Revista de poesía "Ulrika" 64

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ULRIKA 64 REVISTA DE POESÍA

27 FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES ESPAÑA, PORTUGAL, RUMANIA, BRASIL, FRANCIA, VENEZUELA, BOLIVIA, ECUADOR, COLOMBIA, ARGENTINA, MEXICO Y PANAMA

PAÍS INVITADO

ITALIA

9 770120 767008

ISSN 0120-7669

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HOMENAJE AL ESCRITOR

EVELIO ROSERO


R E V I S T A D E P O E S Í A U L R I KA 6 4

ULRIKA 64 REVISTA DE POESÍA

POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES I / 27 FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE BOGOTA

27 FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES ESPAÑA, PORTUGAL, RUMANIA, BRASIL, FRANCIA, VENEZUELA, BOLIVIA, ECUADOR, COLOMBIA, ARGENTINA, MEXICO Y PANAMA

PAÍS INVITADO

ITALIA

ISSN 0120-7669

9 770120 767008

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HOMENAJE AL ESCRITOR

EVELIO ROSERO

DISPONIBLES EN LA CASA DE POESÍA SILVA, LIBRERÍA LERNER Y LIBRERÍA UNIVERSIDAD NACIONAL DIRECCION@POESIABOGOTA.ORG PUBLICACIONES@POESIABOGOTA.ORG CALLE 41 No TELÉFONOS: 604 4000 – 301 743 03 79


Ulrika

REVISTA DE POESÍA

Ulrika Editores Licencia Mingobierno No 00918 ISSN 0120-7669

DIRECTOR Rafael Del Castillo M. CONSEJO EDITORIAL Jotamario Arbeláez, Fernando Linero Montes, Evelio Rosero, Pedro Badrán, John Fitzgerald Torres, Óscar Pinto Siabatto, Guillermo Molina Morales, Eugenia Gorriño y Rafael Del Castillo. COLABORADORES COLOMBIA Juan Gustavo Cobo Borda, Samuel Jaramillo, Luz Mary Giraldo, Eugenia Sánchez Nieto, Maruja Vieira, Clara Mercedes Arango, Miguel Méndez Camacho, José Luis Díaz-Granados, Federico Díaz-Granados, Esteban Hincapié, Juan Felipe Robledo, Gustavo Adolfo Garcés, Rafael Berrío, Sara Del Castillo, Ernesto Durán Strauch, Mariela Del Castillo, Rosaura Mestizo, Darío Sánchez Carballo, Dufay Bustamante, Hellman Pardo, David Reinoso, Leonardo Cano, Fabián Rodríguez, Juan Carvajal Franklin, Carlos Satizábal, William Ospina, Yirama Inés Castaño. ARGENTINA Paulina Vinderman, Marcos Silber, Osvaldo Picardo, Héctor J. Freire, Esteban Moore. BOLIVIA Jorge Carlos Ruiz de la Quintana, Milenka Torrico. BRASIL Affonso Romano de Sant’Anna. COSTA RICA Armando Rodríguez Ballesteros, Rodolfo Dada, Osvaldo Sauma, Norberto Salinas, María Montero, Nerina Carmona. CUBA Efraín Rodríguez Santana, César López. CHILE Eduardo Llanos, Jaime Quezada, Tomás Harris, Teresa Calderón, Tamym Maulén. ECUADOR Edwin Madrid, Iván Oñate, Iván Carvajal, Aleyda Quevedo. ESPAÑA Luis Miguel Madrid, Jesús Munárriz, Jordi Virallonga, Rodolfo Häsler, Juan Pablo Roa, Sergio Laignelet. ESTADOS UNIDOS Armando Romero, Mercedes Roffé, Paola Cadena. MÉXICO Margarito Cuéllar, José Ángel Leyva, Carlos López, Luis Aguilar. PERÚ Ricardo Silva Santisteban, Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani, Luis Alonso Cruz. REPÚBLICA DOMINICANA Neftalí Eugenia Castillo, Alexis Gómez Rosa URUGUAY Washington Benavides. VENEZUELA Rafael Cadenas, María Antonieta Flores. COORDINACIÓN EDITORIAL

Eugenia Gorriño

DIRECCIÓN DE ARTE

Gustavo del Castillo M. DIAGRAMACIÓN

Vanesa Yepes S. y Óscar Pinto Siabatto Foto portada: Milcíades Arévalo

Impresión: Dígitos & Diseños

Precio al público: $20.000.oo Los trabajos firmados se publican bajo la responsabilidad de sus respectivos autores, sin implicar necesariamente a la revista. direccion@poesiabogota.org

Corpoulrika


Contenido 3 4

EDITORIAL

POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES I

5 Italia: país invitado de honor 6 Notas sobre poesía italiana.

De sus orígenes a nuestros días por Fabio Scotto (Trad. Alejandro Vergara) 10 La creación de la tierra nativa. Dos lenguas, dos continentes por Enzia Verduchi (México-Italia) 14 Poemas de Claudio Pozzani 17 Poemas de Fabio Scotto 19 Poemas de Antonio Nazzaro 21 Francia 6 Poesía francesa contemporánea: Stéphane Chaumet por Víctor Rodríguez Núñez 22 Poemas de Stéphane Chaumet 24 Rumanía 24 La lengua en la que escribo por Corina Oproae 26 Poemas de Corina Oproae 28 Portugal 28 Filipa Leal por Pedro Rapoula 30 Poemas de Filipa Leal

32 España 32 España hoy: una mirada desde la poesía 33 Poemas de José Manuel Lucía Megías

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HOMENAJE DEL XXVII FIPB A EVELIO ROSERO

37 Esto no es un cuento, o la ficción humanizada por Rafael Del Castillo 38 Evelio Rosero: cantar y contar por José Ángel Leyva 40 Breve semblanza de Evelio Rosero por Milcíades Arévalo 41 Poemas de Evelio Rosero

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

45 Colombia Luis Alfonso Otálora Tania Ganitsky Jorge Valbuena Carlos Velásquez Torres Julio César Bustos Carlos Satizábal Carlos Almeyda Johan Pedraza 54 México

54 Poemas de Enzia Verduchi 56 Venezuela 56 Poemas de Gina Saraceni 58 Brasil 58 Poemas de Vladimir Queiroz 60 Poemas de Angélica Freitas 62 Panamá 62 Poemas de Lucy Cristina Chau

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RESEÑAS

ÍNDICE DE AUTORES


EDITORIAL

Poesía en lenguas romances I El principio de toda palabra habla del principio de todo ser. Su raíz habla de cómo podría florecer una idea. En el xxvii Festival Internacional de Poesía de Bogotá iniciamos hoy una nueva búsqueda de nuestras raíces poéticas. No ya las inmediatas que hemos emprendido antes: pueblos originarios de nuestra América, países sólo de Iberoamérica, diversidades de toda índole, países y tendencias, celebraciones y derrotas. Emprenderemos hoy la búsqueda de ese eco de palabras, sueños y costumbres que significa la pertenencia a una misma familia lingüística, a un mismo hogar cultural, a una misma mesa literaria: el encuentro con la poesía que se escribe en las lenguas romances. España y Portugal y la América incidida por ellas, Francia e Italia, por lo pronto, desde su actual ejercicio cultural y literario, han dado pie a la idea de hablar con fortaleza de una poesía contemporánea en lenguas provenientes del latín. Encontrará el lector en estas páginas una muestra de voces a partir de las cuales se busca iniciar ese necesario diálogo, sobre la base de que en los años subsiguientes el Festival promoverá en nuestro medio un nuevo sesgo

cultural en la búsqueda constante de la palabra elemental. Y casi como una imperiosa reflexión artística y literaria ante tales ideas, ofrecemos aquí el homenaje a un escritor icónico de esta generación. Hablamos de Evelio Rosero: inmediato y universal referente a nuestras más íntimas maneras de habitar y decir una herencia múltiple y viva y luminosa. Es la hora de decir que alguien como Rulfo y como Onetti o el mismísimo García Márquez ha vuelto a hablar por nosotros, sin pedir permiso, porque todos somos él. Fernando Linero, Edwin Madrid, José Ángel Leyva, y los amigos que siempre tenemos cerca y asiduos colaboradores de la revista Ulrika, también nos entregan su mirada y abrazo sobre la persona y obra de Evelio Rosero. Saludamos a Italia, país invitado en esta primera versión del tema en estudio, con textos de Enzia Verduchi –maestra de la poesía en México, nacida en Italia–; las luces entre las palabras de Claudio Pozzani (Génova); los cálidos poemas de Fabio Scotto y de Antonio Nazzaro… para seguir con los países invitados que representan las lenguas romances en esta primera edición. 

Evelio Rosero, escritor homenajeado por el xxvii Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Foto de Milcíades Arévalo. ULRIKA 64 |

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poesía actual en lenguas romances i ITALIA –país invitado de honor– FRANCIA • RUMANÍA PORTUGAL • ESPAÑA 4

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FABIO SCOTTO

Dante Alighieri

Giacomo Leopardi

Francesco Petrarca

Notas sobre poesía italiana de sus orígenes a nuestros días n FABIO SCOTTO La historia de la poesía italiana es de hecho la historia de una poesía en verso. Esto se debe, en primer lugar, a que su matriz latina encontró en los troubadours de lengua d’oc del Medioevo provenzal y occitano, a través de la escuela siciliana (Cielo d’Alcamo y otros), lecciones e inspiración suficientes para formar una lírica en lengua vulgar que con Dante Alighieri se elevó en la Divina Commedia a lengua nacional. Hay aquí, por lo tanto, un estrecho vínculo originario entre la lírica francesa (o pre-francesa) y la lírica italiana, incluso en un sentido germinativo. En el curso de los siglos siguientes, a través de algunos pasajes importantes que no es posible asumir aquí exhaustivamente, la lírica religiosa de carácter místico, por un lado, y la profana y grotesca, por otro, así como la lírica amorosa de Francesco Petrarca, encausaron

la investigación poética hacia una exaltación de la pasión influenciada por el pensamiento platónico, pero que se demostró capaz de desarrollar, de forma siempre refinada, una intensa sensualidad en la exaltación de la belleza femenina en el límite entre la inmanencia y la trascendencia. Debiendo proponer una síntesis, sin duda simplificadora, diría que el eje que conecta la escuela siciliana con Dante, luego con Petrarca y con Giacomo Leopardi, ya entre los siglos dieciocho y diecinueve, condensa en gran parte los temas y motivos de la mejor tradición poética italiana, hecha la natural salvedad de sus diferencias cronológicas y estilísticas, de los orígenes a la primera modernidad. En particular, Leopardi introdujo, por la singularidad y variedad de su discurso intelectual, aspectos filosóficos y ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

morales especialmente novedosos cuya mixtura de reflexiones, meditaciones y emociones lo hacen el verdadero fundador de la modernidad poética italiana, si bien demasiado a menudo parangonado con un Schopenhauer negativista y anti-moderno, tendencia que impide captar en su discurso sobre la naturaleza, la ilusión y el recuerdo cuanto contiene su lírica de vital y no de únicamente negativa.

LA LÍRICA ITALIANA, DE MODO DISTINTO A LA FRANCESA, POR FIDELIDAD A LA LÍNEA VERSIFICADA DE DANTE Y PETRARCA, PERMANECE ESCRITA PREVALENTEMENTE EN VERSO, MIENTRAS QUE LA FRANCESA POST-SIMBOLISTA ADOPTA LA PROSA DE ALLÍ EN ADELANTE, ESTO ES, HASTA HOY. Con Foscolo (I Sepolcri)1 y Manzoni (Gli Inni sacri)2, la poesía italiana recuperó una dimensión testimonial y heroica que le confirió una solemnidad dramática y moral particularmente sentida y a su modo «pedagógica». Sin embargo, en el siglo diecinueve no se produjo en Italia, sino de un modo más bien periférico con la Scapigliatura3 (Prati y otros), ese paso del verso a la prosa que en cambio caracterizó al Simbolismo francés (extendiendo sus ecos a partir de Aloysius Bertrand, Maurice de Guérin, Gérard de Nerval, y después en Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Mallarmé y Lautréamont). Este aspecto es de vital importancia para captar la diferencia evolutiva de la poesía moderna y contemporánea entre Francia e Italia. En efecto, la lírica italiana, de modo distinto a la francesa, por fidelidad a la línea versificada de Dante y Petrarca, permanece escrita prevalentemente en verso, mientras que la francesa postsimbolista adopta la prosa (aquella del poème en prose) de allí en adelante, esto es, hasta hoy, sin nunca más poner en discusión su valor poético (ciertamente, en nuestros días existe en Italia una investigación relativa a la escritura de poesía en

prosa; baste pensar en la totalidad de la obra de Giampiero Neri y en ciertos aspectos de aquella de Valerio Magrelli, Stefano Raimondi y Fabio Scotto, para citar algunos nombres de la crítica ya identificados como ejemplos acreditados de esta modalidad expresiva). En el siglo veinte, a la solemnidad retórica de Giosuè Carducci hacen eco las investigaciones formales más musicales y estilísticamente onomatopéyicas de Giovanni Pascoli y Gabriele D’Annunzio, que parecen hacer suya la lección «impresionista» de la poesía como arte de la sugestión, con influjos duraderos sobre el trabajo poético posterior, al menos en el plano formal. Sin duda, las vanguardias históricas –del Futurismo al Dadaísmo y al Surrealismo– constituyen un momento ulterior de diálogo y mutuo condicionamiento en la relación entre poesía italiana y francesa (Filippo Marinetti es bilingüe y vive en París, Apollinaire nace en Roma de padre italiano, Giuseppe Ungaretti se forma en Egipto y luego en Francia…). En ellos, como paralelamente en el arte, la modernidad deviene hibridación de lenguajes y también reivindicación política (que caracterizará después, por ejemplo, la facción más «engagée»4 de la lírica de la resistencia francesa, de Paul Éluard a Louis Aragon, de quienes se hace eco, con acentos igualmente dolosos, quizás menos explícitamente militantes, la lírica hermética de Salvatore Quasimodo y Eugenio Montale). El hermetismo, que progresivamente poda la retórica de tanta poesía heroico-patriótica precedente y extrae abundantemente lecciones morales de la guerra a los totalitarismos, representa un retorno en el plano estilístico-formal especialmente con Ungaretti5 a un esencialismo de la palabra-sonido, ciertamente afín de alguna manera a la lección mallarmeana que en Italia, según Giovanni Raboni, pareció prevalecer respecto a la baudelairiana en los círculos literarios florentinos.

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Los sepulcros.

4

Comprometida.

2

Los himnos sacros.

5

Quien, sin embargo, entabló probadas relaciones con el

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Término que podría traducirse como «la descabelladura» o, para fines idiomáticos, «los descabellados».

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fascismo, de las cuales Montale se tuvo por el contrario meritoriamente bien a distancia.


FABIO SCOTTO

De hecho, el horizonte poético del «Segundo Novecento» más allá del magisterio indiscutido de los poetas del periodo hermético (Giuseppe Ungaretti, Salvatore Quasimodo, Umberto Saba, Eugenio Montale), presenta una constelación de figuras significativas, las cuales, a excepción quizás de la segunda vanguardia (Gruppo ’63: Luciano Anceschi, Elio Pagliarani, Edoardo Sanguineti, Alfredo Giuliani, Nanni Balestrini, Antonio Porta, personalidades no sólo poéticas, sino críticas, políticas, estéticas), no parece caracterizado por un espíritu «de grupo». No obstante su diversidad de inspiración y formación, figuras como las de Vittorio Sereni y Giorgio Caproni (con su diálogo prolífico con René Char, incluso en el ámbito de la traducción), Attilio Bertolucci, Carlo Betocchi, Alessandro Parronchi, Piero Bigongiari y Mario Luzi (que se encuentran en el célebre café literario Giubbe Rosse6 en Florencia, frecuentado también por Montale), Franco Fortini, Pier Paolo Pasolini y Roberto Roversi (estos últimos reunidos en la revista Officina, con una fuerte propensión al empeño crítico y político en el ámbito de la diatriba marxista postbélica) conducen la poesía hacia una

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Jubones rojos.

visibilidad pública que la exhibe como una suerte de consciencia crítica de la época. Tal intento, desde modalidades diversas, es proseguido de maneras más bien individuales desde la estación «realista» y post-hermética de Giovanni Raboni (que propugnará con Patrizia Valduga por un retorno a la forma cerrada), Giovanni Giudici, Luciano Erba, Nelo Risi y Giancarlo Majorino. No se puede olvidar, en este contexto, la contribución de autores experimentales muy apreciados todavía hoy como Libero De Libero, Guido Calogero y, por otras razones más ligadas a la singularidad del estilo, Alfonso Gatto, Rocco Scotellaro y Bartolo Cattafi. En el frente femenino, figuras como la de la suicida Amelia Rosselli, que tiene un fuerte impacto sobre la poesía de vanguardia por la fuerza dramática de su siquismo lírico y plurilingüe; Maria Luisa Spaziani (que fue íntima de Montale) y Alda Merini, quien pasó muchos años en el manicomio y hoy constituye un fenómeno comercial particularmente significativo por la exposición mediática de la que fue objeto en los últimos años de su vida, no resultan ciertamente de importancia secundaria. Un discurso aparte fue construido por Andrea Zanzotto, auténtico y apartado

De izquierda a derecha: Eugenio Montale, Umberto Saba, Giuseppe Ungaretti y Salvatore Quasimodo.

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

De izquierda a derecha: Alda Merini, Amelia Rosselli y Maria Luisa Spaziani.

maestro, capaz de encontrar una casi imposible conciliación entre la inspiración neo-petrarquesca, las nuevas instancias sicoanalíticas de la Nouvelle Critique y las ciencias, quien produjo un discurso que ha influenciado mucho la investigación de la vanguardia, sin por esto haber tomado parte efectiva en ello. Un tentativo de describir el horizonte contemporáneo actual resulta a priori arduo y complejo, como lo es siempre el intentar describir procesos in fieri7, no siempre adecuadamente historiados. Digamos que es posible individualizar hoy una poesía llamada de «línea lombarda» de ascendencia sereniana, caracterizada por una pronunciación seca, cotidiana, voluntariamente antimusical y próxima a una voz en cuanto es posible en sintonía con el hablar común (Maurizio Cucchi, Giampiero Neri, Tiziano Rossi, Mario Santagostini, Vivian Lamarque, Franco Buffoni, Antonio Riccardi, el ticino Giorgio Orelli...); una «línea romana», si es lícito definirla así, más relacionada con el deseo de una reescritura vagamente irónico-decadente y dramática de la historia, por lo mismo, en gran parte hija del pasolinismo (Dario Bellezza, Gianni D’Elia, Valentino Zeichen, Elio Pecora, Roberto Deidier...); una investigación

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En formación.

más próxima al mundo clásico, a lo sagrado y al mito, a la que corresponde la célebre antología La parola innamorata (Giuseppe Conte, Giancarlo Pontiggia, Enzo Di Mauro, Roberto Mussapi, Milo de Angelis); una lírica dialectal alimentada por diversas influencias y que ha dado pruebas de cúspides poéticas, si bien difícilmente disfrutables en lengua original sin ayuda de la traducción (Andrea Zanzotto, Tonino Guerra, Albino Pierro, Biagio Marin, Franco Scataglini, Franco Loi, Raffaello Baldini, Dante Maffia, Nino De Vita...; cabe señalar por estos días el lanzamiento de una antología de poesía dialectal en la editorial Quodlibet de Macerata, dirigida por el notable filósofo Giorgio Agamben). Muchas otras investigaciones poéticas más individuales se llevan a cabo, algunas reconducidas a un neolirismo que nunca desdeña las lecciones de los clásicos, la relación con la historia y la matriz musical del discurso, que fue aquella de la poesía de los orígenes (Paolo Ruffilli, Umberto Piersanti, Patrizia Cavalli, Fabio Scotto). Con una singular fecundidad y originalidad, la obra de Valerio Magrelli desde finales de la década de 1970 ha forjado un espacio propio de plena visibilidad y autoridad que lo hacen el poeta italiano más notable de su generación por el modo solo suyo de describir, con un lenguaje que extrae mucho


FABIO SCOTTO Pier Paolo Pasolini

de los usos de la ciencia, la filosofía, el periodismo y la historia, una suerte de anatomía de sí, del propio cuerpo, del mundo. Por otros aspectos, la obra del sienés Cesare Viviani supera el período vanguardista desarrollando un discurso siempre más cercano a la meditación espiritual, con resultados aforísticos y sapienciales sugestivos. Existen además una serie de narradores-poetas (de Elsa Morante a Giorgio Bassani, de Paolo Volponi a Ottiero Ottieri, de Alberto Bevilacqua a Nico Orengo) que se han expresado en el transcurso del siglo con resultados diversos, pero siempre bastante dignos de ambos géneros. Otras investigaciones poéticas menos codificables han llamado la atención de la crítica por la continuidad de resultados y significatividad de temas y modos. Quiero mencionar algunos nombres sin pretensión alguna de exhaustividad, a saber: aquel de Antonella Anedda, fuertemente influenciada por la lectura de la gran poesía rusa femenina del siglo veinte; del ticinio Fabio Pusterla; del irónico y confidencial Alessandro Fo; del post-caproniano Enrico Testa; del neo-barroco Gianfranco Palmery; de los originales Anna Cascella Luciani, Marco Vitale, Alberto Bertoni y Angelo Maugeri. El frente neovanguardista odierno es bastante nebuloso y complejo: se va desde la experiencia de Tam Tam (Adriano Spatola, Giulia Niccolai...), del Gruppo ‘93 (Biagio Cepollaro y otros), a nuevas tentativas de coagulación de polaridad poética de raíz prevalentemente formal, sobre la cual aparece fuertemente el influjo de la beat-generation y de Charles Bukovski, así como del formalismo de más

allá de los Alpes y del objetivismo estadounidense (por ejemplo del spoken word, donde coherente y significativo aparece desde hace años el empeño de Lello Voce, y, en una prospectiva diferente, ajena a las improvisaciones de la slam poetry, se perfila Claudio Pozzani, artífice de una interesante combinación de poesía hablada y música). La investigación poética italiana contemporánea aparece globalmente en el espéculo que poseo como jurado de premios literarios, por lo mucho, como vivaz y culta, si bien no siempre sostenida por una cultura histórica y una solidez estilística tal que pudiera volverla potencialmente duradera. No pudiendo enumerar especificidades certeras, me limito aquí a señalar que las mejores y más prometedoras aproximaciones poéticas resultan ser, desde mi punto de vista, aquellas de los autores que independientemente de la orientación expresiva y estética adquiridas, son capaces de mostrar una voz plenamente reconocible, voz que lo es tanto más cuanto que huye de la tentativa errónea de refugiarse en la mera abstracción del significante y hasta del sí mismo, para afrontar, incluso abriéndose a mezclas y experimentaciones, el deber «moral» de la poesía, a saber, aquel de testimoniar el propio tiempo y de hablar a todos sin fingimientos, con el coraje del corazón y de su intelecto.  [Traducción y notas de Alejandro Vergara.]

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

La creación de la tierra nativa

dos lenguas, dos continentes n ENZIA VERDUCHI

I

Antonio Porta

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Cuando emigré con mi familia a sur de México, en la Península de Yucatán, a fines de 1973, Eugenio Montale recién había publicado Diario del ‘71 y del ‘72 y Pier Paolo Pasolini daba a conocer su obra de teatro Calderón. Unos meses después, ya en 1974, aparecerían los libros de poemas Week-end de Antonio Porta y Le mie poesie non cambieranno il mondo de Patrizia Cavalli. Por su parte, unos jo-

vencísimos Gianni D’Elia, Valerio Magrelli, Patrizia Valduga y Fabio Scotto, entre otros, empezaban a arrastrar la pluma, a crear sus primeros versos, pero no sería hasta la década de los ochenta que aparecerían sus primeros títulos. De Eugenio Montale se difundió su obra en las traduccciones de los años sesenta y setenta de Nicolás Guillén, así como la labor titánica de Guillermo Fernández en México, quien vertió al español prácticamente la obra completa de Montale en los años ochenta y noventa; y recientemente le debemos a Fabio Morábito su magnífica traducción de la poesía completa del bardo genovés. Por su parte, Calderón de Pasolini se puso en escena por primera vez en 1981 en España y en 1992 en México. En el caso de Week-end de Antonio Porta, se tiene registro que en 1989, en la traducción también de Fernández, aparecieron algunos poemas de este libro en la revista Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana y Le mie poesie non cambieranno il mondo de Cavalli serían trasladadas por Morábito apenas en 2008 en la antología Yo casi siempre duermo, editado por la unam. Con esto deseo reflejar dos tiempos sincronizados a destiempo: las novedades


ENZIA VERDUCHI

de la literatura italiana de los años setenta se convertían en novedades editoriales latinoamericanas, específicamente mexicanas, mediando en ocasiones más de una o dos décadas. Y aún en la actualidad, no contamos con un panorama amplio de la poesía italiana aunque la era de la Internet ha acercado ambas orillas. Como relato en 40º a la sombra, apenas en la primaria en Campeche me enseñaron a pronunciar y trazar las vocales y el abecedario, mi padre alarmado decidió que debía recuperar la lengua materna, lengua que no había extraviado pero que fusionaba notablemente con giros lingüísticos locales. De esta manera, papá inició por las noches un extenuante programa educativo sobre linguaggio e lingua con el apoyo de viejas ediciones de gramática italiana que contenían unos ejemplos extraños: «Bacco, tabacco, Venere — Riducono l’uomo in cenere». Al igual que un Virgilio trasterrado, mi padre me guio por los recovecos del idioma: del género al sustantivo, del plural al singular, a los signos ortográficos y la puntuación, del artículo al sujeto y el predicado; aún recuerdo la lección versada en la antonomasia que repetí hasta el cansancio: Il gran Genovese = Colombo Il Segretario fiorentino = Machiavelli Il Cigno di Busseto = Verdi Il Giovenalle toscano = Giusti Il moderno Cincinnato = Garibaldi Una Lucrezia = una moglie onesta e fedele Un Nerone = un tiranno crudelissimo Un Giobbe = un uomo paziente Il Cantor di Laura = Petrarca L’itala Atene = Firenze Una Siberia = un paese freddissimo Una torre di Babele = una gran confusione

Supe que las ideas se forman con el lenguaje propio, que es consecuencia del intelecto, y el lenguaje metafórico, fruto de la fantasía. Comprobé este hallazgo con la lectura de la hermosa colección la Scala d’oro. Mientras que con el librito Poesie varie, muestra del cavaliere Angelo Maria Ricci, editado por Rieti en la década de los treinta, mi padre concluyó su curso con la exposición sobre la métrica y el ritmo, la figuras métricas, el acento rítmico y los principales versos italianos que varían de tres a once sílabas, así como il metro nuovissimo o verso libre. Por otra parte, mi abuelo materno era un asiduo lector de poesía, especialmente de los modernistas: Rubén Darío, Amado Nervo, José Martí y Díaz Mirón, así como de Ramón López Velarde. Con singular alegría declamaba en las tertulias familiares, con copita de oporto en mano: «La sal del mar en nuestras venas / va a borbotones; / tenemos sangre de sirenas / y de tritones». Recitaba con un dejo tan peculiar que lograba que las estrofas del poeta, ya fuera nicaragüense o cubano o zacatecano, sonaran a «auténtica» lírica campechana.

Patrizia Cavalli. Foto de Dino Ignani.

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

Enzia Verduchi. Foto de Pascual Borzelli.

Es evidente que soy deudora de dos grandes tradiciones: la italiana y la hispanoamericana. De la italiana retomo la capacidad narrativa del poema y de la hispanoamericana el arqueo de la síntesis, de ambas la lucidez y el asombro ante la cotidianidad y la elasticidad de la palabra.

II Si el estilo de Fabio Morábito, con quien comparto el italiano como lengua materna pero escribimos en español, se destaca por tener como tema recurrente lo cotidiano, el cual explora de una manera original ofreciendo al lector nuevas 12

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formas. El estilo que Morábito inauguró con De lunes todo el año, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1992, no dista de los versos de Alberto Pellegatta (Milán, 1978) en Hipótesis de la felicidad, Premio Cetonaverde 2017: «No salgo de casa por días, catalogo / los golpes a las paredes de los vecinos. / Si no lo hubiera inventado / negro y húmedo como una tumba, sólo sería amor». Así, hallo vasos comunicantes entre la poesía de Luigi Amara (1971), nacido en México de padres italianos y quien empezó a leer al mismo tiempo en ambas lenguas, y quien comparte el tono con Eleonora Rimolo (Salerno, 1991) sobre la contemplación y reflexión de los detalles: «Los que por trabajo no tienen meta / pero guardan para sí mismos un gran viajar / llevan en los bolsos una muda de ropa, / alguna historia ajena: uno se sienta de frente, / se quita las gafas, sus gestos lentos / no detienen la tensión de los cables, / el roce de los kilómetros no esborrega / por los hombros tan retraídos en sí mismos». Desconozco si Pellegatta ha leído la prosa y los versos de Morábito, y estoy prácticamente segura que Rimolo desconoce la existencia de Amara, pero en ambos ejemplos permea una tradición en el decir así como una estructura en el momento de intuir el poema. Los nacidos en la década de los sesenta asimilamos el orden de un mundo heredado por la Guerra Fría que, en noviembre de 1989, tras la caída del Muro del Berlín tuvo un reacomodo. En América Latina en los años setenta vimos el alzamiento de regímenes militares y su caída a partir de mediados de los ochenta. En los noventa los poderes fácticos empezaron hacer de las suyas en Centro América y en México. En México llevamos doce años inmersos en una espiral de violencia, corrupción y desplazamientos,


ENZIA VERDUCHI

Fabio Morábito. Foto tomada de iletradoperocuerdo.com

temas que han sido ampliamente abordados en la narrativa mexicana y en poesía sus más altas expresiones se encuentran en Los muertos de María Rivera, Antígona González de Sara Uribe, Filipo contra los persas y otros cuantos epigramas de Víctor Cabrera y el Libro centroamericano de los muertos de Balam Rodrigo. La violencia, la corrupción y las migraciones son también temas abordados por los poetas italianos desde una perspectiva quizás menos tensa pero no por ello acrítica, como es el caso de Gabriele Favagrossa (Casalmaggiore, 1970) en Milano, colloqui de lavoro; Francesco Filia (Nápoles, 1973) en Il margine di una città; y NeMo (Milán, 1998) en Generazionale.

III Concluyo, cuando pienso en Fabio Morábito, que nació en Alejandría, pasó su infancia en Génova y tomó el español como idioma creativo; en Luigi Amara, que es un italiano nacido en México, y en mi caso, que nací en Roma pero crecí en la zona indígena maya de la Península de Yucatán, que uno va adquiriendo la

nacionalidad nómada del trasterrado, se construye la tierra nativa con imágenes y costumbres de dos continentes, se escucha el ritmo cotidiano de la palabra y la reflexión halla sus cimientos en la fusión de las sílabas latinas. Uno habla y escribe como piensa; por momentos se puede pensar en dos lenguas. Constantino Cavafis inauguró el demótico, uso del habla popular en la poesía griega contemporánea. Cabe señalar que Cavafis escribía sus diarios en inglés y su poesía en griego, pero en la calle hablaba en árabe. De manera inversa sucedió con Giuseppe Ungaretti, quien nace en Alejandría convirtiéndose en un italiano de Egipto, describe la experiencia de los años y el paisaje desértico de Oriente en el idioma familiar, aunque su formación fue en francés en la Écolle Suisse Jacot. Podríamos enumerar ejemplos al infinito de autores de todas las latitudes que realizan su obra en idiomas que originalmente no son suyos pero los hacen suyos y transitan por un universo que edifican a través de esta experiencia.  ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

Poemas de Claudio Pozzani (Génova, Italia, 1961) [Traducción de Argelia Rondón]

Soy

Sono

Soy el apóstol excluido de la Última Cena soy el garibaldino que llegó demasiado tarde al malecón de Quarto soy el Mesías de una religión en la cual nadie cree Soy el excluido, el outsider, el maldito que no cede

Sono l’apostolo lasciato fuori dall’Ultima Cena Sono il garibaldino arrivato troppo tardi allo scoglio di Quarto Sono il Messia di una religione in cui nessuno crede Io sono l’escluso, l’outsider, il maledetto che non cede

Soy el protagonista que muere en la primera página soy el gato bizco que ninguna vieja quiere acariciar soy la bestia hidrofóbica que muerde la mano extendida por piedad Soy el excluido, el outsider, el maldito sin edad

Sono il protagonista che muore nella prima pagina Sono il gatto guercio che nessuna vecchia vuol carezzare Sono la bestia idrofoba che morde la mano tesa per pietà Io sono l’escluso, l’outsider, il maledetto senza età

Soy la ola anómala que se lleva las toallas y los radio transitores soy el malentendido que hace pelear soy el diablo que esquivó el tintero de Lutero soy la película que se detiene en el mejor momento Soy el excluido, el outsider, un clavo en el cerebro

Sono l’onda anomala che porta via asciugamani e radioline Sono il malinteso che fa litigare Sono il diavolo che ha schivato il calamaio di Lutero Sono la pellicola che si strappa sul più bello Io sono l’escluso, l’outsider, un chiodo nel cervello

Soy la pelotita de flipper que se cae justo antes del record soy el autogol en el último segundo soy el niño que se burla de las bofetadas de la madre soy el miedo de la hierba que está a punto de ser cortada Soy el excluido, el outsider, esta página arrancada.

Sono la pallina del flipper che cade un punto prima del record Sono l’autorete all’ultimo secondo Sono il bimbo che ghigna contro le sberle della madre Sono la paura dell’erba che sta per essere falciata Io sono l’escluso, l’outsider, questa pagina strappata

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CLAUDIO POZZANI

Danzo

Danzo

Danzo la danza de las ideas geniales esperando que tú me digas algo nuevo. Danzo la danza de los perdedores y los perdidos sabiendo que mis pasos serán vanos. Danzo la danza de los ingenuos felices pensando que mi sudor le sirva a alguien. Danzo la danza de los aprovechados y danzaré hasta que tú me pagues.

Danzo la danza delle idee geniali sperando che tu mi dica qualcosa di nuovo Danzo la danza dei perdenti e perduti sapendo che i miei passi saranno vani Danzo la danza degli ingenui felici credendo che il mio sudore serva a qualcuno Danzo la danza dei profittatori e danzerò finché mi pagherai

Y danzo, danzo, danzo para vencer mi arrogancia. Danzo, danzo, danzo, el por qué no tiene importancia.

E danzo, danzo, danzo per vincere la mia arroganza Danzo, danzo, danzo il perché non ha importanza

Danzo la danza de los malditos porque el spleen me llega hasta el tórax. Danzo la danza de los presuntuosos porque tú también lo eres si te crees a mi nivel. Danzo la danza de los indeseados me he entrenado mucho ante las puertas cerradas. Danzo la danza de los que no soportan ¿puedes echarte un poco más allá, por favor?

Danzo la danza dei maledetti perché lo spleen mi arriva fino al torace Danzo la danza dei presuntuosi perché anche tu lo sei se ti credi al mio livello Danzo la danza degli indesiderati mi sono allenato molto davanti alle porte chiuse Danzo la danza degli insofferenti ti puoi spostare un po’ più in là, per favore?

Y danzo, danzo, danzo mientras resista en pie Danzo, danzo, danzo porque eres tú quien me lo pide.

E danzo, danzo, danzo fino a che resterò in piedi Danzo, danzo, danzo perché sei tu che me lo chiedi.

Aperitivo en el centro

Aperitivo in centro

Mi corazón es una silla vacía donde nadie quiere sentarse y el cerebro una esponja empapada que los ángeles estregan en tu copa Y tu mirada de obsidiana ardiente que se desliza por tu nariz hasta convertirse en un beso y más abajo, hasta nuestras rodillas que se tocan, se evitan intercambiándose deseos de huesos y sinovitis Aperitivo en el centro y no sé qué decir mesa, platos, senos dentro la blusa, borde de copas:

Il mio cuore è una sedia vuota dove nessuno si vuol sedere e il cervello una spugna fradicia che gli angeli strizzano nel tuo bicchiere E quel tuo sguardo d’ossidiana rovente che ti scivola lungo il naso fino a farsi bacio e più giù, fino alle nostre ginocchia che si toccano, si evitano scambiandosi desideri d’ossa e sinoviti Aperitivo in centro e non so che cosa dire Tavolino, piattini, seni sotto il maglione, orlo di bicchieri: ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

es un delirio de redondez que se escabulle y falena que se agita contra los cristales de tu silencio La calle baila veloz en el rabillo de nuestros ojos Los dedos son ganchos para pender tus sonrisas Dame una palabra para enmarcarla esta noche sobre mi cama que está harta, sabes, de las lágrimas de vírgenes y del rosario de estigmas perennes Dame tus pies e incluso desdóblalos para que los pueda calzar en la mesa de la cocina y besarlos en cada desayuno arrodillándome en oración laica y carnal O párate, vamos. Abre ese compás bronceado que se usó para trazar el ecuador Contra el crepúsculo tu perfil negro se entrelaza con la estenografía de las cimas de las colinas y cada paso tuyo es un signo de exclamación. Déjame ser camisa bajo la plancha roja de tu lengua Déjame ser mar para tus manos sepias colmas de tinta y certezas Y esta noche escucharé el juego de arpa de tus pies delgados bajos las sábanas y las llamas y cerraré tus palmas después de haber leído en ellas el último inolvidable capítulo de mi día. Deja que sea yo quien abra la puerta de tus sueños antes de posar mis ojos sobre la mesa de noche y el mundo sobre los hombros de Atlas.

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è un delirio di rotondità che sfugge e falena sbatte contro i vetri del tuo silenzio La strada balla veloce sulla coda dei nostri occhi Le dita sono ganci per appendere i tuoi sorrisi Dammi una parola da incorniciare stasera sopra il mio letto ché è stufo, sai, delle lacrime di madonne e dello stillicidio di stigmate perenni Dammi i tuoi piedi e magari sdoppiali così che li possa far calzare al tavolo di cucina e baciarli ad ogni prima colazione inginocchiandomi in orazione laica e carnale Oppure alzati, andiamo. Apri quel compasso abbronzato che fu usato per tracciare l’equatore Contro il tramonto il tuo profilo nero s’intreccia con la stenografia delle cime di colline e ogni tuo passo è un punto esclamativo. Lasciami essere camicia sotto il ferro rosso della tua lingua Lasciami essere mare per le tue mani seppie gonfie d’inchiostro e certezze E questa notte ascolterò il gioco d’arpa dei tuoi piedi sottili tra le lenzuola e le fiamme e chiuderò i tuoi palmi dopo averci letto l’ultimo indimenticabile capitolo della mia giornata. Lascia che sia io ad aprire la porta dei tuoi sogni prima di posare i miei occhi sul comodino e il mondo sulle spalle di Atlante.


FABIO SCOTTO

Poemas de Fabio Scotto (La Spezia, Italia, 1959) [Traducción de Marina Bianchi, Università degli Studi di Bergamo, Italia]

La sagrada familia

La sagrada família

Quién sabe la razón del desafío a lo pesado del cielo Agujas cortando nubes tan cercanas al asfalto Alrededor se amontonan grumos de una cola humana que a lo invisible hace fotos Lo inconcluso se concluye en su esencia Sanctus, Excelsus, Jesus Nazarenus (hay un dios en cada loco) Todos son grumos mentales que se acoplan Las aves paralizan en el verde su vuelo y ¿donde está el cielo al que tiendes, que los anárquicos odian? Gaudí resucita en cada mirada sobre agujas-piruleta Una mística blasfema que conmueve toda golondrina ausente Presencia vacía Valiente nada

Chissà perché questa sfida alla grevità del cielo Guglie a tagliare le nubi ora vicine all’asfalto Attorno la folla s’accalca a grumi, colla umana che fotografa l’invisibile L’incompiuto si compie nella sua essenza Sanctus, Excelsus, Jesus Nazarenus (c’è un dio in ogni folle) E tutto un assemblarsi mentale di grumi Nel verde uccelli si paralizzano in volo e dov’è ora il cielo cui tendi, agli anarchici inviso? Gaudí rivive ad ogni sguardo su guglie come lecca-lecca Mistica blasfema che commuove ogni rondine assente Vuota presenza Strenuo niente

Treinta versos para Génova

Trenta versi per Genova

(Pequeña oda)

(Piccola ode)

Para el mar que acoge a cualquiera venga de donde venga para los sacos de café apiñados en el muelle (Río, Colombia, granos negros de ébano y de sudor…) Para el olor a pan, en los pequeños callejones para la ropa tendida, banderas en los hilos entre casas, manos tendidas estrechándose, abrazos de ventanas Para los tesoros ocultos en los atrios sombríos

Per il mare che tutti accoglie da ogni porto del mondo per i sacchi di caffè assiepati sul molo (Rio, la Colombia, neri chicchi d’ebano e sudore…) Per l’odore di focaccia nei carugi per i panni stesi come bandiere sui fili tra le case mani tese che si stringono, abbracci di finestre Per i tesori nascosti all’ombra degli androni ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

(subía asombrado escaleras con frescos y sin fin hasta terrazas amplias como el cielo… la noche, serpiente azul, envolvía la mirada en densos entramados de cristal… hermosísimas mujeres aparecían y desaparecían entre las cortinas anhelados espejismos perdidos en un momento…) Los gritos que sacudieron el día, un mal día los cuerpos arrastrados lejos por la ira del Bisagno (aquí, como en Monterosso, de pequeño jugaba bajo el puente escuchaba mi voz desapareciendo en el eco…) la negligencia italiana, estrago eterno que mata Para los muchos brazos altruistas de los voluntarios para su corazón humano y puro, sola y única esperanza Para el baile que hacen las estrellas en tus ojos ahora estás mirando el sol, tragado por las aguas al caerse la tarde, hostia viva sobre las piedras la ola, lomo sinuoso latiendo, y escuchas la voz de Montale, Caproni y Frénaud desafiando El silencio de Génova los poetas reunidos en el Ducal, para encauzar el mal, chicharras valientes heridas. Génova, para ti, desde mi Levante ligur, estas lágrimas mudas

(salivo stupito scale interminabili affrescate fino a terrazze vaste come il cielo… la notte, serpente azzurro, avvolgeva lo sguardo in fitte trame di cristallo… donne bellissime apparivano e scomparivano tra le tende miraggi agognati e persi in un istante…) Le urla che hanno scosso il giorno, un brutto giorno i corpi trascinati via dalla furia del Bisagno (qui come a Monterosso, bambino giocavo sotto un ponte ad ascoltarmi la voce svanire nell’eco…) l’italica incuria, eterno scempio che uccide Per le tante braccia generose dei volontari per il loro cuore umano e puro, sola speranza Per la danza che fanno le stelle dentro i tuoi occhi ora che guardi il sole inghiottito dai flutti al tramonto, ostia viva sui sassi l’onda è una schiena sinuosa che pulsa e senti le voci di Montale, Caproni e Frénaud sfidare il silenzio di Genova i poeti incontrarsi al Ducale, per arginare il male, strenue cicale ferite. Genova, per te, dal mio Levante ligure, queste lacrime mute

a Claudio Pozzani

a Claudio Pozzani

Un río desciende de los ojos

Un fiume scende dagli occhi

Un río desciende de los ojos el agua fluye de las manos al papel halla rocas oscuras se enreda en zarzas de sangre y barro La savia circula de los dedos a la mirada Escribió esto esto estuvo aquí una noche de lluvia en la noche del mundo Sus fuerzas agotadas soplaba el viento en la ventana y la palabra seguía vacía de quien supo desnudar la flor. Luego sube los ojos herido por la luz, se sacude el polvo. Ahora, en alza, mira más allá Es ahora papel cantando, se lee muda.

Un fiume scende dagli occhi l’acqua scorre dalle mani alla carta incontra rocce di buio s’impiglia in rovi di sangue e mota La linfa circola dalle dita allo sguardo Ha scritto questo questo è passato da qui una sera che pioveva sulla notte del mondo Aveva esaurito le forze soffiava il vento alla finestra e la parola era ancora vuota di chi sapeva come spogliare il fiore. Poi alza gli occhi ferito dalla luce, si scrolla di dosso la polvere. Ora è ritto, guarda oltre È ormai carta che canta, si legge muta.

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ANTONIO NAZZARO

Poemas de Antonio Nazzaro (Turín, Italia, 1963) Cansadamente se asoma la mañana en ese patio de cielo.

Stancamente s’affaccia il mattino su questo cortile di cielo.

Pasos van y la existencia se desenvuelve en sombras que se achican.

Passi vanno e l’esistere si srotola in ombre che s’accorciano.

Se debería enfrentar el día pero la cabeza se voltea bajo el cojín del tiempo para agrandar la noche que abraza el olor a ti.

Si dovrebbe affrontare il giorno ma la testa si gira sotto il cuscino del tempo ad allungare la notte che abbraccia l’odore di te.

Déjame aquí al borde de tus labios para escuchar el mar.

Lasciami qui al bordo delle tue labbra ad ascoltare il mare.

Hoy sé que no estás pero vuelo para huir de ti o para hallarte en esa nube que el viento poco a poco aleja del corazón.

Oggi so che non ci sei ma volo per scappare da te o per trovarti in quella nuvola che il vento poco a poco allontana dal cuore.

De nosotros no quiero la memoria sino solo ese presente infinito.

Di noi non voglio la memoria ma solo quest’infinito presente.

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ITALIA, PAÍS INVITADO DE HONOR

Hoy voy a comer de ti sobre la mesa puesta de flores y musgos y dulces frutos.

Oggi mangio da te sulla tavola imbandita di fiori e muschi e dolci frutti.

Tu cuerpo tendido.

Il tuo corpo disteso.

Te veo entre los transeúntes casi el paso traiciona la fantasía quisiera seguirte pero no se puede perseguir a sí mismo y quedo allí para dejarte desaparecer.

Ti vedo tra i passanti quasi il passo tradisce la fantasia vorrei seguirti ma non si può rincorrere se stessi e resto lì a lasciarti scomparire.

Porque el amor es un secreto que nos llevamos adentro.

Perché l’amore è un segreto che ci portiamo dentro.

a mi padre Vittorio a mio padre Vittorio

Al emigrante lo reconoces porque también bajo el sol del mediodía dibuja dos sombras.

L’emigrante lo riconosci perché anche sotto il sole del mezzogiorno disegna due ombre.

Adiós Venezuela

Adiós Venezuela

Doce años en veintitrés kilogramos la sonrisa blanca del cielo caribeño de la señorita del check in, la mía amarilla de cigarros y tristeza como un hasta pronto un nunca más.

Dodici anni in ventitré chilogrammi il sorriso bianco del cielo caraibico della signorina del check in, il mio giallo di sigarette e tristezza come un arrivederci a mai più.

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VÍCTOR RODRÍGUEZ NUÑEZ

poesía francesa contemporánea

Stéphane Chaumet n VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ Como toda poesía verdadera, la poesía de Stéphane Chaumet confirma que el sentido está también y esencialmente en la forma. En este orden resulta relevante la eliminación, en la mayoría de los textos, de los signos de puntuación y de las mayúsculas, lo que revela una voluntad de no reconocer bordes, el desborde del significado. A su vez, el uso continuado de la elipsis es una invitación a que el lector participe en la producción de sentido. En los primeros libros hay un lenguaje quebrado, que no quiere fluir sino demorarnos, para que nos fijemos en los detalles. Al final, la fragmentación cede lugar a la danza de las palabras, y el poema en prosa alcanza un singular desarrollo. De principio a fin, están presentes esas imágenes deslumbrantes: «nos miramos como dos acróbatas / que yerran en alcanzar sus manos». Los cementeros engullidos / Les cimetières engloutis, esta obra mayor de Chaumet, cuestiona las ideologías hegemónicas, el proceso en que «unos ocupan la tierra de otros / otros ocupan la cabeza de unos». En este mundo de «flores mutantes» y «mar mancillado», de rapiña ecológica, la respuesta no está en la religión, porque «no hay apocalipsis / no hay libros sagrados». La condena del eurocentrismo es otra vez palmaria: «Vieja Europa con el culo roto tú rascas el fondo de tus bolsillos / enarbolando tus valores en los confines de las fronteras». A pesar de la difícil situación, el sujeto poético declara que «no tengo más miedo». Sí, ha adquirido cierto poder: «a través de

Stéphane Chaumet

la confusión y la violencia / recibo una descarga de alegría // Tocar mis labios sería mortal». El viaje de encuentro con la otredad social y cultural ha servido «para socavar las raíces de viejos reflejos mentales». De esta manera, Chaumet se ubica entre los poetas europeos de su generación que entienden la poesía como una herramienta de transformación social, como un discurso que se enfrenta a toda ideología y, en particular, las que fundamentan el capitalismo, y hace votos por una sociedad alternativa. Una lírica dialógica y participativa, de vanguardia por su contenido y por su forma. Pero sobre todas las cosas, Chaumet es un poeta cuya obra prueba que, aunque no corran los tiempos de Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Apollinaire y Perse, la poesía francesa tiene aún mucho que decir.  ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: FRANCIA

Poemas de Stéphane Chaumet (Dunkerke, Francia, 1971)

Cargamento de niños a quienes se viola el espíritu carceleros aúllan su miedo a la vida en bocas de una muchedumbre electrizada kamikazes a quienes se les llena el cráneo de explosivos almas mendicantes que gimen como goznes oxidados como perros que apedrean en invierno y aquellos que muestran sus excrementos como golosinas –pero cuando el alma tiene hambre de todo come y esta metralla de angelismo que se niega a tener enemigos y contabiliza las víctimas y aquellos que se fusilan en el espejo y esta parada tiñosa este bullicio de las virtudes que envenena por el bien de los imperios Salvado quien haya aprendido a nadar salvado quien tenga la audacia de su voz salvado quien sepa dónde en él está su guerra

La edad mental de nuestras sociedades todavía es frágil un golpe de tenedor en el ojo tutelar algunos caprichos sangrientos babeamos en el calzón viendo presas frescas arrullamos con los ojos delante del oro nos inclinamos delante de los barones los civiles sueñan con vigilantes electrónicos sobre su hombro y nuestros militares de nanos-armas para roer las neuronas enemigas La esperanza lenta agonía de los optimistas y prosperan los cínicos operan su saqueo ¿Quién por lo menos tiene el pudor de no embobarse en sus golosinas ni aplaudir los progresos del desastre?

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Cargaison d’enfants à qui on viole l’esprit geôliers hurlant leur peur de la vie dans les bouches d’une foule survoltée kamikazes à qui on bourre le crâne d’explosifs âmes mendiantes qui geignent comme des gonds rouillées comme des chiens qu’on caillasse en hiver et ceux qui présentent leur excrément comme des friandises – mais quand l’âme a faim elle mange de tout et cette mitraille d’angélisme qui refuse d’avoir des ennemis et comptabilise les victimes et ceux qui se fusillent dans le miroir et cette parade teigneuse ce boucan des vertus qui envenime pour le bien des empires Sauvé celui qui aura appris à nager sauvé celui qui aura l’audace de sa voix sauvé qui saura où en lui est sa guerre

L’âge mental de nos sociétés est encore fragile un coup de fourchette dans l’œil tutélaire quelques sanglants caprices on bave dans sa culotte à la vue de proies fraîches on roucoule encore des yeux devant l’or on s’incline devant les barons les civils rêvent de vigiles électroniques sur leur épaule et nos militaires de nano-armes pour grignoter les neurones ennemis L’espoir lente agonie des optimistes et prospèrent les cyniques opèrent leur saccage Qui au moins a la pudeur de ne pas s’ébaudir dans leurs choux gras ni applaudir les progrès du désastre ?


STÉPHANE CHAUMET

No aquellos que friegan las órdenes con la lengua no aquellos que beben a sorbitos los pequeños restos sobre las espaldas enarenadas de los vencidos no aquellos que silbotean las canciones que inyectan los encargados de la opinión no aquellos que prefieren edificarse un futuro en lugar de modelar un rostro a su vida

Pas ceux qui récurent les ordres à la langue pas ceux qui sirotent les petits restes sur les dos ensablés des vaincus pas ceux qui sifflotent les rengaines qu’injectent les tenanciers de l’opinion pas ceux qui préfèrent se bâtir un avenir au lieu de modeler un visage à leur vie

sobre el camino de regreso la tensión afila tus sentidos buscas las bifurcaciones donde perderte donde aún pueda surgir un momento de esplendor

sur la route

sobre el camino de regreso llueve pájaros muertos

sur la route du retour il pleut des oiseaux morts

el esplendor

de esos dioses se adivina en la forma tallada por manos humanas su cara en papilla de piedra el tiempo también pasa para los dioses como pasará sobre nuestros ídolos contemporáneos sobre los profetas ávidos de sangre la única huella que persiste a nuestro instinto de muerte es el deseo herido de belleza

la splendeur

sin pies y me pregunto si el regreso existe si abandonar no vuelve más pesado el camino si donde voy se llama aún ilusión naufragio o lugar hay heridas que curan otras heridas hay pérdidas que enriquecen otras pérdidas miro mis zapatos sin pies y me digo mi vida sólo es desorden y confusión y este hueco que empieza a crecer ¿hay que evitarlo o excavarlo más?

je regarde mes chaussures sans pied et me demande si le retour existe si l’abandon n’alourdit pas le chemin si où je vais s’appelle encore illusion naufrage ou un lieu il y a des blessures qui guérissent d’autres blessures il y a des pertes qui enrichissent d’autres pertes je regarde mes chaussures sans pied et me dis ma vie n’est que désordre et confusion et ce trou qui commence à s’agrandir faut-il l’éviter ou le creuser davantage ?

miro mis zapatos

du retour la tension affûte tes sens tu cherches les bifurcations où te perdre où puisse encore éclore un moment de splendeur

de ces dieux se devine dans la forme taillée de mains humaines leur visage en bouillie de pierre car le temps aussi passe pour les dieux comme il passera sur nos idoles contemporaines sur les prophètes assoiffés de sang la seule trace qui persiste à notre instinct de mort est notre désir blessé de beauté

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: RUMANÍA

LA LENGUA EN LA QUE ESCRIBO n CORINA OPROAE Como dice Fabio Morábito, el idioma materno no desaparece. Nunca. Aunque sea una la extranjera más extranjera, doblemente, en la vida y en la escritura, la lengua materna sobrevive. Siempre. Como la piedra que permanece, debajo de cualquier otra lengua que podamos sentir nuestra, hay ese primer paisaje singular que nos inquieta y nos reconforta a la vez. El cambio de lengua de vida y de lengua de escritura es una experiencia humana profunda. Es el territorio de una nueva identidad, un paso decisivo en la formación de la conciencia, que adquirimos en relación con el otro, siendo el otro en este caso, uno mismo. La poesía es, certeramente, el terreno propicio para esta suerte de confrontación. Emil Cioran, sentenciaba: «Si el idioma es el límite que confiere una identidad en el orden del espíritu, abandonarlo significa darse otro Per entre els dies (Por entre los días), antología poeética de Marin Sorescu, cotraducida al catalán por Corina Oproae, libro que recibió el premio Cavall Verd Rafel Jaume de traducción poética (Lleonard Muntaner, Editor, Palma de Mallorca, 2013).

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límite (finis), por lo tanto, otra de-finición; en una palabra, cambiar de identidad». Pero para cambiar de identidad y salir indemne, hay que confiar ciegamente en la que nos viene dada, sobre la cual construimos. Veamos cómo opera ese cambio en el caso de alguien que nace en la lengua rumana, que empieza a escribir poesía en su lengua materna, pero que luego hace del español su lengua de escritura, ya que pertenece a esa nueva generación de jóvenes que marcharon de Rumanía después de la caída del comunismo y entraron en un multilingüismo donde, como decía el poeta rumano Dinu Flămând, «se sienten como en la placenta de la lengua materna». Podríamos hablar aquí de los escritores que cambiaron de lengua de expresión literaria, podríamos hablar del lenguaje en sí, como forma de migración, o de los porqués de esta migración y de este cambio de identidad. Pero veamos primero cuál es el motor particular que propicia y alimenta la construcción de esta nueva identidad. La lectura es una de mis maneras predilectas de «ser en el mundo». Al escribir esta nota, puedo mirar atrás y afirmar que ese motor ha sido siempre la lectura. Está ante todo la fascinación primera de la lectura en el idioma materno, de los poetas que despertaron en mí el sentido y la necesidad de nutrirme y de expresarme poéticamente. Pienso ante todo en el último romántico europeo, Mihai Eminescu, en Tudor Arghezi, George Bacovia, Lucian Blaga, Ion Barbu, en los neomodernistas Marin Sorescu, Nichita Stanescu y Ana Blandiana o en el último surrealista europeo, Gellu Naum.


CORINA OPROAE

George Steiner decía: «En la literatura, como en el arte, originalidad significa regreso a los orígenes (lección esta tan cierta como empobrecedora si se aprende demasiado pronto)». Yo me fui hacia la poesía inglesa y americana, por un lado, y hacia la poesía española e hispanoamericana, por otro lado. Descubrí la poesía de Emily Dickinson y supe con ella que la poesía se siente físicamente, como si te volaran la tapa de los sesos. Y a la vez descubrí a Keats, y con él supe que hay cierta verdad en eso de que el poeta no tiene identidad y de que precisamente en ese vaciarse de identidad está su capacidad de rendir cuentas al mundo. A la poesía española e hispanoamericana llegué con el asombro que se tiene ante las grandes revelaciones. Alejandra Pizarnik acudió para enseñármelo todo sobre el exilio interno. Y Cernuda, otro punto de inflexión, me enseñó a contemplar desde ese punto que mezcla realidad y ensueño y me hizo comprender para siempre que debajo de la carne enlentecida de los versos está la persona con sus dichas y desdichas. En el texto que acompañaba mi debut poético en la revista transilvana Tribuna, la crítica ya señalaba que parecía estar más atenta a la poesía ibérica, la de la generación del 27, que a la de mis furiosos compañeros de generación. Ese motor cambió de nombre, y se llamó traducción: peldaño en la construcción de la identidad, camino de retorno ansiado hacia el idioma materno, jamás abandonado, pero sí desplazado por el español, que me había acogido en la escritura. La originalidad, entendida como vuelta a los orígenes, la he buscado también en de la recreación poética. Y me acogió de nuevo otra lengua maravillosa, el catalán, la lengua de Carles Riba, Vicent Andrés Estellés, Joan Vinyoli, Màrius Torres, Maria Mercè Marçal, Antònia Vicens o Antoni Cla-

pés. Aprendí a traducir leyendo a los poetas catalanes y ahora son ellos los que me enseñan cómo hacer que el poema tenga identidad propia en la nueva lengua. Y por supuesto, no podía traicionar a los poetas de mi juventud. Se lo debo todo. Eminescu es un trabajo de años, pero algún día, su maravilloso poema «Hyperion» tendrá una identidad catalana. Como la tienen los poemas de Lucian Blaga, de Marin Sorescu, de Ana Blandiana en catalán, de Gellu Naum en castellano. Volvamos a la poesía que escribo. Diré solo que es una extranjera que vuelve a casa después de muchos años y se siente extraña, que tampoco se halla del todo en casa allí donde las circunstancias vitales le obligaron a hacer su hogar. La lengua en la que escribo se encuentra por lo tanto en un territorio incierto que siempre me permite reinventarme. Me muevo con facilidad entre lenguas. El español y el catalán son para mí lenguas nativas, de la misma manera que el rumano, aunque el español me haya escogido para dictarme poemas, de manera intermitente. 

Marin Sorescu

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: RUMANÍA

Poemas de Corina Oproae (Făgăraș, Transilvania, Rumanía, 1973) xii.

xii.

deja que irrumpan volcanes en tu interior. deja que las palabras se intercambien letras, sílabas y que así te nazcan dentro mutantes, monstruos, maravillas, milagros. luego apágalos con la tristeza de una ausencia infinita o con alguna felicidad instantánea, con el recuerdo diáfano que guardas en aquel cáliz de lirio o con el futuro esquivo que descifrarás en aquella mirada. brotará después la palabra, nítida y llena de sentido. la palabra que nunca viene de la nada. la palabra que permea el vacío. la palabra que es la sangre del espíritu.

îngădu-i-le în interiorul tău vulcanilor să irupă. lasă cuvintele să facă schimb între ele de litere, de silabe și astfel să se ivească-n lăuntrul tău tot felul de mutanți, monștri, minuni, miracole. apoi stinge-i cu tristețea unei absențe infinite sau cu vreo fericire instantanee, cu amintirea diafană pe care o păstrezi în acel potir de crin sau cu viitorul ursuz pe care îl vei descifra în a lui privire. va țâșni mai apoi cuvântul, deslușit și plin de sens. cuvântul care niciodată nu vine din nimic. cuvântul care pătrunde golul. cuvântul care este sângele spiritului.

antes

înainte

vacío vacío

después

vid vid

și după

la lengua en la que escribo

limba în care scriu

La lengua en la que escribo es un sueño que dilata la pupila hasta que cabe el mundo, es la fragancia de un puñado de tierra húmeda que arrojo cada día sobre la tumba de aquel poeta exiliado, es un cuerpo que se derrite en la incandescencia de la arena.

Limba în care scriu e un vis ce dilată pupila până ce-ncape tot pământul, e mirosul unui pumn de țărână umedă pe care-l arunc zi de zi pe mormântul acelui poet exilat, e un trup care se topește în incandescența nisipului.

La lengua en la que escribo la componen retazos de vida y recuerdos que desafían el olvido, aquel río callado que se quedó ahí en la infancia, un banco de madera colocado para poder conversar con estrellas, punzantes vuelos de abejas sobre la tierra baldía de la soledad y el eco rodado de todos los versos que jamás se han escrito. La lengua en la que escribo es un libro interminable que cada día renace en llamas, un pájaro alado que mece en su vuelo la dicha y la desdicha, 26

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Limba în care scriu o compun frânturi de viață și amintiri ce sfidează uitarea, râul acela tăcut rămas acolo în copilărie, o bancă de lemn bine plasată pentru a putea conversa cu stelele, înțepătoare zboruri de albine peste tărâmul pustiit al singurătății și ecoul rotit al tuturor versurilor ce nu s-au scris niciodată. Limba în care scriu e o carte interminabilă ce din flăcări renaște zi de zi, o pasăre înaripată ce leagănă în zbor extazul și agonia, o omidă nerăbdătoare ce devoră decepții și speranțe, e o margaretă enormă pe ale cărei petale mi le răsfiră viața pe chip.


CORINA OPROAE

una oruga impaciente que devora decepciones y esperanzas, es una margarita enorme cuyos pétalos me arroja la vida en la cara.

Hoy

Astăzi

Arrodillada bajo el manto diáfano del silencio, succiono metáforas. En mi garganta, el universo es savia con sabor a flores secas. Las guardo en una pila bautismal llena de letras líquidas y hacemos el amor, mientras pido perdón por las palabras que mueren en vísperas de revelar verdaderos significados, por las frases que la mente maravillada construye y luego olvida, por tantas vocales tristes que no encuentran el grito adecuado. Cierro los ojos para seguir bebiendo a sorbos las confesiones de este silencio orgásmico que nace de la cópula de estrellas fulgurantes y palabras atávicas. Contemplo mi cuerpo menguante. Olvido el dolor y la ira. Olvido el rencor y la envidia. Olvido la rabia y la vergüenza. Olvido el mal. Mis dedos sagrados palpan rayos de luz. Mis ojos tan sólo reconocen verdades. Nuestro amor se salva en la saliva de este beso cósmico, voraz y expectante. Canto. Soy lo que queda después de mecerse el sonido sobre el manto diáfano del silencio.

Îngenunchiată sub mantia diafană a tăcerii, drenez metafore. În gâtlej universul mi-e sevă cu gust de flori uscate. Le păstrez într-o cristelniță plină de litere lichide și facem dragoste în vreme ce eu cer iertare pentru cuvintele care mor înainte de a da la lumină adevărate semnificații, pentru frazele pe care mintea înmărmurită le construiește iar apoi le uită, pentru atâtea vocale triste ce nu-și găsesc strigătul potrivit. Închid ochii Ca să pot sorbi în continuare confesiunile acestei tăceri orgasmice ce se naște din împerecherea stelelor fulgurante și a cuvintelor atavice. Îmi contemplu trupul care se strânge. Uit durerea și furia. Uit ranchiuna și invidia. Uit mânia și rușinea. Uit răul. Degetele mele sacre palpează raze de lumină. Ochii mei recunosc doar adevăruri. Dragostea noastră se salvează în saliva acestui sărut cosmic, dornic și vorace. Cânt. Sunt ceea ce rămâne după balansul sunetului pe mantia diafană a tăcerii. ULRIKA 64 |

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Foto: Daniel Mordzinski

POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: PORTUGAL

Filipa Leal

n PEDRO RAPOULA

Me corresponde la difícil tarea de presentar a Filipa Leal. Para hacerlo con la consciencia tranquila, tengo que afirmar muy claramente que Filipa Leal es una de las poetas portuguesas que más admiro desde que el 12 de mayo de 2009 (puedo decirlo con exactitud) tuve la grata sorpresa de oír a un alumno de portugués de la Universidad de Ankara, en Turquía, leer un poema de Filipa. Desde ese día, su poesía está en mi mesa de noche. Pero, ¿quién es entonces Filipa Leal? ¿Qué les puedo decir yo sobre esta portuguesa de quien, por fortuna, me volví amigo? La parte fácil es describirles su biografía oficial: Filipa nació en Oporto en 1979. Estudió Periodismo en la Universidad de Westminster y concluyó la Maes28

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tría en Estudios Portugueses y Brasileños en la Facultad de Letras de la Universidad de Oporto. En 2003 publicó su primer libro de ficción, Luna-polaroid, y al año siguiente debutó en la poesía con Talvez os lirios compreendam, al que se siguieron otros títulos más. Ya en 2015 publicó el manifiesto A favor de los lectores de poesía. Desde 2013 escribe guiones para teatro y cine. Acaba de estrenarse su primer largometraje, Juego de damas, en el Lisbon & Estoril Film Festival. Además, ha trabajado en la Alcaldía de Lisboa y junto a Manuela Judice creó el proyecto Lisboa Encrucijada de mundos, en el marco del cual organizó con éxito el primer pabellón de intercambio de libros de la Feria del Libro de Lisboa.


PEDRO RAPOULA

Durante años fue periodista y locutora residente del programa Cámara Clara del canal de televisión rtp2; luego pasó por Radio Nova, fue editora del suplemento De las artes, de las letras, del periódico O Primeiro de Janeiro, y de la revista Pessoa (de la Casa Fernando Pessoa). Actualmente hace parte del programa de televisión Literatura Aquí. Filipa tiene colaboraciones dispersas en varios periódicos y revistas portuguesas y extranjeras, y su poesía hace parte de algunas antologías, como Escribiré al Piano, organizada por Manuela Judice y Jerónimo Pizarro. Su trabajo viene siendo reconocido como lo demuestra el hecho de que en 2007 el periódico portugués Expresso la haya nombrado como una de las 27 nuevas promesas portuguesas, y en 2010 la haya incluido en la lista de los 10 talentos portugueses para la próxima década. Todo esto lo sabemos. Todo esto lo podemos descubrir en Wikipedia o en las contraportadas de sus libros. Pero insisto en la pregunta: ¿Quién es Filipa Leal? ¿Qué les puedo decir yo sobre esta portuguesa de quien, repito, por fortuna, me volví amigo? Más que hablar de Filipa, prefiero hablar de su poesía. Filipa Leal escribe de una forma despejada, incluso cuando habla de esos lugares grises y sin luz. En su poesía, las esperas y las desilusiones no son solo esperas y desilusiones, son también pequeñas bolsas de oxígeno para una tristeza luminosa. Porque en la poesía de Filipa la tristeza tiene luz. No, no es esa tristeza melancólica o lúgubre con la que asociamos a los portugueses. Filipa transporta en sí misma una claridad cruda y sin filtros, propia de esas voces a quien la vida duele, pero fascina al mismo tiempo. Si hay dolor hay vida. Si hay vida hay dolor. Así de sencillo, directo, libre. Al aclarar esto, todo tiene más sentido en su poesía. Como dice en su manifiesto A favor de los lectores de poesía: «Los poetas miran un árbol y dicen: mira qué lindo árbol. O miran un cenicero y dicen: mira qué cenicero tan lindo. También pueden decirlo de ciudades. Y de ollas». Es cierto que Filipa habla poco de ceniceros o de ollas. Pero habla de ciudades (líquidas o no), habla de campo, de paisajes, de tardes solitarias y de noches acompañadas. Habla de camas llenas y de

corazones vacíos. Habla de duelo y de escapar a la muerte. Habla de una cotidianidad tan familiar que cada uno de sus poemas puede contar una historia de cada uno de nosotros. Es en esa familiaridad que reside lo más auténtico de su poesía. No hay contemplaciones místicas, no hay voces externas, alienígenas, raras o espantosas. Filipa es real. Todo en su poesía está a la flor de piel. Todo en su poesía es sentimiento. Como cuando, en «Poema de invierno», le dice a esa persona afortunada «solo tú sabes arrancarme a la muerte». ¿Qué más queremos oír a un poeta sino esta confesión? ¿Para qué más sirve la poesía si no para confrontarnos con la permanente e imposible fuga a la muerte? La voz de Filipa es la voz de una mujer, de una amante, de una hija, de una persona triste para quien la tristeza es padre, hijo y espíritu santo. En esta Santísima Trinidad, Filipa se encuentra, se renueva, se muere, se resucita y se entrega. Pero la tristeza de Filipa es también una inmensa alegría. (O no habría hecho su tesis de maestría sobre lo cómico en la poesía de Alexandre O’Neill, Adília Lopes y Jorge de Sousa Braga.) Su sentido del humor, inteligente, sensible, detallista, nos reconforta y nos rescata… ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: PORTUGAL

Poemas de Filipa Leal (Oporto, Portugal, 1979) [Traducción de Pedro Rapoula y Jerónimo Pizarro]

Hoy también los carros bailan. Las casas se mueven levemente. Y yo, que mudé de casa y de ropa, de ciudad y de cama, de palabras... Yo, que mudé de música y de carro, de añoranza, de habitación... Yo, que mudé de computador y de calle, de eternidad y de paisaje, de abrazo y de clima... Yo, que mudé de lengua y de lágrimas, de Dios y de cuaderno, de creencias y de cielo... Yo, que mudé de fuego, que mudé de miedos... Yo, que mudé de planes, de sábanas, de escritorio... Yo, que mudé de gafas y de rumbo, de amigos, de champú, de rituales y de supermercado... Yo, que mudé todo aquello que en casi nada mudó, me mudé de mí a ti, mi amor.

Hoje, também os carros dançam. As casas movemse levemente. E eu – que mudei de casa e de roupa, de cidade e de cama, de palavras... Eu, que mudei de música e de carro, de saudade, de quarto... Eu – que mudei de computador e de rua, de eternidade e de paisagem, de abra- ço e de clima... Eu – que mudei de língua e de lágrimas, de deus e de caderno, de crenças e de céu... Eu – que mudei de lume, que mudei de medos... Eu – que mudei de planos, de lençóis, de secretária... Eu – que mudei de óculos e de rumo, de amigos, de champô, de rituais e de supermercado... Eu – que mudei de tudo que em quase nada mudou, mudei de dentro de mim para dentro de ti, meu amor.

La ciudad líquida

A cidade líquida

La ciudad se movía como un barco. No. Tal vez la tierra se abría en alguna parte. No. Era el mareo. La despedida. No. La ciudad tal vez era de agua. ¿Cómo sobrevivir a una ciudad líquida?

A cidade movia-se como um barco. Não. Talvez o chão se abrisse em algum lado. Não. Era a tontura. A despedida. Não. A cidade talvez fosse de água. Como sobreviver a uma cidade líquida?

(Yo intentaba sostenerme como un barco).

(Eu tentava sustentar-me como um barco.)

Las aves se mojaban en las torres. Todo se evaporaba: las campanas, los relojes, los gatos, el suelo. Se pudrían los cabellos, la mirada. Había peces inmóviles en los umbrales de las puertas. Sólidos mástiles que sostenían las paredes de las cosas. Los marineros invadían las tabernas. Se reían fuerte desde lo alto de los barcos. Rompían la entrada de los lugares. Las personas pescaban en el interior de las casas. Dormían en plataformas muy finas, como balsas. La náusea y el frío les amorataban los labios. No veían. Aceleradas se amaban al atardecer. Era el miedo a la muerte. La ciudad parecía de cristal. Se movía con las mareas. Era un espejo de otras ciudades costeras. Cuando estaba cerca, inundaba los edificios, las calles. Se sumaba al

As aves molhavam-se contra as torres. Tudo evaporava: os sinos, os relógios, os gatos, o solo. Apodreciam os cabelos, o olhar. Havia peixes imóveis na soleira das portas. Sólidos mastros que seguravam as pa- redes das coisas. Os marinheiros invadiam as tabernas. Riam alto do alto dos navios. Rompiam a entrada dos lugares. As pessoas pescavam dentro de casa. Dormiam em plataformas finíssimas, como jangadas. A náusea e o frio arroxeavam-lhes os lábios. Não viam. Amavam depressa ao entardecer. Era o medo da morte. A cidade parecia de cristal. Movia-se com as marés. Era um espelho de outras cidades costeiras. Quando se aproximava, inundava os edifícios, as ruas. Acrescentava-se ao mundo. Naufragava-o. Os habitantes que a viam aproximar-

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FILIPA LEAL

mundo. Lo naufragaba. Los habitantes que la veían cada vez más cerca se quedaban asombrados, mirándola, mirándose. Morían de vanidad y de falta de aire. Los que eran arras- trados se aferraban a lo que quedaba del interior de las casas. Sentían culpa. Temían el castigo. Tantas veces desearon soltar las amarras de la ciudad. Ahora partían con ella dentro de una ciudad líquida.

se ficavam perplexos a olhá-la, a olhar-se. Morriam de vaidade e de falta de ar. Os que eram arrastados agarravam-se ao que restava do interior das casas. Sentiam-se culpados. Temiam o castigo. Tantas vezes desejaram soltar as cordas da cidade. Agora partiam com ela dentro de uma cidade líquida. (Eu ficara exactamente no lugar de onde saiu.)

(Yo me quedé exactamente en el lugar de donde salió).

En los días tristes no se habla de aves

Nos dias tristes não se fala de aves

En los días tristes no se habla de aves. Uno llama a los amigos y no están y luego pide fuego en la calle como quien pide un corazón aún intacto.

Nos dias tristes não se fala de aves. Liga-se aos amigos e eles não estão e depois pede-se lume na rua como quem pede um coração novinho em folha.

En los días tristes es invierno caminamos helados con el cigarrillo en la mano quemamos el viento y decimos –¡Buenos días! a las personas que pasan pero cuando ya han pasado sin que lo notáramos. En los días tristes uno habla solo y un ave siempre se posa sobre las cosas en lugar de posarse en nuestro corazón y sin hablar con nosotros.

Nos dias tristes é Inverno e anda-se ao frio de cigarro na mão a queimar o vento e diz-se – bom dia! às pessoas que passam depois de já terem passado e de não termos reparado nisso. Nos dias tristes fala-se sozinho e há sempre uma ave que pousa no cimo das coisas em vez de nos pousar no coração e não fala connosco.

El principio de la oración

O princípio da oração

Señor, llena mi habitación de altamar.

Senhor, enche o meu quarto de alto mar.

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ESPAÑA

España hoy: una mirada desde la poesía En la edición 26 del Festival Internacional de Poesía de Bogotá 2018 celebramos la poesía española actual (bajo la coorganización de AC/E y Corpoulrika, gracias a las gestiones de Acción Cultural Española con el director de nuestro Festival, invitado al Festival Poetas de Madrid), siendo ese año España el país invitado con la participación de diez poetas contemporáneos de distintas regiones de la Península y editores independientes, quienes intercambiaron reflexiones y ponencias con sus pares nacionales fortaleciendo los vínculos culturales entre nuestros países e Iberoamérica. Como un saludo a la poesía española de todos los tiempos, publicamos la nota del escritor colombiano Juan Carvajal Franklin que aparece en la solapa de la antología España hoy, una mirada desde la poesía (Colección Los Libros Del Castillo).

En este libro quisimos difundir una muestra representativa de las voces de autores españoles que nos han acompañado en el Festival durante la última década, como ejercicio complementario a una primera antología de la poesía española contemporánea, publicada en 2003, y en la que aparecen voces tan significativas como las de Luis Antonio de Villena, Ana Roseti, Blanca Andreu o Luis García Montero. En 2018, se retoma este diálogo con la poesía española a partir de autores de las últimas generaciones como Jordi Virallonga, Ben Clark, Javier Gallego, Carmen Camacho, Mercedes Cebrián y María Eloy García; Laura Casielles, Álex Chico, Luis Miguel Madrid, Guillermo Molina Morales, Mariano Peyrou, por mencionar algunos de nuestros invitados incluidos en dichas obras. 

No sólo la invención misteriosa de una máquina de trovar que daba al caballero y poeta Don Blasco de Alama, los versos hechos, sino la máquina de pensar de Llull, las Etimologías de Isidoro, la Guía de perplejos, la receta de Vergil para hervir la inspiración en un caldero, los traductores de Toledo, el Jardín de flores de Torquemada, la Silva de Mexía, la mano incorrupta de santa Teresa, un tizón de fuego de san Juan, el ángel cervantino, el regusto de Quevedo, La vida es sueño, la gitanería andante, Lope de Rueda, Don Tirso de Molina, “Me duele España”, Azorín, Pío, Valle Inclán, Tierras de Castilla, Lorca, el taconeo categórico de su cerebro. España, la de pliegos de cordel, la profunda, la americana, la negra, la esperpéntica ¡Ay! la moderna. Celtiberia show, la “movida”. De Cirlot a Brossa para acá, de Scala a Justo Alejo, a Casariegoz». Juan Carvajal Franklin 32

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JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS

José Manuel Lucía Megías, El poeta español más interesante del momento

Poemas de José Manuel Lucía Megías (Ibiza, España, 1967)

Canción de la cita a ciegas A Darío Jaramillo

Pasan los minutos, perezosos como leños de la chimenea, sobre la alfombra de la cafetería del Hotel Plaza. Pasan absurdos como las conversaciones que me llegan lejanas, conversaciones que mezclan tapicerías con recetas de cocina. Pasan los minutos en el Hotel Plaza y tú no llegas, tú que vas cruzando las aceras, volando por encima de las citas, tú que te sientas en un sillón y te colocas la cara de espera, cara perezosa y absurda con ojos que guiñan preguntas y labios que no se atreven a pronunciar mi nombre... ... y así creo verte delante de mí, reina sobre un sillón rojo, pero entonces tus ojos se confunden con otros ojos y los saludos desfilan hasta convertirse en un tierno abrazo y en un beso. Pero son otros los abrazos; son otros los besos. Te imagino entrando por la puerta del Hotel Plaza. Te imagino porque no te conozco, porque no te recuerdo. Y tu risa convierte en cotidiano nuestro encuentro, uno entre tantos, el único entre tantos. Y pasan los minutos y la espera se disfraza de dudas, Y las horas, el lugar y el día bailan en mi memoria y el puzle de las posibilidades teje una telaraña que intento mojar en el cálido aliento de un whisky. Pasan los minutos... intento leer los amores imposibles que Darío Jaramillo me regala más allá de sus versos... y entonces, la puerta se abre y el frío me recuerda tu nombre, mi única señal, mi único dato cierto en esta cita a ciegas;

pero mi boca está sellada y paladeo tu nombre como un dulce con la avaricia infantil de quien se sabe dueño de un secreto, un secreto que se disuelve con el paso perezoso de los segundos, con esa puerta que se abre y que se cierra... que no te reconoce, como yo, como estos segundos que me separan de ti, de tu vivo recuerdo. Ahora que estamos más cerca que nunca, ahora que solo unos metros nos separan (¡tan solo unos metros!), ahora que el aire nos confunde en un nudo de olores, solo tendría que salir a la calle para ponerle cara a tu sonrisa, para ganar el pulso a los segundos perdidos de la distancia. Solo un gesto y el tiempo de la espera sería un whisky que se evapora junto a un plato vacío de aperitivos. Solo un gesto. Solo un gesto y las puertas de tu sonrisa se abrirían de par en par como esta puerta dorada que traspasas con paso certero. Pero solo tengo fuerzas para cerrar los ojos... para seguir soñando en el Hotel Plaza con mi cita a ciegas, para seguir acompañado tan solo del aliento de un vaso de whisky.

La puta vieja Nadie, nunca, me ha dicho te quiero. Nunca mis oídos escucharon tales palabras y nunca, a nadie, yo se las he dicho. ULRIKA 64 |

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POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES: ESPAÑA

Soy puta. Soy vieja. Soy una puta vieja que ha perdido hace tiempo la cuenta de las sombras con las que me he acostado, las camas en que /me /he/ dejado la espalda y las sábanas que se han confundido con mi piel comprada de serpiente, piel que ha cambiado cada noche a lo largo y ancho de mi puta vida. Nadie, nunca, me ha dicho te quiero. Ni ese niño que tuve una noche de luna y que me miraba a las mañanas con sus preguntas llenas de legañas. Nunca aquel niño me dijo te quiero. Ni en las dulces tardes de cumpleaños ni en los regalos del domingo, lejos de Montera, lejos de las esquinas, de las aceras bañadas de palabras susurradas y de precios negociados. Me miraba, eso sí, a todas horas. Me miraba mientras me dormía, mientras el maquillaje de mi cara se convertía en una careta de payaso en la almohada de todos los días. Esa almohada a la que me abrazo aún, en la que siento, aún, el calor de un amor que nunca tuve, que ya nunca tendré. Soy una puta vieja llena de arrugas, una puta sin memoria, sin recuerdos, una puta sin pasado siquiera. Los golpes de tantas palizas calladas, los vómitos de tantas bocas borrachas, los jadeos inventados y aquellos pocos que me salieron de lo más hondo del alma, todo eso lo he olvidado. Nunca. Las putas no podemos permitirnos el lujo del pasado. Y las putas viejas ni siquiera el del futuro. Vamos recogiendo de las aceras las colillas de carmín que van tirando las más jóvenes, a medio fumar, a medio beber, a medio hablar. Vamos recogiendo los clientes que rechazan y con ellos llenamos las horas muertas, estas inútiles horas entre esquinas y zaguanes. Nadie, nunca, me dijo te quiero. Me moriré cualquier día, cualquier noche. Me moriré sola. Sola como he vivido. 34

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Y nunca nadie me habrá dicho te quiero. Nunca nadie habrá recordado mi verdadero nombre al levantarse por la mañana, con esa jaqueca absurda que dicen que es el amor, esa droga que te recorre las sonrisas y que te hace cantar canciones infantiles mientras tus pies marcan el ritmo de los minutos. Nadie nunca me habrá cogido una mano y se la habrá acercado a los labios con el solo deseo de sentir una mano, unos dedos, un carmín colgado al final de los brazos, de los pechos, de esa sombra que se vuelve una ante el abrazo. Nadie, nunca, me ha dicho te quiero. Nadie se ha acercado al balcón de mis ojos tan solo para sentirse reflejado por un segundo, por una décima de segundo. Reflejado en el espejo de mis ojos. Billetes en la mesilla de noche, sí, alguna que otra caricia perdida, alguna que otra caricia de recluta virgen… Pero nadie nunca me ha dicho te quiero. Y la noche es larga. Y fría y larga. Y silenciosa. Y solitaria y aburrida. Y larga. Ya nadie se atreve a decirle a una puta vieja te quiero. Me llevaré a la tumba mis caricias vírgenes, mis palabras de amor, mis promesas y mis mentiras, las de todas las noches, todas ellas vírgenes, todas inmaculadas, todas aún con el papel de fiesta y con la risa nerviosa de los cumpleaños, de esa que es siempre la primera vez. Nadie me ha dicho nunca te quiero. Nadie. Nunca. Ni en sueños siquiera, ni en los pocos sueños infantiles que recuerdo. Pero, y eso sí que me lo ha dicho muchas veces mi hijo –y en eso sí que le doy la razón: ¿A quién le importan las lágrimas de una puta vieja? ¿A quién sus lamentos y reproches? Muero en una cama, sola, sin nadie velando mis últimos suspiros.


JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS

Muero en una casa sin persianas ni velos, viendo cómo los segundos son cada vez más lentos, más y más lentos, y cada vez me cuesta más respirar y mantener abiertos estos ojos grises. Y así, en el último suspiro, bien puedo estar segura, ahora sí, que nadie, nunca, me dijo te quiero.

Y se llamaban Mahmud y Ayaz Y se llamaban Mahmud y Ayaz, y tenían tan solo 17 años, y fueron ahorcados un 19 de julio. No lo olvidemos. Su historia debía haberse escrito con otros titulares, con otras fotografías. Pero no fue así. Llegaron llorando a la plaza. En la furgoneta de su angustia, llorando las lágrimas que no derramarán de viejos. (Como tantos otros, yo he visto las fotografías). Y llegaron como dos cachorros asustados, temblando entre el frío de tantas miradas, ante el abismo del final de su vida antes incluso de haber intentado imaginarla. Y tú siempre me decías: «Llegará un día en que nuestras manos no tengan que esconderse bajo las mesas, en que no sea necesario mentirse y quedar encadenados por anillos de bodas y por contratos forzados y por banquetes de hiel». Dos jóvenes. Perseguidos en sus miradas. Espiados en sus susurros. Asesinados por su deseo. ¿Por qué se ha detenido nuestro tiempo? ¿Por qué el polvo de las aceras llena de dudas mis pasos, esos en los que busco tus huellas, esas que se evaporan con el soplo cotidiano de las citas y de los atascos? Desierto con semáforos y pasos de cebra.

Ciudad sin fronteras ni horizontes. Semilla sin tierra y tierra sin el mar de tu sonrisa. Fueron necesarios cuatro brazos y una soga ajena de su cobardía. Fueron necesarios dos hombres que escondieran sus corrompidos gestos tras el anonimato de un pañuelo. Fue necesario un juicio y la rápida sentencia de muerte. Y nuestro silencio, no lo olvidemos. Fue también necesario nuestro silencio. […] Y tú siempre me decías: «Algún día veremos amanecer juntos. Tu cabeza sobre mi pecho y mis dedos acariciando tu frente, y mis labios sobre tus labios, y los primeros rayos de la mañana resucitando la silueta de nuestros cuerpos». ¿Por qué amarte es siempre perderte en la fuente que mana de mi costado? ¿Por qué no llenar de oasis este amor, de palmeras y de caricias nuestros encuentros, de lunas llenas y de estrellas andantes las miradas y las manos que se cruzan, modelando esculturas con músculos a punto de romperse, donde un día solo hubo un frío bloque de mármol? Fueron necesarias dos grúas y el aire vertical de la mentira. Fueron necesarios dedos acusadores y la venganza familiar agazapada en el hueco cobarde de los ojos. Fue necesario un abanico de falsas acusaciones y de miedos como uñas negras en la noche. Y nuestro silencio, no lo olvidemos nunca. Fue también necesario nuestro silencio.

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Foto: Milcíades Arévalo

HOMENAJE DEL XXVII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ A

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RAFAEL DEL CASTILLO

Esto no es un cuento, o la ficción humanizada Prólogo a la antología poética de Evelio Rosero Esto no es un cuento, publicada por Corpoulrika y el Instituto Caro y Cuervo con motivo del homenaje que le rindió el xxvii Festival Internacional de Poesía de Bogotá.

n RAFAEL DEL CASTILLO Evelio Rosero es el escritor colombiano más destacado y prolífico de la actualidad y uno de los más significativos en el contexto de nuestra lengua, además de referente obligado a la hora de adentrarnos en lo que podríamos llamar la identidad cultural latinoamericana. Una identidad que por su sincera e incuestionable intensidad humana y vital se torna universal. Como Rulfo, García Márquez o Juan Carlos Onetti, Rosero conquista aquello que siempre han querido y logrado los más incuestionables poetas de todos los tiempos, esos que se constituyen en «antenas de la raza»: dialogar con lo absoluto desde lo más íntimo y pedestre, desde lo tangible, desde lo que se acaba de vivir y se volverá a experimentar mañana, desde la cotidianidad y la imaginación, sin dejar de lado el señalamiento (y el escarmiento) de las anomalías a partir de las que se levanta sin tregua la muerte, para amenazar o anular al ser humano (guerras, muertes, adioses, granizadas…). Como la de García Márquez, su obra es seguida con afecto y respeto por todo tipo de lectores, desde el académico que cree encontrar en ella la ratificación de las teorías en boga, hasta los lectores de a pie que sólo buscan en el poema estar unos segundos menos solos o entenderse mejor o cantar y aplaudir a las leves mariposas amarillas que vuelan liberadas, bailando con las tías en una fiesta familiar… Al igual que en la de Onetti, podemos en la suya paliar la desolación del habitante de la ciudad que ve descascararse el muro de la habitación como si fuera su propio corazón, mientras se prepara el café del solitario.

Foto: archivo personal de Evelio Rosero.

Como Rulfo, Rosero nos permite enrostrar (y celebrar) a través de los inéditos registros de su escritura, la soledad telúrica y ancestral que roza con nuestra más arraigada estirpe latinoamericana, en su indeclinable y solidaria crítica a la condición humana. La atmósfera andina, antes que la tropical, se percibe nítidamente en su obra acercándole más a César Vallejo que a la innumerable progenie «garciamarquiana» que constituyeron en un principio casi todos los escritores latinoamericanos, pero que hoy en día pareciera permear también a destacados autores universales, como se puede seguir de las confesiones cada vez más abundantes de quienes desde todas las latitudes, se descubren deudores de los personajes, ambientes y perspectivas estilísticas del autor de la saga macondiana. Este homenaje se afinca en el hecho innegable de que Rosero es uno de los pocos narradores colombianos capaz de mantener un diálogo coherente y enriquecedor tanto con sus pares generacionales que se aplican al cultivo de la palabra poética, como con la poesía misma, en tanto que la entiende y asume de manera integral a lo largo de toda su obra.  ULRIKA 64 |

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HOMENAJE DEL XXVII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ A EVELIO ROSERO

Evelio Rosero: cantar y contar n JOSÉ ÁNGEL LEYVA Una mañana bogotana, fría y lluviosa, a una hora desierta en la cafetería del hotel, mientras hojeaba un libro y apuraba un café tinto, irrumpió un hombre de mirada melancólica y sonrisa amable. «¿Tú también escribes poesía?», me soltó a bocajarro. Vino a sentarse a mi mesa y comenzó una conversación que me parece no ha cesado desde entonces. Sería el año 2002-2003. Me confesó su amor por la poesía y su estrecha amistad con los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, al cual yo asistía y he asistido de manera reiterada. Como una culpa me confesó: «soy narrador, pero la poesía es mi brújula». Le obsequié mi libro Duranguraños y un par de semanas después arribaron a mi casa, en México, tres novelas suyas. Supe, en ese no tan breve encuentro –se prolongó sin exagerar en unas tres horas de conversación–, que se llamaba Evelio José Rosero Diago. Así firmaba además sus libros. Me atreví a cuestionar su nombre completo y aún tengo fresco mi argumento en la memoria. «Evelio Rosero es nombre de personaje rulfeano, parece que hubiese emergido de uno de sus relatos». Con el paso del tiempo y encuentros sucesivos, en mi país y en el suyo, que cada vez siento más entrañable, advertí que Evelio posee la aparente timidez y fragilidad de Rulfo, la parsimonia y esa curiosa manera de interrogar con la mirada. Numerosos

críticos sostienen que Pedro Páramo es uno de los más grandes poemas en prosa que se han escrito en español. En Evelio descubrí, para mi placer, que su discurso narrativo está urdido con hilos de gran poesía. Devoré esos tres títulos y encontré que Juliana los mira es una joya de la narrativa colombiana, un ejemplo magistral de la novela breve. Juliana nos cuenta, desde su niñez, el modus operandi de un país y una sociedad, ¿una civilización?, que han hecho de la muerte una forma de vida. Los almuerzos y Plutón fueron devorados con la misma avidez. Vino En el lejero, sus cuentos, su libro de poemas. Finalmente recibí Los Ejércitos, una obra que lo coloca en la cima de la narrativa latinoamericana. Ya no la firmaba Evelio José, sino sólo Evelio Rosero. En esta novela, que es una radiografía de la violencia en Colombia, donde los únicos que pagan los platos rotos son las víctimas inocentes, los de abajo, como dijera Mariano Azuela. Una obra mayor, cuya apuesta no sólo se sustenta en la trama y el drama, sino en el lenguaje, en la búsqueda de una belleza discursiva en medio del horror y la barbarie. Evelio es un trabajador de la escritura, no hace concesiones, es un escritor literario de cuerpo entero, un narrador pura sangre. Huye de los reflectores y de las relaciones públicas, no está dispuesto a

Dos instancias de Evelio Rosero: junto a los poetas Fernando Linero y Rafael Del Castillo (fotos de Milcíades Arévalo). 38

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Foto: Milcíades Arévalo

JOSÉ ÁNGEL LEYVA

perder el tiempo en columnas periodísticas o en entrevistas, en actos mediáticos, toda su tensión autoral está concentrada en rebasar sus propios umbrales. La carroza de Bolívar es una incursión iconoclasta en torno a una de las figuras más sacramentadas por el pensamiento y las políticas latinoamericanistas. Nada desdeñable esta obra que pone en tela de juicio los valores intrínsecos del héroe, del prócer intocable; hunde en el carnaval una parte sublime de la historia. Algo semejante sucede en Plegaria por un papa envenenado, donde confronta el idealismo de un sacerdote convertido en Pontífice y de una institución corrompida, de una mafia eclesiástica que mata para defender sus intereses, de una fe asesina que lleva muchos siglos desangrando a Dios. Toño Ciruelo es la obra narrativa más reciente que llegó a las puertas de mi casa. Tras su lectura me ganó el desconcierto. No supe emitir un juicio. Hoy, cuando redacto estas breves líneas para celebrar el homenaje que le rinde el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, donde tuve la fortuna de encontrarlo e iniciar una conversación literaria, una amistad fundada en la lectura, puedo decir que

es sin duda la más experimental y la más ambiciosa de las que haya escrito nuestro autor. Hay en ella una descarga ficcional y emotiva cercana al arrebato lírico, un impulso de romper cerrojos y cadenas, de echar abajo muros y quebrar baldosas para conducirnos hasta las proximidades del mal. Toño Ciruelo es, quizás, una metáfora de lo siniestro, un fenómeno de la naturaleza parasitaria que demanda sangre, dolor, sufrimiento para poder sobrevivir y reproducirse. Una vez más, lo discursivo juega un papel determinante en el relato. Son contados los narradores que leen poesía con la certeza de que esta habrá de alimentar su prosa, Evelio es uno de ellos... y un poeta que sabe contar la realidad, la historia, la imaginación. Lamento no estar en la ceremonia de ese encuentro de poetas donde nos conocimos, pero estoy allí, porque un lector fiel viaja siempre al lugar de las palabras, al surtidor de la escritura, deseoso de verse sorprendido por la siguiente obra literaria. Viaja pues mi abrazo y reconocimiento a Evelio Rosero, ese poeta colombiano extraído de una atmósfera rulfeana.  [21 de abril de 2019, Coyocán, Ciudad de México] ULRIKA 64 |

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Foto: Marcela Sánchez

HOMENAJE DEL XXVII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ A EVELIO ROSERO

Breve semblanza de

Evelio Rosero (Fragmento) n MILCÍADES ARÉVALO

Evelio Rosero (Bogotá, 1958) vive en dos mundos a la vez: en la realidad de todos los días de nuestra vida con su carga de violencia y en la literatura, que es el oficio que más le gusta y el cual asume con pasión, con lucidez, con talento y originalidad. Evelio es diferente a todos los escritores que conozco. Aparece en los sitios más inesperados, caminando por las calles de mi barrio, montando en bicicleta, en las ferias de libro, a la entrada de la biblioteca Luis Ángel Arango, en una reunión de poetas, dictando conferencias, tomando vuelo en el aeropuerto. Flaco, transparente, musical, tal vez tímido, casi ausente. Desde que lo conocí, he tenido la sensa40

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ción de que es uno de los personajes de sus libros: «Sin sombrero ni corbata, sin mostrar importancia, sin gabán bajo la lluvia y sin paraguas, paseando generalmente como un barco a la deriva, descuidado, sin cuidado, con un cigarro entre los labios, o un libro bajo el brazo, o un pan, el triste se pasea a cualquier hora por cualquier calle, y puede estar muy cerca, muy cerca de tu puerta, si es que acaso no se encuentra ya dentro de tu casa, en el mismo sitio donde estás, porque es posible que tú mismo seas el triste —el Triste mismo, tú—, por qué no». [Bogotá, 1 de abril de 2019]


EVELIO ROSERO

Poemas de Evelio Rosero (Bogotá, 1958)

Espejo en lo hondo de un corredor

III

Como la sombra de un animal terrible pero desolado que cree pasar inadvertido en la tarde por el sitio más olvidado de la casa cuando creemos estar solos y el otro, al descubrirnos descubrirlo nos arroja los ojos vengativos nos aterra por lo humano nos enseña la sangre en las manos

El humo se mueve en las hojas tigres sedientos buscan agua en mi pecho

Principio Los barcos de papel eran viajes insoslayables al filo de abismos, huyendo en el arroyo diminuto, el sucio charco. Íbamos al timón, urgentes, valerosos derrotando tempestades, ranas amarillas, cáscaras de limón; cuántos Orientes, cuántos Kublai Khan nos elogiaron con sus reinos. Pero tarde o temprano se presentaban los zapatos enemigos, transeúntes ciclópeos que hundían nuestras naves con un gran gesto de mal humor. Acaso la música nos redima Acaso Un día La música

Los incendios su estruendo su mortal calor, color de sangre. El viento trae noticias de aves huyendo mi cuerpo una brizna y mi más remoto recuerdo: ceniza en las manos ceniza

Tal vez Su ausencia es otra fiesta a solas. Una ventana sin que nadie te responda: «Llueve». Quien quiera que seas disfruta, abandonado, del dolor. No huyas. Lento, lento, asomará el sosiego, casi un barco, casi un canto pero dura luz derribando estas paredes. El dolor es otro vino, disfruta, abandonado, del dolor. No huyas. Goza la medida del amor desaparecido.

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HOMENAJE DEL XXVII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ A EVELIO ROSERO

Flauta Desde mi silencio oculto, flauta, como cuando llueve y las mujeres salen a mojarse con la tierra para contemplar su pasado arcaico, así yo me dispongo a rozar tu misterio y escuchar tu oración de sangre.

y después lanzó un bostezo pestilente. Su hambre es como él, descomunal. Desde entonces no me atrevo a partir, amigo Tienes que venir pronto, y trae una venda, alguien tiene que vendarme los ojos para salir de aquí. a Julio Gómez

Voy y comulgo contigo cuando cantas cuando vuelas tus quejas, dulce madre sin territorio. Por nuestro dolor antiguo te poseemos y logramos pronunciar tus palabras, flauta antepasada de la noche. Palpita tu corazón en el mío al escucharte, voz de milenios, De los espacios insondables cuántas voces más nos traes, cuántas memorias raudas haces sonar en nuestra sangre Oh flauta mía inseparable, dolor mío, sueño a Fernando Linero

Agua en la música Idéntica al río la música vuelve del más remoto lugar vuelve a recordarnos algo que tal vez no entendemos o no queremos recordar. En la orilla, detenidos la oímos pasar, desconociéndola. Otras veces calla y callamos y su silencio es su última llamada dolorosa parecida al mar

Carta Amigo, todo esto es una despiadada pesadilla: En este pueblo los reyes son cerdos, por cientos los cerdos se pasean, en su basura ideal. Todo el pueblo es su estercolero. El pueblo entero es de ellos. Las orejas de los asnos son su manjar predilecto, ningún asno tiene orejas en el pueblo. Ayer en la tarde, un inmenso cerdo blanco seguido por una corte de cien rosadas lechonas (todas eructando magistralmente asomadas desde su reino humeante con guantecillos blancos en las pezuñas contemplándome con altanería) un inmenso cerdo blanco me preguntó que cuándo iba a marcharme abandonar mi casa y atravesar las calles, 42

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Ofrenda De la noche los rescoldos donde una mujer pintada cantó conmigo y desapareció, la pobre lumbre de la cama, la incesante esperanza y todas las demás noches que nos deparen los huesos del alma. De la noche la ofrenda: Con la copa de mis manos vierto la sed negra de mi corazón sobre la tierra para que tú vengas y me entregues otra noche idéntica, dame amor otra noche como esa cuando teníamos, recuérdalo, edad para creer


EVELIO ROSERO

Llega la hora

Tres de la tarde

Cuando los niños se sonríen hacia el río otro río más profundo los aguarda que no es posible cruzar sin demorarse para siempre

Solo en esta sala de cine vacía, cuando todavía no ponen la película, se oyen de afuera los ruidos de afuera los pasos de un celador al otro lado de la puerta y las sillas sin un tosido sin otro espectador solitario que nos haga menos solos cuando la película no empieza cuando la película se demora cuando la película se hace de rogar.

Allá lejos el primer descubrimiento las alegrías acá la sola sombra a nuestro lado Ni siquiera la venganza ¿para qué? Irse, irse a lejanos países donde no nos reconozcan, donde podamos constatar que no somos ni siquiera de la tierra otros sitios solo un instante otros países arriba del sueño mucho más arriba casi a la vuelta de la esquina donde la última mujer espera

¿Quién es el único habitante de la tierra? Ninguna pareja de novios a mi lado O amigas o amigos comiendo palomitas Solo yo y mi silla en mitad del cielo blanco abrazados en el agrio piso de madera, que huele a moho.

(Chía, 88-94) (De Las lunas de Chía, 1988-1994)

Una muerte Se sentó a escribir frente a la mesa cuando, de súbito, alguien abrió la puerta del aposento. Miró un personaje inverosímil, que vestía un largo abrigo de piel, un anciano de mirada brillante y sonrisa desdentada, apuntándolo a él con un arma de fuego, luminosa y fría. Se trataba de un personaje inédito. Lo miró apuntar cuidadosamente y lo escuchó decir: “Abre bien los ojos, esto no es un cuento”. (De Cuentos completos, Tusquets, 2019)

¿Por qué entra al fin intempestiva esta pobre vieja mutilada? Esfinge en la penumbra empuja lenta su sombra de oráculo, una llaga verde iluminando sus pupilas. Se detiene y nos convoca con su aplauso de muletas. Es una vieja prostituta, todavía con esperanzas. Es, de cualquier modo, como un agradecimiento que yo reconozco. La veo empinar al cielo el rostro amarillo su desdentada boca, su risotada invisible. Oigo la voz de años que configura el antro: —No vengo a cine —me dice—, pero si usted quiere lo acompaño, ¿Me da cualquier moneda y lo acompaño?

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lenguas romances en latinoamérica POETAS LATINOAMERICANOS INVITADOS AL XXVII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ Los poetas invitados Edwin Madrid (Ecuador); Guillermo Molina Morales, Basilio Rodríguez Cañada (España); Mónica Muñoz (Argentina); Milenka Torrico (Bolivia); Georgia Kaltsidou (Grecia); Rosaura Mestizo, Eugenia Sánchez Nieto, Darío Sánchez Carballo, Dufay Bustamante, entre otros (Colombia), han sido publicados en números anteriores de Ulrika. Todos los autores en www.poesiabogota.org

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COLOMBIA

COLOMBIA Luis Alfonso Otálora (Florencia) Voy a reescribirme en esta tarde mansa y seré la tarde. Voy a nombrarme en el fruto que cae y seré la tierra. Voy a llamarme en un traslúcido retoño y seré el brote que apilará recuerdos. Voy a dibujarme en sinuosas montañas y seré el cerro oscuro que se muere en la noche. Caminaré desnudo los senderos agrestes me llamaré silbido o rumor de hojas me tenderé en el barro del invierno y volveré a ser barro. Me llamaré fuego y seré las cenizas del incendio.

Lista de mercado Un poco de caléndula para desinflamar malos recuerdos. Imaginación y paciencia para sazonar carnes maduras. La franca risa de una mujer que pasa. La congelaré en la nevera, algún día quizás la necesite. Cebolla larga y un poco de azafrán para el arroz de la añoranza. Un aire renovado para los pulmones carcomidos por el óxido de los suspiros. Sentencias amargas, embelecos y algunos improperios —no tan fuertes—: serán servidos a los invitados de este sábado. Unas onzas de silencio. Y si no las encuentro un puñado del habla de los arroyos claros. Un nuevo corazón. Si pudiera encontrar aunque fuera una pizca de poesía…

26 de septiembre de 20161 …la necesito para soñar hasta con lo imposible en medio de una paz probable. L. A.

Aún estaba niño cuando se me vino el mundo encima. Entonces escondí la fantasía en el patio trasero con la raíz profunda del naranjo entre los frágiles tallos de las dalias en la tierra callada. Hoy ya el patio no está y los días se han ido como caballos locos como caballos locos los sucesos pero he de buscarla por los resquicios de la imaginación junto a la poesía en medio de los sueños.

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El día 26 de septiembre de 2016, ya cayendo la tarde, se firmaba por fin la paz entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc en la ciudad de Cartagena de Indias. Cuando llegué a la gran Plaza de Bolívar en Bogotá estaba completamente llena de gente que miraba en grandes pantallas la transmisión del acto, muchos con cartelitos que decían

sí se pudo.

Estábamos alegres y optimistas.

En medio de los abrazos y hasta lágrimas cuando se firmó el documento, recogí uno de esos pequeños carteles y en medio de la multitud escribí este poema de esperanzas. La paz ha tenido tropiezos pero tenemos la confianza de que salga adelante. ULRIKA 64 |

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

Tania Ganitsky (Bogotá, 1986)

Las velas tiemblan antes de apagarse como ojos antes de llorar no hay diferencia entre el fuego y el agua en óvalos pequeños

Por la noche canté una canción de cuna india, me dolía la mandíbula porque hay que mover la boca de otra forma. Los sonidos precolombinos vienen en distintos tonos como las sombras me dolían los ojos también.

Rana estática la musa es la hierba croar es cantar

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Los caballos no iban a vivir tanto tiempo. Pero encontraron ofrendas en el sueño de los muertos. Allí pastan, beben agua y, a veces, se acercan a las manos cubiertas de panela que brotan como flores dulces a su alrededor. Doblan el cuello y reciben la ternura que también debió extinguirse hace tiempo.

Veo a los caballos enrarecerse alrededor de la hoguera. Como si recordaran una vida vieja en la que habrían amado junto al fuego.


COLOMBIA

Jorge Valbuena (Facatativá, 1985) Selva vírgen En el vientre de la esperanza un suspiro engendra apariciones Arden los caminos que nos crecen y la humareda canta la dirección de nuestra orilla Un racimo de huellas lleva en silencio la espesura legiones de gritos tallados con pínceles de agua Cada cicatriz es una voz que llovizna

Brillaban los ojos en la oscuridad aprendimos a vernos sobre la humareda, hallamos el punto intermedio entre el cielo que cruje y la llovizna hasta nuestros labios cerrados, caían los pájaros ausentes. Clausuró el fuego sus comunes tempestades manos quisieron hablar entre el rumor confuso habitar el agua ser airada sentencia empuñada bebiendo el eco frío que dejó la llama. Nos crecían las tormentas. Brillaban los ecos, las premuras, las edades, ardía el presagio, el ventarrón, la malicia. Nos crecían los diluvios, creímos naufragar cuando el tacto traía sus barcos invisibles.

Canción de cuna En los zaguanes de esta casa vieja nos sentábamos a esperar que pasara la noche. Era como de alas pesadas que ya no soportaban el mismo viento. Contábamos historias que nos hicieran olvidar las nuestras, mientras llegaba el día, mientras el humo se disipaba entre las grietas del silencio con los tenues arrullos. Nunca nos vimos dormir, nunca un bostezo, nunca el reposo. Hacer eso era como echar a la hoguera todo lo que teníamos de cierto, negar la verdad que juntábamos, uno a uno, poro a poro, hasta la pesadilla.

Álbum de familia Los retratos vieron caer los pétalos sobre las sábanas tras ellos una grieta se hinca para clausurar el camino Telarañas donde antes hubo pieles cubren las huellas y las hojas de la última sequía.

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

Carlos Velásquez Torres (Bogotá, 1969) Es de tontos el regreso Las cenizas de tu linaje fueron barridas por una tormenta colosal como la muerte y ese dolor te acompañará más allá de tu memoria Qué de lo tuyo quedó en la espera no habrá juicio eterno que devuelva los cimientos que la tibieza de tu saga sembró algún día Ya ha acabado todo y si regresas no será al solar de juegos ni a la morada que hubo de guardar los aromas de tu infancia Es de tontos el regreso cuando el camino fue borrado y la tarde tiene el plomo fincado en el horizonte y ya no será más Deja que tus latidos busquen el eco en la lejanía pues no hay sitio que te espere y el compás del mundo enloquece con el clamor de ausencias que los muertos aúllan en las noches No has de regresar Ni siquiera has de repetir la travesía que hubo de borrar las huellas sin despedida 48

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la encrucijada se plantó a tu espalda cuando la sangre abrió la brecha de tu sendero Es de tontos fingir el regreso cuando el deseo se ha peleado con la nostalgia deja tu camino y no te detengas que muchos tontos hemos de verte aún en la lejanía

Dejaremos entonces de adorarnos y en aquel instante servirá la cena la voraz bestia que nos habita descansa en mí mientras el momento llegue y no temas hasta su arribo Olvida los temores que te hicieron lo que eres no basta la vida para encerrar las pasiones ajenas que hicieron morada en nuestras inocentes almas Ven y descansa sin temor alguno la tarde servirá de escudo a los aterradores resplandores de nuestro deceso que vienen desbordados como la estampida colosal de un universo que se muere Deja que las sombras que escapan a nuestra mirada preparen la hornilla que ha de abrasarnos en la despedida


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Julio César Bustos En el vergel Cuando tal vergel veas Cuando entres en él No olvides guardar silencio Que tus pasos sean sigilosos Tus actos prudentes Recuerda: allí vela El hombre su vigilia.

En las Tierras de Sarak Desde la cumbre de la montaña de Pietrov contemplo el polvo que riega por los caminos, con su chubasco de arena y olvido, la caravana de hombres que huyeran de las tierras oscuras en busca de la luz. Marcho tras ella. Días de camino me separan de su estela hecha de polvo y miseria. Esto aún no lo sé. Viajo solo. Mis horas de descanso son breves: busco llegar a ella antes que se dé inicio a las fiestas religiosas. La embriaguez que ofrecen los dioses es una fuente inagotable para los hombres. Marcho tras ella. Me atrasé buscando de manera inútil, la compañía de una mujer de senos abundantes que encontrara dando pecho en las tierras de Sarak. Prefirió continuar amamantando las crías de un rebaño de lobos deformes y mutilados. “En ellos veo la esperanza”, me dijo mirando hacia el horizonte por donde días atrás se había perdido la caravana.

Marcho tras ella. Mi única compañía es el silencio y el caluroso recuerdo de los senos de la mujer que encontrara dando pecho en las tierras de Sarak. Tal vez los dioses no lleguen a perdonar mi idolatría. Estaba cansado de la humedad de las montañas. Con aquellos días, ocultos siempre, bajo una espesa tiniebla, buena para fieras, el frío, desperezándose, penetraba por mis fosas, tomando su alimento de mis huesos. Tras varios días de marcha, con poco descanso, he alcanzado la caravana. Marché tras ella. Mi rostro ha sido olvidado por cada uno de sus miembros. Todos me miran como un extraño que ha venido a sembrar la herejía. Y yo, que siempre he sabido gozar, como las sagradas leyes mandan, ferviente y devoto, con el festín de los dioses. Me recojo en el silencio, el esfuerzo del viaje ha sido impagable. No detengo el ritmo de mis pasos y, aunque marche adelante, que no se diga que he abandonado a los dioses: tan sólo he sabido guardar silencio. La algarabía de la caravana ya no la escuchan mis oídos; sigo adelante, y que los dioses me sepan perdonar, pero algún día descansaré junto a los lobos, junto a la mujer de senos abundantes que encontrara dando pecho en las tierras de Sarak. Marcho tras ella.

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

Carlos Satizábal (1959)

Páramo

Un perro

Frágil el musgo y el liquen, y frágil la flor –cada flor– y cada insecto que la flor abriga. Frágil el silencio y frágil el agua que cae numerosa en ágiles gotas de luz.

Para denigrar de la nobleza y la lealtad nombramos tu raza como insulto. Pero gentes más sensibles que habitan los valles de la sal ven en ti al guía de los sueños, al mítico señor de los caminos de la muerte.

Frágiles los bordes delicados de la piedra pulidos por el roce del tiempo, y la luz y la niebla y las nubes lentas, tan cerca del cielo.

El agua te reconoce como hermano y te lleva por sus cauces como suave hoja que cruza las orillas.

Frágil el obscuro espejo de laguna y su suelo de quietud, y el terso frailejón, y cada sociedad

El juego es tu elemento.

Frágil el aire susurrante y su rumor, y los altos rayos ardientes del sol. Frágil el azufrado olor a infierno y sus aguas y lodos de colores diversos.

Tu olfato guarda las huellas del retorno y tus ojos bellos recuerdan el desamparo de nuestro amor.

Frágil el hielo y la lava fría y el peligroso viento en las cumbres, blancas, lejanas, desiertas. Y el cóndor y su vuelo alto y solitario sobre las nieves perpetuas.

Éxodo

Frágiles descendemos el frágil páramo del amor. a Luisa

Colibrí acerca tu oído en sus alas la música que sostiene el mundo

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En estos altos valles no ha brotado agua una sola vez en noche o día, y sólo blanca muerte y negras calaveras vela la sangrienta luna. Cantan en olas huyentes su más trágica suerte largas caravanas, y sueñan vivas con un lago puro. Ondea en sus sienes el polvo por bandera. —¿Es lluvia que se acerca ese rumor distante y vago? Piensa ardiente el pueblo en sus cantos de la espera. Pero el sol ya vislumbra en soledad, tras montañas orientales, sordas horas rojas de inclemencia. Somos fuego y agua, y sobre el mar arde el arado. ¿Qué hondos horizontes de vacío y demencia buscamos? ¿No nos bastan, amigos, las hazañas de la muerte en los valles furiosos del pasado?


COLOMBIA

Asciende el amor a la sombra [fragmento] Llega tu hoja de oro con su suave viento.

La muerte nos acompaña con su quietud y su luz.

Luego del amor y del soplo del amor y de tu hoja de oro en el viento vendrá el silencio y la liviandad del cuerpo.

—La muerte está siempre –dice otra voz (también trae una hoja, muy antigua, y un poco de viento en ella).

El cuerpo, pesado en el ascenso, será un soplo en la cima de la montaña.

Desde antes de llegar alguien, tú, yo, o los otros amores, desde antes de la ternura de cada encuentro y la desnudez de cada desolación, la muerte habita estos vientos.

Allí es el cielo inconmensurable de la paz y el silencio. Ni el carro atasca sus ruedas ni el cuerpo ni la memoria ni el pensamiento pesan. Tampoco pesa tu amor ni la hoja de oro de tu amor.

Canta, amor, canta la sombra de las hojas al dibujar con su levedad el jardín –raras veces florece este jardín–. Canta, canta amor mío, con las hojas que traes y su viento, canta.

Vamos a las mansiones del frío. La esperanza y la enfermedad cesan, ya no hay dolor ni anhelos.

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

Carlos Almeyda (Bogotá, 1979) Autoficción Me sobra la luz entre las manos Y una desbandada de aves muertas Se abre entre los astros para nombrarme. Mi lugar entre las sombras es un hondo río Suspendido en el éter. Si me fuera dado abandonar mi trono, recorrer aquella tierra infame de retablos gastados y acequias a mi nombre Estaría condenado como un vil mortal a mirar siempre por el ojo de buey Mientras el mar se repite inútil en lo profundo del viento. Entonces canto desde mi sepulcro Entre los rayos y el color que de nuevo me mecen En esta cuna de ortigas e incienso. Ebrio de sentirme a salvo de mi más oscuro sueño Voy de vuelta a la materia muerta de un libro Y me relato a mí mismo Narro la epopeya de otros como si fuera mía Y saciado me evado de sentirme vivo.

ad libitum A mi diestra está el universo, con sus protuberancias y caprichosos misterios, con su vacío interno en el que parece brotar la presión de un líquido inmisericorde, con su alta boca ciega, con su fondo de precioso caleidoscopio. Ahí donde aprietas y un suave aliento se abre paso, como consolando, y un spleen envejecido salta de la nada ajena a mostrarte su metafísica y apenas la espuma tras un cristal verdoso se confunde con tu sosegada sonrisa, 52

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mientras el brillo de la preciosa botella, largamente envilecida como una estrella oculta inunda todo de oscura calma y tú la miras asombrado, dulcemente miserable sin otro espía que el cantinero.

Breve relato sin aire yo creo que la palabra amor se parece más a un mapamundi que a un globo terráqueo. En ella el agua se desborda. Los barcos evaden el horizonte y nadie viaja hacia sus orillas, el sol abre sus fauces –como bostezando desde el fuego de su vientre– mientras bebe grandes bocanadas de olas y relámpagos. Yo creo que el amor tampoco es perfectamente redondo como se creía de la tierra, las mareas de sus aguas ondean revolviéndole el estómago y cada cierto tiempo vomita sus entrañas llenas de peces muertos y animales monstruosos, calamares totalmente ciegos que tantean con sus tentáculos mientras escarban la tierra. El amor es entonces como un ánfora de aquellas que se llenaban en las palanganas nórdicas. Cae la oscura noche mientras el toque de queda anuncia algún secreto mal y las matronas corren a casa para adorar al diablo. La niña de todos los cuentos ha ido a abrazar la muerte entre las algas marinas. Es gracioso este mapamundi-amor. Todo en él parece sacado de una historia vikinga donde alguien de repente atrapa a una dama y la lleva a rastras como mercancía o la roba de un barco aún en altamar bajo la luna quebrada. El héroe de esta historia, al rescatarla, se disfraza de escolapio, pero más parece el polizón de algún buque mercante, enorme embarcación fantasma surgida de la tormenta. Nadie ha escrito aún el libreto para esta historia de princesas arrancadas a los pájaros del océano. Allí las corrientes irremediablemente van a caer al mismo acantilado sin fondo mientras el agua corre y corre sin forma hacia su propio precipicio. Los mares, en su lógica extraña, continúan saciados de sí mismos y desde el agujero negro de sus gargantas un pitido de tetera anuncia algún nuevo sacrificio.


COLOMBIA

Johan Pedraza (Bogotá) Ropa vieja

Eterno

Es la ropa de la guerra, dijo mi abuelo.

No quiero caer desde la altura de los años como una hoja seca o Como el sol que muere con la sombra. No busco la experiencia del tiempo escribiendo en mi piel marchita, Ni la de trascender los años con mi carga de carnes muertas con aroma de pasado.

La misma para trabajar la tierra; para ir a la iglesia y dar de comer a su perro. La misma que se quitaba en las noches, sentado en la peña, cuando fumaba su tabaco, para hacerle el amor al viento. La ropa con la que se levantaba para recibir el sol nublado de su pueblo. La misma con la que se fue del mundo, despojado de toda su vida en la tarde de año bisiesto, por una bala traicionera y perdida, que despedazó todos sus sueños. Me dejó su sonrisa plácida por haber estado listo, y una muda nueva para cada día, de la ropa de la guerra. La misma de todos los días.

Memoria

Me niego a la llama que se apaga al amparo de los que dan la mano, Y al montón de tiempo muerto que sólo puede recordar. No me entregaré al remolino de los días para acabar envuelto en arrugas. No seré el cuerpo que se derrumba entre las ropas, Ni el aliento acabado, O los anhelos irrealizables. No seré el hombre viejo que camina lento, Ni el que se entrega en la lucha de las mil batallas inacabadas del destino. Nunca renunciaré a la torpe esperanza de vivir día tras día. No terminaré el camino que va en círculos aprendiendo el mundo, Ni entregaré mis días para ser leídos por la historia.

Mi voz nunca olvida. A veces en el silencio, cuando el llanto se detiene, mis labios me engañan y el ansia repite tu nombre.

No moriré jamás. No me desmoronaré con el mundo a la espalda, O con la historia como fardo.

Cuando camino a solas, de vuelta en la ciudad, y la oscuridad es el único destino, tu destello y todo el brillo que era mío, caminan conmigo.

Viviré con los ojos abiertos como el faro atento en la noche eterna. Allí escondido entre los libros que no serán leídos.

En ocasiones, muy solo en las tardes, el viento me acaricia y siento tus manos frías como la mentira que siempre fuimos.

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

MÉXICO Enzia Verduchi (Roma, Italia, 1967) Radio de onda corta A oscuras mi padre sintonizaba la radio: una pelea de box en japonés, la crónica de un atentado en italiano o la caída de un avión en ruso. Aunque los periódicos al día siguiente desmintieran sus versiones, él se entendía con la frecuencia y la estática. Fiel receptor de hechos incomprendidos a lo largo del cuadrante, insomne en las ondas de alguna estación. Mientras, junto a él, mi madre soñaba encontrar un interlocutor.

Mar de Irlanda

Señora Lexotan Para Alfredo E. Quintero

Qué son seis miligramos tres veces al día si con ello se pueden anestesiar los sentimientos, si controla la ansiedad del todo. No ríes, no lloras, no percibes ni el principio ni el fin del mundo. Basta con abrir la boca: el ama de casa no es indecisa ante la gama del supermercado; los adúlteros no discuten la orfandad en el tálamo; nada agrede al taxista sólo el alto que obliga el rojo. Señora Lexotan, con usted no hay cabeza qué perder.

Para Mauro Bozeto y Marino Zeppa

Las piernas sostenían el galope de animal luchando contra el aire: corre, corre, muchacha. Tanto mar para una isla, laderas por recorrer, tanto cielo sobre la bruma. Desde Dún Laoghaire se escucha ese golpe de agua y se desborda el índigo en las landas de la península de Dingle: corre, corre, muchacha. Amigos, jóvenes desbocados, gritaba: “¡No seré la última en llegar!”. De lodo y viento fue su alegría en el linde de los acantilados de Moher; era el mar en los ojos, Dios en la tierra.

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Interrogatorio en el psiquiátrico de Volterra I i.- ¿...? Me arrancaron los ojos aunque las cuencas están llenas del cielo de Toscana. Espejos azules. Dos gotas suspendidas y móviles que observan el mismo muro de arcilla cada mañana. Me desgajaron la visión del mundo, dicen ellos: La nieve manchada con la eyaculación de nuestros asesinos. Las colinas minadas con el silencio de nuestros asesinos. La mar resguarda el peso y el plomo de nuestros asesinos.


MÉXICO

La córnea es más ligera y nada acalla la verdad del aire, el desplazamiento de la nube, las formas de la nube, la fragilidad flotando sobre nuestras cabezas. En esta brevedad de Volterra, paraíso de higiene mental, el mundo posible es el cielo.

ii.- ¿...? Esa luz aséptica que lastima de tan pulcra. Ese olor a medicina que provoca el vómito. Esta sima del infierno con veinte lavabos y dos letrinas por cada doscientos alienados. Dos mil locos respirando al unísono el excremento científico de la experimentación. Dos mil cabezas afeitadas. Esa intermitencia en los focos de 100 watts por cada descarga eléctrica en nuestros cuerpos. ¿Cuerpo? Una pila, un puente entre protones y electrones. Células nerviosas. Rayo que parte el encéfalo como una nuez. Células muertas. No, yo no conozco mi cuerpo ni el deseo al inicio del siroco. No, no reconozco esa fosforescencia en la punta de los dedos. No, no sé quién es el otro en el espejo con las encías abultadas. Ese que escribe ecuaciones en el vacío y repite hasta el cansancio, con los testículos al aire: “Lo que no mata, fortalece... Lo que no mata, fortalece... Lo que no mata, fortalece”. No, yo no conozco mi cuerpo, pero voy hacia mí.

iii.- ¿...? El expediente 241167 ha capitaneado más de setecientos vuelos con barbitúricos.

Ha visto la diversidad de la luz en el espectro solar. Ha soñado que su madre le sonreía detrás del vidrio que los separa en el pabellón. Con sus manos cubrió las pequeñas cicatrices, las hendiduras de la aguja hipodérmica. No quería perforar el sueño, horadar el cielo. Madre efedrina, rescátame. Madre de todas las anfetaminas, devuélveme la voluntad por un instante. Escucharé cien gritos y cien gritos más se anidarán en la cabeza. Señora adrenalina, devuélveme la paz alterada de quienes viven sin saber de estas paredes, y barrotes que me resguardan. Lo hallaron colgado en el árbol de olivo, desnudo. Una mosca erraba por sus labios.

iv.- ¿...? De niño observé un tiburón enorme, medía quizá tres o cuatro metros, debió haber sido apaleado por no menos de cinco hombres en alta mar para que sucumbiera. Yacía en una plancha de concreto; a un costado, un tipo afilaba una cuchilla para reducir al pez en postas. Jamás olvidaré la mirilla extraviada, la mirada vidriosa, muerta del escualo: me persigue en el sueño y en el insomnio.

v.- ¿...? Escucho caer una por una las gotas sobre la tierra de Etruria. El silbo del cielo es gemido. Lo sé, Dios no es perfecto, ¿puede ser dolado quien arriesga la fe en el sitio de Volterra? Las cárceles de la razón despojan el alma de sus formas. Noche ámbar, oscuridad sin reposo donde el relámpago es tortura. Miedo de cerrar los ojos y perderme en la insistencia del agua, en el bautizo secreto del infierno. ULRIKA 64 |

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

VENEZUELA Gina Saraceni (Caracas, Venezuela, 1966) Adriático Las piedras se vuelven más duras cuando finaliza el verano. Algo demora en pasar al otro lado. La playa es una respiración delgada y en los huecos de la arena
 quedan atascadas las palabras.

Cada verano hay una piedra menos
 que anticipa la inminencia de un desierto. Cada verano alguien falta
 al llamado de la tribu y las algas lloran hasta secarse de tristeza. No hay punto de retorno
 cuando la playa pierde sus herencias y queda el mar
 roto por el golpe de sus olas.

Un tronco navega a la deriva 
y las olas lavan la historia 
de ese pedazo de madera 
que flota por aquello que le falta. El verano duele como un abandono. Como el amor su interrupción duele, su querer permanecer hasta las uvas de septiembre. El verano es una espalda cansada donde los caracoles se preparan para morir.

Cómo despedirse del verano
 sin quedar atrapado en sus viñedos, en su vena más angosta,
 en el letargo de su calma meridiana. Cómo decirle adiós sin dejar algo 
en el abrazo del estío
 donde la marea desata el trueno de su fondo.

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El verano es un animal que arrastra sus huesos por la playa. Camina despacio 
espera que la marea entierre su cadáver. Cuando el amor es imposible
 revienta duro y solo el mar
 comprende la inmensidad de sus consecuencias. Se oye un lamento salobre. 
El viento quiebra las alas de los pájaros. El verano es una lejanía. 
Llueve y crece la marea.
 Algo se demora 
no hay cómo atraparlo.


VENEZUELA

***

de sus manos obreras y de su oficio

Me entristece la casa sin el paso de la madre que regaba las orquídeas y miraba al Avila crecer todos los días.

El animal del invierno perdió el oído y no sabe cómo regresar.

La casa donde la luz era una medusa inmensa que nadaba entre nosotros.

***

La casa abierta para que el padre regresara cada tarde a su tierra lejana. No sé como habitar esta orfandad sin flores, sin medusa,

Suena el canto del muezzin, intenso y sostenido. Se expande por la Medina crece en cada nota se convierte en plaza mercado dátil arrugado y dulce. Tus ojos son Túnez brotado de palmeras, higos, almendras, granadas, nueces

sin idioma

*** Es del padre el invierno su silencio espeso su demora. También la noche y el acero colado en moldes de cafeteras que duermen el letargo de los objetos extintos. El trópico está demasiado lejos para creer que fuimos parte de su canto.

Túnez blanco y azul donde la trinitaria clava sus espinas en muros y rezos. En el desierto del Maghreb hay dos plantas que se calcinan entre las dunas dromedarios exhaustos que la luz enceguece.

*** Si se pudiera llegar al otro lado sería el viaje más distante.

Demasiado lejos está el padre ULRIKA 64 |

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

BRASIL Vladimir Queiroz (Bahía, Brasil, 1962) Reluce

Reluz

Tengo la mesa puesta: sobre la mesa el recuerdo de nosotros dos, que oscila y titila en medio de la sombra, una vaga sombra por encima del humo de la llama, una aureola de luz en tu rostro, la penumbra del silencio... así pasa un film rebobinado de nosotros dos, entrecortado: cintas negras nos censuran, cuadro a cuadro deshecho de una forma, de tu forma, de la mía, al azar...

Tenho a mesa posta: sobre a mesa a recordação de nós dois, que balança e tremula ao meio da sombra, uma vaga sombra por sobre a fumaça da chama, uma auréola de luz no seu rosto, a penumbra do silêncio... assim passa um filme rebobinado de nós dois, entrecortado: faixas negras nos censuram, quadro a quadro desfeito de um jeito, do seu jeito, do meu, ao léu...

El sonar de los cubiertos me reconduce, oigo tus pasos y al seguir tus pasos camino a tus ojos siento todo el placer que puedo y sueño: un sueño gemelo... .................................................................................. Esa luz de estrella que traes en tus ojos brilla dentro de mí como si traslúcido fuese, me percibo radiante como si desbordase en luz e iluminase las tinieblas: Camino sin miedo por la noche un punto de luz feliz una guía por el mar sin Luna .................................................................................. La luz bañada de cera llega al fin corre más rápido la cinta, no se oye más el sonido, no se ve más el rastro de sombra bajo la luz, solo la penumbra en el cuarto de nosotros dos.

O tilintar dos talheres reconduz-me, ouço seus passos e ao encalço dos seus passos caminho aos seus olhos sinto todo o prazer que posso e sonho: um sonho gêmeo... .................................................................................. Essa luz de estrela que você traz em seus olhos brilha dentro de mim como se translúcido fosse, percebo-me radiante como se transbordasse em luz e iluminasse as trevas: Caminho sem medo pela noite um ponto de luz feliz um fanal pelo mar sem lua. .................................................................................. A luz banhada de cera chega ao fim corre mais rápida a fita, não se ouve mais o som, não se vê mais o rastro de sombra sob a luz, só a penumbra no quarto de nós dois.

Libertad

Liberdade

Solo pienso libre cuando fluctúo en el aire, recuerdo los Tupiniquins y cosas afines por el mar verde de hojas y troncos, cuando piso en el suelo y la sangre queda marrón de tierra.

Só penso livre quando flutuo no ar, lembro dos Tupiniquins e coisas afins pelo mar verde de folhas e troncos, quando piso no chão e o sangue fica marrom de terra.

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BRASIL

Solo pienso libre cuando me acuesto a la luz de la luna al acecho del ocaso, para de un salto adormecer en la boca de la noche.

Só penso livre quando deito ao luar na espreita do ocaso, para de um bote adormecer na boca da noite.

Solo pienso libre cuando sueño y mi soñar va por la orilla, encuentra el mar de espumas blancas en la arena, despierta mojado en las olas de tus brazos querida.

Só penso livre quando sonho e o meu sonhar vai pela vaga, encontra o mar de espumas brancas na areia, acorda molhado nas ondas dos teus braços querida.

Solo pienso libre cuando por mis dedos escurre mi pensar.

Só penso livre quando pelos meus dedos escorre o meu pensar.

Piedras

Pedras

Las piedras que conozco crearon limo, residen al mismo Sol puesto puntual.

As pedras que conheço muitas criaram limo, residem ao mesmo sol posto pontual.

Las piedras que conozco aún carecen de eras para sufrir el desgaste del viento y erosionar la forma natural.

As pedras que conheço ainda carecem de eras para sofrerem o desgaste do vento e erodir a forma natural.

Las piedras que conozco componen la roca de siempre, reciben las aguas que ruedan y caen en velos y brumas aladas de Neanderthal.

As pedras que conheço compõem a rocha de sempre, recebem as águas que rolam e despencam em véus e brumas aladas de Neenderthal.

Las piedras que conozco son pisadas por chancletas y pies descalzos al sabor de piel y aspereza visceral.

As pedras que conheço são pisadas por chinelos e pés descalços ao sabor de pele e aspereza visceral.

Las piedras que conozco ruedan a veces cuando del estruendo de truenos al soplo colérico de la boca divina en temporal.

As pedras que conheço rolam às vezes quando do ribombo de trovões ao sopro colérico da boca divina em temporal.

Las piedras que conozco son irregulares de nacimiento, mas se juntan crecidas componiendo el cimiento de mi templo monumental.

As pedras que conheço são irregulares de nascença, mas se juntam crescidas compondo o alicerce do meu templo monumental. ULRIKA 64 |

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

Angélica Freitas (Río Grande del Sur, Brasil, 1973)

una mujer limpia

uma mulher limpa

porque una mujer buena es una mujer limpia y si es una mujer limpia es una mujer buena

porque uma mulher boa é uma mulher limpa e se ela é uma mulher limpa ela é uma mulher boa

hace millones, millones de años se puso sobre dos patas la mujer era brava y sucia brava y sucia y ladraba

há milhões, milhões de anos pôs-se sobre duas patas a mulher era braba e suja braba e suja e ladrava

porque una mujer brava no es una mujer buena y una mujer buena es una mujer limpia

porque uma mulher braba não é uma mulher boa e uma mulher boa é uma mulher limpa

hace millones, millones de años se puso sobre dos patas ya no ladra, es mansa es mansa y buena y limpia

há milhões, milhões de anos pôs-se sobre duas patas não ladra mais, é mansa é mansa e boa e limpa

querida angélica

querida angélica

querida angélica no pude ir me quedé atorada en el elevador entre el décimo y el noveno piso y para cuando el velador se dio cuenta ya eran las diez y media

querida angélica não pude ir fiquei presa no elevador entre o décimo e o nono andar e até que o zelador se desse conta já eram dez e meia

querida angélica no pude ir tuve un pequeño accidente doméstico mi pelo se enganchó dentro de la lavadora en realidad todavía sigue atorado le estoy dictando este e-mail a mi vecina

querida angélica não pude ir tive um pequeno acidente doméstico meu cabelo se enganchou dentro da lavadora na verdade está preso até agora estou ditando este e-mail para minha vizinha

querida angélica no pude ir mi perro se murió y después resucitó y ascendió a los cielos me pasé la tarde tratando con bomberos y escaleras de incendio

querida angélica não pude ir meu cachorro morreu e depois ressuscitou e subiu aos céus passei a tarde envolvida com os bombeiros e as escadas magirus

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BRASIL

querida angélica no pude ir perdí mi tarjeta del banco en un cajero electrónico fui a reclamarle al policía que en realidad era un asaltante me robó la bolsa y con el shock me dio amnesia

querida angélica não pude ir perdi meu cartão do banco num caixa automático fui reclamar para o guarda que na verdade era assaltante me roubou a bolsa e com o choque tive amnésia

querida angélica no pude ir mi jefe me habló a última hora me dijo que se iba a hawái en motocicleta y yo tuve que ir al trabajo en bikini así que me resfrié

querida angélica não pude ir meu chefe me ligou na última hora disse que ia para o havaí de motocicleta e eu tive que ir para o trabalho de biquíni portanto me resfriei

querida angélica no pude ir estoy en un cibercafé a orillas del orinoco me secuestró un grupo terrorista por favor deposita diez mil dólares en la cuenta 11308-0 de citibank sucursal valparaíso gracias te pago cuando regrese

querida angélica não pude ir estou num cybercafé às margens do orinoco fui sequestrada por um grupo terrorista por favor deposite dez mil dólares na conta 11308-0 do citibank agência valparaíso obrigada pago quando voltar

un bigotito

um bigodinho

ay que bueno sería tener un bigotito más allá de las lentes de los anteojos quedar escondida detrás de una oruga capilar un bigotito para poder estar un bigotito para salir a la calle y ver el mundo pero esconderse un bigotito para poder ser un apéndice nasobucal buconasal como un sombrero nadie te incomoda en los cafés (la belleza está en los ojos de quien no puede creer) y al final del día todavia escuchar gracias señor al entrar último en el ascensor.

ai que bom seria ter um bigodinho além das lentes dos óculos ficar escondida por trás de uma taturana capilar um bigodinho para poder estar um bigodinho para sair à rua e ver o mundo mas se esconder um bigodinho para poder ser um apêndice nasobucal buconasal tipo um chapéu ninguém te incomoda nos cafés (a beleza está nos olhos de quem não pode crer) e no fim do dia ainda ouvir obrigada senhor ao entrar por último no elevador.

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LENGUAS ROMANCES EN LATINOAMÉRICA

PANAMÁ Lucy Cristina Chau (Panamá, 1971)

Adioses a las diosas

La negra

La presintió diosa y tuvo miedo;

Hay una negra detrás de mis años que mueve mis caderas cuando bailo. Hay un hechizo que sucumbe a mis ojos: la magia de la isla y el continente.

la descubrió rotunda, la intuyó perfecta, y quiso encarcelarla bajo el tono de su voz. La sombra de su cuerpo infinito lo sumergió en el miedo.

Toda su fuerza poca ante el destino, yugo maldito de sus labios, perdición de mirarla, voz arrogante –aún cuando tierna–. Muerte a cada momento en ella, muerte con su orgullo, con su ardor de estrella; contra su llanto, piedra sus hijos han de ser también su condena. Ya están en casa, odiando a sus ancestros; ella cocina entre culpas, él mata cada instante con indiferencia, ella acaba por negar su origen, él ha matado a la diosa, y oculta su llanto debajo la mesa.

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Me rindo con mi pelo rizado, no le doy vueltas a mis labios carnosos. Cualquier clase de tambor me pone el toque, yo le contesto con aromas diferentes. Diosa, cumbia, samba, mambo, no tiene nombre todo el ashé que enciende. Acá llegó mi máma diciendo que era blanca, y nadie le creyó cuando nació la negra.

Puntualidad Mi padre me enseñó a no ser puntual, he llegado tarde a todas las cosas importantes de mi vida; pero todas –sin excepción– me han esperado puntualmente.


PANAMÁ

Llovizna Ahora que ha parado de llover, que las tormentas duermen y los mares no se derraman, el cielo vuelve a descansar sobre las montañas. Ahora que se escurren los miedos, con este sol que no parece invierno, la ciudad, aún dormida, camina entre el café colado y la indiferencia.

Migración Las aves migratorias no son ilegales, porque los pájaros no pagan impuestos, ni levantan estructuras que se hipotecan o devengan salarios que se embargan. Los delfines viajan libremente por los mares hasta que el acuario de la Florida los necesita para el crecimiento de la siempre frágil industria hotelera. Los monos aulladores viven entre los árboles, construyen comunidades de aullidos feroces, hasta que la industria maderera exige que se muden y dejen su hábitat en lo profundo de la selva noble. Las palomas habitan los campanarios y los tejados hasta que un edificio más alto les corta el vuelo cotidiano y subyacen en las plazas con semillas bondadosas y restos de agua contaminada. La gente, que no sabe todas estas cosas, piensa que las aves han enloquecido, que los delfines quisieron conocer la costa y que los monos aulladores no conocen las reglas de la convivencia.

Por eso, cuando emigran los pájaros, los peces y las mariposas, en mi país olvidan, que la abundancia reside en la mente de quien la imagina.

corazón ese niño va con el corazón a la vista a todos lados, se le notan los latidos cuando camina si se descuida, uno puede hasta contar sus sobresaltos todas sus taquicardias se reconocen desde lejos me dijo –con manos temblorosas y pupilas dilatadas– que el amor es terror que ni el cine no pudo imitar los expertos coinciden en la perplejidad, pero no se atreven a confesar la melancolía no me queda más remedio, verlo llorar será un abismo que debemos cruzar con los ojos cerrados no habrá manera de prepararse para las tempestades, será la forma en la que cruce sus caminos pero su risa, drakkar bañado en verdad abrirá los puertos prohibidos para los navegantes y retornará, delirante de gozo el sentido verdadero de estar con vida.

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RESEÑAS

Reseñas PASOS Luis Alfonso Otálora Bonilla Ulrika Editores-Politécnico Grancolombiano, Bogotá, 2019, 88 pp.

«Hasta de mí mismo extraño» [Prólogo al libro]

Hay un extrañamiento de sí mismo en toda la poesía de Luis Alfonso Otálora. En sus versos indaga con cierto asombro, cierto desconcierto sobre el pasado. Y va más allá, dando otras vueltas a la tuerca, pues también pone en cuestión al recuerdo, uno, y, dos, a las palabras mismas que nos vemos obligados a usar para esta aventura. Con respecto a esto último, en esta poesía hay un testimonio valioso y fehaciente, sobre el poder de la poesía como curación, sí, y también como epifanía: «Escribo. Quizás la Poesía / me devuelva el ahora me reponga / los colores las formas tal vez ella / recupere mis ojos para ver el instante». Sin embargo, siempre la palabra es autoconsciente de ser acaso, una verosímil, cuando no consoladora imagen de lo que podría llamarse realidad: «El mar que llevo dentro me separa del mar», ha dicho hermosamente. Aún con lo frecuente, el poema que versa sobre el poema no es nada fácil. Sus peligros son la filosofía y la obviedad. Otálora se libró de esos riesgos en términos absolutos porque aborda el asunto desde su vida y sus cosas, un verosímil «yo» poético que habla desde su instante, desde su íntima carnalidad que asume el poema como habitación propia: «[...] / cuando el amor, el pájaro, la soledad y el árbol. / cuando el poema. / allí el mundo me habita / y yo habito el mundo / como a mi propia casa». Las cosas que lo rodean impulsan sus reflexiones y sus imágenes, como la secuencia de poemas sobre un reloj de arena, un reloj que «descansa ocioso y mudo en una 64

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mesa / el otro, sin piedad, no se detiene». Igual sucede con una lista de mercado convertida en poema. Actitud que me lleva a las palabras de Rilke en Ronda: «había sido capaz de juntar interior y exterior en un mismo espacio ininterrumpido en el cual se guardaba secretamente el lugar de la conciencia más pura, más profunda». Palabras que me llevan a otros versos de Otálora: «Cómo me gustaría que la poesía fuera conmigo / como el dulce murmullo del arroyo / que se desliza entre las rocas / el canto sencillo que no es agua / pero que sin ella no sería. / ¿Serán dos o uno solo la canción y el arroyo?». Además de ese refundimiento entre las palabras y las cosas, hay otro, más profundo, más esencial, más imposible: la identificación de sí mismo como parte de la realidad, la subversión metafísica que significa borrar el yo, borrar la identidad de individuo: «Voy a reescribirme en esta tarde mansa / y seré la tarde. / Voy a nombrarme en el fruto que cae / y seré la tierra / [...] / Me llamaré fuego / y seré las cenizas del incendio». Otálora además de involucrarse a fondo en la dicotomía entre ser y verbo, rinde homenajes a algunos poetas como Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni, Machado («anoche fui Antonio Machado entre mis sueños [...] Anoche caminé con Machado [...] Anoche morí con Machado»), Lorca: «Hoy he muerto todas las muertes de Federico / bajando por el camino a la quebrada / a las cinco de la tarde, en los campos, en el polvo / y me iba sin los ojos con los que había llegado». Conmovedoras, incómodas, lúcidas: eso son las palabras de Otálora sobre la guerra en este libro. Hace, por ejemplo, unas «Preguntas en medio de la guerra» («...¿cuántos caminos se han cerrado?») y cuenta episodios con dolorosa sobriedad: «Cómo narrar las horas que


RESEÑAS

llevaron los cuerpos hasta la dehesa / o el zumbido de las moscas y el silencio ferroso de los rostros mutilados. / Cómo se cuenta una desesperanza / y el curso opaco de una tristeza. / [...] / Cuánto atajo recorre tu nombre después de tantos años de la muerte / Padre, en mi cabeza, para que no te mueras otra vez. / ¡Qué se puede contar si no hay palabras entre tantas palabras!». La enumeración es, tal vez, el recurso formal que más utiliza Otálora. En ocasiones, a la manera de las jaculatorias, encabeza cada elemento con la misma palabra o

DIOS TAMBIÉN ES UNA PERRA María Paz Guerrero Cajón de Sastre, Bogotá, 2018, 48 pp. También el cinismo es de etimología perruna –kynos, can– y consiste sin más en un gran ojo fijo e inyectado en sangre, voyeur y espejo del lector que ahora inclina la nariz sobre este libro y se refleja. Dios no ha muerto (Nietzsche, 1882)1, Dios no es una prostituta (Bataille, 1941)2, Dios también es una perra ilustrada y algo indispuesta como todos nosotros, conciudadanos de una exhausta aunque muy joven metrópoli contemporánea. A la manera del Buhonero del reverso del Carro de heno (¿1500-1502?), de El Bosco, estas perras llevan en su capacho todas las desventuras, sus acciones y sus malas tentaciones, todas sus esperanzas decepcionadas, algunas alegrías también sin duda, todo cuanto constituye el frágil fardo de una vida humana. Han envejecido, están cansadas, están solas. «La mirada está cargada de melancolía, pero la boca esboza una leve sonrisa como para decirnos que, después de todo, su lote fue como el de cualquiera y que no hay por qué dramatizar» (Gauffreteau-Sévy, 1965)3. La poesía se basa en el lenguaje, en su ritmo profundo. Lo que hay entre escritura y palabra, el torbellino narrativo en el que converge la ciudad en sus clases sociales, en su habla, en su inconsciente turbio, los hechos,

1

Nietzsche, F. (2002). La Gaya Ciencia. Madrid: Edaf.

2

Bataille, G. (1981). Madame Edwarda. Barcelona: Tusquets.

3

Gauffreteau-Sévy, M. (1967). El último acto. En Hieronymus Bosch (pp. 195-198). Barcelona: Labor.

la misma frase, como en esa hermosa elegía que es «Otro poema a Abraham» («déjenme recordarlo [...]. déjenme verlo en mí [...]. déjenme adivinarlo»), o como el «Poema de los objetos», que termina: «¿Cómo llegó hasta mí / este pequeño espejo de dos lunas / hoy olvidado sobre mi mesa de noche? / ¿Qué de mi historia guarda, de los dedos que lo asieron? / Objetos que me cercan. / Ellos tejen también la trama de mi fábula». Darío Jaramillo Agudelo

las personas, las cosas, el éxtasis y la vulgaridad en imágenes simultáneas, todo ello es explorado en Dios también…, más allá de los linderos de la puntuación y de las letras capitales, en un sistema de contrapesos invisibles de aparente sencillez pero de alta precisión lingüística. Lejos de la provocación o de la anarquía, Dios también… es una obra construida, acabada y concluida, como quería Raymond Queneau (Calvino, I, 1991)4, en contra de la «inspiración», del lirismo romántico, del culto del azar y del automatismo. Y para entender todo mejor y para mayor abrigo, la apariencia real del libro de María Paz Guerrero ha sido vestida con el diagrama de la danza alfabética del laberinto o diagrama de flujo mental, sobre cartulina escolar azul celeste, cosido y con bordes redondeados, e impreso en una gradación gris.

4

Calvino, I. (1997). La filosofía de Raymond Queneau. En Por qué leer los clásicos (p. 256). Barcelona: Tusquets. ULRIKA 64 |

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RESEÑAS

Ojee el lector en voz alta o en murmullo algunos fragmentos del poema el cual juzgamos por nuestra cuenta y riesgo, una proeza. Y no decimos todo. Casi nunca lo hacemos. «dios come jamón / y le va a dar cáncer / a dios le gusta la salchicha / es adicto al hojaldre // dios ha intentado ser vegano ir a meditar no comer / animales respetarlos no juzgar saber que todo es / ideología el sistema te divide pero hay una verdad / y es cuántica nosotros tenemos a dios adentro / somos caníbales pero lo hemos olvidado al nacer / hemos olvidado que éramos un todo éramos luz / éramos algo que no sufría éramos algo que flotaba / hemos olvidado // ahora queremos ayudar contribuir hacer servicio / amar a un gurú somos depresivos y somos / latinoamericanos pero vivimos en Australia cuando / vamos a un restaurante ordenamos comida sin / productos animales conocemos nuestros traumas de / infancia sabemos que tenemos dos ejes la carencia / y la culpa sabemos que llamamos la atención somos / víctimas muchos tenemos anorexia

PLANTAS INVASORAS Antonio Herrada Premio Calendario 2016 - Poesía, Asociación Hermanos Saíz Casa Editora Abril, La Habana, 2017, 56 pp.

El 27 de noviembre de 1871 fueron injustamente fusilados ocho estudiantes del primer curso de Medicina de la Universidad de La Habana. El motivo: la supuesta profanación de la tumba del periodista y abogado español Gonzalo Castañón. Injusto porque los estudiantes simplemente habían paseado por el cementerio de Espada, aledaño al anfiteatro ubicado en la calle San Lázaro, a la espera de su profesor Pablo Valencia y García –quien se había tardado–, para recibir una clase de Anatomía. El vigilante del cementerio, Vicente Cobas, mortificado principalmente por la algarabía de cinco de los estudiantes –uno de los cuales, Alonso Álvarez de la Campa, había arrancado una flor–, los denunció ante el gobernador español Dionisio López Roberts, acusándolos de descomponer sus siembras, sin prever las funestas consecuencias. El gobernador, luego de su visita al cementerio, mandó apresar a todos los estudiantes de la Facultad, y 66

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somos frágiles / hemos sabido no querer la vida no querer nuestra / vida» «dios quiere atravesar los ojos de tantos jueces que / también anhelan ser publicados mientras queman la / Amazonia y jaurías de micos mueren ardidos / hay que poder hacer avanzar el manuscrito / encontrar la manera más extraña de ser poeta / en el primer poema / dios» «las ideas son huevos / prestos / a / caer // pelotas para que los niños / jueguen // hagan trampa / les tiren a los débiles del curso // flacos feos aterrados // un balonazo en la frente // vaga por las fincas / las cercas invisibles / le pasan corrientazos en la espalda / lame el lomo /pero no hay herida / repasa / porque su saliva mata el tétano / insiste /pero no hay herida // en las fincas / nada se pudre // flores bajo plásticos / vacas encerradas en establos / cuidadas por alarmas / unos pollos alumbrados / en galpones // no hay infinito / todo es parcela» Juan Carvajal Franklin

consiguió arrestar a 45 de los 46 estudiantes de primer año, quienes fueron enclaustrados la noche del 25. Un día después los estudiantes fueron procesados y condenados, tras dos juicios sumarios, cuyo resultado fue la aplicación de la pena capital a los cinco estudiantes señalados y a otros tres escogidos al azar para escarmiento del resto. A las 4:20 de la tarde del día 27, frente a un muro del edificio usado como depósito del cuerpo de ingenieros, los estudiantes fueron puestos de dos en dos, vilmente, de rodillas y de espaldas, y fusilados. Los cadáveres fueron apilados en una fosa común mínima y no se permitió asentar las respectivas partidas de defunción sino hasta dos meses después. De los restantes estudiantes, once fueron condenados a seis años de prisión, veinte a cuatro años y cuatro a seis meses. La represalia que dio el gobierno colonial, tambaleante entonces por el avance del ejército libertador, ante una simple travesura juvenil, avivó el repudio del pueblo cubano hacia la corona española. Ese mismo año, José Martí escribió el poema «A mis hermanos muertos el 27 de noviembre de 1871». Veinte años después, Martí en Estados Unidos, rememorando los árboles plantados por los ausentes en el


RESEÑAS

sitio del homicidio, dio un discurso titulado Los pinos nuevos, con el que cimentó uno de los símbolos más contundentes para la juventud cubana. No obstante, Antonio Herrada, en la antesala de su libro Plantas invasoras, sin críticas pero con ojo avizor, señala: «En el monumento que resguarda las huellas del crimen hay sembrados ocho árboles. No son pinos». La efeméride luctuosa, día de luto nacional en Cuba, del asesinato de los ocho estudiantes de Medicina, el 27 de noviembre de 1871; la idea de estar frente al muro presto a ser fusilado; los versos de Martí; los hechos y personajes de la época –entre ellos el poeta Julián del Casal quien murió de un aneurisma–; las calles y los espacios en el pasado y en el presente que rodearon los hechos; los no pinos sino más bien casuarinas, con todo lo que implica la germinación y la erección de un árbol; las sensaciones de Herrada ante el crimen y ante la otredad que implica que una especie foránea

ELLAS CANTAN Antología de poetas iberoamericanas Universidad Externado de Colombia, Colección Un Libro por Centavos, 2019

¿Qué ha significado para la poesía y para Colombia la circulación mes a mes de la colección «Un libro por centavos» de la Universidad Externado de Colombia? Desde hace más de quince años, su creador el poeta Miguel Méndez Camacho y Clara Mercedes Arango, su coordinadora, han hecho posible que más de ciento cincuenta poetas con mayor o menor trayectoria, de diferentes países, regiones, épocas y generaciones hayan sido publicados en un tiraje que ha oscilado entre ocho y trece mil ejemplares. Gracias a su

se afinque en tierra nueva, todos, todos estos elementos, enlazados por una poesía directa, certera y reflexiva, son los que dan cuerpo a este libro, Plantas invasoras, que sobresale por su fuerza y por su unidad; y esto, su compleja unidad, así como sus versos encabalgados y sorprendentes, de giros inesperados, son una grata sorpresa que deja la lectura de este libro (el poeta recibió por este el Premio Calendario 2016 de la Asociación Hermanos Saíz). Escasas son las veces que se halla en una voz tan joven tal madurez y tal concreción. Para invitar a la lectura de este buen libro de poesía, que además nos adentra en un hecho histótico fundamental para cualquier ciudadano del mundo, cito sólo unos versos: «Mientras dure la tala dura la música. / Cuando el árbol cae comienza el silencio». Pulso firme y larga vida a Herrada, autor potente y prometedor. Óscar Pinto Siabatto

amplia circulación nacional e internacional se han agotado y han dado paso a reimpresiones. Escribir sobre esta colección es referirse a quienes han hecho de la poesía un acto vital y una forma de comunicación que va más allá de acomodar o manosear palabras. Si nos aproximamos a la poesía escrita por mujeres, no sobra recordar el énfasis con el que algunas célebres autoras han reflexionado sobre el sentido y la necesidad de escribir. La vigencia de estos pensamientos se revela en los dos tomos antológicos titulados Me duele una mujer en todo el cuerpo (#105 y #106), en las cuatro mujeres incluidas en el tomo Poesía Afro Colombiana 1849-1989 (#117), y en las diversas voces de las autoras publicadas hasta ahora en la colección. Luz Mary Giraldo ULRIKA 64 |

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AUTORES

Índice de autores CARLOS ALMEYDA (Bogotá, Colombia, 1979) Editor, docente y comentarista de libros. Dirige los talleres de poesía en las cárceles con la Casa de Poesía Silva. Artista formador de Idartes. Los poemas que aparecen aquí hacen parte de su libro Una jaula va en busca de un pájaro. MILCÍADES ARÉVALO (Zipaquirá, Colombia, 1943)

Periodista cultural, dramaturgo, fotógrafo y escritor de novelas y relatos. Desde 1972 dirige la revista Puesto de Combate y dirige el proyecto cultural y editorial Sociedad de la Imaginación. Ha publicado, entre otros, La sed de los huyentes, Cenizas en la ducha, Manzanitas verdes al desayuno.

JUAN CARVAJAL FRANKLIN (Bochalema, N. de Santander, 1964) Artista plástico, autor, editor, dibujante e ilustrador. Filólogo hispánico de la Universidad Autónoma de Barcelona. Realizó estudios de historia, conservación, grabado, litografía, tipografía y encuadernación en el Conservatorio de Artes del Libro Antiguo La Llotja, en Barcelona. JUCY CRISTINA CHAU (Panamá, 1971) Poeta, narradora, docente e investigadora en la Universidad de Panamá, además de traductora y locutora independiente. Ha publicado, entre otros, los poemarios Mujeres o diosas (2011), La casa rota (2008) y La Virgen de la Cueva (2006) y el libro de cuentos De la puerta hacia adentro (2010). STÉPHANE CHAUMET (Dunkerque, Francia, 1971) Ha vivido en países de Europa, América latina, Medio Oriente y Asia. Ha publicado, entre otros libros, las novelas: Aun para no vencer, El paraíso de los velos (crónicas de Siria) y Las Marionetas; los libros de poesía: Urbanas miniaturas, La travesía de la errancia, El azar y la pérdida. RAFAEL DEL CASTILLO (Tunja, Colombia, 1962) Poeta y editor, fundador y director de la revista de poesía Ulrika y del Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Entre sus libros de poesía: Canción desnuda (1985), Entre la oscuridad y la palabra (1991), Animal de baldío (1999), Pirómana (2002), y Sanos consejos a una prostituta y otros aires viciados (2009-2010).

ANGÉLICA FREITAS

(Río Grande del Sur, Brasil, 1973) Poeta y traductora. Ha publicado los libros Rilke Shake (2007) y Um útero é do tamanho de um punho (2012, finalista del premio Portugal Telecom, 2012). En 2016 Rilke Shake ganó el premió americano al mejor libro traducido del año y su segundo libro fue finalista del premio Jabuti en romance (2013).

TANIA GANITSKY (Bogotá, Colombia, 1986)

Profesional en Estudios Literarios y Magíster en Filosofía y en Literatura. Reside en Inglaterra, donde cursa un doctorado en Filosofía y Literatura en la Universidad de Warwick. Publicó el poemario Cráter, con el artista José Sarmiento (2017).

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LUZ MARY GIRALDO (Ibagué, Colombia, 1950) Poeta, ensayista, crítica literaria, profesora de literatura latinoamericana y colombiana. Licenciada en filosofía y letras por la Universidad Javeriana. Algunos de sus libros publicados son: Tarjeta postal, Diario vivir, Sonidos en la luz, Llévame como un verso, De artes y oficios y La hora de los pájaros. ANTONIO HERRADA (Holguín, Cuba, 1992) Poeta y narrador. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y de la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana. Libros de poesía publicados: Asimetrías (2015), Plantas invasoras (2017, Premio Nacional Calendario) y Línea de exportación (en proceso de edición, Beca Dador 2018). DARÍO JARAMILLO AGUDELO (Santa Rosa de Osos, 1947) Poeta, novelista y ensayista. Ha publicado los libros de poesía: Historias (1974), Tratado de retórica (1978), Poemas de amor (1986), Del ojo a la lengua (1995), Cantar por cantar (2001), Gatos (2005), Cuadernos de música (2008) y Sólo el azar (2011), además de varias novelas y libros de ensayo. FILIPA LEAL (Oporto, Portugal, 1979) Poeta, periodista y ensayista. Estudió periodismo en la Universidad de Westminter (Londres) y la maestría en Estudios Portugueses y Brasileros en la Facultad de Letras de Porto. Acaba de publicar su décimo libro: Fósforos e Metal sobre Imitação de ser Humano (2019). JOSÉ ÁNGEL LEYVA (Durango, México, 1958) Poeta, narrador, periodista, editor y promotor cultural. Director de las revistas Alforja y La Otra. Entre sus libros están: Catulo en el destierro (1993), El espinazo del Diablo (1998), Duranguraños (2007), Habitantos (2010) y Tres cuartas partes (2012). JULIO CÉSAR BUSTOS (Colombia) Poeta. Ha publicado: El Jardín de Mantillo (1994), La romería del deseo (1998), Los abatidos de Barlovento (2000) y Tríptica de Bacatá (Uniediciones-Casa de Poesía Silva. JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS (Ibiza, España, 1967) Poeta. Es catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid. Algunos de sus libros publicados son: Libro de horas, Prometeo condenado (2004), Canciones y otros vasos de whisky (2006), Cuaderno de bitácora (2007), Y se llamaban Mahmud y Ayaz (2012-2013), Los últimos días de Trotski (2015). ANTONIO NAZZARO (Turín, Italia, 1963) Periodista, poeta, traductor, video artista y mediador cultural. Fundador y coordinador del Centro Cultural Tina Modotti. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía: Amor migrante y el último cigarrillo / Amore migrante e l´ultima sigaretta (2018) y Cuerpos humeantes (Bogotá, 2019).


AUTORES

CORINA OPROAE (Făgăraș, Transilvania, Rumania, 1973) Es licenciada en filología inglesa e hispánica por la Universidad Babeș-Bolyai de Cluj-Napoca. Reside en Cataluña desde 1998. Escribe en español, traduce del rumano y del inglés al catalán y al español. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Mil y una muertes e Intermitencias.

VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ (La Habana, Cuba, 1955) Poeta, periodista, crítico literario y traductor. Además de Cuba, ha vivido en Nicaragua, Colombia, y los Estados Unidos, donde actualmente es Profesor de Español en Kenyon College. Sus más recientes antologías son: Cuarto de desahogo (2013) y Del arco iris y el relámpago (2016).

LUIS ALFONSO OTÁLORA (Florencia, Colombia) Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia y docente universitario. Finalista y ganador en dos de los concursos organizados por la Casa de Poesía Silva. Ha publicado La inundación y otras crónicas (2003, 2007), Algo parecido al amor y otras porfías (poesía, 2011) y Pasos (2019).

EVELIO ROSERO (Bogotá, Colombia, 1958) Premio Nacional de Literatura 2006, otorgado por el Ministerio de Cultura. En 2007, con su novela Los ejércitos, gana el II Premio Tusquets Editores de Novela. Ha publicado, entre otras, las novelas: Los almuerzos, La carroza de Bolívar, Plegaria por un Papa envenenado y Toño Ciruelo.

JOHAN PEDRAZA (Bogotá, Colombia) Poeta y narrador, autor de los poemarios Lo que alguna vez me contó la luna, Mis cartas a la deriva y Nictálopes. De la novela Pedazos de corazón y los libros de cuentos La otra ventana y Exordio, primera y segunda edición. Magíster en estudios literarios.

CARLOS SATIZÁBAL

MARÍA PAZ GUERRERO

(Bogotá, Colombia, 1982) Poeta y ensayista. Literata de la Universidad de los Andes, magíster en Literatura Comparada de la Universidad de la Sorbona Nueva. Ha dirigido seminarios sobre poesía colombiana contemporánea y sobre poesía francesa y peruana. Publicó recientemente su poemario Dios también es una perra.

GINA SARACENI (Caracas, 1966) Poeta. Licenciada en Letras, magíster en Literatura Latinoamericana, doctora en Letras de la Universidad Simón Bolívar. Autora de los siguientes poemarios: Lugares abandonados. Antología personal (2018), Casa de pisar duro (2011), Salobre (2001) y Entre objetos respirando (1995).

ÓSCAR PINTO SIABATTO (Bogotá, Colombia, 1976) Poeta, narrador, editor y diseñador de libros. Director fundador del periódico de poesía de distribución gratuita El Aguijón. Actual diseñador de la colección literaria distrital Libro al Viento. Miembro del comité editorial de las revistas Ulrika y Cúpula.

FABIO SCOTTO (La Spezia, Italia, 1959) Poeta, traductor, crítico, ensayista. Profesor catedrático de Literatura Francesa en la Universidad de Bergamo. Ha publicado, entre otros, los poemarios Il grido viola (1988), Genetliaco (2000), L’intoccabile (2004), Bocca segreta (2008), La Grecia è morta e altre poesie (2013), In amore (2016), La nudità del vestito (2017).

CLAUDIO POZZANI (Génova, Italia, 1961) Poeta, novelista y artista. Ha participado en los festivales literarios y ferias del libro más importantes a nivel internacional. Traducido y publicado en más de 10 idiomas. Director-fundador del Festival Internacional de Poesía di Génova, y realizador de eventos culturales en París, Brujas, Múnich, Helsinki, Tokio, entre otras.

JORGE VALBUENA

VLADIMIR QUEIROZ

(Bahía, Brasil, 1962) Poeta y ensayista. Há publicado los libros: Seres & Dizeres (1996), Terracota (2001), Infantilis (2003), ABCdito e outros ditos mais (2003), Apokálupsis do Sertão (2006), Luminiscência (2008), Instinto (2010), Alcatruz (2011), Nuances (2012, a publicarse próximamente en Colombia), Muxarabis (2015), Brasileranca (2016).

PEDRO RAPOULA (Portugal, 1977) Agregado cultural de la Embajada de Portugal en Colombia, fue director por Portugal de la 26 Feria Internacional del Libro de Bogotá en 2013, cuando su país fue invitado de honor.

(Colombia, 1959) Poeta, actor, director teatral. Profesor asociado y director y coordinador académico de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia. Premio Nacional Poesía Inédita con La Llama Inclinada. Premio Dramaturgia ciudad de Bogotá con Ellas y la muerte: sueño de tres poetas.

(Facatativá, Colombia, 1985) Poeta y gestor cultural. Licenciado en Humanidades y Lengua Castellana, magíster en Literatura Hispanoamericana. Ha publicado, entre otros, los poemarios: Presos (2008), Los arados del parpadeo (2008), Péndulos (2010). Forma parte del colectivo literario La Raíz Invertida.

CARLOS VELÁSQUEZ TORRES

(Bogotá, Colombia, 1969) Poeta, traductor, músico y académico. Magíster en Literatura y Estudios Culturales por la U. de Washington y doctor en Literatura Latinoamericana por la U. de Arizona. Editor de Artepoetica Press de Nueva York. Ha publicado dos poemarios: Versos del Insilio y Es de tontos el regreso (2019).

ENZIA VERDUCHI (Roma, Italia, 1967) Poeta y editora. Desde los cinco años vive en México. Licenciada en Periodismo y Ciencias de la Comunicación. Premio Nacional de Cuento Efraín Huerta en 1992. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: Cartas de usurpación (1992), El bosque de la hormiga (2002), Groenlandia (2018) y Nanof (2019). ULRIKA 64 |

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Casa de Citas, la casa de la poesía Se suma al homenaje nacional que el XXVII Festival Internacional de Poesía de Bogotá le rinde al gran escritor colombiano Evelio Rosero y celebra su vida, su obra y su amistad.

Evelio Rosero en compañía de los poetas Margarito Cuéllar y Rafael Del Castillo.

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R E V I S T A D E P O E S Í A U L R I KA 6 4

ULRIKA 64 REVISTA DE POESÍA

POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES I / 27 FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE BOGOTA

27 FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ POESÍA ACTUAL EN LENGUAS ROMANCES ESPAÑA, PORTUGAL, RUMANIA, BRASIL, FRANCIA, VENEZUELA, BOLIVIA, ECUADOR, COLOMBIA, ARGENTINA, MEXICO Y PANAMA

PAÍS INVITADO

ITALIA

9 770120 767008

ISSN 0120-7669

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HOMENAJE AL ESCRITOR

EVELIO ROSERO

DISPONIBLES EN LA CASA DE POESÍA SILVA, LIBRERÍA LERNER Y LIBRERÍA UNIVERSIDAD NACIONAL DIRECCION@POESIABOGOTA.ORG PUBLICACIONES@POESIABOGOTA.ORG CALLE 41 No TELÉFONOS: 604 4000 – 301 743 03 79


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En 15 años la Universidad Externado de Colombia ha invertido más de $1.800 millones de pesos en la diagramación, edición e impresión de los poemarios y ha distribuido, gratuitamente, casi dos millones de ejemplares, sin perseguir utilidades económicas, sino rendimientos académicos, como corresponde a la filosofía de la Universidad.

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