Ulrika
REVISTA DE POESÍA
Ulrika Editores
Licencia Mingobierno No 00918 ISSN 0120-7669
DIRECTOR Rafael Del Castillo CONSEJO EDITORIAL Héctor Freire, Osvaldo Picardo (Argentina), Jordi Virallonga, Guillermo Molina Morales (España), Lauren Mendinueta (Portugal), Fernando Linero Montes, Evelio Rosero, Luz Mary Giraldo, Eugenia Sánchez Nieto, John Fitzgerald Torres, Joaquín Mattos Omar, Darío Sánchez Carballo, Óscar Pinto Siabatto, Eugenia Gorriño Aldinucci y Rafael Del Castillo. COLABORADORES COLOMBIA Jotamario Arbeláez, Juan Gustavo Cobo Borda, Samuel Jaramillo, Lucía Estrada, Maruja Vieira, Clara Mercedes Arango, Miguel Méndez Camacho, Robinson Quintero Ossa, Orinzon Perdomo, Juan Felipe Robledo, Gustavo Adolfo Garcés, David Reinoso D’Jesús, Rafael Berrío, Sara Del Castillo, Ernesto Durán Strauch, Mariela Del Castillo, Rosaura Mestizo, Dufay Bustamante, Leonardo Cano, Juan Carvajal Franklin, William Ospina, Carlos Satizábal, Yirama Castaño Güiza, Esteban Hincapié, Julio César Bustos, Andrés Céspedes, Alejando Vergara, Carlos Andrés Almeyda, René Barraza. ARGENTINA Rodolfo Alonso, Paulina Vinderman, Marcos Silber, Esteban Moore. BOLIVIA Jorge Carlos Ruiz de la Quintana, Milenka Torrico. BRASIL João Vanderlei de Moraes Filho, Alexandra Maia. COSTA RICA Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma, María Montero. CHILE Jaime Quezada, Teresa Calderón, Tamym Maulén, María Inés Zaldívar. ECUADOR Edwin Madrid. ESPAÑA Jesús Munárriz, Rodolfo Häsler, Juan Pablo Roa, Sergio Laignelet. ESTADOS UNIDOS Armando Romero, Mercedes Roffé, Paola Cadena. ITALIA Claudio Pozzani, Fabio Scotto, Antonio Nazzaro, Zingonia Zingone. MÉXICO Margarito Cuéllar, José Ángel Leyva, Carlos López, Luis Aguilar, Leticia Luna, Carmen Nozal. PERÚ Enrique Sánchez Hernani, Ricardo Silva Santisteban, Luis La Hoz, Luis Alonso Cruz. REPÚBLICA DOMINICANA Neftalí Eugenia Castillo. URUGUAY Washington Benavides. VENEZUELA Rafael Cadenas, María Antonieta Flores. COORDINACIÓN EDITORIAL
Eugenia Gorriño Aldinucci y Óscar Pinto Siabatto DIRECCIÓN DE ARTE
Gustavo del Castillo M. DIAGRAMACIÓN
Vanesa Yepes S. EN PORTADA
Margarito Cuéllar, fotografía de Susana Robles, 2020. Impresión: Dígitos & Diseños, Industria Gráfica Los trabajos firmados se publican bajo la responsabilidad de sus respectivos autores, sin implicar necesariamente a la revista. direccion@poesiabogota.org
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Contenido EDITORIAL 2 por Rafael Del Castillo XII JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA 4 «CIUDAD DE BOGOTÁ». EDITORIALES
UNIVERSITARIAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA ACTUAL EN IBEROAMÉRICA 5 Editar poesía actual en las universidades por Guillermo Molina Morales
Caro y Cuervo: Colección 7 Instituto de poesía «Fernando Charry Lara» por Guillermo Molina Morales 10 Poemas de Álvaro Miranda 11 Poemas de Giovanni Quessep 12 Poemas de Álvaro Rodríguez Torres
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Editorial Universidad de Antioquia: Colección Poesía
por Doris Elena Aguirre Grisales 16 Poemas de Claudia Trujillo 18 Poemas de Robinson Quintero Ossa 19 Poemas de Javier Naranjo 20 Poemas de Wilson Pérez Uribe
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Universidad Nacional Autónoma de México: «Periódico de Poesía»
por Hernán Bravo Varela 23 Poemas de Víctor Rodríguez Núñez 24 Poemas de Esther Zarraluki 25 Poemas de Jordi Virallonga
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Universidad Autónoma de Nuevo León: Colección de Poesía
Poesía y universidad por Margarito Cuéllar 28 Poemas de Ingrid Bringas 29 Poemas de Rocío Cerón 30 Poemas de Camila Krauss
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Editorial EAFIT: Colección de poesía «Otramina»
por Claudia Ivonne Giraldo G. 32 Poemas de José Manuel Lucía Megías 33 Poemas de Gina Saraceni
34
Universidad de los Llanos: «De seis pisos. Antología de poesía»
por Pablo Arciniegas. 37 Poemas de Henry Benjumea 38 Poemas de Carlos Enrique Pachón 39 Poemas de Laura Jimena Benavides
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Universidad Externado de Colombia: Colección «Un libro por centavos»
por Claramercedes Arango 42 Poemas de Emilio Coco 43 Poemas de Eduardo Langagne 44 Poemas de Gustavo Adolfo Garcés
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Universidad Nacional de Colombia: programa «Viernes de Poesía»
Encuentro de poetas y lectores por Fabio Jurado 48 Poemas de Rodolfo Alonso 49 Poemas de José Ángel Leyva 50 Poemas de Fernando Herrera Gómez
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Universidad Autónoma de la Ciudad de México: Colección Poesía
por Felipe Vásquez. 52 Poemas de Ana Alonzo 52 Poemas de Christian Peña 53 Poemas de Luis Flores Romero
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Universidad Pedagógica Nacional: periódico de poesía «Aldabón»
por Rafael Del Castillo 55 Poemas de AinoKaisa Huusko 56 Poemas de Samuel Jaramillo 57 Poemas de Carlos Andrés Almeyda
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ÍNDICE DE AUTORES ULRIKA 67 |
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EDITORIAL
XII Jornadas Universitarias de Poesía «Ciudad de Bogotá» anto Eliot como Pound en numerosos escritos subrayaron enfáticamente que la poesía es el ejercicio del pensamiento que determina la pervivencia y la «salud» del espíritu humano. No a otra cosa se refiere el segundo de ellos cuando anota sin dudarlo que «los poetas son las antenas de la raza» o cuando acusa de cometer un crimen, contra la «salud» de la especie, a quienes desde posiciones rectoras en lo que toca al conocimiento o la difusión (edición o transmisión) de la poesía, tocados por vicios tan repulsivos como los que se derivan de aquello que llamamos «intereses creados» (sean económicos, de secta o de escalamiento social) ponen en entredicho el oficio del poeta, su palabra: el adn esencial para la existencia de seres humanos íntegros, respetables. Tan criminales como médicos que expidiesen recetas adulteradas a esa suerte de seres mórbidos y enfermizos que somos a lo largo de la vida, merecerían también la más enérgica sanción social.
Desde esta perspectiva se convocan las xii Jornadas Universitarias de Poesía en torno a las instancias desde las que, en teoría, podrían darse los acercamientos más lúcidos a la escritura del poeta. Y pese a que en los ámbitos académicos anida y engorda plácidamente el cuestionable concepto de «canon», es precisamente allí desde donde pueden medrar, con sus más y sus menos, los postulados que hacen inseparable el humanismo y la originalidad del ser a partir de la llamada «cátedra libre», esa pariente ácrata e incómoda de la «libertad de cátedra». Ambas, en últimas, alternativas del conocimiento no dogmático, tan necesario para el flujo natural de las Artes y las Letras: cifras inequívocas del espíritu humano. Específicamente nos estamos remitiendo aquí a las Editoriales Universitarias con Publicaciones de Poesía actual en Iberoamérica. Contamos de esta suerte con la evidencia de una inalienable certidumbre que subyace en el ejercicio de todo creador, de todo lector de poesía y que nos
T.S. Eliot y Ezra Pound. Fotos: Getty Images. 2
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Margarito Cuéllar, ganador del xl Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez por su obra Nadie, salvo el mundo. Foto: Susana Robles
permite repetir con Eliot y con Pound o con Paz o con Fernando Charry Lara: «La poesía es tan importante que no podemos dejarla tan sólo en manos de los poetas». O a darle resonancia a ese también emblemático verso del gran poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón: «La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre», o bien, en una versión políticamente correcta para el «lenguaje de género» (aunque desgreñada y poco elegante): la poesía es la única prueba concreta de nuestra existencia. Hemos tratado de rastrear en Iberoamérica, por lo pronto, algunas de aquellas iniciativas universitarias que buscan dar concreción y proyección a los compromisos anotados, y aunque en principio eran muy pocas, después nos dimos cuenta de que había otras ahogadas en diversas instituciones por la estridencia de urgencias orgánicas y pedestres más inmediatas, pero no más importantes: la economía, la salud, la ciencia pura… Las Jornadas Universitarias de Poesía, su Revista y los poetas que nos acompañan en esta nueva aventura,
quizás en últimas querrían pedir a las instituciones académicas por excelencia (las Universidades), un ejercicio rector y desinteresado frente a la poesía, en épocas en las que la frivolidad y la impostación campean desde internet o desde las redes sociales, o a través de editoriales manejadas por intereses falibles y en no pocas ocasiones muy mezquinos. Durante la realización de estas Jornadas de Poesía, uno de nuestros invitados más queridos y reconocidos, con su presencia sostenida en el Festival Internacional de Poesía de Bogotá y en las mismas Jornadas, así como en las páginas de nuestra revista con su poesía, sus artículos y notas, el poeta, editor y profesor universitario mexicano, Margarito Cuéllar, fue declarado ganador del xl Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez. Desde la portada de este número de Ulrika celebramos este merecido reconocimiento a su trabajo.
RAFAEL DEL CASTILLO Octubre, 2020
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Editoriales universitarias con publicaciones de poesía actual en Iberoamérica —Eventos virtuales 2020— Instituciones Instituto Caro y Cuervo (Colombia), Universidad de Antioquia (Colombia), Universidad Autónoma de Nuevo León (México), Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad de Barcelona (España), Universidad Complutense de Madrid (España), Universidad EAFIT (Colombia), Universidad Externado de Colombia, Universidad de los Llanos (Colombia), Universidad de Mar del Plata (Argentina), Universidad Nacional de Colombia, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad Surcolombiana de Neiva (Colombia), Universidad de San Marcos (Perú). Invitados Argentina: Rodolfo Alonso, Osvaldo Picardo; Colombia: Giovanni Quessep, Jotamario Arbeláez, Álvaro Rodríguez Torres, Robinson Quintero Ossa, Lauren Mendinueta, Claudia Ivonne Giraldo, Clara Mercedes Arango, Doris Elena Aguirre, Samuel Jaramillo, Fernando Linero, Javier Naranjo, Wilson Pérez, Claudia Trujillo, Luz Mary Giraldo, Fabio Jurado, Eugenia Sánchez Nieto, Fernando Herrera, Gustavo Adolfo Garcés, Andrés Céspedes, Órinzon Perdomo, Juan Manuel Espinoza, Guillermo Molina Morales, Carlos Andrés Almeyda, Darío Sánchez Carballo, Henry Benjumea, Pablo Arciniegas, Nicolás Peña, Laura Benavides, Laura Isabel Ramos, Rolando Chaparro, Álvaro Miranda; Cuba: Víctor Rodríguez Núñez; España: Esther Zarraluki, Jordi Virallonga, José Manuel Lucía Megías; Finlandia: Aino Kaisa Huusko; Italia: Emilio Coco; México: Eduardo Langagne, Margarito Cuéllar, Camila Krauss, José Ángel Leyva, Jessica Nieto, Rocío Cerón, Ingrid Bringas, Hernán Bravo Varela, Felipe Vásquez, Ana Alonzo, Luis Flores; Perú: Enrique Sánchez Hernani; Venezuela: Gina Saraceni. 4
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Editar poesía actual en las universidades POR GUILLERMO MOLINA MORALES
as xii Jornadas Universitarias de Poesía «Ciudad de Bogotá» 2020 nos invitan a pensar en las editoriales universitarias de poesía. El adjetivo «universitarias» no es menor, puesto que nos sitúa en un lugar muy específico dentro del sistema literario. Por este motivo, antes de seguir adelante, sería conveniente esbozar el panorama general en cuanto a editoriales de poesía en Colombia. Con todo, debemos entender que este panorama es solamente una parte de las acciones para la difusión de poesía, que incluyen festivales y lecturas, cursos y talleres, revistas literarias, fanzines, páginas de internet y redes sociales, etcétera. La situación editorial se puede resumir en tres grupos: editoriales comerciales, independientes y universitarias. Las editoriales grandes publican lo que pueda resultar más rentable, es decir, obras que interesan a un círculo más amplio que el de los lectores habituales de poesía. Por ejemplo, en los últimos años hemos visto aparecer en Lumen (perteneciente a Penguin Random House) las obras completas de autores como María Mercedes Carranza, Piedad Bonnett o Darío Jaramillo Agudelo. Por su parte, Seix Barral (del Grupo Planeta), además de publicar a clásicos como Neruda o Silva, ha apostado por autores más jóvenes que, por su estilo desenfadado, tienen un grupo nutrido de lectores, como Fernando Molano o Frank Báez. Es de notar que todavía no ha llegado a Colombia
el fenómeno de la poesía comercial, aunque sí se escuchan los ecos del caso español, que podemos representar con la popularidad de Elvira Sastre. El segundo grupo, el de las editoriales pequeñas e independientes, es el que realiza la labor más importante para dar a conocer nuevos autores y nuevas obras y, en general, para dinamizar la difusión de poesía a nivel local y nacional. Resulta curioso que la existencia de internet no ha impactado mucho en la proliferación de editoriales, quizás porque todos seguimos de alguna manera creyendo en el aura de la letra impresa. Las editoriales independientes, por el heroísmo de su mera existencia, tienen buena
María Mercedes Carranza. Foto: Monsalve, 2002.
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Elvira Sastre. Foto: Patricia J. Garcinuño, Forbes.es.
reputación entre los poetas y lectores. Sin embargo, habría que distinguir entre las editoriales que se preocupan por ofrecer un catálogo arriesgado, coherente y relevante; y aquellas otras, de existencia todavía más precaria, que están pensadas para la promoción de un grupo juvenil de amigos. Toda empresa privada tiene el derecho de editar a quien desee, pero es necesario ofrecer algún tipo de filtro crítico si quiere ser relevante en la esfera pública. Por cierto, ¿sabían que los libros de poesía más numerosos son los auto-publicados? El tercer grupo, el de las editoriales universitarias, creo que debe pensarse como complemento al sistema literario expuesto, es decir, debe buscar nichos editoriales de pertinencia pública que no sean explorados por los dos grupos anteriores. Un caso de especial éxito en Colombia es el de «Un libro por centavos», de la Universidad Externado, que ha logrado una gran difusión y un catálogo extenso y variado. Esta iniciativa era inédita en el país y, además, hubiera sido difícilmente imaginable en otro tipo de editorial. Existen otras colecciones de poesía desarrolladas desde universidades, de las cuales seguramente darán cuenta 6
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las páginas de esta revista. Con todo, la mayoría de editoriales universitarias publican poesía de manera más puntual que sistemática: ofrecen, de cuando en cuando, libros estimables, pero sin un proyecto de fondo. Más allá de las habituales quejas por la poca relevancia que se le otorga a la poesía «en este país» (aplica a todo país), especialmente «en este tiempo de crisis» (aplica a todo tiempo), el espacio universitario ofrece grandes oportunidades que debemos aprovechar con energía e imaginación. Sobre todo, podemos pensar en la edición de poesía como parte de un diálogo que incluye la formación de lectores, críticos y escritores; aquello que llamamos «investigación» y que, bien entendido, no es otra cosa que tiempo para pensar en la poesía; y la proyección social, que es la búsqueda de formas de comunicación con la comunidad de la que formamos parte y a la que siempre ha interesado la poesía (así sea la poesía popular, la cantada). En definitiva, no se trata (o no se trata únicamente) de sacar libros, ni siquiera de producir libros hermosos de contenidos excelentes, sino de generar lugares de encuentro, aprendizaje y debate. Seguramente, en las Jornadas vamos a encontrar muchas propuestas en este sentido. Al fin de cuentas, casi nadie piensa que la edición de poesía sea un trabajo instrumental, como puede serlo la fabricación de muebles o la instalación de tuberías. Estaremos de acuerdo en que la edición de poesía forma parte de una visión de la existencia que implica, también, una manera de habitar. Una manera que, por supuesto, nosotros (los interesados en la poesía) pensamos que es necesaria y enriquecedora para todos los seres humanos. Ya «solo» nos falta llevar la noticia a todos los seres humanos. Estamos en ello.
INSTITUTO CARO Y CUERVO: COLECCIÓN DE POESÍA «FERNANDO CHARRY LARA» POR GUILLERMO MOLINA MORALES
as universidades no estamos a salvo de las limitaciones económicas de las editoriales comerciales o independientes, pero tenemos un margen mayor para pensar en la relevancia académica y social. Si la institución, además, es de carácter público, aumenta la responsabilidad de nuestro trabajo en la esfera colectiva. La pregunta, por lo tanto, se hace obligatoria: ¿cómo proponer una colección que favorezca la difusión y el diálogo de la poesía contemporánea con publicaciones necesarias y no exploradas por los otros tipos de editoriales? A continuación, expondremos la respuesta que estamos ensayando desde el Instituto Caro y Cuervo con la propuesta de una colección de poesía que llevará el nombre de Fernando Charry Lara. El nombre, por cierto, no es una cuestión menor, puesto que Charry Lara, además de ser profesor en el Instituto, muestra un importante caso en que se aúnan las facetas de formador, crítico y creador, en la estela de grandes poetas modernos como T. S. Eliot y Octavio Paz. Como marco general, explicitemos las premisas en las que se concibe el proyecto. Primero, la necesidad de in-
sertarnos en el panorama editorial colombiano sin duplicar las funciones que ya cumplen las editoriales comerciales e independientes. Segundo, la ligazón con la misión institucional (salvaguardar el patrimonio lingüístico y literario de la nación) y con las labores de formación e investigación (en nuestro caso, a través de las maestrías de «Literatura y cultura» y de «Estudios editoriales», así como del proyecto «Poesía en movimiento»). Tercero, el mapa general de la editorial del Instituto Caro y Cuervo, que ya cuenta con espacios, por ejemplo, para la publicación de monografías académicas sobre poesía. Cuarto, la historia editorial del Instituto. La colección «Poesía» publicó, entre 2011 y 2015, las obras completas de poetas que son ya clásicos contemporáneos: Fernando Charry Lara, María Mercedes Carranza, José Manuel Arango, Héctor Rojas Herazo, entre otros. En el campo de la crítica, editó una recopilación de ensayos sobre la obra de María Mercedes Carranza. Por otro lado, cabe resaltar que el Instituto Caro y Cuervo viene publicando, desde hace más de veinte años, antologías de los poetas homenajeados por el Festival Internacional de Poesía de Bogotá.
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Álvaro Miranda (leído por Fernando Linero), Jotamario Arbeláez, Giovanni Quessep, Álvaro Rodríguez Torres, Luz Mary Giraldo, Guillermo Molina Morales y Juan Manuel Espinoza (Colombia).
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Fernando Charry Lara. Foto: Archivo Casa de Poesía Silva.
Otros destacados poetas contemporáneos publicados por el Instituto Caro y Cuervo: María Mercedes Carranza, Mario Rivero, Rogelio Echavarría, José Manuel Arango, Nicolás Suescún, Darío Jaramillo Agudelo, Miguel Méndez Camacho, Matilde Espinosa, Maruja Vieira, Juan Gustavo Cobo Borda, Víctor Gaviria, Fernando Linero, Evelio Rosero, Luz Mary Giraldo.
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Nuestra primera dirección es, precisamente, continuar con la publicación de poetas, principalmente colombianos, que tienen una trayectoria consolidada, pero que no han tenido la ocasión de ver publicada su obra completa. En estos casos, la edición cubre una triple necesidad: reunir materiales dispersos de y sobre el autor, difundir en el foro público su obra y colaborar en el reconocimiento de un poeta relevante. Somos conscientes de que una publicación de estas características, que tiene además el sello editorial del Instituto Caro y Cuervo, ayuda en el proceso de canonización de un autor. El canon, por supuesto, puede y debe ser discutido, ampliado y modificado, pero esta necesidad de discusión no ignora la existencia de unos referentes literarios que los lectores, escritores y críticos del momento tienden a destacar sobre otros. Como siempre sucede en los estudios literarios, no hay forma de cuantificar el aporte de un poeta, pero sí existe la posibilidad de llegar a consensos, precarios y temporales, entre lectores expertos. La segunda dirección contempla la publicación de recopilaciones críticas que fomenten el diálogo con la poesía contemporánea, principalmente colombiana. Se trata, en definitiva, de lecturas
múltiples procedentes de críticos y de poetas que reinterpretan la tradición nacional y latinoamericana, que configuran una crónica del presente poético y que imaginan retos y caminos para el futuro. De esta manera, pretendemos ampliar las posibilidades de lectura de los poemas y, al mismo tiempo, contribuir a la existencia de una crítica literaria rigurosa e imaginativa. Esta misión, por cierto, es especialmente importante para la poesía actual: al igual que en otros aspectos sociales, existe un exceso de producción individual y una necesidad de diálogo y de reflexión. Todos queremos impactar de forma inmediata, pero pocos queremos pararnos a escuchar al otro y reflexionar sobre lo que implica nuestro trabajo en la esfera pública. La tercera dirección resulta, de alguna manera, una combinación de las dos anteriores. Consiste en la publicación de antologías, pero no de antologías concebidas como promoción de un grupo o como selecciones de «lo mejor de» (eso ya lo hacen las editoriales independientes), sino como ejercicios de crítica colectiva que se disponen en torno de un eje problemático. En este caso, resulta relevante el concepto de «curaduría», es decir, el grupo de expertos que ponen a dialogar las obras de maneras novedosas. Pensemos, por ejemplo, en la reciente reforma en los espacios del Museo Nacional: las salas ya no se disponen por orden cronológico, sino por problemáticas como «Memoria y nación», «Ser territorio» o «Hacer sociedad». Una de las posibilidades que aquí se abren es pensar en un «mapa poético» de Colombia que tenga en cuenta las aportaciones de las regiones, a la manera del famoso Atlas Lingüístico y Etnográfico de Colombia (alec). Hasta aquí hemos dado una visión bastante ecuánime de la colección. Sin embargo, ningún ejercicio editorial pue-
INSTITUTO CARO Y CUERVO: COLECCIÓN DE POESÍA «FERNANDO CHARRY LARA»
de considerarse aséptico, y el nuestro tampoco pretende serlo. La colección «Charry Lara» se articula con base en el proyecto de investigación «Poesía en movimiento», que también tiene una vertiente académica (cursos, tesis, artículos, etc.) y una vertiente social (reseñas, ensayos, radio, eventos, talleres, etc., que se articularán en el próximo micrositio web). Como lo indica el nombre del proyecto, no nos enfocamos en todo tipo de poesía, sino en «una corriente definible […] por la búsqueda de la mutación frente al acto de aceptar pasivamente lo heredado» (Octavio Paz). En otras palabras, poesía que desborda los límites tradicionales para conectarse con las problemáticas estéticas y sociales del presente. Se trata de una idea de poesía que seguramente resulta mayoritaria en la Modernidad, pero que no deja de ser sesgada, puesto que pareciera marginar las propuestas que repiten modelos bajo la convicción del carácter intemporal, y casi que sagrado, de la poesía. «Poesía en movimiento» también sugiere la idea de «mover la poesía», es decir, generar un diálogo crítico con la poesía más reciente y acercarla a los lectores. En este sentido, nos concebimos como un complemento y un apoyo de lo existente. Es decir, se trata de reconocer todos los esfuerzos que se vienen realizando en formación, creación, difusión y crítica de poesía; apoyar dichas iniciativas y darles visibilidad en la medida de nuestras posibilidades; y, finalmente, complementarlas con nuestra propia labor en este ámbito. Para nosotros, resulta fundamental subrayar la importancia de un debate abierto y público que suscite movimiento desde el rigor, la complicidad y el disenso. En este sentido, importa reconocer la labor del núcleo humano del proyecto «Poesía en movimiento» del Instituto
Portada de Homenajes 1992-2012, antología de los veinte poetas homenajeados por el Festival Internacional de Poesía en sus primeras veinte ediciones; libro primero de la Serie Poesía del Instituto Caro y Cuervo.
Caro y Cuervo, con un grupo importante de personas que trabajan con entusiasmo, seriedad y, por lo general, ad honorem. La mayoría de ellos son parte de la maestría de «Literatura y cultura», aunque también tenemos el apoyo de la maestría en «Estudios editoriales» y de algunas incorporaciones externas. Personas como Antonio Restrepo, Carlos Medina, Diana Echeverry, Estefanía Rodríguez, Fredy Reyes, Julián Santamaría, Laura Marcela Mateus, María Paz Guerrero, Santiago Erazo, Sebastián Ríos, Tania Triana y Verónica Manosalva. A todos ellos, gracias. Nota de la dirección: Nos sumamos a los agradecimientos del poeta Guillermo Molina Morales, incluyendo nuestro reconocimiento al fundamental apoyo que nos han brindado en el proyecto Homenajes del fipb: Carmen Millán, desde la Dirección del Instituto; Juan Manuel Espinoza, desde la Subdirección Académica; sin olvidar a César Buitrago, Clara Ulloa y a los maestros operarios de la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo, en cabeza del señor José Eduardo Jiménez, ya fallecido. ULRIKA 67 |
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Álvaro Miranda (Santa Marta, 1945-Bogotá, 2020) Testamento de un hombre invisible Sólo yo en el pellejo azul que aprisiona el cielo, sólo en este jardín de nada que corre por el aire. Nadie me ve entre los mercaderes de la ley. Soy invisible entre los amanuenses del murmullo, entre el desbaratado sueño que gusanea el sueño. Nadie me palpa entre la untada negrura de la guerra: sólo yo entre la ventisca y los senos de la reina.
La mirada del amor El ojo ama la rosa: cruce entre las ansias de la flor y los vellos de la zarza ardida. El ojo se transforma en rosa, pétalos en el pezón de la que en apertura del muslo se llama Rosa; labio en el calor del pétalo, beso en la aurora encendida de la cosa. El ojo ama a Rosa, la rosa en flor que se entrega al ojo: cruce de cuerpos en el momento en que aprisiono mi clavel contra tu rosa.
La prehistoria de la vida Hay un secreto en cerebro: una lagartija de lapislázuli que en su interior camina como los rayos de la luna. Mueve sus patas como la masa gris que brota de los sueños,
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zambulle su cola entre los lóbulos cubiertos de las células; ahí hace su nido, el de oro y hojas de plata, el miedo nacido en la prehistoria de la vida. La lagartija en mi cerebro sabe mi nombre y se asusta cuando afuera alguien cobra la cuenta de la luz, del agua, del teléfono y de la vida.
Aquí se dice cómo una tormenta reproduce los días de violencia, esos que estremecen el corazón de las mujeres Una tormenta moja a dios en las barbas de un chivo. Una tormenta en el fondo del mar y de la noche se torna azul como pata de gallina. En esa tormenta pueden naufragar Las espuelas de la vida, la invisible nada que golpea sus vacíos contra todo. Yo he visto crecer en mi país una negra cabellera de relámpagos que iluminan los cuerpos de las mujeres muertas.
Pesadumbre de un toro Le han puesto los cuernos al toro; equivocó el potrero, se quedó sin luz, se manchó de sombra su testuz. ¿Fue la ternera de paso andaluz? ¿Fue la de ubre en flor? ¿Fue la ternera en leche, la de mirada en plata en la conquista? ¿Fue la cebú? ¿La casquivana vaca lo dejó cabrón? Toro macho, toro ungido: qué cuernos tienes, qué tristeza cuelga en tu flácida raíz.
INSTITUTO CARO Y CUERVO: COLECCIÓN DE POESÍA «FERNANDO CHARRY LARA»
Giovanni Quessep (San Onofre, Sucre, 1939) El artista del silencio ¿Habría de negarlo? Si soy el último hombre que camina sobre la tierra y habría de negarlo si no hay pájaros que canten una canción en el otoño si no hay otoños si ya ha pasado el tiempo de las estaciones y habría de negarlo si no hay azul a quien decirle mi desconcierto si estoy donde los colores no tienen nombre en el juicio final incesante de los jardines Soy el último hombre que grita sobre la tierra que grita al cielo que se ha ocultado para siempre y habría de negarlo a quién ¿a Dios? acaso Dios es el artista del silencio de tantas hojas que no son o siguen cayendo al abismo y estallan en el aire sucio pero en qué aire.
Profecía La letra que te escribe en el mar y en el viento termina por ser ellos, dueña del universo. En cada letra está la profecía del eterno regreso del poema. Tú eres el que vuelve de las fábulas y haces la historia del resucitado.
La hoja seca La hoja seca suena con el rumor de las praderas antiguas. ¿Quién sabe qué países no conocemos,
qué cielos no oímos en su ala profunda? La hoja seca se mueve de nuestras manos a nuestra alma: Caemos en su red de sortilegios y escuchamos el canto del hada de ojos de terciopelo o vemos a la muerte de pie en el umbral de nuestra casa, en el umbral de ciprés donde nos visten de reyes con una túnica y un cetro de palo y nos azotan con ortigas y nos coronan de flores moradas. La hoja seta vuela con esa música de las praderas antiguas que veremos un día bajo el rumor del alba o la noche.
Monólogo de Sherazada Ya no quiero palabras, sólo un largo silencio. ¿Entre las ruinas quién decide contarse y contar a otros? El desierto nos rodea, las dunas son ardientes. Todo muere de sed. ¿Quién quiere fábulas? Mas, hay alguien que dice, ésta es la luna de las leves almenas, y, a nosotros, perdidos nos olvidan en medio de la peste. Damos gracias a Dios y a Sherazada que recomienza «había una vez un Rey...»
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Álvaro Rodríguez Torres (Bogotá, 1948) Traducciones
El viento en el puente
Aún es temprano en la mañana y el viento ha comenzado a soplar entre los árboles también hoy la brisa no encontrará sino los mismos pastos secos y en todos los caminos el mismo polvo levantándose cubriendo la tierra de más tierra sí todavía es el verano y qué es obstinadamente permanente y en lo alto un jet volando al noreste alejándose va haciéndose distancia mientras pienso inevitablemente en aquellos amigos que siguen viviendo allá en donde es lejos pero no más allá de mi memoria
Esta luz blanca, de gasa, todavía es octubre: tímido o fugitivo el sol se oculta entre las nubes, y todo lo que la mirada encuentra no es más que este disuelto atardecer se extiende la solidez del puente: arcos de piedra que ya duran tres siglos hunden sus pies en la inmovilidad del agua; y hay eucaliptos y aroma de eucaliptos: ninguna otra señal de nobleza que merezca anotarse.
Ya no es la casa hacia el comienzo como una señal irremediable erguida frente a la hosca constancia del viento aún la vieja casa se levanta penosamente en la colina en donde antaño algunos eucaliptos la aliviaran con su sombra de la indócil fatiga de los días de verano entonces su candor era solamente comparable a su severidad y su sencillez no tenía más que un nombre Buenavista… mas sólo el tiempo prevalece y puede durar siempre mil años y así hoy ante estas ruinas nadie podrá evocar sin amargura aquella antigua evidencia de su fuerza aquellos lejanos días de su historia en los que la serenidad fuera la manera desprevenida y menos distante de su rostro. 12
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El corazón de un no nacido, el corazón de una ventana sin cristales, tal puede ser lo inquebrantable y nada de eso es el puente. Mas esplendente aún y casi indemne, observándolo prefiero imaginar que en vano la rabia de la fugacidad seguirá fustigando estas piedras; porque sabrá durar tanto como el tiempo; como el río que es el tiempo según la antigua imagen.
Motivos de confianza En esta noche, en ella sola, ya es mañana. Y aunque desolado a esta hora atiendo la vigilia, no puedo dejar de advertir que también el dolor pasa, como el día, como la sombra cuando alcanza el medio día, ignorante ya, abatido, incapaz de arraigarse o sorprender.
EDITORIAL UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA: COLECCIÓN POESÍA POR DORIS ELENA AGUIRRE GRISALES ‘Desde aquí, claro está, nada se ve, ni se oye, es algo natural, sigiloso, sagaz, avanza el tigre en medio de la selva tropical’… No vale la pena seguir escribiendo si de vez en cuando no nos asalta la idea de ese tigre. Wislawa Szymborska, Correo literario.
a historia de la edición de poesía en la Editorial Universidad de Antioquia está anudada, indefectiblemente, a dos proyectos culturales de importancia nacional y a un momento germinal en la propia universidad: la Revista Universidad de Antioquia, el Premio Nacional de Poesía y el origen del Departamento de Publicaciones. Pero tal afirmación merece aclaración, por supuesto. En la Universidad de Antioquia, como sucede en casi todas las universidades, su proyecto editorial logra consolidarse formalmente, como tal, luego de una historia más o menos sostenida de publicaciones institucionales y de producción de guías de estudio o de documentos para la docencia, hechos en su propia imprenta. El Departamento de Publicaciones inicia formalmente en 1984 y gracias a su culto y conocedor editor, Jorge Pérez
Restrepo, diseña un proyecto editorial profesional, pionero en el país, pues no sólo formula sus políticas y procedimientos con claridad, sino que empieza a delinear su catálogo con áreas, colecciones y autores que, aun hoy, caracterizan al sello Editorial Universidad de Antioquia. Y si bien en dichos comienzos la finalidad del Departamento de Publicaciones era publicar textos de uso en el aula de clase y libros derivados de la investigación académica, la oferta pronto se vio enriquecida con las publicaciones de obras literarias, particularmente de volúmenes de cuentos y poesías, con la creación de tres colecciones emblemáticas: Literatura, Celeste y Poesía. Y esto se da porque el ambiente estaba de algún modo preparado para ello, gracias a la atmósfera propicia creada por dos proyectos culturales hermanos: el Premio Nacional de Poesía que publicaba en la
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Doris Elena Aguirre Grisales, Robinson Quintero Ossa, Claudia Trujillo, Javier Naranjo y Wilson Pérez
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Otros destacados poetas contemporáneos publicados: José Manuel Arango, Pedro Arturo Estrada, Pablo Montoya, Helí Ramírez, Ciro Mendía, Jaime Jaramillo Escobar, Víctor Gaviria y Selnich Vivas Hurtado (Colombia); y Eugenio Montejo, Geraldino Brasil, Phillip Larkin, Fernando Pessoa, Bernard Noël e Ingrid Jonker.
José Manuel Arango (foto tomada de corpoculturaljose manuelarango. blogspot.com) junto a la portada de su libro Cantiga, publicado por la Universidad de Antioquia en la colección «Celeste».
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imprenta universitaria las obras ganadoras, y la Revista Universidad de Antioquia que contaba con una larga tradición de divulgación de literatura y poesía desde sus mismos inicios. Entonces allí, con la Colección de Literatura y con la Colección Celeste, primero, y luego con la Colección Poesía, orientada por el poeta Elkin Restrepo (quien luego dirigiría, con estilo inconfundible e irrepetible, la Revista Universidad de Antioquia por dos décadas), se inicia una sostenida labor de divulgación de poetas: noveles, reconocidos, locales, nacionales e internacionales, y de publicación de traducciones de poetas ya esenciales. Se inició, en suma, con la creación de la Colección Poesía, un catálogo representativo de este género en el país, una serie coleccionable de obras y autores. En un formato de 11 × 19,5 cm se han publicado, como dije, en un principio en Celeste y luego, ya en propiedad, en la Colección Poesía, obras hoy canónicas de la poesía colombiana: Cantiga de José Manuel Arango, Poemas en blanco y negro de Pedro Arturo Estrada, Go-
losina de sal y Para morder el cielo de Helí Ramírez, Todas las cosas es lo único que dejamos de Orlando Gallo, Los poemas de la ofensa y Sombrero de ahogado de Jaime Jaramillo Escobar, Viajeros de Pablo Montoya, Antología de Ciro Mendía, Agua tu sed de Carlos Vásquez, El cuaderno de Blas Coll de Eugenio Montejo, Antología poética 1978-2003 de Víctor Gaviria, Habitada palabra de Claudia Trujillo, Abina ñue onóiyeza de Selnich Vivas Hurtado, Los invitados del viento. Poemas reunidos de Robinson Quintero Ossa, La distracción de Javier Naranjo, Movimientos de Wilson Pérez Uribe o Palabras de vuelta. Selección de poemas, 1978-2020 de Pedro Arturo Estrada, para mencionar sólo algunos. Y al criterio del catador avezado que parece guiar siempre los rumbos de la colección, se han sumado criterios como la promoción de voces inéditas, el rescate de voces editadas y olvidadas, la traducción de obras y la compilación. En la colección se han publicado, en consecuencia, traducciones como Poemas útiles de Geraldino Brasil (traducción de Jaime Jaramillo Escobar), Poemas de Philip
EDITORIAL UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA: COLECCIÓN POESÍA
Larkin (traducción de Brian Mallet), Poemas chinos de amor de Harold Alvarado Tenorio, En mi flor me he escondido de Emily Dickinson (versiones de José Manuel Arango) y Humo y ocre de Ingrid Jonker (traducción de Agustín B. Sequeros); y antologías como República del viento. Antología de poetas colombianos nacidos en los años sesenta de Jorge Cadavid, Festivas formas. Poesía peruana contemporánea de Eduardo Espina, Párrafos de aire. Primera antología del poema en prosa colombiano de Fredy Yezzed López Barón o Modelo 50. Panorama de poetas colombianos nacidos en la década de 1950 de Fernando Herrera. La Colección Poesía le ha apuntado, valga decirlo también, a hacer ediciones bilingües, buscando así, no sólo ampliar el número de lectores sino anclarse en el reino del poema que se debe a su articulación primigenia y abrirse paso en el ámbito de quienes no sólo reproducen un texto, sino de quienes entienden la edición como oficio. Renglón especial de reconocimiento merecen entonces tanto el coordinador de la Colección cuando lo tuvo, los lectores consultados, el comité editorial que selecciona las obras y el equipo de editores que han contribuido en esta labor. Tal curia en la elección y edición ha permitido sembrar en el catálogo las en-
trañables ediciones de Emily Dickinson, Ingrid Jonker o Selnich Vivas Hurtado. Y heredera de esta línea insignia es la colección recientemente creada: Cuadernos Bilingües de Poesía, donde tenemos al momento tres títulos excepcionales: Rubaiyat de Fernando Pessoa, Recuerdos del pálido de Bernard Noël y Sol volcado de Ingrid Jonker. Frase gastada se volvió decir que las editoriales universitarias no publican poesía, o que las editoriales no publican poesía, así, en general. Pero esta Colección Poesía de la Editorial Universidad de Antioquia es muestra fehaciente de que un catálogo editorial universitario sí publica literatura y poesía. Es evidencia irrefutable, de hecho, de que una editorial universitaria hace mejor su tarea cuando, sin desatender su labor primordial en pro de la academia, la investigación y la ciencia, nutre a sus lectores con los frutos de la creación, acrecienta el caudal de la palabra sonora y constata, con la alegría del lector eternamente sorprendido que «el poema respira». Esto sucede cada vez que se publica un libro de poemas y, para retomar en paráfrasis acomodada a la poeta Wislawa Szymborska, ‘no vale la pena seguir editando si de vez en cuando no nos asalta la idea de ese tigre’ que sinuoso se desplaza por el follaje.
Portadas de algunos de los más recientes títulos publicados por la Universidad de Antioquia en la colección «Poesía»: Los invitados del viento de Robinson Quintero Ossa, Habitada palabra de Claudia Trujillo, La distracción de Javier Naranjo y Movimientos de Wilson Pérez.
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Claudia Trujillo (Medellín, 1963) 1
de piedra dormida
se sabe más por el canto de los pájaros que por las palabras tanto más al resguardo del bosque en casa de la niebla o en la luz de las piedras
13 toda palabra breve regalo
tanto más en oración del mundo recogidos y a salvo en brazos de la nada… se entiende más por el crujir de ramas en el viento que por el frívolo intento de las sílabas
2 toda palabra es inocente antes de ser antes de cometer el nombre de las cosas pureza inicial de las palabras su reino potencial verso blanco paloma doncella fuego de las estrellas sin nacer cuando no se sabe que no se sabe cuando no se quiere cuando no se quiere saber cuando no se piensa cuando ni siquiera se piensa que no se sabe cuando aún no se habita cuando la palabra aún ímpetu frío 16
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fugitivo refugio en el camino
15 la palabra es un devenir un viaje en la nada que busca fundar construir cruzar salvarse del dolor de ser la palabra sueña que inventa la realidad siendo ella la única realidad posible junto al silencio entre ese par de abismos el corazón palpita sin saber casi nada del mundo casi nunca el alma es migratoria y solo conoce la existencia por las palabras que huyen
tiempo de gracia acaso podríamos huir de los lugares que arruinaron el alma? sería posible, quizá
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ignorar la trampa del tiempo para el corazón? nos es dado el olvido?...o tal vez, espantar la locura? … mejor volver y derribar la ofrenda en el altar del sacrificio mejor blasfemar para limpiar los labios, que sostener la humillación de la tristeza mejor llorar bajo la lluvia y ser polvo de nuevo mejor esta rabia que lava mejor este dolor que redime el presente mejor la bienaventuranza de los pájaros mejor el cielo la tierra el viento mejor el silencio y la piedra mejor la piedra que guarda el silencio de lo sagrado
la casa i
Me quedé sin boca para nombrar sin ojos para no ver sin oídos para ignorar La casa no estaba fija, segura ella flotaba sobre la tristeza Demasiadas ventanas abiertas a las sombras viejos cuartos donde el aliento se esfuerza por quedarse por comprender el tiempo que le corresponde… Nada en su lugar, los muebles amargos el escaparate que encerró la noche la ropa tendida en la memoria … tan sólo el patio por donde entraba el cielo
tan sólo el corazón acordelado al territorio pequeño de una estrella … ii
Cuando vuelvo al silencio, a su aire al barrio azul rodando por los ojos ya de regreso a los solares del sueño, encuentro la casa encuentro mi nombre Tiempo de muñecas caballo de madera palabra primera alero palpitante de tórtolas veranera contra la cal del día, casa que salva del afuera que hiere cuando hiere casa de escabullir el alma por corredores y zaguanes por sus aldabas que guardaban del mundo Sin darme cuenta, aún vivo allí ella me acosa, me hostiga obsesiva de calles abiertas a la tarde… ¡cómo punzan sus rincones oscuros el recuerdo! ¡cómo iluminan sus muros el dolor! De aquél peso secreto sólo sabe la casa piadosa callada cómplice Sólo la casa del poema guarda en su fuego la casa que tiembla siempre adentro ¡ ah ! tantas ganas de ser feliz una vez más
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Robinson Quintero Ossa (Caramanta, Antioquia, 1959) Escrito en el camino
Hablar las piedras
El último tramo del camino siguió por las aceras que alinderan las casas altas. Atrás quedaron los jardines de las casas bajas con sus melenas colgantes y se abrió al paso la bulla de los puentes, la luz de los paraderos de buses. Un corrillo de mujeres, paradas bajo un enjambre de árboles, estalló de pronto en risas. Fue una algarabía que, apenas suelta, se dispersó hasta los parajes circundantes, la placita umbrosa, los cobertizos de los paraderos y las barandas de los puentes. Las últimas risas me alcanzaron al final de la calle. Y con risas seguí mi camino.
Hay que hablar las piedras, ponerlas en la mano, abierta la palma, decir en su contrasueño. Sea un andrajo de pedrusco o un pulido guijarro, hay que guardarlas en los bolsillos, darles un sitio en la mesa, llevarlas de ronda, descansar su peso. La piedra que levita la calle, la que hace pila entre el andén y el muro, la que luce sus bordes en el charco del patio, ensimismada.
Extravío De niño, cuando despertaba con miedo, intentaba tocar con mi mano tendida en la oscuridad la pared junto a mi cama. Adentro los ojos abiertos, temerosos de mirar, y afuera la mano extendida buscando el asidero. Como si desde el comienzo me hubieran abandonado en medio de la noche; como si viniera desde siempre extraviado de la mano de alguien.
Hay que hablar las piedras, decirlas sin prisa. Dan calma.
Almacén Para Néstor López Arizmendi
Sentado en una silla, al fondo del taller, fuma el cigarrillo del descanso el linotipista. Mira un libro de gastadas tapas y de dudosas tintas que parece entretenerlo. Y pienso, mientras diviso a través del ventanal la media luz del almacén, que tal vez soñó en su juventud ser un sensible hombre de letras, pero el largo horario, la misma linotipia de los días mermó su elocuencia, y hoy, de esa firme vocación, queda apenas algún mal trazado verso.
El poeta da una vuelta al jardín
Antes de que se esfume en espirales de humo, antes de que cierre sus puertas el centenario local –me digo–, graba en imborrables líneas el retrato del linotipista.
El fantasma limpia de hojas sucias el jardín. Donde la tierra es húmeda barre el ramaje escurrido y hace con él un montón junto a la tapia; donde la hierba es alta, arrastra malezas flojas y espartos y hace con ellos otro montón junto al estanque. Y así, con el resto de la hojarasca, tan reseca que cruje, hace otra pila junto a la baranda, pequeña, aunque más indócil.
Caminando con el amigo
Tal vez no le alcance la noche para juntar en un solo cerro todas las hojas.
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Para Walther Espinal
Admiro ese momento en que no se siente, en que va a mi lado callado, abstraído en los pasos que lo recorren. Ese momento en que no salen las palabras, y somos los dos uno solo, en el camino que nos escucha.
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Javier Naranjo (Medellín, 1956) La distracción
Las cosas que caen
Y ahora salgo a la noche con una linterna para ver el suelo ardido de insectos, de cosas que caminan en las plantas y las roen, cosas todas también ensimismadas.
He cultivado una pequeña gracia: la virtud de que la mano se adelante al movimiento de las cosas que caen.
Esencia de la escritura la distracción.
El truco está en la conversación entre el ojo, la mano, y la caída. Que la mano detenga lo que sucumbe sin requerir la mirada.
Poema de las respuestas preguntadas La primera pregunta se propone así: ¿Nosotros nos hacemos bien? La segunda pregunta se pregunta así: ¿Y dónde está tu risa? La tercera pregunta se presenta así: ¿Quiere este tiempo que le está pasando? Así que ahora sea que usted se duerma, que yo me duerma. Así que sea pues que el caballo se quede descansado de brida. Y en la lenta pastura de la contemplación contemple
Que el ojo entonces contemple, lo que la mano rescata
La música Suena ahora en la tarde tan fresca que dan ganas de no pensarse… Suena la música conservada en un casete, un Supertramp que lucha contra el polvo de casi 12 años acumulados en su caja de pasta, y sobreviviente de un incendio. Música rediviva e invicta, contra las Supertrampas que el polvo quiere hacernos, y restregarnos: dizque somos mortales
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Wilson Pérez Uribe (Santa Rosa de Osos, 1992) Obertura —Yoshiki Hayashi—
Consolación N.º 4 en D mayor —Franz Liszt—
La lección de la música se conserva en el borde de un instrumento o al lado de la nube que ya fue pájaro, que ya fue barca, que ya fue nada. La lección de la música se reúne en un discreto envase de gestos: la mudez del árbol cuando la enredadera se ha ceñido a su piel, la quietud de la piedra que sembró en la arena la memoria del agua que incesantemente fluye. Esto guarda la música. Mas, ¿qué son las palabras que se arquean en el silencio cuando un hombre abraza a una mujer como si abrazase a un mundo entero? Esto guarda la música.
Hablar poco. Hablar lo suficiente en un corto tiempo. Hablar en un ritmo que no contemple el hablar por el hablar. Decir “acá está la mano en la mesa” o “los besos son sabores compartidos”. Decir y callar. Hablar poco, tal vez con palabras gestuales, esas que acercan toda expresividad a la sensación receptiva de un “estoy aquí”. Hablar con palabras hechas de piel, dejar que transiten los rostros entre la mirada que se agrieta; hay en ella un abismo donde todo se recobra y donde todo se pierde. Es ahí donde está lo dicho, lo que no podemos obviar. Ahí la aceptada condena de un silencio que nos conduce a la respiración de un decir callado. Y al fin, ser eso, un fuego musical donde podamos arder mientras nos vamos despidiendo de los rostros ideados, de las formas habituales del vivir, de las escenas donde creímos ver los pliegues exactos del mundo en la seguridad de las palabras.
Música de triste revelación —Philip Glass— También la música es un centro creador donde los límites aspiran a ser comienzo. Si en la nota aguda escucháramos al relámpago encorvarse entre las nubes. Si en el viento que agita los follajes escucháramos el tesón de los labradores. Si en una piedra escucháramos cómo se desmorona la montaña. También la música está hecha de pájaros que agitan el aire con plumajes tornasolados. Si en la sucesión del tiempo escucháramos cómo van anidando los días en la piel. Si en la palidez de la rosa escucháramos el rumor de la sangre mezclada con un poco de agua y un poco de olvido. Si en el violín escucháramos las palabras que anuncian el grito, la sombra y el llanto. A veces muy lejos, a veces muy cerca está la música en todo aquello que nunca poseeremos, y en donde, quizás con un gesto tímido, existe el hombre libre de todas sus leyes.
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Las marionetas —Zbigniew Preisner— Día tras día me repito. Soy solícito con la piedad que unos ojos afables me ofrecen. Soy el que, en la tarde incierta, ha deseado rasgar la carne con un poema verbal donde el infinito es la voz y no la palabra. Antes de haber dado al ocaso una mirada de consuelo, antes del beso no dado, antes de saber de la huida de las cosas, permanece, cifrada en el tiempo de la luz, la palabra. Y la palabra pasa hacia dentro. La palabra que clamo y me reclama. La palabra que hora tras hora modifica mis pasos. Algo escapa y retorna, tal vez sea un aroma a sal marina o el principio de la niñez que se agolpa en la vejez de mi rostro. A tientas camino, advierto el origen de un gesto: el balbuceo de una sílaba, suma secreta del horror de la muerte. Nada escucho, nada comprendo, salvo que la palabra se aprende no en un lugar compartido, sino en los espacios donde los ojos no alcanzan a ver.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO: «PERIÓDICO DE POESÍA» POR HERNÁN BRAVO VARELA esde su primer número, impreso en 1987, Periódico de Poesía ha apostado por una noble contradicción: diseñar un escaparate para la poesía emergente y, en paralelo, confeccionar una antología móvil del canon, compuesta por provocaciones críticas que arrojen luz sobre su historia –e, incluso, su porvenir.
En esta nueva época, el Periódico de Poesía refrenda aquel compromiso y aspira a levantar un puente: entre el tiempo vertiginoso de las publicaciones digitales y la pausa obligada que abren el poema y la reflexión de su quehacer; entre las generaciones que componen la poesía de México y Latinoamérica, desde los autores nóveles hasta las voces consagradas de la lengua española; entre las modas y los modos que conviven en el espacio poético nacional; entre las lenguas del mundo, empezando por las originarias de nuestro país, y las tradiciones que prohíjan. Desde 2007, bajo la batuta de Pedro Serrano, fue lanzada la versión en línea del PdP. Tomamos la estafeta de su índice virtual, reforzando el repertorio de las secciones fijas –poemas, traducciones, ensayos, reseñas, entrevistas, varia invención– y ampliando la presencia de piezas multimedia a cargo de poetas y artistas visuales; asimismo, anunciamos el proyecto de rescate íntegro del archivo del PdP en sus distintas estaciones. Todo ello gracias al rediseño de la plataforma del Periódico de Poesía, que hoy lanzamos para una consulta más prolija, dinámica e interdependiente de sus contenidos. A
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Jordi Virallonga (España), Esther Zarraluki (España) y Víctor Rodríguez Nuñez (Cuba).
Portada del primer número impreso de Periódico de Poesía. ULRIKA 67 |
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Otros destacados poetas contemporáneos publicados: Jenaro Talens, Raúl Gómez Jattin. Jorge Esquinca, Teresa Calderón, Elicura Chiuailaf, Floridor Pérez, Gonzalo Millán, Jaime Quezada, Jorge Bustamante García, Enzia Verduchi, Tomás Segovia, Carmen Nozal, Dolores Castro, Myriam Moscona, Raúl Renán, María Negroni, Mercedes Roffé, Alex Fleites, Luis Armenta Malpica, Pedro Shimose, Dolores Castro, Ida Vitale, Verónica Volkow, Francisco Hernández, Valerio Magrelli, Nancy Morejón.
Aspecto actual del Periódico de Poesía en su versión en línea. 22
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partir de ahora, además, el Periódico de Poesía no contará ya con números mensuales, sino que publicaremos nuevos contenidos cada semana. Más allá de la tecnología; mediante un estrecho vínculo con la comunidad universitaria e intelectual, con creadores y académicos, continuaremos el rescate de obras y figuras del pasado poético, pertinentes para la lectura, la escritura, el pensamiento y el mundo contemporáneos. Asimismo, en alianza con desta-
cados sellos de México e Iberoamérica, ofreceremos adelantos de sus publicaciones y revisiones críticas de su catálogo, a fin de dar cuenta de la vigorosa (y, por lo general, inadvertida) industria poética. La literatura, en paráfrasis de Ezra Pound, es una noticia permanente. A eso aspiramos en el Periódico de Poesía: a que un poema y su apasionada reflexión sigan siendo la primera, primerísima, plana de la humanidad.
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Víctor Rodríguez Núnez (La Habana, 1955) el cuaderno de la rata almizclera/ 1 por un cuello de abrigo sale el sol la luna vuelve por la chimenea hace el resto la lluvia con su densa solución unitiva la piña y el fenómeno la esencia y el ciprés se corresponden ante tu desnudez la luz se oculta la sombra se revela como piel en la esquina celeste acorralados perros que nada puede desunir
los corderos manchados con asombro rumian entre la niebla al reflejo oxidado de un silo con cereal al vacío es tierra resentida por artes de una cruenta floración no más escarcha cómplice realismo toda la claridad arrancada del iris por el viento
lunas por todas partes con deseos de no perderse nada no hay más que paja seca aura de serranía en la brasa el cabrito que arrastraba el arroyo soles desempañados por el vino por la ginebra turbios el arpegio y la imagen se sacan a bailar la memoria en jirones del que no estuvo allí pero se acuerda
el cuaderno de la rata almizclera/ 49
el cuaderno de la rata almizclera/ 2
nada debe borrarse
para John Kinsella
estampan las nocturnas mariposas su cifra en la pared se posan en los ángulos las imprevisiones donde acecha la araña con las alas en v marcan la elipsis donde no se aventura la razón en luz se vuelven fósiles recuerdan lo que debes olvidar
contra la roja paz la fe de los contrarios al vértigo mayor el águila sobre el desfiladero al vacío absoluto la belleza vibrante contra la desazón el esférico tizne de la ciega todo menos callar desarmonía descruce de visiones
cizañas crisantemos los pasos de montaña donde nunca se vuela por parejas el jade y el rocío el laúd y el incienso el martín pescador que anida en las tijeras de jardín empezar por el fin la nada original
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Esther Zarraluki (Barcelona, 1956) Bienes La culpa atesora mis bienes manos huesudas los guardan en escotes sin leche sin piel dulce. Saco mis ahorros uno a uno para dártelos a ti. La culpa duerme.
*** Base de coure, xapa de ferro i boles Ten cuidado de la belleza, resguárdala, como un vigía a los que duermen. Entre sus cabellos, en las brasas, en los restos de la cena. En la lejanía y en la piel de los párpados, en la noche que vencen. En el callejón hacia el mercado vacío, sangre y escamas en el suelo, olor a lana y a nido. Como en lo profundo del bosque, donde no hay ni culpa ni vergüenza. Guarda la moneda de ese país extranjero.
*** Coure cremat amb àcid barra de ferro i volum de plom Aquí, una mañana apacible. Tenemos que cumplir con el verano, nos esperan, y el aire parece inocente: inmóvil sobre las hojas sostiene las moscas y las voces. Calor en las piedras. Si pones la mano, queman. Y quema el aire no muy lejos, donde el hierro se hunde en la carne y el ácido corre sobre el cobre de los sueños, sobre casas, barcas, labios, 24
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hasta entrar en los ojos y dejar un surco en ellos para siempre. El aire mece las ramas, libera el hueso, seca la tierra y los pechos. El aire labra en tus ojos y siembra la verdad que reconoces en las piedras. Acerca las manos. No las apartes.
*** Se acerca. Quiere abrazarme ya. Yo quiero ver cómo se acerca, así que le detengo dulcemente: espera, espera, deja que mire primero las cosas que nos rodean, la noche fuera y este sumarse todo en la habitación, fondo de mar, pantano donde yacen animales muertos y crías que ven la luz y gritan. Porque está todo aquí, en mi cuerpo, todo lo que tocaron mis manos y lo que vi y pensé, su incendio. Y también la ciruela que come una muchacha, sus pendientes y su alegría, la mujer que bebe y la que duerme, la que vio marchar a su amante y la que ahora, en este instante, se pregunta qué hace aquí, allí, en su propio pantano. Subo a un camión repleto en un país en guerra. Perdí a mi hijo. Soy anciana y niña, me afano por llegar y olvido las llaves. Busco un lugar donde sentarme. Tuve dos hijos, siete, no he sido madre. Y todas callan ahora, mientras veo cómo te acercas.
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Jordi Virallonga (Barcelona, 1955) El amor cuesta más de lo que vale
Ser Ulises
El amor cuesta más de lo que vale, a algunos mucho más y otros se alegran de que exista ese dolor que desconocen si con la debilidad salen ganando. Se llaman miserables y tienen siempre una casa al final de algún sitio, llaman borracho a los dejados, insolventes, debiluchos depresivos furibundos para los que encargan libros de autoayuda, para dejarlo todo en la custodia de los fuertes, los pacíficos sensibles a la tuerca y la factura. Los algunos nada tienen que ver con los otros, no tienen domicilio, por eso leen mucho y escriben improperios que a veces tachan para que no se note que aman la poesía. Por fin tienen dos ventajas con que embisten: conociendo el odio no odian casi a nadie, y lo mismo que los perros, duermen poco, aman más a quien está más triste, no te abandonan ni aconsejan ni te avisan y un día se mueren pronto para dar menos disgusto.
Quien tira de un cuerpo hacia otros cuerpos, a ser posible jóvenes, no es un poema, es un enjambre con la miel justa para cubrir la terminal de los deseos.
El centinela Esperar, sufrir, dar vueltas por la casa, atender un regreso, desear verdad y venganza, cavar la bajeza. Nada más puedo hacer con todo esto que soy, aun sabiendo que, cuando tienes pavor, la peor soledad es la del centinela.
Cuando uno sabe que los padres mintieron, cuando pasó demasiado tiempo para que el hijo pueda avergonzarse de los suyos y siga amando por obediencia transmitida a quien llegó del frío, de una reunión que calla para siempre; cuando es muy tarde ya para girar la deriva, mete su síndrome de Estocolmo en el bolsillo, como las llaves de su casa que sólo un par de amigos frecuentan. A casi todos nos ocurre algo parecido, queremos ser nosotros pero ansiamos ser quien viene de visita. Ajenos a la edad escondemos las maletas para no cambiar de barrio, dispersamos ciudades encima de una mesa, con mujeres y días, pero planeamos la vuelta a nuestro reino. Al final sólo el regreso justifica haber sido jóvenes cuando era poco necesario. Todo es inversamente proporcional a nuestra edad, los sabios nos dieron teoremas, existencia los padres, pero el cuerpo destrozado es sólo nuestro. Ante la muerte la vida no sirve para nada. Mientras tanto los ojos que resisten la ceguera habilitan al hombre y a la bestia, justifican la rabia o el pudor de no haber sido el príncipe al que temen los mercaderes de Ítaca.
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN: COLECCIÓN DE POESÍA
Poesía y universidad POR MARGARITO CUÉLLAR
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Camila
Krauss, Rocío Cerón, Ingrid Bringas y Fernando Linero Montes.
ucho se habla en la actualidad de la desaparición del libro. ¡Bravo! Primero matamos la historia, luego la filosofía y finalmente el arte. Ya somos todo aquello con lo que soñamos a los 20 años. Pero más allá de lo que digan nuestros filósofos, ensayistas o pensadores respecto a estos entierros de la posmodernidad, quisiera adelantar unos trazos respecto a por qué considero importante y necesario que las universidades, ya sean públicas o privadas, se sigan ocu-
Portada de Malgenio, antología de Rafael Del Castillo, publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León. 26
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pando no sólo de la edición de libros, sino de la poesía en formato de libro. Con Steiner creo que puede llegar una civilización a la que el libro no le diga nada y que por lo tanto le pasen desapercibidas las cajas de resonancia ideadas por Gutenberg. O quizá mucho antes por los chinos. Pero mientras ese día llega, me parece prudente señalar que la universidad pública, sobre todo, nace en el siglo pasado con el propósito de cubrir necesidades educativas acordes con un crecimiento poblacional. A la par, la creación de imprentas como soporte de difusión va acompañada de la idea de abastecer a estudiantes, maestros y a la población misma para que combatan la pobreza de espíritu y alimenten el intelecto y la razón. En México la historia del libro como soporte y vínculo universitario comienza con el inicio de la Revolución mexicana y la fundación de la unam en 1910. La poesía puede sobrevivir sin el impulso de la mano amiga de la universidad pública, sin embargo, el hecho de
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN: COLECCIÓN DE POESÍA
que vayan de la mano tiene un alcance mayor. En cuanto a las universidades de carácter privado, la creación de áreas de edición y difusión viene a incrementar, desde los años 50 del siglo pasado, el alcance del libro hacia sectores educativos más amplios. De esta manera el libro no muere, sino que se fortalece. A estas alturas del siglo xxi hay otros aliados del libro universitario: las redes sociales. Con ello el libro multiplica sus campos de edición y distribución y el alcance del libro es mayor. Las universidades que lograron integrar estos nuevos alcances como compromiso de visión se fortalecieron y el libro digital, lejos de convertirse en una competencia incómoda resulta ser hermano, aliado y producto de una suma necesaria. La poesía parece a veces un ejercicio a la deriva. Una práctica mortal digna de sacrificio en momentos de crisis. Está lejos de ocupar el papel de víctima en la sociedad y busca siempre la forma de hacerse presente y de echar raíces. Nadie pasa con la pandemia su mejor momento. Ni estudiantes ni maestros ni la poesía ni los libros. No se diga los editores, los lectores y las librerías. Pero como dice el refrán: al mal tiempo buena cara. Me parece loable que universidades, como la del Externado en Colombia, lleguen ya a la edición número 172. Se
trata de libros pequeños, ligeros, con diseño atractivo, casi de bolsillo, que activan la poesía y la convierten en un detonante. Proyectos como este me hacen pensar que la poesía no está sola. No importa que mi nombre no aparezca en el escaparate de esas pequeñas joyas, me basta con leer ahí a Gonzalo Rojas, a Homero Aridjis, a Fernando Linero o a Lucía Estrada y a otras tantas voces de la poesía en el mundo. En México, desde sus orígenes en 1934, y sobre todo desde su apalancamiento diez años después, la Universidad Autónoma de Nuevo León, mi casa de estudios, la edición de libros de poesía es ya parte de una tradición humanística. La creación de la revista Armas y Letras a partir de hace ya 76 años, le han dado a la poesía, de aquel tiempo a esta parte, un lugar visible desde el campo de las humanidades. Y qué decir del trabajo editorial que desempeñan universidades como la unam y la Veracruzana con obras que no solo exponen el poema sino también la conceptualización del género y la crítica. La universidad pública tiene la vocación de extender el conocimiento a todas las capas sociales. La poesía es conocimiento, dentro del aula y extramuros. Si a esto sumamos el alcance de la universidad privada y el de las instancias universitarias de capital mixto, podemos aspirar a un panorama no tan pesimista.
Portadas de otros de los más recientes títulos publicados por la Universidad Autónoma de Nuevo León en su colección de poesía: Tiendo de Rocío Cerón, Nostalgia de la luz de Ingrid Brignas, A (tajos) migrantes de Camila Krauss y La verdad yo quería escribir otra cosa de Fernando Linero.
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Ingrid Bringas (Monterrey, 1985) Papeles consumidos
¿de qué hablo, cuando hablo de bailar?
Porque oí aullar a mi padre cuando te fuiste, aullaba mientras con una mano sostenía la navaja de afeitar, nadie te lo había advertido desde el principio, buscabas dentro de ti como en una fuente, buscabas una flor, encontraste un caballo y te sentiste triste; buscabas el mar y encontraste un archipiélago, un alma, te sentiste decepcionado. ¿oyes ese ruido? –son ellos– parece que ya has sentido todo con el cabello húmedo con el olor a barro de los muertos. Y entonces para ti todo es casualidad y nebulosas sobre tu lomo, esta carne que tú has amado es la misma que hace graznar al cisne rostro sin rostro de esos dioses celosos, estas almas. Te celebro, te canto, te digo mientras el sol le canta a los adoquines, entonces todo parece hermoso, escucho aullar a mi padre a lo lejos, mi madre le canta una canción de cuna, el viento sube te despeina, sube la marea te pone los labios calientes cruzas los brazos como la lengua del gato y te das cuenta que la parte más difícil es crecer.
Pierna de la casa pie de hombre sobre la piedra primer compás para danzar por la muerte el mundo abría los ojos para verlos bailar mover el pie derecho y cerrar los ojos el mundo se mantiene balanceado en sus pies corazón cabeza danzar para renombrar el territorio danzar se parece a veces a hablar con Dios.
Retrato de familia Cuando sea grande quiero bailar como mi madre amar como mi madre gritar como mi madre sonreír como el perro que nunca tuvo ponerme su falda y decir: casi soy como mi madre más desquiciada, menos amada más alta que mi madre quiero tener los pómulos de mi madre callar como mi madre mas no estar ausente llevar en el pecho escorpiones, cigarros doblados por el peso del olvido esas piernas que son dos murallas recógeme debajo de la cama madre quiero tener tus ojos de madera.
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No Hay algo en esta tierra que no puede pronunciarse además de la palabra desaparición el acto mágico del adiós despedirse de las aves despedirse del canto antes de la primavera tengo la sensación que todo debe desaparecer los significados del cuerpo la dictadura que llevamos entre las piernas desapareceremos y quedarán nuestros corazones nuestros zapatos y será prometedora la memoria para el que ame y olvide la memoria del agua te nombrará más nunca te traerá de regreso en su oleaje de agua salada que sabe a lágrimas de muerto.
Apuesta Western en una pista de baile vamos a pasarnos el humo vamos a correr como caballos vamos a enamorarnos como imbéciles vamos a comer humanos vamos como humanos imbéciles entre el humo a enamorarnos como caballos.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN: COLECCIÓN DE POESÍA
Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972) América (fragmento, en el libro Tiento)
*** Se llamaban Krusevac, ahora Cruz. Los edificios transpiraban. Era una isla o un monte cubierto por chozas. Cosa de hombres. Las mujeres guardaban papas, construían el mundo. Cosa de tiento insulso, se pensaba. Paisajes de tonada suave con acordeón de fondo. Astucia. Proa que acumula sal. Toma mi brazo, corta el ligamento: necesito dejar el gusto por el ajvar. Callaron las aves a su paso. Remo. En el fondo, los peces intuían. Algunos fosos guardan familias enteras. Pero ellas son salvas. Todas las lenguas de Europa desaparecieron. Tierra. El dulce de manzana no trae olor a clavo. Cada letra deletrea una estancia. Estas mujeres son mis madres. Desde ese día − América− la piel de mis mejillas es llanura.
*** Todo exacto, piedra sobre piedra, bajo el estupor. Tengo adherida a la piel −planta del pie−, un nombre preciso, una esquirla dentada (aguijón o filo o tenso nudo), cristal a la uretra. Guardo una voz que es sombra, carta y anunciación: América se hunde. Hay una montaña o casa frente al mar que esconde un secreto. Manto, el desierto es manto. Se escucha una bestia colmada de fraguas: negros y blancos inventando heredad. Tengo en las manos un país del que he sido arrojada. Cinco millones de emigrantes caben en la cuenca de una sangre común. América es una madre que mata.
*** Herrumbre. Contener el puño. La gravedad de las últimas hojas y la nieve. Escucha el resoplido insular. Tan lejos y cercano. El mar brilla para todos pero cerca del carbón sólo resta el miedo. Defendernos de. Acentos sonoros recuerdan a Siberia. Crudo, el frío. Pero en Siberia
nunca llega el otoño. Aquí −casi temblando− hay que ir codo con codo. Aquel jardín o muro o tierra nueva. Hacer la América. Herrumbre: desde Portobelo y hasta la Patagonia. Acero sin distinciones. A ojo se hace el tiento. El polvo ensombrece las extensiones de tierra. Lentitud entre los pasajeros: pegar el oído al subte, algo se inflama. Algo ya marca el cuerpo.
*** América es un desierto sonoro. Cazuela de ave levanta muertos, ají de gallina abre sosiego o trucha arcoíris empina rubias. Oscuras nubes modulan temperamentos de valle y bufeo. Crujido de lastras de Machu Picchu. − Oscuro oficio éste de ser santa. Yo tenía una tierra, me despojaron de ella, ahora hay un parque de diversiones: juegos replican la muerte y son la muerte. Algo en la vereda (zanjita, zanja devuélveme el tino, la cara cierta de mi tierra) es sepultura y nacencia. Aguachile que bulle en la quijada. Cacao herido que trae consigo tintineos de piedra. Cárcamo de agua de Tláloc, chacras marítimas de Manantiales. Cabo Polonio en mi memoria. Y la fuente que no deja de abastecer el mate seco, verdoso, que enjuaga la voz de la abuela.
*** Dijeron que era hija del golpe, de los barrios donde los sones son lentos y carraspean las voces y los toneles de aguardiente se empujan sin trozo de pan; dijeron que era hija del desprecio, de esclavas, de amargas noches de cama entre soldados y cuerpos cobrizos; dijeron que era una mártir –estaban, están equivocados−, luego le dieron algo de espejos y algo de carne de cerdo, algo de nuevos nombres y nuevos apellidos; le enseñaron el uso de la rueda (ya conocía el cero); casi la mata la fiebre. Y de cada golpe ha salido más fuerte. Como el poema, América es una dura cicatriz en el cuerpo.
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Camila Krauss (Xalapa, 1976) ***
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Un mapa es más concreto que la visa. Los migrantes llegan caminando sin saber por dónde han estado, sin tener idea de cómo van a llegar a donde quieren. Es loco, vos. Afuera de la oficina del Albergue, el mapa, una araña de Centroamérica a Río Bravo. Para algunos, por primera vez –tantas veces por primera vez cuando han dejado su país yéndose a pie–, moverse tiene un mapa, el tránsito tiene una ruta. Otros ven el mapa y entonces tienen nombre las garitas para las que no tienen papeles: Tijuana, Caborca, Nuevo Laredo.
En un templo en ruinas llamado Rashomon: Un monje, un leñador, un peregrino… Todos se atribuyen la muerte.
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*** Rebasada, descolocada y perturbada bajo un efecto Rashomon (distopía). Todas las historias de los migrantes una historia repetida, pero no. El mismo atraco, estampida, robo; contado en nicaragüense, en guatemalteco, en hondureño, en salvadoreño, en mexicano… La verdad no importa, la verdad.
Tajonear Rascarse entre las piernas Meterse el celular en el escote.
*** *** Avenida Ferrocarril Poniente #60 Barrio de La soledad C.P.70110 Este lugar existe.
*** Los rieles del tren queman. Queman frío, queman caliente.
*** «Lo que sentimos no es ilegal Lo que sentimos no es ilegal…». 30
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«La objetividad en Rashomon: un hecho, infinitas miradas […] Primero, la película resalta un socavamiento del principio de claridad, esto es, de confianza en la palabra dada por el otro, conllevando una imposibilidad de conocer la verdad». Francisco García Lozano.
*** «Quien viaje lejos verá más de una vez cosas Muy distintas de lo que se tenía por verdad Si enseguida las refiere en su tierra natal, Frecuentemente, se burlarán de él y le llamarán mentiroso Pues la multitud ignara se rehusará a creer Lo que por propios ojos no haya visto. La inexperiencia, sin dificultad lo imagino, Muy poco crédito dará a mi canto». (cita de los historiadores de la Orden. Viaje a Oriente. Hermann Hesse).
EDITORIAL EAFIT: COLECCIÓN DE POESÍA «OTRAMINA» En el marco de las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá conversamos con la escritora y editora Claudia Ivonne Giraldo, quien nos acompañó también en la mesa virtual dedicada a los poetas Gina Saraceni (Venezuela) y José Manuel Lucía Megías (España), publicados en la Colección de poesía Otramina.
POR CLAUDIA IVONNE GIRALDO G. unque en los 23 años de existencia de la Editorial su fondo ha contado con tres colecciones de poesía, la única que existe en este momento es la Colección Otramina. Dirigida por el maestro Darío Jaramillo Agudelo, esta colección lleva ya 17 volúmenes. Se publican dos libros por año y en ella ponemos todo nuestro cuidado editorial para que sean libros bellos y bien curados.
En un pequeño formato ha reunido voces de poetas colombianos. Sin embargo, en los últimos cinco años el maestro Darío Jaramillo ha escogido a poetas de Iberoamérica, en especial ha publicado a mujeres destacadas en el género: Esperanza López Parada, María Teresa Andruetto, Coral Bracho, Gina Saraceni y Liliana Ponce. El último número corresponde al mexicano Vicente Quirarte.
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Claudia Ivonne Giraldo, Óscar Pinto Siabatto, Gina Saraceni y José Manuel Lucía Megías.
Otros destacados poetas contemporáneos publicados: Juan Calzadilla, Juan Vicente Piqueras, Armando Romero, Pedro Lastra, Mariano Peyrou, Jorge García Usta, Carlos Framb, Helí Ramírez, Frank Báez y John Galán Casanova. ULRIKA 67 |
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
José Manuel Lucía Megías (Ibiza, 1967) Siete instantes robados al confinamiento 1 Entre cuatro paredes amanece, Como todos los días. La luz entra Por el balcón ajeno del milagro Y los ojos empiezan a inventarse Un paisaje de parques y alamedas, De flores y de árboles frutales, En una primavera solitaria, Sin pájaros, sin jóvenes, sin nadie. 2 El silencio es extraño. Lo ansiamos En medio del bullicio de las calles, Entre tanta palabra hueca, sorda, Insensible al dolor, necesitadas Del eco de borregos y me-gusta. Terminarán las casas por dejarnos. Pero hasta que suceda, aquí estamos Durmiendo en silencio. Abrazados. 3 En brazos del Amado pasan las horas. Son la tierra y el campo donde habito. Respiro en su aliento y en sus ojos Veo nacer el día y las primeras Caricias apoyado en su espalda. He creado rutinas con su cuerpo Para llenar de vida nuestro encierro. Aplaudo cada gesto de su boca. 4 Cuando vuelva a pisar las avenidas, La calle en que trabajo y la vuelta De la esquina, volveré a ser hombre. Volverá el instinto de la caza,
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De los campos abiertos y las puertas Que olían a vecinos y a los saludos De voces familiares. Volveremos A sentir cómo vuelan las gaviotas. 5 En medio de la noche me despierto. En la oscuridad, la habitación Parece la misma, los mismos muebles, Idénticos los cuadros y los adornos. Hasta el reloj parece que es el mismo Que ayer daba las horas del trabajo. De noche nada cambia. Luna llena Que ilumina tu cuerpo a mi lado. 6 Mañana viviremos en las mismas Rutinas inventadas, copiaremos Los gestos repetidos en estos días. Idéntica tortilla al desayuno. Idénticos mensajes en el móvil Idénticas noticias en la tele. Idéntica ensalada en la comida. Idénticos tejados por la noche. 7 Los libros permanecen en las cajas En medio de la entrada y los pasillos. Su verticalidad ha dado paso A las desordenadas relaciones De un encierro de días y semanas. Se entremezclan los versos con la prosa, Los apuntes con libros de cumpleaños. Así tiene que ser. Como la vida.
EDITORIAL EAFIT: COLECCIÓN DE POESÍA «OTRAMINA»
Gina Saraceni (Caracas, 1966) ***
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Florecen las acacias y se prende un incendio en el trópico ardiente.
¿Dónde estarán los perros que perseguían la sombra de los pelícanos en la playa?
Madera de luz que enceguece.
Eran perros de la pobreza delgados como la madera que las olas carcomen.
*** Está lejos el verano y su vibrante canto animal La ciudad extranjera no perdona que esta estación exista y le arranca las moras que esperaban madurar bajo el sol de agosto.
Escarbaban en la basura la materia de su hambre y tenían en el costado heridas abiertas. Olieron en nuestros cuerpos que éramos iguales. Fuimos una manada de perros que abandonó la playa y se perdió en el monte.
Crece la hierba entre el Adriático y yo.
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Me llevo la mora para comérmela lejos y la poesía italiana para oír su acento cuando esté distante.
La prehistoria es de palo y madera Seré molusco, alga, erizo tronco
Me llevo la playa, sus maderas rotas, sus cigarras muertas.
Estoy a 2650 metros sobre el nivel del mar: llueve en Bogotá.
El mar durará para que la extinción perdure. ULRIKA 67 |
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UNIVERSIDAD DE LOS LLANOS: «DE SEIS PISOS. ANTOLOGÍA DE POESÍA» POR PABLO ARCINIEGAS
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Henry Benjumea, Laura Jimena Benavides, Héctor Rolando Chaparro, Laura Isabel Ramos y Darío Sánchez Carballo.
Incuido además en la antología: Carlos Enrique Pachón.
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e seis pisos (2020) es una antología de poesía escrita en la Universidad de los Llanos, de Villavicencio, Meta. En ella participan seis autores que guardan un estrecho vínculo con esta institución, algunos como docentes o exdocentes y otros como estudiantes y egresados, lo que hace que la obra no solo manifieste la inquietud por la poesía (dentro de los espacios académicos: pasillos, salones de clase, gimnasios y laboratorios…) de un individuo, sino de un colectivo, de una resonancia entre sujetos. Esto lo vienen a probar los
temas, las imágenes y sensaciones que se repiten entre los autores, pese a las diferencias de tiempo y espacio de sus textos. ¿Es el paso por la Unillanos lo que las aglutina?, lo tendrá que responder el lector. En todo caso, reconociendo el carácter multifacético, pero, a la vez, de momentos sincrónicos de esta antología, es que se pensó como una construcción en la que a cada uno de sus participantes le corresponde un nivel o piso con su propio diseño y ambientación. Cabe aclarar: construcción «de seis pisos», mas no edificio, ya que no está soportada sobre columnas, sino sobre casualidades y causalidades. Y si el último piso, el sexto, se reservó para Carlos Enrique Pachón, el único autor difunto, no ha sido con el objetivo de apuntar hacia un cielo, sino por puro azar. De hecho, al lector de este libro también lo invito para que lo aborde de la manera menos pensada posible, pero completa, con el fin de que pueda ver todo el cuadro. Por ejemplo, Henry Benjumea, a quien corresponde el primer piso de esta antología, abre con una exploración sobre la familia y sobre quien concentra
UNIVERSIDAD DE LOS LLANOS: «DE SEIS PISOS. ANTOLOGÍA DE POESÍA»
Carlos Enrique Pachón (1971-2013). Foto tomada de su Facebook.
el miedo al interior de ella, que en el siguiente piso retomará Darío SánchézCarballo en un poema casi fantasmagórico, dedicado a su madre muerta (vista desde el retrovisor). Más adelante, Rolando Chaparro (tercer piso) también abre el misterio en el rostro imperturbable de su padre y Laura Ramos (quinto piso) convierte al suyo en la personificación del hombre distraído. En Laura Benavides (cuarto piso) también aparece la noción de familia, pero no se limita a la consanguinidad, sino que se expande a los momentos de «compinchería» entre las mujeres del campo. Pachón, por su parte, deja escrito un poema que explica la comunicación entre hermanos a partir de la discordia. Luego de la familia, otro tropo importante dentro de esta antología es el amor romántico, pero de ninguna manera un amor romántico que se expresa con sublimaciones, sino con –todo lo contrario– miedos y rencores. Pachón es tan crudo como cómico al narrar el desenlace de una novia que tuvo en su adolescencia y era demasiado bonita para estar con él. Benjumea y Carballo exploran el deseo y la mente de sus amantes, mientras que, por ley de opuestos, Rolando
y Laura Ramos hacen la misma indagación, pero con respecto a ellos mismos, por medio de las frustraciones y contradicciones de tener una pareja o querer tenerla. Un ejercicio que recuerda Aprendizaje de Clarice Lispector, por cierto. En la selección de Laura Benavides, el amor romántico es un misterio. Uno puede llegar a pensar que hasta se escapa de su lente, pero se percibe, más bien, en una voluptuosidad de las formas de la naturaleza que van creciendo salvajes. Naturaleza. Aprovecho que la menciono para hablar un poco de la que nos comparte cada autor. Laura Ramos, quien es bióloga, termina el segundo poema de su piso con una imagen muy precisa: el vuelo tóxico de un aptérix (Apteryx) o kiwi, una especie de ave de Nueva Zelanda que no puede volar y está en peligro de extinción. Carballo, arquitecto, hace un estudio sobre el círculo, que evoca el Libro de los sueños de Borges, y también traza su propia ciencia con la selección que hace del libro Materia oscura. La naturaleza en Chaparro es una etología de los recuerdos y del efecto del confinamiento en el comportamiento humano. Benjumea es contundente en su poema Cuando pase el temblor, al ULRIKA 67 |
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construir un ecosistema de la devastación, con una multiplicidad de otras imágenes recortadas. Pachón desnuda a una mujer con la que juega al doctor y le mide la fiebre. En síntesis, qué bella experiencia resulta leer esta antología. Qué agradable encontrarse con tantas voces que han sido atravesadas por un espacio en concreto: la Universidad de los Llanos o «Unillanos», como se le dice con cariño. Un espacio vivo, también, hogar de ruidos de cigarras que están por reventar y de mantras de los atletas que practican jiu-jitsu en el coliseo. No podrán negar los poetas de la presente antología que su paso por la Unillanos afecta su producción escrita, así la evidencia de ello no esté expresada en los versos de este texto. Tampoco podrán negar que directa o indirectamente ellas y ellos hacen parte de una tradición de escritores que desde el mismo nacimiento de la Universidad (hace 45 años) han propuesto que su producción (editorial, en este caso) no se limite a la ciencia y la investigación, sino al arte y las letras. Sin embargo, De seis Portada y contraportada de la antología De seis pisos, editada por la Universidad de los Llanos.
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pisos no solo condensa este espíritu, sino que con su presentación en las xii Jornadas Universitarias de Poesía «Ciudad de de Bogotá» 2020 sienta un precedente, como una obra que reclama abiertamente por un abordaje de la creación artística dentro de los programas de las instituciones académicas llaneras (reclamo que la Unillanos hoy intenta satisfacer con su nueva maestría en Estudios Culturales, la primera en toda la región). No es de extrañarse, entonces, que hacia el futuro se vayan a publicar más obras como esta antología, dado que, a través de proyectos similares, irá tomando forma el verdadero interés de la Universidad por las artes y la escritura. Además, estos seis poetas no son ni los únicos, ni los últimos poetas unillanistas, ellos son parte de un despliegue más grande de dramaturgos, cuentistas y ensayistas escondidos en el campus. Sin embargo, visitar estos «seis pisos» es una buena oportunidad para enterarse de la riqueza artística que posee la Universidad de los Llanos.
UNIVERSIDAD DE LOS LLANOS: «DE SEIS PISOS. ANTOLOGÍA DE POESÍA»
Henry Benjumea (Villavicencio, 1957) Miedo 1
Cuando pase el temblor
el padre ha vuelto Madre ya no es fiera
Las tinieblas las ciudades los hombres
me he encerrado en los confines del pudor pero tengo miedo
las partículas elementales una tarde la siesta
Madre
el ombligo la novena dimensión
del que ablandó la ley a su regreso
Acción de gracias Soy el abismo la frágil costura de la risa la niña enamorada de la tarde nací triste pero pequeñita me enredé en telarañas y sonrisas en tus pestañas, en la noche la pedrada me enseñó a gozar para siempre el arcoíris me enseñaste a besar a esperar tu risa, el amanecer… ven noche habita la tristeza acércate al extremo sur donde muere el deseo
la chamusquina y dos o tres espejos desolados
viajera la maleta se sienta en el costado dispuesta a pensar en otro viaje uno más que le aguarda y del que ignora el desenlace parece nerviosa, se sacude tiembla se revisa por dentro y por fuera busca la cercanía de las cosas las recorre con íntima ternura la camisa de rayas que no falta la gillet, el dentífrico, las chanclas los zapatos, las medias, el piyama la maleta comprueba los pasajes el pasaporte, las tarjetas las piernas, los brazos, la cabeza siempre ha temido viajar sola
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Carlos Enrique Pachón (Villavicencio, 1971-2013) Conciencia
Consejo para los muchachos
Casi nunca coincidimos con mi hermano en los tragos. Cuando él toma y quiere procurar elogios para mí yo permanezco hermético ausente de su sentimiento. Cuando yo tomo él está encerrado en su cuarto ausente de mi silencio. Cuando coincidimos celebramos el día que nos conocimos, se espesa nuestra amistad, se ahonda nuestra tristeza.
Muchachos a los que les gusta el amor de una, sin idas a cines, sin promesas largas, sin la proximidad de un olvido. Muchachos que aman de noche, no pierdan su tiempo en contar cuentos para desembrumar la noche, con ellas eso no sirve. No sirve ser poeta, ni cinturón negro. No vale abrirles la puerta del taxi, no vale la afrenta de amarlas. Donde las putas hay que ir con plata., dispuestos a aprender que el amor es una herida que se pudre hasta volverse olvido. Muchachos que confían en su juventud y descuidan su intelecto, con ellas el amor es sin tiempo, de una vez y para nunca. Donde las putas se entra sin esperanza y se sale sin ellas y con menos esperanza.
Todos los días Mamá llora en secreto todos los días a su hijo muerto regresa invisible de la ausencia mamá fuerte mamá guayacán se astilla con el recuerdo
La muchacha del café Todos los días abona con lágrimas la limonada del almuerzo regresa a las fotos para engañar a los ojos Mamá está en la cima del dolor todos los días Soy testigo de su ausencia.
Mujer Una mujer destendida sobre un verso con su pelo mirando hacia otro lado. Una mujer, mientras escribo, cubierta sólo de sí misma, mientras hablo con ella, mientras la imagino.
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La muchacha del café está recién llegada. Se le nota por su sonrisa permanente. Cuando los señores le coquetean amplía más su sonrisa. Cada cinco minutos viene a limpiar el vidrio de la mesa, lo brilla hasta desaparecerlo y mientras lo hace no menea el culo, permanece quieto como un tiro al blanco. Después de varios cafés y varias cervezas, me entran ganas de decirle que se vaya a vivir conmigo pues la suerte me ilumina y habrá suficiente para levantarnos tarde y dedicarle varias horas al amor. Pero recién la conozco, es mejor no hacerme ilusiones. Seguiré viniendo, hasta que después de varias cervezas y varios cafés me importe un pito la muchacha del café.
UNIVERSIDAD DE LOS LLANOS: «DE SEIS PISOS. ANTOLOGÍA DE POESÍA»
Laura Jimena Benavides (Villavicencio, 1996)
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Llaves
Una mujer lava la tierra de las papas Sacude los paños sucios y pesados. Nadie ve el humo de las casas donde se hierve el café.
Llaves Pretender escucharlas para levantarse y saber que aún no hay nadie en la puerta.
*** El pan tierno sobre su mesa Ya era el brillo último los ojos últimos. Un niño duerme toca el fondo de todo lo que duerme y las dulces naranjas ya no acompañan el pan.
*** Sobre una pared gris casi derrumbada cuelgan fotografías de familia padre y abuelo no están ahí golondrinas de agua azul que una luz dolorosa alza y aleja.
*** Bajo la sombra de los cámbulos un joven no pudo despedirse detrás de todo lo que se eleva nadie pregunta quién parte.
*** Las últimas casas, el ruido de un ratón en el mercado. Un mantel bien puesto sobre la mesa, Un árbol de limón, que se nombra y desaparece en cualquier otra cosa que se espera, en cualquier otro cuerpo que dejará de volverse tierra.
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UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA: COLECCIÓN «UN LIBRO POR CENTAVOS» POR CLARAMERCEDES ARANGO
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Emilio Coco (Italia), Eduardo Langagne (México), Claramercedes Arango, Lauren Mendinueta y Gustavo Adolfo Garcés (Colombia).
Número 43 de la colección «Un libro por centavos»: Quiero escribir pero me sale espuma de César Vallejo. 40
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n 2020, la colección Un libro por centavos no sólo celebra 17 años de publicaciones mensuales, gratuitas e ininterrumpidas, sino que entregará a sus lectores la edición del número 172, en este mes de octubre. Un libro por centavos nació en 2003, cuando Miguel Méndez Camacho, poeta, escritor, periodista, en ese entonces
Decano de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo, sorprendió al comité de publicaciones de la Universidad, del cual es miembro, con un proyecto editorial que daría pérdidas: publicar una colección de poesía con un tiraje inicial de 12.500 ejemplares, en ediciones de bolsillo, bellas y económicas, distribuida como obsequio mensual a los suscriptores de la revista El Malpensante, cuyo público cautivo está orientado al disfrute de la literatura. (En el momento, el tiraje se encuentra en 9.000 ejemplares por título). La colección Un libro por centavos es un proyecto coherente con el pensamiento humanista externadista, enriquecida con los ganadores del Concurso Nacional Universitario de poesía Universidad Externado de Colombia, vigente desde la década de 1990, que se convoca anualmente y se falla en el mes de noviembre. Cuando el jurado de este concurso recomienda un ganador y el comité de selección lo respalda, se incluye en la colección, como sucedió en el 2003, con Andrea Cote, joven poeta ganadora del concurso 2002, con Puerto calcinado, que en el 2005 obtuvo el premio mundial de
UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA: COLECCIÓN «UN LIBRO POR CENTAVOS»
poesía joven de la Unesco, en el concurso Puentes de Struga, en Macedonia. Hasta el momento hemos publicado diez ganadores del Concurso Nacional Universitario de Poesía Universidad Externado de Colombia: Andrea Cote, Felipe García Quintero, Víctor López Rache, Yenny Carolina León, Luz Andrea Castillo, Sandra Uribe, Carolina Sánchez, Beatriz Vanegas Athías, Tania Ganitsky, como estímulo al reconocimiento dado por el concurso y para promocionarlo y difundirlo, concursantes que siguen en el oficio de escribir poesía. No en vano, todos los poetas nacionales que median los treinta años, destacan la influencia que tuvieron los poemarios de la colección Un libro por centavos, tanto en la definición de sus estilos, como en el conocimiento de la tradición poética del país. Lo cual sigue sucediendo hoy con quienes acceden, desde las diferentes regiones, a las cuidadas selecciones entregadas por la Deca-
natura Cultural. Los derechos de autor son reconocidos en ejemplares de los poemarios y en su campaña de divulgación; la selección es rigurosa y para reducir costos, la diagramación, ilustración y corrección de estilo los realiza la Decanatura Cultural.
Otros destacados poetas contemporáneos publicados: Gonzalo Rojas, Aurelio Arturo, Jaime Jaramillo Escobar, Meira Delmar, Homero Aridjis, Elkin Restrepo, Eugenio Montejo, Fernando Linero Montes, Miguel Iriarte, David Bonells Rovira, Robinson Quintero Ossa, Armando Orozco Tovar, Gustavo Adolfo Garcés, John Fitzgerald Torres, Clara Mercedes Arango, Fátima Vélez, Beatriz Vanegas Athías, Orietta Lozano, Rafael Del Castillo, Amparo Villamizar Corzo, María Clemencia Sánchez, Luz Helena Cordero Villamizar.
Números 121, 82 y 25 de la colección «Un libro por centavos»: Del dolor y la alegría de Emilio Coco, Reposo del guerrero de Eduardo Langagne y Libreta de apuntes de Gustavo Adolfo Garcés.
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Emilio Coco (San Marco in Lamis, Italia, 1940) En «Cuerpo ausente» Dime que nos veremos en seguida, antes de que transcurra esta semana, a las once, mañana, en la avenida, para contarnos, caminando juntos, las cosas en que estamos trabajando. Dime que nos veremos en la finca de Emanuele, brindando a copa alzada por la amistad y escucharemos discos de los tiempos de cuando éramos jóvenes al calor del hogar con un buen vino. Dime que un día escribiremos juntos el más hermoso libro de poemas. Yo pondré las palabras más humildes, tú la magnificencia de la forma que heredaste de los antiguos griegos. Sé que no puede ser cierta tu muerte.
Poeta menor Resuenan los estantes de mis libros y oigo a grandes poetas en voz baja leyendo versos mágicos. Aquel murmullo tan suave me sosiega y predispone el ánimo ferviente a la escucha. La vida es un hervor de pasiones titánicas, la nada se sublima en sus altos sentimientos. Al pensar en mi historia de poeta vivida sin excesos ni desastres, entre afanes vulgares, entre amores ruines, todo me irrita. Me fastidia que al futuro mi nombre sólo pase en una larga lista de menores. 42
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Tus amigos me dan la mano y dicen: Te expreso mi sincera condolencia. Estaba con mis hijos en la playa, y lo he sabido sólo el otro día, acabado el entierro, pues lo siento. Mis amigos me abrazan compungidos: En la playa no me ha avisado nadie. Lo he sabido leyendo las esquelas. Créeme, por favor, lo siento mucho, anímate, no puedes hacer nada. Con la cabeza gacha y paso rápido, tomo las calles menos frecuentadas. Soy un gran egoísta. No deseo compartir con los otros mi dolor.
Volveremos a vernos en un mundo en que el sol resplandece todo el día sin que llegue a quemar, porque las olas nos envuelven dejando en nuestro cuerpo una frescura dulce y perfumada. Y seremos eternamente jóvenes, formaremos un corro con poetas que amamos y que esperan impacientes nuestra llegada para cantar juntos sus versos y los nuestros, cortejados por el son de los árboles. Sus hojas son cítaras movidas por la brisa que aturde acariciando los sentidos. Luego nos perderemos por un bosque, lejos del alboroto de la gloria que un día perseguimos en la tierra. Recordando, cogidos de la mano, bobadas de otros tiempos, nos reiremos de tanto esfuerzo para distinguirnos de la anónima turba chupatintas.
UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA: COLECCIÓN «UN LIBRO POR CENTAVOS»
Eduardo Langagne (Ciudad de México, 1952) Pandilla Benditas aquellas que nos besaban y nos despreciaban nos despreciaron y nunca nos besaron pero más benditas aquellas que nos besaron y no nos despreciaron nunca y que serían capaces de besarnos ahora porque nosotros jamás las despreciamos y benditas las que se daban al calor y a la caricia sin pensar en nada pero más benditas las que sí pensaban porque hicieron crecer a las caricias y compartían generosas su cuerpo con nosotros y nosotros compartíamos nuestro cuerpo con ellas.
«Hoy no me llevas, muerte, calavera, no me voy, no quiero ir. Hoy no voy ni entrego mi barco de papel, mi brazo, mi guitarra, hoy no, hoy solamente tiro piedras, poemas, muchas piedras contra tu rostro —no niego, dulce rostro— tiro piedras, me arranco el corazón y te lo arrojo. Hoy no, muerte, hoy no voy, no quiero, necesito hacer la casa». Y estoy vivo cuando arrojo palabras, muchas palabras. Fuego.
Oh maravilla Nadie jamás prometió nada.
Piedras No tenemos la casa todavía, tenemos piedras; algunas. Trozos de pan, algo de vino tenemos pero la casa no; sin embargo tenemos oscuridad, porque luz no tenemos todavía; tenemos algunas lágrimas y besos, otras cosas igualmente ridículas tenemos, pero la casa no. Quizá paredes que se levantan muy despacio, mas no tenemos casa todavía donde encontrar el frío, la soledad, la lluvia, pero arriba un cielo como sábana tenemos y abajo un infierno delicioso por donde deambulamos recogiendo piedras.
Preguntas ¿Por qué las muchachas no nos aman cuando escribimos o queremos que el papel se manche de ceniza o se cubra de arena y sólo nos aman si cantamos, es decir cuando hacemos estallar la sombra que siempre nos vigila o no nos aman jamás cuando cantamos pero nos aman sin saber qué somos sin preguntar si somos un mar de rostros, un océano de rostros, un rostro parecido al agua o un gesto que rebota o revienta en las rocas y no saben si los acantilados gimen o cantan cuando miran nuestro rostro escurrir a pedazos o no nos aman cuando saben que somos multitud un trozo, una migaja de multitud o por qué no nos aman ni siquiera así pero nos aman cuando no nos conocen porque el misterio del amor, del fuego las hace crepitar y por qué no nos aman y sólo algunas veces y luego no nos aman y sí? ULRIKA 67 |
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Gustavo Adolfo Garcés (Medellín, 1957) Pintor
Babel
Se repite
¿Qué hace el andamio en la colina?
una y otra vez pinta la aldea sin ningún propósito
Huella El relámpago enciende la noche en la magnolia
salvo la luz
Cuaderno de notas Regreso Vuelven al bambú los bichos del armario
Como un regalo inesperado todo extraño e imprevisto para Luis Germán Sierra
Decadencia
Blanco
En la espléndida carroza
Escribo un verso
viven ahora las gallinas
y después otro de niebla
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA: PROGRAMA «VIERNES DE POESÍA»
Encuentro de poetas y lectores POR FABIO JURADO n la década de 1990 la Facultad de Ingeniería solicitaba cada semestre al Departamento de Literatura cursos sobre autores y obras de la literatura universal, en el ámbito del componente flexible del plan de estudios para la formación de los futuros ingenieros. Cursos sobre el cuento colombiano, la literatura rusa, la poesía latinoamericana, la literatura fantástica y de la ciencia ficción, la narrativa del «boom», entre otros, se propusieron de manera consecutiva; el número de estudiantes de los grupos era de 30 pero a veces se inscribían hasta 50. Era extraño que estudiantes de ingeniería eligieran estos cursos, pero sin duda el potencial intuitivo sobre los aportes del arte literario al desarrollo del pensamiento y sus nexos con la lectura y la escritura, los guiaba. Era paradójico que los estudiantes de ingeniería revelaran un mayor dominio en la lectura de los textos literarios y la escritura de reseñas sobre cuentos, novelas breves y ensayos críticos respecto a quienes cursaban por entonces la carrera de Filología. Una
diferencia era notoria: los estudiantes de ingeniería tenían más convicción sobre el horizonte de su formación; en el caso de Filología, por la extrañeza del campo, se aprendía a construir el horizonte. A partir del entusiasmo que se observaba en los estudiantes de las carreras afines a las ciencias físicas y naturales, las ciencias contables, de la salud y de las humanidades hacia el arte literario, se consideró la apertura de programas extracurriculares con énfasis en literatura, destinados no solo a todos los miembros de la comunidad académica universitaria sino también a los egresados, los escritores consagrados y en formación y a las personas en general interesadas en escuchar las experiencias de quienes escriben. Así se fundó en 1997 el programa Viernes de Poesía, respaldado por el Departamento de Literatura y la Facultad de Ciencias Humanas. El Programa Viernes de Poesía se trazó el reto entonces de realizar encuentros y conversaciones entre los escritores y los lectores y entre quienes querían saber sobre las singularidades de escribir poesía y
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Rodolfo Alonso (Argentina, quien nos acompañó con su lectura en streaming el sábado 31 de octubre de 2020), José Ángel Leyva y Margarito Cuéllar (México), Fernando Herrera Gómez, Fabio Jurado y Eugenia Sánchez Nieto (Colombia).
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Números 28, 42 y 67 de la colección «Viernes de poesía»: Seis cancioncillas (de agua salada) de Catalina González, Poemas pendientes de Rodolfo Alonso y La eternidad no es tiempo de José Ángel Leyva.
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el dilema de para qué servía o qué aportaban los poetas a la vida de las personas, ya sea en los contextos académicos o en los de la vida práctica en una ciudad de tanta complejidad como Bogotá y en una universidad en permanente ebullición, de beligerancia en las ideas y en las teorías. Viernes de Poesía aparecía como un ejercicio intelectual de relajación y de distensión en cuyas sesiones se podía comprender mejor lo que se estaba estudiando en las carreras respectivas o, al contrario, se agudizaba la confusión del ser-estar asombroso de vivir entre los misterios de los espacios universitarios. Pero, sobre todo, era la conjunción entre las voces externas de la universidad con las de adentro, encuentros con las miradas, la escucha y los gestos de personas ansiosas por conocer a los poetas de viva voz y, de parte de los estudiantes, la oportunidad de intercambiar ideas con ellos luego de las lecturas con el acompañamiento de un vino seco. Muchos jóvenes y personas mayores que asistían al programa declaraban que por primera vez, con Viernes de Poesía, ingresaban a la universidad, descubrían sus espacios y sentían cómo sus percepciones se transformaban: de la imagen de una universidad convulsiva a la de una universidad heterodoxa, de la desinhibición, del diálogo y de la sensibilidad frente a las artes y las ciencias. El
salón oval del edificio Rogelio Salmona contribuía a que lectores y oyentes se encontraran cara a cara y no espalda tras espalda de los salones tradicionales; la proxemia intensificaba los ambientes de la efusión de los versos, como si Salmona hubiera previsto este lugar para la poesía en un edificio que respira poesía. Era, en efecto, la experiencia de leer y de escuchar poesía; por primera vez en la historia de la universidad con este programa se aprendía, más allá de la academia estando en los espacios de la academia, a leer poesía con el texto del autor en las manos (cada asistente recibía gratuitamente un ejemplar) mientras fluía la voz con los acentos propios de quien había escrito el material seleccionado. El Departamento de Literatura reservaba cada año el presupuesto para los 8 cuadernos distribuidos en los 8 meses de los dos semestres académicos. Algo de novedad caracterizaba el programa: después del primer invitado (el escritor mexicano León Plascencia Ñol, quien se encontraba en Colombia con una beca de intercambio en 1998), de manera consecutiva se hacía la presentación del Cuaderno de Poesía en el que se recogía la selección de los poemas leídos en el mes anterior y el poeta invitado (el número 2 es de Piedad Bonett, el 3 de Fernando Herrera y el 4 de Antonio Correa) leía los suyos, mismos que se publicarían en
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el mes siguiente a la lectura; cada poeta leía entonces dos veces: como invitado y como autor del cuaderno respectivo. Entre 1998 y 2013, con los intervalos de la vida universitaria, se publicaron 105 cuadernos y dos textos de carácter especial: uno en reconocimiento a la obra de la poeta palestina, nacida en Haití, Nathalie Handal –Antología poética, 2010– y el otro como reconocimiento a los 80 años de vida del poeta Álvaro Mutis y como conmemoración del número 100 de Viernes de Poesía: Reseña de los Hospitales de Ultramar, 2003, con el cuidado de la edición de Santiago Mutis Durán, texto presentado en la Biblioteca Nacional, en donde se rindió un homenaje a la vida y obra del escritor. Viernes de poesía conjugó pues diversas generaciones: jóvenes poetas que cursaban la carrera de Estudios Literarios, como Carlos Aguasaco (No. 5) y Juan Ernesto Mora (No. 6); egresados de la misma carrera, como Saúl Gómez (No. 29), Antonio Silvera (No. 47), Germán Clavijo (No. 55), Rodolfo García (No. 63), Juan Camilo Lee (No. 80), Orlando Fénix (No. 95), John Galán (No. 98) y María del Rosario Laverde (No. 77); poetas colombianos consagrados, además de los ya nombrados: Fernando Linero, Juan Felipe Robledo, Juan Car-
los Galeano, Luz Mary Giraldo, Gonzalo Márquez Cristo, Nana Rodríguez, Amparo Osorio, Gabriel Alzate, Jesús Gaviria, Eugenia Sánchez Nieto, Augusto Pinilla, Francisco Sánchez, Santiago Mutis, Catalina González, Alfonso Carvajal, Mauricio Contreras, Eduardo Gómez, Miguel Méndez Camacho, Ramón Cote, Jotamario Arbeláez, Rafael del Castillo, Cristina Maya, Enrique Rodríguez, Francisco Montaña, José Zuleta, Eduardo García Aguilar, Maruja Vieira, Laureano Alba, Winston Morales, Ricardo Cuéllar, Jaime García Maffla, Mauricio Guzmán, Gustavo Adolfo Garcés, Fernando Cruz Kronfly, Esperanza Carvajal, Carlos Fajardo, María Clara González, Santiago Aristizabal, entre otros nombres. Viernes de Poesía fue también el espacio para escuchar y conversar, participar en talleres, con poetas de otros países, de quienes también se publicaron los cuadernos: Margarito Cuéllar, Francisco Hernández, Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva, Carlos López Beltrán, Roberto Reséndiz, Jorge Luis Darcy, Florencio Salazar, Pedro Serrano y Mario Rey, de México. De Argentina: Noé Jitrik, Claudia López, Rodolfo Alonso; de Uruguay, Ida Vitale; de Ecuador: Raúl Pérez Torres; de Japón: Yuichi Mashimo; de España: Benito del Pliego.
Número 74 de la colección «Viernes de poesía»: Rompecabezas de Maruja Vieira, y dos publicaciones especiales del programa: Reseña de los hospitales de ultramar de Álvaro Mutis y Antología poética de Nathalie Handal.
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Rodolfo Alonso (Buenos Aires, Argentina, 1934) Arroyo Tiú Mayú
Como dos astros
Días enteros a lomos de la tierra fiera frescura
Como dos astros errantes que se han unido por su errar nuestros errores nos acercan nuestros errores nos separan
Con el acuerdo de la arisca belleza torcaza y cielo Días macizos en eso cae la noche y se derrama Los dioses borran bárbara cortesía la hiel de la urbe
Como dos astros errantes que se deslizan por amor nuestras miradas nos atraen nuestras miradas nos rechazan Como dos astros errantes que se separan para ver la sed el hambre el sol la furia nuestros caminos encontrados
Porque esto somos pie desnudo en el agua arena limpia
En lo profundo de los cielos en el silencio de la luz como dos astros errantes morimos renacemos
La única verdad
Epifanía
Me dices que el mundo es así y que yo me lo imagino en cambio como deseo que fuera
Como luz en la luz suena el invierno, al sol. Serena madurez, sabor desnudo que suspende y sostiene sin sospechar que sabe, secreto, sólo en sí, siente sin sentimiento, a simple sed, a simple ser, solo y sumo en el sol sagrado del silencio seco, soberbio, suelto sobre ese frío encendido.
¿Pero cómo podría soportarlo si no se me ocurriera que puede –aún en sueños– llegar a ser distinto? 48
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José Ángel Leyva (Durango, México, 1958) Cuando despierte y la luz no haya llegado a Stephen Hawking
Y dicen que la luz es infinita que es más veloz que todo Pero es tan relativo todo Einstein la alcanzó con su trineo jalado por robustas ecuaciones y se sentó como Huidobro y Altazor o junto a ellos al borde de sus ojos para mirar cómo llegaban las imágenes Ahora cuando sé que la luz no es mayor que la noche que las estrellas mandan sus mensajes luminosos hacia una oscuridad que nadie sabe si termina descubro que somos emigrantes de esa plenitud ausente de colores Venimos huyendo de sus sombras cruzamos la frontera entre el lodo negro de los genes para engañar al olfato de la muerte Atrás oigo sus bestias sus gruñidos que me cercan También la ciencia dice que miramos el pasado del sol y las estrellas Su ayer es hoy para nosotros Nos llegan sus viejas caras nuevas las luces de recién nacida de alguna galaxia que se muere ¿Será que los humanos nos vamos apagando aquí mientras nos vamos encendiendo en otros lados? ¿Será que cuando el sueño nos marca las ojeras como sellos que clausuran
la apertura de los párpados es porque estamos sin dormir en un planeta de agua viajando en peces aerostáticos? ¿Será que aprenderé a dormir y despertarme a tiempo en otros sueños? Entonces dejaré de amanecer junto a mi cuerpo el dolor estará bajo la cama amortajado ya no podrá tragarse mi saliva ni espantar parvadas de los labios y mi boca estará seca y yo esperando a que la luz me alcance en otro lado
*** Catulo titubea endereza el cuerpo lo yergue en la planicie de las sábanas Palpa un ayer endurecido son horas tiradas en el lecho cadáveres que meten frío a los huesos Sus bostezos emanan incienso quemado en la mañana
*** Cada quien trae en su puñal coágulos de un sueño trozos de locura en el insomnio desasosiegos de ayer entre las uñas Cada quien mata su verdad para ganarse el pan y el reino
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Fernando Herrera Gómez (Medellín, 1958) Cuarto de los aperos Está en medio de las pesebreras que dan al patio empedrado. En los muros hay soportes con herraduras invertidas que sirven de perchas y, colgados allí, se hallan los frenos y las jáquimas de los caballos y los zamarros de los chalanes. A un lado, en unas vigas redondas que van de muro a muro en dos hileras, están las sillas y los galápagos con sus estribos colgando, como si cabalgaran en ellos los duendes; y en un aparador abierto de entrepaños de madera, apilados, las herraduras y los clavos de herrar junto con los cepillos para peinar las crines, el sebo para el cuero y los ungüentos para las inflamaciones de las coyunturas de las bestias. Todo allí adentro en esa penumbra, tiene un olor rancio de talabartería mezclado con orín de hierro y sudor de caballo.
Camuflaje De repente se descubren las carpas verdes confundidas entre los matorrales de la curva cercana al puente; y al alzar la vista están también ahí los muchachos de caras pintarrajeadas, parados, vigilantes, sosteniendo los agobiantes fusiles, fumando con desgano. Son casi niños. Esto se ve acentuado por la desproporción de su estatura con respecto a las armas y la indumentaria, y por los pesados equipos de radio que uno de ellos carga sobre su espalda. Se diría que juegan.
El río Es en verdad un riachuelo, una quebrada, pero siempre se le ha llamado «el río», tal vez porque nunca se olvidan en Santana las crecientes de las que es capaz. Cuando llueve en los páramos, en lo alto de las montañas, baja con un caudal ronco y enloquecido saliéndose de su cauce y arrastrando con todo lo que encuentra a su paso. Quedan en las ramas de los árboles y en los matorrales 50
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de las orillas jirones de hierbajos secos e hilachas de lo que lleva en la urgencia de su viaje. Pero también sabe ser suave. Como llamando a los pescadores que acuden puntuales con sus cañas –como burlándose de ellos–, se ve de pronto un pez girar en sus remansos claros en medio del olor de la tierra y de los musgos; y en los tiempos de los crueles veranos, el agua lenta casi se estanca. A veces, incluso hiede.
Corredor aéreo Se oyen cruzar por Santana las naves. A veces el sonido sordo y lento de algún avión de hélice avanza obstinado royendo las masas sólidas y oscuras del cielo. Otras es apenas un punto altísimo, brillante, el destello metálico del fuselaje de un jet saltando de nube en nube, la espléndida estela de vapor zurciendo la atmósfera que estremecen – como retardados truenos de verano– las turbinas. Otras veces, en cambio, es el sonido intermitente de los rotores que oprime el pecho con su palpitación acosante. Pasa entonces, recortándose en el firmamento azul, un oscuro helicóptero artillado. La sombra enorme de sus aspas gira segando los campos.
La muerte A veces la muerte también visita estos lares. No es la casi anónima y eventual de una vaca. Son dos significativas muertes recientes: la del Sevillano, un caballo alto de galope suave y sostenido; no ha habido una rienda más dócil ni unos ímpetus más dispuestos que los de aquella montura. La otra fue la de Gos, un perro entre pastor y danés, de pelaje rojizo, que acompañaba siempre a los caminantes y a los jinetes en sus rondas. Sus manazas de barro quedaban siempre pintadas en los vidrios de los carros como saludo expresivo. Sus cuerpos, sus relinchos y ladridos hacen parte hoy de la tierra y del silencio de Santana.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO: COLECCIÓN POESÍA POR FELIPE VÁSQUEZ
a poesía ha sido una presencia continua en nuestras sociedades. Los poetas han acompañado la historia del Latinoamérica desde la Independencia hasta las revoluciones del siglo xx, desde las revueltas del 68 hasta los grandes movimientos sociales del siglo xxi. Somos una región de grandes poetas. Y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm), creada en 2001, tuvo presente la literatura desde el principio (es la primera universidad pública de México que tiene la carrera de Creación Literaria). Entre sus varias colecciones de literatura, destaca la de
Poesía, que ha publicado a poetas consagrados y a jóvenes, a autores mexicanos y de otros países. Esta colección mantiene un vínculo estrecho con la colección Al Margen, que reúne estudios críticos sobre poesía y poetas. De esta manera, la uacm da continuidad a la tradición de las grandes universidades de México, que en sus catálogos ha habido siempre un lugar para la poesía. Creemos que un mundo sin poesía es un mundo menos habitable. Con Octavio Paz suscribimos que el poema es un «espejo de la fraternidad cósmica».
Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Felipe Vásquez Ana Alonzo Luis Flores Romero.
Otros destacados poetas contemporáneos publicados: Eduardo Milán, Kamau Brathwaite, José Kozer, Enrique Jaramillo Levi, Sigmund Méndez, Hernán Lavín Cerda, Christian Peña, Blanca Luz Pulido, Hugo Plascencia y Eduardo Chirinos.
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Ana Alonzo (Ciudad de México, 1978) Deus En la oscuridad nos ampara el alma en ella la raíz materna del sol y la memoria de dos Olmos pesados de agua y los tiempos sus cárceles desolan heredan tan sólo lejanía de vientos de tambores y el imperio nos cede su caída como una espada. Para hablar se necesita retroceder la noche, penetrar volviendo a la sal de esa gran boca, hundirse como miel en esa presencia de padre y rodearse de suelo despeñarse de incendios casi por el nombre olvidarse y por el olvido apedrear esa gran puerta, sin armadura, sin soldados,
apedrear, abrirla así sea como caballo, al irse, desnudándose de viento.
Saludo anticipado No quisiera cortejarte siempre con incendios: la luna vive sola y resplandece, no quisiera, te digo, arriesgarte al caudal de mis miedos: el cielo fulgura y oscurece, pero si el sur siempre es el norte el quisiera puede ser una sonrisa breve, la mano que asciende, la palabra de bienvenida que me ampara de tu adiós antes de saludar.
Christian Peña (Ciudad de México, 1985) Calle Ando en la oscuridad de tu cuerpo: los perros desvelados de tu voz me señalan el camino. Me desvelo recorriéndote con los pies descalzos, con la boca abierta y un dolor de caballo que me patea el estómago.
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(Mis ojos a la altura de tu sexo saben lo que la noche no.) Es tarde, amor. Pasan de largo hombres en bicicleta, autos veloces y uno que otro borracho, mientras duermo y espero despertar contigo; barrer de tu espalda el polvo que amanece afuera de las puertas.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO: COLECCIÓN POESÍA
Tren De espaldas, junto a la ventana, miro los árboles perderse, retraso un poco mi adiós. Hundido en el asiento, me pregunto si nunca abandonamos el lugar del que partimos.
Abordando el tren siempre en la aterna estación de mi deseo, voy hacia el recuerdo, al lugar donde el pasado no se sabía futuro. Viajo y avanzo de espaldas al paisaje: contra mi destino.
Luis Flores Romero (Ciudad de México, 1987) Variaciones de un árbol La parte más melódica del árbol, la parte más frutal se llama pájaro; los pájaros traducen a los árboles, explican su silencio: su follaje; si un árbol imagina, llora pájaros, los pájaros existen; si un árbol se desprecia por inmóvil entonces abandona su estática agonía y decide volar; y en un festin de viento los pájaros son árboles que vuelan o por lo menos son una pequeña parte de los árboles; si un árbol se sacude las heridas los pájaros se esparcen y vuelan y su vuelo es la jornada más rítmica del árbol; los pájaros prolongan a los árboles, los árboles platican en gorgeos, son pájaros, son pájaros.
Canto de los amigos Ya viene el pájaro cerveza, ya esparce su abundancia, ya se alegran los que tienen afligido el hígado, ya se alegran nuestros pies.
Gocemos, oh amigos, al ave de la sangre clara o de la sangre oscura, gocemos al ave del plumaje de vidrio, al ave del pico de corcholata. Oh amigos, si en verdad vamos a perecer allá en la región de la resaca, allá en la región de la cruda moral; si es verdad que existen los separos donde dicen que nadie perdura, donde se tiene miedo; entonces choquemos nuestras copas para que suene un cascabel alegre, para que cante el pájaro cerveza. Él ha llegado de la tienda del señor del delantal de hule, de la tienda del señor del delantal florido, él ha llegado para derramarse, ya se sacrifica en nuestras bocas, su canto embriagador ya se propaga, nos da sus flores de espuma, adormece nuestras lenguas. Celebremos, oh amigos, al pájaro cerveza, con los caracoles que salen del cigarro, con las mariposas de eructo. Oh, que nunca cese el canto del pájaro cerveza. ULRIKA 67 |
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SUBDIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL: PERIÓDICO DE POESÍA «ALDABÓN» POR RAFAEL DEL CASTILLO Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Samuel Jaramillo (Colombia) AinoKaisa Huusko (Finlandia), Órinzon Perdomo, Luisa Yara, Carlos Andrés Almeyda (Colombia).
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omo un ejercicio complementario a la revista de poesía Ulrika, al Festival Internacional de Poesía de Bogotá y a las Jornadas Universitarias de Poesía derivadas del mismo y, en virtud al apoyo concertado con la UPN para brindar sostenibilidad al Taller de poesía Ulrika – Universidad Pedagógica Nacional, adscrito a la Red de Talleres del Ministerio de Cultura, surge el periódico universitario de poesía Aldabón. En principio la idea es brindar a los jóvenes vinculados al taller de poesía herramientas para asumir con naturalidad el hecho de que la poesía es tan importante que no la podemos dejar apenas en mano de los poetas. El ensayo, como ejercicio de decantación, y la lectura cuestionadora que le es propia, se constituyen consecuentemente en deberes impostergables para los jóvenes vinculados al periódico cada semestre. Con los mismos colaboradores e invitados a los eventos convocados por la revista de poesía Ulrika, el periódico Aldabón es eco y cuestionamiento constructivo de tales emprendimientos, contando para ello de manera dialogante con el lector de poesía. Así, a los textos de los talleristas más destacados, se suman aquí los de poetas
y ensayistas entregados, desde su vocación humanística, al diálogo con las nuevas generaciones del pensamiento. Hoy, desde las páginas de Ulrika, celebramos las iniciativas de estos noveles editores, a partir de la voz de tres poetas publicados en las páginas del Aldabón. Tres generaciones, cuatro maneras de habitar el mundo y la palabra: Samuel Jaramillo, Orinzon Perdomo, AinoKaisa Huusko y Carlos Almeyda.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL: PERIÓDICO «EL ALDABÓN»
AinoKaisa Huusko (Vigti, Finlandia, 1980) Käsi ja puoliselkää
La mano y mitad de la espalda
Kävellessämme sanoit tykkääväsi laittaa käden keskelle selkääni. Hetkeksi, tunnustellen kuoppaisuuteni korostuneisuutta alleviivaten kahtiajakoisuuttani kuin ovenkahvoja, joilla lepuuttaa kättään tyynen päättämättömänä.
Cuando caminamos te gusta acogerme el medio de la espalda, por un momento y adivinar entre mis divisiones, tan marcadas como pomos sobre los que descansas tus manos con calma indecisa.
Lauloimme vaalenpunaista populaarimusiikkia toistemme muistista ja eri kielillä: Avaimenreiän odottamaton välähdys. Jokin siellä liikkui. Pidit siitä, ettei minua hätkähdyttänyt mikään ja minua se hymyilitti pitkästä aikaa. Sinä yönä yksinäisen kellon raksutus harhaili tiivistämättömistä raoista ulos ja vaikka heiluriliikkeeni ei pysähtynytkään, seurassasi oli helppo olla: Ruuhkabussi kuin ihmiskunnan kehto, missä kurottava käsi ei olekaan varkaan vaan ystävän, joka vetää vastakohtaisuuuksiani yhteen ja sanoo: «Katso nyt» ja «Olithan aina».
Cantamos baladas sentimentalmente pop de memoria interpuesta, en diferentes idiomas; un destello inesperado en el ojo de cerradura. Algo se movía allí. Te gusta, que nada me sobresalta y después de mucho tiempo, eso me puso a reír. Esta noche el latido de un reloj solitario se salió a través de unas rajas poco impermeables y aunque mi péndulo no se paró, tu compañía fue fácil; un bus en la hora pico como una cuna de la humanidad, donde una mano alcanzándote no es del robo, sino de un amigo, que jala mis contradicciones más cerca entre ellas y dice: «Mire, ahora» y «Érase siempre».
Misticismo de la patria Toda verdad se basa en la confianza Kate Tempest
Amigos, juntaos y escuchen, cuando me pongo mintiéndome sobre contempladores del fuego, quemadores de los botes de almas en las hogueras de San Juan. Gente plantada en el agua como dominós erectos rodeando mi corazón en la espera de la ola; huevos de aves acuáticas flotando en silencio absoluto. Lempi caminó sobre el agua, plantó muchas semillas buenas y aunque las mayores luces nórdicas fueron tragadas por las mujeres, ellas circundaron sus lunas,
siempre alrededor de sus ejes, siempre solas. Vodka en la carnada; hacha de madera ardiente firme clavada en la espalda. La señorita Centeno de verano floreció en verano Se hizo agua entre el agua, hundió su peso invernal y conoció la antigravedad de la pica. Se movían mandíbulas en las cañadas como un gran cuento que persiste, envidia dorada de vecinos. Oh ellos, la apatía agobia mentes sanas, siempre a punto de llegar al ahora. Siempre a punto de dejar el pasado. Viviendo a través de la respiración boca a boca con sus bosques reverenciados. ULRIKA 67 |
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EDITORIALES UNIVERSITARIAS IBEROAMERICANAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA CONTEMPORÁNEA
Samuel Jaramillo (Bogotá, 1950) A punto de llorar
Lenguaje de sangre
Hagamos de cuenta que todo está sumergido en esta lenta marea de verdes de distintos tonos. Matices terrestres que se van degradando y se entretejen delicadamente.
Un instante tan solo, y en él, los rayos del sol que se despide hablan en un lenguaje de sangre. La sangre, espesa y a la vez transparente, resplandece en el cielo de la Sabana, inflama los charcos, enciende las gotas que han quedado suspendidas en las ramas de los árboles. Donde comienza un rostro que contempla, un astro rojo naufraga en un pecho. Se incendian las córneas, los pómulos, las frentes. Sobre el horizonte del pecho zozobra un sol moribundo. Sus adioses se agazapan como bandoleros que saltarán sobre nosotros desde las yerbas malas y las sombras.
Podríamos decir que se trata de la Sabana de Bogotá, con su sol frío envuelto en vendas traslúcidas y su horizonte de vacas indolentes repasando su mirada vidriosa sobre la planicie, tal vez interrumpida por un puente. Sí, pensemos que se trata de la Sabana siempre a punto de llorar y que es su viento helado el que sopla sin término. Algo empapa mi corazón en vuelto en vendas blancas, tibio sol que apenas caldea mi pecho. Mi frente tiene un horizonte interminable y allí siempre se está al borde de ponerse a llover. Pensemos que se trata de la Sabana de Bogotá, y que con el hombre que sufre su despojo, con el poeta que yerra en el desamparo, también fue expulsada esta parte del paraíso.
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Lagunas Había grandes lagunas bajo la noche. Espejos ciegos que repetían las nubes y los sueños del cielo. Desde su superficie agitada partía el viento y visitaba la tierra helada. Tocaba con su soplo los corazones. Sus dedos muy fríos recorrían los trazos de un rostro, el contorno de una montaña, la curva lenta de un cuerpo. Espejos humeantes bajo la noche. La Sabana vestida de la niebla inasible de mi imaginación: lagunas nocturnas laceradas por la ira de un ángel terrible.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL: PERIÓDICO «EL ALDABÓN»
Carlos Andrés Almeyda (Bogotá, 1979) Adentro
Nadie “A secret self I had enclos’d within”. Thomas Traherne
Venir del otro lado de la tierra, sostenerse boca abajo, vivir allí, en el dorso de una mano abierta, gusano en su manzana podrida. Adjudicarse el derecho a crecer como un matorral de hiedra venenosa y florecer del otro lado de la tierra en donde la antigua prostituta ha fundado alguna Babilonia. Es este lado, algo semejante a un óleo de Otto Dix donde una dama mutante sostiene su pitillera, sonríe en sus dientes rotos y el olor a vodka de cereza la perfuma como a un santo. Arena seca de estos largos caminos llevan al forastero hasta la rosa negra... ella descuelga del fondo del vaso, ingrávida y muerta en su oscuridad eterna, bendecida por todos los apóstoles y los náufragos, yerta empuñadura de un dios que se ha ido de juerga para siempre, aparece de vuelta y me mira como el cuervo del poema me habla de un tiempo por ahora inalcanzable.
Hay hombres que caminan rodeados por sombras y asoman a la ventana de su vientre mientras pequeñas manitas los saludan como polluelos hambrientos. Dan cada paso buscando las líneas de las lozas y resuellan de frío mientras otros transeúntes los cruzan con su vulgaridad a cuestas. Es aquella calle y ese lado del mundo en donde un poeta nodriza ha vagado sobre charcos y evadido sus deudas, la curva de las calles donde espera el casero o el hombre de la farmacia o el sastre, la tintorería y la calle que se acorta como en una tierra plana hasta ir a dar al estanquillo de siempre como cosa real por fuera. *** Al otro lado del mundo estoy yo vuelvo a cruzar la acera y a fumar con un cigarro imaginario mientras algo se proyecta en el aire, dibujado, y suena el bolero que las paredes del barrio replican. Me siento frente a esta ventana del otro lado de una tienda de abarrotes en el barrio Lisboa de Bogotá y vuelvo a todos los ruidosos habitantes en su monólogo a mil voces. Y aunque en esencia todo me sea ajeno, el tener mis lentes y el libro del lisboeta, con su spleen y su metafísica, me hacen más feliz que todos los seres como cosa real por dentro. ULRIKA 67 |
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AUTORES
Índice de autores DORIS ELENA AGUIRRE GRISALES (Medellín, Colombia)
Editora de la Universidad de Antioquia. Estudios de Maestría en Filosofía del Arte, Comunicadora Social y Periodista de la UdeA, donde se desempeña como Asistente del Departamento de Publicaciones y Editora de la revista Agenda Cultural. Docente de cátedra en cursos de literatura y de especialización en Edición.
CARLOS ANDRÉS ALMEYDA (Bogotá, Colombia, 1979)
Editor, docente y comentarista de libros. Estudiante de la Licenciatura en Literatura y Lengua castellana (UST). Ha realizado comentarios bibliográficos para importantes medios periodísticos y portales de poesía de Colombia, España, Brasil y México. Es Artista Formador de Idartes.
RODOLFO ALONSO (Buenos Aires, Argentina, 1934)
Poeta, traductor, ensayista, ex editor. El más joven de la revista “poesía buenos aires”. Publicó más de 25 libros. Primer traductor de Fernando Pessoa en América Latina, a la vez primera con sus heterónimos en castellano. Con Klaus Dieter Vervuert, de los primeros en traducir a Paul Celan. También es suya la primera versión de los dos libros de poesía de Cesare Pavese. Vasta obra como traductor del francés, italiano, portugués, gallego. Algunos libros del autor: Hago el amor (1969); Música concreta (1994); El arte de callar (2003), entre otros. Editado en Argentina, Bélgica, España, México, Colombia, Francia, Brasil, Venezuela, Italia, Cuba, Chile, Galicia, Inglaterra. Premiado en Argentina, España, Venezuela, Brasil, Colombia.
ANA ALONZO (Ciudad de México, 1979)
Ana Alonzo: Poeta, licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Maestra en Letras Latinoamericanas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); profesora e investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
LAURA JIMENA BENAVIDES (Villavicencio, Colombia, 1996)
Licenciada en Educación Física de la Universidad de los Llanos. Magister en creación Literaria de la Universidad Central.
HENRY BENJUMEA (Villavicencio, Colombia, 1957)
Filósofo, historiador, escritor, investigador. Docente de las universidades Externado de Colombia, Libre, Gran Colombia, Incca, Universidad de los Llanos y Universidad de la Costa. Director del Taller Permanente de Escritores del Meta-Entreletras, entre los años 2000 y 2010. Ha publicado: Reconstrucción; En los ojos de un caracol (poesía), entre otros libros.
HERNÁN BRAVO VARELA (Ciudad de México, 1979)
Es autor de cinco libros de poemas y dos de ensayo literario. Ha publicado, en versión suya al español, diversas obras de Emily Dickinson, Gerard Manley Hopkins, T.S. Eliot y Seamus Heaney, entre otros autores. Actualmente es editor del Periódico de Poesía de la UNAM.
INGRID BRINGAS (Nuevo León, México, 1985)
Poeta, autora de La Edad de los Salvajes (Editorial Montea, 2015); Jardín Botánico (Abismos Casa editorial, 2016); Nostalgia de la luz (UANL, 2016); 1000 watts de amor electrónico (Yerba mala Cartonera, 2016), entre otros. Actualmente es Becaria del Centro de Escritores de Nuevo León.
ROCÍO CERÓN (Ciudad de México, 1972)
Poeta, ensayista, editora y creadora transmedial. Ha publicado, entre otros: Spectio (Tresnubes-UANL, 2019); Borealis (FCE, 2016); Diorama (UANL, 2012; 2da ed., España 2013; Best Translated Book Award 2015). Fundadora de ENCLAVE. Festival de Poesía Transdisciplinar desde 2010.
EMILIO COCO (San Marco in Lamis, Italia, 1940)
Licenciada en Lenguas modernas con maestría en estudios hispánicos de la Universidad católica de Lovaina, en Bélgica y diplomada en Periodismo literario de la Universidad Externado de Colombia. Coordinadora general de la Decanatura cultural y la colección poética Un libro por centavos.
Poeta, hispanista, traductor y editor. Licenciado en Lengua y Literatura Extranjera (Universidad Oriental de Nápoles, 1963). Ha recibido distintos premios ; amplia labor en la traducción y publicación de poetas italianos, españoles, latinoamericanos, lituanos y corsos. Ha publicado poemarios de su autoría, ensayos, y Antologías de poesía italiana contemporánea, poesía española y latinoamericana.
PABLO ARCINIEGAS (Bogotá, Colombia, 1980)
MARGARITO CUÉLLAR (San Luis Potosí, México, 1956).
CLARA MERCEDES ARANGO (Cúcuta, Colombia, 1961)
Coordinador editorial Universidad de los Llanos. Editor de la Antología De los seis pisos, publicada por la Universidad de los Llanos, 2020. Libros de poesía publicados: Muy corto prosario; y Apocalipsemia.
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Poeta, narrador, periodista y editor. Licenciado en Cs. de la Comunicación y maestro en Artes. Algunos títulos de su obra poética, son: Cantos para el único brazo de Blaise Cendrars (México, 2015); Las edades felices (España-México, 2013 y 2015); Cuaderno para celebrar (Colombia, 2012); Música de las piedras, 1982-2012 (México, Poesía reunida, Ed. Praxis 2012) entre otras importantes publicaciones.
AUTORES
RAFAEL DEL CASTILLO (Tunja, Colombia, 1962)
Poeta, editor, ensayista crítico. Algunos de sus títulos más destacados: El ojo del silencio (1985); Entre la oscuridad y la palabra (1991); Animal de baldío (1999); Pirómana (2002); Aires viciados (México, Antología personal 1981-2006, Colección Alforja); Malgenio (Antología, uanl, México ,2020). Fundador y director de la revista de poesía Ulrika y del Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Editor de antologías de poesía iberoamericana, director de talleres poéticos y de las Jornadas Universitarias de Poesía.
LUIS FLORES ROMERO (Ciudad de México, 1987)
Poeta. Estudió Letras Hispánicas en la UNAM. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Actualmente, comparte poesía satírica y burlesca en la fan page Lufloro Panadero, trabaja en Radio Unam y en el medio electrónico de sátira El Deforma. Autor de tres poemarios. Ha ganado importantes premios nacionales.
GUSTAVO ADOLFO GARCÉS (Medellín, Colombia, 1957)
Abogado y Magister en Estudios Políticos. Ha publicado: Libro de poemas (1987); Breves días (Premio Nacional de Poesía Colcultura, 1992); Pequeño reino (1998); Espacios en blanco (2000); Libreta de apuntes (2006); Hasta el fin de los números (2012); Una palabra cada día (2015); El muro blanco (2018); Libro de grabados (2018) y recientemente, su poemario En lugar de otros (2020).
CLAUDIA IVONNE GIRALDO G. (Medellín, Colombia)
Editora. Graduada en Filosofía y Letras en la Universidad Pontificia Bolivariana, especialista en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Medellín. Profesora universitaria, directora de talleres de escritura. En la actualidad se desempeña como Jefe Editorial de la Universidad EAFIT.
FERNANDO HERRERA GÓMEZ (Medellín, Colombia, 1958)
Estudió Filosofía y Letras en la UdeA. Ha publicado, entre otros poemarios: En la Posada del Mundo (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1985); La Casa Sosegada (1999); Sanguinas (Premio Nacional Cote Lamus, 2002). Ganador de Becas de creación y de Residencias Artísticas en Colombia y México. Ha sido publicista, editor de obra gráfica y de libros de artista y gestor cultural.
AINOKAISA HUUSKO (Numela, Finlandia, 1980)
Maestría en Escritura Creativa de la Universidad de Kingston (Reino Unido, 2012). Miembro-directiva de Helsinki Poetry Connection, sociedad que promueve la palabra, el rap y la poesía interpretadas en el escenario. Enseña en Lavarunoakatemia, academia finlandesa de poesía escénica establecida en 2019. Ha sido publicada en Inglaterra, Colombia, México, Dinamarca y Finlandia.
SAMUEL JARAMILLO (Bogotá, Colombia, 1950)
Economista y urbanista, con estudios de postgrado y doctorales en Francia e Inglaterra; investigador reconocido en Colombia y en América Latina. Desde muy joven se destacó como poeta, ganando varios premios e incluido en múltiples antologías. Ha publicado 6 volúmenes de poesía.
También tiene una abundante labor de crítica literaria, centrada en la producción poética y narrativa de escritores de su generación. Homenajeado en el XXII FIPB 2014.
FABIO JURADO (Buga, Colombia, 1954)
Poeta, profesor universitario, investigador, asesor, autor de importantes publicaciones, antólogo de la poesía colombiana y latinoamericana. Director del programa Viernes de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia. Ha sido reconocido con numerosos premios y becas nacionales e internacionales.
CAMILA KRAUSS (Xalapa, México, 1976)
Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Veracruzana. Fue becaria en la Fundación para las Letras Mexicanas y ganadora de la beca para artistas del Instituto Veracruzano para la Cultura (2013). Ha publicado cinco libros de poesía. En 2020 la UANL editó A (TAJOS) MIGRANTES, un libro sobre su estancia en el Albergue Hermanos en el Camino.
EDUARDO LANGAGNE (Ciudad de México, 1952)
Poeta y traductor, maestro en Letras Latinoamericanas por la UNAM. Fue reconocido con el premio José Lezama Lima, de Casa de las Américas (2016), por su libro Verdad posible (FCE), publicado también en Cuba. Algunos de sus poemarios: Tiempo ganado (2016, UNAM); No todas las cosas, Antología 1980-2015 (Programa editorial del Estado de México), entre otros destacados títulos; ha sido publicado en Argentina y en diversas antologías y países.
JOSÉ ÁNGEL LEYVA (Durango, México, 1958)
Poeta, narrador, periodista, editor y promotor cultural. Ha dirigido importantes revistas iberoamericanas, entre las que destacan Alforja y La Otra, revista de poesía+artes visuales+otras letras. Algunos títulos de su destacada obra: Catulo en el Destierro (1993, 2006, 2007, 2012); Entresueños (1996); El Espinazo del Diablo (1998) ; Duranguraños (2007), entre otros. Ha sido traducido al francés, italiano, inglés, portugués, y parcialmente al polaco.
JOSE MANUEL LUCÍA MEGÍAS (Ibiza, España, 1965)
Es catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid. Presidente de honor de la Asociación de Cervantistas. En el año 2000 se publicó su primer poemario: Libro de horas al que le han seguido Prometeo condenado (Madrid, 2004); Canciones y otros vasos de whisky (Madrid, 2006); Y se llamaban Mahmud y Ayaz (Madrid, 2012, 3ª ed. 2013 y 2018 Ed. EAFIT), entre otros reconocidos títulos y antologías publicadas.
ÁLVARO MIRANDA (Santa Marta, 1945-Bogotá, 2020)
Poeta y novelista. Fue colaborador de publicaciones periódicas de México, España y Colombia. Su trabajo ha sido traducido al inglés, ruso y catalán. El FIPB le rindió homenaje en 2009. Algunos de sus libros de poesía: Indiada, Paisajes ejemplares (1971); Los escritos de Sancho Jimeno (1981, Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia); Simulación de un reino (Obra poética 1965–1995, Bogotá, 1996). Será publicado en la nueva colección de poesía presentada este año por el Instituto Caro y Cuervo ULRIKA 67 |
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AUTORES
GUILLERMO MOLINA MORALES (Zaragoza, España, 1983)
Poeta. Sus principales obras publicadas son Estado de emergencia (Hiperión, 2013) y Epilírica (Hiperión, 2008). Miembro del comité editorial de la revista de poesía Ulrika. Trabaja actualmente como docente e investigador en universidades e Instituciones de Bogotá.
JAVIER NARANJO (Medellín, Colombia, 1956)
Poeta, gestor cultural y docente en áreas de escritura creativa con niños y literatura infantil. Aparte de su trabajo con literatura para jóvenes, ha publicado “entre la luz y la sombra, entre este y otro mundo, entre la extrañeza y cierta clara ambigüedad”, entre otros reconocidos títulos de poesía. Fue director de la Casa de la Cultura de El Carmen de Viboral donde fundó el prestigioso grupo literario SAVIA.
CARLOS ENRIQUE PACHÓN (Villavicencio, Colombia, 1971- 2013)
Narrador, poeta y editor de El Zahir, ganador del Premio Departamental de poesía en 1998, otorgado por el Ministerio de Cultura. En 2004 ganó el Premio Nacional de Poesía organizado por la Universidad Metropolitana de Barranquilla. Libros de poesía: La casa en desuso (2005); El día es inútil (2009); Confesiones de un desencantado (2007) y El mundo engañado (2012).
WILSON PÉREZ URIBE (Santa Rosa de Osos, Colombia, 1992)
Licenciado en Literatura y Lengua Castellana de la UdeA. Escribe poesía y ensayo. Sus textos han sido publicados en Colombia, España y México. Algunas de sus obras son: El amor y la eterna sinfonía del mar (2011), Movimientos (2018); Libro de la mirada (Ed. Pre-Textos), entre otros.
GIOVANNI QUESSEP (San Onofre, Colombia, 1939)
Poeta y ensayista. Ha sido colaborador de prestigiosas revistas y es considerado como uno de los poetas capitales de la segunda mitad del siglo en Colombia. Desde 1992, es Doctor Honoris Causa en Filosofía y letras de la Universidad del Cauca, de la cual es profesor de Literatura. Amplia obra poética publicada, Después del paraíso (1961); El ser no es una fábula (1968), entre otros títulos. Poeta homenajeado por nuestro Festival en 2003.
ROBINSON QUINTERO OSSA (Caramanta, Colombia, 1959)
Poeta y ensayista. Licenciado en Comunicación Social y Periodismo por la Universidad Externado de Colombia. Entre otros títulos de poesía, ha publicado: De viaje (1994); Hay que cantar (1998); El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse (2008); Textos de investigación literaria, de ensayo, compilación Colombia en la poesía colombiana: los poemas cuentan la historia –Premio Literaturas del Bicentenario del Ministerio de Cultura– (Editorial Letra a Letra, 2010). Publicó entre otras importantes obras su libro de juegos literarios La máquina de cantar (El Aguijón Editores, 2015).
VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ (La Habana, Cuba, 1955) Ha publicado dieciséis libros de poesía, casi todos premiados y reeditados, siendo los más recientes despegue (Premio Loewe, Madrid: Visor, 2016); el cuaderno de la rata almizclera (Buenos Aires Poetry, 2017) y enseguida [o la gota de sangre en el nivel] (RIL-Ærea, 2018). Es además periodista, 60
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crítico, traductor y profesor de literatura hispanoamericana en Kenyon College, Estados Unidos.
ÁLVARO RODRÍGUEZ TORRES (Bogotá, Colombia, 1948)
Poeta y traductor. Se desempeñó durante largos años como Asesor Cultural de la Biblioteca Nacional de Colombia. Su trabajo ha sido distinguido con diversos premios. Poeta Homenajeado por el Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Entre sus libros de poesía se citan: Recordándole a Carroll (1981); El viento en el puente (1990); En alabanza del tiempo (1993); El presente recordado (2005); El ver, sumado a lo visto (2010).
GINA SARACENI (Caracas, Venezuela, 1966)
Investigadora, crítica literaria, traductora y poeta. Egresada de la Universitá degli Studi de Bologna, Italia (1990); magíster en Literatura Latinoamericana (1994) y doctora en Letras (Universidad Simón Bolívar, 2001). Es especialista en teoría literaria, literatura de viajes y poesía venezolana contemporánea.
CLAUDIA TRUJILLO (Medellín, 1963) Poeta y Arquitecta. Autora de los libros: Los días sagrados; Extranjera; y Callada escritura. También ha publicado poemas en revistas de literatura y en antologías poéticas, y ha participado como invitada en diversos festivales de poesía. Ganadora del Premio Nacional de Poesía del Museo Rayo (Valle, 2004). Su obra más reciente se titula habitada palabra, libro publicado por la Universidad de Antioquia (2018) FELIPE VÁSQUEZ (Ciudad de México, 1966) Poeta, crítico de literatura y editor. Ha publicado tres libros de poesía: Tokonoma (1997); Signo a-signo (2001) y El naufragio vertical (2017); libros de crítica literaria, ensayos de literatura mexicana, y dos libros de varia invención: De apocrypha ratio (1997) y Vitrina del anticuario (1998). Obtuvo importantes premios Nacionales de Poesía, y Ensayo. Jefe de Publicaciones de la UACM. JORDI VIRALLONGA (Barcelona, España)
Poeta, ensayista, traductor y profesor, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Barcelona y presidente del Aula de Poesía de Barcelona desde su fundación en 1989. Ha publicado, entre otras obras, 20 libros de poesía y aparece en diversas antologías; su obra poética es traducida a diferentes idiomas, publicado y reconocido en Europa y Latinoamérica, con prólogos de los más destacados poetas contemporáneos.
ESTHER ZARRALUKI (Barcelona, España, 1956) Es licenciada en Filología Hispánica y se dedica a la enseñanza. Codirigió la Semana de Poesia de Barcelona durante varios años y ha impartido talleres de poesía en la Escola d’escriptura del Ateneo de Barcelona. Formó parte de la redacción de la revista BarcelonaPoesía080. Ha publicado los poemarios Ahora, quizás, el juego (1982); Cobalto (DVD, 1996), Cerca (2017), entre otros. Sus poemas dialogan con la obra escultórica de Jordi Roura.