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Osvaldo Picardo

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De los autores

De los autores

OSVALDO PICARDO (1955)

El dibujo de un niño siempre quedará sin respuesta

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i

Dibujar es otra manera de preguntar.

El fracaso ya está en la línea. Despega de un punto de apoyo en que la mano imagina el vuelo pero también, la irremediable caída.

Toda nuestra alma –lo que de ella nos queda– gira en torno de las manos. Por alguna paradójica razón no se aferran a las cosas. Dibujan la naturaleza de las formas. Tocan el borde mudo de las preguntas:

Ese lado vacío del pensamiento, abismal, en que un niño espera que se haga tu voluntad.

ii

El niño dibuja. Se pasa las horas con el dibujo sobre gruesas cartulinas. Aún lo buscado esconde el regalo que encierran las manos.

Cómo tocaste –pregunto– las plumas y la fiesta que llena los árboles y salta de una rama a la mesa?

Hay una línea invisible que no deja al gorrión ir más lejos que tus ojos.

El trazo accidentado del lápiz lleva, a veces con esperanza y a veces

con recelo, a una sola sospecha:

Ahora hay algo que antes no había?

Picaflores

Antes de correr la cortina frente a las calas la velocidad se congeló en el aire. Primero fue uno borroneando las alas en el hilo desatado ante un gladiolo. El otro cayó al lado en rebote pausado y giraron trenzando el tallo de la tarde.

No los habías visto hasta entonces. Luego leíste que tienen corazones enormes para el tamaño diminuto de sus cuerpos. Y también, que mueren de quietud durante el sueño.

La mano de Dios

Diestro aquel en volver con distra planta la pelota que huye, compensando con los pies el oficio de las manos...

astroNomiCoN De maNiLio aNtíoCo (circa s. d.C.)

La pelota escapa con la poca elegancia de una cabeza decapitada; rompe con leyes de quietud y buenos modales. Pudiera ser algún domingo por la tarde, con calles vacías y un silencio de pájaros. Pudiera ser en cualquier parte, en cualquier tiempo, efeméride patria y/o circo romano.

Pero sólo fue en un lugar y un momento. La cosa es que el salto está todavía en el aire, en el extremo exhausto de un músculo contraído por una guerra y una derrota. En el sexto minuto nació,

de un empatado segundo tiempo. Y en la ovación gloriosa, Maradona por encima del inglés se eleva.

Después fue otro día, apenas salió el sol se habló de trampa y hasta de dios.

México, junio de 1986

Un pedazo de espejo

algo está aparte y es extraño a toda la creación

m. ekhart

Hay un pedazo de espejo entre los pastos y la basura en el baldío. Un vidrio plano que carece de preocupación alguna. Víctima de alguien que no soportó

su propia cara o, simplemente, de la torpeza y la mala suerte.

Un lugar abre en los márgenes como de un libro usado. Llega a su inmóvil representación la margarita que florece y el gato que huye. La abeja confundida, el diario viejo y el sinsentido de la ciudad.

No se le aproxima más el hombre que la estrella y tampoco hay distancias entre el instante y el año, entre el año y el siglo...

Aparte y extraño, allí, sin quién lo use, ni necesidades, sigue siendo una verdad en sí mismo.

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