Revista de poesía "Ulrika" 17-18

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Aida Alonso (1959) LA MITAD DE LA MAÑANA

La mitad de la mañana. Salgo en medio del desierto. Nada existe salvo mi galope, un enjambre de luces, ruidos, movimientos. No sé cómo todavía conservo la forma de mi cuerpo la extraña circunferencia de mi cabeza. No sé cómo el terror no ha deformado aún mi cara. Un hotel en el acantilado. El acantilado. Un hotel brumoso donde1llguien vivió por mí un pedazo de mi vida. Yo dónde anduve. Jugando a las cascadas, prendiendo serpentinas en los cables, entregando mi vehemencia y cargando. con mis cajas de música las cubiertas de extraños barcos. Hoy me sale al encuentro esta mañana. Hacia abajo el mar, escarcha. Nadie dice.

LOS MURCIELAGOS

Los murciélagos de la noche han saltado hasta mí. Camino la oscura playa, sus graznidos, sus garras prendidas de mi cuello. Estoy sola y es oscuro. Nada para este miedo y el lugar en que me pongo desaparece. Un sobresalto me levanta: son los murciélagos, los murciélagos, en la fría curva de la noche me dejan inmóvil y se van.

Obra poética: Lejana oveja del redil (1989 ).


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