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XII JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA «CIUDAD DE BOGOTÁ». EDITORIALES UNIVERSITARIAS CON PUBLICACIONES DE POESÍA ACTUAL EN IBEROAMÉRICA

Editoriales universitarias con publicaciones de poesía actual en Iberoamérica

—Eventos virtuales 2020—

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InstItucIones Instituto Caro y Cuervo (Colombia), Universidad de Antioquia (Colombia), Universidad Autónoma de Nuevo León (México), Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad de Barcelona (España), Universidad Complutense de Madrid (España), Universidad EAFIT (Colombia), Universidad Externado de Colombia, Universidad de los Llanos (Colombia), Universidad de Mar del Plata (Argentina), Universidad Nacional de Colombia, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad Surcolombiana de Neiva (Colombia), Universidad de San Marcos (Perú).

InvItados Argentina: Rodolfo Alonso, Osvaldo Picardo; Colombia: Giovanni Quessep, Jotamario Arbeláez, Álvaro Rodríguez Torres, Robinson Quintero Ossa, Lauren Mendinueta, Claudia Ivonne Giraldo, Clara Mercedes Arango, Doris Elena Aguirre, Samuel Jaramillo, Fernando Linero, Javier Naranjo, Wilson Pérez, Claudia Trujillo, Luz Mary Giraldo, Fabio Jurado, Eugenia Sánchez Nieto, Fernando Herrera, Gustavo Adolfo Garcés, Andrés Céspedes, Órinzon Perdomo, Juan Manuel Espinoza, Guillermo Molina Morales, Carlos Andrés Almeyda, Darío Sánchez Carballo, Henry Benjumea, Pablo Arciniegas, Nicolás Peña, Laura Benavides, Laura Isabel Ramos, Rolando Chaparro, Álvaro Miranda; Cuba: Víctor Rodríguez Núñez; España: Esther Zarraluki, Jordi Virallonga, José Manuel Lucía Megías; Finlandia: Aino Kaisa Huusko; Italia: Emilio Coco; México: Eduardo Langagne, Margarito Cuéllar, Camila Krauss, José Ángel Leyva, Jessica Nieto, Rocío Cerón, Ingrid Bringas, Hernán Bravo Varela, Felipe Vásquez, Ana Alonzo, Luis Flores; Perú: Enrique Sánchez Hernani; Venezuela: Gina Saraceni.

Editar poesía actual en las universidades

POR GUILLERMO MOLINA MORALES

as xii Jornadas Universitarias de Poesía «Ciudad de Bogotá» 2020 nos invitan a pensar en las editoriales universitarias de poesía. El adjetivo «universitarias» no es menor, puesto que nos sitúa en un lugar muy específico dentro del sistema literario. Por este motivo, antes de seguir adelante, sería conveniente esbozar el panorama general en cuanto a editoriales de poesía en Colombia. Con todo, debemos entender que este panorama es solamente una parte de las acciones para la difusión de poesía, que incluyen festivales y lecturas, cursos y talleres, revistas literarias, fanzines, páginas de internet y redes sociales, etcétera.

La situación editorial se puede resumir en tres grupos: editoriales comerciales, independientes y universitarias. Las editoriales grandes publican lo que pueda resultar más rentable, es decir, obras que interesan a un círculo más amplio que el de los lectores habituales de poesía. Por ejemplo, en los últimos años hemos visto aparecer en Lumen (perteneciente a Penguin Random House) las obras completas de autores como María Mercedes Carranza, Piedad Bonnett o Darío Jaramillo Agudelo. Por su parte, Seix Barral (del Grupo Planeta), además de publicar a clásicos como Neruda o Silva, ha apostado por autores más jóvenes que, por su estilo desenfadado, tienen un grupo nutrido de lectores, como Fernando Molano o Frank Báez. Es de notar que todavía no ha llegado a Colombia el fenómeno de la poesía comercial, aunque sí se escuchan los ecos del caso español, que podemos representar con la popularidad de Elvira Sastre.

El segundo grupo, el de las editoriales pequeñas e independientes, es el que realiza la labor más importante para dar a conocer nuevos autores y nuevas obras y, en general, para dinamizar la difusión de poesía a nivel local y nacional. Resulta curioso que la existencia de internet no ha impactado mucho en la proliferación de editoriales, quizás porque todos seguimos de alguna manera creyendo en el aura de la letra impresa. Las editoriales independientes, por el heroísmo de su mera existencia, tienen buena

María Mercedes Carranza. Foto: Monsalve, 2002.

Elvira Sastre. Foto: Patricia J. Garcinuño, Forbes.es.

reputación entre los poetas y lectores. Sin embargo, habría que distinguir entre las editoriales que se preocupan por ofrecer un catálogo arriesgado, coherente y relevante; y aquellas otras, de existencia todavía más precaria, que están pensadas para la promoción de un grupo juvenil de amigos. Toda empresa privada tiene el derecho de editar a quien desee, pero es necesario ofrecer algún tipo de filtro crítico si quiere ser relevante en la esfera pública. Por cierto, ¿sabían que los libros de poesía más numerosos son los auto-publicados?

El tercer grupo, el de las editoriales universitarias, creo que debe pensarse como complemento al sistema literario expuesto, es decir, debe buscar nichos editoriales de pertinencia pública que no sean explorados por los dos grupos anteriores. Un caso de especial éxito en Colombia es el de «Un libro por centavos», de la Universidad Externado, que ha logrado una gran difusión y un catálogo extenso y variado. Esta iniciativa era inédita en el país y, además, hubiera sido difícilmente imaginable en otro tipo de editorial. Existen otras colecciones de poesía desarrolladas desde universidades, de las cuales seguramente darán cuenta las páginas de esta revista. Con todo, la mayoría de editoriales universitarias publican poesía de manera más puntual que sistemática: ofrecen, de cuando en cuando, libros estimables, pero sin un proyecto de fondo.

Más allá de las habituales quejas por la poca relevancia que se le otorga a la poesía «en este país» (aplica a todo país), especialmente «en este tiempo de crisis» (aplica a todo tiempo), el espacio universitario ofrece grandes oportunidades que debemos aprovechar con energía e imaginación. Sobre todo, podemos pensar en la edición de poesía como parte de un diálogo que incluye la formación de lectores, críticos y escritores; aquello que llamamos «investigación» y que, bien entendido, no es otra cosa que tiempo para pensar en la poesía; y la proyección social, que es la búsqueda de formas de comunicación con la comunidad de la que formamos parte y a la que siempre ha interesado la poesía (así sea la poesía popular, la cantada). En definitiva, no se trata (o no se trata únicamente) de sacar libros, ni siquiera de producir libros hermosos de contenidos excelentes, sino de generar lugares de encuentro, aprendizaje y debate.

Seguramente, en las Jornadas vamos a encontrar muchas propuestas en este sentido. Al fin de cuentas, casi nadie piensa que la edición de poesía sea un trabajo instrumental, como puede serlo la fabricación de muebles o la instalación de tuberías. Estaremos de acuerdo en que la edición de poesía forma parte de una visión de la existencia que implica, también, una manera de habitar. Una manera que, por supuesto, nosotros (los interesados en la poesía) pensamos que es necesaria y enriquecedora para todos los seres humanos. Ya «solo» nos falta llevar la noticia a todos los seres humanos. Estamos en ello. 

INSTITUTO CARO Y CUERVO:

COLECCIÓN DE POESÍA «FERNANDO CHARRY LARA»

POR GUILLERMO MOLINA MORALES

as universidades no estamos a salvo de las limitaciones económicas de las editoriales comerciales o independientes, pero tenemos un margen mayor para pensar en la relevancia académica y social. Si la institución, además, es de carácter público, aumenta la responsabilidad de nuestro trabajo en la esfera colectiva. La pregunta, por lo tanto, se hace obligatoria: ¿cómo proponer una colección que favorezca la difusión y el diálogo de la poesía contemporánea con publicaciones necesarias y no exploradas por los otros tipos de editoriales? A continuación, expondremos la respuesta que estamos ensayando desde el Instituto Caro y Cuervo con la propuesta de una colección de poesía que llevará el nombre de Fernando Charry Lara. El nombre, por cierto, no es una cuestión menor, puesto que Charry Lara, además de ser profesor en el Instituto, muestra un importante caso en que se aúnan las facetas de formador, crítico y creador, en la estela de grandes poetas modernos como T. S. Eliot y Octavio Paz.

Como marco general, explicitemos las premisas en las que se concibe el proyecto. Primero, la necesidad de insertarnos en el panorama editorial colombiano sin duplicar las funciones que ya cumplen las editoriales comerciales e independientes. Segundo, la ligazón con la misión institucional (salvaguardar el patrimonio lingüístico y literario de la nación) y con las labores de formación e investigación (en nuestro caso, a través de las maestrías de «Literatura y cultura» y de «Estudios editoriales», así como del proyecto «Poesía en movimiento»). Tercero, el mapa general de la editorial del Instituto Caro y Cuervo, que ya cuenta con espacios, por ejemplo, para la publicación de monografías académicas sobre poesía. Cuarto, la historia editorial del Instituto. La colección «Poesía» publicó, entre 2011 y 2015, las obras completas de poetas que son ya clásicos contemporáneos: Fernando Charry Lara, María Mercedes Carranza, José Manuel Arango, Héctor Rojas Herazo, entre otros. En el campo de la crítica, editó una recopilación de ensayos sobre la obra de María Mercedes Carranza. Por otro lado, cabe resaltar que el Instituto Caro y Cuervo viene publicando, desde hace más de veinte años, antologías de los poetas homenajeados por el Festival Internacional de Poesía de Bogotá.

Participaron en las xii Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá: Álvaro Miranda (leído por Fernando Linero), Jotamario Arbeláez, Giovanni Quessep, Álvaro Rodríguez Torres, Luz Mary Giraldo, Guillermo Molina Morales y Juan Manuel Espinoza (Colombia).

Fernando Charry Lara. Foto: Archivo Casa de Poesía Silva.

Otros destacados poetas contemporáneos publicados por el Instituto Caro y Cuervo: María Mercedes Carranza, Mario Rivero, Rogelio Echavarría, José Manuel Arango, Nicolás Suescún, Darío Jaramillo Agudelo, Miguel Méndez Camacho, Matilde Espinosa, Maruja Vieira, Juan Gustavo Cobo Borda, Víctor Gaviria, Fernando Linero, Evelio Rosero, Luz Mary Giraldo.

Nuestra primera dirección es, precisamente, continuar con la publicación de poetas, principalmente colombianos, que tienen una trayectoria consolidada, pero que no han tenido la ocasión de ver publicada su obra completa. En estos casos, la edición cubre una triple necesidad: reunir materiales dispersos de y sobre el autor, difundir en el foro público su obra y colaborar en el reconocimiento de un poeta relevante. Somos conscientes de que una publicación de estas características, que tiene además el sello editorial del Instituto Caro y Cuervo, ayuda en el proceso de canonización de un autor. El canon, por supuesto, puede y debe ser discutido, ampliado y modificado, pero esta necesidad de discusión no ignora la existencia de unos referentes literarios que los lectores, escritores y críticos del momento tienden a destacar sobre otros. Como siempre sucede en los estudios literarios, no hay forma de cuantificar el aporte de un poeta, pero sí existe la posibilidad de llegar a consensos, precarios y temporales, entre lectores expertos.

La segunda dirección contempla la publicación de recopilaciones críticas que fomenten el diálogo con la poesía contemporánea, principalmente colombiana. Se trata, en definitiva, de lecturas múltiples procedentes de críticos y de poetas que reinterpretan la tradición nacional y latinoamericana, que configuran una crónica del presente poético y que imaginan retos y caminos para el futuro. De esta manera, pretendemos ampliar las posibilidades de lectura de los poemas y, al mismo tiempo, contribuir a la existencia de una crítica literaria rigurosa e imaginativa. Esta misión, por cierto, es especialmente importante para la poesía actual: al igual que en otros aspectos sociales, existe un exceso de producción individual y una necesidad de diálogo y de reflexión. Todos queremos impactar de forma inmediata, pero pocos queremos pararnos a escuchar al otro y reflexionar sobre lo que implica nuestro trabajo en la esfera pública.

La tercera dirección resulta, de alguna manera, una combinación de las dos anteriores. Consiste en la publicación de antologías, pero no de antologías concebidas como promoción de un grupo o como selecciones de «lo mejor de» (eso ya lo hacen las editoriales independientes), sino como ejercicios de crítica colectiva que se disponen en torno de un eje problemático. En este caso, resulta relevante el concepto de «curaduría», es decir, el grupo de expertos que ponen a dialogar las obras de maneras novedosas. Pensemos, por ejemplo, en la reciente reforma en los espacios del Museo Nacional: las salas ya no se disponen por orden cronológico, sino por problemáticas como «Memoria y nación», «Ser territorio» o «Hacer sociedad». Una de las posibilidades que aquí se abren es pensar en un «mapa poético» de Colombia que tenga en cuenta las aportaciones de las regiones, a la manera del famoso Atlas Lingüístico y Etnográfico de Colombia (alec).

Hasta aquí hemos dado una visión bastante ecuánime de la colección. Sin embargo, ningún ejercicio editorial pue-

de considerarse aséptico, y el nuestro tampoco pretende serlo. La colección «Charry Lara» se articula con base en el proyecto de investigación «Poesía en movimiento», que también tiene una vertiente académica (cursos, tesis, artículos, etc.) y una vertiente social (reseñas, ensayos, radio, eventos, talleres, etc., que se articularán en el próximo micrositio web). Como lo indica el nombre del proyecto, no nos enfocamos en todo tipo de poesía, sino en «una corriente definible […] por la búsqueda de la mutación frente al acto de aceptar pasivamente lo heredado» (Octavio Paz). En otras palabras, poesía que desborda los límites tradicionales para conectarse con las problemáticas estéticas y sociales del presente. Se trata de una idea de poesía que seguramente resulta mayoritaria en la Modernidad, pero que no deja de ser sesgada, puesto que pareciera marginar las propuestas que repiten modelos bajo la convicción del carácter intemporal, y casi que sagrado, de la poesía.

«Poesía en movimiento» también sugiere la idea de «mover la poesía», es decir, generar un diálogo crítico con la poesía más reciente y acercarla a los lectores. En este sentido, nos concebimos como un complemento y un apoyo de lo existente. Es decir, se trata de reconocer todos los esfuerzos que se vienen realizando en formación, creación, difusión y crítica de poesía; apoyar dichas iniciativas y darles visibilidad en la medida de nuestras posibilidades; y, finalmente, complementarlas con nuestra propia labor en este ámbito. Para nosotros, resulta fundamental subrayar la importancia de un debate abierto y público que suscite movimiento desde el rigor, la complicidad y el disenso.

En este sentido, importa reconocer la labor del núcleo humano del proyecto «Poesía en movimiento» del Instituto Caro y Cuervo, con un grupo importante de personas que trabajan con entusiasmo, seriedad y, por lo general, ad honorem. La mayoría de ellos son parte de la maestría de «Literatura y cultura», aunque también tenemos el apoyo de la maestría en «Estudios editoriales» y de algunas incorporaciones externas. Personas como Antonio Restrepo, Carlos Medina, Diana Echeverry, Estefanía Rodríguez, Fredy Reyes, Julián Santamaría, Laura Marcela Mateus, María Paz Guerrero, Santiago Erazo, Sebastián Ríos, Tania Triana y Verónica Manosalva. A todos ellos, gracias. 

Nota de la dirección: Nos sumamos a los agradecimientos del poeta Guillermo Molina Morales, incluyendo nuestro reconocimiento al fundamental apoyo que nos han brindado en el proyecto Homenajes del fipb: Carmen Millán, desde la Dirección del Instituto; Juan Manuel Espinoza, desde la Subdirección Académica; sin olvidar a César Buitrago, Clara Ulloa y a los maestros operarios de la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo, en cabeza del señor José Eduardo Jiménez, ya fallecido.

Portada de Homenajes 1992-2012, antología de los veinte poetas homenajeados por el Festival Internacional de Poesía en sus primeras veinte ediciones; libro primero de la Serie Poesía del Instituto Caro y Cuervo.

Álvaro Miranda

(Santa Marta, 1945-Bogotá, 2020)

Testamento de un hombre invisible

Sólo yo en el pellejo azul que aprisiona el cielo, sólo en este jardín de nada que corre por el aire. Nadie me ve entre los mercaderes de la ley. Soy invisible entre los amanuenses del murmullo, entre el desbaratado sueño que gusanea el sueño. Nadie me palpa entre la untada negrura de la guerra: sólo yo entre la ventisca y los senos de la reina.

La mirada del amor

El ojo ama la rosa: cruce entre las ansias de la flor y los vellos de la zarza ardida.

El ojo se transforma en rosa, pétalos en el pezón de la que en apertura del muslo se llama Rosa; labio en el calor del pétalo, beso en la aurora encendida de la cosa.

El ojo ama a Rosa, la rosa en flor que se entrega al ojo: cruce de cuerpos en el momento en que aprisiono mi clavel contra tu rosa.

La prehistoria de la vida

Hay un secreto en cerebro: una lagartija de lapislázuli que en su interior camina como los rayos de la luna. Mueve sus patas como la masa gris que brota de los sueños, zambulle su cola entre los lóbulos cubiertos de las células; ahí hace su nido, el de oro y hojas de plata, el miedo nacido en la prehistoria de la vida. La lagartija en mi cerebro sabe mi nombre y se asusta cuando afuera alguien cobra la cuenta de la luz, del agua, del teléfono y de la vida.

Aquí se dice cómo una tormenta reproduce los días de violencia, esos que estremecen el corazón de las mujeres

Una tormenta moja a dios en las barbas de un chivo. Una tormenta en el fondo del mar y de la noche se torna azul como pata de gallina. En esa tormenta pueden naufragar Las espuelas de la vida, la invisible nada que golpea sus vacíos contra todo. Yo he visto crecer en mi país una negra cabellera de relámpagos que iluminan los cuerpos de las mujeres muertas.

Pesadumbre de un toro

Le han puesto los cuernos al toro; equivocó el potrero, se quedó sin luz, se manchó de sombra su testuz. ¿Fue la ternera de paso andaluz? ¿Fue la de ubre en flor? ¿Fue la ternera en leche, la de mirada en plata en la conquista? ¿Fue la cebú? ¿La casquivana vaca lo dejó cabrón? Toro macho, toro ungido: qué cuernos tienes, qué tristeza cuelga en tu flácida raíz.

Giovanni Quessep

(San Onofre, Sucre, 1939)

El artista del silencio

¿Habría de negarlo? Si soy el último hombre que camina sobre la tierra y habría de negarlo si no hay pájaros que canten una canción en el otoño si no hay otoños si ya ha pasado el tiempo de las estaciones y habría de negarlo si no hay azul a quien decirle mi desconcierto si estoy donde los colores no tienen nombre en el juicio final incesante de los jardines Soy el último hombre que grita sobre la tierra que grita al cielo que se ha ocultado para siempre y habría de negarlo a quién ¿a Dios? acaso Dios es el artista del silencio de tantas hojas que no son o siguen cayendo al abismo y estallan en el aire sucio pero en qué aire.

Profecía

La letra que te escribe en el mar y en el viento termina por ser ellos, dueña del universo.

En cada letra está la profecía del eterno regreso del poema. Tú eres el que vuelve de las fábulas y haces la historia del resucitado.

La hoja seca

La hoja seca suena con el rumor de las praderas antiguas. ¿Quién sabe qué países no conocemos, qué cielos no oímos en su ala profunda? La hoja seca se mueve de nuestras manos a nuestra alma: Caemos en su red de sortilegios y escuchamos el canto del hada de ojos de terciopelo o vemos a la muerte de pie en el umbral de nuestra casa, en el umbral de ciprés donde nos visten de reyes con una túnica y un cetro de palo y nos azotan con ortigas y nos coronan de flores moradas. La hoja seta vuela con esa música de las praderas antiguas que veremos un día bajo el rumor del alba o la noche.

Monólogo de Sherazada

Ya no quiero palabras, sólo un largo silencio. ¿Entre las ruinas quién decide contarse y contar a otros? El desierto nos rodea, las dunas son ardientes. Todo muere de sed. ¿Quién quiere fábulas? Mas, hay alguien que dice, ésta es la luna de las leves almenas, y, a nosotros, perdidos nos olvidan en medio de la peste. Damos gracias a Dios y a Sherazada que recomienza «había una vez un Rey...»

Álvaro Rodríguez Torres

(Bogotá, 1948)

Traducciones

Aún es temprano en la mañana y el viento ha comenzado a soplar entre los árboles también hoy la brisa no encontrará sino los mismos pastos secos y en todos los caminos el mismo polvo levantándose cubriendo la tierra de más tierra sí

todavía es el verano y qué es obstinadamente permanente y en lo alto un jet

volando al noreste

alejándose va haciéndose distancia mientras pienso inevitablemente en aquellos amigos que siguen viviendo allá en donde es lejos pero no más allá de mi memoria

Ya no es la casa hacia el comienzo

como una señal irremediable erguida frente a la hosca constancia del viento aún la vieja casa se levanta penosamente en la colina en donde antaño algunos eucaliptos la aliviaran con su sombra de la indócil fatiga de los días de verano entonces su candor era solamente comparable a su severidad y su sencillez no tenía más que un nombre Buenavista… mas sólo el tiempo prevalece y puede durar siempre mil años y así hoy ante estas ruinas nadie podrá evocar sin amargura aquella antigua evidencia de su fuerza aquellos lejanos días de su historia en los que la serenidad fuera la manera desprevenida y menos distante de su rostro.

El viento en el puente

Esta luz blanca, de gasa, todavía es octubre: tímido o fugitivo el sol se oculta entre las nubes, y todo lo que la mirada encuentra no es más que este disuelto atardecer se extiende la solidez del puente: arcos de piedra que ya duran tres siglos hunden sus pies en la inmovilidad del agua; y hay eucaliptos y aroma de eucaliptos: ninguna otra señal de nobleza que merezca anotarse.

El corazón de un no nacido, el corazón de una ventana sin cristales, tal puede ser lo inquebrantable y nada de eso es el puente. Mas esplendente aún y casi indemne, observándolo prefiero imaginar que en vano la rabia de la fugacidad seguirá fustigando estas piedras; porque sabrá durar tanto como el tiempo; como el río que es el tiempo según la antigua imagen.

Motivos de confianza

En esta noche, en ella sola, ya es mañana. Y aunque desolado a esta hora atiendo la vigilia, no puedo dejar de advertir que también el dolor pasa, como el día, como la sombra cuando alcanza el medio día, ignorante ya, abatido, incapaz de arraigarse o sorprender.

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