mundo. No hace falta que nos preocupemos demasiado por qué razón tenemos el Parque Nacional, lo que cuenta es tenerlo y ver en esto una oportunidad de planificar un territorio en el sentido que he expresado. Seamos conservacionistas radicales dentro de sus límites, pero busquemos que pueda coexistir en un mosaico de otras iniciativas que desarrollen este mosaico de espacios del que hablaba. M: No sé si te acabo de entender. Me suena un poco (por ser amable) a palabrería. Creo que las recomendaciones que hicimos en su día sobre cómo corregir los efectos de la obra hidráulica, las posibles prescripciones para hacer obras nuevas, y la planificación del territorio eran cosas bastante claras y concretas. La mayoría continúan siendo válidas. El día a día de la gestión es el que es y todas estas reflexiones generales quizás son de poca utilidad. ¿No lo crees así? I: Pues no veo entonces qué podemos escribir para el Portarró. Todo esto tan concreto que dices, si no se enmarca en una concepción general del uso del territorio –incluso, aún más general, una concepción de cómo queremos el mundo- puede resultar simplemente un conjunto de idas y venidas erráticas que no nos conducen a ningún sitio y sólo entretienen a abogados. ¿Sabes qué? Mejor que dejemos este diálogo imaginario y continuemos el camino. Jordi Catalán Aguilà Científico del Centro de Estudios Avanzados de Blanes Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)


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10 entrevista artistas del mundo hidroeléctrico Primeros del mes de diciembre, en una calle cualquiera de la parte alta de Barcelona. Se abre la puerta del piso y Ramon Gol i Palomera (Hostafrancs, 31 de agosto de 1927) y su esposa, la Montserrat, me invitan a entrar amablemente en su hogar. Un café ayuda a romper el hielo y finalmente, después de unos titubeantes minutos iniciales, las palabras fluyen con facilidad y los recuerdos se hacen presentes entorno a una mesa donde se amontonan los recuerdos en forma de bellas fotografías en blanco y negro. Usted nació en el barrio de Hostafrancs en Barcelona. ¿Cómo era la vida de un niño en aquel entonces? Pues era como la de muchos otros niños de la ciudad en aquella época. Se resumía en jugar e ir a la escuela. A los cinco años empecé a ir un colegio de monjas y después estudié en los Escolapios de la calle Diputación. En aquellos años, en el barrio, había una fábrica textil muy importante - la España Industrial, decían- pero principalmente el nuestro era un barrio de comerciantes; mi padre por ejemplo tenía una droguería, Can Gol. Mi madre hacía de cajera y también había unos cuantos trabajadores jóvenes que aprendían el oficio; algunos más tarde, montaron negocios independientes. No cobraban mucho, pero comían y vivían con nosotros, como si fueran de familia. Cuando yo tenía ocho años estalló la guerra. ¿Cómo recuerda esta época tan trágica de nuestra historia? ¡Mal! Mucha hambre y mucha miseria. Mi madre se espabilaba para encontrar cualquier cosa para comer. Cambiaba sábanas por un trozo de pan, un litro de alcohol por un kilo de azúcar; y así vivíamos. Mi padre ya había muerto y ella, que ya no tenía la tienda, se las vió y deseó para salir adelante. ¡Una época muy dura en todos los aspectos! A la gente que vivía en el campo no les faltó la comida, pero los de ciudad lo pasamos muy mal... De aquella época solo recuerdo con afecto los años que estudié en el Instituto Escuela, que con diferencia, ha sido la mejor escuela que yo he conocido nunca. ¡Después de la guerra la clausuraron!

Una vez acabada la contienda continué mis estudios de bachillerato en los Escolapios. Fue entonces cuando empecé a salir a la montaña gracias a las excursiones que hacíamos con el colegio. Recuerdo que mi primera salida fue al castillo de Burriac, en la comarca del Maresme. Después fue el Montseny, la Cerdanya... Mi afición montañera también viene de familia. Mi abuelo era de un pueblo del Ripollés, que se llama Gombrén , y por eso todos los veranos nos desplazábamos hasta el santuario de Montgrony, que se encuentra muy cerca del pueblo, para pasar las vacaciones. Allí, rodeados de montañas era muy fácil realizar excursiones. ¡Así que de aquí empieza su afición por la montaña! ¿Recuerda alguna anécdota de aquellas salidas? Si, si, mi afición viene de las salidas a Montgrony; de los Escolapios y también de los campamentos que hacíamos con el Centro Católico de Hostafrancs. Con la gente del centro habíamos ido a muchos lugares; como el Pedraforca, el Aneto o la Pica d’Estats.. En aquellos tiempos necesitabas salvoconductos para circular por las montañas, y más si estaban en zona fronteriza. Nosotros éramos jóvenes y despreocupados y no llevábamos nunca los papeles en regla. Una vez, pasamos a Luchon y todo fue bien. Pero cuando fuimos a la Pica d’Estats volvimos a pasar a Francia, hasta un pueblo que se llama Vicdessos. Allí, los gendarmes nos pillaron por sorpresa y nos pidieron los papeles. Como era normal, nosotros no teníamos ni “papiers” ni nada.. Rápidamente nos condujeron hasta la prisión de Foix. Al día siguiente vino un gendarme que era del Club Alpin de France que se compadeció de nosotros, seguramente al ver que teníamos la misma afición por la montaña, y nos dejó marchar hacia Andorra. Pero una vez allí todavía teníamos que volver hasta casa y sin el salvoconducto. Los policías españoles de la frontera no querían atender a razones. ¡Aquella acción constituía un hecho muy grave, un delito!

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Foto cedida por el Archivo de imágenes del Consell Cultural de les Valls d’Àneu. Fondo Gómez Vidal

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Ermita de Sant Maurici

artistas del mundo hidroeléctrico Por suerte pudimos establecer contacto con el obispo de la Seu d’Urgell, uno de los dos copríncipes de Andorra. El obispo supo que habíamos llevado una imagen de la Virgen de Montserrat a la cima de la Pica y eso nos allanó el camino.. Cuando volvimos a la comisaría, el tono de los policías había cambiado radicalmente e intuimos que el obispo había intervenido para solucionar el problema. Finalmente, a pesar de las reticencias iniciales y muy a disgusto por su parte, los policías nos dejaron marchar. ¡Ya lo ves, entonces los curas y obispos mandaban un montón! ¿Como fueron sus años de estudiante universitario? Realicé mis estudios de ingeniero industrial en Barcelona, en Can Batlló. Seis años de carrera, muy duros, y uno de proyecto. En casa entonces no teníamos ni un duro, y me tuve que despabilar para ir combinando los estudios con trabajos diversos. Daba clases particulares a otros estudiantes y más tarde empecé a trabajar haciendo proyectos para una empresa que fabricaba ascensores y calefacciones. ¡Trabajaba después de clase, de tres a siete, y cobraba doscientas setenta y cinco pesetas al mes! Entre una cosa y la otra iba tirando y todavía podía ayudar a mi madre. ¿Cuándo empezó a trabajar para la empresa Hidroeléctrica de Cataluña? Mientras estudiaba, ocurrió un hecho que marcó mi futuro de una manera decisiva. Mi tío, me presentó a don Pere Duran Farell, ingeniero y alto responsable de esta empresa que buscaba gente para trabajar en el proyecto de construcción del embalse de Susqueda. Tuve suerte y entré a trabajar por las tardes. De golpe, pasé a ganar setecientas pesetas, cuando todavía estaba cursando tercero de carrera. Durante los veranos me mandaban al valle de Espot,

donde habían empezado ya las obras de construcción del sistema de presas y centrales de la cuenca de la Noguera Pallaresa.. Inicialmente hice de ayudante de topógrafo y más tarde trabajé en la construcción de la presa de Lladres, donde por cierto, tuvimos muchos problemas para almacenar el agua. Aquella zona es un gran canchal de enormes piedras sueltas y no hubo manera de retener el agua a pesar de la pequeña presa.. Cuando finalmente pudimos descubrir el lugar por dónde se filtraba, tapamos los agujeros que había entre las piedras con hierbas y tierra. Esta solución “pedreste” funcionó razonablemente bien y finalmente pudimos retenerla y aumentar el nivel de la lámina de agua. Como ves trabajábamos de una manera muy precaria. Todo lo que podíamos lo fabricábamos a pie de obra, así los tubos por donde circula el agua que va a las centrales los construimos con cemento sobre el propio terreno en los lugares llamados las “fábricas de tubos”,empleando una metodología sencilla pero efectiva. Me han dicho que el Parque ha arreglado uno de estos lugares para ser visitado; me parece muy bien; es arqueología industrial. ¿Me puede contar cual era su trabajo principal en la empresa? En Espot estaba alojado en el hotel Saurat, donde trabajaba trazando mapas. Dos días a la semana subía hasta la presa de Lladres a lomos de una yegua preciosa. ¡Yo era el “ingeniero” y no podía subir a pie de ninguna manera! ¡Imagínate que tenía a un pobre hombre detrás mío con la misión principal de asustar las moscas que podían molestarme! Una vez allí teníamos una tienda donde pasar la noche y así semana tras semana. También trabajé en la presa que hay en el pueblo de Espot, y otra temporada en la del lago de

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Ramon Gol en Espot

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Sant Maurici. Pero mi trabajo principal fue la construcción de las centrales; la de Espot, que se encuentra en el valle de la Noguera Pallaresa, la de Sant Maurici, en el mismo pueblo e incluso la de Esterri d’Àneu. Al mismo tiempo era el responsable de la construcción de las líneas, que era un trabajo complicado ya que no teníamos hierro para hacer las torres eléctricas. Las hacíamos de hormigón; y no sólo las torres si no que también en las complicadas estructuras de las estaciones transformadoras de las centrales se utilizaban este tipo de soportes; en algunas centrales todavía están allí. Más tarde, el hierro se impuso, y yo mismo hice una línea de Espot a Adrall cerca de Andorra que ya fue construida con torres de este material. Ahora, cada trabajo lo hace una empresa especializada, pero entonces tenías que espabilarte a hacer de todo. Los mapas, los proyectos, la dirección de obra, todos los cálculos eléctricos... Lo hacíamos todo ¡Proyectábamos, construíamos y explotábamos! Si podíamos, los materiales los sacábamos del propio entorno, de la zona. La piedra de granito la cortaban los “gallegos”, maestros en este arte, aunque el cemento nos venía de la fábrica de Vallcarca cerca de Barcelona. Había material más delicado, de tecnología alemana y francesa que lo habíamos “importado” de contrabando desde Andorra. ¡Para hacer eso había que estar bien relacionado con los aduaneros y los guardas civiles! ¿Recuerda las visitas del general Franco por la zona? ¡Si! Eran una verdadera pantomima. Primero venía un montón de gente con la misión de prepararle la visita, y no veas lo que podían llegar a pedir. Recuerdo una de las veces que vino a Espot. Se alojó en nuestra residencia, que más tarde fue el hotel Sant Maurici, y los “prepara visitas” nos pidieron “almohadones de pluma de culo de cisne” para la habitación del general. ¡Imagina el lío que nos montaron! Franco vino diversas veces; pero la que recuerdo más fue cuando inauguró la central de Sant Maurici en el mes de septiembre del año 1955. Vino desde Boí en donde inauguró otra central , y para que pudiera pasar por la montaña fue preciso construir la famosa pista del Portarró d’Espot, una pista que subía hasta los 2.400 metros de altura; nosotros por una vertiente y los compañeros de la compañía eléctrica (ENHER) que operaba en la vecina comarca de la Alta Ribagorza por la otra. Un trabajo titánico para una pista que quedó abandonada al cabo de poco tiempo. Muchas inauguraciones eran una verdadera comedia al servicio de la propaganda del Régimen. . Alguna central, como la de Senet, la inauguró diversas veces. Otras veces apretaba el típico botón y eran los trabajadores de la central los que ponían en marcha las turbinas. Todo era así.

La verdad es que la impresión que teníamos la mayoría de nosotros sobre este personaje era que como general podía haber destacado por lo que fuera, pero que en otro tipo de conocimientos era muy limitado,. Ahora supongo que debe haber cambiado mucho, pero entonces había muchos militares así. Te pondré otro ejemplo. Según parece el cuartel que hay al lado del Estany de Sant Maurici no debía haberse construido en su actual emplazamiento. Lo levantaron en la época en que el maquis constituía un verdadero quebradero de cabeza para los militares. Decidieron construir un cuartel en una zona estratégica, pero se guiaron por un mapa a escala muy reducida. El lugar escogido parece que era el puerto de la Bonaigua, pero se decantaron unos cuantos kilómetros al sur y fueron a parar a su emplazamiento actual, al lado del Estany. ¡Un gran fiasco, con el resultado conocido de un grandioso edificio completamente inútil! Es evidente que todos estos trabajos y obras produjeron una gran transformación en el paisaje. ¿Cómo era el Estany de Sant Maurici antes de la construcción de la presa? Era mucho más pequeño que ahora. Había unos prados en la parte norte del lago a los que los lugareños llamaban “El Racó de l’Estany”. Era un lugar maravilloso que quedó cubierto por las aguas. Hay que decir que entonces no existían las exigencias en materia ambiental que hay actualmente, a pesar de ello se vio que no se podía construir una presa de hormigón en aquel lugar tan bonito, por eso se decidió de hacerla con bloques de granito. Recuerdo también que el 18 de julio hacíamos lo que se llamaba “la comida de hermandad” en aquellos prados tan bonitos. Nos subían la comida y la bebida a lomos de las mulas de Gallimó y Massano d’Esterri, mientras nuestro amigo Tomás de casa del Farré de Espot nos pescaba cuatro truchas para acompañar el banquete. Eran deliciosas. Yo también había pescado unas cuantas en este lago y nunca más he comido unas truchas tan buenas como aquellas. Unas obras de esta importancia debían provocar cambios muy intensos en la sociedad de estos valles. ¿Cómo lo recuerda? En el momento en que las obras estaban en plena efervescencia había en la zona unos dos mil trabajadores. Una gran mayoría eran andaluces, los “coreanos” les llamábamos, un adjetivo que tenía que ver con la guerra que estaba teniendo lugar en aquella parte del continente asiático. La mayoría se alojaban en barracones situados cerca de la Borda de Escaló y otros en Esterri, que se convirtió en un “centro comercial” de primera. Eran gente humilde que en sus pueblos de origen lo debieron pasar muy mal, mientras que aquí podían ganar un jornal. Recuerdo cartas divertidas de algún trabajador que decía a sus familiares cosas


como... “tengo gabardina y reloj, aquí se caga sentado, venid todos”. ¡Venían pueblos enteros, con el cura incluido.! Fue una verdadera revolución que se extendió por todo el Pirineo, ya que hay que tener en cuenta que en el otro lado del Portarró, la ENHER también había iniciado los trabajos que empleaban también a miles de personas. No sólo había gente de fuera, también había del país. y muchos quedaron de plantilla en las nuevas centrales del valle. Durante unos cuantos años, un centenar de hombres siguieron trabajando en las centrales de la Pallaresa. Eso quería decir pan para unas cuantas familias y mucha vida para la zona. Ahora sólo quedan cuatro contados. Todo está automatizado y las centrales se controlan desde Barcelona. Y al final, un tema tan estratégico para el país como es la producción de energía ha acabado en manos de los italianos, cuando se podía haber quedado en casa. No lo entiendo. ¿Y que me dice de las obras realizadas en el Estany Negre? En el Estany Negre no pretendíamos construir una presa tan grande. Teníamos la intención de perforar un túnel en la base del lago con el fin de derivar el agua subterráneamente hacia los lagos Trullo y Tort. Queríamos aprovechar el umbral rocoso que separa al Negre de los otros lagos como presa natural, pero surgieron graves dificultades a causa de la presencia de canchales y otros sedimentos muy inestables. Un trabajo complicado. Recuerdo que teníamos trabajando un ingeniero suizo que fastidiado ya de buscar el lugar adecuado para agujerear decía con sorna que “los orines de las ovejas le hacían bailar los cálculos”! Perforar era un trabajo muy peligroso, extremadamente peligroso diría yo. Poco a poco fuimos avanzando hasta que al final salió un gran chorro de agua, hecho que nos indicaba que estábamos cerca de la base del lago. Entonces hicimos rápidamente un muro de hormigón con el fin de evitar que la pared rocosa se rompiera del todo y pusimos una buena carga de dinamita con la intención de que la explosión abriera el túnel que tenía que comunicar los dos lagos. La explosión, más que abrir el agujero lo taponó. Tal como iban las cosas decidimos ir a buscar la roca maciza e hicimos el túnel más arriba. Con eso perdíamos un gran volumen de agua aprovechable; pero no teníamos más remedio que hacerlo de esta manera. Fue por este motivo que se hizo la presa en el Estany Negre, para ganar agua almacenada. Si hubiera salido bien la primera tentativa, esta presa no existiría. ¿Acabados los trabajos, siguió viniendo por la zona?

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¡Muchas veces! Subía de vacaciones a la Colonia de Esterri, que pertenecía a la compañía y hoy desaparecida. ¡Lo hice durante cuarenta años! Estábamos la mar de bien en aquellas casitas de colores tan llamativos. No eran muy concurridas por parte de los empleados, ya que sólo venían los que les gustaba la montaña, como nosotros. La mayoría preferían ir al pueblo de Amer en Girona, donde teníamos otra residencia que estaba más cerca de la playa. El lugar era una buena base para hacer excursiones por la zona. ¡Nos hartamos de subir picos... el Peguera, el Monestero, el gran Tuc de Colomèrs y muchos otros! Los grupos de trabajadores de las centrales han dejado paso a grupos de turistas, muchos de los lugares que recorrió durante aquellos años han pasado a ser espacios protegidos. ¿Que opina sobre estos cambios? ¡Aquella libertad que teníamos entonces, ya no existe! Pienso que quizás se ha exagerado un poco en algunas medidas de protección. Entiendo sin embargo, que cuando parajes tan exclusivos se ponen al alcance de la gente hay que tener un cierto control, ya que los seres humanos somos especialistas en estropear nuestro entorno. También es verdad que cuando hay mucha gente en ciertos lugares, éstos pierden un poco su encanto, pero qué le vamos a hacer si somos tantos. ¡A mí me gustaba más entonces, salvaje, con poca gente! También reconozco que el hecho de ser reconocido como parque nacional ha comportado muchos beneficios económicos a los habitantes de estos valles, aunque a veces pienso que la gente de aquí no ha sabido apreciar lo suficiente la belleza y el valor de esta parte de su propio país. ¡Tendrían que estar orgullosos! Por cierto, me gusta mucho como ha quedado el camino de acceso a Sant Maurici; las pasarelas de madera y todo lo demás. Interviene la Montserrat, y recordamos juntos excursiones pasadas, paisajes eternos, los buenos amigos de la ENHER con los que habían compartido trabajos y veladas, otras anécdotas de las visitas de Su Excelencia y miramos y remiramos álbumes de fotos. Así, poco a poco, sin prisas, el Ramon y la Montserrat me van abriendo de par en par las puertas de una parte de su vida, una vida que no se entendería sin las montañas y los lagos que Ramon conquistó y que forman parte de su memoria, de nuestra memoria... Jaume Comas Ballester Técnico de uso público y guía interpretador del Parque Estany Negre de Peguera

Foto: Archivo ENDESA

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Firma del convenio con Cruz Roja del Punto de Asistencia de Primeros Auxilios.

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noticiario Punto de Asistencia de Primeros Auxilios en Cavallers Este verano el Parque Nacional, de la mano del consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural, Josep Maria Pelegrí, ha firmado con la Cruz Roja un convenio para la habilitación de un Punto de Asistencia de Socorro que funcionará en la Ribera de Caldes (Alta Ribagorça), desde el 25 de junio y hasta el 16 de octubre, los fines de semana y festivos, entre las 9 y las 20h. El servicio lo realiza el Área de Salud, Socorro y Emergencias de Cruz Roja Alta Ribagorça y el Parque Nacional ha cedido un espacio en el aparcamiento de Cavallers donde permanecerán los dos socorristas que dan el servicio. En la caseta se ha instalado el material necesario para realizar los primeros auxilios destacando la presencia de un DEA (desfibrilador externo automático) para llevar a cabo la reanimación cardiorrespiratoria. Cruz Roja, cuando sea posible, realizará también recorridos itinerantes para cubrir la Ruta de la Marmota (presa de Cavallers - Refugio Ventosa i Calvell - Estany Negre). Premios Pica d’Estats El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici ha hecho doblete en esta 22ª edición, protagonizando dos de los siete trabajos ganadores que otorga la Diputación de Lleida en las categorías de prensa, radio, televisión e Internet. El reportaje “El Parque no crece” publicado en la revista “Presència” y escrito por David Marín se ha impuesto como mejor trabajo en prensa escrita de información general. El premio al mejor trabajo en prensa especializada lo ha conseguido el monográfico “Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici” publicado en El Mundo de los Pirineos, escrito por Núria García y fotos de Oriol Alamany. También cabe destacar que el premio al mejor trabajo de televisión lo ha ganado Carlos Serrano por el reportaje “Tu vista favorita” emitido en Cuatro, donde el actor Jorge Sanz hace de guía por la Val d’Aran. El Parque obtiene la renovación de la Q de Calidad Turística En la última reunión del comité de certificación del ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) que tuvo lugar el 30 de junio se decidió conceder la renovación de la Q de Calidad Turística al Parque. Esta distinción que reconoce la calidad de los servicios y equipamientos de uso público de los espacios naturales protegidos se nos otorgó el año 2006 y desde entonces se ha ido renovando a la

vista del resultado de las auditorias que se han realizado anualmente por parte de empresas especializadas. Actualmente hay 26 espacios naturales certificados en todo el Estado y una cantidad muy parecida que se encuentran en proceso de implantación del sistema. X Seminario de Centros de Documentación Ambiental y Espacios Naturales Protegidos Hasta Cervera de Pisuerga (Palencia) fue un representante del Parque para asistir a este seminario anual que organiza el Centro Nacional de Educación Ambiental. Este encuentro sirve para presentar experiencias y actuaciones desarrolladas por los centros de documentación de la Red de Centros de Documentación Ambiental y Espacios Naturales Protegidos (RECIDA). Dentro del programa de este año, se incluyeron talleres prácticos de nuevas herramientas 2.0 disponibles en la web. Una de las experiencias más interesantes fue una sesión práctica de como crear un boletín electrónico usando programas disponibles en la web con casi coste cero; usando únicamente herramientas tan comunes como Google Reader y el lector de revistas electrónicas ISSUU. También se presentó un software bajo licencia Creative Commons para elaborar materiales didácticos electrónicos que se pueden editar en web o en CDrom. Actualmente, la red RECIDA cuenta con más de un centenar de miembros que intercambian información y trabajan en red compartiendo recursos y herramientas telemáticas para poder dar una mejor respuesta a las demandas de información especializada de sus usuarios. Nuevo Taraxacum El género Taraxacum, al que pertenecen los conocidos dientes de león y las achicorias, es muy complicado incluso para los botánicos. Hay multitud de formas con pequeñas diferencias entre ellas que se reproducen asexualmente y que se los clasifica como especies diferentes. El año pasado, dos biólogos expertos en este género (Antonio Galán de Mera y José Alfredo Vicente Orellana) que trabajaban con pliegos de herbario de diversas procedencias, concluyeron que algunos de estos pliegos podían ser considerados como especies nuevas. Uno de estos ejemplares, llamado Taraxacum decastroi, se había recolectado al lado de un bosque de abetos subiendo hacia Sant Maurici y debe considerarse como una nueva especie del Parque Nacional.


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noticiario Mejoras en caminos En la Alta Ribagorça se han realizado obras de mejora en dos caminos de la Ribera de Sant Nicolau: en la ruta de la Nutria y en el camino del Portarró. En el primero se ha mejorado el tramo de la Palanca de la Molina a la Palanca de Pey arreglando el firme y mejorando los drenajes y desagües así como la habilitación de puntos de agua. También se han realizado actuaciones de mejora en la parte alta del camino del Portarró, desde el Estany Llong, mediante la eliminación de atajos y la instalación de más estacas de señalización, dada la fuerte erosión que sufre el camino, fruto de la elevada frecuentación de visitantes. En el Pallars Sobirà se ha recuperado el antiguo camino que permitía a los ganaderos del pueblo de Jou acceder a la zona de pastos del Pla de la Font. Una parte de la actuación la ha hecho el Ayuntamiento de la Guingueta d’Àneu con una subvención del Parque Nacional, que corresponde al tramo de Jou hasta el límite de las fincas particulares. El tramo entre dichas fincas y el refugio del Pla de la Font lo ha arreglado la brigada de mantenimiento del Parque. Con esta actuación disponemos pues de un nuevo sendero de acceso a pie al territorio del Parque Nacional desde un pueblo. En el Valle de Aran se ha limpiado y señalizado el Camino de los Abetos de la Coma des Estrets, itinerario interpretativo que muestra unos abetos singulares de formas extrañas escondidos en el valle de Rencules (ver el apartado Caminemos por el Parque). La actuación la ha realizado el Conselh Generau d’Aran mediante una subvención del Parque e incluye también la mejora de la cabaña de Loseron. Con el objetivo de darlo a conocer, el 13 de agosto se reali-

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Itinerario de educación ambiental a la Coma des Estrets.

Taraxacum decastroi

zó un itinerario de educación ambiental dirigido a todo tipo de público de la mano de un guía aranés y uno del Parque Nacional, y con la colaboración del Conselh Generau. Àssua y sus amigos El pasado día 24 de junio y coincidiendo con la 22ª Esquilada de ovejas que se hace en Sort, se desarrolló la actividad infantil Àssua y sus amigos. La actividad está pensada para los más pequeños y a través de la pastorcita Àssua, el perro Murri, y Xisquet y Xisqueta, sus ovejas, se explica cuál es el trabajo que desarrollan los pastores durante las distintas estaciones del año y las características principales de la raza Xisqueta. Así los niños y niñas que asistieron a la actividad pudieron descubrir que durante el invierno las ovejas pacen en los prados de los alrededores del pueblo, que durante la primavera se esquilan y se obtiene la lana, y que en verano se juntan todos los rebaños y pasan tres meses en la montaña y finalmente bajan de nuevo a los pueblos en otoño, cuando llega el mal tiempo. Para terminar la jornada, todos nos convertimos en ovejas Xisquetas ¡con los ojos pintados de negro y unas grandes orejas! ¡Por el parque del Riuet de Sort se pudo ver un rebaño muy divertido! Nueva especie de murciélago Durante el 2010, en el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici se ha puesto en funcionamiento una estación de observación de la actividad quirópterológica en la alta montaña, que a la vez forma parte de una red eco epidemiológica de ámbito internacional formada por ocho estaciones distribuidas a lo largo del Mediterráneo occidental.

L’Àssua y sus amigos.


noticiario

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El equipo de Areambiental, encargado del proyecto, ha realizado diferentes prospecciones durante el año utilizando diversas técnicas: la captura de especies directa o mediante redes japonesas, el registro de ultrasonidos, la toma de muestras de patagio para la identificación de especies dudosas y la toma de muestras sanguíneas, de saliva y excrementos de algunos individuos para conocer el estado sanitario de las poblaciones. Entre los resultados obtenidos este año cabe destacar la citación de 19 de las 21 especies encontradas en el Parque Nacional y su entorno y, principalmente, la citación por primera vez del murciélago de Nathusius (Pipistrellus nathusii), especie de la que se tienen pocos datos en Cataluña. Es muy probable que el individuo se encontrase en paso migratorio. Esta novedad singular, junto con la cita de Myotis mystacinus (Serra-Cobo y López-Roig 2004) que fue la primera de Cataluña, pone de nuevo de manifiesto la elevada diversidad de quirópteros del Parque, ya que representa el 75% de todas las especies citadas en Cataluña. Velando siempre por la comunicación entre los estudios realizados y la transmisión de la información al visitante, los resultados anuales del proyecto se incluirán en las actividades de observación y detección de quirópteros que el centro de información de Senet está realizando en el marco de educación ambiental durante los meses de verano. Muere el pino monumental de Amitges El pino de Amitges se ha secado definitivamente. Hacía ya algunos años que su estado de salud se estaba deteriorando y cada vez presentaba más ramas muertas. Pero ya no ha podido superar este último invierno y el pino de Amitges, tozudo superviviente durante cientos de años a los rigores de la alta montaña, se ha dado por vencido. Todavía tendrán que pasar bastantes años antes que el peso de la nieve y la fuerza del viento, aliados con el lento trabajo de los hongos y de los pequeños insectos devoradores de madera, derrumben definitivamente los imponentes restos que representa su tronco sin vida. El pino de Amitges era un pino negro (Pinus uncinata) declarado como árbol monumental por la Generalitat de Catalunya el año 1990. No era un árbol especialmente visible desde lejos, pero cuando se observaba su robusto tronco de casi 3 metros de perímetro, se entendía la razón que motivó a declararlo monumento viviente. Su gran mérito ha sido precisamente sobrevivir y crecer tanto en un lugar que se encuentra por encima de los 2.300m de altitud, cerca del límite del bosque. Renovación del Patronato Después de las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña y de las municipales del mes de mayo se ha pro-

Nueva convocatoria de Ayudas a la Investigación (OAPN 2011) El pasado mes de abril apareció en el BOE la convocatoria para el año 2011 de las Ayudas a la Investigación que concede el Organismo Autónomo Parques Nacionales. Estas ayudas se inscriben en el Plan Nacional I+D+i 2011 con el objetivo de promover un mejor conocimiento científico y la innovación tecnológica en materias relacionadas con la Red de Parques Nacionales. Los solicitantes pueden presentar sus proyectos que puedan aplicarse tanto a los Parques Nacionales individualmente, como a varios de ellos, o a todo el conjunto de la red. Después de pasar por diferentes criterios evaluadores por parte del ANEP (Agencia Española de Evaluación y Perspectiva) y tras los informes al respecto de los equipos de los Parques, la revisión final la hará el Comité Científico de la Red de Parques. Los proyectos tienen una duración de tres años y se presentan en las jornadas de investigación que se desarrollarán este año en el entorno del Parque Nacional del Teide (Tenerife). Finalmente, se publicarán los proyectos aceptados y finalizados. Después, durante el mes de diciembre se darán a conocer los proyectos seleccionados. Con la finalidad de una mejor difusión y conocimiento, el OAPN (Organismo Autónomo Parques Nacionales) ha ido publicando los resultados en diversas monografías correspondientes a las anteriores convocatorias: 2003-06, 2005-08 y 2006-09. En estas monografías, se pueden ver los resultados correspondientes a Aigüestortes en diferentes disciplinas como la vegetación sumergida, el grado de madurez de los bosques, las adaptaciones de algunas especies al cambio global, la llegada de bacterias por la difusión atmosférica y los modelos de los ciclos del agua, especialmente en la estación permanente ubicada en la Ribera de Sant Nicolau. Los junior rangers van a Holanda Dos de los 12 junior rangers del Parque Nacional han sido los afortunados en asistir al 10º Campamento internacional de Junior Rangers que se ha celebrado en el Parque Nacional de Weerribben-Wieden, Holanda, del 16 al 23 de julio. El encuentro ha acogido jóvenes y sus correspondientes responsables de 13 espacios protegidos de 10 países diferentes de Europa, así pues una buena oportunidad Foto: Xavier Bayer

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cedido a la renovación de una parte muy importante de los 36 miembros del Patronato del Parque. Cabe recordar que es un órgano en el que se encuentran representados las diferentes administraciones (ayuntamientos, consejos comarcales, departamentos de la Generalitat de Catalunya, Administración central...). Destacar el relevo que se ha producido en la presidencia del mismo, que deja Joaquim Llach y coge Ruben Farelo.

Murciélago de Nathusius


Los junior rangers en Holanda

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noticiario para compartir experiencias del programa en otros parques y aprender sobre la cultura de países como Serbia, Finlandia o la República Checa. Puesto que se encontraban en la zona húmeda de agua dulce más grande del noroeste de Europa, las actividades para descubrir el parque se hicieron mediante canoa, barca o bicicleta, donde se ha aprendido sobre el modo de vida de los extractores de turba de los humedales, sobre los cultivos de carrizo usados en la construcción de tejados o sobre la complicada técnica de cazar patos mediante túneles de cañas. También se han visitado los parques nacionales vecinos de la isla de Schiermonnikoog y de Drents- Friese Wold. La principal tarea de colaboración en la conservación del espacio ha sido la reconstrucción de un tramo de pasarela de uno de los caminos más frecuentados del parque, que en su acto de inauguración se finalizó con la colocación de una madera especial grabada con el nombre de cada uno de los parques participantes. ¡Enhorabuena al parque anfitrión y a EUROPARC por la excelente organización del encuentro! Nuevos restos arqueológicos A principios de agosto finalizó la campaña 2011 de investigaciones arqueológicas, que se están llevando a

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Hallazgos arqueológicos

cabo en el Parque desde el año 2004, bajo la dirección del Dr. Ermengol Gassiot, del Departamento de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona. Este año, el estudio se ha centrado en los valles de Llacs, Rus y Casanoves. En esta última localización, de numerosos vestigios arqueológicos, el equipo de investigación se desplazó hasta el área de trabajo a 2.200 m. de altura, con la novedad de la ayuda de un burro, alquilado en el pueblo de Taüll, que facilitó el transporte del material de trabajo. La campaña ha finalizado con la documentación de nuevos yacimientos arqueológicos y diversas muestras de arte rupestre inéditas, concretamente grabados en bloques de granito y de esquisto, como el que se muestra en la fotografía. También se ha documentado un túmulo funerario, similar a los conocidos en otras zonas de los Pirineos, con una cronología aproximada de entre 2.800 y 2.200 años. Estudios posteriores confirmaran esta datación, así como la antigüedad de la cerámica de época prehistórica y de época romana, aparecida en las pequeñas excavaciones realizadas alrededor de los 2.000m de altura. De esta manera, se cierra la campaña con los objetivos marcados cumplidos de forma muy satisfactoria.


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conozcamos el parque

flora

dentro del bosque:

la aleluya o pan de cuclillo Dentro de los bosques espesos, más húmedos y frescos, poca cosa puede crecer. La luz es el factor limitador. Los hayedos y robledales, que son árboles de hoja caduca, como mínimo dejan pasar el sol durante el invierno, así que muchas de las hierbas del sotobosque se afanan en florecer antes de que la aparición de las hojas de los árboles les condenen a pasar una buena temporada en la sombra. En los bosques de abetos del Parque la oscuridad es permanente: verano y invierno, sólo algún rayo de sol es capaz de llegar a tierra, sólo durante unos breves instantes, esquivando todas las ramas, todas les hojas, poniéndose de acuerdo con el viento que sopla en el momento oportuno... Así, no es de extrañar que el sotobosque de un abetal típico sea más bien pobre. Bajo los abetos no encontraremos mucha cosa más que una alfombra de musgos y algún arbusto o hierba escasa creciendo aquí y allá. La aleluya (Oxalis acetosella) es una de estas humildes hierbecillas que seguramente veremos paseando por los bosques del Parque. La aleluya es una hierba sin un tallo verdadero: presenta una especie de tallos rastreros, llamados estolones, que van circulando a ras de tierra, entre el humus del suelo, y que van echando raíces nuevas en cada nudo. Las hojas, con un mango bastante largo, de hasta 10 cm, salen de tierra todas juntas, formando una roseta basal. Estas hojas recuerdan mucho a un trébol, con la lámina compuesta de tres folíolos en forma de corazón (la hoja está dividida en tres porciones bien diferenciadas). Pero los tréboles son especies del género Trifolium, que

se identifican muy bien por la forma de su flor, muy típica de la familia de las papilionáceas. En cambio, la aleluya pertenece a otra familia (las oxalidáceas) y tiene una flor totalmente diferente: con cinco pétalos blancos, dispuestos radialmente y con unas venas normalmente teñidas de color rosa. La floración es bastante temprana, teniendo en cuenta que en la alta montaña todo viene con bastante retraso, y a finales de abril ya empiezan a encontrarse las flores en el interior de los bosques umbríos. El nombre de aleluya o pan de cuclillo hace referencia precisamente a que la floración de esta especie coincide en el tiempo, sobretodo en tierras más bajas, con la Pascua de Resurrección (aleluya) o con la llegada del cuco. En cambio el nombre científico, Oxalis acetosella, hace referencia al gusto que tienen sus hojas, con un agradable sabor ácido, parecido al vinagre (“acético”), debido al contenido de oxalato cálcico, un compuesto químico presente en las hojas. Es una planta que se puede comer cruda, añadiendo unas cuantas hojas a una ensalada para darle un toque refrescante... Pero conviene no abusar de ellas, porque el oxalato cálcico, presente también en las espinacas o en las acelgas, es el principal componente de las piedras del riñón, por lo que se desaconseja su consumo para personas que sufran gota, artritis o piedras en el riñón. Gerard Giménez


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Una de las aves más raras, más esquivas y más enigmáticas que hay en el Parque es sin duda la becada (Scolopax rusticola). Pocas personas de la gran cantidad de visitantes de nuestro Parque Nacional han llegado a ver algún ejemplar de esta especie. No es ninguna casualidad y existen diversos motivos: En primer lugar, es una especie escasa (pocos efectivos por unidad de superficie). En segundo lugar es migradora y permanece en las zonas montanas y sobretodo subalpinas forestales tan sólo durante los meses comprendidos entre abril y octubre. Finalmente, la becada está muy activa durante las horas crepusculares – a primera y última hora del día- cuando prácticamente la visibilidad es nula. Así mismo se necesita la presencia de perros adiestrados para contactar con la especie, y así es como se caza (se trata de una especie cinegética) en los humedales de tierra baja donde pasa el invierno. En definitiva, todos estos argumentos justifican los pocos datos existentes en nuestro territorio y la rareza en cuanto a datos de observación se refiere. Tiene la medida aproximada de una perdiz. Si tenemos suerte de levantar alguna becada del suelo, que es donde pasa prácticamente toda la jornada, nos sorprenderá un vuelo un tanto caótico y difícil de seguir. Quizás será un poco menos difícil de observarla durante los meses de abril, mayo y hasta principios de junio, cuando la becada emite un característico canto en vuelo a lo largo de las primeras luces del día y en la puesta del sol. Es el vuelo nupcial del macho, uno de los mejores y más escondidos espectáculos de los que podemos disfrutar en los bosques subalpinos del Parque Nacional. Su alimentación es básicamente de origen animal (invertebrados) que caza durante la noche con su largo y característico pico (adaptado para introducirlo en el suelo). Su comida preferida son los anélidos, más conocidos como

gusanos de tierra. La becada además, tiene un factor limitante que condiciona aún más su presencia. El hielo en la tierra o las fuertes nevadas imposibilitan del todo la alimentación de la especie. Es entonces cuando la becada realiza desplazamientos importantes en busca de zonas donde pueda disponer de alimento, comportándose como un migrador parcial. En efecto, en nuestro espacio natural la población de becadas es reproductora y en parte, migradora, y se desconoce actualmente sus zonas de hibernación. En el Parque Nacional y su área de influencia se encuentra bien representada como reproductora. De hecho, ha sido detectada en todas las cuadrículas de 10 x 10 Km. que configuran el ámbito de trabajo del Atlas de las aves nidificantes del Parque. Aunque está restringida en las vertientes más umbrías con mayor número de coníferas. Su hábitat preferencial de reproducción lo representan las formaciones arboladas (cuanto más maduras y abiertas mejor) de pino silvestre (Pinus sylvestris), abeto (Abies alba) y pino negro (Pinus uncinata). En la Alta Ribagorça y la Val d’Aran también se encuentra asociada al hayedoabetal, mientras que en el Pallars Sobirà, los aclarados bosques de pino negro son uno de los mejores refugios reproductores de la becada. Incluso aquí se le conoce como “raspes”. No obstante, los abetales acogen una importante población destacada en la Mata de València y ciertas umbrías del valle de Espot y la Val d’Aran. A pesar de la dificultad de su censo, se estima un número mínimo de 40 machos reproductores en el ámbito del Parque Nacional. Se necesita sin embargo mucho estudio con esta interesante y bonita especie dado que se desconoce en la actualidad su dinámica poblacional. Jordi Canut i Bartra Foto: Alfons Raspall

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conozcamos el parque

fauna la becada


la esencia de las palabras ß boletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

las voces de la mata Hay que andar mucho por los Pirineos y por el norte de la Península Ibérica para encontrar un bosque tan emblemático como el de la Mata de Valencia. Bosque de bosques, de verdores refrescantes, el abetal puro más extenso de los Pirineos esconde un conjunto de valores paisajísticos, sociales y científicos difíciles de descubrir en otros rincones de nuestra geografía forestal. Los bosques y en concreto los abetales siempre han despertado en los humanos algo más que fascinación. Lugares míticos de seres legendarios como los duendecillos –conocidos en la zona como minairons, diablorins o holets– se extendieron durante millones de años por la práctica totalidad de Europa. Pero con la llegada de los últimos fríos cuaternarios se puso en marcha una fuerte regresión que obligó a dichos bosques a protegerse de la extinción en unos determinados enclaves-refugio, entre los cuales se hallaron los Pirineos. Hoy viven, preferentemente, en las montañas de la Europa Central y Meridional –montañas del Jura, de la Selva Negra, del sur de los Balcanes, de Italia- así como en nuestra cordillera pirenaica. En el ámbito de Cataluña, los abetales más grandes los encontramos en el Valle de Arán, en el Pallars, en la Cerdaña o en el Montseny, límite austral de la especie. La Mata es hija natural de la propia cordillera aunque con muchas probabilidades de haber sido recolonizada, hace unos 6.000 años, desde rincones más mediterráneos y prepirenaicos que los actuales. Os presentamos la historia de un abetal excepcional, una proeza biológica nacida en una umbría que desafía valiente, como todas, al gran Norte.

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Río de Cabanes

Mata, matet, matosa, matte, mathe… ¡La Mata! ¡Estamos en los Pirineos Centrales! ¡En el tronco fluvial de la cabecera de la Noguera Pallaresa! En una rama conocida como el valle de la Bonaigua, donde más de setecientas hectáreas de gran bosque, situados entre los 1.300 y 1.950 metros de altitud, combaten los desniveles del terreno y sus rocas paleozoicas. El abeto (Abies alba) domina el escenario forestal por debajo de la línea que marca el pinar de pino negro, aunque hay lugar para otras formaciones boscosas en el seno del abetal. Como por ejemplo en el caso de algunas manchas rebeldes de abedules y álamos temblones nacidos tras un incendio sucedido unos cuarenta años atrás, o como la mezcla del abeto con el pino silvestre en los lugares más marginales y secos; o como con la aparición de mosaicos de avellanedas, prados de siega, cultivos abandonados y franjas de sauces cerca del río de la Bonaigua. Cada año, las nubes que arrastran los vientos dominantes del oeste, entre otros, precipitan sobre el abetal una media de 900 litros por metro cuadrado. ¡Un bosque húmedo y agreste donde la vida animal es sorprendente! Centenares de miradas tienen en el entorno de la Mata su hogar biológico. Grandes volúmenes de madera muerta, en pie y por el suelo, acogen pájaros carpinteros como el pito real, el pico picapinos y, sobre todo, el picamaderos negro. Mientras tanto, los mochuelos boreales se esconden a modo de un preciado tesoro. Cuando llega el período de celo, el urogallo corteja intensamente a las gallinas por los sotobosques más ricos en


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la esencia de las palabras las voces de la mata

frutos, siempre y cuando que los jabalíes, los gatos monteses y los zorros no les molesten demasiado. Las martas persiguen a las ardillas mientras que las observa discreto e inmóvil el azor, un auténtico ¡fantasma del bosque! Los grandes mamíferos como el gran ciervo –con machos que pueden llegar a pesar 180 Kg.–, como los malditos gamos o como los elegantes corzos ladran por selvas y calveros. Las perdices chochas se reproducen en la Mata, rodeadas de unas montañitas cónicas, los hormigueros, construidos con paciencia animal por decenas de especies de hormigas que huyen de los lugares más umbríos para vivir en los claros. En las zonas más bajas, la nutria y el desmán de los Pirineos convierten a la Bonaigua y a Cabanes en ríos Gran Reserva. Por su parte agateadores, carboneros y petirrojos cantan entre las voces de la Mata, un territorio donde cayó, en los años cuarenta del pasado siglo, el último oso pardo autóctono de la zona, muy cerca de la cascada de Gerber y en manos de los de siempre. Bosc, bosquet, boscarró, boscal, boscàs, baürta… ¡El Bosque! El paisaje y sus bosques son testimonio de la huella humana dejada a lo largo de los tiempos. Un espejo en donde se reflejan las relaciones entre los seres humanos y el territorio que los liga. Más allá de las perturbaciones que puedan ocasionar los factores naturales, las actividades humanas son las que acaban marcando la evolución del paisaje. La guerra de los árboles, en el buen y en el mal sentido de la palabra, ha tenido diverso signo durante los últimos dos mil años en la Mata. Hagamos un rápido repaso histórico… Los romanos, que tuvieron en mucho aprecio a la madera de abeto, fueron de los primeros en aplicar una cierta gestión forestal, utilizándola preferentemente en la construcción o en la fabricación de muebles y el diseño de herramien-

tas. Pocos siglos más tarde, una inicial incipiente actividad minera y agrícola posterior en les Valls d’Àneu, el Valle de Arán, la Ribagorza y los Pallars provocó una deforestación muy intensa, originada como consecuencia de fuertes quemas y talas. Los bosques siempre han sido enemigos de los pastos y es por eso que ancestralmente, como si se tratase de una necesidad sublime, los humanos los hemos abrasado hasta convertirlos en tierras de cultivo y pastoreo. Los primeros signos de recuperación no llegan hasta el siglo XV, coincidiendo con la Pequeña Edad del Hielo y con la crisis social y económica que tiñe la Baja Edad Media y que se traduce en un abandono de muchos pueblos pirenaicos. La recuperación de las actividades humanas vuelve con fuerza entre los siglos diecisiete y diecinueve: la presión demográfica, las nuevas escaramuzas en el bosque para crear pastos, la febril actividad de las atarazanas mediterráneas… Los almadieros o raiers y la Pallaresa se convierten en arrieros fluviales y facilitan la exportación de esa madera cortada hacia los mercados más lejanos del Mediterráneo. Y qué decir tiene de las fraguas o fargues, ¡uno de los episodios de explotación forestal más intensos que se han vivido en los Pirineos! Y llegamos a los últimos cien años, casi una anécdota en este viaje por los últimos dos milenios, cuando aparecen nuevos oficios relacionados con el bosque. Carboneras y carboneros, talas con leñadores que cortan y sacan arrastrando los árboles con mulos, más pastores… y auténticas revoluciones paisajísticas como las producidas por las grandes obras hidroeléctricas y de comunicaciones. ¡El tren del progreso llega a los Pirineos! La Mata es un testimonio natural vivo. Muta constantemente mientras la historia natural avanza. Y a pesar del uso y abuso a que ha sido sometido el bosque, éste siempre ha logrado recuperarse con una cierta facilidad, ya sea con una mayor o menor abundancia de abetos o con la apari-


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22 la esencia de las palabras las voces de la mata ción y la desaparición de otros competidores como el haya o el pino silvestre. La Mata resiste y desfallece cíclicamente pero es seguro que cuenta con la ayuda de la idoneidad de su hábitat. Dicen los expertos que su crecimiento, a grosso modo, se encuentra estancado desde hace más de 50 años. Una curiosidad más. Pronto, geológicamente hablando, volverá a ser arrasada, no por el ser humano sino por glaciares venideros o por nuevos episodios geológicos. Volverá a estar cubierta y sedimentada por mares y océanos futuros que dejaran nuevas semillas biológicas. Volverá a ser selva tropical o paisaje templado. Volverá a ser tierra de seísmos: ¡uno de cada 500 años la acostumbra a armar! Selva, selva, salvata, salvassa, selvera… ¡La Selva! Esta Mata de sombras compactas que evoluciona sobre suelos frescos pero amantes de la luz hacia una madurez que probablemente combinará la regeneración con el envejecimiento, la singularidad con la diversidad, la producción con la dispersión… ¡es un bosque de bosques extraordinario! Un espacio de reflexión, de gritos, silencios y agradecimientos, donde la creatividad biológica brilla por su eficiencia. Un bosque que se ha hecho acompañar, como mandan los cánones, por un río, un barranco, unos tozales y unas montañas. Un bosque maduro de cerca de 300.000 metros cúbicos de madera, con árboles que alcanzan su madurez hacia los 150 años de vida, que hay que dejar evolucionar de forma natural aunque respetando las voces del territorio que lo han gestionado discretamente durante centurias y centurias. Un bosque ocupado por esos gigantes de acero del siglo XX –las torres de las líneas eléctricas de alta tensión– que demasiadas veces han conquistado el paisaje pirenaico sin casi discusión alguna.

Cremada, socarrada, fogassa, fogà, artiga… ¡La gran Mata! Potente pero frágil, diversa pero amenazada, densa pero en pendiente… es uno de los grandes retos en la gestión de los Pirineos. ¿Por qué? Porque, más allá de las realidades más actuales, en los bosques se esconden las raíces de nuestra especie. ¡Crecimos dentro de ellos, procedemos de ellos, somos sus hijos! Cerebro e inteligencia se desarrollaron gracias a los bosques. Aprendimos a gesticular, a hablar, a comunicarnos a través de ellos. Hace millones de años que compartimos camino y por eso nos abrazamos a los árboles, paseamos por los bosques, ¡sufrimos por la Mata! ¡Qué belleza esconden los árboles mientras crecen hacia el cielo! Compiten y se empujan entre ellos. Son máquinas extraordinarias que viven gracias a la luz del Sol, el agua del suelo y el dióxido de carbono del aire que acaban transformando en alimento y energía. Respiramos y expiramos el mismo aire pero si uno de los dos lo deja de hacer, el otro muere. Árboles y animales cooperan mutuamente. Es más, ¡si retrocediéramos en el tiempo seguro que encontraríamos el ancestro común! Todos tenemos algo que decir sobre la Mata. Todas las voces son importantes, las de dentro y las de fuera del bosque, incluso las que hablan desde el silencio. Os invitamos a viajar por el interior de uno de los bosques más bondadosos del sur de Europa. Un jardín forestal lleno de tesoros que comparten su afecto día y noche. Un sorbo dulce de pureza que despierta con frecuencia muchas emociones. Un antiguo abetal. Un abetal. Una proeza biológica nacida en una umbría que desafía valiente al gran Norte. Josepmaria Rispa Pifarré

(Traducción al castellano: Javier Piqué Alejaldre)

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En este número estrenamos una nueva sección de El Portarró: la Foto. Si tenéis fotografías históricas interesantes, curiosidades naturalísticas o de algún tema relalcionado con el Parque que creáis que puedan ser publicadas en próximas ediciones, las podéis enviar a: pnaiguestortes@gencat.cat

verano de 1955 Autor: Família Cases (Camping Baliera, Bonansa) Portarró de Espot, verano de 1955. A la izquierda, el corredor de rallies Millet, alias “ Foca”. A la derecha, Antoni Cases Casimiro.


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caminemos por el parque

un paseo entre grandes árboles El camino que realizaremos por la llamada Coma des Estrets se encuentra a los pies del valle de Valarties (valles secundarios del río Garona), a mano izquierda siguiendo el río de Rencules. Esta zona, al sureste de la comarca, está situada en el término municipal del Naut Aran, dentro de la zona periférica del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, y formando parte del Monte de Utilidad Pública núm. 257 llamada “Valarties”, la propietaria de la cual es la Entidad Menor de Arties. El camino no es de gran dificultad, está bien señalizado y cuenta con 10 carteles con explicaciones didácticas acerca de los árboles. Se pueden observar abetos de grandes dimensiones que encontraremos a nuestro paso, el camino lo puede disfrutar un amplio abanico de personas, no obstante se debe ir bien calzado ya que encontraremos una buena pendiente. Si partimos desde la capital de la Val d’Aran, Vielha, deberíamos tomar la carretera C-28 en dirección al puerto de la Bonaigua, y cuando estemos a la altura de Arties tomaremos el desvío que encontraremos a la salida de la población, a mano derecha. Pasando el primer puente que atraviesa el río Garona, vemos delante de nosotros la central hidroeléctrica de Arties. Pero, antes de ver la gran fachada, deberíamos girarnos en dirección al pueblo y así poder observar de cerca los dos osos que hay en cautividad. Seguimos recto y atravesamos la plaza del pueblo de Arties. Encontramos el puente sobre el río Valarties que deberemos cruzar y rápidamente girar a la izquierda en dirección al valle que lleva su nombre. Si nos gusta la arquitectura, en este pueblo podremos disfrutar de las visitas de la iglesia de Santa Maria y la de Sant Joan, ésta a pie de carretera. Aquí se hacen numerosas exposiciones que forman parte de la red museística aranesa. Una vez finalizan los edificios próximos al pueblo empieza la pista forestal, asfaltada hasta unos quilómetros más adelante, concretamente hasta el puente del Ressèc. Durante todo el camino podremos disfrutar de las paredes de piedra seca que aún perduran en pie delimitando fincas que, años atrás habían sido muy apreciadas para la siega, también de las bordas donde encerraban el ganado los payeses de Arties. En cuanto a la vegetación y al paisaje, disfrutaremos de las canales hechas por la misma naturaleza, de la vegetación de ribera, de los avellanos, abetos,…y del resto de montañas que nos rodean. Una vez lleguemos al puente del Ressèc, si nos encontramos en el periodo comprendido entre el 1 de Julio al 30 de Septiembre, deberemos dejar nuestro vehículo en el aparcamiento indicado. Tenemos la opción de que un taxi nos acerque hasta la cabaña de Loseron, o bien llegar a pie paseando por una pista de 3km entre un bosque donde ya encontraremos algunos abetos. Cuando encontremos la cabaña de Loseron (1.630 metros de altura) en un entorno de prados alpinos con festuca, cárex y flores dibujando un manto de mil colores, podemos ver en su pared el cartel indicativo que nos explica brevemente el itinerario a seguir y con los colores generales del mismo veremos la dirección que se debe tomar para empezar a encontrar los grandes árboles. Volvemos a bajar por la pista, pocos metros, y al pasar el pequeño puente hay una primera

indicación con el tiempo previsto para realizar toda la vuelta. Pero no hace falta tener prisa, se debe disfrutar tranquilamente de la naturaleza, para sentir los perfumes que se nos presenten y saber descubrir todos esos detalles que se nos ofrecen a cada paso. Atravesamos unos primeros prados, donde seguiremos unas indicaciones de madera con una línea amarilla e iremos al bosque. Allí tomaremos un viejo canal como camino, y seguiremos sin perder altura todo recto. Llegado un punto, a mano izquierda, donde las indicaciones nos empiezan a hacer subir y las ramas cortadas nos señalan la pendiente, intentamos buscar un gran pino silvestre (001), y con él el primer cartel indicativo donde aprenderemos a medir la altura de los árboles de una manera sencilla. A partir de aquí, sin dejar el camino, parando para coger aire y poder levantar la vista para observar la majestuosidad de los árboles que decoran el camino, iremos encontrando los otros árboles y carteles con diversa información y curiosidades,…pero cabe saber que no sólo los ejemplares del camino son majestuosos; si salimos un poco de este sendero marcado, veremos otros abetos y pinos tan grandes y bonitos como los señalizados. El árbol 002 nos ayuda a situarnos para orientarnos en la zona. Alrededor del árbol 003 veremos un corte transversal para saber como contar lo años. Más adelante encontramos dos que se dan la mano con el cartel 004 y así diferenciaremos el pino silvestre del abeto. El número 005 nos cuenta una bonita historia de un viejo camino. Continuamos recto por un dulce sendero hasta encontrar, a la izquierda, el árbol 006 con una especie de barbas colgando. Y, en el mismo margen, en la pared de la derecha y sin esforzarse demasiado, nuestros ojos deberán llegar hasta el cielo para ver la altura de este conjunto de abetos (007). Más allá, el cartel 008, un gran árbol y sus ramas haciendo sombra y cubriendo todo el suelo, y después el 009, con sus imponentes raíces anclándose a la vida, a la tierra. Y, justo en ese punto, es donde gira el camino, y vuelve a tomar altura hasta llegar al último árbol 010, que, a pesar de haber muerto, nos da mucha información sobre el lugar, ¡acercaos! Y ya podemos empezar el descenso, pero seguro que aún queremos quedarnos en la parte alta un ratito, porque de este escenario uno no se movería, y ese bocado que tanto pesaba en la mochila ¡ahora sí que es bueno! Con la barriga llena ahora podemos seguir el camino de bajada, un poco agreste y divertido al principio, pero más adelante solo hace falta ir hasta el árbol 006 donde encontraremos el camino que hemos hecho de subida y seguirlo. Tan diferente y nuevo será de subida como de bajada. Volvemos así hasta el puente, cerca de la cabaña de Loseron, al primer cartel indicativo. Los más valientes y con facilidad para la orientación pueden intentar bajar desde el árbol 001 campo a través, buscando el camino viejo hasta la pista. A continuación, una red de senderos hechos para sacar la madera del bosque puede conducirnos por los prados de Sieja, bien cerca del puente del Ressèc. Gemma Arjó Rella Ingeniera Forestal del Conselh Generau d’Aran


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25 A ARTIES BARRANC DERA TÈDA ARRIU DE VALARTIES ARRIU DE RENCULES PÒNT DETH RESSÈC

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TÍTULO: Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. 1:25000 EDICIÓN: Alpina, 2011 FORMATO: 2 mapas en carpeta pleg.; 17,5x11,5 cm. pleg. Nueva edición del mapa del Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici elaborado por la editorial Alpina. Encartadas en una pequeña carpeta de sólo 11,5x17,5 cm. encontramos las hojas de mapas que dividen este espacio natural protegido en los dos sectores más conocidos: Aigüestortes-Vall de Boí y Estany de Sant Maurici-Els Encantats. Para esta nueva edición se han corregido topónimos, y revisado los rastros de algunos senderos. Una novedad es que la capa de senderos incluye la versión actualizada de las rutas de travesía Carros de Foc así como el sendero de circunvalación del Parque: Camins Vius. La división del Parque en dos mapas de 1:25000 permite tener un gran nivel de detalle de las zonas en concreto y no cargar con una hoja de grandes dimensiones que resulta poco práctica a la hora de consultarla durante los itinerarios.

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TÍTULO: Vall Fosca: Montsent de Pallars - Vall de Manyanet. 1:25000 EDICIÓN: Institut Cartogràfic de Catalunya, 2010 FORMATO: 1 mapa, 13,5x24 cm. pleg. Primera edición a cargo del Instituto Cartográfico de Catalunya del mapa de la zona de la Vall Fosca. Correspondiente a una de los rincones más desconocidos del Parque, el mapa presenta la zona sur del Parque y un espacio natural protegido bien escondido, el EIN de Filià. El mapa incluye los senderos de mayor interés que unen la Alta Ribagorça con el Pallars Jussà, sin olvidar el célebre Port de Rus, histórica vía de comunicación de las dos comarcas bautizada hoy como GR11-20. El mapa se focaliza principalmente en el Valle del Flamisell y las partes sur del Pallars Sobirà i la Alta Ribagorça que limitan con este valle. Un mapa amplio y bien detallado que invita a explorar una parte de la zona periférica del Parque que esconde muchísimos rincones interesantes. ¡Descubridlos!

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TÍTULO: El Pont de Suert: Besiberri Nord - Vall de Boí - Vall de Barravés. 1:25000 EDICIÓN: Institut Cartogràfic de Catalunya, 2010 FORMATO: 1 mapa, 13,5x24 cm. pleg. Dentro de la serie Espacios Naturales Protegidos del Instituto Cartográfico de Catalunya, aparece este mapa dedicado al sector oeste del Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Teniendo como límite occidental la Ribagorza aragonesa, el mapa es un compendio extensivo de la zona oeste del Parque incluyendo la parte periférica del Valle de Barravés. El mapa se convierte en una excelente herramienta para los visitantes que quieran descubrir este sector del parque sin dejar ningún rincón, ya que el mapa abarca hasta las estribaciones del sur del Valle de Aran como el Valle de Rius i la parte meridional de a Alta Ribagorça con espacios tan poco conocidos como Manyanet o el mismo Valle de Barravés, que tiene un centro de información del Parque en la localidad de Senet.

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boletín del parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici

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TÍTULO Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. 1:30000 EDICIÓN: Piolet, 2011 FORMATO: 1 mapa, 12,5,x21 cm. pleg. Mapa de reciente aparición en el mercado. En una escala de 1:30000 se detallan todos los parajes característicos del Parque así como los senderos y las rutas más interesantes, entre ellas Carros de Foc i Camins Vius. En una escala mayor, el mapa incluye todo el territorio del Parque y de su zona periférica añadiendo rutas y senderos para BTT y senderismo, sin olvidar los PR y los GR que lo cruzan. Para mayor protección y durabilidad del mapa, éste viene encartado en una carpeta más rígida que permita la portabilidad sin doblarlo ni dañarlo en nuestras excursiones. Finalmente, el mapa incluye las recomendaciones de visita del Parque así como un apartado con información de las Casas del Parque y los Centros complementarios.


el portarrรณ


el portarró

2º premio del 6º Concurso de dibujo · Título: Planell d’Aigüestortes Autor: Javier Solans Pallás · Colegio Bell·lloc (Girona)


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