OSVALDO PICARDO (1955)
El dibujo de un niño siempre quedará sin respuesta I Dibujar es otra manera de preguntar. El fracaso ya está en la línea. Despega de un punto de apoyo en que la mano imagina el vuelo pero también, la irremediable caída. Toda nuestra alma –lo que de ella nos queda– gira en torno de las manos. Por alguna paradójica razón no se aferran a las cosas. Dibujan la naturaleza de las formas. Tocan el borde mudo de las preguntas:
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