fasciculo 2 2022

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Curso continuo de actualización en Pediatría CCAP

ISSN 2145-4590

Consecuencias emocionales de la pandemia por COVID-19 en niños y adolescentes Autolesiones e intentos suicidas en adolescentes Violencia transgeneracional: la influencia de padres violentos en la crianza de los niños Cuando los videojuegos son un problema

precop Subdirección de Publicaciones y Programas de Educación Virtual Calle 83 n.o 16A-44, Oficina 701 Edificio Cima. Bogotá, D.C. Teléfonos: (601) 6495352 - 7464706/07 precop@scp.com.co

Volumen 21 Número 2

Sociedad Colombiana de Pediatría www.scp.com.co

Abril - Junio 2022

Matoneo escolar

Curso continuo de actualización en Pediatría CCAP Volumen 21 Número 2 Abril - Junio 2022


Curso continuo de actualización en Pediatría CCAP Volumen 21 Número 2 Abril - Junio 2022


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Contenido Consecuencias emocionales de la pandemia por COVID-19 en niños y adolescentes

4

Autolesiones e intentos suicidas en adolescentes

12

Violencia transgeneracional: la influencia de padres violentos en la crianza de los niños

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Cuando los videojuegos son un problema

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Matoneo escolar

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Germán Casas Carlos Orjuela

Mónica Siglyndy Reyes Riveros Felipe Hernández Durán

Daniela Bedoya Zapata María Camila Rivera García Roberto Chaskel

Al final de cada artículo encontrarán las preguntas del examen consultado sin sus respectivas respuestas, las cuales serán publicadas en el siguiente número. Cada fascículo PRECOP está disponible de manera online y sus evaluaciones podrán ser resueltas únicamente por miembros de la SCP y residentes de pediatría a través de este medio, ingresando por: www.scp.com.co/precop.

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Laura Marcela Duque Gómez Hollman Salamanca Dimas Roberto Chaskel

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Diana Durán Luna Juan Sebastián García Mantilla


Consecuencias emocionales de la pandemia por COVID-19 en niños y adolescentes Diana Durán Luna1 Juan Sebastián García Mantilla2

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INTRODUCCIÓN

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La enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha impactado la vida de personas en todo el mundo, incluidos los niños y adolescentes. El aislamiento y las estrategias de distanciamiento social han sido las principales herramientas preventivas contra esta infección. Por este motivo, desde enero de 2020 se comenzaron a implementar medidas de contención regionales y nacionales. En este contexto, una de las principales medidas tomadas durante el confinamiento ha sido el cierre de colegios, institutos educativos y áreas de actividad. Estas circunstancias están más allá de la experiencia normal, lo que ha provocado estrés, ansiedad y un sentimiento de impotencia en todos los seres humanos. En comparación con los adultos, esta pandemia puede seguir teniendo mayores consecuencias adversas a largo plazo en los niños y adolescentes. El alcance del impacto en este grupo de edad depende de muchos factores de vulnerabilidad, como la edad de desarrollo, el estado

educativo actual, tener necesidades especiales, una condición de salud mental preexistente, ser económicamente desfavorecido y niños/ padres en cuarentena debido a una infección o al miedo a infectarse. El impacto potencial de la pandemia de COVID-19 en la salud mental de los jóvenes se anticipó a principios de 2020, cuando las comunidades de todo el mundo comenzaron a bloquearse, se cerraron los colegios, se suspendieron las actividades recreativas y extracurriculares e incluso las interacciones casuales se vieron afectadas por las medidas de distanciamiento social. Junto con la interrupción del aprendizaje y las rutinas diarias, las dificultades del aislamiento se vieron agravadas por la incertidumbre, el miedo y un costo económico y socioemocional para los cuidadores, maestros y organizaciones comunitarias que a menudo amortiguan la angustia de los niños. Se reconoció ampliamente el hecho de que los jóvenes, aunque menos vulnerables en términos de su salud física, estaban en alto riesgo con respecto a su salud emocional.

1. Médico, Universidad El Bosque. Psiquiatra, Universidad de Cartagena. Fellow en Psiquiatría de niños y adolescentes, Universidad El Bosque. 2. Médico, Universidad Nacional. Psiquiatra, Universidad Nacional. Psiquiatra de niños y adolescentes, Universidad El Bosque. Departamento de Salud Mental, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá.


Diana Durán Luna, Juan Sebastián García Mantilla

El estrés comienza a mostrar su efecto adverso en un niño incluso antes de que nazca. Las madres en estado de embarazo se encontraban psicológicamente vulnerables, experimentando alteraciones en su estado afectivo, principalmente por síntomas ansiosos y depresivos, lo que está biológicamente relacionado con el bienestar del feto. En los niños pequeños, la pandemia y el confinamiento tienen un mayor impacto en el desarrollo emocional y social que en los adultos. Niños de 3 a 6 años manifestaron más síntomas de apego y miedo a que los miembros de la familia se infectaran, que los niños mayores (de 6 a 18 años). Los niños mayores tenían más probabilidades de experimentar falta de atención y preguntaban persistentemente sobre la COVID-19. Todos los niños revelaron condiciones psicológicas,

IMPACTO EN LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES QUE VAN AL COLEGIO A nivel mundial, el aprendizaje previo al confinamiento de niños y adolescentes implicó predominantemente una interacción personal con sus profesores y grupos de pares. Los cierres de colegios y universidades en todo el país han tenido un impacto negativo en más del 91 % de la población estudiantil mundial. El confinamiento se asocia con incertidumbre y ansiedad atribuible a la interrupción de su educación, actividades físicas y oportunidades de socialización. La ausencia de un entorno estructurado del colegio durante un período prolongado da como resultado la interrupción de la rutina, el aburrimiento y la falta de ideas innovadoras para participar en diversas actividades académicas y extracurriculares. Algunos niños han expresado niveles más bajos de afecto por no poder jugar al aire libre, no reunirse con amigos y no participar en las actividades escolares presenciales. Estos niños buscan atención y son más dependientes de sus padres debido al cambio a largo plazo en su rutina. Se presumía que los niños podían resistirse a ir al colegio después de que terminara el cierre y también tener dificultades para establecer una relación con sus profesores luego de que los colegios abrieran nuevamente y, efectivamente, es el fenómeno que actualmente estamos evidenciando. Además, debido al confinamiento prolongado en el hogar, el uso cada vez mayor de Internet y de las redes sociales por parte de los niños, los predispone a usar Internet de manera

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IMPACTO EN LOS NIÑOS PEQUEÑOS

como mayor irritabilidad, falta de atención y apego, independientemente de sus grupos de edades, también se demostró que experimentaron trastornos del sueño, pesadillas, falta de apetito, agitación, falta de atención y ansiedad relacionada con la separación.

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Con el tiempo, estudios de todo el mundo han comenzado a documentar el impacto de las alteraciones relacionadas con la pandemia en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. No obstante, los datos emergentes en este grupo de edad han relacionado el inicio de la pandemia con un aumento de los trastornos de ansiedad y depresión, dificultades de comportamiento, tendencias suicidas y aumentos de visitas a la sala de urgencias psiquiátricas. Los informes retrospectivos de los padres también indicaron un mayor conflicto entre padres e hijos, y mayores sentimientos de aislamiento en los jóvenes. Además, los padres informaron un nivel de tiempo de uso de equipos electrónicos (celulares, tabletas, computadores, videojuegos) excesivo en comparación con el período anterior a la pandemia. Aunque los datos no son longitudinales, el cambio desde el inicio hasta el año escolar 2020-2021 sugiere una exposición prolongada y la necesidad de hacer un seguimiento de la posible vulnerabilidad a la adicción a Internet y otros efectos negativos del tiempo frente a la pantalla.


Consecuencias emocionales de la pandemia por COVID-19 en niños y adolescentes

compulsiva, acceder a contenidos objetables y, adicionalmente, aumenta su vulnerabilidad a sufrir acoso o abuso (UNICEF, 2020.) Lo peor de todo es que durante el cierre de los colegios, los servicios legales y preventivos no funcionaron completamente, por lo que los niños rara vez están en condiciones de denunciar la violencia, el abuso y el daño si ellos mismos tienen hogares abusivos.

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IMPACTO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES CON NECESIDADES ESPECIALES

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Aproximadamente 1 de cada 6 niños dentro del grupo de edad de 2 a 8 años tiene alguna dificultad emocional, conductual o del desarrollo neurológico. Estos niños con necesidades especiales, como autismo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, parálisis cerebral, problemas de aprendizaje, retrasos en el desarrollo y otras dificultades emocionales y de comportamiento, se enfrentaron a grandes desafíos durante la pandemia y el confinamiento y al agravamiento de los síntomas debido a la intolerancia de las restricciones impuestas y al ambiente hostil que no corresponde con su rutina habitual. Además, enfrentan dificultades para seguir instrucciones, comprender la complejidad de la situación de la pandemia y realizar su propio trabajo de forma independiente. Con el cierre de las instituciones especiales y las guarderías, estos niños carecen de acceso a material de recursos, interacciones con grupos de pares y oportunidades de aprendizaje y desarrollo de importantes habilidades sociales y conductuales a su debido tiempo, lo que puede conducir a una regresión del comportamiento. Estas condiciones también desencadenan arrebatos de rabietas y conflictos entre padres y adolescentes. Para hacer frente a estos desafíos, es difícil para los padres manejarlos por su cuenta, ya que carecen de experiencia profesional y en su mayoría dependen de colegios y terapeutas para ayudarlos.

Dado que cada trastorno es diferente, cada niño tiene distintas necesidades que satisfacer. A los niños con autismo les resulta muy difícil adaptarse al entorno cambiante, se agitan y exasperan cuando algo se reorganiza o cambia de su configuración actual. Pueden mostrar un aumento en sus problemas de comportamiento y actos de autolesión porque es un gran desafío para los padres manejarlos debido al encierro. La suspensión de las sesiones de terapias integrales tiene un impacto negativo en el desarrollo de sus habilidades y el logro del próximo hito del desarrollo, ya que les resulta difícil aprender a través de sesiones en línea. Los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) luchan por dar sentido a lo que sucede a su alrededor a partir de las señales que reciben de sus cuidadores. Es difícil para ellos permanecer confinados en un lugar y no tocar cosas que puedan infectarlos. Debido a que se encontraban confinados, las posibilidades de hiperactividad aumentaron junto con impulsos elevados y se vuelve difícil para los cuidadores involucrar a estos niños en actividades significativas. Se estima que el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) entre los niños y adolescentes es del 0,25 % al 4 %, y se sospecha que los niños con TOC fueron unos de los más afectados por esta pandemia. Debido a las obsesiones y compulsiones relacionadas con la contaminación, el acaparamiento y la preocupación somática hace que ellos experimenten una mayor angustia.

IMPACTO DEL CONFINAMIENTO EN LOS NIÑOS DESFAVORECIDOS La desigualdad social se ha asociado con el riesgo de desarrollar problemas de salud mental. El mundo de la pandemia y el confinamiento ha experimentado una recesión económica global que ha empeorado directamente la desigualdad social preexistente. En los países en desarrollo, con el confinamiento, los niños desfavorecidos


Diana Durán Luna, Juan Sebastián García Mantilla

Para encubrir la pérdida de educación durante el confinamiento, muchos colegios ofrecieron educación a distancia o cursos en línea a los estudiantes. Sin embargo, esta oportunidad no está disponible para los niños desfavorecidos, por lo que se vieron enfrentados a una falta de estimulación al no tener acceso al material de recursos en línea para estudiar.

IMPACTO POR LA CUARENTENA ESTRICTA, SEPARACIÓN DE PADRES Y DUELO Los niños que estaban en aislamiento requieren de atención especial, ya que ellos pueden estar en riesgo de desarrollar problemas de salud mental debido al duelo causado por la separación de los padres. Durante los años formativos de la vida, el papel de los padres es crucial, cualquier interrupción en forma de aislamiento de los padres puede tener efectos a largo plazo en la

El fallecimiento de un familiar es una información relevante a compartir con los niños pequeños y adolescentes de la casa. El duelo es un proceso normal y depende del momento de desarrollo evolutivo de cada persona. En algunas familias, la pandemia trajo la primera muerte importante en las vidas de los niños y adolescentes, esto genera miedo y angustia, que se sumarán a las dificultades para elaborar un duelo por una muerte súbita, ante la cual no ha habido la oportunidad de despedirse antes de morir, ni tampoco después para realizar los rituales correspondientes. La Figura 1 esquematiza las asociaciones de los diferentes factores que han modificado las rutinas familiares, escolares y recreativas, haciéndolas más aburridas o suprimiéndolas, lo que se asocia con una gran incertidumbre del futuro. L a s e s t r at e g i a s d e s ad a p t at i v a s m á s frecuentemente utilizadas son las centradas en el uso compulsivo de Internet y de las redes sociales, en las conductas adictivas y el aislamiento. De prolongarse estos comportamientos, como lamentablemente está ocurriendo, se favorece el desarrollo de trastornos afectivos, ideas de suicidio, trastornos de la conducta alimentaria y adicciones.

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Durante el tiempo de confinamiento, un número cada vez mayor de familias de bajos recursos no tiene una fuente de salario diario, lo que genera frustración y sentimientos de impotencia. La frustración y el conflicto familiar pueden manifestarse en forma de violencia hacia los niños. Esto puede hacer que el niño sea más vulnerable a la depresión, a la ansiedad y al suicidio. El cierre del colegio, sumado a la adversidad económica, puede obligar a los niños y adolescentes al trabajo infantil; asimismo, los niños sin padres o tutores son más propensos a la explotación.

percepción del apego del niño. Se encuentra que la separación de los cuidadores principales puede hacer que un niño sea más vulnerable y representar una amenaza para su salud mental. Los niños pueden desarrollar sentimientos de tristeza, ansiedad, miedo a la muerte, a la muerte de los padres y a estar aislados en el hospital, lo que puede tener un efecto muy perjudicial en su desarrollo psicológico; también pueden sentirse separados o solos, ya que tienen un conocimiento y un nivel de madurez limitados para comprender las implicaciones de la situación actual de la pandemia.

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enfrentan una privación aguda de nutrición y protección general. Un hogar representa una fuente de seguridad y protección en la mayoría de las familias, sin embargo, para los niños desfavorecidos es todo lo contrario, estos niños corren un mayor riesgo de ser explotados y de convertirse en víctimas de violencia y abuso.


Consecuencias emocionales de la pandemia por COVID-19 en niños y adolescentes

Figura 1. Relación entre factores familiares, escolares, de relación e individuales con los cambios conductuales y con los problemas psicológicos detectados en adolescentes.

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Familia

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Colegio

Amigos

Individuo

Escasa atención a las necesidades emocionales

Escasa interacción con profesores y compañeros

Menos relaciones presenciales

Inmadurez

Enfermedad de uno o varios miembros de la familia

Cambio en la metodología de las clases y los exámenes

Menos actividades deportivas

Discapacidad intelectual

Riesgo de acoso/ abuso

Ausencia de actividades deportivas escolares

Menos actividades de ocio

Antecedentes de trastornos psiquiátricos

Cambios observados en las conductas de los adolescentes

- Cambios en las rutinas y en los hábitos saludables - Disminución de las interacciones positivas - Uso compulsivo de Internet y de las redes sociales - Expresiones de baja autoestima - Dependencia de los refuerzos obtenidos en las redes sociales - Aislamiento

Problemas psicológicos observados en las conductas de los adolescentes

- Problemas de sueño - Manifestaciones de estrés y ansiedad - Trastornos depresivos - Conductas autolesivas - Conductas adictivas - Trastornos de la conducta alimentaria

Modificada de: Rubio G, López-Muñoz F. La salud mental de los adolescentes, en crisis por la pandemia: ¿Cómo evitar complicaciones futuras? [Internet]. [publicado el 23 de marzo de 2021; acceso el 9 de mayo 2022]. Disponible en: https://theconversation.com/la-salud-mental-de-los-adolescentes-en-crisis-por-la-pandemia-como-evitar-complicaciones-futuras-157663

RECOMENDACIONES PARA EL PRESENTE Y PARA EL FUTURO Los padres son el modelo de conducta de sus hijos; por tanto, es en el hogar donde deben aprenderse las habilidades para afrontar las dificultades, el control emocional y la resolución de problemas. Es conveniente que los padres incluyan a los adolescentes en la toma de decisiones y se debe hablar claramente de la pandemia, procurando evitar términos peyorativos hacia la juventud.

Se debe evitar el uso excesivo de Internet y la búsqueda de noticias relacionadas con la pandemia, ya que es una fuente de ansiedad. El uso abusivo y compulsivo de las redes sociales es una conocida fuente de baja autoestima. Las actividades recreativas, como la música, la pintura, el deporte, el baile y la escritura, pueden servir para contrarrestar determinadas conductas de riesgo. Las relaciones con los amigos son fundamentales para los jóvenes. Se debe favorecer el


Diana Durán Luna, Juan Sebastián García Mantilla

mantenimiento de las relaciones de apoyo con sus amigos. Desde los colegios, los profesores deben estar atentos a determinadas conductas que pueden esconder problemas psicológicos. Se debe aumentar la interacción en las clases y facilitar información para manejar, también en los institutos, la ansiedad o el estrés. Los profesores pueden detectar problemas que en ocasiones pasan inadvertidos para los padres y facilitar la consulta a los profesionales de la salud mental. Los pediatras reconocen las manifestaciones físicas de los problemas emocionales, que se convierten en la entrada de diferentes

malestares. Esto los capacita para poder informar y educar a los padres y para la derivación a los profesionales de la salud mental. Se requiere la coordinación con familias, profesores y voluntariado que sirva de red de apoyo a los adolescentes. Se debe intentar disminuir el estrés y el estigma asociado con la hospitalización psiquiátrica. Los equipos de salud mental tienen una importante labor formativa de pediatras, médicos generales y profesores en la detección de los trastornos mentales de los jóvenes. Adicionalmente se debe fomentar la intercomunicación permanente entre los padres, los profesores, los miembros de las instituciones educativas y los profesionales de la salud.

1.

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9 Volumen 21 Número 2

2.


EXAMEN CONSULTADO

1. Principales síntomas que experimentaron los niños pequeños durante la pandemia: a. Trastornos del sueño. b. Disminución del apetito. c. Falta de atención y ansiedad relacionada con la separación. d. A y C son correctas. 2. Factores que han modificado las rutinas familiares, excepto: a. La escasa atención a las necesidades emocionales de los niños y adolescentes. b. Enfermedad de uno o varios miembros de la familia. c. Mayor tiempo para realizar actividades recreativas. d. Mayor riesgo de maltrato intrafamiliar. 3. ¿Cuáles son los principales trastornos mentales evidenciados a partir del confinamiento? a. Trastornos afectivos e ideas de suicidio. b. Trastornos de la conducta alimentaria y adicciones. c. Esquizofrenia. d. A y B son correctas.


4. ¿Cuáles son los principales problemas a nivel conductual observados en los adolescentes durante y luego de la pandemia? a. Disminución de la capacidad cognitiva. b. Uso compulsivo de Internet y de las redes sociales. c. Cambios en la rutina y hábitos saludables, disminución de las interacciones positivas y aislamiento. d. B y C son correctas. 5. Son las principales recomendaciones para el presente y el futuro, excepto: a. Los profesores deben estar atentos a determinadas conductas que pueden esconder problemas psicológicos. b. Se debe continuar con el uso excesivo de Internet para las actividades diarias escolares. c. Se requiere la coordinación con familias, profesores y voluntariado que sirva de red de apoyo a los adolescentes. Se debe intentar disminuir el estrés y el estigma asociado con la hospitalización psiquiátrica. d. Las relaciones con los amigos son fundamentales para los jóvenes.


Autolesiones e intentos suicidas en adolescentes Laura Marcela Duque Gómez1 Hollman Salamanca Dimas2 Roberto Chaskel3

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INTRODUCCIÓN

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Las conductas suicidas, como ideación, planeación, intento y suicidio consumado, junto con las conductas autolesivas no suicidas, son problemas de salud pública que afectan a todos los grupos poblacionales, siendo los niños y adolescentes los más relevantes. El suicidio se considera como la segunda causa de muerte en jóvenes entre los 10 y 24 años. En el último año, el 17 % de los adolescentes consideró hacer un intento de suicidio. En cuanto a la conducta autolesiva no suicida, se ha visto que esta se presenta hasta en 18 % de los estudiantes masculinos y 24 % de las estudiantes femeninas de secundaria. En Colombia, el boletín estadístico mensual de medicina legal del 2022 reportó un total de 397 muertes por suicidio para los meses de enero y febrero, de los cuales, 197 fueron menores de 19 años y, de ellos, 3 casos eran menores

de 11 años, lo que representa un aumento en comparación con el año 2021 (383 frente a 397). Adicionalmente, en los datos del 2020 se plantea que hasta 3% de la población entre 10 y 19 años tiene conductas autolesivas no suicidas. En Colombia, en un estudio observacional y descriptivo realizado en un servicio de urgencias en una clínica de Bogotá se encontró, en un período de 6 años, 85 pacientes menores de 14 años con conductas autolesivas de tipo cortadas de venas, conocidas generalmente como cutting, 22 fueron niños y 63 fueron niñas, con una prevalencia del 0,15 %, pero al ajustarlo al subgrupo de trastornos psiquiátricos, esta prevalencia aumentó al 26,5 %. A la hora de abordar las conductas suicidas y de autodaño es de vital importancia tener clara las definiciones, el autolesionarse es el acto de causarse deliberadamente daño a uno mismo, mientras que el suicidio se refiere al acto de causar voluntariamente la propia muerte.

1. Médico general, Universidad de Manizales. Residente de Psiquiatría, Hospital Militar. Central, Universidad Militar Nueva Granada. 2. Médico general, Universidad de la Sabana. Residente de Psiquiatría, Hospital Militar Central, Universidad Militar Nueva Granada. 3. Especialista en Psiquiatría de niños y adolescentes. Coordinador en Psiquiatría de niños y adolescentes, Hospital Militar Central. Universidad Militar Nueva Granada. Universidad de los Andes. Universidad El Bosque.


Laura Marcela Duque Gómez, Hollman Salamanca Dimas, Roberto Chaskel

Existen varios modelos etiológicos que buscan comprender las conductas del espectro suicida. En el modelo de Linehan del 1993, las conductas suicidas se consideran consecuencias directas o indirectas de un estado de desregulación emocional o intentos de modular las reacciones emocionales intensas. El constructor de desregulación emocional se basa en la hipótesis de que ciertos individuos presentan mayor sensibilidad emocional (bajo el umbral de reconocimiento o respuesta a estímulos emocionales), mayor reactividad emocional (aumento de la actividad de la amígdala) y una regresión más lenta al estado emocional basal; emociones como la ira, la ansiedad o la frustración preceden a las conductas autolesivas y provocan una sensación de alivio o calma a corto plazo, seguido por tristeza, culpa, ansiedad, asco o ira a largo plazo.

Biológica Estudios familiares muestran que el riesgo de intentos de suicidio es mayor en familiares de personas que fallecieron por suicidio y que el riesgo de morir por suicidio es mayor en familiares de personas con antecedentes de intentos de suicidio. La transmisión de la conducta suicida parece estar mediada por la transmisión de la agresión impulsiva. A pesar de la evidencia consistente de la heredabilidad del comportamiento suicida, la identificación

Varios estudios relacionan la expresión interrumpida de serotonina con el intento de suicidio o el suicidio en sí. Existe evidencia de que las personas que exhiben conductas suicidas tienen un genotipo y patrones de expresión de serotonina únicos y la serotonina baja se asocia con rasgos de personalidad vinculados como las tendencias suicidas, como la agresión impulsiva. Otros neurotransmisores que se han visto implicados son el ácido gammaaminobutírico (GABA) y el glutamato, aún sin estudios concluyentes.

Psicológica En un estudio cualitativo realizado con 9 adolescentes femeninas entre los 13 y 17 años en el Reino Unido con conductas autolesivas no suicidas recurrentes, se plantea como razones comunes para realizarlo una forma de castigo, una manera de comunicar el estrés, de hacer visible externamente el dolor psíquico interno, la insatisfacción y la disminución de ansiedad, eliminar la sensación de vacío y disminuir los pensamientos suicidas; en cuanto a los adolescentes masculinos se plantea adicionalmente una motivación mediada por la ira a sí mismo o a otros. Adicionalmente, se ha visto un aumento en las tasas de suicidio proporcional al despliegue mediático que se da a un suicidio consumado, siendo los adolescentes y adultos jóvenes particularmente susceptibles a los efectos de esta publicidad, especialmente cuando está involucrada una celebridad o hay una idealización del suicidio.

Factores de riesgo La importancia del estudio de las lesiones autolesivas no suicidas parte de la asociación que se ha encontrado de estas como factor de riesgo para las conductas suicidas. Las conductas

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PATOGÉNESIS

de genes específicos asociados con el riesgo de suicidio sigue siendo difícil de alcanzar.

13 Volumen 21 Número 2

Las conductas autolesivas no suicidas son el término propuesto en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM5) y refleja un comportamiento intencionado, no socialmente aceptado (para distinguirlo de los tatuajes y piercings), que conduce a la destrucción o lesión de tejidos corporales sin lesión física importante, esto incluye el cutting, quemarse, hacerse escoriaciones, golpearse la cabeza u otras partes corporales.


Autolesiones e intentos suicidas en adolescentes

autolesivas no suicidas y la ideación suicida comparten factores de riesgo similares, como las comorbilidades psiquiátricas; por ejemplo, depresión, trastorno límite de la personalidad, abuso de sustancias, trastorno de estrés postraumático, impulsividad, déficit de atención y trastorno de la conducta, y factores ambientales, como antecedentes de abuso sexual, trastornos físicos, violencia y disfunción familiar.

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Adicionalmente, se han descrito como factores de riesgo el sexo femenino, haber tenido conductas autolesivas no suicidas previas, iniciarlas a una mayor edad, presencia de disfunción familiar, estar en un ambiente de supresión emocional, historia psiquiátrica familiar, ser víctima de violencia psicológica y de matoneo escolar, consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, especialmente marihuana, pérdida reciente de alguno de los padres por muerte o divorcio, problemas relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.

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Es importante también resaltar los aspectos que se pueden considerar como factores protectores, tales como el acompañamiento dado por una buena red de apoyo y el soporte espiritual.

DIAGNÓSTICO A la hora de realizar el diagnóstico, lo más importante es la entrevista, en la cual se debe evaluar la intencionalidad de la conducta, ya que como se explicó previamente, la diferencia entre el intento suicida y las conductas autolesivas no suicidas es el fin de la misma. A la hora de evaluarlas se debe indagar por la planeación, la posibilidad de ser rescatado y el acceso a los medios seleccionados, ya que esto nos brinda una idea de qué tan estructurada está la ideación suicida y la crítica que hay frente a la conducta presentada. Se deben indagar por los antecedentes personales y familiares de las conductas suicidas, el tiempo transcurrido entre el último intento y la gravedad del mismo.

En ciertas ocasiones pueden estar presentes trastornos mentales, como trastornos del afecto o de ansiedad concurrentes con las conductas suicidas, por lo que también se deben explorar teniendo en cuenta los criterios de diagnóstico propuestos por el DSM-5 o por la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), para esto existen escalas de tamizaje de depresión y ansiedad, pero no se usan de forma rutinaria en la práctica clínica, ya que la entrevista al paciente y su núcleo cercano son la mejor herramienta diagnóstica.

TRATAMIENTO Se han descrito diversas estrategias para el manejo de las conductas autolesivas no suicidas en el adolescente, inicialmente es importante remover o limitar el acceso a escenarios u objetos potencialmente peligrosos, como armas de fuego, elementos cortopunzantes, sitios ubicados en altura y sustancias o medicamentos que se puedan emplear como sobredosis. Deben tener una mayor monitorización y supervisión por un adulto responsable, preferiblemente alguno o ambos padres. Se debe intervenir y reducir el impacto que tengan los factores de riesgo, por ejemplo, disminuir el impacto del conflicto familiar, un tratamiento adecuado para los problemas de sueño, si los hay, y direccionamiento a las instancias pertinentes, si hay victimización o matoneo por parte de los compañeros de colegio o familiares. Además, es importante fortalecer la relación padres e hijo, que el adolescente se pueda comunicar de una manera abierta con sus padres para obtener ayuda pertinente y hacer parte de una manera activa a los padres en todas las fases de tratamiento, buscando una red de apoyo funcional. Dentro de los abordajes de tratamiento, la hospitalización debe considerarse únicamente cuando hay riesgo suicida inminente y la


Laura Marcela Duque Gómez, Hollman Salamanca Dimas, Roberto Chaskel

Alrededor del 45 % de las personas que muere por suicidio consulta a un médico de atención primaria dentro del mes previo a la muerte. Es por esto que es de vital importancia indagar de forma activa y sin tabúes sobre la ideación suicida. Los programas de educación para

Se han estudiado muchas estrategias de prevención y se ha visto que las intervenciones escolares reducen la incidencia de ideación o comportamiento suicidas. Adicionalmente, se deben promover planes locales de prevención de suicidio con un impacto en la población general y guías que orienten la forma de abordar las conductas suicidas por los medios de comunicación. Los pacientes recientemente dados de alta de las unidades de hospitalización psiquiátrica tienen un riesgo muy alto de suicidio consumado, por lo que es importante garantizar un seguimiento estricto luego de la hospitalización.

LECTURAS RECOMENDADAS 1. Duarte TA, Paulino S, Almeida C, Gomes HS, Santos

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PREVENCIÓN

médicos de atención primaria que se enfocan en la identificación y el tratamiento de la depresión pueden disminuir las tasas regionales de suicidio, particularmente en mujeres, pero necesitan educación continua y apoyo médico adicional para mejorar los resultados de los pacientes.

15 Volumen 21 Número 2

intervención psicofarmacológica debe realizarse cuando haya indicación clínica ante la presencia de un trastorno mental establecido; sin embargo, es importante resaltar que el tratamiento psicoterapéutico es la intervención inicial más importante, la terapia cognitivo-conductual es la que mayor evidencia tiene para identificar la finalidad del comportamiento autolesivo y lograr habilidades más adaptativas para aplicar estas habilidades en circunstancias concretas, mejorar la motivación y hacer una reestructuración ambiental buscando una mayor seguridad.


Autolesiones e intentos suicidas en adolescentes

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EXAMEN CONSULTADO

6. ¿Cuál de los siguientes no es un factor de riesgo psicológico? a. La sensación de ansiedad y vacío. b. La presencia de sintomatología depresiva. c. Tener una buena relación familiar. d. El antecedente de violencia sexual. e. Ser víctima de matoneo escolar. 7. ¿Cuál de los siguientes no es un factor de riesgo para presentar conductas suicidas? a. Antecedentes de suicidios familiares. b. Trastorno depresivo. c. Tener una buena red de apoyo. d. Antecedente de violencia intrafamiliar. 8. ¿Cuál de las siguientes opciones no es importante a la hora de realizar la entrevista diagnóstica? a. Saber qué tan planeada es la ideación suicida. b. Realizar escalas de tamizaje. c. Conocer la finalidad del acto autolesivo. d. Evaluar la red de apoyo. e. Preguntar por la cantidad de intentos previos.


9. ¿Cuál de las siguientes no es una opción para el tratamiento? a. Tratamiento de trastornos mentales, en caso de estar presentes. b. Inicio de psicoterapia. c. Hospitalización cuando el riesgo suicida es inminente. d. Dar egreso sin acompañamiento ni indicaciones para el manejo en casa. e. Remover o limitar el acceso a métodos altamente letales. 10.¿Cuál de las siguientes no es una intervención importante en la prevención? a. Programas de educación para médicos de atención primaria. b. Manejo farmacológico en altas dosis. c. Intervenciones escolares enfocadas en la prevención de la conducta autolesiva. d. Planes locales de prevención de suicidio. e. Seguimiento ulterior a la hospitalización.


Violencia transgeneracional: la influencia de padres violentos en la crianza de los niños Germán Casas1

Rechazar la violencia hacia los niños es un reclamo universal. No hay necesidad de mencionar con detenimiento una verdad que salta a la vista. La niñez es una etapa de la vida que debe cuidarse, resguardarse, protegerse y permitir, en la medida de lo posible, un tránsito hacia la adolescencia y la vida adulta en las mejores condiciones. Esto, por supuesto, debe incluir alejar a los niños de todo tipo de violencia. Esta y otras premisas que buscan el bienestar de los niños y su sano crecimiento son, además, derechos consagrados por la humanidad y por la mayoría de las cartas magnas de los países que firmaron la Declaración Internacional de los Derechos de los Niños en 1989. Considerar a los niños como una población de riesgo cuando se enfrentan a situaciones de desastres, catástrofes naturales, emergencias complejas, guerras y conflictos hace

parte también de las recomendaciones más conocidas y extendidas de los organismos internacionales, humanitarios y de regulación de acciones preventivas y de intervención en emergencias. Estas incluyen al sector salud, el educativo y, por supuesto, al de protección de los menores. A pesar de lo anterior, resulta particularmente difícil entender cómo la gran mayoría de la violencia ejercida hacia los niños sucede al interior de los hogares o es perpetrada por familiares y personas cercanas a los niños. Pareciera que los mensajes de protección no llegan fácilmente a la intimidad de las familias y que estas, en muchos casos, no atendieran las recomendaciones de pautas de crianza saludable, amigable y no violenta, o simplemente no las consideran aplicables. Las cifras de violencia intrafamiliar, maltrato infantil, negligencia y abuso hablan por sí solas y, además, se incrementaron claramente durante la pandemia y el confinamiento.

1. Médico psiquiatra de niños y adolescentes. Profesor, facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. 2. Médico, residente de Psiquiatría, Universidad de los Andes.

19 Volumen 21 Número 2

INTRODUCCIÓN

Precop SCP

Carlos Orjuela2


Violencia transgeneracional: la influencia de padres violentos en la crianza de los niños

Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencia Forense, durante el confinamiento a consecuencia de la pandemia por COVID-19, en Colombia las llamadas de emergencia y de apoyo por violencia intrafamiliar se incrementaron 50 % y la atención de casos para valoración en 40 %.

Precop SCP

La violencia en todas sus formas en contra de niños y adolescentes se ha incrementado dentro y fuera de los hogares. Lamentablemente, la violencia hace parte de la cotidianidad de los niños en Colombia. Los hechos violentos desatados en contra de los niños únicamente son masivamente conocidos cuando los hechos sobrepasan la “normalidad” o cuando por su naturaleza, su impacto o su escandalosa propagación merecen ser reconocidos.

Volumen 21 Número 2

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Las desapariciones de niñas pequeñas, el maltrato a bebés y las masacres contra adolescentes son ejemplos de casos que han generado alarma en la opinión pública y han merecido los titulares de la prensa hablada, escrita y virtual; sin embargo, la más frecuente, la más conocida y la menos publicitada es la violencia cotidiana, que se encuentra inmersa en las pautas de crianza en muchos hogares de diferentes regiones del país. Es una conducta tan normalizada que a continuación expondremos los escenarios más frecuentes en los que se manifiesta esta violencia, para ello utilizaremos como título un refrán o dicho típico de la narrativa colombiana ampliamente conocido y que la materializa.

PORQUE TE QUIERO TE APORREO; UNA MUENDA AL AÑO NO HACE DAÑO Para los niños no es extraño aprender. El aprender y madurar es un fenómeno innato de los seres humanos y es en la infancia donde se manifiesta esta maravillosa competencia propia de los niños. Crecer es un proceso permanente de adaptarse a situaciones nuevas que obligan al cerebro del niño a desarrollar conexiones y

circuitos neuronales que terminan con estrategias adaptativas adecuadas, novedosas y sorprendentes. Los niños se adaptan, asimilan, imitan y desafían lo que ven de sus padres y cuidadores. No existe ninguna evidencia en las ciencias del comportamiento ni en la psicología infantil que sugiera que la violencia ejercida hacia los niños sea educativa, adaptativa y, por tanto, deba ser aplicada. Al contrario, existe suficiente evidencia científica y epidemiológica que argumenta, con razón, que la violencia ejercida como pauta de crianza genera problemas de conducta, trastornos psiquiátricos tempranos y es reconocida como un factor de riesgo en la salud pública. Sin embargo, es común escuchar entre padres de familia y algunos educadores que la crianza necesita “mano dura” y que los niños reaccionan positivamente a los castigos físicos porque regulan su comportamiento. En efecto, los niños reaccionan con temor y gran ansiedad a las pautas violentas ejercidas por sus padres, especialmente porque generan ambivalencia y pánico, y desarrollan mecanismos maladaptativos como consecuencia de la reacción al estrés, que incluyen la parálisis, la huida y la desesperanza, reacciones ampliamente conocidas como patológicas, pero que, en un primer paso, se entienden por los padres o cuidadores maltratadores como un triunfo del autoritarismo castigador en pro de la supresión de la conducta indeseada, pero que a la postre terminan con la imitación de la conducta violenta. El ser humano, cuando se somete a situaciones de estrés, promueve el ataque y el desafío como medio de supervivencia a la violencia. En muchas ocasiones, el ciclo violento de la crianza termina con un niño más violento y agresivo y, por tanto, con castigos más “ejemplares” y despiadados, en una cadena de violencia sin tregua ni final. Los perpetradores de esas mal llamadas pautas de crianza confunden la educación con el adiestramiento o condicionamiento propio de los animales. Los niños maltratados, con la disculpa torpe de ser “educados”, son


Germán Casas, Carlos Orjuela

LA LETRA CON SANGRE ENTRA La escuela debe ser un ambiente protector y facilitador de los procesos de desarrollo, un espacio continente en el cual los niños no solo aprenden contenidos académicos, sino destrezas y competencias para la vida, en especial, la convivencia colectiva, núcleo originario de la vida en comunidad. Pero el concepto de aprendizaje con violencia se asemeja al del adiestramiento explicado en el apartado anterior. El valor más importante del aprendizaje no está en la obligación de logro, tampoco en la competencia con el otro y mucho menos en el temor del castigo o el refuerzo negativo al no alcanzarlo. El valor fundamental del aprendizaje radica en la motivación, el descubrimiento, la satisfacción de la curiosidad y, por tanto, en la capacidad de sorprenderse. Como todos los seres humanos, los niños aprenden de lo que es atractivo, insospechado, sorprendente y, en especial, lo que sirve para solucionar un problema, adaptarse a una situación novedosa, satisfacer una curiosidad o encontrar una respuesta. Ese es el valor transformador del aprendizaje y en este no caben los castigos físicos, la amenaza, la vergüenza pública y la humillación. Un maestro que solo consiga que sus alumnos aprendan sus contenidos con amenazas, gritos o castigos se ve obligado a usar esos métodos anacrónicos por su propia incompetencia, su pobre capacidad de

EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS El principal aliado de la violencia contra los niños es el silencio, este alimenta la violencia en la medida en que perpetúa y consolida esos patrones de conducta. Por naturaleza, los niños no son silenciosos, no tienen porqué serlo. Desde muy temprano, los niños saben que la manifestación más profunda de la supervivencia es el grito, el llanto y, generalmente, son los dos. La especie humana no tiene la capacidad de vigilancia sigilosa, no percibimos los olores de los depredadores a distancia, no sabemos camuflarnos en la vegetación, ni nos acomodamos al interior de un caparazón o detrás de un escudo de escamas para sobrevivir. Esas competencias individuales las perdimos hace millones de años, las cambiamos por las competencias gregarias propias de las especies que sobreviven en grupo. Para esto nos tenemos que comunicar y la comunicación humana nace de ese llanto de la cría, de ese grito de auxilio, de ese pedido de abrazo que los bebés saben perfectamente manejar y las mamás (y los papás) sabiamente atender. Gracias a ese instinto, los niños son llorones y gritones, y así continúan un buen tiempo hasta que aprenden a modular esa expresión, pero no a callar. Por eso, por más adultos que seamos en nuestras vidas, en ciertos momentos lloramos, gemimos, gritamos o cantamos como niños.

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Además de lo anterior, hoy conocemos a profundidad el efecto neurotóxico del maltrato como pauta de crianza, sus afectaciones en el desarrollo del cerebro y sus consecuencias en la discapacidad temprana, relacionado con el metabolismo del cortisol y sus efectos en el cerebro y en el cuerpo de los niños.

sorprender y porque sus alumnos no buscan las respuestas a sus preguntas, ya las conocen, pero no les interesa escucharlas. La violencia como parte de la adquisición de conocimiento no es efectiva para tal fin, al contrario, genera repeticiones mecánicas de contenidos sin sentido que afortunadamente se olvidan con el tiempo porque no son necesarios. Si eso sucede con los maestros, el peor escenario es cuando los padres de familia pretenden ser maestros de sus hijos y aplicar con ellos métodos coercitivos y maltratantes para el aprendizaje.

21 Volumen 21 Número 2

ansiosos, temerosos, poco activos y quietos en un primer término, pero en muchas ocasiones incorporan esas conductas violentas en sus comportamientos.


Violencia transgeneracional: la influencia de padres violentos en la crianza de los niños

Callar y no decir nada en contra de la violencia a veces es más violento que golpear o agredir. Un padre o una madre que no defiende a su hijo de patrones violentos de crianza, que no comparte, pero tolera, es doblemente agresivo. La agresión es cómplice de no defender y la de tolerar el sufrimiento en silencio. Lo mismo acontece cuando le enseñamos (obligamos) al niño a callar. No es parte de su naturaleza el silenciar el llanto o acallar el grito, porque inicialmente fueron parte de su supervivencia. Estamos obligando al niño a proceder en contra de su propia naturaleza. Lamentablemente, lo conseguimos, de nuevo, no por aprendizaje, sino por adiestramiento, pero el sufrimiento y el llanto interior jamás los vamos a callar.

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¡TOME! PA QUE LLORE POR ALGO

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No reconocer la expresión de sentimientos y no permitirla es un grave error que cometemos con nuestros hijos y que rápidamente se convierte en un patrón de comportamiento. A nivel psicológico no existe un mecanismo más generador de problemas que el reprimir, impedir u obligar a los niños a no expresar sus sentimientos. La no expresión no implica que los sentimientos se olviden o desaparezcan; por lo general, estos se quedan en el aparato psíquico de los niños buscando poder salir de otra manera. Las enfermedades psicosomáticas, los trastornos funcionales y algunos problemas de comportamiento son la vía que encuentran esos sentimientos reprimidos para manifestarse y salir.

Imponer la ley del silencio bajo la amenaza de que se sufrirán consecuencias genera un silencio temeroso e inconcluso, que es amenazado a permanencia por la necesidad de hablar, de decir o de denunciar. Cuesta mucho trabajo mantener ese secreto justamente porque lo natural es hablar, no callar, en especial, cuando lo que se esconde es doloroso, injusto y malintencionado. Los niños no logran silenciar su llanto del todo, muchas veces se desahogan en silencio, a veces maltratando su cuerpo con enfermedades psicosomáticas y otras, más adolescentes, con elementos cortopunzantes.

TODO EMPIEZA EN CASA Estos refranes que lastimosamente día a día se usan por los propios padres y cuidadores son el claro ejemplo de cómo se ha normalizado la violencia en los niños dentro de los hogares. Estas conductas van desde un comentario hasta el punto de aporrear y reprimir emociones con la finalidad inconsecuente de educar y criar a los niños, curiosamente transgrediendo su bienestar y su adecuado crecimiento. El hecho de que desde casa se comience a reconocer que estas conductas también son violencia puede ser un primer paso para fomentar ambientes de crianza óptimos, lugares donde los niños se sientan cuidados y protegidos por sus familiares, escenarios que promuevan el adecuado desarrollo y bienestar infantil, hogares donde la curiosidad, el descubrimiento y la expresión de sentimientos sean acogidos y premiados. Desde casa puede iniciar la violencia hacia los niños, pero también, desde esta se puede terminar.

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EXAMEN CONSULTADO

11.Respecto a las recomendaciones en pautas de crianza: a. La autoridad de los padres debe ser impuesta hacia los niños. b. Los niños aceptan sin problema las órdenes fuertes. c. No se recomienda un castigo físico, pero sí verbal fuerte. d. Ningún tipo de violencia debe hacer parte de la crianza.

12.En el sector educativo, ¿cuál de las siguientes premisas es más recomendable? a. Motivar a los niños con órdenes claras y sencillas. b. Despertar la curiosidad y la sorpresa. c. Incluir temas de conducta y urbanidad. d. El trabajo en grupos por edades.

13.¿Cuál de los siguientes se constituye como el principal aliado de la violencia hacia los niños? a. La rabia. b. La frustración. c. El alcohol. d. El silencio. e. El mal comportamiento.


14.A nivel psicológico, ¿cuál de estos mecanismos generan más problemas en los niños? a. El castigo físico y “la mano dura”. b. La amenaza, la vergüenza pública y la humillación. c. Callar y no decir nada contra la violencia. d. Reprimir, impedir u obligar a los niños a no expresar sus sentimientos.


Cuando los videojuegos son un problema Mónica Siglyndy Reyes Riveros1 Felipe Hernández Durán2

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INTRODUCCIÓN

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El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la adicción como “la dependencia a sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico” y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. En la adolescencia y los adultos jóvenes, la adicción es un proceso complejo en donde se involucran diversos factores que se interrelacionan, estos incluyen aspectos psicosociales, neurobiológicos y hasta culturales. Dentro de las nuevas adicciones en adolescentes se puede encontrar las conductuales en donde está el uso de videojuegos y pantallas, reconociéndose como un problema mental incluido en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). El objetivo de esta revisión es describir las características generales del cuadro de adicción a los videojuegos, de manera que sea útil en la práctica clínica y para la educación médica continua, con énfasis en pediatría y psiquiatría infantil.

Actualmente, se reconoce que las adicciones no se limitan a las conductas generadas por el consumo incontrolable de alguna sustancia, por ejemplo, alcohol, tabaco, cannabis, cocaína o cafeína, sino que hay comportamientos que en determinadas circunstancias pueden convertirse en situaciones repetitivas y adictivas, lo que genera fenómenos similares a la abstinencia y luego limitan la funcionalidad de las personas afectadas. En la era digital actual, los videojuegos, el internet y las pantallas son algunas de las formas de entretenimiento más populares, estos pueden actuar de manera productiva en el mejoramiento de las habilidades cognitivas, como la atención; en las habilidades emocionales, como el manejo del estado de ánimo; en las habilidades motivacionales, como la resiliencia; y en las habilidades sociales, al promover el bienestar social, entre otras. El uso incontrolable, excesivo y compulsivo de los videojuegos y las pantallas se conoce como adicciones conductuales y numerosas investigaciones han demostrado que tienen una influencia significativa en la salud fisiológica y psicológica.

1. Psiquiatra infantil y del adolescente, Universidad Nacional. Universidad El Bosque. Hospital Militar. 2. Residente de tercer año de Psiquiatría. Universidad Militar Nueva Granada.


Mónica Siglyndy Reyes Riveros, Felipe Hernández Durán

PATOGÉNESIS La teoría etiológica de las adicciones es multifactorial, dentro de las cuales se pueden mencionar factores neurobiológicos, psicosociales y culturales. A pesar de las controversias en cuanto a su definición como conducta adictiva, las adicciones conductuales se han convertido en un problema grave de salud mental que debe abordarse desde diferentes aspectos. Aún no se comprende completamente cuál es la etiología de este trastorno y también es difícil estimar su prevalencia. Un análisis internacional evidenció una gran variabilidad de las estimaciones en diferentes países, que oscilan entre 0,7 % y 27,5 % de la población. Diferentes estudios de la literatura han identificado varios factores de riesgo para esta conducta adictiva, destacamos en este apartado las principales: •• Características demográficas: género masculino y menor edad al inicio de los síntomas.

También se han descrito múltiples teorías acerca del cómo y por qué se produce el trastorno de adicción a los videojuegos.

Neurobiológico Los resultados de estudios realizados por modelos predictivos por conectomas demuestran que las diferencias individuales en la función cognitiva, de atención y de la red de control pueden predecir las intensidades de deseo en sujetos con trastorno de adicción, las cuales pueden ser objetivos de posibles intervenciones que utilicen la modulación cerebral. El electroencefalograma (EEG) puede identificar distintos cambios neurofisiológicos entre el trastorno de adicción a Internet y el de videojuegos, los cuales son similares a los trastornos por abuso de sustancias, ambos evidencian ondas beta reducidas y ondas theta aumentadas.

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Para la elaboración de esta revisión se realizó la búsqueda utilizando los siguientes términos MeSH: video games; behavior; addictive; internet addiction disorder; technology addiction.

•• Factores neurológicos: diagnóstico previo de trastorno por déficit de atención e hiperactividad o trastorno obsesivo-compulsivo. •• Factores de comportamiento: presencia de hostilidad y agresividad. •• Rasgos de personalidad: baja amabilidad y extraversión, narcisismo e impulsividad, bajo autocontrol y autoestima, y pobre inteligencia emocional. •• Factores emocionales: dificultades en la regulación emocional, depresión, ansiedad y sentimiento e ideas de soledad. •• Factores interpersonales: deficiencia en las habilidades sociales y ansiedad social, ambiente familiar, disfunción familiar, estilos de crianza y pobre cuidado parental. •• Bienestar psicosocial: poca satisfacción con la vida y disminución del bienestar psicológico. •• Factores relacionados con el juego por un mayor tiempo y con el dinero dedicado a ellos.

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Con la pandemia actual y las medidas de aislamiento impuestas como prevención del contagio, los videojuegos se han convertido en una herramienta de socialización, una manera que los padres han encontrado para mantener a sus hijos ocupados y, en teoría, fuera de riesgos. Sin embargo, los informes de los medios sugieren que el mayor acceso a dispositivos en línea entre niños y adultos jóvenes ha intensificado las conductas adictivas en relación con los videojuegos y los juegos en línea. A pesar de esto, el dominio de la adicción a los juegos en línea es un fenómeno relativamente nuevo, con estudios aún en desarrollo que examinan diferentes caras del mismo.


Cuando los videojuegos son un problema

Psicosocial •• Teoría del apego: propone que la fortaleza del apego del niño con su cuidador modificará su conducta adictiva. •• Teoría del control social: propone que cuando los vínculos familiares y sociales son fuertes se favorece que la conducta hacia los videojuegos sea más responsable. •• Teoría del estrés y bajo afrontamiento: propone que, en condiciones de alto estrés, sumado a una baja capacidad de afrontamiento y autocontrol, se favorece el desarrollo de estas conductas adictivas.

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MANIFESTACIONES CLÍNICAS

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La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) clasifica una de las características definitorias de un trastorno del juego como la continuación o el aumento del juego a pesar de la presencia de consecuencias negativas. Al igual que como ocurre con la adicción a las sustancias psicoactivas, en las adicciones conductuales, las personas experimentan síntomas similares al consumo de sustancias psicoactivas, esto incluye síntomas de abstinencia al dejar de realizar tal conducta, caracterizada por un malestar emocional expresado como estado de ánimo disfórico, irritabilidad, inquietud psicomotora y alteraciones del patrón del sueño. Los síntomas principales de una adicción conductual son deseo y ansiedad intensos por realizar la actividad en cuestión, en este caso, los videojuegos o el uso de pantallas, descuido por la realización de las actividades habituales (familiares, académicas, laborales y de tiempo libre), con pérdida progresiva del control sobre la misma, hasta llegar a perder el control. A pesar de notar el detrimento en su funcionalidad y de que esto mismo sea mencionado por familiares o personas cercanas, la persona no detiene la actividad adictiva, reacciona de forma irritable, con negación y dificultad para el afrontamiento

del problema; focalización progresiva de las relaciones, actividades e intereses en torno a la adicción, con descuido o abandono de los intereses y relaciones previas; irritabilidad y malestar ante la imposibilidad de concretar el patrón o secuencia adictiva (abstinencia) e imposibilidad de dejar de hacerlo pasado un corto período.

DIAGNÓSTICO Los trastornos debidos a comportamientos adictivos son síndromes reconocibles y clínicamente significativos asociados con malestar o interferencia, con las funciones personales que se desarrollan como resultado de comportamientos repetitivos en búsqueda de alguna recompensa que no implica el uso de sustancias que producen dependencia. Los trastornos ocasionados por comportamientos adictivos incluyen el del juego de apuestas y por el uso de videojuegos, lo que puede implicar comportamientos tanto en línea como fuera de esta. Según el CIE-11, el trastorno por uso de videojuegos se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente (juegos digitales o videojuegos), que puede ser en línea, es decir, por internet, o fuera de línea, y que se manifiesta por: •• Deterioro en el control sobre el juego; por ejemplo, inicio, frecuencia, intensidad, duración, terminación y contexto. •• Incremento en la prioridad dada al juego, al grado que se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria. •• Continuación o incremento del juego, a pesar de que tenga consecuencias negativas. El patrón de comportamiento del juego puede ser continuo, episódico o recurrente, y da como resultado una angustia marcada o un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otros importantes.


Mónica Siglyndy Reyes Riveros, Felipe Hernández Durán

PREVENCIÓN Es importante realizar estrategias de prevención, ya que algunos factores de riesgo se podrían intervenir, como promover el uso adecuado de las pantallas y del tiempo libre, además de ejercicio regular y entrenamiento en las habilidades sociales, entre otros, como: •• Facilitar oportunidades de interacción que no estén centradas en el uso de videojuegos. •• Enseñar sobre la tolerancia al estrés. •• Limitar la exposición de niños a estresores o traumas. •• Las intervenciones escolares basadas en mindfulness han mostrado utilidad en reducir el uso de pantallas en general, pero no es

TRATAMIENTO Realmente pocos niños o adolescentes solicitarían ayuda por sí mismos, ya que es una conducta socialmente aceptada y los adultos desempeñan un rol protagónico en la identificación y modificación de las conductas asociadas con la adicción a videojuegos, debido a que muchas de las conductas respecto al uso de pantallas son modeladas por los adultos. Hay investigaciones que sugieren que los adultos no se dan cuenta de estas conductas hasta que ya se vuelven problemáticas. Además, es necesario tratar el trastorno y buscar comorbilidades que puedan ser objetivo de intervención adicional. Una vez se ha realizado un diagnóstico adecuado, el siguiente paso es identificar la motivación que tiene el paciente, en este punto la familia definitivamente debe involucrarse. Es muy importante establecer qué estresores parecen estar afectando al paciente y el por qué están buscando tratamiento. La reeducación de la familia es central en el tratamiento, uno de los puntos relevantes es enseñarles a los padres que la conducta adictiva no es solo rebeldía, las estrategias generales incluyen limitar el acceso a videojuegos y que los miembros de la familia sean quienes controlen este acceso. A continuación, listamos los tipos de tratamiento que han mostrado mayor efectividad: •• Psicofármacos: los más investigados son los utilizados para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, como

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El juego peligroso se refiere a un patrón de juego, ya sea en línea o fuera de línea, que aumenta considerablemente el riesgo de consecuencias nocivas para la salud física o mental del individuo o de otras personas a su alrededor. El incremento del riesgo puede deberse a la frecuencia de los juegos, la cantidad de tiempo dedicado a estas actividades, el descuido de otras actividades y prioridades, los comportamientos de riesgo asociados con los juegos o su contexto, las consecuencias adversas de los juegos o la combinación de estos factores. El patrón de juego a menudo persiste a pesar de la conciencia de un mayor riesgo de daño para el individuo o para otros. Esta categoría se puede utilizar cuando el patrón de comportamiento de juego amerita la atención y el consejo de profesionales de la salud, pero no cumple con los requisitos de diagnóstico para el trastorno del juego.

claro su uso para tratar específicamente esta adicción. •• Uso de controles parentales con notificaciones de tiempo excesivo en pantallas. •• Utilizar los aparatos electrónicos únicamente en áreas comunes de la casa y que los niños y adolescentes tengan un número reducido de pantallas propias. •• Psicoeducación en niños y adolescentes más vulnerables.

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El comportamiento del juego y otras características normalmente son evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.


Cuando los videojuegos son un problema

metilfenidato y atomoxetina, y antidepresivos, como bupropion y escitalopram, estos fármacos parecen ser efectivos para reducir el tiempo de juego y la gravedad de los síntomas. •• Terapia cognitivo comportamental: varias investigaciones han sugerido que esta tiene un impacto al reducir las horas semanales de juego y los síntomas propios de la adicción a videojuegos, así como depresivos y ansiosos. •• La combinación de psicoterapia cognitiva comportamental o consejería multinivel y psicofármacos parece ser la estrategia más efectiva. •• Intervenciones por medio de plataformas digitales: es necesaria una mayor investigación al respecto, aunque es una alternativa promisoria.

CONCLUSIONES La adicción conductual, específicamente la adicción a los videojuegos, ha sido una categoría diagnóstica controvertida; sin embargo, con su inclusión en los manuales diagnósticos es más clara su validez, al igual que por numerosas investigaciones adelantadas en el tema, por lo cual, los criterios diagnósticos en la actualidad están claros. Con el advenimiento de la pandemia y las medidas de aislamiento se hizo más evidente esta problemática, con mayores tiempos de uso de pantallas, por lo que es de vital importancia conocer las características clínicas y posibilidades de tratamiento, así como las probabilidades de prevención.

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S. Exploring Internet gaming disorder: An updated

31 Volumen 21 Número 2

11.


EXAMEN CONSULTADO

15.La adicción puede definirse como: a. Un gusto que se sale de control. b. Una enfermedad física y psicoemocional en la que se dedica mucho tiempo a una actividad o sustancias. c. Una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. d. Un hábito exagerado por el que se descuida la salud física y emocional. e. Una enfermedad física y psicoemocional que crea un hábito de utilizar frecuentemente una sustancia o actividad. 16.Algunos de los criterios diagnósticos de adicción a los videojuegos son: a. Deterioro en el control sobre el juego. b. Jugar solo un videojuego. c. Utilizar solo videojuegos a través de Internet. d. Continuación o incremento del juego, a pesar de que tenga consecuencias negativas. e. a y d son ciertas. 17.El diagnóstico de la adicción a los videojuegos puede realizarse mediante: a. Resonancia magnética funcional. b. Electroencefalografía. c. Entrevista clínica. d. Pruebas específicas de dependencia a videojuegos. e. Medición del cortisol mientras se utilizan los videojuegos.


18.Respecto al tratamiento, el que ha mostrado mayor eficacia es: a. Estimulación cerebral profunda. b. Utilizar antidepresivo. c. Intervenciones utilizando únicamente mindfulness. d. Una combinación de psicofármacos y terapia cognitivo comportamental. e. Entrenamiento en las habilidades sociales. 19.Respecto al tratamiento, los adultos: a. No deben involucrarse ya que atenta contra la autonomía de los niños y adolescentes. b. Tienen un rol protagónico, ya que las conductas de uso de pantallas son modeladas, observadas y limitadas por los adultos. c. Deben involucrarse, pero se les debería permitir poner límites en las horas de las pantallas. d. No tienen nada que ver, ya que es una enfermedad que tiene como una explicación alteraciones neurobiológicas y solo aportan mediante la carga genética. e. No pueden apoyar, aunque lo deseen, ya que es un problema que deben solucionar los niños y adolescentes solos.


Matoneo escolar Daniela Bedoya Zapata1 María Camila Rivera García2 Roberto Chaskel3

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INTRODUCCIÓN

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Históricamente, el matoneo escolar (bullying) ha estado siempre presente, pero lamentablemente no se le ha dado el reconocimiento y abordaje que requiere, tal vez en los últimos tiempos ha salido a flote la gran problemática a la que están expuestos nuestros niños y adolescentes en el ámbito escolar. Hoy en día, este adquiere una dimensión nueva a través de la publicación en los medios de comunicación de historias dramáticas con desenlaces fatales, ya que esta violencia se ha visibilizado en los diferentes medios sociales, educativos y de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado el bullying como uno de los principales problemas de salud pública. El matoneo escolar se da cuando los niños o adolescentes son hostigados de forma continua por otros con más poder, bien sea por sus características físicas o por su nivel social, lo que incrementa el riesgo de desenlaces negativos a nivel social,

educativo y, en general, de salud en la niñez y la adolescencia. El nombre bullying fue creado en 1993 por el psicólogo escandinavo Dan Olweus de la universidad de Bergen, Noruega, a partir de estudios que se realizaron de forma sistemática en la década de 1970 sobre el suicidio en adolescentes, en el que se encontró que los jóvenes habían sido víctimas de violencia física y emocional por parte de sus compañeros en el ámbito escolar. Su primera publicación en 1978 se llamó “La agresión en las escuelas: los bullyies y niños agresivos”, señalando como 3 características esenciales del bullying el hecho de ser intencional, repetitivo y la existencia de un desequilibrio de poder. Este autor eligió esta palabra por su semejanza con mobbing, el cual es un término que se usa para referirse al fenómeno en que un grupo de aves ataca a un individuo de otra especie. Bullying proviene del vocablo inglés bull, que significa toro, por tanto, en términos analógicos, bullying podría

1. Médico especialista en Psiquiatría. Universidad El Bosque; ICSN, Clínica Montserrat. Fellow de Psiquiatría de niños y adolescentes. Universidad El Bosque. 2. Médico especialista en Psiquiatría. Universidad El Bosque; ICSN, Clínica Montserrat. Fellow de Psiquiatría de niños y adolescentes. Universidad El Bosque. 3. Médico especialista en Psiquiatría de niños y adolescentes. Coordinador, psiquiatría de niños y adolescentes, Hospital Militar Central. Universidad Militar Nueva Granada. Universidad de los Andes. Universidad El Bosque.


Daniela Bedoya Zapata, María Camila Rivera García, Roberto Chaskel

El fuerte impacto de la pandemia por COVID-19 en la educación virtual ha hecho que el acoso digital (ciberacoso) tome una mayor fuerza y se teme que su prevalencia vaya cada vez más en aumento. Por todo lo anterior se vuelve perentorio abordar este problema de salud pública mundial que, por supuesto, afecta a nuestro país actualmente, con el fin de buscar no solo un desarrollo sostenible de nuestra sociedad, sino para tener una mejor salud mental.

PREVALENCIA La Organización de las Naciones unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estudió la prevalencia mundial del bullying en la infancia y la adolescencia, y encontró que 1 de cada 3 niños (32 %) ha sido víctima de acoso escolar 1 o más días en el mes anterior, y que uno de 1 de cada 13 (7,3 %) ha sido intimidado en 6 o más días durante este mismo período.

En Colombia se realizó un estudio que tenía como uno de sus objetivos determinar el nivel de acoso escolar en los colegios de la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá, que identificó que el 21,8 % de los alumnos había sido víctima de acoso escolar. En otro estudio realizado en 14 pacientes de Cali, Colombia, se encontró que el 24,7 % de los alumnos había sido víctima de comportamientos de intimidación, como agresión verbal, física y psicológica. Un estudio realizado en Bucaramanga mostró una prevalencia de victimización de 8,1 % para el caso del matoneo escolar realizado de manera personal y del 5 % para el hostigamiento escolar realizado a través de ciberacoso.

DEFINICIÓN Y TIPOS El acoso escolar puede definirse como la agresión que está dirigida de manera intencional y persistente en contra de un blanco particular o víctima que, por lo general, es débil, vulnerable e indefenso. El bullying se presenta de varias maneras, este puede ser físico, por ejemplo, con golpes, patadas, puñetazos, daño y hurto de pertenencias personales; también se puede realizar de forma verbal, a través de insultos y amenazas, y finalmente puede darse en el ámbito relacional o emocional, por ejemplo, al generar aislamiento y chisme a espaldas de la víctima. El acoso escolar puede reflejar las influencias medioambientales combinadas con una tendencia genética a la agresividad. En su mayoría, los varones utilizan la agresión física, mientras que las mujeres usan la agresión relacional y, por lo

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El matoneo escolar incluye varios tipos, frecuencias y niveles de agresión, los cuales van desde burlas e insultos hasta el abuso físico, verbal y social. Aunque, como se mencionó, el bullying es un problema de años atrás, solo en la última década se han publicado estudios que enmarcan las graves consecuencias a corto y largo plazo del acoso escolar, que en muchos casos incluso se extienden hasta la edad adulta. Es bien sabido que el ser acosado en la infancia o adolescencia puede repercutir en nefastas consecuencias, como el desarrollo de problemas de salud mental, como una baja autoestima, trastornos depresivos, de ansiedad, conductas autolesivas y suicidios, que no solo impactan en los primeros años de vida.

Existe una variación de la prevalencia del acoso escolar según las regiones, es así como en América Central, la prevalencia de los niños que son víctimas es del 22,8 %, en Europa de 25 %, América del Norte 31,7 % y África Subsahariana 48,2 %.

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describirse como “actuar como un toro, al pasar por sobre otros sin tener contemplaciones”. Dentro de las traducciones más frecuentes al español se encuentran matoneo, acoso y hostigamiento.


Matoneo escolar

general, toman como blanco a otras niñas. Por otro lado, el acoso escolar puede ser proactivo o reactivo, el primero es realizado bien sea para demostrar dominio, reafirmar el poder o ganar admiración, y el segundo se da en respuesta a un ataque real o imaginario (Tabla 1).

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Existen diferentes roles para los participantes en el acoso infantil, principalmente encontramos a la víctima, al acosador o perpetrador y al acosador-víctima (que es a la vez víctima y perpetrador del acoso); sin embargo, también encontramos el papel de otros niños que pueden no ser clasificados como víctimas o acosadores; por ejemplo, los asistentes, que son aquellos que se unen al acoso cuando alguien ya lo ha iniciado; los reforzadores, que son los espectadores de estos ataques y que también participan activamente en el acoso a través de sus risas y motivaciones al acosador; los forasteros o espectadores pasivos, que permanecen pasivos, alejados y no toman partido por nadie; finalmente están los defensores,

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que son aquellos que se esfuerzan en ayudar y apoyar a la víctima. La no intervención de los espectadores, junto con el silencio de las víctimas y la mala interpretación de los adultos por el desconocimiento del fenómeno, retrasa la toma de conciencia y la resolución del problema.

CONSECUENCIAS Las consecuencias del matoneo escolar pueden determinarse desde diferentes aspectos; además, hay una influencia de diversos factores, como la frecuencia, la gravedad, el tipo de acoso escolar, el papel que desempeña el participante y el momento en el que se observan estas consecuencias, pues pueden evidenciarse en la infancia, la adolescencia o en la edad adulta. Es importante aclarar que tanto la víctima como el agresor tienen la posibilidad de presentar consecuencias

Tabla 1. Características típicas de los principales tipos de acoso escolar infantil Tipos Acoso tradicional

Características

Ejemplos

Físico directo (agresión física manifiesta o agresiones)

Empujones, puñetazos y patadas

Directo verbal (ataques verbales abiertos que son muy personales)

Burlas o conductas amenazantes dirigidas a la apariencia, las habilidades, la familia, la cultura, la raza o la religión de la víctima

Indirecto y emocional (comportamiento Pasar notas desagradables, grafitis ofensivos, encubierto que daña las relaciones desfigurar o dañar la propiedad personal, exclusión con los compañeros, la autoestima o el y avergonzar estado social) Acoso sexual

Molestar sexualmente a otra persona

Tocamientos inapropiados y no deseados, usar lenguaje sexualizado y presionar a otro para que actúe de manera promiscua

Ciberacoso

Comportamiento agresivo o emocional y manipulación entregada a través de tecnología digital: celulares, Internet y redes sociales

Difundir historias falsas sobre una víctima en línea, publicación de medios digitales sin permiso, excluir a una víctima de su participación en un espacio en línea

Modificada de: Armitage R. BMJ Paediatr Open. 2021;5(1):e000939.


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Las personas que son víctimas de bullying tienen un mayor riesgo de desarrollar baja autoestima, trastornos depresivos y de ansiedad, conductas autolesivas, ideación e intentos de suicidio, imagen corporal negativa, síntomas de trastornos alimentarios, trastorno de estrés postraumático, alteraciones del sueño, mayor probabilidad de ser víctima de violencia en la relación de pareja y poca satisfacción con la vida. El ser acosador se asocia con problemas de salud mental, de adaptación social, violencia, comportamiento criminal, dificultades en las relaciones interpersonales, violencia en el noviazgo y uso de sustancias psicoactivas. Por su parte, las personas que no están directamente involucradas en el caso escolar, es decir, las que lo presencian, también pueden experimentar, como consecuencia, dificultades en su salud mental. En términos generales, en cuanto a las consecuencias en la adultez se refiere, el acoso infantil puede conducir principalmente a 3 resultados negativos para todos sus participantes: psicopatología, tendencias suicidas y criminalidad. Un estudio documentó que aproximadamente el 29 % de la carga de depresión en la edad adulta podría relacionarse con la victimización por parte de sus compañeros durante la adolescencia. Además, las consecuencias se extienden

DIAGNÓSTICO Para poder diagnosticar un caso de acoso escolar es esencial que conozcamos qué es esto, así como la serie de aspectos que caracterizan a este hecho y las consecuencias que conllevan (enunciadas anteriormente), por las que es necesario que este hecho se extinga lo más rápido posible o al menos se reduzca al máximo. Es por esto que antes de pensar en realizar un diagnóstico o una intervención en las víctimas de matoneo escolar, es importante tener en cuenta tanto los factores de riesgo, como los protectores, que pueden ser colectivos o individuales. Entre los principales factores de riesgo se encuentran: •• Individual: se han estudiado el bajo coeficiente intelectual, los déficits en las habilidades cognitivas y sociales o de procesamiento de información, y la historia del tratamiento en las enfermedades psiquiátricas emocionales. •• Familia: el tamaño de la familia; es decir, la presencia de los padres, el número de hijos y el orden de nacimiento son factores que se correlacionan con las conductas de bullying. Las familias numerosas pueden presentar menos comunicación, además de falencias en la disciplina y la supervisión inconsistente, eso sin contar el hacinamiento, que también es un factor adicional. •• Colegio: directores y profesores deben asegurarse de que el ambiente escolar no solo es seguro, sino también igual para todos. Una escuela deficiente, el ambiente y las relaciones inadecuadas o perjudiciales entre profesores y estudiantes son las principales razones de la violencia escolar.

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Las consecuencias a nivel educativo se ven reflejadas en un efecto negativo en la socialización y los sentimientos de aceptación. Los niños que son acosados se sienten extraños en la escuela, lo que afecta la participación continua en la educación y disminuye el sentido de pertenencia a la escuela cuando hay presencia de intimidación, lo anterior se traduce en constantes faltas de asistencia, bajo rendimiento académico y no querer continuar sus estudios después de terminar la educación secundaria.

más allá de las dificultades en la salud mental, pues también suelen estar presentes problemas económicos y la percepción de mala calidad de vida a los 50 años.

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importantes asociadas con índices de mala adaptación a corto y largo plazo.


Matoneo escolar

•• Comunidad: uno de los factores que coloca a los jóvenes en riesgo para una variedad de formas de violencia es la presencia de grupos violentos o pandillas. Los miembros de las pandillas extienden sus conflictos y actividades ilegales al colegio, por tanto, la presencia de pandillas en los colegios aumenta la probabilidad de la violencia y otras formas de delincuencia común.

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Entre los principales factores protectores se encuentran:

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•• Individual: los estudiantes con un coeficiente intelectual (CI) más alto y buenas calificaciones son menos propensos a estar involucrados en la violencia escolar. Por otro lado, los jóvenes que tienen mejores habilidades de resolución de conflictos también están menos involucrados en los casos de matoneo escolar. Fuertes relaciones con pares pueden tener un efecto protector también. •• Familia: disciplina familiar clara, justa y consistente ayuda a los jóvenes a ser menos propensos a ser víctimas o a estar involucrados en la violencia. Los estudiantes que perciben que sus familias tienen altas expectativas para ellos en términos de rendimiento escolar se involucran menos con la violencia, al igual que aquellos que pasan tiempo de calidad con sus cuidadores. La presencia sencilla, pero coherente, de un cuidador en la mañana, al llegar a casa de la escuela, durante las comidas o antes de acostarse, puede ser un factor protector. •• Colegio: los colegios que tienen altas expectativas para los estudiantes proporcionan oportunidades para la participación en el aula, con la ayuda al profesor y la conexión de los estudiantes se puede proteger contra las condiciones difíciles. Programas de tutoría que se acoplan con los jóvenes estudiantes pueden reducir el mal comportamiento, mejorar la autoestima y aumentar el rendimiento escolar en los estudiantes.

•• Comunidad: programas dentro y fuera del colegio enfocados en la recuperación de pandilleros y los programas para jóvenes en donde se les permita expresar sus opiniones y se muestran respetados y valorados son factores que protegen contra el acoso escolar. Para realizar el diagnóstico de acoso escolar hay disponibles diferentes pruebas que pueden ayudar en la detección de un posible caso. Aunque hay diferentes pruebas psicométricas, no se puede dejar a un lado el papel que ejerce la observación dentro del proceso evaluativo; es decir, es adecuado realizar una observación en el entorno natural para describir y facilitar posibles casos de acoso escolar a partir de las relaciones que se dan entre iguales, así como el comportamiento de los profesores y compañeros. Por otro lado, también se puede aplicar diferentes cuestionarios y escalas, como las siguientes: •• Prueba de acoso y violencia escolar (AVE): la cual tiene como finalidad prevenir, identificar, tratar y diagnosticar el acoso y la violencia escolar, así como los daños psicológicos que se pueden llegar a presentar. •• Prueba de evaluación breve del acoso escolar (TEBAE): que ofrece datos sobre el nivel de acoso escolar, su intensidad y la presencia de daños psicológicos que se presentan. •• Sistema de evaluación de la conducta de niños y adolescentes (BASC): que proporciona información acerca de las dimensiones patológicas de los niños (problemas conductuales y de personalidad, trastornos emocionales) y dimensiones adaptativas (habilidades sociales, liderazgo, entre otras). •• Medida de la agresividad entre escolares (prueba BULL-S): que evalúa las características sociales y afectivas del grupo, detectando implicados y aspectos situacionales en las relaciones de agresividad entre iguales. Para el caso de Colombia, el cuestionario de CIE-A de Cuevas está validado, el cual además


INTERVENCIONES Se deben tener en cuenta las intervenciones en la prevención del acoso escolar y las intervenciones en las víctimas de acoso por las múltiples consecuencias que pueden llegar a tener en la salud mental de la víctima, ya que se han reportado trastornos depresivos, ansiosos, evitativos y hasta de la conducta alimentaria. Es por esto por lo que las intervenciones deben hacerse tanto a nivel individual, como comunitario, de forma interdisciplinaria e involucrar a padres, alumnos, psicólogos, psiquiatras, profesores e incluso trabajadores sociales. A nivel escolar se pudo evidenciar que los programas contra el acoso escolar son efectivos para reducir tanto la perpetración, como la victimización del bullying a nivel escolar. Dado el caso, es importante llevar a cabo una encuesta antes de implementar cualquier tipo de programa, ya que es vital poder explorar las manifestaciones específicas del acoso escolar en los colegios de forma individual, para evaluar si el programa que se desea establecer puede o no abordar los problemas específicos para el ámbito escolar. Si se implementa un nuevo programa contra el acoso, los profesionales deben considerar:

•• Informes de investigación existentes y metaanálisis que evalúen los componentes de intervención específicos y su eficacia. •• Que las campañas contra el acoso escolar en toda la escuela puedan ser efectivas, pero puedan no ser la mejor estrategia para combatir la victimización del bullying; también pueden ser necesarios los componentes de intervención adicionales. •• Que los programas integrales contra el acoso escolar deben incluir elementos de intervención en múltiples niveles, que incluyan la escuela, la clase, los padres, los compañeros y el nivel individual. •• Se necesitan intervenciones específicas para ayudar a los niños que son particularmente vulnerables a la intimidación. •• Realizar una encuesta previa a la intervención para explorar las manifestaciones específicas de intimidación en sus respectivas escuelas y evaluar qué componentes son los métodos más efectivos y prácticos para reducir la victimización y la perpetración de la intimidación. •• Que los foros en línea, moderados por estudiantes capacitados, puedan ser una manera eficiente y rentable de abordar la victimización por acoso escolar. Por otro lado, se debe tener en cuenta que las intervenciones individuales se deben realizar tanto a la víctima, como al victimario, ya que según los estudios se ha podido identificar que el victimario tiene problemas de base que pueden ser de múltiples orígenes y que deben ser tratados, mientras que la víctima puede presentar patologías mentales, que llegan inclusive al suicidio, si no se tratan de forma adecuada. Es necesario realizar al menos una valoración por psiquiatría para determinar la necesidad de inicio de terapia o inclusive psicofármacos, si la sintomatología presentada por el estudiante genera gran alteración en su funcionalidad.

39 Volumen 21 Número 2

de identificar a un estudiante víctima de acoso escolar, también reconoce los síntomas afectivos que pueden llegar a presentarse, además de determinar al victimario; es decir, que para realizar un diagnóstico adecuado es necesario realizar una entrevista estructural al estudiante, aplicar las escalas y evaluar el ámbito escolar, aplicando así todos los criterios diagnósticos ya enunciados previamente.

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Daniela Bedoya Zapata, María Camila Rivera García, Roberto Chaskel


Matoneo escolar

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Volumen 21 Número 2

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EXAMEN CONSULTADO

20.Cuál de las siguientes afirmaciones no es cierta: a. La OMS considera al acoso escolar como un problema de salud pública. b. El psicólogo Dan Olweus creó el término bullying. c. El matoneo escolar es un fenómeno que se descubrió recientemente, hace 5 años aproximadamente. d. El bullying puede llamarse también matoneo, acoso y hostigamiento. 21.Dentro de los tipos de abuso encontramos los siguientes, excepto: a. Ciberacoso. b. Inofensivo. c. Verbal. d. Físico. 22.¿Cuáles podrían ser las consecuencias del matoneo escolar en la adultez? a. Dificultades económicas. b. Tendencia a la criminalidad. c. Hipertensión arterial. d. a y b son ciertas. 23.Para realizar un diagnóstico de bullying escolar es necesario tener en cuenta, excepto: a. El relato del estudiante. b. El relato del profesor. c. Realizar una escala de bullying escolar. d. Pruebas físicas.


24.La escala validada en Colombia para bullying escolar es: a. Prueba de violencia y acoso escolar. b. CIE-A de Cuevas. c. Prueba de evaluación breve de acoso escolar. d. Medida de agresividad entre escolares. 25.Entre los factores protectores de acoso escolar están: a. Tener buen desempeño escolar o un CI alto. b. Tener buena relación con los profesores. c. Tener hermanos. d. Ninguna de las anteriores. 26.Las intervenciones para el control del acoso escolar deben ser individuales y estar encaminadas a tratar a la víctima del bullying. a. Verdadero. b. Falso.


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Clave de respuestas Volumen 21 Número 1 1: C

7: E

13: A

19: B

25: D

31: E

2: B

8: B

14: E

20: B

26: B

32: B

3: A

9: C

15: D

21: C

27: B

33: A

4: C

10: C

16: D

22: D

28: D

34: B

5: D

11: D

17: D

23: C

29: A

35: C

6: A

12: A

18: D

24: D

30: C

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Curso continuo de actualización en Pediatría CCAP

ISSN 2145-4590

Consecuencias emocionales de la pandemia por COVID-19 en niños y adolescentes Autolesiones e intentos suicidas en adolescentes Violencia transgeneracional: la influencia de padres violentos en la crianza de los niños Cuando los videojuegos son un problema

precop Subdirección de Publicaciones y Programas de Educación Virtual Calle 83 n.o 16A-44, Oficina 701 Edificio Cima. Bogotá, D.C. Teléfonos: (601) 6495352 - 7464706/07 precop@scp.com.co

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