Revista de poesía "Ulrika" 51

Page 1

ULRIKA 51 REVISTA DE POESÍA JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA CIUDAD DE BOGOTÁ

POESÍA Y EDUCACIÓN:

CRÍTICA, PENSAMIENTO Y SENSIBILIDAD

Poesía y ciencia Osvaldo Picardo

Poesía y educación: reflexiones

Margarito Cuéllar, John F. Torres, Carlos López

«Poesía social» y «Canción de autor» Luis Miguel Madrid

La procesión de los paquidermos Jorge Carlos Ruiz de La Quintana

Antología de los poetas invitados



Red de Bibliotecas Red de Bibliotecas del Banco de la República del Banco de la República Asociación Asociación planes planes yy beneficios beneficios NUESTRA NUESTRA RED: RED:

La Red de Bibliotecas está compuesta por la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá y 28 sedes culturales en La Red de Bibliotecas está compuesta por la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá y 28 sedes culturales en igual número de ciudades. Estos espacios prestan el servicio de consulta de libros, revistas y material audiovisual, igual número de ciudades. Estos espacios prestan el servicio de consulta de libros, revistas y material audiovisual, entre otros. Cuentan con salas infantiles, de música, de audiovisuales y salones múltiples. La programación entre otros. Cuentan con salas infantiles, de música, de audiovisuales y salones múltiples. La programación cultural en cada ciudad incluye conciertos de artistas nacionales e internacionales, conferencias y talleres a cargo cultural en cada ciudad incluye conciertos de artistas nacionales e internacionales, conferencias y talleres a cargo de expertos, exposiciones bibliográficas, de arte y versiones itinerantes del Museo del Oro, así como diversas de expertos, exposiciones bibliográficas, de arte y versiones itinerantes del Museo del Oro, así como diversas actividades de promoción de lectura y escritura, entre otros eventos. actividades de promoción de lectura y escritura, entre otros eventos. A través de la página web www.banrepcultural.org/blaa los socios tienen acceso al catálogo completo de la Red de Bibliotecas del ABanco travésdedela laRepública, página web socios tienen acceso catálogo completo la Red de Bibliotecas a lawww.banrepcultural.org/blaa Biblioteca Virtual, a las bases delosdatos especializadas y aalcolecciones de librosdeelectrónicos. El catálogodel Banco de la República, a la Biblioteca Virtual, a las bases de datos especializadas y a colecciones de libros electrónicos. El catálogo contiene más de dos millones de registros, entre libros, revistas, partituras y material audiovisual, entre otros. contiene más de dos millones de registros, entre libros, revistas, partituras y material audiovisual, entre otros. Información adicional con gusto le atenderemos en los 210 0816 o 343 1229 Información adicional con gusto le atenderemos en los 210 0816 o 343 1229

www.banrepcultural.org/blaa · sociosblaa@banrep.gov.co www.banrepcultural.org/blaa · sociosblaa@banrep.gov.co Siguenos en: Biblioteca Luis Ángel Arango @banrepcultural Siguenos en: Biblioteca Luis Ángel Arango @banrepcultural


Ulrika

REVISTA DE POESÍA

Ulrika Editores Licencia Mingobierno No 00918 ISSN 0120-7669

DIRECTOR Rafael Del Castillo M. CONSEJO EDITORIAL Jotamario Arbeláez, Miguel Silva, Luz Mary Giraldo, Genoveva Iriarte E., Juan Gustavo Cobo-Borda, Fernando Linero, Samuel Jaramillo, Robinson Quintero, Evelio José Rosero, Pedro Badrán, Joaquín Mattos Omar, Armando Rodríguez Ballesteros, John Fitzgerald Torres, Federico Díaz-Granados, Leonardo Cano, Andrés Céspedes, Eugenia Gorriño y Rafael Del Castillo. CUIDADO DE LA EDICIÓN Óscar Pinto Siabatto, Fundación El Aguijón.

COLABORADORES COLOMBIA Miguel Méndez Camacho, Darío Jaramillo Agudelo, Isaías Peña, Órinzon Perdomo, Armando Orozco, Eugenia Sánchez Nieto, Luz Ángela Caldas, Sara Del Castillo, Gloria Luz Gutiérrez, Fabio Jurado, Maruja Vieira, Rafael Berrío, Ernesto Durán Strauch, Giovanni Gómez, Óscar Pinto Siabatto, David Reinoso, Roberto Puentes, Darío Sánchez Carballo, Dufay Bustamante y Julio César Rodríguez Bustos. ARGENTINA Rodolfo Alonso, Paulina Vinderman, Marcos Silber, Daniel Samoilovich, Jorge Ariel Madrazo. BRASIL Affonso Romano de Santana. COSTA RICA Rodolfo Dada, Oswaldo Sauma, Norberto Salinas, María Montero y Nerina Carmona. CUBA Pablo Armando Fernández, Efraín Rodríguez Santana, César López. CHILE Eduardo Llanos, Jaime Quezada, Tomás Harris, Teresa Calderón, María Inés Zaldívar. ECUADOR Edwin Madrid, Iván Oñate, Iván Carvajal. ESPAÑA Luis Miguel Madrid, Jesús Munárriz, Jordi Virallonga, Rodolfo Hasler, Eduardo Moga, Sergio Laignelet, Juan Pablo Roa. ESTADOS UNIDOS Armando Romero, Fabián Sánchez Molina, Juan Carlos Galeano, Eduardo Chirinos, Mercedes Roffé. MÉXICO Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva, Margarito Cuéllar. PERÚ Ricardo Silva Santisteban, Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani. URUGUAY Washington Benavides, Rafael Courtoisie. VENEZUELA Juan Calzadilla, María Antonieta Flores, Enrique Hernández D’Jesús. CONSEJO ACADÉMICO Leonardo Cano, Andrés Céspedes, Taller de Creación Poética UPN (Subdirección de Bienestar Universitario Universidad Pedagógica Nacional. Red de Talleres del Ministerio de Cultura) DIRECCIÓN DE ARTE Gustavo del Castillo M. DIAGRAMACIÓN Vanessa Yepes S. IMPRESIÓN:

Precio al público: $12.000.oo Los trabajos firmados se publican bajo la responsabilidad de sus respectivos autores, sin implicar necesariamente a la revista.

www.poesiabogota.org info@ poesiabogota.org

Las VI Jornadas Universitarias de Poesía obtuvieron la «Beca para el fortalecimiento a proyectos artísticos con impacto distrital o local de entidades sin ánimo de lucro».

CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE SECRETARIA DE EDUCACIÓN


Contenido 4

EDITORIAL

Nunca suficiente. De las VI Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá RAFAEL DEL CASTILLO

5 POESÍA Y EDUCACIÓN: CRÍTICA, PENSAMIENTO Y SENSIBILIDAD

6 8 14 18 22 28 34 38

Mi coartada: la poesía. Palabras al recibir la Decanatura de las VI Jornadas Universitarias JOTAMARIO ARBELÁEZ

Una posible síntesis terrestre. [Poesía y ciencias] OSVALDO PICARDO

Poesía y educación, una i-rreflexión JOHN FITZGERALD TORRES Poesía y educación: puntos de convergencia MARGARITO CUÉLLAR Nos queda la palabra. De la «Poesía social» a la «Canción de autor» en España LUIS MIGUEL MADRID La procesión de los paquidermos: una breve disquisición sobre poesía y cultura JORGE CARLOS RUIZ DE LA QUINTANA De la sofisticación, de la poesía, de la vida universitaria DARÍO SÁNCHEZ CARBALLO Poesía y educación: sobre el relato originario CARLOS LÓPEZ

41 ANTOLOGÍA DE LOS POETAS INVITADOS A LAS VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Armando Romero, Carlos López, Margarito Cuéllar, Elkin Restrepo, Jotamario Arbeláez, Luis Miguel Madrid, Osvaldo Picardo, Darío Sánchez Carballo, Jorge Carlos Ruiz de La Quintana, Georgia Kaltsidou, Fernando del Castillo, Maricruz Patiño, John Fitzferald Torres, Adela Ferrer, Claramercedes Arango

59 RESEÑAS: AL FILO DE LA HOGUERA 62 ÍNDICE DE AUTORES ÓSCAR PINTO SIABATTO


EDITORIAL

Nunca suficiente

De las VI Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá n POR RAFAEL DEL CASTILLO La relación entre poesía y educación ya había sido abordada en estas páginas (Ulrika 49), desde el despliegue independiente pero paralelo de cada una hacia prácticas connaturales a la condición humana tales como el pensamiento, la crítica y el ejercicio entrañable de la emotividad creativa. La educación como postura crítica frente a la realidad y la poesía como pensamiento: los talleres, la universidad confrontada, la cultura en su praxis más dinámica... Sin embargo, y sobre la base de que todo ello constituye una veta inagotable, se hizo necesario un segundo certamen y un segundo número de Ulrika para cubrirla. Como habíamos planteado, poesía y educación, si bien en primera instancia pueden considerarse divergentes o incontrastables, desde una perspectiva debidamente sopesada, o más humana, o más inteligente, resultan ser ambas caras de una misma moneda; o en palabras más afines al «rigor académico», podría decirse que poesía y educación son entelequias cuya condición hipostática las haría sujetos de serias reflexiones a partir de una ontología del conocimiento. Pero, recapitulemos, para que no se vaya a creer que por apelar a esa terminología se nos fueron las luces durante el certamen: para conjurar la dramática afonía propia del discurso «profesoral» mal entendido, para darle frescura a un programa que podría correr el peligro de volverse un calco de aquellas prácticas que, en lo que toca a las letras y a las humanidades, dan como resultado esos, casi siempre sospechosos, títulos doctorales, decidimos iniciar nuestras Jornadas Universitarias concediendo la Decanatura de las mismas al poeta Jotamario Arbeláez (sus palabras de posesión constan también en estas páginas). ¿Y por qué a Jotamario?, se preguntará el desprevenido lector. Pues porque él representa de manera ostensible la tesis central de que el compromiso con 4

| ULRIKA 51

la palabra poética radica no en la obligación o en los formalismos (imperativos académicos), sino más bien en el amor, la complicidad, el canto, la búsqueda de espectros estéticos auténticos, personales; la solidaridad o el respeto por la condición humana (imperativos poéticos, vocación de comunicación). En esta oportunidad, además de la educación, la poesía y las artes en general, entran en juego más puntualmente la «ciencia», lo místico, el «compromiso social» y la «cultura», de la mano de poetas como Osvaldo Picardo, Carlos López, Jorge Carlos Ruiz de La Quintana, Luis Miguel Madrid, John Fitzgerald Torres, Darío Sánchez Carballo y Margarito Cuéllar. Estos (Ulrika 51) y aquellos (52), animados todos por esa ya emblemática frase de Nicanor Parra: «La poesía es tan importante que no podemos dejarla solamente en manos de los poetas». Desde páginas como estas es necesario celebrar la poesía, pero ello no basta; por eso se emprenden aventuras como las aquí registradas, como estas VI Jornadas Universitarias de Poesía, y sin embargo los auditorios con sus juiciosas filas de sillas y sus micrófonos y sus guardas de seguridad, no nos bastan. Así que la sacamos a la calle o a los parques y la llevamos a las tabernas y a los bares, pero eso tampoco nos basta. Le cantamos a la poesía también con los estudiantes y con los profesores, y con los transeúntes extrañados haciéndole coro a los intérpretes de la banda musical de las Jornadas: Adela Ferrer, Fernando Del Castillo y Marilú Chani, pero, como diría César Vallejo desde su hermoso poema «Las ventanas se han estremecido», «¡cosa verdaderamente asombrosa!», sumado todo, esto aún no basta. Se hace necesario pues, se hace imperativo, volver en 2015 a cantar en otras Jornadas (ya las séptimas) y a aplicarnos en componer el Festival Internacional de Poesía de Bogotá (ya el vigésimo tercero). Por lo pronto, además de las ponencias leídas durante el más reciente emprendimiento de esa justa que hemos llamado poesiabogota, van los poemas de sus principales invitados. 


Darío Sánchez Carballo

Margarito Cuéllar

Osvaldo Picardo

Poesía y educación: John Fitzgerald Torres

crítica, pensamiento y sensibilidad

Jorge Carlos Ruiz

Carlos López

Luis Miguel Madrid ULRIKA 51 |

5


POESÍA Y EDUCACIÓN

Mi coartada: la poesía

Palabras de Jotamario Arbeláez al recibir la Decanatura de las VI Jornadas Universitarias de Poesía

Con la poesía me acuesto y con la poesía me levanto, y comenzamos a apostar quién paga la pieza. Cuando fui hippie, la poesía me trababa más que el hachís. Cuando le robaron las elecciones al general Rojas Pinilla, me vine de Cali con la poesía a denunciar el entuerto y a no dejar posesionar a Pastrana, escribiendo con Elmo Valencia El libro rojo de Rojas, que publicamos en papel que no servía para armar baretos, como el de Mao, y supusimos que tendría tantos electores como sus millón seiscientos mil electores, pero no contamos con que los anapistas eran en su mayoría analfabetas, y no nos liquidó el editor, cosa que debemos agradecerle, y parece que al general lo transaron con una suma igual a la que debieron haber sido nuestros derechos. En mi hoja de vida que circula por internet dice que participé en la campaña presidencial del doctor Belisario, pero no recuerdo en cuál de sus cuatro intentonas. 6

| ULRIKA 51

Con la poesía asistí a mi oficina publicitaria y era ella quien me hacía los eslóganes mientras que yo rendijeaba a las modelos del casting. Cuando estuve en la gobernación, la poesía me salvaba del «miti-miti» y de las acechanzas de la Contraloría. No hay día de mi vida en que no haya pronunciado la palabra poesía para dar gracias por el alimento en la mesa y por el vino en la otra mesa, vino que por más que se escancia nunca escasea, como sucedió cuando las bodas de Cristo. La poesía me sirvió como chaleco antibalas cuando iba a cenar a Las Ojonas con el pintor Pedro Alcántara, quien era parlamentario por la Unión Patriótica. Uso la poesía como champú para mi cabellera restaurada y como condón cuando decido arrojar dos canas al aire. Con la poesía soborno a los «chupas» cuando desfloro un semáforo. Me sirve la poesía de coartada cada vez que cometo un crimen perfecto.


JOTAMARIO ARBELÁEZ

Cuando hablo en verso, los agentes secretos dejan de chuzar mis llamadas. Hago canje por versos con el electricista y el marquetero, con el colegio de mis hijos y con la vendedora de chontaduro. Quienes me desclavaron un día de la cruz por poco poeta y me birlaron el Inri han querido restituirme, pero crucificándome por el envés para que nadie me adore. Sin embargo, hay todavía amigos e instituciones queridas que me rescatan de los repetidos e inmerecidos calvarios, y a ellas quiero expresarles mi gratitud hoy: a Rafael del Castillo y sus impecables Jornadas Universitarias de Poesía; al directivo, profesor y poeta Órinzon Perdomo; a la profesora Patricia Brion, directora de Bienestar Universitario de la Universidad Pedagógica Nacional; a la profesora Cecilia Castillo, quien timonea esta mesa. A ellos, y a todos los presentes, dedico mi poema «Venganza china»: Los agentes secretos que me perseguían están ahora en las mismas cárceles donde pensaban guardarme Las novias que me abandonaron están casadas con zarrapastrosos La agencia de arrendamientos que pretendió entablarme juicio de lanzamiento fue cerrada por el gobierno Los empresarios que rechazaron mi solicitud de empleo han visto quebrar sus negocios El pisaverde que perjudicó a mi hermanita en una piscina se ahogó en Juanchaco Los profesores que me hicieron perder el bachillerato se han puesto verdes viendo en el pequeño diccionario editado en francés por Monsieur Larousse en la letra A Arbeláez, Jotamario, Cali, 1940. Poeta.

SOBRE LAS RELACIONES ENTRE EL POETA Y EL LECTOR 1. Al poeta le falla primero el lector que el micrófono, el lector es el verso infalible de todo poema. Pueden existir poemas sin firma, o sea, sin autor, pero

no sin lector. Un poema sólo se vuelve tal cuando se le lee. 2. No entiendo a esos poetas que dicen que escriben para sí mismos, pues el producto de su trabajo se les queda a la mitad del camino. 3. En un país donde hay más poetas que lectores de poesía, y ni los poetas se leen unos a otros, ¿cómo queremos que los editores se interesen por publicar poesía? Habría que proponerse que haya menos poetas y más lectores de poesía, así sean los mismos poetas. 4. Puede decirse que el poema es una asociación en la que participan por igual el que lo escribe y el que lo lee. No todos los lectores reciben de igual manera el poema, que por lo general viene preñado de guiños y referentes culturales que unos perciben más que otros. El poema es una especie de adivinanza para el lector. Una vez, ante un público de niños, les leí mi poema «Después de la guerra»: Un día después de la guerra si hay guerra si después de la guerra hay un día te tomaré en mis brazos un día después de la guerra si hay guerra si después de la guerra hay un día si después de la guerra tengo brazos y te haré con amor el amor un día después de la guerra si hay guerra si después de la guerra hay un día si después de la guerra hay amor y si hay con qué hacer el amor. Y seguramente el más avanzado de la clase se levantó y gritó: «El pipí». 5. Podemos pues decir que la poesía vive del lector que le da existencia, como también el poeta que le asigna sobrevivencia; sobre todo cuando el lector compra el libro.  ULRIKA 51 |

7


POESÍA Y EDUCACIÓN

Una posible síntesis terrestre [Poesía y ciencias] n POR OSVALDO PICARDO

8

| ULRIKA 51


OSVALDO PICARDO

Lamia, el «breve» poema de Keats, tildó a la ciencia de fría y opuso tácitamente su apasionamiento al suscitado por la poesía. John Keats (izquierda, 1795-1821, retrato de William Hilton de fecha desconocida) e Isaac Newton (derecha, 1642-1726, retrato de Godfrey Kneller de 1702).

¿Qué tiene un poeta para decir de las ciencias? ¿Qué puede decir un científico de la poesía? En esas dos preguntas se pueden resumir algunas de las muchas razones por las que hemos ido abandonando el delicado y viejo diálogo; tan viejo y persistente que para un lector curioso no será nada difícil de verificar, desde el antiguo poeta Lucrecio al contemporáneo escritor Hans Magnus Enzensberger, atravesando una vastísima región poblada por la ciencia ficción y la divulgación científica. Uno de los primeros autores que yo recuerdo sobre este tema fue Aldous

Huxley quien publicó en 1963 Literatura y ciencia, dos meses antes de morir de un cáncer que le había afectado la lengua. Exponía ahí un análisis del conflictivo debate entre el mundo de las humanidades y el de las ciencias, aquello que otro científico y narrador, C.P. Snow, había llamado unos años antes el problema de «Las dos culturas»1. Huxley, por su lado, advertía que «la condición previa de cualquier relación fructífera entre literatura y ciencia es el conocimiento». Lo hacía preocupado por encontrar alguna conciliación posible entre la postura del «mundo objetivo» y racional con la del «mundo de la vida», amenazado por la industrialización y la biotecnología. Desde una posición de escepticismo radical hasta un riesgoso misticismo científico (o no tanto), Huxley cae indudablemente en errores reduccionistas que en su novela La isla (1962), como contracara de Un mundo feliz, le abre la puerta al movimiento de la «New Age», entre otras variantes de la religiosidad contemporánea. Desde entonces han venido sucediéndose innumerables trabajos en los que no se disimulan los intentos reduccionistas que se prestan a la mala interpretación, tanto de las ciencias como de la misma poesía, cuando una u otra se atreven a profanar sus respectivos santuarios. Muchas veces citados, los versos de «Lamia», ese largo poema que John Keats escribió hacia 1820, representan un extraordinario ejemplo.

1 En mayo de 1959, C. P. Snow dictó en Cambridge una conferencia en la que desarrolló la noción de «las dos culturas» para aludir a la creciente separación entre los saberes de los científicos y los saberes de los humanistas. C. P. Snow reconocía la dependencia cada vez mayor de la civilización respecto del desarrollo científico, pero también afirmaba la fractura creciente entre los dos saberes a lo largo del siglo xx. En la segunda edición de 1963, Snow agregó un nuevo ensayo –«Las dos ULRIKA 51 |

9


POESÍA Y EDUCACIÓN

Richard Dawkins, zoólogo y académico de la Universidad de Oxford, publicó hace unos diez años su libro Destejiendo el arco iris en el que hace un raro homenaje al genio sensible de Keats y en especial a este poema, de donde procede su título. Dawkins, así como muchos científicos contemporáneos, tiene una ambiciosa formación que le ha permitido gozar de las virtudes de la literatura, tanto como de las ciencias, hasta haberse vuelto él mismo un escritor de varios libros como, por ejemplo, el incómodo y vendidísimo Gen egoísta (1976). En el prólogo de Destejiendo… afirma, sin la menor duda, que el poeta inglés «creía que Newton había destruido toda la poesía del arco iris al reducirlo a los colores prismáticos» y, de inmediato agrega: «no podía estar más equivocado, y mi propósito es guiar a todos aquellos que se sientan inclinados como él hacia la conclusión opuesta. La ciencia es, o debiera ser, una fuente principal de inspiración poética…». Estamos ante una de esas lecturas que producen cascadas de opiniones y se transforman en estereotipos repetidos hasta el cansancio. No es justamente por «Lamia» que recordamos a John Keats. Ni tampoco fue aquella la única réplica anticientífica del romanticismo contra el positivismo racionalista del siglo xix. Pero, sobre todo una parte del poema se ha vuelto una cita obligada para tratar la tradicional oposición entre ciencias y poesía. Ese fragmento es el que sigue:

¿No vuelan todos los encantos con el simple toque de la fría ciencia?2 Había una vez en el cielo un tremendo arco iris; ya conocemos sus cimientos, su textura; forma parte del aburrido catálogo de las cosas comunes. La ciencia puede coser las alas del Ángel, conquistar todos los misterios con reglas y líneas, vaciar al aire de su hechizo y a los gnomos de sus tesoros, destejer un arco iris, como hace poco hizo que la tierna Lamia se fundiera en una sombra…

Julio Cortázar, que tiene un personalísimo libro sobre John Keats, ha dicho irónicamente que este poema es breve: sólo 700 versos. Se trata de «un cuento en verso» muy propio del gusto del público de aquel tiempo. Vale la pena resumir la trama. Lamia es un ser mitológico, una ninfa con la sugerente forma de una mujer y también de una serpiente. Este dulce monstruo, según cuenta el poema, logró que el dios Hermes le diera forma humana. Y Lamia va de Creta a Corinto en busca de Licio, de quien está totalmente enamorada. Sin embargo, la relación entre Licio y Lamia está amenazada y finalmente será aniquilada por Apolonio de Tiana, el maestro filósofo de Licio. Es innecesario decir que Dawkins no sólo ha leído en clave, sino que además corrobora lo que había explicado con una deslumbrante erudición M.H. Abrams

culturas y un segundo enfoque»– en el que anunciaba «una nueva tercera cultura» que habría de tender un puente. En efecto, otros científicos comenzaron a popularizarse en la historia o la filosofía de la ciencia antes que en los respectivos campos científicos en los que se habían formado, pensemos en los casos de T. S. Kuhn o de M. Bunge. Tal vez el mayor fenómeno en ese sentido ha sido, en las últimas décadas, el auge de la divulgación científica, que recibió una promoción editorial equivalente a la de las estrellas literarias, así fueron apareciendo los trabajos de autores como C. Sagan, S. Hawkins, S. J. Gould, entre otros. 2 Me tomé la libertad de traducir «philosophy» por ciencia teniendo en cuenta el contexto cultural y que recién en 1840 William Whewell, en el prefacio a The Philosophy of the Inductive Sciences, generaliza el empleo del término «scientist» y se certifica realmente la separación entre Filosofía y Ciencia, cuya brecha ya se había abierto en el siglo xvii. Desde entonces, la figura de los que habían sido considerados como filósofos naturales –Newton, Lavoisier o Lyell, por mencionar algunos– desaparece para dar paso a la figura del científico.

10

| ULRIKA 51


OSVALDO PICARDO

en su clásico libro El espejo y la lámpara de 1953: «Al sostener que Newton ha destruido toda la poesía del arco iris al reducirla a los colores del prisma, Keats incurre en una falacia, la de que, cuando un fenómeno perceptual es explicado correlacionándolo con algo más elemental que él mismo, la explicación desacredita y reemplaza la percepción…». Pero también es necesario saber, como nos aclara Abrams, que la contextualización histórica de estos debates y conflictos entre la visión del poeta y el riguroso escrutinio científico suscitaron la cuestión no simple de la supervivencia de la poesía. Hasta el conocido John Stuart Mill tuvo algo que decir entonces. El utilitarismo racionalista opuso la poesía a la verdad y alimentó la sospecha de que ninguna persona civilizada podía escribir o gozar de la poesía «sin una cierta falta de salud mental». Seguramente más de uno de mis amigos poetas podrían corroborar que esto no está lejos de la verdad; pero volviendo a Keats, no deja de ser algo ofensivo y hace entrever algo más que la falacia anticientífica. Son demasiadas las citas críticas que la poesía de todos los tiempos ha forjado contra las ciencias. Y, por supuesto, no

dejaron de tener su respuesta desde el otro lado. Hay una anécdota, si no verdadera, al menos famosa, que cuenta una charla entre dos hombres de ciencias: uno era Julius Robert Oppenheimer, el padre de la infausta bomba atómica, y el otro Paul Dirac, que con sólo 31 años obtuvo el Premio Nobel de Física y anticipó la existencia de la antimateria. Ambos estaban estudiando, bajo la supervisión de Max Born, en la Universidad de Gotinga. Oppenheimer, sorprendido de que Dirac escribiera alguno que otro poema, no podía entender cómo alguien que trabajaba en los límites de la física podía simultáneamente escribir poesía. Según parece, el tímido y callado Dirac le contestó con un juego de palabras: «En ciencia uno intenta decir algo que nunca nadie supo antes, de una manera en que todos lo puedan entender. En poesía es exactamente al contrario». Sin entrar a debatir qué cosa entiende Dirac por «poesía», la broma, muy citada en el ambiente científico, deja al descubierto una dificultad para entender uno y otro universo cultural. Al menos en este caso, la diferencia estaría del lado

Richard Dawkins en 2010, autor de Destejiendo el arco iris y del Gen egoísta. FOTO: DAVID LEVENSON/ GETTY IMAGES

ULRIKA 51 |

11


POESÍA Y EDUCACIÓN

A la derecha Julius Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica, y a izquierda Paul Dirac, uno de los padres de la mecánica cuántica y quien previó la existencia de la antimateria.

12

| ULRIKA 51

del uso del lenguaje, en lugar de desestimar a un sector en beneficio del otro. Dirac reconoce la complejidad que existe entre lo conocido y lo desconocido, y siempre –como un buen matemático– la complejidad está en proporción directa con sus modos de expresión. La poesía, por lo tanto, produce el extrañamiento de lo familiar y de lo conocido, como pensaba Shelley; mientras que las ciencias, en procura de la demostración de sus teorías, terminan volviendo familiar lo desconocido. Desde hace mucho, los científicos serios y los escritores no se llevan nada bien. Unos y otros parecen mirarse con recelo y desconfianza, aunque ninguno de los dos ha podido divorciarse. Este conflicto podría dibujarse con una línea de tiempo comenzando en Platón, que expulsó a los poetas de su República, hasta los debates de fines de la década del noventa del siglo xx, sobre «las imposturas intelectuales», cuando Alan Sokal y Jean Bricmont reaccionaron –hasta con una burla famosa– contra el abuso del lenguaje científico que venían haciendo pensadores y críticos literarios tales como Lacan, Kristeva, Latour, Baudrillard, Deleuze, entre otros.

En el capitalismo tardío, el lenguaje de las ciencias ha sido numerosamente sacado de su contexto y manipulado caprichosamente; así se instaló una mirada relativista en que las teorías científicas no serían sino un constructo social tan variable como el contexto del que emergen. No fue raro, entonces, que Sokal asumiera el protagonismo de una comunidad que, no sólo exigía una reparación, por cierto algo exagerada, en sus derechos de propiedad, sino que también acusaba recibo de las múltiples contradicciones entre su práctica diaria y su representación social. Una de las causas y razones históricas de esas múltiples contradicciones no habría que buscarla demasiado lejos de la misma época en que Oppenheimer y Dirac se encontraron en Gotinga: apenas unos años después de aquella anécdota que acabo de referir, se puso en marcha el secreto y luego penoso Proyecto Manhattan. Con eso se dio inicio a la pesadilla atómica y a los genocidios de Hiroshima y Nagasaki. Como vemos, el problema tiene sus vueltas y no puede reducirse respectivamente a los límites de la subjetividad o de la objetividad. Mucho menos a los prejuicios supersticiosos que oculta el fascinante «velo de Isis», ese velo del que hablan Novalis o Schiller y con el que cubrir la verdad resultaría mejor que desnudarla. Los misterios de la naturaleza, si son reales, no pierden su enigmática e inquietante belleza cuando se intenta conocerlos. La explicación científica también puede llegar a sumarse a la intensidad plena de la poesía. La espiral logarítmica que entrama el caparazón de un nautilus es al mismo tiempo la forma de los brazos de las galaxias tanto como de los pétalos de una rosa. Esa magia de la simetría fue contemplada por un matemático italiano del siglo xiii, Fibonacci, y en su idioma de signos y cifras demostró la correspondencia entre


OSVALDO PICARDO

el reino abstracto de la matemática y la palpable realidad de la naturaleza. Podría abundar en ejemplos, pero voy a citar uno que fue, si no el primero, el que mejor me marcó con esa otra dimensión de la belleza. Me refiero al poeta argentino Joaquín Giannuzzi. Él tiene un poema cuyo título es la fórmula de Einstein: e=mc2 (energía igual a masa por velocidad al cuadrado). Imagina a Einstein como cualquier hombre, abriendo la ventana de su casa una noche de verano, y a partir de esa situación, comienza a reflexionar: El universo era demasiado aún para un hombre como él. Qué difícil meternos en el cerebro; los delicados muros del cráneo le rompía, estremeciendo los agudos, dramáticos finales de los restantes huesos. Extrañamente en ese andar había leyes, pero la Ley era un escándalo secreto una remota lucidez cuyo sentido estaba huyendo desde cualquier lugar hacia ninguno. Se reveló, no obstante, por gracia de ese hombre que abría su ventana hacia la noche una posible síntesis terrestre: cabía en cuatro cifras tan culpables que hacían sospechosa la inasible profundidad del cielo: la muerte quedaba desde entonces liberada como esencial finalidad del cosmos.

La poesía puede beber de las fuentes de la ciencia y asombrarse no sólo de la equivalencia entre masa y energía, sino de cómo la cabeza de un hombre determina «una posible síntesis terrestre», por la que las condiciones de la época cambian para siempre. Cuando las lenguas y las culturas logran una suerte de amistad y equivalencia suplementaria, cambia el mundo que cabe

entero adentro del lenguaje: el mundo lingüístico de Ptolomeo, fijo, único y finito, no es el universo de Galileo construido de las lenguas europeas que se reflejan la una en la otra y que son capaces de encerrar los siete anillos de Saturno sumado al universo del Quijote. Ni hablar entonces del cambio inconmensurable que va desde el paradigma de Newton a la Máquina de Dios. Es impensable hablar de cultura sin involucrar los contenidos de la ciencia. La influencia que proviene del ámbito científico, sus efectos sobre nuestras existencias simplemente pueden comprobarse cuando entregamos el cuerpo y el alma al sillón del odontólogo o a las manos de un cirujano. Creo que se pueden establecer relaciones profundas entre las ciencias y la poesía, sin caer en el error de una poesía cientificista al tono de Erasmus Darwin o del neoclasicismo americano de Andrés Bello. No existe una metodología científica para escribir poesía, por mucho que la poesía explore, experimente, investigue, estudie, etc. Cada poeta, en este sentido, funda su propia ciencia y recorre de uno a otro lado el viejo y frágil puente del arco iris. 

Joaquín Giannuzzi

ULRIKA 51 |

13


POESÍA Y EDUCACIÓN

Poesía y educación,

una i-rreflexión n POR JOHN FITZGERALD TORRES

La connotación institucional que implica el término «educación» parece excluir de plano cualquier tentativa que suponga el libre discurrir del individuo o de lo sociedad, y acude de manera insistente a la organización, sistematización, normalización, aconductamiento, verificación y consolidación del proceso dialógico permanente que se establece entre los individuos y el conocimiento del mundo que los contiene y los determina. De manera vertical su idea se erige en el seno de toda sociedad –al menos en las occidentales– como el guardián de la comunidad, como el garante de su cultura y de su desarrollo, como salvaguarda de su pasado y de su futuro, de su permanencia en el contexto de las civilizaciones. El término así entendido implica la supervivencia exitosa de tal sociedad frente al discurrir azaroso de los tiempos, y ofrece a cada uno de los individuos que la integran una suerte de tranquilidad a crédito con base en la incorporación social como actor útil y verificable en tanto adicione sus esfuerzos a los derroteros trazados por un acuerdo tácito del que, ha sido siempre así, sólo muy pocos participan. Y en dicho acuerdo la idea institucional de «educación» comporta un diseño ajustado a la conveniencia de dichos pocos y a la subyugación consuetudinaria de aquellos muchos. Cualquier sugerencia en contravía, cualquier impertinencia que atente contra 14

| ULRIKA 51

dicha entidad institucional se configura en el riesgo probable de agrietamiento. Más tarda en aparecer una alternativa nueva en algún sentido –bien en las prácticas, bien en los saberes, bien en las concepciones– que en levantarse el ejército de celosos guardas a desmantelar presurosos la insólita propuesta. A lo largo de las últimas décadas, decenas de planteamientos oxigenantes se han visto proscritos como leprosos en todos los rincones de nuestra geografía –la grande y la más pequeña–, y sus exponentes controvertidos y desestimados. Bástenos nombrar como ejemplos la pedagogía comprensiva, la investigaciónacción participativa, las prescripciones del pensamiento complejo o las aplicaciones de la teología de la liberación. El paquidermismo implícito en los procesos educativos –la lentitud propia de la incorporación de saberes y prácticas a través y mediante el tamiz generacional (claustros altamente tradicionalistas con docentes maniatados que imparten saberes anquilosados a través de pedagogías obsoletas que niegan las características del individuo sobre las que recaen)– pesa redoblado en los movimientos probables de la educación bajo el entendido institucional. Por demás, un modelo mastodóntico diseñado, como ya se dijo, para preservar un cierto orden y un cierto sometimiento. De ahí que cualquier alegato en cualquier sentido dirigido a los detentadores


JOHN FITZGERALD TORRES

Variación de una caricatura de Thomas Nast. Tomada de Paine, Albert Bigelow, Th. Nast: His Period and His Pictures, Nueva York, Macmillan Company, 1904.

del modelo se resuelva lánguidamente en una especie de grito en la oscuridad bajo la tormenta recia en medio del océano. Pedir a los rectores de la institucionalidad –entidades gubernamentales de diseño, evaluación y verificación, y a sus sucedáneos privados– remozar en alguno de sus ángulos la mole diseñada es básicamente una necedad y francamente una tontería. Las instituciones educativas mismas, cualquiera sea su calado o su ruta, deben convalidar su actividad y justificar su existencia a la luz de dicho perfil a riesgo de ser sustraídas de las oportunidades que caracterizan el mercado del conocimiento (por darle un nombre medianamente

respetable) o sencillamente segregadas por el usuario mismo del servicio (el padre de familia, el estudiante, el docente mismo y demás) que no suele arriesgar sus escasas alternativas en apuestas de antemano perdidas. De otra parte, son prácticamente inexistentes dichas apuestas hoy, al menos en nuestro entorno más inmediato. Por otro lado, la recurrencia de los saberes ordenados en estructuras convenidas globalmente y convalidadas por la experticia de los más diestros y capaces –acopiados en los consabidos thesaurus que sirven de referencia para cualquier carga de contenido educativo– establecen ULRIKA 51 |

15


POESÍA Y EDUCACIÓN

condiciones de relación específicas dirigidas a una concepción del mundo catalogada de antemano como verdadera y cierta. Y por su lado, el ejercicio docente –sujeto igualmente a unas directrices amañadas y empobrecedoras, en un contexto condicionado– encuentra su corsé en prácticas pedagógicas desestimulantes, reiterativas, censuradoras, adoctrinantes y sesgadas, acordes perfectamente con la lógica inmóvil del paquidermo institucional. Y a todas estas: ¿qué con la poesía?, ¿con esa posibilidad que ella confiere de encontrar en el mundo conocido precisamente sus grietas y sus fisuras? ¿Qué con esa acción relativamente peligrosa para cualquier orden institucional porque abre las puertas a la crítica, la duda, el descreimiento y la mirada que recela de todo lo preconcebido? ¿Qué de esa señora que exhibe sus encantos más turbios en medio del espejeante salón de las reuniones de la imaginación? ¿Qué con esa suerte de subvertidor soterrado que suele deslizarse como un virus íntimo por el entramado nervioso de una sociedad? Pues que precisamente por todo lo que ostenta, a conciencia o no de sus escribas, no encuentra allí acomodo alguno. Ni siquiera en los escenarios formales en las que se le disecciona y estudia. A la pobre se le escatima cualquier participación en las aulas por su tenor desmañado, sus atavíos impertinentes, su mácula de inoportuna, su fama de inútil, su insuficiencia de cordura, su gesto lacrimógeno, sus devaneos impúdicos, su curiosidad insatisfecha, su arrogancia imprevista, su velo pendenciero, su actitud insumisa… con semejantes atributos no hay institución, aula o docente que fácilmente se la soporte o justifique su presencia. Y sin embargo, la aridez de los escenarios educativos pareciera no resentir otra cosa, más aún en estas épocas en 16

| ULRIKA 51

las que se reclama el sentido meramente pragmático de la institución y se arremete sin escrúpulo contra cualquier atisbo humanista o estético. ¿Valdrá de algo el argumento de que todo proceso educativo implica necesariamente un proceso creativo, es decir, es una poiesis? Y lo contario, es decir, ¿que toda poiesis es un proceso educativo?, es más, ¿que no son asuntos disociados sino, por el contrario, como lo entendió Heidegger, rostros de una misma criatura bifronte? No, no vale el argumento, la dama indeseada puede seguir de largo. Allí, en los escenarios de la pedagogía institucional, tal parece, no se le necesita realmente. Pero así es, no otra cosa se extraña con más urgencia en las atmósferas académicas de toda índole y nivel, que la presencia de la poesía. No como materia de examen o didáctica eventual, sino como inmanencia de un acto humano íntimo: la comunión con ese mundo que acoge y preserva sus criaturas. Expuesto así, a cualquiera puede antojársele una cursilería no exenta de cierta aura religiosa y alguno habrá que no entienda que se alude al conocimiento (esa misma argamasa que sustenta la idea de la «educación» como institución), puesto que, de nuevo, propio de estas épocas, es entenderlo como apropiación y dominación. ¿Qué otro sentido tiene el esfuerzo por conocer, por saber, por aprehender, por aprender? Resultaría injusto no reconocer que de cuando en vez hay quien le cursa invitación a aquella indeseada para que asista –en la doble acepción– al proceso educativo, convites que emergen de un docente sensible o sensiblero, las más de las veces un tanto desorientado y a contracorriente de sus colaterales; pero son esfuerzos aislados, tímidos, con frecuencia insostenibles, casi inofensivos, valiosos sin duda alguna pero episódicos. Y más episódicas aún resultan las bienintencionadas acometidas


JOHN FITZGERALD TORRES

de los poetas para que el golpetear de sus nudillos en las puertas de las instituciones obtenga algún eco. Valiosas, por supuesto que sí, también, pero por sobre todo insólitas; e impregnadas hasta la médula de una mezcla de ingenuidad y heroísmo. De manera que, en lo personal y por lo pronto, parece que más vale abstenerse de insistir en el reclamo a los poderes institucionales, por sustraerse del espectáculo de los restos aún liados y a la sombra del jumento que ha sido destrozado por las dentelladas y los zarpazos de las fieras en festín. Y acaso conviene más y resulta más asertivo para suplir la urgencia propia, el sumarse al esfuerzo aislado de los que sin esperar mayor retribución ni impactos trascendentales, pero a sabiendas de que la persistencia de la gota horada por fin la roca, cursamos día a día la invitación para que la dama ausente nos acompañe en ese diálogo con la luz y con las sombras. Para terminar, este curioso artilugio de uno de nuestros más célebres poetas, estudiosos y estadistas nacionales en el que se materializa aparatosamente ese prodigioso matrimonio del que hemos venido hablando –y que quisiéramos posible–, en un resultado que no deja de ser divertido a la óptica actual pero que, en su momento –hace cien años casi–, constituyó una alternativa didáctica ampliamente utilizada para el aprendizaje de las reglas ortográficas, y que se infligió durante décadas para la memorización de las mismas en nuestras escuelas, colegios y universidades, y que aparece incluido junto a varias bisuterías similares en el famoso Tratado de ortología y ortografía de la lengua castellana, redactado por el ilustradísimo José Manuel Marroquín (el mismo aquel que nos devolvió dos repúblicas al término de su presidencia y que por ley dio nombre y apellido a la mole educativa colombiana):

Con v van aluvión, mover, aleve, Desvanecer, agravio y atavío, Maravedí, desvencijar, relieve, Aseverar, averno, desvarío, Aviar, úvea, averigua, ávido, larva, Avispa, avilantez, avisor, parva. Avezado, civil, revoloteo, Cervuno, acervo, envío, cerviz, ovado, Prevaricar, convexo, chichisveo, Desvío, aviso, curvo y estevado, Obvio, extravío, longevidad, ovillo, Malévolo, avispado y revoltillo. … (¡Y siguen 15 estrofas más en endecasílabos perfectos y rima consonante!) Por supuesto que si de esto se tratara, mejor sería apagar e irnos.  ULRIKA 51 |

17


POESÍA Y EDUCACIÓN

Walt Whitman

Friedrich Hölderlin

Poesía y educación:

puntos de convergencia n POR MARGARITO CUÉLLAR

El día que la poesía sea parte del sistema educativo en América Latina, nuestros poetas Pablo Neruda, César Vallejo, José Asunción Silva y Ramón López Velarde darán un giro feliz en sus tumbas. Y los viejos maestros Hölderlin, Whitman, Keats, Nietzsche, Celan, Leopardi… y hasta el gran Kafka, harán lo mismo en sus respectivas tumbas. 18

| ULRIKA 51

Por el contrario, la literatura en su conjunto pierde terreno a la hora de empatar los programas docentes con la creación literaria. Aunque a la hora de repartir culpas no toda la carga recae en los arquitectos de los programas educativos. Mucho tienen que ver en ello los poetas, postrados en un ego de varios pisos y aferrados a esquemas poéticos


MARGARITO CUÉLLAR

copiado una y otra vez». Genera cuestionamientos y por ello se le hacen comentarios. Junto al copista está el comentador. El autor agrega algo al conjunto de textos disponibles. Hemos reducido la palabra autor a palabrero. Como se ve, las palabras, con el paso del tiempo también pierden peso. Estoy muy lejos de lamentar el tiempo pasado. Pertenezco a esta época y el pasado es un referente histórico irrepetible. Al pasado pertenecerá el hoy muy pronto, así es que no hay pérdidas qué lamentar. A no ser la ausencia de una actitud ética del poeta que contagie al poema de la misma vaina, hablando en colombiano. Federico García Lorca

cada vez más herméticos. La inmensa noche de la poesía latinoamericana oscurece más cada día. O nosotros los de entonces ya no somos los mismos, obvio, nos estamos volviendo viejos. Calasso dice que los dioses se aburren de los hombres que no tienen historias que contar. Quizá eso está pasando con los lectores de hoy, están hartos de los poetas que no dicen nada. O que dicen poco en muchas páginas. Alfonso Reyes necesitó más de treinta tomos para dejar constancia de su paso por la tierra. No le valieron un Nobel. Borges, más estricto y con menos páginas escritas, tampoco mereció el Nobel. Ambos dejaron páginas inolvidables. Algo de ellos está en las aulas. Los poetas olvidan que la palabra poeta significa artesano, el que fabrica algo. Michel Butor se encarga de recordarnos esta vieja idea. Lo mismo hace con la palabra autor, del latín autor: el que aumenta algo. En la librería medieval, nos dice Butor, «el texto sagrado es

*** El primer contacto con la poesía no lo tuve en la escuela. Aunque no niego que la escuela hizo sólido en mí el pensamiento poético, así fuera de un pasado muy remoto que yo creía vigente. Sin esa visión escolar, en los aciagos años sesenta, no habría tenido conocimiento de los 20 poemas de amor y una canción desesperada de Neruda, por cursi que nos parezca ahora. Ni de El romancero gitano de Federico García Lorca ni de El cuervo de Edgar Allan Poe. No habría recitado a Amado Nervo, ni a Juan de Dios Peza –El Cantor del Hogar–, ni aprendido de memoria «El brindis del bohemio» de Manuel Acuña, y menos «La suave patria» de Ramón López Velarde. Sin el aprendizaje escolar no habría pasado de los cómics, que estaban bien, eran divertidos y no exigían mucho esfuerzo, pero hay que reconocer que su alcance era limitado, y que eran más bien un punto de partida. Los poetas nos hicimos herméticos y los funcionarios de educación se volvieron sordos y mudos, o de plano les ULRIKA 51 |

19


POESÍA Y EDUCACIÓN

Charles Simic

Pablo Neruda

dio por ignorar a la literatura, obligada a permanecer en los rincones de castigo con tremendas orejas de burro. Los maestros también pusieron su granito de arena: se quedaron con las viejas lecturas, ausentes a la idea de que la poesía en el mundo empezaba a hablar otros idiomas y había rebasado ya el cenáculo de las asambleas escolares. La modernidad los paralizó y la posmodernidad los inutilizó. Debo agradecer a Simic, quien me enseñó que la tarea de poesía «es encontrar maneras de señalar a través del lenguaje lo que no podemos poner en palabras», que el poeta miente para decir la verdad y que «cada nueva metáfora es un pensamiento nuevo, un fragmento de un nuevo mito de la realidad». *** Ojalá todos los poetas tuvieran la suerte de Neruda de tener un gran profesor como Ernesto Torreaba, su maestro cuando estudiaba en el Liceo. Sus orientaciones fueron una brújula para el joven Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto y le dieron una inclinación temprana hacia 20

| ULRIKA 51

Rainer Maria Rilke

las letras y el idioma francés. Lo primero le fue útil para definir su vocación poética. Lo segundo para leer a los poetas franceses en su idioma. Dice Neruda: Mis recuerdos recorren tiernamente la vieja escuela universitaria, el Pedagógico en que conocí la amistad, el amor, el sentido de la lucha popular; es decir, el aprendizaje de la conciencia y de la vida. De aquella escuela y de mis alojamientos sucesivos de estudiante pobre salieron a la imprenta mis primeros libros.

Desde muy temprano el joven Neruda entendió que la educación sería la epopeya en la larga noche latinoamericana. La mención de Neruda viene al caso porque su obra, sobre todo su poesía mayor, aquella que va más allá de los dogmas de la militancia, Canto general, por ejemplo, es una obra cumbre de la poesía latinoamericana. Sus versos son una avasalladora relación de la historia patria y empatarían a la perfección con los sistemas educativos de cualquier país que busque un sitio decoroso para la poesía en las aulas.


MARGARITO CUÉLLAR

Para Mauricio Robert Díaz, «la poesía no debe ser apartada de la educación, pues es un saber crítico que ilumina la experiencia histórica y cotidiana del hombre, una metafísica que estimula lo mejor de nuestra energía moral e intelectual en la búsqueda de la verdad». El mismo autor señala que la poesía no se toma en serio porque se le asocia al sentimentalismo. Como si la poesía se hubiera quedado en una época de liras, voz engolada de declamador sin maestro y loas a los héroes que nos dieron patria; Rilke tiene algo que decirnos al respecto: Los versos no son, como cree la gente, sentimientos (que estos se adquieren demasiado pronto), son experiencias. Para escribir un solo verso es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas, hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros y tener idea del movimiento que hacen las pequeñas flores al abrirse por la mañana. Hay que saber recordar caminos hacia regiones desconocidas, encuentros inesperados y despedidas que hacía tiempo se veían venir; [...] noches de viaje que huían con todas las estrellas; y aún no basta con que se pueda pensar en todo esto. Hay que tener memoria de muchas noches de amor, ninguna de las cuales se parecía a otra, de gritos de parturientas, y de paridas jóvenes, blandas, dormidas que se pliegan sobre sí. Pero también es menester haber estado junto a moribundos, hay que haber compartido la habitación con cadáveres, ante ventanas abiertas y entre ruidos intermitentes. Y no basta tampoco con tener recuerdos. Es necesario saber olvidarlos si son muchos y hace falta harta paciencia para esperar que retornen. Porque no se trata de los recursos mismos. Sólo cuando se convierten en sangre de nuestra sangre,

en gesto y mirada, cuando ya no tienen nombre y no se les distingue de nuestro propio ser, sólo entonces puede acontecer que en una hora muy singular, del centro de ellos se eleve la primera palabra de un verso.

*** La educación por la que apuesta la poesía es aquella que fortalece la empatía humana, que enaltece el ánimo de vivir, siembra en la sociedad la capacidad de asombro e imaginación, busca el diálogo y se adentra en el misterio de las cosas. ¿Es mucho pedir? La universidad, los poetas mismos, los organismos civiles, los promotores, los maestros, tenemos un reto: enseñar, difundir, editar a los poetas del país que corresponda y aún de otras fronteras; sin olvidar las culturas originales y compartiendo esta idea en todos los niveles educativos. Los gobiernos tienen mucho que ver en esto. En tanto no contribuyan a mercantilizar ni a hacer negocio con la educación estarán dando un paso adelante para que poesía y educación, dos palabras clave en el desarrollo de cualquier sociedad, dejen de ser una isla en el más muerto de los mares muertos. 

MATERIAL DE APOYO Butor, Michel, La utilidad poética, auieo, México, 2012. Díaz, Mauricio Robert, «El valor educativo de la poesía», disponible en línea en <http:// www.entretodos.yucatan.gob.mx/revista/pdf/ valor_educativo_poesia.pdf> Simic, Charles, El flautista en el pozo, Cal y Arena, México, 2011. Rubilar Solís, Luis, «Poesía, identidad nacional y educación: el aporte Neruda», disponible en línea en <http://www.memoriachilena. cl/602/articles-123135_recurso_2.pdf> ULRIKA 51 |

21


POESÍA Y EDUCACIÓN

Nos queda la palabra

De la «Poesía social» a la «Canción de autor» en España Toda literatura es comprometida, decía Pablo Neruda. Toda la poesía es social.

Jorge Riechmann

n POR LUIS MIGUEL MADRID

En la mañana del sábado que aproximadamente debía comenzar mi adolescencia, llegó mi hermano a casa con un radiocasete y varias cajitas de plástico rellenas de aquellas cintas que se compraban para grabar. Seleccionó una, la colocó en el aparato y cuando comenzó a sonar el colacao y los bizcochos quedaron detenidos frente a aquel suceso musical en el que escuché las primeras canciones en las que se decían cosas muy duras, muy directas, muy importantes, con las que muchos podrían identificarse y otros muchos molestarse. «Éstos son cantautores», dijo mi hermano después de verme escuchar atentamente aquellas 22

| ULRIKA 51

canciones tan ajenas a lo que frecuentaba mi oído. Pasé dos días pegado a los botones de aquel aparato que me enseñó tantos conceptos, tantas realidades e ideales, y, sobre todo, me acercó a una sociedad por la que paseaba sin conocerla apenas. Desde ese mismo lunes comencé a curar mis interrogaciones con otras muchas letras que recorrían la cara B de España, de los paisajes y de la gente que me rodeaba. Con el tiempo fui adentrándome en la realidad de aquella etapa tan retorcida en la que una dictadura larguísima iba dando giros para perpetuarse sin torcer demasiado el brazo ante los gritos cada vez más acuciantes de una sociedad encrespada por la represión y los formalismos de carácter católico-fascista. A fuerza de mirar iba comprendiendo, a fuerza de escuchar y de leer fui creciendo y asimilando aquella sensación


LUIS MIGUEL MADRID

Paco Ibáñez

de perpetua vigilancia, de tenerlo todo prohibido, que sigue grabada en mis recuerdos de aquel tiempo. Aquel fenómeno social que fue la «Canción de autor» estaba instalado en España desde los años sesenta, en los que confluyeron una serie de circunstancias que lo hicieron más que posible, necesario. La situación política continuaba enfangada en la dictadura del general Franco, pero el puño era algo más suave, la situación económica mostraba cierta mejoría y había una nueva generación de políticos mínimamente «aperturistas» con ganas de compartir la bonanza económica que veían tras las fronteras y que trataban de no escandalizarse demasiado. Una juventud nueva, menos implicada en las desgracias de la guerra y, por tanto, menos asustada, se mostraba solidaria con las protestas

de las fábricas y atenta a los cantos retumbantes, novedosos y curiosamente coincidentes procedentes de EE.UU. (Joan Baez, Bob Dylan, Peter Seeger), de Europa, sobre todo de Francia (Jacques Brel, Leo Ferré, George Brassens), y que se abrazaban a los de los diversos continentes contenidos en el medio y sur de América (Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Víctor Jara, Daniel Viglietti, o más tarde Pablo Milanés y Silvio Rodríguez). Otra circunstancia que se alió con el nacimiento de la canción de autor fue la referencia vigente de la poesía social, mantenida por autores como Gabriel Celaya, Blas de Otero y León Felipe como figuras más directamente implicadas y emblemáticas, junto al apoyo de poetas de la talla de Ángel González, José Hierro, Rafael Alberti o Caballero ULRIKA 51 |

23


POESÍA Y EDUCACIÓN

Bonald. Como movimiento o género concreto, la «Poesía social» vino a ocupar muy poco tiempo, aproximadamente una década, entre el 1950 y 1960, justo antes de la eclosión de la «Canción de autor», con quien tantos hilos comparte, tantos que a menudo se considera a esta última una rama de tal «poesía social», cuya denominación no terminaba de gustar a Gabriel Celaya, que prefería llamarla «poesía urgente», dentro de su apasionado espíritu práctico-poético: «Cantemos como quien respira… la poesía no puede ser intemporal o como suele decirse, un poco alegremente, eterna. Hay que apostar al ahora o nunca».

Joan Manuel Serrat

La inmediatez, el espíritu alternativo, de oposición radical al sistema establecido, la autenticidad, la honestidad, la solidaridad, el internacionalismo, la idea clara de transformar la sociedad y la de poner la poesía y el alma al servicio del pueblo son algunas de las armas de esta corriente poética, que como su compañera musicada, cumplió un importante papel educador al favorecer la comunicación de sus ideas a través de diversas técnicas y recursos. En ambas se utilizaba un lenguaje simple y accesible, acercándose al pueblo por medio de conceptos básicos, claros y concisos, de manera poco exuberante, no pretenciosa, con tonos emotivos y mitificadores. Las 24

| ULRIKA 51

canciones se completaban con una música sencilla, sintética, que acompañaba a un texto breve y repetitivo, de carácter muchas veces contestatario, coloquial y claro. Y toda la intencionalidad política que la censura pudiera soportar. El aspecto localista o nacionalista también es importante. Aunque se mira a la sociedad, al hombre, a los valores e injusticias universales, el concepto patriótico y la identidad a través de la tierra y sobre todo, de la lengua, es fundamental. La reivindicación idiomática y el elogio de la diferencia se convierten en baluarte del realismo social, testimonial, político y combativo, de hecho es muy común la identificación de concierto y combate tanto en las letras como en la calle. Creo que España y yo coincidimos en una etapa decisiva en nuestros respectivos trayectos en años parecidos. Ella, España, se debatía entre hacerse adulta, integrarse en el mundo que la rodeaba, ponerse democrática y avanzar por las libertades o quedarse anclada en los botones de las sotanas y los uniformes grises de sus centinelas y gobernantes. Y yo, pobre de mí, me dediqué a coleccionar cintas y libros de poemas que me dijeran algo. Y la razón en general fue tomando partido… «verso a verso, paso a paso», como decía aquel poema tan cantado de Machado. De hecho, los cantautores pusieron la pizarra para mostrar lo que iba pasando. Como los viejos juglares, se nombraron narradores de una situación que venía de antaño, pero que como en los guisos, su cocción llegaba a su momento. Las referencias venían de cerca: Miguel Hernández, Rafael Alberti o Federico García Lorca, incluso sus contemporáneos, poetas sociales, defensores de las mismas ideas, con idénticas intenciones, y también, por supuesto, ellos mismos. El nombre y el espíritu de «cantautor» viene de ese artista que compone letras y también las canta. Variedades había de ese concepto, algunos cantantes recurrían a letras ajenas, otros alternaban… lo que sí les unía era la intención, el ánimo de reivindicación, de protesta, de cambio. Por ello se conoce también a esta «Canción de autor» con otros nombres, «Canción protesta» o «Canción política». Todas las causas sociales –pobreza, injusticia, desigualdad, etc.– eran atendidas, pero por encima de todas, el tema de la libertad recopilaba los himnos. Ejemplo de ello son la versión que hizo Joan Manuel


LUIS MIGUEL MADRID

Serrat del poema «Para la libertad» de Miguel Hernández o aquel estribillo de José Antonio Labordeta coreado hasta gastarse: Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad Se trataba de un deseo total, o globalizador, como se dice ahora, que fue evolucionando del sentimiento absoluto, necesario y solidario a terrenos más moderados en tiempos de la transición, a modo del tema «Libertad sin ira»: «y si no la hay, sin duda la habrá», del grupo Jarcha, a los tonos más líricos, individualistas y anarquistas: «Libre te quiero, pero no mía / ni de dios ni de nadie / ni tuya siquiera», de Agustín García Calvo, interpretada por Amancio Prada. Poetas sociales y cantautores depositaron su parte en el buzón del conocimiento. Los cantautores nos pusieron en contacto con la poesía buena hasta el punto de haber un montón de gentes con las referencias perdidas, aunque con los poemas aprendidos. Los cantautores también aportaron granos grandes a la educación más valiosa, la de la ética, la de seleccionar los valores por encima de los intereses. La poesía de aquel tiempo cantaba el trabajo, la solidaridad, el compromiso y por supuesto, a la libertad; valores no apreciados por el régimen mandatario que actuando en consecuencia causó graves daños al gremio utilizando la censura, la marginación, la cárcel o cualquier medio de persecución: en 1971 prohibieron a Paco Ibáñez actuar en todo el territorio nacional, tres años antes fueron retirados del mercado los discos de Serrat y en 1975 se tuvo que exiliar en México con orden de búsqueda y captura. Afortunadamente la postura general contra la dictadura iba creciendo y ni la policía ni la censura daban abasto. Por ello se producían situaciones tan desconcertantes como emotivas. Ejemplo de ello es que uno de los temas míticos de la Nova canço, «L’estaca» de Lluis Llach, cuya letra fue aprobada por la censura en 1968 pero tajantemente prohibida en el 1969, cuando ya se había convertido en un himno y que a partir de ser

censurada el autor tan sólo acompañaba al piano en los conciertos mientras el público, que ya se había aprendido la letra, la cantaba a grito pelado: Si estirem tots, ella caurà i molt de temps no pot durar, segur que tomba, tomba, tomba ben corcada deu ser ja. Si jo l’estiro fort per aquí i tu l’estires fort per allà, segur que tomba, tomba, tomba, i ens podrem alliberar.

Lluís Llach

(Si tiramos fuerte, la haremos caer. / Ya no puede durar mucho tiempo. / Seguro que cae, cae, cae, / pues debe estar ya bien podrida. // Si yo tiro fuerte por aquí / y tú tiras fuerte por allí, / seguro que cae, cae, cae, / y podremos liberarnos.) El simbolismo de la estaca, como pasaba en tantísimas otras letras, desconcertaba a los censores, que no encontraban a priori la intención ni el tono con el que se proyectaría la canción. Así pasaba con otro de los himnos de unos de los cantautores más perseguidos. «Al vent», que fue compuesta evocando el frescor de la noche montado en una moto ULRIKA 51 |

25


POESÍA Y EDUCACIÓN

José Agustín Goytisolo, Paco Ibáñez, Georges Moustaki y Luis Eduardo Aute

y que incluso pone como fin la búsqueda de dios, llegó a ser uno de los himnos revolucionarios más emblemáticos y provocadores por su clara interpretación de la búsqueda de la libertad. De hecho, Raimon protagonizó varias de las escenas más nombradas de la historia de la «Canción de autor», como el concierto en el caum (Club de Amigos de la Unesco de Madrid) de Tirso de Molina, en Madrid en 1965, donde hubo que poner altavoces en la calle por la desbordada afluencia de público, adelantándose incluso a Los Beatles en cuanto a la puesta en marcha de conciertos callejeros.

ALGUNOS HITOS DE LA CANCIÓN DE AUTOR Los orígenes de la «Canción de autor» se remontan, desde el punto de vista cronológico, a la interpretación que hizo en 1956 Paco Ibáñez en París de «La más bella niña», una canción de Luis de Góngora, autor al que también musicalizó en su primer disco, junto a poemas de García Lorca. Desde entonces, una lúcida muestra de versos de poetas medievales, barrocos, del 27, sociales o contemporáneos han pasado por las cuerdas de su guitarra para hacerlos parte de una generación entera que en gran medida conoció el valor de la poesía de Quevedo, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Gabriel Celaya, León Felipe o José Agustín Goytisolo, a través de sus conciertos y grabaciones. 26

| ULRIKA 51

A principios de la década de 1960 comienzan a hacerse fuertes varios subgéneros fundamentalmente nacionalistas, que utilizan sus idiomas natales como vía principal de expresión. El más trascendente de ellos fue denominado «Nova canço», que expresaba en catalán la canción de autor. En 1961 da su primer recital el colectivo «Els setze jutges», que albergaba a los artistas más emblemáticos, como Pi de la Serra, Mª del Mar Bonet, Lluís Llach, Guillermina Motta, Raimon o Joan Manuel Serrat, que con el tiempo ha ido avanzando por los terrenos del bilingüismo hasta ser uno de los cantautores más importantes y reconocidos dentro y fuera de España, y que se lleva la palma de las adaptaciones musicales con sus discos dedicados a Antonio Machado y Miguel Hernández, amén de otras muchas canciones y poetas adaptados. Logró una popularidad tan amplia de dichos autores que incluso el poeta Antonio Machado fue censurado y prohibido en la dictadura de Pinochet por ser «letrista» del cantante J. M. Serrat. Dignos de mención son también sus monográficos sobre Joan Salvat Papasseit –Res no és mesquí– y Benedetti –El sur también existe–. Además de poner música e interpretar los versos de grandes poetas, Serrat es autor de la mayoría de sus canciones, concretando un poco más la imagen que tenemos del término «cantautor», representado por un poeta que canta,


LUIS MIGUEL MADRID

como sucede con la mayoría de los cantautores sin que deje de ser compatible con la adaptación o interpretación de versos ajenos. En este aspecto destaca Luis Eduardo Aute, un artista polifacético: pintor, escultor, director de cine, músico, poeta y uno de los cantautores más entrañables del consistorio. De su pluma salió una de las canciones más bellas, tristes y emblemáticas de su género. La tituló «Al alba», y con la apariencia de una canción de amor es un alegato contra la dictadura y la pena de muerte. De hecho, la escribió en fechas próximas a las últimas ejecuciones realizadas en la dictadura, apenas dos meses antes de la muerte del general Franco en noviembre del año 1975, ante la indignación y repulsa del mundo más cercano. Hasta la del mismo Papa, que según se dice, amenazó con excomulgarle. Si te dijera, amor mío, que temo a la madrugada, no sé qué estrellas son éstas que hieren como amenazas, ni sé qué sangra la luna al filo de su guadaña. Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga, quiero que no me abandones amor mío, al alba. [...] Miles de buitres callados van extendiendo sus alas, no te destroza, amor mío, esta silenciosa danza, maldito baile de muertos, pólvora de la mañana. Presiento que tras la noche... Todo cambia, es notable y natural. La libertad sigue siendo un trayecto inabarcable y los cantautores continúan viajando por sus alrededores con visiones tan diversas como el tiempo que les toca vivir. En la actualidad, sin poetas ni poesía social que les acompañe y a pesar de todos los desmanes, corrupciones o incoherencias, sobrevive el género y algunos de sus antiguos representantes son idolatrados, venden cientos de miles de discos y llenan

los estadios repitiendo temas relacionados con problemáticas más personales como el amor, el paso del tiempo o las soledades. Aquella poesía social de los cincuenta entró en crisis y se esfumó, igual que los cantautores de los setenta, diluidos por los nuevos inventos, preocupaciones posmodernas y subsiguientes, pero aguantando la reforma como si les fuera la ficha de habitabilidad en ello. Ahí está Joaquín Sabina, el otro gran cantautor llegado del Joaquín Sabina

siglo xx, y que como Serrat o Aute ha ido evolucionando hacia esos terrenos indefensos de la lírica sonámbula, escéptica o casi de vuelta a lo surreal. Todo vale porque los caminos ahora ya son otros aunque ellos sean los mismos y lo sigan haciendo bien, agradeciendo incluso los tragos pasados en aquellos entonces en los que eran jóvenes, la dictadura tambaleaba y todos teníamos todo que aprender. O comprender. Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré como un anillo al agua, si he perdido la voz en la maleza me queda la palabra. (De Blas de Otero)  ULRIKA 51 |

27


POESÍA Y EDUCACIÓN

La procesión de los paquidermos: una breve disquisición sobre poesía y cultura

n POR JORGE CARLOS RUIZ DE LA QUINTANA

DE LA MIRADA Y LA MÍSTICA Los poetas tienen la mala suerte de percibir el mundo tal como es. No es que aquello los haga especiales, sencillamente los posiciona delante de la realidad con un ojo más abierto que el otro. Hay gente que es buena para sumar, otra que conoce bien los misterios de la construcción, abundan aquellos que tienen el don de 28

| ULRIKA 51

lenguas y son particularmente afamados los que se han empeñado en matar. Los poetas, por su parte, pueden hacer todo eso y además tener un ojo más abierto que otro. Lejos de toda exageración, en el universo hay muy pocos individuos que le inviertan tanto tiempo a mirar. No hay palabra si antes no se ha padecido los contornos de la luz, pues las texturas de


JORGE CARLOS RUIZ DE LA QUINTANA

las formas deben cotejarse con el hambre y la náusea. La piel del poeta es un cuero duro y lleno de pelos, su tacto ya no está en la carne sino en la punta de cada filamento. Animal de la noche, descarga su energía pronunciando los episodios de los eclipses. Entonces sus manos y su lengua se dan a la tarea de escarbar la tierra. Demasiada lisonja para estos seres extraños. Cada quién tiene sus motivos en la historia y los poetas y su poesía morirán igual que todo lo demás. Sin embargo, hay que decir que el mundo no sería el mismo sin estos místicos. Infelizmente los cronistas prefieren adornar sus libros con el relato de algunos sujetos cuyo mayor mérito ha sido administrar el poder. La sociología nos ha demostrado que el ejercicio del poder responde a determinados patrones. Como sabemos, el poder se usurpa o se delega, o las dos cosas al mismo tiempo; en uno u otro caso debe haber reconocimiento por parte de los que suman la mayoría. El pueblo, soberano o sometido, en libertad o con miedo, establece un estado de las cosas. Así, quien gobierna, lo hace únicamente porque la mayoría le ha dado el permiso o porque le temen, sea como fuere, en última instancia éste sólo se desempeña como un funcionario del poder. Por su parte los poetas, tan anónimos éstos, no le piden permiso a nadie para mirar y tallar lo que escriben. Esto se debe, en parte, a que no lo hacen por encargo y sobre todo porque no se consideran funcionarios. La combinación de sus letras casi nunca vale la pena, pero como es el resultado de un profundo observar, tiene ecos que retumban en las cavernas de todas las sociedades humanas. La mística no está reservada a eremitas y anacoretas, los escribanos de la poesía en harto se parecen a estos personajes de la antigüedad. La mística tiene sin duda una fuerte conexión con la fe y lo

divino, porque cuando uno mira mucho es casi obligatorio pensar en lo absoluto. De ese modo, no es nada raro contar entre la gente del verso a los atormentados con la palabra Dios. La mística forma parte de cada recodo del trayecto humano y se encarna en los procesos creativos del pensamiento y el arte. De esa manera es como la cultura se pronuncia, el arte es la memoria del espíritu humano dialogando con la historia. En el caso de la poesía, ésta, tan caprichosa como los poetas, se

LA POESÍA SE HA INSTALADO EN MEDIO DE NOSOTROS COMO UN PARÁSITO, HOSPEDADO EN NUESTRA PALABRA INFECTA EL MODO EN QUE DECIMOS LAS COSAS. ESTO LE OBLIGA A MUTAR TODAS LAS VECES PARA SOBREVIVIR. viene apareciendo con su manera de ser en cada tiempo y cada época. Lo único que podemos hacer es escucharla, porque jamás se va ir para ninguna parte. Importunará la historia con su fastidiosa nominación de los abismos.

PALABRAS PARA NO MORIR Pero pensemos un poco más a fondo la cuestión. Si nuestro propósito es comprender la relación entre la poesía y la cultura, es menester tener claro antes cuál es el papel de este acto existencial y literario en medio de las sociedades. La poesía se ha instalado en medio de nosotros como un parásito, hospedado en nuestra palabra infecta el modo como decimos las cosas. Esto le obliga a mutar todas las veces para sobrevivir. A lo largo de las centurias los poetas han vivido conmovedoras leyendas abarrotadas de maravilla, pero también han sido los protagonistas de los más absurdos relatos de vacío y oscuridad. En efecto, esa traducción de la realidad puede convertirse en memoria y tradición, mientras que otras veces no es más que redundancia y fastidio. Si ULRIKA 51 |

29


POESÍA Y EDUCACIÓN

la poesía nos sigue gustando es sólo por una razón: evita que muramos demasiado pronto. Esto no significa que posea una vocación redentora, lo que pasa es que la literalidad de las palabras se escurre siempre fuera de las páginas, nos devuelve algo de conciencia y nos permite ejercitar con otros argumentos la finitud. Veamos un caso emblemático de lo que decimos. A lo largo del siglo xix, en pleno auge del desvarío racionalista, las artes le plantaron el rostro a la modernidad. El roman-

LA ILUSIÓN DE LA «CIVILIZACIÓN» SE HA GLOBALIZADO Y SU ROSTRO SE OCULTA EN LAS TRANSNACIONALES. IRRECONOCIBLE SE MUEVE POR DEBAJO DE LOS ASIENTOS DE LOS FUNCIONARIOS DEL PODER... ticismo fue prácticamente una postura revolucionaria en clara oposición contra el positivismo y su método. Esa confrontación no se limitaba a polemizar entre el arte y la técnica, era también una disputa en el interior del ejercicio de las mismas artes. El neoclasicismo era un cómplice más del perverso mundo ordenado por medidas exactas y fórmulas de perfección. Por eso el romanticismo era mucho más que un movimiento cultural o un frente político contra el sistema, se trataba de un posicionamiento vital que sus protagonistas encarnaron y lo tradujeron en arte. Ante el proyecto totalitario de la razón se 30

| ULRIKA 51

levantaron los estandartes de la sensibilidad y los sentimientos. La mejor manera de evidenciar el terrible error al que había llegado la humanidad era demostrar que hay un mundo inmenso en el que no caben las ecuaciones y las tesis. A finales del siglo pasado nos quisieron vender el cuento de la posmodernidad, no obstante, la modernidad todavía nos persigue y goza de buena salud. Ni la caída del muro de Berlín y la consecuente conclusión de la Guerra Fría ni la Globalización nos abrieron a una nueva época. Dos guerras mundiales parecían ser la mejor prueba de que el imperio de la razón era una tramoya, montada con el único objetivo de contar con una ideología convincente para acaparar el poder. La aberrante teoría de «la civilización y la barbarie», usada por el neocolonialismo occidental para controlar económicamente a América e invadir y repartirse África y Asia, se volcaría en su contra. Sólo fue necesario un tipo lo suficientemente loco, para justificar mediante la «ciencia» que su pueblo era el más perfecto; por eso mismo destinado a gobernar el mundo y erradicar la contaminación judía, gitana, gay y comunista. La memoria de ese pasado sigue fresca y aun así los pretextos de la modernidad racionalista se repiten. La ilusión de la «civilización» se ha globalizado y su rostro se oculta en las transnacionales. Irreconocible se mueve por debajo de los asientos de los funcionarios del poder para erradicar la «barbarie», que ahora se llama con sofisticación: «la lucha contra el terrorismo». Examinadas estas variables nos cuesta trabajo saber en qué lugar se ha extraviado la acción de la poesía y las artes en general. Quizá la respuesta más fácil sería consentir el relato posmoderno y afirmar que el nihilismo nos ha vencido. Renegados de todos los grandes relatos, incluidos los nuestros, nos conformamos con los


JORGE CARLOS RUIZ DE LA QUINTANA

márgenes y las particularidades. El caso es que aquellas palabras para exorcizar la muerte ahora se muestran ausentes. Lo más contradictorio es que no se trata de la falta de producción, sino de la falta de comunicación. Se ha perdido el contacto con la gente y parece no haber diálogo con el mundo. De la tarea emprendida por los románticos apenas se guarda la pose dramática y el gesto bohemio. Pareciera que los requisitos para ser poeta se han reducido a sentirse maldito antes que consternado, triste antes que ofendido, incomprendido antes que revolucionario. Habría que discernir hasta qué punto la poesía se reconoce en esos espectros. Los versos de Homero fueron recitados por todo su pueblo y aún son nuestro legado. Los bardos y juglares le ofrecían a sus respectivas naciones la posibilidad de conversar y reinventar la memoria. Los cantores de yaravíes patrocinaron el Taki Onqoy en contra de la ocupación española y en defensa a sus tradiciones. El canto popular y la trova nos dieron la fuerza para creer en la esperanza y la liberación.

ENDOGAMIA Y DEGENERACIÓN En el ámbito de la biología, la endogamia es un hecho pésimo para el bienestar de los genes de cualquier especie. Cuando existe una cruza reiterada entre los miembros de una misma familia comienzan a manifestarse una serie de enfermedades que se irán incrementando exponencialmente. Cualquier error en el genoma en uno de los individuos se repetirá en sus hijos, como éstos se aparearan con sus primos, la generación siguiente repetirá la fórmula; de ese modo, el error se presentará en cada vez más miembros del clan. Las sociedades humanas comprendieron muy temprano las complicaciones que representaba para el grupo la endogamia. La respuesta más sencilla fue la itinerancia, pues el nomadismo evitaba que un

grupo se dispute los mismos recursos. Si el número de miembros no era compatible con la disponibilidad de comida, no había más remedio que dividirse y separarse para ocupar nuevos territorios. Eso permitió a gran escala la diversidad genética de la que ahora gozamos. Así nos fuimos encontrando entre grupos distintos e inventando todo tipo de vínculos culturales. ¿Qué tiene que ver todo esto con el gremio poético? Básicamente está ocurriendo lo mismo que les pasaba a las

[AL GREMIO POÉTICO LE] ESTÁ OCURRIENDO BÁSICAMENTE LO MISMO QUE LE PASABA A LAS FAMILIAS REALES, QUE PARA MANTENER LÍNEAS PURAS DE SANGRE TERMINABAN ENGENDRANDO HIJOS TONTOS. familias reales, que para mantener líneas puras de sangre terminaban engendrando hijos tontos. Expliquemos esto con un poco más de detalle. Aunque el romanticismo fue contracultural a los cánones decimonónicos, esto no significa que el arte se haya librado de ejercitar las trampas del racionalismo. El nuevo papel que cumplió la estética modificó radicalmente nuestras relaciones con el arte. Siguiendo al pie de la letra la manía cientificista, la crítica se convirtió en una especialidad de eruditos. Los nuevos regentes de la verdad debían ser versados en la historia, la teoría y el método; con unas reglas claras y bien definidas podían decir con precisión casi matemática qué era bello y qué no. Como bien sabemos, todavía vivimos bajo el ridículo esquema de usurpación de los sentidos. El arte y el artista ya no se deben pensar en función de su historia y su pueblo, sino en relación con la crítica estética. En el caso de quienes escriben, conscientes o no, también buscan encajar en la presión de unos parámetros definidos por lo académico y lo comercial. ¿Cómo es que funciona esto en el cotidiano? ULRIKA 51 |

31


POESÍA Y EDUCACIÓN

...LA POESÍA SE MANTIENE BASTANTE FIEL A SU LEGADO Y DESCONFÍA TANTO DE LOS CRÍTICOS COMO DE LOS PUBLICISTAS. NO OBSTANTE, ESO LE HA VALIDO ENCERRARSE EN SU PROPIO CAPARAZÓN. [...] LOS POETAS SE HAN CONVERTIDO EN UNA TRIBU ENDOGÁMICA QUE ACABARÁ POR DEGENERARSE. Comencemos con el acto de publicar lo creado. Hoy por hoy ya no es suficiente con haber tomado en cuenta la opinión de los críticos. Ahora la belleza no sólo la define la estética, sino también el mercado. Eso ha llevado la situación al extremo del absurdo, pues para que la gente entre en contacto con el arte pesa más la opinión del especialista en marketing que la del crítico. Frente a esto la poesía se mantiene bastante fiel a su legado y desconfía tanto de los críticos como de los publicistas. No obstante, eso le ha valido encerrarse en su propio caparazón. El pintor que ha sido bendecido por la crítica puede valuar sus creaciones a un buen precio e incluso ser parte del mercado de subastas donde la gente rica sólo hace una inversión que nada tiene que ver con lo bello o lo feo. Un escritor de novelas ya no debe preocuparse por hacerse preguntas profundas, sino conseguir el libro que le permita el salto a las grandes editoriales; y quién quita, además la posibilidad de llegar al cine. Los poetas, en cambio, no saben cómo situarse dentro de este escenario. Puesto que detrás de la poesía hay una 32

| ULRIKA 51

relación religiosa con la palabra, es mucho más difícil volverla una mercadería. Esto ha permitido conservar autenticidad, pero no ha significado mayor cercanía con la gente. Así, los poetas se han convertido en una tribu endogámica que acabará por degenerarse. Los libros de poesía circulan casi exclusivamente entre los que leen y escriben poesía. Al igual que las sociedades iniciáticas, el grupo se mantiene con vida con el ingreso de novicios que serán entrenados por los vates con mayores dotes en el arte poética y la pedagogía. Los mejores poetas son aquellos que, a pesar de la crítica, son bien reconocidos por los otros poetas. Paralelamente a esto, también se juega con las ficciones de la aptitud. Los concursos de poesía, con premios o sin ellos, en unos casos son convocados por pequeñas roscas de escritores cercanos a la gestión pública, y en otros son un grupo de poetas con un modesto auspicio; sea como sea, en ambos casos los jueces son los mismos poetas. Igualmente, los encuentros literarios y festivales de poesía se realizan con el sincero deseo de acercar


JORGE CARLOS RUIZ DE LA QUINTANA

a los creadores con los lectores, pero, como ya hemos visto, esto termina en un círculo vicioso. Por eso, a pesar de una ardua convocatoria, se siguen repitiendo enormes espacios poblados por unas pocas personas: poetas escuchando a poetas. Los festivales de mayor renombre deben combinar la poesía con música, teatro y danza, además de buenos patrocinadores, para hacer que la gente asista. Sin embargo, nada de eso repercute en una mayor cercanía con el género poético. La poesía que la gente está oyendo hoy en día es la de Daddy Yanki cantando: «A ella le gusta la gasolina / Y yo tengo la gasolina / Dale pa’ bajo y ahora pa’ arriba / ¿Tú no pegas tarro? ¡No me digas! / Mentirosa, tú sabes más que nadie que tú eres loca / Ahora baila y quítate la ropa. ¡Dale!». Probablemente son las historias que algunos juglares también cantaban en el siglo xi. Sin embargo, lo que hemos conservado de ese tiempo fueron otras historias, como las del Cantar del mio Cid o las de Orlando furioso, y no la historia de una parranda con combustibles de por medio. Ahora bien, el problema no está en la gente, sino en los poetas que se han aislado en su pequeña burbuja de verso libre.

Y, ¿QUÉ PASÓ CON LOS PAQUIDERMOS? Si hablamos de poesía y cultura esto supondrá abandonar de una vez por todas la presuposición de que la poesía forma parte de la educación contemporánea. Ésta se encuentra prácticamente ausente del relato cotidiano de los ciudadanos de a pie. Si hemos conocido de cerca el funcionamiento del sistema educativo, sabemos perfectamente que a éste no le interesa formar a personas en la apreciación del arte o en la comprensión de la poesía, sino en adquirir unas destrezas para cumplir una función dentro del sistema. En esa misma perspectiva, las universidades responden a las expectativas con

las que la gente está creciendo. Necesitan un oficio que les permita ganar dinero para vivir siempre un poco mejor que los padres. Los horizontes se han resumido a aquello, pero antes que hacer un juicio sobre esos puntos de llegada, tendríamos que preguntarnos cómo es que todo está conspirando para ese fin; incluidas las artes, y por supuesto la poesía. Al igual que en el pasado, a esta tribu endogámica de poetas le toca separarse y peregrinar en la búsqueda de nuevos recursos. En ese ejercicio será indispensable copular con otros tantos mundos en camino. Indudablemente todo camino nos pone los pies sobre la tierra y esto sig-

CAMINEMOS, AUNQUE NO SEPAMOS SI VAMOS A CAMBIAR EL MARFIL POR NUESTRAS VIDAS CON LOS TRAFICANTES. CAMINEMOS AUNQUE SEA RUMBO AL CEMENTERIO A MORIR AL LADO DE LOS HUESOS DE LOS ABUELOS. nifica también renovar la conexión con el suelo que andamos. Es palpar la tierra y al mismo tiempo volver la mirada al pueblo al que pertenecemos y su historia. Toda revolución pasa primero por una transformación del espíritu humano en la procura de un futuro diferente. Esa mutación de las entrañas se concretiza en la medida que los sentidos y los afectos se apasionan por recrear el mundo. El concepto de revolución está relacionado con la mecánica y es necesario convencernos del enorme papel que juega el arte y la poesía dentro de esa maquinaria. El camino está adelante nuestro, caminemos aunque sea como paquidermos. Caminemos, aunque no sepamos si vamos a cambiar el marfil por nuestras vidas con los traficantes. Caminemos aunque sea rumbo al cementerio a morir al lado de los huesos de los abuelos. Caminemos, quién sabe, tal vez a las veredas de los ríos frescos a beber un sorbo del mañana.  ULRIKA 51 |

33


POESÍA Y EDUCACIÓN

De la sofisticación, de la poesía, de la vida universitaria n POR DARÍO SÁNCHEZ CARBALLO T. S. Eliot Maestro, son plácidas / todas las horas / que perdemos, / si cuando las perdemos, / son como en una maceta, / donde ponemos flores. Ricardo Reis (F. Pessoa)

Para empezar, conciliemos en establecer que la poesía en las aulas de la universidad procura, a quienes la reciben, una suerte de alivio. La idea de la función social de la poesía, tan retocada y a veces gastada, alcanza a venir a colación, al decir de Eliot, en cuanto a la diversidad temática del género en suficientes clases de poesía como para dejar en claro que la función específica de cada una se relaciona con alguna otra función: la de la poesía dramática con la del drama, la de la poesía didáctica de información con la de su tema, la de la poesía didáctica filosófica, religiosa, política o moral con la del asunto respectivo1.

Cabría perfectamente expresar aquí dos relaciones de la poesía con la vida universitaria. Una primera dada por el asunto de orden lingüístico, en cuanto a la especificidad del lenguaje y su correcto uso, que de antiguo cuño es una de las falencias más visibles entre los jóvenes que inician la vida académica. Y otra, de orden semántico, en cuanto a la construcción de significantes y significados. Como excusa, la primera funciona para, por ejemplo, conseguir trabajo en la universidad. Vinculándose a esa idea de los programas en las facultades 34

| ULRIKA 51


DARÍO SÁNCHEZ CARBALLO

que buscan entroncar la pedagogía con la literatura por medio del pensamiento institucional y estadístico que mide cuántos jóvenes se apropian o no de la lectura y su interpretación. No es del todo cierto que uno llegue como profesor bajo la égida del correlato entre poesía y saber escribir, aunque en principio funciona como enganche. Salvo los programas especializados en letras y lengua que, por supuesto, profundizan en el objeto de estudio desde diferentes perspectivas. La segunda instancia, en cambio, sí suministra, desde el capital poético, una serie de reflexiones netamente humanísticas en cuanto al significado de la vida y su condición cultural. Desde allí se pueden establecer bases sólidas en todo lo que a la generación de un conocimiento en el campo de las humanidades podría darse. Nociones posteriormente volcadas a la comunidad. Mas a la luz de hoy, Eliot no tenía del todo la razón al afirmar que la poesía y su función se relacionaban más con la idea primitiva de la existencia y desarrollo del género mismo, en relación con la trasmisión de un conocimiento específico, que con algo más allá en la vida moderna de su época, pues él mismo afirmaba que el placer que provee un buen poema, en cierta medida, cambia la vida y la sensibiliza. Considero que se ha desestimado el placer, en tanto que éste no cumple, supuestamente, una función. Al desechar en los siglos posteriores al inicio de la era cristiana el concepto profundo epicúreo del placer, referido no sólo a lo corpóreo sino a lo intelectual, se desestimó su poder en busca del aprendizaje. Relación aún más golpeada en los siglos subsiguientes, sobre todo en el Renacimiento, donde el concepto del cuerpo y sus placeres, que en la precedente Edad Media tenían cierto valor, se ridiculizaron y se cargaron con el paradigma de la maldad, en gran medida por la relación de lo divino referido solamente al espíritu y no al cuerpo grotesco del que hablaba Bajtín2.

El placer puede ser causa de un tipo de conocimiento profundamente espiritual. Nada más placentero y útil, para la formación humanística, que indagar sobre el espíritu de las épocas y de quienes las viven por medio del poema o de un buen texto literario. Pretender de forma sistemática y positivista que la utilidad pedagógica de las herramientas de aprendizaje debe ser valorada sí sólo si las respuestas aplican dentro de las categorías del pensamiento cartesiano, explicitadas en la acumulación o no de conocimiento medible por vectores referidos a lo positivo o lo negativo, tiende a ser una práctica obsoleta. Esa correspondencia con el «plan de estudios» tendría que ser reevaluada del todo. «A veces se tiende a olvidar que el arte es una forma no-racional de aprender –pues contiene un enigma que se resiste a la interpretación– y que allí radica su potencia», según el museólogo José Roca3. La poesía, por supuesto, dentro de la condición de la creación y el arte, no será ajena a esta idea sobre una forma no-racional de aprender. Por otra parte, es necesario considerar el papel de las ideologías, desde los conceptos de orden netamente cultural porque refuerzan o afirman los significados, mas alejándonos de las ideologías al servicio de proyectos políticos en particular. Son conocidos los ejemplos de poetas que, muchas veces en el interior del campus universitario, tienden a usar su obra en pro de la condición política del momento. Veamos unos pocos ejemplos. En 1970, en la Habana, Julio Le Parc proponía y enumeraba algunos parámetros sobre la función social del arte en la vida contemporánea. Entre ellos, uno establecía que la creación artística nunca tiene un carácter políticamente neutral. En esa especie de manifiesto, Le Parc hace patente su preferencia política de izquierda y considera que el arte debe ser vehículo de ese pensamiento. Habrá quienes defienden hasta el día de hoy esa postura y no pocos escritores

1 Eliot, Thomas Stearns, Sobre poesía y poetas, Icaria, Barcelona, 1992, pp. 12-13. 2 Para Mijaíl Bajtín, el cuerpo en la Edad Media era valorado en su dualidad entre lo espiritual y lo físico; lo bajo en correspondencia con lo genital y el estómago y su correlato con el infierno; lo alto en correspondencia con la cabeza y su correlato con el cielo. Esa conformación de lo espiritual a través del cuerpo y sus placeres se explicitaban en la cultura y las tradiciones de la Edad Media, luego satanizadas en el Renacimiento. La Cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento, Alianza, Madrid, 1999. 3 Roca, José, Museología, curaduría, gestión y museografía. Notas sobre la curaduría autoral, Mincultura, Bogotá, 2012. ULRIKA 51 |

35


POESÍA Y EDUCACIÓN

“A VECES SE TIENDE A OLVIDAR QUE EL ARTE ES UNA FORMA NO-RACIONAL DE APRENDER –PUES CONTIENE UN ENIGMA QUE SE RESISTE A LA INTERPRETACIÓN– Y QUE ALLÍ RADICA SU POTENCIA”. JOSÉ ROCA han usado su creación para abanderarla. Uno de los casos más conocidos es el de Neruda, quien, independiente de su posición política, fue grandioso. Con todo, considero que su Canto general muestra cómo la poesía puede ser usada de forma acusadora e incriminatoria, crítica mía que no menoscaba la grandeza de su obra, pero que en ese poemario en particular no lo deja tan bien parado como creador frente a, por ejemplo, los poemas de Residencia en la Tierra. Caso distinto es el de Nazim Hikmet quien, siendo de la misma línea política que Neruda, difícilmente muestra en su obra o en su tono un sentido político, más bien enseña un sentido ideológico en cuanto a la relación de la historia y un pueblo, el suyo. La diferencia entre ideología política y la referida a las condiciones culturales de las comunidades la explico a partir de Estanislao Zuleta: «una característica típica de la ideología: se funda siempre en las tradiciones, en los modos de vida, en una autoridad de cualquier tipo que sea y deja de lado la demostración como fundamento de su validez»4. Las ciencias naturales, en cambio, se fundan en la demostración, y no existe autoridad de ningún tipo que actúe sobre ellas. El científico mismo no tiene autoridad sobre su ciencia, la única autoridad es la demostración. Incluso la ideología-política, en cuanto ciencia política, valora más lo que se demues-

Pablo Neruda y Nazim Hikmet

tra que a sus autores. En cambio, para la otra ideología existe una autoridad: la tradición, la cultura, el pueblo mismo y sus saberes. No es concebible un arte alejado de ideologías, pues no es un arte que exprese el sentir de un pueblo en su respectivo espacio y tiempo. No en vano Noé Jitrik, en un ensayo sobre la obra de su compatriota Borges, observa dos cosas: «una, cómo surge eso que llamamos escritura […] dos, ciertos núcleos ideológicos que penetran toda su obra ulterior y que se refieren a cuestiones tales como el origen (propio) la nación, la sociedad […]»5. Desde la estética, existen consideraciones vinculadas a cada época. Hoy, en medio de las múltiples interacciones comunicacionales, existe la posibilidad histórica del concepto y uso de «lo local». La noción de ideología y de placer en nuestro contexto contemporáneo se asocia también a la imagen de inestabilidad, laberinto y caos; esas teorías del caos que surgen a mediados de la década de 1970 y que Omar Calabrese6 categoriza en dos estadios científicos: uno, en las ciencias de la naturaleza; dos, en las ciencias humanas. Para el segundo caso, relacionar esa idea de caos, desorden e inefabilidad se traduce en la era contemporánea en un principio de complejidad insertada en la cultura. La imagen del laberinto, asociada al caos, tendrá entonces una explicación no lineal que puede no ser fácilmente ex-

4 Zuleta, Estanislao, Elogio de la dificultad y otros ensayos, Fundación Estanislao Zuleta, Cali, 1994.

36

| ULRIKA 51


DARÍO SÁNCHEZ CARBALLO

plicable; aunque eso no es significativo porque en los del todo. Nada más molesto para el desarrollo final de una tesis que dar la tan anhelada respuesta, ya modelos no lineales de los procesos comunicativos que es en el transcurso de la investigación donde se actuales no importa tanto la efectividad del mensadespliegan interrogantes antes insospechados e inje como lo que sucede en el proceso comunicativo esperados. La demostración científica, en donde la como tal y ello es el espabile de la misma cultura. lógica está orientada por la búsqueda de respuestas a Es decir, no importa a la larga salir del laberinto, importa estar y ser en él. Estos conceptos de Calabre- preguntas prefijadas, y en ello no importa el cuerpo o la cuestión del asunto, que en buena medida es se, sumados a las famosas seis propuestas de Calvino 7 lo sustancioso, se aleja de la creatividad, del goce y (entre ellas la levedad, la rapidez y la multiplicidad , del placer en los términos antes expuestos. Es decir, fortalecidas con la noción de lo etéreo como valor importa sobre todo el resultado y no el camino rede nuestra cultura en el siglo xxi, a partir de las corrido. La poesía no tiene respuestas, ni las busca, disertaciones de Bauman8 sobre el amor líquido y la pero sí provee nuevas preguntas en el devenir del sociedades líquidas) vienen a conectar las ideas arriser humano, que le ayudan a poner su mirada en ba expuestas con la coherencia entre el correlato del lugares donde nunca se hubiese imaginado. ámbito académico y el pulso de la cultura vigente. Así, lo semántico, que incluye la cultura y el contexto de los significantes, en el LA POESÍA NO TIENE RESPUESTAS, NI LAS BUSCA, PERO SÍ orden del aprendizaje a partir del texto PROVEE NUEVAS PREGUNTAS EN EL DEVENIR DEL SER HUMANO poético, será más valioso que la mera concatenación de la lógica de un discurso QUE LE AYUDAN A PONER SU MIRADA EN LUGARES DONDE escrito en lo referido a lo estrictamente NUNCA SE HUBIESE IMAGINADO. lingüístico. Es preciso un enfoque que dinamice la cuestión En mi caso particular, como catedrático de del aprendizaje, obviando ideas conmensurables, «Procesos comunicativos» en varios programas pero abordando los temas desde la multiplicidad, la de una universidad pública, no concibo la idea de heterogeneidad y la levedad para lograr mayor proveutilizar la literatura y la poesía con el ánimo de cho. Se propiciaría así cierta sofisticación en cuanto enseñar algo específico, sobre todo sesgado al conal conocimiento generado en la comunidad académicepto meramente gramatical o sintáctico, pues las posibilidades de observar uno o diferentes universos ca. Allí la poesía es lo que se siembra, pero también la maceta, la mano que la riega y, claro, la persona desde el campo semántico que transmite la poesía sujeta al hecho particular que a la vez observa para son, por mucho, superiores. Aprender a escribir, a narrar e incluso refutar desde diferentes ángulos la la vieja usanza, donde el maestro imbuido en su luz geometría euclidiana que nos enseñaron. trasladaba esa gracia a sus alumnos o iluminados, Espero que las formas de ver esa universalidad obedece más a un proceso técnico que no a la idea del conocimiento, tan practicadas en la academia, de generar un profesional cuya capacidad humanísse aviven por medio de la poesía desde las instancias tica le permita indagar, investigar y criticar tanto que aquí se han propuesto. Ojalá al final no nos al mismo conocimiento como a sus gestores. Más echen, poetas, de la comunidad académica, como en bien, opto por partir de un grupo de estudiosos La República de Platón, porque no convenimos a los, sobre tema y lograr con el mecanismo de lo poético en algunos casos, ejercicios dogmáticos. Y si al final y sus sustancias generar pensamiento a partir de la reflexión creativa y no sistematizada que provee una lo hacen, que sea como de la misma República: con perfumes y guirnaldas.  buena lectura de poesía, sin pretender entenderla 5 Jitrik, Noé, La vibración del presente, Fondo de Cultura Económica, México, 1998, p. 15. 6 Calabrese, Omar, La era neobarroca, Cátedra. Signo e imagen, Madrid, 1999, p. 134. 7 Calvino, Italo, Seis propuestas para el próximo milenio, Siruela, Madrid, 1994. 8 Bauman, Zygmunt, Modernidad líquida, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003. ULRIKA 51 |

37


POESÍA Y EDUCACIÓN

Poesía y educación:

sobre el relato originario n POR CARLOS LÓPEZ

DESDE LOS TIEMPOS MÁS ANTIGUOS HEMOS ANHELADO DEJAR TESTIMONIO DE LO QUE NOS PASA COMO SOCIEDAD, PERO TAMBIÉN DE MANERA INDIVIDUAL, POR ESO LA POESÍA ESTÁ EN GILGAMESH Y EN LA ILÍADA, PERO TAMBIÉN EN LOS POEMAS DE SAFO O DE FERNANDO PESSOA.

38

| ULRIKA 51

Cuando se habla de poesía y educación uno asume que se hace referencia a algo concreto: la poesía pedagógica y la educación escolarizada que deviene en instrucción; la poesía que se enseña como parte de una materia del programa de estudios; la educación memorística, formadora de personas acríticas, conformistas, útiles al sistema. Sin embargo, poesía y educación son sinónimos de libertad en la práctica, al ejercerlas con pasión, sentimiento, conocimiento, pensamiento, revelación. Se crea al educar; el maestro que persigue la rebelión del espíritu alcanza la luz en la enseñanza. Un maestro que disfruta su trabajo no se empeña en transmitir conocimientos, en convencer a sus alumnos de sus ideas, en tratar de explicar teorías que muchas veces ni son propias. Comparte, dialoga, reflexiona, escucha, aprende. El maestro de poesía no debería existir, pues ésta no se enseña, no se puede definir, ni tiene asidero. No es un oficio, aunque existen oficiantes que la ejercen de manera radical. La poesía es una manera de sacralizar el lenguaje. Más que exigir a las instituciones que cambien sus programas de estudios y pedirle al mundo depredador y asesino, dominado por las grandes corporaciones, que se detenga y piense un poco en la


CARLOS LÓPEZ

poesía, hay que crear lectores, y eso nunca ha podido hacerse en masa. La lectura debe alentarse de tú a tú y desde muy cerca con los amigos, la familia, los maestros rebeldes, de esos que van más allá de los programas establecidos y son enfervorizados lectores. Todos necesitamos de las palabras y de las historias. Desde los tiempos más antiguos hemos anhelado dejar testimonio de lo que nos pasa como sociedad, pero también de manera individual, por eso la poesía está en Gilgamesh y en la Ilíada, pero también en los poemas de Safo o de Fernando Pessoa. Cuando aún no tenemos la poesía escrita, cuando aún no somos lectores, si somos muy pequeños o analfabetas, de todas formas el apetito por ella está ahí y aprendemos canciones y memorizamos frases o versos que nos significan algo, que nos dan una imagen o una idea, un ritmo, o que nos remiten a una emoción. Antes que irnos a lo general hay que estar al tanto de que la poesía a veces se difunde como un secreto; a veces, como un grito, y no tenemos la llave total que abra la sensibilidad de todos los seres humanos. La labor de crear lectores requiere de paciencia y de pasión. No puede transmitirse un conocimiento si el que lo difunde está desconectado de lo que enseña. Es una labor siempre delicada porque no debe haber imposiciones. Jaime Sabines lo expresó muy bien: No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o de creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la libertad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿Quién es quién para decir «esto es así», si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?).

Debemos estar atentos: la poesía no nos da soluciones, las metáforas no se resuelven a través de una ecuación; la poesía usa palabras comunes, pero de una forma distinta a la usual y muchas veces nos invita al ensueño (y el ensueño está muy mal visto en estos tiempos en que hay que ser exitoso y producir y entregar resultados concretos); la poesía también nos lleva al silencio (motivo de sospecha en estos días en que hay que tener todos los aparatos posibles encendidos). Por eso la poesía es siempre transgresora, pone el dedo en la

...LA POESÍA USA PALABRAS COMUNES, PERO DE UNA FORMA DISTINTA A LA USUAL Y MUCHAS VECES NOS INVITA AL ENSUEÑO (Y EL ENSUEÑO ESTÁ MUY MAL VISTO EN ESTOS TIEMPOS EN QUE HAY QUE SER EXITOSO Y PRODUCIR Y ENTREGAR RESULTADOS CONCRETOS)... llaga de lo que somos, pero también nos saca de lo cotidiano y nos propone otro mundo. La poesía puede darnos consuelo, pero también nos hiere; su efecto es contundente, cualquiera que sea. No podemos pedir que la poesía concuerde con las exigencias actuales, por eso son necesarios cómplices, amigos secretos; tal vez lo mejor no es incluirla en las escuelas, sino sacarla de ellas y llevarla a todos los ámbitos: formar núcleos de lectura, sesiones clandestinas en casas para leer versos, adentrarse en la mitología, alentar la oralidad, las historias, el ejercicio de memorizar. La poesía está ligada a la vida y su expresión permite que los goces o los dolores se multipliquen. Su enseñanza es gradual y sería bueno que la poesía estuviera en todos lados, no como un objeto de estudio escolar, sino como una experiencia vital. Jorge Luis Borges, respecto a la enseñanza, decía: Así he enseñado, ateniéndome al hecho estético, que no requiere ser definido. El hecho estético es algo tan evidente, tan inmediato, tan indefinible como el amor, ULRIKA 51 |

39


POESÍA Y EDUCACIÓN

el sabor de la fruta, el agua. Sentimos la poesía como sentimos la cercanía de una mujer, o como sentimos una montaña o una bahía, ¿a qué diluirla con otras palabras, que sin duda serán más débiles que nuestros sentimientos? Hay personas que sienten escasamente la poesía; generalmente se dedican a enseñarla. Yo creo sentir la poesía y no creo haberla enseñado; no he enseñado el amor de tal texto, de tal otro: he enseñado a mis estudiantes a que quieran la literatura, a que vean en la literatura una forma de felicidad.

EL DESTINO INEVITABLE DEL POETA ESTÁ CONDICIONADO POR LA REALIDAD Y POR EL AZAR. [...] ¿CUÁNTOS POETAS QUE NO OFICIAN COMO TALES, QUE NO ESCRIBEN GUIADOS POR UNA MANO DIVINA, NOS LLENAN DE COLOR LOS DÍAS? No hay que olvidar que la poesía está hecha de palabras y, aunque los intereses de la poesía, es decir, los temas que aborda, son amplios y diversos, su resultado permanece en el lenguaje y es ahí donde palpita su centro. Tal vez lo primero en la educación es lograr que los aprendices de todas las edades se sensibilicen ante el lenguaje y que el amor por la lectura y la escritura se fomente como una manera de imaginar, de diversión, de autoconocimiento. Lo que un maestro debe procurar es ayudar a que los estudiantes encuentren su voz, algo que puede sonar a lugar común si no se dice que desde ahí se puede fomentar la autocrítica y la originalidad; el respeto por el trabajo y por el lector; la búsqueda incesante de formas distintas de crear; la lectura amorosa, la entrega incondicional por atrapar la realidad. La poesía es el relato originario, estamos hechos de poesía. Fuimos creados cuando alguien nos nombró por primera vez. El lenguaje es la materia de nuestra esencia, de nuestros sueños. 40

| ULRIKA 51

A quien trabaja con palabras no le basta sólo tener talento innato, como afirma Charles Simic: Alguien que aspira a ser poeta debe tener una relación particular con el lenguaje; un buen oído y un gusto por el lenguaje, por usar las palabras de cierta manera. Ése es el trabajo más interesante y difícil con la mayoría de los estudiantes. Hay otros estudiantes, más raros, que no tienen esta relación con el lenguaje, pero tienen una gran imaginación. Lo extraño es que ocho de cada diez de los más talentosos casi nunca se vuelven poetas. Con frecuencia, los que se hacen poetas son aquellos que parecen no poder evitarlo.

El destino inevitable del poeta está condicionado por la realidad y por el azar. ¿Cuántos seres iluminados, llenos de poesía, no escriben versos porque tienen que luchar todos los días por la sobrevivencia, pero en cada acto que realizan practican ese don? ¿Cuántos poetas que no ofician como tales, que no escriben guiados por una mano divina, nos llenan de color los días? Hay mucha gente analfabeta que en su habla cotidiana renueva el lenguaje; personas que sin trazar los signos de las letras son los mejores guardianes, los amorosos defensores de una lengua. Nombran con nuevas palabras si no conocen las inventadas en otros contextos y crean hermosas metáforas sin proponérselo, sin buscar efectos, sin aspirar a ser llamados poetas. Ellos se tropiezan a cada rato con la poesía, viven en la poesía mientras otros viven de ella. La poesía es objetiva pero también es inmanente. Descubrirla no es tarea de seres de otros mundos; basta con hacer un alto en el vértigo, posar nuestra mirada en las cosas pequeñas, revelarlas, convertirlas en cosas extraordinarias, poetizarlas. Si lo logramos, algo se abonará al relato universal infinito. Si no, sólo se postergará el milagro de la creación. 


Antología de los poetas invitados a las VI Jornadas Universitarias de Poesía

Aunque no todos los llamados están aquí, esta muestra da idea de la polifonía poética que disfrutaron los bogotanos del 7 al 11 de octubre de 2014.

ULRIKA 51 |

41


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Armando Romero Palabra por palabra Palabra por palabra el hombre se levanta a deshabitar el alma Corre el riesgo de los vientos que curvan ventanas desnudas Pero al atreverse con los dioses se sabe ágil ligero Hay en su mirada mucho cielo mucha planta

Las piedras Las piedras... siguen hablando a los que las escuchan. André Breton

No eran camino largo o encrucijada huellas de senderos que se van a pasos eran luz desde el canto de la tierra polvo vuelto a más y detenido El sol las ve hasta el corazón escrito sabe que precisan su historia a todo momento y en la fila de agua que marca su salida ellas son el color y la sustancia Sus formas muerden al mundo para sembrarlo y lo cargan del placer de las imágenes al ser pájaros en el nudo de la planta cielo y nube en amor estacionario

Testigo del tiempo Son testigo del tiempo las raíces que siembra la infancia en el rostro de los que amamos. Un pedazo de piñata atrapa al sol con sus festones y el cielo presuroso viene a darnos la respuesta: No somos ya los otros que se fueron plenos de horizontes por el follaje. En aquel entonces, la infancia le daba ventaja al tiempo y le ganaba.

42

| ULRIKA 51

No dejan allí su barro sino el misterio de por cuando vienen las cosas y los murmullos y pintan una flor de auxilios por el suelo en esa su piel azotada de silencios A meterse entre los ojos dicen y ya son caballo inmóvil sobre el desierto mirada fija en el círculo del valle reflejo y desnudez del indicio de los tiempos En el mar de su búsqueda desciende como inútil la pregunta y la respuesta así en ellas se graba el signo que estremece y permite leer todo el comienzo


ANTOLOGÍA

Viajera

Devino misterio

En cuanto a los árboles tiene cabellos como batidora de plantas sube en soga por la miel de las raíces y en la punta de las hojas es cristal de agua

¿Cómo convertir en canto ese silencio de la tarde fuera del monasterio, frente al mar?

En cuanto a las noches camina por el añil en fondo dejando humo y sonido como vapor de fuego chispa de seno en curva adolescente Es amor de múltiples amantes trigo en aire de inigualado desenfreno astilla firme en el corazón de los pájaros óvulo centro que esperma y desaparece Hada en techos de zinc y asbesto muévese como trepadora en cruz sobre la rama precisa como gotera a medianoche da paso a un nuevo ruido Esperándola estamos los hombres de la tribu en la danza de abeja con olor a signo callados a la espera de palabras es a nosotros su más certero desafío Mírala venir de ella en agua mírala caminar de ella en árbol mírala flotar de ella en noche mírala partir de ella en pájaro

En el pequeño malecón dos pescadores, vueltos hacia sí, desempacan su cosecha de peces espejeantes. ¿Detener con las manos las imágenes mudas que esperan contener nuestros cuerpos? El viento pega contra el portal inmenso pero de ello también hay silencio. ¿Vivir este tiempo al otro lado del tiempo? Un monje pasa y entre barbas escupe su risa a los pescadores. ¿Restregar la memoria hasta donde no lo quiso el recuerdo? El mismo monje observa el espacio que habito y sonríe cortésmente. ¿Dónde está el poema, entonces, la mirada hacia adentro?

Qué es el río Qué es el río sino esa agua sucia deslizándose. Entre colinas, hondonadas, terraplenes, ara un limo poblado de peces oscuros, ramas engañosas. Perplejo el cielo se niega en el reflejo de sus aguas. Qué es el río que no dice adiós por debajo de los puentes. Solo en lo vasto de su tiempo lo puedo capturar si alerta voy al instante. Qué es el río sino ese ir por el agua sucia deslizándome.

ULRIKA 51 |

43


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Carlos López *

*

Árbol del tiempo alumbra las horas calladas; el río guía los campos en penumbra. La soledad hendía en sus laberintos la noche y el día.

Al descubrir su sombra los pájaros esconden la mirada, buscan quién los renombra al abrir la alborada infinita, se pierden en la nada.

*

*

La obsesión por el agua diluye la esencia del sauce que llora: en las horas desagua el sereno de esta hora en que el reverbero del mundo aflora.

Veo en el río sueños, serpientes negras, rojas. Nada ofusca la visión de mis dueños, rebelión de la brusca marea que interroga la señal, busca.

*

*

Lenguas de zarza ardiente buscan las aristas que disfrazadas contienen la creciente, las fuerzas encantadas que rebalsan castalias desbocadas.

Raíz amortajada se ilumina con profundas piedras, aroma embalsamada germina cantos, hiedras, relámpagos, inquebrantables hebras.

*

*

Al reflejar la sombra de dos cuerpos que deliran abrasados la luna ve, oye, nombra a los cantos rodados, los pone en el camino trastornados.

Del fuego de un espejo saltan rayos. Un gato con mirada de oro ve su reflejo. Es copa iluminada de una ceiba música enllamarada.

* Al descubrir su sombra los pájaros esconden la mirada, buscan quién los renombra al abrir la alborada infinita, se pierden en la nada.

44

| ULRIKA 51


ANTOLOGÍA

Margarito Cuéllar Planeta cerveza

La fiesta

Espuma la corona del rey de oros como flotar en la niebla a la orilla del mar. Un póster de Winnie Pooh una calca de la Mujer Maravilla. Los libros necesarios, el amor necesario. Zancudos, vampiros bonsái dráculas en decadencia caricaturas de Nosferatu. Un ángel vuela sobre un campo de flores. El silencio: el mejor amigo del hombre (alguna vez lo fue el perro). Se envejece de día, sobre todo los martes. ¡Oh, furia helada del espejo, cínico resplandor, metáfora del viento!

No avisaron que hay reglas días en blanco y negro camisas de fuerza.

Cuento No aburras a tu amada con flores. Amárrala a la cama, deshójala despacio y quítale las medias como si tocaras una arpa. Rasúrala y muéstrale el espejo: las heridas se encuentran. No le digas que sus caderas son melancólicas como cena de navidad sino vacaciones de Semana Santa. Ahorra diminutivos; cosa, trapo seco, reina de las Oceánidas suenan bien. Dile que la amas la vida de un instante que su piel es de agua y bebe de sus ánforas líquidos tragos lentos, que sus huesos abren el apetito por eso la masticas. Mastícala con calma, gozará más de tus dientes. Háblale fuerte para que huya del cuento. Haz que vomite todos los sapos, y por las dudas, arroja lejos esa flama verde de príncipes caídos en desgracia.

De saberlo me quedo en el río oscuro argonauta alimentado por ángeles. Le suben a la música y digo «oh, yea, se está bien aquí». Me dan a probar unas píldoras me inyectan no sé qué. «Es el amor», registra la oreja y bailo y lloro mientras la fiebre me toma el pulso. Doble ración de Eva en la hora feliz bebo hasta el fondo y pido otra y otra. De pagar intereses no se habla. En la pista cabemos todos.

Patrimonio Soy de los que no hacen dinero pero invierten su horal leyendo a Kafka y al loco de Darío. Alimentan al cuervo de Poe y nadan contra la corriente en el lodo.

Paradigmas mis amigos tienen nuevos amigos nuevas esposas nuevas cuentas bancarias nuevos autos nuevas residencias nuevos hijos nuevos empleos nuevos trajes nuevas amantes encarnaron en pájaros en cristo en la reina Isabel se suicidaron cambiaron de país de sexo de look de ideas de gustos musicales de partido político el poeta arroja los dados ULRIKA 51 |

45


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Elkin Restrepo Miroslava

Romy Schneider

Para Óscar Jaramillo

Ahora que todo lo sabes, y tu cabellera ondea silenciosa en un rincón de la muerte, y tus labios nada dicen, pienso en ti, pienso en ti. Es de noche, y las carreteras en el campo están solas, y hay en todo como una claridad siempre más allá, y el recuerdo es como un cuarto del cual acabas de salir. Ahora que todo lo sabes, y el mar se hace jirones como una tela oscura, y donde quiera que miro no encuentro un poco de tu carmín, ni de tu perfume ni de tu misteriosa belleza. Ahora que todo lo sabes, la vida pasa cálida como una boda, y, allí, donde estás no llegan sus imágenes ni sus rumores, ni la noche es como un abrazo. Ahora que todo lo sabes, y sólo eres un poco de polvo disperso bajo las estrellas, bajo el más bello color de la noche, pienso en ti, pienso en ti.

En esta época del año, sopla un aire fresco y las hojas se amontonan afuera, en los jardines de la casa. La luz, el oro pesado de la tarde, toca el borde de los árboles, el agua ciega del estanque, el camino de entrada, y los transfigura. En mi corazón descubro entonces una nueva ebriedad, y una languidez amable, solícita como los besos y la lengua de un joven amante, colma mi cuerpo y lo enriquece de mil olvidos. Es el otoño que llega, la estación que cambia y revienta en mí misma, como un juego de luces sobre el cielo de la ciudad, como una íntima y feroz caricia. Por una vez más, un cielo claro sirve a un enjambre de aves que chillan, y el oro desleído de las hojas caídas corre como un último fuego. Por una vez más, la brisa llama de nuevo en los cristales de la ventana, y no olvida mi nombre. Por una vez más, arde en mí el sueño perdido de la vida. Por una vez más.

46

| ULRIKA 51


ANTOLOGÍA

Óbolo

El don

Ni solo, ni huérfano, ni desamparado, puedo sentirme.

Ningún lugar mejor que la ciudad para pensar en ciervos y bosques,

No puedo decir que algo me falta o me sume en la derrota. Tampoco llamar a la tristeza para que haga los oficios de la casa. Ni puedo alegar razones porque el mundo no es como lo creo. No, no puedo, con tanta queja, convertirme en el ciego que palpa y maldice la moneda de oro que se le entrega.

Embrujo Ningún anhelo mejor que la vida misma. Ningún sueño más apropiado que la misma realidad. Ningún suceso mayor a un día en el cual no sucede nada. Una fiesta: el más trivial de los actos, el más distraído de los besos. Fábula, despertar y saber que estamos vivos.

para hacer del momento una pura ensoñación, la vida que queremos y no existe, o existe en otra parte. Venados, osos, perros, montes y lagos, y en el camino que traza el candil de una luna de hielo, un hombre con la pieza de caza a cuestas. Por un instante soy aquel que, primitivo, se libra al destino de un mundo naciente y áureo. Y pacta acuerdos con la ruda Ley que le ofrece por sueño la vida. La vida salvaje y bella, donde copular, cazar, pescar, cambiar con el tiempo nómade, es suficiente, y donde no cabe ilusión distinta a la labor de cada día, y el sueño es el simple descanso, el dios que vela tus fatigas. Y vivir, el don. ULRIKA 51 |

47


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Jotamario Arbeláez Poeta de salón Encaramado en una tarima donde me subiera el maestro de escuela con vestido de paño negro de corbatín y rodeado por las madres de todos mis cuatrocientos compañeros me tocaba sin haber cumplido siete años declamar como un homenaje en su día las poesías que le habían hecho anticuados poetas a su mamá Mi padre seleccionaba los temas me enseñaba la mímica me indicaba dónde debía reforzar la elocuencia o dejar caer la voz para lograr ese efecto que hacía a las madres venirse en llanto Entre todas ellas la mía brillaba por su juventud y belleza y su rostro reventaba de orgullo ante el líder de sus entrañas dominando la multitud En vista de mis éxitos repetidos en este campo durante los años elementales ya no tan sólo con las madres (lo cual era batalla fácil) sino con la patria y con la bandera con el educador y la Virgen me inculcaron otro tipo de poesías igualmente de salón recitables Y en medio de cualquier reunión o tomata no era extraño que una tía silenciara a la concurrencia desconectara la radiola 48

| ULRIKA 51

y pidiera que el niño nos recite aquí en este asiento el Duelo del Mayoral o Claveles Rojos En los primeros tiempos yo me sentía halagado de ver ojos brillando por la emoción o por las lágrimas de escuchar pujantes elogios a mi voz aterciopelada y los atronadores aplausos del distinguido Pero seguí creciendo en entendimiento y ya no sólo en casa sino en casa de los vecinos y donde meros conocidos donde llegaba de visita y hasta en la casa de la novia me seguían pidiendo las mismas recitaciones Tan sólo entonces comprendí que me estaban mamando gallo Desde entonces detesto la poesía.


ANTOLOGÍA

Luis Miguel Madrid La torpeza

Dolencias

Ya te digo que soy torpe cuando riego las plantas, cuando trato de volverme a disculpar ante el hilo de tus ojos. Que como siempre me enredo, tropiezo y caigo boca arriba en un pozo de amnesia en el que sólo recuerdo tu nombre.

Me duele el pecho cuando pienso en ti, cuando pienso en ti me duelen las plaquetas, las anginas operadas en el 75 y los huecos que tengo entre los dedos de los pies. Son achaques entrañables que me alivian de aquellas otras dolencias que sufría cuando te conseguía olvidar.

De golpe me despierto con la regadera en las manos, miro las macetas inundadas y las llamo como a ti.

Malos pensamientos

Acaricio sus hojas como si fuera tu pelo, me asfixio entre sonrisas con su aroma hasta que choco despistado con tu aliento y vuelvo a recordar el mal que te he hecho.

Sus pensamientos escocían repitiendo ebullición, maltratándole con las artes malas que tienen los recuerdos, echando sal después de abrasar la herida sin cicatrizar de su mala conciencia

En el nombre de esta página

Es bueno tener

Este inmenso espacio delimitado por esquinas, que linda a la izquierda con la página anterior y a la derecha con tus dedos debería estar cubierta con equis, como esas que se ponían al final de las postales para significar besos, uno por aspa; o como esas otras cruces que marcaban el vértice de aquel poema especialmente dedicado. Yo hoy no soy nadie y escribo como tal, en el nombre de esta página, marcada a sí misma en este verso que desde este lado del tiempo te recuerda, de la misma forma que un brazo mutilado siente el pulso de su mano inexistente.

Es bueno tener una mujer en casa, que se tumbe en el sofá o se bañe aunque lo haga a solas, y que abrace tu almohada y duerma en tu misma cama aunque tú duermas en otra. Es bueno regar el hogar con el fresco aroma de una dama aunque sea infiel o pase de ti como las ostras. Lo importante es el olor, la suave caricia de su piel en las sábanas o en las cortinas que roza.

Me casaría contigo Me casaría contigo si no fuera porque tú no quieres hacerlo conmigo y otra serie de circunstancias adyacentes. Ya sabes: tu madre, tus tías, tus hijos, tu marido... Por eso me rindo: se puede luchar contra un imperio pero no contra los elementos.

ULRIKA 51 |

49


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Osvaldo Picardo F. Q. I: El pasado Para que alguien todavía diga Fabio Quintiliano, para que esos sonidos por un instante amable emerjan y se hundan en los largos siglos de tapas y páginas empolvadas hubo muerte más que nacimientos. Una Roma en llamas. El recuerdo de los higos que Catón trajo de Cartago, y el horror de Herculano y Pompeya. Un Séneca con un alumno siniestro y un Pedro y un Pablo que profesaron en una secta y repetían: «una sola palabra tuya bastará para sanarme». Todo esto está en mi nombre y en tu oído trepa lento como el caracol sobre el vidrio (detrás dicen haber visto una historia de salvación, otra de progreso y ésta sin novedad).

En un viejo laboratorio de fotografía Hay una suma de cosas en la sombra que las ventanas clausuradas dejan crecer desde hace años. Además del piletón, la ampliadora, el abrillantador, los frascos de ácido y la luz inactiva. Hay además ese presentimiento, el mismo de la primera revelación cuando la inexistencia tuvo un colapso y mil partículas se concentraron en la historia de una sonrisa. No es algo nuevo sino todo lo contrario, apenas si es algo. Se parece a los bares oscuros del puerto entre putas y algún extranjero. No se trata de palabras ni de costumbres, hay una suma de cosas flotando como cadáveres que nadie podrá identificar.

50

| ULRIKA 51

Una casa Once it held laughter Once it held dreams Did they throw it away Did they know what it means... Tom Waits

La sala había sido construida con las geometrías impalpables de los cuatro vientos. Con un vestíbulo chiquito, una escalera de un par de peldaños y a cada lado una pieza. La casa fue desenterrada en Tell Madhur. Había restos de madera carbonizada una noche de invierno de hace casi seis mil quinientos años. Dos ollas pintadas, un mortero tallado, una cuchara abandonada sobre una mesa, una azada que hablaba del campo amarillo de trigo. Y esa urna debajo de la cama con los huesos de un niño. Habrías visto aquí una razón para vivir, con una ventana igual a esa a través de la cual llega el olor áspero del agua salada con su grabado de olas. Y enterrada como la casa, ella –como lo sabe hacer– se habría llevado lo escrito y lo aún sin escritura, apretando tus piernas con sus piernas. Hubieran reído juntos y llorado alguna vez junto al fuego de la cocina o ante la puerta cerrada y sabrían lo que significa esa urna debajo de la cama.


ANTOLOGÍA

Darío Sánchez Carballo Piano pájaro

Estadísticas

Luego llegó a la gran Villa Bizancio vio subirse en el colectivo tres mujeres absolutamente hermosas en intervalos diferentes en horas ajenas a la suya.

Al amigo poeta y pianista Fernando Linero

Si Walt Whitman no hubiese sido escritor con seguridad hubiese sido jazzista y sus hojas de hierba serían un viento a las hojas su aire en un posible saxo la sonrisa de un joven pianista deteniéndose ahora en otro joven. Quizá, y esto sólo es una suposición, sus mañanas, sus mediodías tendrían un sabor amargo vería al fin que el color de lo nocturno sólo son las miríadas de pájaros que ocultan el sol con cada aleteo.

Eran tres a él le encantan estos datos pues sólo eran cuatro los pasajeros. La estadística está del lado de los gobiernos si puedes sé un dictador.

Sería Whitman otro pájaro de la noche.

Perro 3

Matrona

Podrás olisquear si quieres pero no dejes nunca de lamer.

De su belleza y su fuerza ambas reprimidas se conserva la manera de abrirse paso de fundar lo infundable en el almuerzo de corregir el cómo encender el hogar en una chimenea el fuego para incinerar sus muertos. De aquella belleza y esa fuerza por siempre reprimidas de allí venimos.

Lame eso acre pegado al hueso de alguna pilastra que sigue sosteniendo esto insostenible que vive y se divulga. Podrás olisquear… pero no dejes nunca de lamer nuestro orgánico cemento que acopla estas nuevas respiraciones.

Perro 6 No sé cómo hacían para mirar su verticalidad día a día en esa losa brillante donde el sol es otro ángulo hincado en los ojos yo paso y veo sólo otro perro que se molesta cuando le miro. La saliva es mi espejo. ULRIKA 51 |

51


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Jorge Carlos Ruiz de La Quintana Entrañas

Alados tropicales

Morir me da vértigo todas las veces siento calor en la cara y un hueco en el pecho me imagino igual a un globo soplado de miedo luego me desinflo pienso en otras cosas me doy cuenta que no pasa nada tampoco es tan grave morirse

La geografía que nos han depositado en la cabeza es una farsa los polos no son los extremos ni la conclusión de las paralelas El Ecuador jamás dividió hemisferios no existe ningún norte y el sur es el verdadero rostro del infierno Todas las brújulas apuntan al vacío, señalando un lugar maldito como en los viejos mapas, más allá de finis terrae los mares se precipitan Las cúspides de este planeta no están en las cimas ni las simas Las cumbres del mundo se encuentran en los trópicos El único horizonte posible se dibuja en esa curvatura serpenteante tatuada por el sol

No sucede siempre esa cosa tiene sus ciclos sin embargo la pienso y me intriga la sensación de oquedad mi carne se estira, es un látex transparente fibra delgada conteniendo una energía ésta me empuja empecinada como no reviento se me escapa por la boca Todas las vísceras hacen lo mismo contienen materias y luego las evacuan pis sangre aire bilis gases mierda agua semen hijos Seguramente lo que siento forma parte de la misma arquitectura y no tiene nada que ver con la muerte

52

| ULRIKA 51

Nadie nos lo enseñó, no en este tiempo Crecimos con la educación estafada conocimos un mapa y una realidad invertida nos dijeron que debíamos esperar la nieve en diciembre y en diciembre sólo hay agua y verdura aquí nadie entiende qué mierda es la primavera en este lugar los árboles no saben vivir sin hojas aquí en el centro únicamente llueve o hace sol muchas veces todo se junta y solea mojado Por eso hay una infinita repetición de lo viviente entre lo seco y lo húmedo apenas hay tonos de verdes y azules pero que nadie se dibuje paraísos En los trópicos todo es mortal Sólo quien se despierta en la noche con el único objetivo de matar mosquitos lo entiende En la cumbre de este horizonte aprendimos a matar puedes aplastar lo que quieras con un contundente golpe de manos o tomar su sangre a sorbitos y luego volar con la panza llena.


ANTOLOGÍA

Georgia Kaltsidou Diógenes

Fuera de lugar

El mundo un laboratorio que hiela la sangre para procrear en serie sentimientos fríos

Veo a la gente correr detrás de las propiedades y la fama el poder y la apariencia

Las calles laberintos donde corren sueltos los minotauros amenazando con tragar la juventud tierna El terror asignatura obligatoria en los recintos educativos para someter a los ciudadanos de hoy y mañana Diógenes a plena luz del día con su lámpara encendida sale indignado a buscar al hombre que habla de ideas grandes entre los pequeños que hablan sólo de los demás Qué desalentador tener que transitar un Mundo Nuevo con la historia atrás alrededor el caos y adentro senderos oscuros que jamás llevarán al hombre adelante

Veo a las personas cómo esconden sus pensamientos y deseos Cómo empacan su hipocresía en papel brillante de regalo Cómo se sienten halagadas al lucir sus máscaras Y siento alivio de no ser parte de ese escenario y protagonista de un papel que me avergonzaría interpretar

Orfeo Llevo la tempestad en mi alma que arrasa a su paso mármoles rotos En la médula cantos de otros tiempos Y el llanto de Orfeo

A una sola Digna Victoria ULRIKA 51 |

53


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Fernando del Castillo buen ojo

pequeñas alegrías

si un viejo te dice que te cuides mejor será que te andes con recelo porque es muy probable que hayas sido señalado aunque aún no lo sepas

las pequeñas alegrías de los hombres simpatías momentáneas con otro transeúnte que accede extrañamente a dar la hora

pon atención si un día sientes que te rasca la palma de la mano si un viejo te dice que te cuides ve a tu casa y enciende rápidamente el alumbrado los que están cerca de la muerte tienen buen ojo para los fantasmas los fantasmas son crueles no hay nada más cruel que un fantasma a veces sentirás su presencia en la mitad de una charla como si entre ella y tú se levantara un muro de frío repentino cuando eso pase no pierdas el tiempo haciendo preguntas tontas no necesitas de un médium para saber que ya es hora de salir corriendo si no es de día usa una linterna y al llegar a tu casa enciende el alumbrado y pon una música alegre rezar no sirve llama a algún amigo por teléfono refúgiate en la serenidad de su voz emborráchate y no dejes que nadie se acerque a los interruptores de la luz pero mi mejor consejo es este: no hables con viejos 54

| ULRIKA 51

alegrías de hombres resonancias fugaces con otro condenado que igual a rastras mueve el peso de su cruz pasajeras alegrías la inusual compañera de asiento de autobús que se baja y que jamás se vuelve a ver otoñales alegrías de los hombres la canción que viene de no se sabe dónde con la brisa de la tarde e igual se va las mortales alegrías de los hombres burbujas de jabón que estallan al tocarnos los momentos hermosos que una vez han pasado tendrán que recordarse las livianas alegrías de los hombres las fugaces alegrías los hombres

despierto

(para mi padre)

en el gran lavadero del mar el fantasma de mi madre lava ropa de ángeles me levanto y la veo a través de la ventana de los sueños mi corazón da un salto de alegría cuando su familiar saludo me recuerda que inevitablemente nos reuniremos pronto


ANTOLOGÍA

Maricruz Patiño A propósito de Justine

Visión

… dice Durrell que la pareja es un animal bicéfalo por eso yo prefiero andar a solas con mi propio cuerpo yo sé que el beso casto enloquece a las bestias haciéndolas bramar Y eso es hermoso

Vengo del futuro a vivir la vida de mi sombra He venido a buscarla para llevarla conmigo a ese lugar sin tiempo.

Lo mejor sería un solo cuerpo sin cabeza un corazón radiante y bueno que pueda sublimar el recuerdo salado de las futuras lágrimas, digo cuando los cuerpos vuelvan a sus cabezas y se digan adiós Sí, inventar un espejo de cuatro dimensiones en el que reposar despiertos haciendo el amor en otro mundo.

La abuela Así llegó la madre de mi abuela a la Habana, altiva hija de un continente antiguo y ni el sol de las Antillas pudo arrancar un destello caribe a sus mejillas Así llegó la bisabuela a la isla asombrillada.

Despertar Para Sofía

Ana descubre las palabras Las palabras aparecen vestidas de cosas: Árbol tierra Lago agua Viento aire Vida fuego Ana descubre que la palabra es un misterio Un misterio es algo que no se ve pero se vive, como abrazar un árbol o meter la mano en el lago o desplegarse como una mariposa mientras la voz estalla en el aire como una estrella fugaz… Ana sabe después que las palabras pueden volar más alto en el silencio.

ULRIKA 51 |

55


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

John Fitzgerald Torres Certeza del poeta

Palabra de poeta

El poeta sabe que lo que va a decir es impreciso Reconoce en ello una incapacidad De su lengua y de todas las lenguas De las palabras que conoce y de las que no Pero sabe que si no lo dijera entonces otra voz Aún más imprecisa lo diría Y que sería otra la verdad Otra la letra y la entonación Es decir que la suya es una verdad Que ningún otro expresaría Y aunque el esfuerzo resulte vano El poeta aclara la voz

Como invitado a un talk show Digamos El de Oprah Winfrey Azuzado o porque sí Saca los trapos al sol Y entonces El respetable se exalta Y a él lo sacan a empujones A gorrazos limpios. Eso que dijo No estaba en el libreto.

Empieza.

El poeta abre los ojos Influencias del poeta de la acción Porque Villon roba Roba Porque Baudelaire escupe alto Escupe (mal, pero escupe) Porque Rimbaud es marica Quiere que se sospeche pero no se atreve Porque Dylan bebe Bebe Porque Nerval se cuelga Dice tenerlo en sus planes futuros Porque Vallejo sufre cárcel, en el Perú insulta al policía Porque Lautreamont inventó el infierno Visita el bar Va donde las putas va a cine

56

| ULRIKA 51

Dándole vueltas y poniéndole seso He descubierto que una de las maneras Mejores de escribir un poema es Hacerlo sin pensar en el mañana, o mejor Pensando en que el mañana no existe Y que entonces el poema no tiene misión Que está de antemano condenado a perder Y que el tiempo que se emplea en escribirlo Hubiera podido ser el tiempo necesario Para que las cosas cambiaran, de modo que el poema Habiendo de todas formas sucumbido No sea la luz diminuta donde nace Cada día, en medio de lo negro, el mañana.


ANTOLOGÍA

Adela Ferrer Siempre estoy llegando Siempre estoy llegando, o eso dicen mis pies, salga o entre, de veredas, callejones y campos, mares y entrañas. En vidrieras que rebosan libros miro mi silueta, y mi pelo lacio al viento en mañana de domingo, entre cielos ganados y bajos perdidos. La arena que la vida se lleva, el tiempo en el paso. Existe el cero. Y el todo en el todo. Luces de neón, baile de noche, marcha temprana y lejano movimiento. Nada muere, las transformaciones se suceden. Un bandoneón que gime escalofrío, un violín, que manso, busca notas caídas. Recuerdo. Platos vacíos tras hacer barquitos con la salsa de la abuela, manteles de cuadros en tascas de madera grasienta, tardes y lunas urbanas. Nada muere, todo queda suspendido en un péndulo que vive de suspiros. Texto: La Candelaria, Bogotá, 21 de septiembre de 2014, 9’35h.

Volveré con el levante Vuelo. A ras de mar. Soy cormorán. Me adentro. Ahora alga. Voltean mis curvas como serpentinas entre burbujas tornasoladas. Juego. Cojo velocidad. Cambio de sentido. Paro en seco. Asciendo a la superficie para tomar aire. Salgo, y la luz del sol me templa la esencia. Mis pies en la roca. Me pertenezco. El rostro cara al viento tendido. Me dejo. Los brazos no pesan. Son vacío. Los pies adaptados a la piedra puntiaguda. Miro alrededor. Paz de septiembre. Luz blanquecina. Un velero marchando al poniente. Lo sigo con la mirada. Vuelvo al mar, quiero acompañar su estela y ver como rompe el oxígeno entre mi piel. Patino entre la marea. Me pierdo. No vengáis a buscarme. Volveré con el levante. Texto: La Candelaria, Bogotá, 8 de septiembre de 2014, 9’48h.

ULRIKA 51 |

57


VI JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA

Claramercedes Arango Papel hecho poema

Vamos

Frente al papel en blanco armo un rompecabezas de palabras. Por colores y formas separo las piezas y acerco sus bordes para hacer el poema. Lo leo varias veces en silencio y voz alta y lo dejo reposar como al buen vino. Pero me asombra descubrir que las palabras se salieron de margen, los adjetivos, las puntuaciones y los verbos se acomodaron como fueron llegando.

Vamos a ubicarnos en la orilla que nos corresponde porque fingir parece inoportuno.

En la mañana mientras lo releo, Niebla, la gata compañera de mi soledad, irrumpe en su ritual cotidiano de poner sobre mi cuerpo desnudo la tibieza de sus garras ocultas bajo guantes de seda. Y dando un zarpazo me arrebata el poema, lo manotea, lo rasga, lo muerde, se enrolla en él, y se convierte en la palabra imprescindible que rueda hecha poema. Confirmando –que la poesía como Dios– está en todas partes y no se deja ver.

58

| ULRIKA 51

Anoche Anoche por ejemplo afuera en el balcón honré con mi cuerpo tu deseo.

Lelia A John

Mamá me confieso y te cuento en voz baja que: Claudia, John, Beatriz, Juan Pablo y María estuvieron a tus pies, cercándote, mientras tejías la urdimbre de tus días. Resistieron tus horas necesarias y cuando habías terminado tu tejido te escoltaron al umbral de la puerta del paraíso que te estaba esperando. Me contaron que ibas plácida como flotando en una nube y cuando la luz cegó sus ojos supieron que tu viaje sería sin retorno.


RESEÑAS

RESEÑAS: AL FILO DE LA HOGUERA / Por Óscar Pinto Siabatto LOS POEMAS DE LA POESÍA Carlos López, compilador Editorial Praxis, Ciudad de México, 2002-2012, 1098 pp., 3 tomos.

Si Carlos López hubiese sido científico y no el poeta y excelso editor de marras que es, quizá haría parte de ese grupo de brillantes pensadores que se dedican a estudiar la genética y la evolución –como Jean Deutsch– o astrónomo inigualable –cual Edwin Hubble–. Pero como lo que le inquieta de siempre es la literatura, y más específicamente la poesía –por fortuna para nosotros–, hacia 1995 inició una tarea que sólo odiseos con su berraquera asumen: repasar juiciosa y críticamente toda la poesía universal para pescar, en ese pajar oceánico, las poéticas más representativas, aquellas que respondan, según sus palabras, «muchas de las preguntas acerca de la poesía con el mayor número de voces posibles». El resultado de su titánica labor es una muestra que desde 2002 y a la fecha lleva tres tomos publicados (organizados alfabéticamente por autor: tomo I, A-C; tomo II, D-J; y tomo III, K-R), con casi 400 textos que bien son poéticas o poemas sobre la creación o sobre el trabajo del poeta, agrupando con ello autores de todos los tiempos y de todas las edades pues, según palabras del propio López, más que rigor selectivo en cuanto a los autores incluidos primó el juicio estético de cada poema. Muchos poetas miran con desdén la valoración crítica que de la poesía se hace desde la academia (y en el mundo de hoy por todos es sabido que incontables veces es más que tendenciosa en otros ámbitos, bien por odios enconados entre los mismos

poetas o por los intereses del mercado); aunque sin duda muchos valoran con aprecio juiciosos estudios como los de Benjamin en torno a la obra de Baudelaire. A pesar de tales contradicciones, seguramente todos los poetas están de acuerdo en que quienes mejor pueden hablar sobre el quehacer poético son los mismos poetas y mejor si es «a través de poemas, no de opiniones o poéticas en prosa», como lo reconoce el propio López. Por eso, esta obra monumental –que augura en breve la aparición de su culminación, casi 20 años después de iniciada–, es y será herramienta infaltable tanto para los poetas, iniciados y de viejo cuño, como para los amantes de la poesía, e incluso, y con certeza, para las academias que en mora están de abordar el estudio de la poesía y apropiarlo, para ponerla al servicio de la gente por medio de los planes de estudios en escuelas, colegios y universidades. Hay quien dirá que a pesar de la amplia muestra, los poemas y poetas incluidos tienen el sesgo del criterio de su compilador, pero ¿qué poeta, qué poesía no es subjetiva?, ¿qué premio de poesía –cuando no es amañado– no está sesgado por la sensibilidad, intereses, gustos y bagaje cultural de los jurados? Somos el eco de nuestras lecturas y de nuestros amores literarios pues aprendimos de la mano de muchos maestros. Conociendo el trabajo, el rigor estético, pero igualmente la inmensa generosidad de Carlos López, también gran maestro él, estoy seguro de que los poemas que hacen parte de Los poemas de la poesía abrirán, por manida que parezca la cita, «las puertas de la percepción» a cualquiera que se acerque a abrevar la sed a sus orillas.

ULRIKA 51 |

59


RESEÑAS

LAS EDADES FELICES Margarito Cuéllar Hiperión-Universidad Autónoma de Nuevo León, Madrid-Monterrey, 2013, 80 pp.

Súbase al cuadrilátero con Margarito Cuéllar. En este ring de Las edades felices Margarito promete vencerle en cinco asaltos. La estrategia del primero es de índole espacial, geográfica. Margarito, en plena madurez de su obra, se aleja de las reminiscencias y ahora es un viajero que se embolsilla ciudades, desde Comala y Luvina hasta las que de tanto andar se le meten en el cuerpo: «Bogotá la Horrenda, Quito la invisible, / México la Infame». Viajero continuo, el poeta «envejece de día, sobre todo los martes», e insomne no sabe si anda fuera de casa o padece un «Arresto domiciliario». Como acostumbra, ferozmente nos asesta dos jabs de versos directos, encabalgados: «Planeta cerveza» y «Bibliotecas». Con un juego de pies inicia el segundo asalto. Es una sucesión de uppercuts orientada por la confrontación del presente: el diario vivir y la contradictoria felicidad que suscitan la pérdida del empleo o la escasez; el amor por Bellota, Áyax y Ulises, e incluso por

60

| ULRIKA 51

el ladrador Sócrates; la serena contemplación de la vida frente a un vaso lleno de cubitos de hielo, pues a la larga «Qué importa si la felicidad existe o es sólo especulación financiera». Margarito arremete con una conseja: «No aburras a tu amada con flores. / […] Ahorra diminutivos; / cosa, trapo seco, reina de las Oceánidas suenan bien». Margarito, de lleno en el presente, destruye arquetipos. En el tercer asalto invita, «En la pista cabemos todos», y hace movimientos con el tiempo: se mueve atrás, analizando el pasado («Fui feliz en el cuarto oscuro de la placenta»), se estabiliza y construye mirando el presente («Quemé la biblioteca de Alejandría: / he aquí el fuego»), y se echa adelante encarando el futuro («He ahí a mis pequeños aprendices; / sicarios de mañana, ya derriban la puerta»). ¡Qué constructor incendiario este Margarito! Ahora anda en el cuarto asalto, pero parece el primero, porque «Los hombres felices no se cansan. / Descansaré cuando desate tu cintura / y hagamos el amor como los años hacen el olvido». «Las edades felices» son una apología de la creación, una demasiado honesta contemplación de la fragua donde se cuece el poema, porque reconoce que muchas veces, ahora, «no hay poema; los poetas de mañana no están hoy». Con eso te tumba y, en medio del amor, con su «Inventario» y su «Música concreta» te remata. El poeta ingobernable brilla: «Los demás se hacen viejos mientras mi artritis luce joven». Para acabar, seguro de lo hecho, se goza lanzando al aire unas cuantas «Balas perdidas»: repasa un estricto «Ensayo general»; «arroja los dados» y derrumba «Paradigmas»; repasa enfermeras, sicarios y guerras de amor; y hasta se burla de gentes de mi laya, enemigos y críticos sañudos, o pedestres comentaristas de libros que al injuriarlo lo coronan. Margarito no te vence por nocaut tras la lectura de Las edades felices, te renueva con su salvífico huracán de versos. Suena la campana y el poeta alza los brazos, vencedor de «peso crucero», con un cinturón llamado Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 2014 por Las edades felices.


RESEÑAS

SOLEDAD CRIMINAL Fernando del Castillo Ulrika editores, Bogotá, 2014, 96 pp.

Tras empaparse de la Soledad criminal de Fernando del Castillo uno presiente al autor trepado en un torreón nihilista, oteando el mundo, sumido en una risa sardónica, aún maquinando este libro como un plan enternecedoramente devastador para acabar con la pedestre existencia que elegimos. La desilusión del hombre que descubre la soterrada trampa que le impone la vida («no importa lo mucho que intentes apoderarte de un rincón / en el lugar equivocado nada es tuyo»), la forma desdeñosa con que la mira («pasajeras alegrías… / las livianas alegrías de los hombres / las fugaces alegrías…») y el escepticismo porque este viaje que es la vida no augura nada mejor («de despedidas / se alimenta el viajero / como otras bestias se nutren exclusivamente de carroña») son al parecer los lineamientos de su credo. Pero su palabra no nos hace llorar ni nos entristece, porque de la mano del humor terminamos reconociendo las más íntimas verdades: «humildemente te lo anuncio: /

PAPELES MANCHADOS Adela Ferrer Socías Publixed, Madrid, 2013, 88 pp.

Como si fuera una colección de tarjetas de un Test de Rorschach, Adela Ferrer Socías nos ofrece los poemas de estos Papeles manchados, su ópera prima, para que descubramos de su mano las sensaciones que la habitan, que la incitan, que son su motor. Con su lenguaje, de frases cortas y fulminantes, que semejan el flash de una cámara fotográfica, construye estampas de los lugares que recorre y la impresión que causan en ella. En ese intento de «simbiosis con el paisaje», que ella quisiera volver transmutación, nos

tu castidad no hará que las putas dejen de follar / tu castidad no va a servirle a nadie / ni siquiera de excusa ni un segundo». Tal como para K. Dick, Bradbury o Burgess, la distopía lentamente deja de ser ficción y se vuelve lo palpable, eso nos enseña Del Castillo, esa distopía en la que «es sólo muy poca luz / hablar de amor a través de bocinas en las horas de fiebre», en la que la única ilusión es la vuelta al hogar primigenio, a la casa de los padres, al amor fraterno, ilusión que ya casi es un rescoldo: «entre papeles y recuerdos / nuestras vidas se pulverizan como las flores secas / se rompen con esa naturaleza frágil / de las plantas conservadas entre libros». Por esas soledades latentes, tan suyas, tan de todos, que nos escupe directo al corazón, como lo ha hecho por muchos años junto a sus cofrades de la banda 1280 Almas, es que al leerlo aceptamos en buena gracia cuantos crímenes perpetre: «un barrunto asesino crece en mi corazón / a medida que la grieta hace lo suyo». Esperamos que los vuelva a perpetrar.

hallamos por su voz respirando la bocanada marina del Mediterráneo, paseando por las atestadas calles madrileñas o atentos a la ensoñación amorosa de un apacible paraje de Buenos Aires. Caminante en búsqueda, Adela reseña las emociones que en ella tatúan el aire lívido, los olores calizos, el tibio deseo erótico, el amor cotidiano, pero también la despedida inevitable, la ausencia inminente y la soledad hecha adjetivo. Papeles manchados, la primera apuesta de esta artista polifacética, entraña el ahínco de un recorrido iniciado, así como la búsqueda de una voz, de un sentido. Ojalá que más adelante, o a una primera vuelta, Adela retorne cargada de color cual jacarandá.

ULRIKA 51 |

61


Índice de autores JOTAMARIO ARBELÁEZ

ADELA FERRER SOCÍAS

(Cali, 1940)

(Palma de Mallorca, España, 1977)

Poeta, publicista y cronista. Representante y cofundador del movimiento nadaísta colombiano. Libros de poemas: El profeta en su casa (1966), Mi reino por este mundo (1981), La casa de la memoria (1985), El espíritu erótico (1990) y El cuerpo de ella (1999). Ha publicado además El libro rojo de rojas (1970), junto a Elmo Valencia, y sus antimemorias Nada es para siempre (2002).

CLARAMERCEDES ARANGO

GEORGIA KALTSIDOU

(Cúcuta)

(Tesalónica, Macedonia, Grecia 1961)

Licenciada en lenguas modernas, con maestría en estudios hispánicos y diplomada en periodismo literario. Es docente, crítica literaria, poeta y cuentista. Desde 2003, coordina los concursos de cuento corto del Externado e igualmente la Colección poética Un libro por centavos, en donde apareció su libro En la memoria me confundo (2013). Tiene un libro de cuentos en preparación.

CARLOS LÓPEZ

(San Luis Potosí, México, 1956)

(Pajapita, San Marcos, Guatemala, 1954)

Poeta, docente y editor. Director de la Editorial Praxis de México. Es autor, entre otros, del Diccionario biobibliográfico de literatos guatemaltecos (1993), de la antología Los poemas de la poesía (3 tomos, de 2001 a la fecha), de los libros de poemas Fuego azul (1997) y Bellotas de agua (2000) y de la gramática Redacción en movimiento. Herramientas para el cultivo de la palabra (2003).

FERNANDO DEL CASTILLO MATAMOROS

LUIS MIGUEL MADRID

(Bogotá, 1972)

(Madrid, España, 1960)

Cineasta, poeta y vocalista y letrista de la agrupación bogotana de rock 1280 Almas, de la cual es miembro fundador. Soledad criminal (2014) es su ópera prima en poesía. Entre los álbumes de la banda, se cuentan: Háblame de horror (1993), Aquí vamos otra vez (1994), La 22 (1996), Changomán (1998), Sangre rebelde (2004), Alegría por encima de la tristeza (2011) y Pueblo Alimaña (2012).

Ulrika

REVISTA DE POESÍA | ULRIKA 51

Poeta, novelista y ensayista. Vive desde hace tres décadas en Bogotá, donde enseña Lengua y Cultura Griegas en el Instituto Caro y Cuervo, y alemán en el colegio Andino de Bogotá y en el Goethe-Institut. En 2012 publicó su libro de poemas bilingüe, castellano y griego, Destellos – Λαμπυρίσματα y en 2014 La vida sería una bella alternativa, escrito en castellano.

MARGARITO CUÉLLAR Poeta, narrador y periodista. Licenciado en periodismo y maestro en artes. Entre sus libros de poemas están: Tambores para empezar la fiesta (1992), Plegaria de los ciegos caminantes (2000), Cuaderno para celebrar (2000), Ecuatoriales (2006), Noticias de ninguna parte (2007), Arresto domiciliario (2007), Estas calles de abril (2008) y Las edades felices (2013).

62

Poeta, músico y actriz. Colabora musicalmente con artistas en performances y exposiciones, interpretando y componiendo. Es actriz de teatro, cine, cortometrajes, video, y modelo de pintura y fotografía artística y publicitaria, además de realizar trabajos como locutora, ilustradora y editora. En el 2013 publicó Papeles manchados, su primer libro de poemas e ilustraciones.

Poeta, dramaturgo y gestor cultural. Licenciado en Filología Hispánica. Fundador y director de la revista de cultura Babab. Como poeta ha publicado: Rúa das janelas verdes, La caja italiana, Bomarzo, María de los demonios, El cine de las sábanas blancas, El sacrificio de ganar y Un gol en la frente, entre otros; como dramaturgo: Coño, El día que me hice caca, Tripa de guanajo, Dulce desazón, entre otros más.

¿Preguntas, sugerencias, reclamos? escribanos@poesiabogota.org


AUTORES

OSVALDO PICARDO (Mar del Plata, Argentina, 1955)

Poeta, ensayista y crítico argentino. Profesor de literatura. Dirigió la revista cultural La Pecera (2001-2009). Entre sus libros están: Apenas en el mundo (1988), Dejar sin ventanas la verdad (1993), Quis, quid, ubi. Poemas de Quintiliano (1997), Una complicidad que sobrevive (2001), Mar del Plata (2005), Pasiones de la línea (Poemas de Nicolás de Cusa) (2008) y Mar del Plata seguido de Otros Lugares y Viajes (2012).

MARICRUZ PATIÑO (Ciudad de México, 1950)

Escritora, ensayista y poeta. Filósofa. Actualmente dirige el Centro Regional de Cultura de Valle de Bravo y es maestra de poesía en la Escuela Mexicana de Escritores. Sus libros de poesía: La circunstancia pesa (1979), Voces (1984), La prosa de un viaje desesperado (1990), Otras vidas (1991), Larga vigilia (2002), Del mundo y otros cielos (2004) y Timón dorado (2011).

ÓSCAR PINTO SIABATTO (Bogotá, 1976) Poeta, narrador, editor y diseñador de libros. Director fundador del periódico de poesía de distribución gratuita El Aguijón y de la revista virtual elaguijon. org. Actual diseñador de la colección literaria distrital Libro al Viento. Miembro del comité editorial de la revista de poesía Ulrika.

ELKIN RESTREPO (Medellín, 1942)

Poeta, narrador, dibujante, grabador, editor y profesor universitario. Entre sus libros de poemas se cuentan: Bla, bla, bla (1968), La sombra de otros lugares (1973), Memorias del mundo (1974), Lugar de invocaciones (1977), La palabra sin reino (1982), Retrato de artistas (1983), La Dádiva (1992), Lo que trae el día (2000), La visita que no pasó del jardín (2002), Luna blanca (2005), Amores cumplidos (2006).

JORGE CARLOS RUIZ DE LA QUINTANA (La Paz, Bolivia, 1979)

Poeta y narrador. Estudió filosofía, antropología y teología. Actualmente recorre Colombia trabajando en diversos proyectos educativos; algunos con comunidades indígenas. Es columnista en la

prensa de su país, donde ha publicado además cuentos y artículos de distinta índole. Fue publicado en la antología Ríos paralelos. 7 poetas latinoamericanos contemporáneos (2013).

DARÍO SÁNCHEZ CARBALLO (Bogotá, 1975)

Arquitecto, poeta, editor, docente. Publicó en 2009 su primer libro de poemas 49 habitaciones, el cual fue mención especial en el Premio María Mercedes Carranza en 2007. Su segundo libro, Retrovisor, será publicado en breve. Cofundador del periódico de poesía El Aguijón, es colaborador permanente de la revista de poesía Ulrika, de babab.com y de la revista Metrópolis de Villavicencio.

JOHN FITZGERALD TORRES (Bogotá, Colombia, 1964)

Poeta y narrador. Magíster en Literatura. Es autor de los libros de poemas: La camisa en llamas (1987), En el centro de la hoguera (1990), Palabras de más (1998), Alguien creerá que esto es la poesía, Orsai (2002) y ...Y otros poemas (2009). Recientemente ganó el VI Premio de Literatura Infantil Barco de Vapor-Biblioteca Luis Ángel Arango, con el libro Por favor, ¡no leas este libro! (2013).

RAFAEL DEL CASTILLO MATAMOROS (Tunja, Colombia, 1962)

Poeta y editor, fundador y director de la revista de poesía Ulrika y del Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Entre sus libros de poesía se cuentan: Canción desnuda (1985), Entre la oscuridad y la palabra (1991), Animal de baldío (1999), Pirómana (2002), Palabras escuchadas en un café de barrio (2006), Aires viciados (2007) y Sanos consejos a una prostituta y otros aires viciados (2009-2010).

ARMANDO ROMERO (Cali, 1944)

Poeta, narrador, ensayista, traductor y profesor universitario. Entre su extensa obra se destacan: Los móviles del sueño (1976), El poeta de vidrio (1976), Las palabras están en situación (1985), El nadaísmo o la búsqueda de una vanguardia (1988), Gente de pluma (1989), A rienda suelta (1991), Lenguas de juego (1998), Cuatro líneas (2002), La rueda de Chicago (2004), El árbol digital y otros poemas (2009) y Cajambre (2013). ULRIKA 51 |

63


cinema CAFÉ

Siempre al lado de la poesía y las malas costumbres

M U S I C A N T R O C U LT U B A R

Sede Centro: Cra. 3a calle 19, C.C. Procolil, Local 117 / 2431309 Sede Chapinero: Cra. 7 No. 55-03 / 2496891

Poemartes

Todos los martes, lectura de poesía: 8 p.m, Sede Centro.

Cinemartes

Todos los martes proyección de ciclos “En busca del cine perdido”: 6 p.m., Sede Chapinero.

G U A R I D A D E T R A N S G R E S O R E S • R I N C Ó N D I G N O D E L A PAT R I A

Y el grande, oscuro piano, llenaba de ángeles de música toda la vieja casa. AURELIO ARTURO

Casa de Citas, la casa de la poesía Jotamario Arbeláez • Juan Calzadilla • Piedad Bonnett • Rafael Alcides José Luis Díaz-Granados • Margarito Cuéllar • Samuel Jaramillo • Rafael Cortuoisie Guillermo Martínez González • José Ángel Leyva • Fernando Herrera • Eduardo Llanos Fernando Linero • Alberto Rodríguez Tosca • Rafael del Castillo • Juan Bañuelos Gustavo Adolfo Garcés • Iván Oñate • Santiago Mutis Durán • César López Luz Mary Giraldo • Federico Díaz-Granados • Jordi Virallonga • Robinson Quintero Ossa Blanca Strepponi • Carlos Fajardo • Jorge Enrique Adoum...

MÚSICA POESÍA CAFÉ ARTE RESTAURANTE •

Teléfonos: 286 6944 - 315 212 5733 — Cra. 3 No. 12B-35, La Candelaria Centro Histórico y Cultural casadecitasrestaurante@gmail.com — www.casadecitas.co


U NIVERS IDAD DE

Sé R ea l, Piensa So c ia l Facu l tad d e Cienc ia s de la Educ a c ió n L a L ice nciat ura en Len gu a Castellan a, Ing l é s y F r a nc é s de l a U ni v e r s i da d de L a S a l l e , una i ns ti t u c ión e duca t iva con acreditación institu ci o na l de a l ta c a l i da d r e no v a da e n 2013 , e s uno de l o s m á s pro gra mas más im portan tes en la form a c i ó n de m a e s tr o s de l e ngua m a te r na y e x tr a nj e r a e n Co lo mbia , con u na trad ición d e cuare nta y c i nc o a ño s , r e no v a c i ó n c ur r i c ul a r pe r m a ne nte b a sada e n las necesid ades y retos del paí s y a j us ta do a l o s m á s a l to s e s tá nda r e s de c a l i da d i n t erna cio nal, p or lo cu al sus egresad os so n a l ta m e nte c o m pe ti ti v o s y v a l o r a do s po r s us c o mp e te ncias pe rs on ales y p rofesionales. La mis ión d e los docen tes form ados e n e s te pr o gr a m a e s c o ntr i bui r de c i di da m e nte a l a d i gnificación y el desarrollo hu m ano integr a l y s us te nta bl e de l a s pe r s o na s y e l de l a s c o m uni d a d e s po r me dio d el desarrollo d e compete nc i a c o m uni c a ti v a , di s c ur s i v a e i nte r c ul tur a l y l a p a rt icipa ció n activa en el fortalecimien to d e l a s i ns ti tuc i o ne s e duc a ti v a s c o m o e j e s de l a tr a nsf o rma ció n po s it iva d el p aís de modo qu e s e l o gr e c o ntr i bui r a l a ge ne r a c i ó n de c o m uni da des cr í tica s y reflex i vas q ue investig an y propo ne n a l te r na ti v a s pa r a un m e j o r futur o pa r a to do s . Duración: 1 0 semestres – Jornadas: Diurna y nocturna Sede Chapinero – Carrera 5 # 5 9 A - 4 4 Informes: lmoderna@lasalle.edu.co – 3 4 8 8 0 0 0 Ext. 1 5 0 5

POESÍA BOGOTÁ 2015

XXIII

FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ

Casas editoriales para la poesía en Hispanoamérica

1 al 7 de mayo de 2015

JORNADAS UNIVERSITARIAS DE POESÍA CIUDAD DE BOGOTÁ Octubre de 2015

EVENTOS CONCERTADOS

Corpoulrika

Fundación

Consulte nuestra programación en www.poesiabogota.org


La herramienta indispensable para liderar con 茅xito su instituci贸n educativa

www.magisterio.com.co

Selecci贸n especial


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.