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a tipoesía, aquí ahora. Las Cruces, el antipueblo de Nicanor Parra

ANTIPOESÍA, aquí AHORA Las Cruces, el antipueblo de Nicanor Parra

n POR LUIS MERINO ZAMORANO

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Quo o vadis Nicanor?

Eres ya una mariposa resplandeciente te paseas por tu jardín de malezas y crees que es el paraíso.

A los 103 años el antipoeta Nicanor Parra se ha convertido en una dulce mariposa resplandeciente, dejando definitivamente su experiencia humana; descansa aquí en Las Cruces, plantado entre las flores silvestres que crecen en el jardín de su casa.

Se le veía aún joven, viejoven sería su edad cronológica, el reloj biológico sin duda iba hacia atrás. Los medios de comunicación hablan de un ser huraño poco dado a las entrevistas y a mostrarse en público. Raro, muy raro, ya que don Nica vivía solamente con la Rosita, su nana, que lo cuidaba; «un hijo que me nació viejo», dice ella; no tiene secretaria ni guardias que lo custodien, a su casa se accede por una pequeña puerta de madera blanca, muy baja, siempre abierta; al golpear la puerta (en la cual se lee «Antipoesía» como un grafiti improvisado) abre la Rosita o el mismo poeta.

En Las Cruces don Nica se movía como pez en el agua, en su caso, como gaviota en la playa, caminando, manejando el parramóvil, comprando o paseando solo, con familiares o alguno de los muchos invitados que recibe, nutriendo la antipoesía con el hablar de la calle; no son las musas las que lo inspiran, es el lenguaje común y corriente. En Las Cruces el gran antipoeta Nicanor Parra, es el vecino Parra, o don Nica a secas, un vecino más, uno importante, pero un vecino al fin y al cabo, a veces saluda, otras veces no, a veces conversa, otras no, a veces sonríe, otras veces también, no somos todos así. No se aleja de los vecinos, ya que no pretendemos ser: periodista, cineasta o fotógrafo.

Conversando con don Nicanor en una calle de Las Cruces, sorprendido por mi aparente dominio del lenguaje antipoético, me preguntó: «¿Dónde aprendió usted antipoesía?», «En los barrios bajos de San Miguel», le contesté; a lo que don Nica replicó: «Yo en los barrios bajos de Chillán, chócale». Estaba claro, ninguno lo había aprendido en la academia.

Parra había comenzado en 1954 con el poemario Poemas y antipoemas, no tan solo una revolución literaria, sino, a mi modo de ver, la mayor revolución de la historia al incorporar la cultura popular a los registros de la literatura académica,

Nicanor Parra frente a su casa, en el litoral central de Chile, acompañado del poeta Jaime Quezada.

Las Cruces, invierno, 2013. Foto: archivo personal de Jaime Quezada.

Nicanor Parra jugando con sus artefactos.

reticente hasta ese momento a todo lo que oliera a pobreza.

Don Nica tiene a todo Chile recitando antipoesía. Hasta los cuicos de la dp, del The Clinic, del Mercurio, del Red Set, de rodilla alabando con los ojos blancos la Antipoesía; río. Hoy la antipoesía se ha tomado las calles de Las Cruces, de Santiago, de Chile, del mundo, como antes de ayer, cuando los trabajadores se tomaban las calles de la patria; con frases tan antipoéticas como «el pueblo, unido, jamás será vencido», a lo que él agregó: «la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas». El hombre común por fin se ve reflejado en cientos de frases que llenan los grandes escenarios culturales de Chile y el mundo. ¡Valió la pena, vecino Parra, apostar a la antipoesía!

Don Nicanor Parra, el 5 de septiembre de 2017, había cumplido 103 años; un adulto de 50, dos jóvenes de 20 y un niño de 13, conviven en un cuerpo feliz de 103:

Antipoesía qué es? / Una manera de pasarlo bien

Vital, imaginativo y soñador, preocupado por la supervivencia del planeta, con la incertidumbre del futuro:

Apocalipsis ahora / Aquí / Peligro 0 kilómetros

Adelantando los recuerdos del porvenir:

Ni socialista ni capitalista / Sino todo lo contrario: / Ecologista muerto de susto

La solución a tanto estrés:

Antipoesía / Máscara contra gases asfixiantes

Hablar de Nicanor Parra es dejar en evidencia al mundo. Cae el telón

del siglo xx y se abre el siglo xxi. Los parlamentos poéticos que acosaban la belleza se transforman en parlamentos dramáticos que acusan realidades. Es el gran cuestionador de la sociedad actual, cuya herramienta es el chiste, la ironía, el sarcasmo en un caparazón de contradicción, desacato y desenfado.

En la Antipoesía no hallamos la tierra prometida. Tampoco el desprecio al sueño americano. No hay seguridad de esto ni de lo otro. El viernes está en Nueva York, el sábado en Moscú y el domingo en Las Cruces. No hay claves, menos simbolismos. No endiosa las palabras. No promueve la parafernalia del poeta tradicional, se integra al paisaje del hombre común.

Su obra compuesta por: poemas, antipoemas, ecopoemas, artefactos, trabajos prácticos, bandejitas, discursos de sobremesa; una forma de expresión artística: Antipoesía.

Leyendo antipoesía nos colocamos al otro lado de las cosas, desciframos códigos que desmitifican, mensajes que provocan, formas que sorprenden. De lo que se trata es de incorporar la realidad a como dé lugar.

Nicanor Parra asume el don de la palabra. Ejercita el oficio de un francotirador. Donde pone el ojo pone su orden correcto de las cosas. Debajo de cada piedra existe un antipoema:

Orden del día: Aprender a vivir sin ilusiones Poco se gana con escupir para arriba

Cuándo van a entender Estos son parlamentos dramáticos Estos no son pronunciamientos políticos

En el futuro desde mi pequeño pueblo costero surgirán los antipoemas del pasado.

Adelantando los recuerdos del porvenir, los recuerdos de la tribu, de la tribu más despreciable, la humana.

y tú me lo preguntas, antipoesía eres tú

¡Parra empezar leamos a Parra! 

En la República Independiente de Las Cruces, el antipueblo de Parra. Entre la Isla Negra & Cartagena. Primavera de 2018.

Raúl Zurita, Rafael Gumucio y Nicanor

Parra, cosechando (2008). Foto: Rodrigo Rojas/ bombmagazine.org

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