#4 Febrero’14
AOJ EL FOTOGRAFO QUE LOS COSPLAYERS AMAN
BIENVENIDOS A HOME EN CÓMIC DE RAÚL ARNAIZ Y ÓSCAR HERRERO
SARA CUERVO SCI-FI Y LOS PINGUINOS MÁS ADORABLES
INARI febrero’14
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Directora: Mónica B. (Nari) Diseño: Neri B. (Himi) Maquetación: Neri B. (Himi) Arturo B. (Zen) Colaboradores: Álvaro P. (Quartenyo) Arturo B. (Zen) Dàmaris A. (Cocokraken) Eva T. Francisco P. (Anyeluss) MaeseSag Marta (Mordosarion) Olivia Monterrey Correción: Cristina (Ottavia) Fotografía: Cristina (Ottavia) Portada: Sara Cuervo www.saracuervo.com Contacto: info-inari@phobialia.com
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EDITORIAL
T
odos los autores se enfrentan, casi a diario, a personas que no comprenden el valor real de su trabajo. Por desgracia nos encontramos en una sociedad donde la ilustración se ve más como un pasatiempo que como un trabajo remunerado, lo que provoca que muchas personas (más de las que nos gustaría) se acerquen pidiendo un trabajo de índole personal de manera gratuita. En algunos casos, tras mostrar un autor sus precios, han llegado a leer frases como: “¿Quién pagaría por un dibujo?” o “Buah, eso puedo hacerlo yo”. Pero no, señores, no es así. Crear (da igual el ámbito que se practique) conlleva un proceso muy lento de aprendizaje, esfuerzo y dedicación. Antiguamente, los artistas se formaban en academias y talleres, de los cuales acababan saliendo listos para mostrar sus aptitudes. Algunos, como es el caso de ilustres personalidades cuyos nombres y obras aún se admiran hoy en día, tuvieron la suerte de encontrar grandes mecenas entre la nobleza, los cuales os aseguro que, en ningún momento, le pidieron una obra de manera gratuita. Tenían bien metido en la cabeza que los artistas eran trabajadores de las artes y que, como tal, su trabajo debía estar remunerado. Hoy en día, por lo visto, es algo que se ha perdido o que, al menos, no todo el mundo es capaz de comprender. Creo que, alejándonos un poco del terreno artístico a dónde os he llevado, poco se diferencian los artistas de los que hablamos en INARI a diario, de aquellos que pasaron a la historia. Han dejado el lienzo por una tableta, o el papel por un teclado, pero al fin y al cabo, sigue siendo arte. Otro estilo con otro concepto y otra finalidad, pero arte al fin y al cabo. Debemos respetar su esfuerzo, sus muchas horas de trabajo y el desgaste que ello supone. Como tal, debemos aprender que, igual que antaño se pagaba por un retrato, nosotros -si lo queremosdebemos pagar por la ilustración de un autor. Nari
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ENTREVISTA
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GALERÍA TEMÁTICA
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EL COSPLAY ES UN DOLOR
BIENVENIDOS A HOME
SCI-FI
PELUCA MARUDASHI (PT.1)
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CRÍTICA DE CÓMIC
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LA BIBLIOTECA
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QUE RUEDEN LOS DADOS
MALA ESTRELLA
DORIAN STARK
CYBERPUNK
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ENTREVISTA: Raúl Anáiz y Óscar Herrero
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SE ALQUILA
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CRITICA DE CÓMIC: Mala Estrella de Henar Torinos
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GALERÍA TEMÁTICA
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FANZINES: Sci-Fi
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TUTORIAL: SEVEN SOULS
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CRITICA DE WEBCÓMIC: Der Ideal
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LA BIBLIOTECA: Dorian Stark
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ENTREVISTA: Sara Cuervo
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RELATOS TEMÁTICOS: Sci-fi
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CRÍTICA DE WEBCÓMIC
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EVA PLAYS OTOMES
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EVENTOS
DER IDEAL
HATOFUL BOYFRIEND
EXPOCOMIC 2013
20 |
ENTREVISTA
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ENTREVISTA
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ZEN GAMING ZONE
SARA CUERVO
AOJ
PORTAL
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EVA PLAYS OTOMES: Hatoful Boyfriend
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EVENTOS: Expocomic 2013
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ENTREVISTA: AOJ
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ZEN GAMING ZONE: Portal
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EL COSPLAY ES UN DOLOR: Peluca Marudashi (pt1)
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COCINA DE NARI: Tarta de flan y galletas
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QUÉ RUEDEN LOS DADOS: Cyberpunk
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EVENTOS, CONCURSOS Y SALONES
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SERIES CON PACO: Dollhouse
BIENVENIDOS A
NOMBRE/ALIAS: Raúl Arnáiz. EDAD: 36 PROCEDENCIA: Madrid. LE GUSTA: La ficción, en todos sus formatos. NO LE GUSTA: La estupidez. GÉNERO ARTÍSTICO: Debilidad por la Ciencia Ficción y la Fantasía. TEMÁTICA PREFERIDA: La epopeya. UNA VIRTUD: Exacto, una. UN DEFECTO: Incontables. HOBBIES: Cine, series de tv, cómics, libros y videojuegos. LIBROS FAVORITOS: Isaac Asimov y Stephen King. MÚSICA FAVORITA: Rock, swing y música sinfónica. JUEGOS FAVORITOS: Vagrant Story, tanto como los de Team Ico, Valve o Hideo Kojima. UN MANGA/CÓMIC: Akira y Watchmen. COLOR FAVORITO: Todos (soy un colorista obsesivo), pero si tengo que elegir: el negro.
NOMBRE/ALIAS: Óscar Herrero. EDAD: 40. PROCEDENCIA: Madrid. LE GUSTA: Woody Allen, Los Beatles, Brian Wilson, Patomas, Alan Davis, Adam Hughes, hacer listas, ver películas, comentar películas, Alan Moore, Stephen King, Billy Wilder, Isaac Asimov y los Don Mikis. NO LE GUSTA: La gente que te ignora con todas sus fuerzas, el que desde que está Facebook todo el mundo se considere muy gracioso, poético o solidario por el hecho de reenviar una imagen con texto encima, el solazo, el sudor, la falta de curiosidad, las siestas, la uniformidad (de pensamiento) y los talent shows. GÉNERO ARTÍSTICO: Dibujante, ilustrador y escritor. TEMÁTICA PREFERIDA: Misterio, aventura, humor. UNA VIRTUD: Ironía. UN DEFECTO: Inseguridad patológica. HOBBIES: Leer, ver películas y series y escuchar música. LIBROS FAVORITOS: El señor de los anillos, de J.R.R Tolkien; Cuentos sin plumas, de Woody Allen; Puerta al verano de Robert A. Heinlein; Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams. MÚSICA FAVORITA: Beatles, Beach Boys, Guns n’Roses, Andrés Calamaro, Leiva, John Williams y Danny Elfman. JUEGOS FAVORITOS: Zelda, Mario Kart, Half Life 2 y Real Racing 3. UN MANGA/CÓMIC: Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons. COLOR FAVORITO: Rojo.
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ENTREVISTA RAÚL ARNAIZ Y OSCAR HERRERO
En este nuevo número de Inari, tenemos el placer de poder entrevistar a Raúl Arnáiz y a Óscar Herrero, autores de la serie ado-adulta de cómic HOME. Con varias obras ya publicadas en el mercado francobelga, se van haciendo poco a poco un hueco en nuestro país. No os perdáis esta entrevista, porque vais a descubrir no solo una interesante obra de Ciencia Ficción, sino a dos grandísimos autores a los que tenéis que darles, al menos, una oportunidad. En primer lugar nos gustaría agradeceros que nos concedáis un poco de tiempo y honrarnos con vuestra presencia en este nuevo número de Inari. Decidnos Óscar, Raúl… ¿Cómo comenzasteis en el complicado mundo del cómic y la ilustración? ¿Cuáles fueron vuestros primeros trabajos ya profesionales? Empezamos haciendo animación de cine y de series de tv (storyboard, lay-out, fondos, etc), pero hace unos años decidimos pasarnos al cómic, que era lo que nos gustaba de verdad. HOME fue nuestra primera obra profesional en este campo. I: ¿Cuáles crees que han sido vuestras influencias tanto en el mundo del dibujo como en el literario? R: Creo que mis influencias vienen sobre todo del cine, pero de cómic me han marcado mucho Otomo, Miyazaki, Moebius o Mignola, así que por esa mezcla hay mucho manga y cómic americano y europeo en mis tebeos. Ó: Igual que Raúl, mis influencias a la hora de hacer cómic son sobre todo cinematográficas. En cómic, me marcó profundamente la etapa como autor completo de Alan Davis en Excalibur. I: ¿Preferís trabajar en tradicional o en digital? R: Una mezcla, cada cosa tiene sus ventajas e inconvenientes. El dibujo suelo hacerlo con papel y tinta y el color en digital, pero no es una norma fija. Ó: Hasta ahora siempre he utilizado el método tradicional cuando dibujo y el digital cuando coloreo. Ambas por razones prácticas. I: Para todos aquellos que no conocen aún HOME… ¿podríais hablarnos un poco de la obra? HOME es el cómic de ciencia-ficción que queríamos leer y no encontrábamos. Trata sobre el ya clásico enfrentamiento entre unos soldados espaciales perdidos en un planeta extraño y una sanguinaria especie alienígena, todo ello con un trasfondo de
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amenaza galáctica inminente, tópicos a partir de los cuales hemos querido construir una historia de acción pero llena de misterio y suspense, traiciones, giros de guión sorprendentes, flashbacks sobre el turbio pasado de los personajes y hasta un triángulo amoroso. I: ¿Qué ha supuesto para vosotros crear una obra como esta? Ha sido un gran esfuerzo desarrollar una serie tan enrevesada como HOME, con tantos personajes e historias dentro de la historia, pero esa dificultad es lo que hace que merezca la pena. I: Poco a poco más gente empieza a darle una oportunidad al cómic español. ¿Cómo se siente ver que la gente valora el trabajo al que tantas horas se han dedicado? R: Hace ilusión. Es una buena señal. Aunque yo no haría mucha distinción entre cómic español y no español, al final todos los autores hacemos cómics, sea cual sea nuestra nacionalidad o nuestro estilo. Lo importante es que, como dices, la gente le dé una oportunidad a la “historieta” en general, sea comic book, tebeo, manga, novela gráfica, bande dessinée… lo importante es poder leer y contar las historias que a cada uno nos gusten. Ó: Es bonito. Es verdad que al trabajar para el mercado europeo tienes poco contacto con la parte final del proceso de hacer un cómic. Verlo en las estanterías de las tiendas y hablar con el lector es una parte muy bonita que hemos vivido ahora que por fin hemos sacado Home en castellano. I: Todo autor tiene cariño a alguno de los personajes. ¿Cuál es vuestro favorito y por qué? La verdad es que los queremos mucho a todos, son como hijos nuestros, y todos nos resultan interesantes de alguna manera. Pero si tenemos que quedarnos con alguno, elegiríamos a Rae, debido al interesante pasado que tiene y a la función que tendrá a lo largo de la trama, algo que se desvelaría en el tomo 3 y que, obviamente, no podemos desvelar. Ben o Emily también son personajes muy interesantes, con historias que no podrías imaginar leyendo sólo el tomo 1. I: Adentrándonos ya en el terreno personal… ¿Cómo es un día de vuestra vida? ¿Qué cosas soléis hacer? R: Te levantas, desayunas, te pones delante del tablero de dibujo o del ordenador y trabajas. Comes, sigues trabajando y al caer la tarde descansas. Lo habitual en la vida de cualquier persona. Eso sí, disfrutamos
mucho de cada momento, es un privilegio poder vivir de algo que te apasiona. Ó: Eso es. Tienes un horario muy flexible pero también muy intensivo. La única cosa complicada es conseguir separar tu vida personal y laboral ya que ambas se desarrollan en un mismo decorado. I: ¿Cuál es vuestro mayor sueño? R: Vivir de un trabajo tan creativo ya es una recompensa en sí mismo y un sueño cumplido, por lo que supongo que la meta final es conseguir ser suficientemente conocido como para que todo el mundo pueda disfrutar de tus historias. Y también ser rico para poder tomarme algún día libre más. Ó: Seguir dedicándonos a esto, con la misma ilusión que hasta ahora. I: Si pudierais llevaros tres cosas a una isla desierta… ¿Qué os llevaríais? R: Me llevaría a una chica que conozco, sándwiches, y… y… y un PC con tableta y conexión a internet. Ó: Me llevaría un cine surtidito, un replicador de comida y una sala de hologramas de Star Trek. Ejem. I: ¿En algún momento os ha ocurrido alguna situación con algún fan o seguidor en la que hayáis pensado “Tierra Trágame”? R: Hasta ahora no. Lo más parecido ha sido más bien un “Tierra, trágatelo”, con algún cazador de dedicatorias pesado, de esos que no se compran tu tebeo pero te piden que les hagas gratis tres o cuatro dibujos en folios y se van sin ni siquiera darte las gracias. Ó: Bueno, en Bélgica un señor me trajo una fotografía de su antiguo coche deportivo de colección y me dijo que quería que se lo dibujase delante de toda la gente que esperaba para que le dedicáramos Home y que después lo publicaría como solía hacer junto a los dibujos de gente muy insigne. Casi ninguna presión. I: ¿Qué es lo que más os gusta de este trabajo? ¿Y lo que menos? R: Lo que más: el trabajo en sí, el poder crear personajes y mundos vivos. Lo que menos: que no sueles tener toda la libertad para hacerlo a tu modo y que es habitual tener que ceñirte hasta cierto punto a un patrón de comercialidad para poder “gustar” a los editores y que compren tus proyectos. Pero el trabajo es así, te acostumbras. Ó: Lo mejor es que es la realización del sueño más
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CRÍTICA DE CÓMIC: ATARAXIA
loco que tenía cuando niño. Lo peor es la dinámica del mundo editorial, con sus eternas esperas. Un mundo creado para gente menos ansiosa que yo. I: Volviendo un poco al mundo profesional, Raúl, tú ya has publicado Leyendas de ParvaTerra, Princesse Capucine (donde es el colorista) y Elinor & Jack, todas ellas en el mercado francobelga, aunque de la primera, 3 de los tomos han sido publicados en NORMA… ¿Cuál crees que es la mayor diferencia entre nuestro mercado y el mercado francobelga? Sencillamente que en Francia o Bélgica hay una gran tradición y cultura de cómic, y de cultura en general, y en España no. Esto se traduce en que aquí tenemos una industria de cómic muy débil de la que casi nadie puede vivir y que produce obras que a casi nadie le interesa leer, mientras que allí tienes muchas más posibilidades de trabajar haciendo tebeos. Esperemos que poco a poco esta situación vaya cambiando en España, aunque no es tarea fácil. También es cierto que la industria de cómic de más allá de los Pirineos es tan enorme que es fácil que tu obra pase desapercibida entre tantas otras y que también hay muchos autores que no llegan a fin de mes o se encuentran con las puertas editoriales cerradas proyecto tras proyecto, así que no todo son ventajas. I: ¿Creéis que es complicado hoy en día publicar en una editorial aquí en España? ¿Hay más oportunidades fuera? Remitiéndonos al comentario anterior, publicar en España no es difícil, lo difícil es que te dé para vivir. Es simplemente como trabajar haciendo hielo en el Polo norte, puedes hacerlo, pero no habrá mucha demanda ni beneficio. Hay muchos buenos autores, editores y lectores en España, lo que sucede es que son demasiado pocos y pequeños como para levantar esto. I: Óscar, tú has publicado aquí en España la novela juvenil El Niño Molecular y estás a punto de publicar otra, Cierra los ojos. ¿Es igual de complicado publicar una novela que un cómic en nuestro País? Pues la verdad es que no lo sé, porque no he intentado nunca publicar un cómic aquí. Como dice Raúl lo problemático creo que es saber si hay o no un público para ese cómic y si podrías vivir de eso durante el tiempo en que lo estés guionizando, dibujando y coloreando. Mi experiencia con las novelas ha sido desigual: para la primera novela el proceso fue sencillo. Me presenté a un concurso de literatura, quedé finalista y la editorial edebé se mostró interesada en publicarlo. Eso me dio una falsa impresión de llegar y besar el santo.
Con la segunda y la tercera no tuve tanta suerte y ahí siguen, en un cajón esperando quizá una segunda oportunidad tras ser retocadas. La cuarta sí encontró su sitio afortunadamente. I: Para aquellos que no han leído ninguno de vuestros trabajos. ¿Qué pueden encontrar, en general, en vuestras obras? R: A mí lo que me va es hacer historias épicas, con personajes fuertes y que traten temas universales, capaces de hacer sentir algo a cualquier lector; para mí lo más importante. Ó: Aventura clásica, misterio y ciertas dosis de humor y magia. I: ¿Tenéis en mente algún otro proyecto ya sea juntos o por separado? ¿Qué podemos esperar de vosotros en el futuro? R: Siempre estamos con proyectos en mente y sobre el tablero, aunque unos salen y otros se quedan en el camino. Yo tengo dos proyectos en marcha, uno de fantasía y una space opera, pero aún no hay nada firmado así que no puedo decir más. Ó: Yo tengo una novela a medias y un proyecto de cómic muy avanzado que confío en que llegue a buen puerto… ¡Cruzo los dedos! I: Y ya por último… ¿Qué os gustaría decirles a nuestros lectores? R: Que sigan creciendo como tales y que le den una oportunidad a las cosas que no suelen leer porque pueden sorprenderles. Y que si además quieren dedicarse a esto… muy buena idea, pero que no olviden comprar una buena provisión de barritas energéticas. Ó: No basta con que vosotros leáis. Tenéis un deber para con la sociedad. Regalad libros a personas que jamás se hubieran leído uno, recomendad cómics, insistid a vuestros hermanos pequeños, leedles cuentos a vuestros hijos, educad a vuestras parejas. Logremos entre todos que esto cambie. ¡Los españoles del futuro os lo agradecerán! Muchas gracias por habernos concedido esta entrevista y conoceros un poco más tanto personal como profesionalmente. Que sepáis que las puertas de Inari siempre estarán abiertas de par en par para que nos habléis de nuevos proyectos o nos deleitéis con algún trabajo más. Mucha suerte con todos vuestros proyectos futuros ¡Estamos deseando leerlos!
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Bienvenidos un número más a nuestra reseña de cómic. En este número os traemos un cómic que ha tenido muy buena acogida entre el público desde el primer momento: Mala Estrella,
de Henar Torinos. Premiado por FICOMIC en 2012, Mala Estrella es una historia que no te deja indiferente y que trata temas y cuestiones que resultan, cuanto menos, interesantes. ¡Comenzamos!
Después de años de conflictos y guerras que redujeron la población de la Tierra a un puñado de habitantes, la humanidad espera la aparición de un Dios que les indique el camino que han de seguir para salir adelante. Mientras tanto, el Cuerpo del Balance vela por la seguridad de los supervivientes, luchando duramente contra el crimen. Axel, un joven de 22 años, se alista en el Cuerpo para contentar al padre de su novia y así poder casarse con ella. Sin embargo, las cosas no salen como él esperaba: se ve involucrado en un intento de asesinato contra el Capitán General, Hyän Gonzáles, y en una posterior masacre que será un vuelco a su vida. Así conoce a Mala Estrella, una despiadada asesina de aspecto aterrador que no dudaría un instante en matarlo. Aunque las cosas no siempre son como parecen...
Henar Torinos nos introduce en un mundo destrozado, donde la gran mayoría de la población mundial ha sido masacrada por completo y donde los valores antiguos se han perdido y los pocos hombres y mujeres que quedan viven con la esperanza del renacer de un nuevo Dios. Es aquí donde nos presenta uno de los temas que, a nuestro parecer, es muy interesante: la primitiva necesidad del ser humano en creer que hay algo más allá (en este caso un Dios que les salve), un guardián o salvador que vela por nuestra supervivencia. La historia es, sin duda, escalofriante. Adentrarte en el mundo de Mala Estrella es ver hacia donde podríamos derivar en algún momento de nuestro futuro, es darnos cuenta de todas las cosas que se están perdiendo cada día. Leer esta historia hace que uno llegue a plantearse la facilidad que tiene el ser humano para dejarse llevar por las masas, lo fácil que es influir en las personas y llenar sus mentes de prejuicios. Henar ha sabido camuflar, manera muy sabia, una grandísima enseñanza dentro de una estupenda historia y con una gran crítica social tras la misma. Muy bien elaborada, la historia mantiene un ritmo bastante rápido desde el primer momento, aunque quizá el final puede resultar un poco más frenético y abrupto de lo esperado. Aún así, la historia en general es más que buena.
Los personajes están muy conseguidos, cada cual con su historia, con su particular drama y, sobre todo, sus propias personalidades. Tanto personal como estéticamente, cada personaje importante de la trama es perfectamente reconocible y en todo momento eres capaz de relacionar su personalidad con las acciones que realiza. De todos modos, tanto para Zen como para mí, lo más sorprendente de este apartado es el grandísimo trabajo respecto al pensamiento humano; ya no solo en los personajes en concreto, sino en el contexto general. Estéticamente, Henar Torinos nos ofrece un estilo de dibujo fácilmente reconocible, sencillo, muy atractivo, con una notable evolución en él del primer al segundo tomo. Destaca la gran expresividad de los personajes, la limpieza de las viñetas y el gran trabajo en los fondos, con un altísimo nivel de detalle que no decae en ningún momento. En definitiva, Mala Estrella es una historia que no podéis perderos, un cómic que no solo os hará pasar un buen rato, sino que os enseñará algo muy real acerca de nuestro propio comportamiento. Un cómic realmente indispensable en vuestra biblioteca. ¡Nos vemos en el próximo número!
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FANZINES SCI-FI
Revista Exégesis
FanZine
Axxón
Es la publicación de narrativa gráfica online más longeva del mundo de habla hispana. Surgida en 2009 como el único espacio digital especializado en cómics de Sci-Fi, en la actualidad ha abierto sus puertas a todos los géneros y ofrece una revista de narrativa visual sin fronteras, mensual, gratuita y de alta calidad, disponible para lectura en línea o para descarga en los formatos PDF y CBZ.
En nuestro número de octubre dedicado al terror, os presentamos a FanZine: una publicación bimensual, totalmente gratuita, en forma de revista digital dedicada al terror. Sin embargo, sus relatos, cómics, ilustraciones y demás contenidos también beben de la temática Sci-Fi, como habréis podido comprobar los que hayáis asistido al pasado Expocómic o al Salón del Cómic de Zaragoza, donde parte de sus autores asistieron como fanzineros.
Una de las primeras revistas de ciencia ficción en la red. Es un Ezine argentino con colaboradores internacionales, dedicado principalmente a la literatura Sci-Fi, la fantasía y el terror. Creada en 1989 por Eduardo J. Carletti y Fernando Bonsembiante, Axxón fue la primera revista editada en soporte informático en habla hispana; destacándose además que se trataba de un programa ejecutable autocontenido, desarrollado independientemente por sus creadores, aunque se comenzó a publicar on-line desde el número 108. Llevan 249 números, el último es de diciembre de 2013.
Precio: Gratuita. Contacto: colaboradores.exegesis@gmail.com Web: www.revista-exegesis.com Twitter: @RevistaExegesis G+: /109037244825488356251 Facebook: /revista.exegesis Subcultura: http://exegesis.subcultura.es
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Precio: Gratuita. Contacto: fanzinezombi@gmail.com Blog: fanzinezombie.blogspot.com Facebook: /FanzineZombie
Precio: Gratuita. Contacto: ecarletti@axxon.com.ar Web: http://axxon.com.ar Revistas: http://axxon.com.ar/c-bajar.htm http://axxon.com.ar/c-online.htm http://axxon.com.ar/rev Twitter: @axxoncf Facebook: /axxon.cienciaficcion
TerBi
miNatura
Próxima
TerBi (Tertulia Literaria Fantástica de Bilbao) es el fanzine de la Asociación Vasca de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror. Llevan siete números desde Junio de 2011 y el último es de octubre de 2013.
La revista digital miNatura (La Habana - Castellón) es una publicación sin ánimo de lucro, especializada en el cuento breve del género fantástico, la ciencia ficción y el terror. En ella puede publicar cualquier persona que lo desee. La revista se distribuye en formato PDF cada dos meses por correo electrónico y descargándola directamente desde su blog. Van por el número 131, que salió a finales de noviembre de 2013. Las revistas se publican en castellano y en inglés. ISSN: 2340-977.
Revista trimestral dedicada a la difusión del género fantástico y la ciencia ficción producidos en el mundo hispanohablante, a la literatura del cambio nacida aquí y ahora. Se trata de una publicación sin fines de lucro. Incluye cuentos ilustrados, entrevistas, artículos e historietas. Se publica a través de Ediciones Ayarmanot y se pueden comprar a través de la web de mercadolibre.com. Llevan 20 números, el último es de diciembre de 2013.
Precio: Gratuito. Contacto: terbicf@gmail.com Blog: http://terbicf.blogspot.com Facebook: facebook.com/groups/60167318666
Precio: Gratuita. Contacto: minaturacu@yahoo.es Web: www.servercronos.net/bloglgc/index. php/minatura Blog: http://minaturasoterrania-monelle. blogspot.com Twitter: @RevistamiNatura
Precio: 40$. Contacto: edicionesayarmanot@yahoo.com.ar Índices: http://revistaproxima.blogspot.com. es/p/contenidos.html Blog: http://revistaproxima.blogspot.com Facebook: /Revista Proxima
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FANZINES SCI-FI
Portal Ciencia y Ficción
Planetas Prohibidos
Los tesoros de Colossa
Revista digital gratuita del portal de mismo nombre, dedicada al género de la Sci-Fi. Relatos, entrevistas, historietas, cine, videojuegos y noticias sobre ciencia son solo algunos de los muchos contenidos que ofrece. Además puedes participar enviando contenidos para la próxima revista, para lo cual se suele abrir un subforo en su portal. Van por el tercer número, pero prometen llegar lejos por la gran calidad de sus contenidos y su maquetación.
Surge con la intención de recuperar o continuar con ese sentido de la épica y del romanticismo de una gran parte de la ciencia ficción. Un género menospreciado a veces, pero que tan útil resulta para desarrollar el gusto por la ciencia, la filosofía y, en general, superar los temores que acechan a la Humanidad. Relatos, cómic y artículos varios se encuentran en los siete números que llevan publicando desde Febrero de 2011 hasta Noviembre de 2013.
Bienvenidos a Colossa, la isla fantástica donde conviven todas las criaturas animadas de ese gran maestro de los efectos especiales que es Ray Harryhausen, ganador del Galardón Ciencia Ficción en 2005. Todas sus películas, noticias, posters, rarezas, cómics y todo lo que te puedas imaginar lo encontraras aquí. Serás guiado por el Cíclope, pero ve con cuidado: le encantan los humanos.
Precio: Gratuita. Contacto: portalcienciayficcion@gmail.com Web: www.portalcienciayficcion.com Números: www.portalcienciayficcion.com/index. php/revista.html Twitter: @pcienciaycifi Facebook: /portalcienciayficcion
Precio: Gratuita. Contacto: planetasprohibidos@gmail.com Web: planetasprohibidos.blogspot.com/ search/label/revista Twitter: @planetasprohib Facebook: /Planetas.Prohibidos.Revista
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Precio: Gratuita. Contacto: fanzinemonsterworld@hotmail.com Blog: http://colossa.blogspot.com
Alfa Eridiani
Tiempos Oscuros
Revista de aficionados, hecha por y para aficionados a la Sci-Fi. Su aparición es bimensual (enero, marzo, mayo, junio...). Entre sus contenidos se encuentran: cuentos, poesías, artículos, biografías, reseñas históricas, cómics, opiniones, sugerencias... En definitiva, lo que se te ocurra. Llevan 41 números desde 2002.
Una visión del Fantástico Internacional, en lengua castellana, que nace con la intención de mostrar, a modo de antología, lo mejor que se está creando dentro del género fantástico, la ciencia ficción y el terror. La intención es de sacar dos números al año que se promocionarán mediante sendas convocatorias para que los interesados puedan enviar sus colaboraciones.
Precio: Gratuita. Contacto: alfaeridiani@yahoo.es Web: http://www.alfaeridiani.info Números: alfaeridiani.blogspot.com.es Facebook: /Alfa-Eridiani
Precio: Gratuita. Contacto: revistastiempososcuros@yahoo.es Blog: http://www.servercronos.net/bloglgc/ index.php/tiempososcuros/
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“Un experimento genético escapa de sus creadores y ahora deberá enfrentarse a la realidad del mundo en que fue creado, tratar de descubrir el propósito de su existencia, así como también los misteriosos motivos que rondan al Consorcio Tecnológico: sus creadores.” Con estas líneas, se nos presenta el universo de Der Ideal, creado por Andrés Barra (también conocido como Kiaun). Der Ideal narra inicialmente la historia de Adres y Laura, dos criaturas creadas por El Consorcio Tecnológico mediante ingeniería genética. El Consorcio Tecnológico viene siendo la típica organización sin escrúpulos que realiza toda clase de experimentos para crear supersoldados, armamento y otras tecnologías que les permiten el control total sobre el territorio (por ahora, por el cómic, sabemos que controlan por completo una ciudad de gran tamaño y sus territorios aledaños). Adres y Laura tendrán que escapar de una realidad en la que no saben siquiera cómo han acabado en ella y ni por qué realizan con ellos tantos experimentos, sin ningún tipo de límite ético y moral, ya que sus creadores los consideran meros sujetos de pruebas. Con un universo enteramente en expansión, Der Ideal se compone de varios capítulos relativamente autoconclusivos e incluso cuenta con su propio spin off: Projecto Prime. Projecto Prime es una historia basada en el universo de Der Ideal, años después de la trama de Adres y Laura, con nuevos personajes y nuevos retos a los que enfrentarse. Visualmente, este cómic me atrajo desde el primer momento. Los personajes de animales antropomórficos me recordaron a BlackSad, pero la mezcla con humanos reales y la trama de fondo hacen que esta historia también sea muy original. La única pega que podría poner es que la narrativa y los personajes parecen un poco planos en un principio pero, al igual que se va viendo una evolución gráfica del dibujo, va acompañada también de evolución narrativa. Como el mismo autor reconoce, estamos hablando de un proyecto que él mismo ha utilizado como fuente de aprendizaje y, en mi opinión, la trama de fondo tiene mucho potencial para ello. Con más de tres años, desde la primera publicación de Der Ideal, se trata de un proyecto bastante maduro y con una buena proyección de futuro.
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Además, y esto es algo que como lectora agradezco, el autor es muy disciplinado a la hora de actualizar: siempre que empieza un capítulo, actualiza semanalmente hasta completarlo. Después puede haber cierto parón entre capítulos, pero al menos así uno no se queda con un diálogo o una pelea a medias. Si esto os ha parecido poco (¡qué exigentes!), no todo es ciencia ficción. Entre las tiras 178 y 225 de Der Ideal, encontramos La Leyenda de la Rosa Espinada, una historia típica de caballeros de corte medieval. Un pequeño interludio, totalmente concluso, entre las historias de Der Ideal, que también merece la pena leer. No me enrollo más, descubrid por vosotros mismos estos estupendos webcómics. ¡Esperamos que os gusten! Aquí tenéis sus correspondientes enlaces: Der Ideal: http://derideal.subcultura.es Projecto Prime: http://proyectoprime.subcultura.es
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NOMBRE/ALIAS: Sara Cuervo. EDAD: 23. PROCEDENCIA: Barcelona. LE GUSTA: Dibujar, los pingüinos y el turrón. NO LE GUSTA: La falta de tiempo. GÉNERO ARTÍSTICO: Ilustración digital y tradicional y el cómic. TEMÁTICA PREFERIDA: Ciencia ficción y Fantasía épica. UNA VIRTUD: Querer hacer un montón de cosas. UN DEFECTO: Querer hacerlas siempre todas la vez. HOBBIES: Dormir (supongo que dibujar se da por sentado, ¿no?). LIBROS FAVORITOS: Dune, LOTR, Humo y Espejos, Maestro Cantor, Canción de Hielo y Fuego. MÚSICA FAVORITA: IAMX, Massive Attack, Daft Punk y bandas sonoras. JUEGOS FAVORITOS: Skyrim, Final Fantasy IX y Tenchu. UN MANGA/CÓMIC: Sandman de Neil Gaiman. COLOR FAVORITO: Turquesa.
ENTREVISTA SARA CUERVO
En primer lugar nos gustaría agradecerte que nos concedas un poco de tiempo y que nos honres con tu presencia en este nuevo número de Inari. Sara: ¡El honor es mío! Os sigo desde que la revista renovó su diseño y creo que estáis haciendo un gran trabajo. Me hace ilusión formar parte de él. I: Dinos, Sara… ¿Cómo comenzaste en el complicado mundo del cómic y la ilustración? ¿Cuáles fueron tus primeros trabajos? S: Comencé como lo hace casi todo el mundo: yendo por otro camino (en mi caso, la música) y descubriendo que, en realidad, era el dibujo lo que me llamaba con una voz más poderosa. Mis primeros pasos en el mundillo iban dirigidos exclusivamente al manga, pero no tardé en decantarme por la ilustración... y no fue hasta años más tarde que volví al ámbito del cómic. I: ¿Cuáles crees que han sido tus influencias en el mundo del dibujo? S: Mis primeras influencias fueron sin duda el manga y el anime. Luego descubrí DeviantART... y supuso para mí una apertura de fronteras increíble: de repente tenía acceso a infinidad de obras de ilustración increíbles, tutoriales de todas clases e interacción con artistas de todos los rincones del mundo. A partir de esa primera explosión, diría que mis influencias más notables han sido Jason Chan, Brom, Stanley Lau, Charles Vess, Dan LuVisi, Paul Scott Canavan... ¡y seguro que me dejo a más de uno! I: ¿Prefieres trabajar en tradicional o en digital? S: Para asuntos profesionales trabajo exclusivamente en digital, ya que es el medio que me permite entregar una obra técnicamente más depurada. El dibujo tradicional lo reservo para cuando necesito relajarme, experimentar y, sobre todo, ¡apagar del ordenador de vez en cuando! I: Ahora mismo estás inmersa en tu webcómic, Seven Souls. ¿Cómo nació la idea de hacer este webcómic? ¿En qué te inspiraste? S: La idea nació de otro cómic, en realidad. La temática era bastante distinta, y la ciencia ficción solo se tocaba de refilón... y Ren, el protagonista actual, era el malo (Ríe). El concepto de los An Gahar fue tomando forma en mi mente y, para cuando quise darme cuenta, tenía más ganas de contar su historia que la sinopsis inicial. En cuanto a inspiración, dentro del género Sci-Fi, la película Blade Runner siempre ha sido para mí un gran foco de influencia. Luego están las inevitables Star Trek y Star Wars, con sus mundos completos y ese encanto que siempre me ha podido. I: ¿Qué ha supuesto para ti crear una obra como esta? S: Ha supuesto una dosis de aprendizaje que no habría podido conseguir de otra manera. Empecé Seven Souls teniendo
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claro que se trataba de aprender y de lograr soltura haciendo cómics, más que de obtener un producto final publicable. Y desde luego que he aprendido... solo por el camino que he recorrido hasta ahora ya me ha valido la pena. I: Para aquellos que no conocen aún Seven Souls, ¿podrías hablarnos un poco de ella? S: Seven Souls es un cómic de ciencia ficción que narra las aventuras del An Gahar: un pequeño cuerpo de soldados a disposición del Emperador de un lejano planeta llamado Rigel. Asesinos y descastados que viven y obran sin ser vistos, sin reconocimiento alguno, cuya efectividad y lealtad inquebrantable a su Emperador les ha granjeado un aura de leyenda urbana. Hasta el momento han podido defender Rigel sin problemas, pero sus enemigos no son pocos y el precio por la paz del Pequeño Imperio se volverá cada vez más alto. I: Poco a poco más gente empieza a darle una oportunidad al manga/cómic español ¿Cómo se siente ver que la gente valora el trabajo al que tantas horas has dedicado? S: Es muy gratificante, la verdad. Creo que en realidad ningún artista puede ver su propia obra y sentirse satisfecho con ella, así que ver que se valora tu trabajo es tranquilizador. Eso sí, lo de que se le da una oportunidad al manga/cómic español... bueno. Cada vez hay más lectores que se la dan, sí. Pero hasta que un dibujante no sea capaz de trabajar en el mundo del cómic en España y vivir dignamente de ello, no creo que la palabra “oportunidad” tenga un peso real.
I: Todo autor tiene cariño a alguno de los personajes ¿Cuál es tu favorito y por qué? S: ¡Lo cierto es que, en esta serie, mi afecto está bastante bien repartido! (Ríe). Pero si tuviese que escoger a uno, supongo que elegiría al mismo Ren. Por muy bruto y hosco que sea, sigue siendo uno de mis niños y le estoy haciendo pasar por una edad del pavo bastante difícil, al pobre. I: ¿Te resulta muy complicado compaginar la dedicada vida de dibujante con la vida diaria? S: No te diré que es fácil, pero hay que hacer lo que se pueda... En realidad es como un puzle compuesto de tiempo: debes hacer todo lo que puedas en las 24 horas que se te da cada vez. Me temo que lo que siempre acaba quedando más recortado es el tiempo de sueño, ay... I: Adentrándonos ya en el terreno personal ¿Cómo es un día de tu vida? ¿Qué cosas sueles hacer? S: Un día de mi vida suele ser bastante corriente, creo yo: me levanto, desayuno, dibujo el tiempo que puedo, hago tareas de la casa, dependiendo del día voy a trabajar... todo bastante normal, si quitas el detallito de los cientos de pingüinos correteando por la casa. I: ¿Cuál es tu mayor sueño? S: Tengo muchos sueños... y éstos se gestan mejor en las sombras, donde la gente no puede verlos hasta que se realizan y salen a la luz. Si tengo suerte, ¡algún día lo averiguareis!
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ENTREVISTA SARA CUERVO
I: Si pudieras llevarte tres cosas a una isla desierta… ¿Qué te llevarías? S: Un buen machete, una cuerda y a Sekhu. I: ¿En algún momento te ha ocurrido alguna situación con algún fan o seguidor en la que hayas pensado “Tierra Trágame”? S: ¡Todavía no, por suerte! Sí que siento algo de vergüencilla cuando me veo obligada a retrasar la publicación del cómic o a hacer hiato, pero aun no me ha ocurrido ninguna de esas situaciones tipo “¡Socorro! ¡Quiero huir de aquí! ¡Ayuda!”. I: ¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo? ¿Y lo que menos? S: Lo que más me gusta es ser capaz de plasmar lo que quiera. Absolutamente cualquier cosa, dentro de mis límites técnicos y de poder crear historias que no sería capaz de contar de otra forma. Poder trabajar a altas horas de la noche también me resulta muy cómodo. Lo que menos: es un trabajo solitario. Normalmente está bien para mí, pero a veces puede volverse un poco pesado. ¡Por no mencionar la de horas que te has de pasar pegada a la silla! En jornadas de trabajo duro, el cuerpo siempre se acaba resintiendo, por mucho cuidado que le intentes poner. I: Volviendo un poco al mundo profesional. ¿Creéis que es complicado hoy en día publicar en una editorial aquí en España? ¿Hay más oportunidades fuera? S: No creo que sea complicado. Lo que sí que lo es, es que te paguen decentemente. En el extranjero no hay tantas posibilidades de que te publiquen en general (por varias razones, empezando por la barrera del idioma), pero si tu obra les interesa y el asunto llega a buen puerto, suele haber más números de conseguir un pago aceptable por ello. I: ¿Tienes en mente algún otro proyecto? ¿Qué podemos esperar de Sara en el futuro? S: ¡Y tanto! Demasiados, como siempre; aunque me hace una especial ilusión cierto proyecto que nos traemos entre manos Kaoru Okino y yo. Todavía está bastante crudo, pero no puedo esperar a que la obra tome forma y empiece a rodar. I: Y ya por último… ¿Qué te gustaría decirles a nuestros lectores? S: Gracias por leer hasta aquí, espero que la entrevista os haya resultado amena y no demasiado tochazo *ríe*. ¡Seguid disfrutando de INARI! I: Muchas gracias por habernos concedido esta
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entrevista y conocer un poco más tu obra y a ti misma. Que sepas que las puertas de Inari siempre estarán abiertas de par en par para que nos hables de nuevos proyectos o nos deleites con algún trabajo más. Mucha suerte con todos tus proyectos futuros ¡Estamos deseando leerlos! S: ¡Muchas gracias a vosotros! Ha sido un placer.
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Random Jedi Fight. Mintonia. http://mintonia.daportfolio.com/
Sci-fi girl warrior. Wakaiki ∞ wakana-sakamoto.deviantart.com
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Ambush Survivors Vargasni. http://www.vargasni.com/
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Invasión. Nurve. lailusiondeunapelirroja.blogspot.com.es/
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SEVEN SOULS Proceso de una pรกgina
Este tutorial está hecho originalmente para Photoshop, pero el proceso puede adaptarse a cualquier tipo de software de dibujo digital. Suelen tener herramientas similares... ¡y dibujar es dibujar, al fin y al cabo! Antes de empezar, en la pantalla de nuestro ordenador necesitaremos:
1 - La imagen del storyboard, ya hecha. En un cómic con muchas páginas es importante que estas queden bien numeradas e identificadas. Aseguraos de crear una nomenclatura que os vaya cómoda desde el principio... o al cabo de cincuenta páginas, ¡tanto archivo se va a hacer pesadito de manejar! 2 - Daft Punk. Importante. 3 - Esto va muy a gustos, pero tener muestras de color a un clic puede hacer el proceso de coloreado mucho más fácil. 4 - Tener la historia a la vista nos permitirá disfrutar de la más vital de las ventajas del ordenador: el santísimo “deshacer”. También previene trazos en la capa incorrecta y borrados involuntarios.
5 - Vamos a usar unas cuantas capas, así que mejor tenerlas presentes ahí. Agruparlas en carpetas y ponerles nombre a medida que las vamos creando ayudará a que no reine el caos en esta pestaña. 6 - Conviene mantener una o dos páginas anteriores siempre abiertas, para ir mirándolas y asegurarse de que los colores y el ambiente de la escena sean siempre los mismos. 7 - ¡Pinceles! ¿A quién no le gustan los pinceles? Aunque en realidad no hace falta usar muchos... Pero si queréis sets bonitos, bonitos, con los que hacer maravillas en el Photoshop, os recomiendo los de Dianae, Da LuVisi, ConceptOnMac y Daarken.
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SEVEN SOULS PROCESO DE UNA PÁGINA
Paso 1: Abrimos el archivo de storyboard/esbozo previo y agrandamos hasta la resolución y tamaño deseados. Colocamos las guías en los márgenes de la página. ¡Aseguraos de estar en el modo de color que más os interese!
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Paso 2: Dejamos la capa del storyboard al 10-20% de opacidad y la bloqueamos. En una capa nueva, con ayuda de las guías, pintamos los márgenes negros y los bordes de las viñetas. Bloqueamos también: esta capa debe quedarse siempre encima de todo, excepto de los textos.
Paso 3: Dibujamos los esbozos un poco más complejos que los del story. Todos los elementos deben estar ya ahí, aunque solo sean cuatro líneas.
Paso 4: En mi caso, antes dejaba los textos para lo último como la gente normal... pero tras varias ocasiones en las que he tenido que corregir caras que quedaban tapadas y errores de narración cuando ya había hecho todo el trabajo de dibujo, decidí hacerlos antes de la línea. De esta manera nos aseguramos de que los bocadillos caben bien y la página se lee tal y como queremos que se lea. Todos los textos deben ir en una carpeta de capas encima de todo, encima incluso del marco negro. Una vez estén listos, bloquear capa con candadito y sigamos.
Paso 5: Líneas. Más adelante tendrán que ir coloreadas, así que mejor hacerlo en varias capas: por los colores podéis ver más o menos el tipo de distribución que suelo usar yo (primer plano, plano central, fondo). Por ahora las líneas pueden quedar en negro o en rojo/azul oscuro. Hay elementos del fondo que también podrían ir con línea, pero aquí prefiero pintarlos directamente. Bloqueo de transparencia a la capa/capas [en lugar del candadito, es el icono cuadrado que hay primero] y arreando.
Paso 6: Colores planos. El paso en el que Daft Punk os ayudará más, ya que... es bastante tedioso, admitámoslo. En cuanto a distribución de capas, suelo ceñirme al mismo método que con las líneas: figuras delanteras, figuras, elementos y fondo. Hay gente que separa todos los personajes y objetos en capas sueltas, pero mi pobre y viejecito ordenador explotaría al intentarlo. Los elementos del fondo como lucecitas y paneles los dibujamos ahora también, en blanco y en modo “superponer”. Luego podemos añadir efectos suaves de resplandor, o pintar dentro de ellos con la transparencia bloqueada.
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SEVEN SOULS PROCESO DE UNA PÁGINA
Paso 7: ¡A pintar el fondo! Aquí empieza lo bueno. A mí me resulta más cómodo trabajar primero en el fondo y luego en los personajes, ya que así tengo más claro qué colores estarán reflejados en sus ropas y armaduras, y es más fácil que queden bien integrados en la página. Debemos conservar más o menos los mismos tonos durante toda una escena, para darle continuidad a las páginas. Ah, y hay que tener en cuenta también que el fondo está ahí para ponernos en situación, pero que ninguno de los detalles en él debe distraer al lector de lo que nos interesa contar. Para eso, prescindir de las líneas y pintar directamente funciona bastante bien. ¡Al menos a mí!
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Paso 8: Finalmente, colorear los personajes. Id a las capas de color plano que habéis hecho antes y volveos locos. Recordad siempre que, si un personaje viste de azul, hay que usar mucho más que azul para colorear sus ropas. Morados, amarillos, verdes, rojos... no le quitéis ojo a esas ruedas de muestras de color, y usadlas asiduamente. También debemos pensar en el tipo de luz que cae sobre el personaje, la luz ambiente y los reflejos de las cosas a su alrededor. Las sombras proyectadas tienen un gran poder dramático, y bien usadas pueden darle un gran realismo a la escena. Pero por encima de todo: el coloreado debe ayudar a contar la historia. Que nada destaque más de lo que queréis que destaque. Una vez esté todo ya pintado, id a las capas de líneas y coloreadlas un poquito también, en función de los colores que se hayan usado.
Paso 9: Encima de los colores y las líneas, con un pincel suave y grande (y a poder ser con un poquito de textura), damos unas cuantas pinceladas aquí y allá que ayuden a crear atmósfera. Brillos en ciertas superficies, polvo ambiental, etc.
Paso 10: De lo más importante. Creamos una capa encima de todo y la llenamos de negro. En modo “saturación” nos borrará todo el color de la página, permitiéndonos ver los tonos claramente. Así podemos ver si hay zonas con más oscuridad, luz o contraste de lo que toca, y corregirlo. Esta capa negra luego ha de ir fuera, pero resulta muy útil mantenerla ahí para revisar hasta el último momento.
Paso 11: Más efectos y texturas. En una capa encima de todo, en modo “superponer”, usamos pinceles de textura para dar detalle a la página hasta estar satisfechos con el resultado.
Paso 12: Usando capas de ajuste encima de las otras capas, podemos retocar los niveles, la saturación y el contraste de la imagen. Usando las máscaras de capa que ya aparecen automáticamente en las capas de ajuste al crearlas, también podemos retocar solo zonas concretas.
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Paso 13: Hacemos visible la carpeta de capas de texto que habíamos creado al principio y... ¡voilà! Página lista. Un retoque aquí y allá en los bocadillos de texto y ya está listo para salir. Ahora, un pequeño descanso y una o dos galletitas de recompensa, ¡y a por la siguiente página! Espero que este tutorial os haya resultado útil. Si tenéis alguna duda, podéis encontrarme en Twitter o mandarme un correo a mail@ saracuervo.com Estaré encantada de ayudaros en todo lo que pueda. ¡Un saludo y ánimo con esos cómics!
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Temática del número de Abril 2014
Podeis enviarnos vuestras participaciones hasta el 20 DE MARZO Más información en el blog de INARI
http://revistainari.blogspot.com.es
DEL 2014.
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LA BIBLIOTECA
DORIAN STARK Sólo soy un simple soldado, un sargento de la Orden de los Centinelas que trabaja para la Corporación Schneider, instruido para obedecer a sus superiores. Aunque mi profesión me repugne, no queda más remedio que cumplir las órdenes a rajatabla. El presente es un lugar lleno de malos presagios que apenas puedo resistir. Quizá por ello no logro alcanzar la paz de espíritu que tanto necesito. Soy más máquina que humano; un pobre consuelo que me mantiene atado a mis cenizas con una fuerza devoradora. Lloro, sumido en una amargura antinatural, enervado por el efecto de los estimulantes que acabo de consumir. Sé que lo he perdido todo… Dorian Stark es una novela de ciencia ficción escrita por el tinerfeño Alexis Brito Delgado. Es autor, además, de otras novelas como Wolfgang Stark y Melancolía, aunque la reseña que nos atañe en este número es la mentada en primer lugar. Para empezar, me gustaría destacar el trabajo de ilustración que se ha hecho en esta novela. Creo que tanto la portada como las ilustraciones interiores son muy buenas. La portada está realizada por Yasna Sepúlveda y pienso que ha hecho un gran trabajo: es bonita, llamativa y muy detallista; le da el toque sci-fi perfecto. Las ilustraciones interiores están a cargo de César Herce y considero que son muy buenas, sobre todo los bocetos; creo que ilustran muy bien cada uno de los apartados en los que está dividido el libro. Es destacable la estructura de la novela. Está dividida en cuatro partes: la primera es una breve introducción que nos pone en situación y las otras tres contienen seis capítulos cada una, siendo el título del primero de ellos siempre el nombre de una ciudad: Nueva York, Bangkok y Berlín. De esta forma, solo con leer el título, el autor nos pone directamente en situación, ya que son ciudades bien conocidas por los lectores. La narración de Alexis es sencilla, pero con el suficiente detalle como para introducirnos en ese mundo futurista que ha creado y que podamos imaginar lo que nos cuenta. Las descripciones son precisas y no se hacen pesadas, así que la lectura se hace muy fácil. Dentro de la narración me gustaría destacar sobre todo las escenas de acción. Hay muchas y están bien llevadas, resultando ágiles y rápidas, manteniendo así el ritmo. Los sobresaltos son bienvenidos y dan giros inesperados a la trama, cosa que se agradece.
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Los personajes están bien definidos. El autor da la suficiente información para que sepas exactamente cómo son. Los principales resultan bastante carismáticos. En mi opinión, Dorian Stark, el protagonista, es el más completo y el mejor llevado. Hay una herramienta narrativa que considero que el autor usa de manera muy correcta en este aspecto y es que aparecen fragmentos de lo que parecen ser diarios/recuerdos de Dorian y también de Nessa, que es un personaje que solamente se muestra de este modo. Con respecto a esto, hay unas cuantas escenas en negrita incrustadas en mitad de la narración que relatan el pasado de Dorian con Nessa, y es precisamente esto lo que nos hace conocer poco a poco la historia que hubo entre los dos, nos hace partícipes de la parte humana de Dorian. Como ya he dicho, creo que es un buen recurso que está usado en su medida justa. Los diálogos, por su parte, están bien construidos, resultan naturales y siguen bien la trama. Me gustaría destacar el hecho de que haya citas de personajes famosos al principio de cada uno de los apartados que divide la novela, los cuales dotan de interés a la obra: Isaac Asimov, William Burroughs y John Varley. Si tuviera que describir muy brevemente Dorian Stark diría que es una novela bien escrita, que tiene una original estructura y una buena ambientación. Enlace para adquirir Dorian Stark en papel:
http://tienda.edicionesbabylon.es/es/libros/35-dorian-stark.html Enlace para adquirir Dorian Stark en formato electrónico:
http://tienda.edicionesbabylon.es/es/e-ds/48-dorian-stark-electronico.html Olivia Monterrey
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Twist of Minds. Por Ramón Giancola
Song of Hypnos & Thánatos (III) (.) (..) (…) (¡¡¡¡AaaaaaAAAAAAAaaahhhhhhggggg!!!!) (¡¡Hazle un torniquete!!) (…) (Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) (¡¡CRISTOPHER!!¡¡CRISTOPHER!!) (…) Aquella voz tan lejana era Nathaniel. Tenía una brecha en la cabeza que sangraba con abundancia y que le cegaba un ojo y un pequeño rasguño en el cuello aunque sin importancia. El joven intentó incorporarlo pero Cristopher estaba totalmente perdido entre la bruma gris de la semiinconsciencia. -¡Vamos, Cristopher…!- hizo un esfuerzo más por levantarlo pero el peso muerto del policía lo echaba hacia atrás. El hombre tampoco hacía ningún esfuerzo por levantarse. No podía, sus piernas no le sostenían y se mareaba a causa de la sordera que le había producido la explosión, que provocó una fuerte hemorragia en sus oídos. Pero al menos comenzaba a abrir los ojos y tenía mejor cara. -Cristopher, ¿estás bien?- preguntó Nathaniel exaltado. El inspector se le quedó mirando con una profundidad de ojos que no era normal y Nathaniel entendió que incluso la vista la tenía algo dañada. Le hizo señas lentamente con la mano, obligándole a seguirlas con la vista, cosa que Cristopher hizo. “Al menos se recupera”, bufó el psicólogo. ”La mesa donde se resguardó no le sirvió de mucho pero aún vive”, pensó. Entonces Nathaniel vislumbró que el convaleciente quería hablar pero que no le salía la voz en un primer intentó. Sus labios entrecortados y secos probaron una segunda vez y de ellos salió algo poco más que un susurro. -¿Y Noa?- Cristopher preguntó pero ya sabía la respuesta, aunque quería oírla de
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alguien que no fuera él para hacerse a la idea. Hacerse a una idea terrible. Espantosa. Mortal. Nathaniel miró rápidamente en vano al lugar donde se encontraba la joven cuando se hizo estallar a sí misma y luego posó su mirada en el padre. -Está muerta-dijo-. No ha quedado rastro de ella. Cristopher entonces, haciendo acopio de su mayor esfuerzo, giró la cara al lugar donde estaba Noa. Distinguió un vacío negruzco allí donde había explotado la bomba lleno de caos, escombros, vapores, humo y fuego anaranjado y púrpura. No pudo soportarlo. Se volvió a tumbar y dos lágrimas comenzaron a brotarle de entre los ojos. Y comenzó a llorar. Lloró y gritó como un bebé. Cristopher solo había llorado en dos ocasiones anteriores: en el entierro de su hermano mayor y en el de su madre. Estaba cansado de la muerte. Odiaba la muerte, en sus sueños la estrangulaba con propias manos pese a que aquello fuese algo solo dentro de su vieja cabezota…Cristopher los recordó, a su madre, a su hermano mientras lloraba y aquello intensificó más si cabe aquel brutal ataque de nervios. Los demás policías que vociferaban y se quejaban por sus heridas empezaban a callar al oír el estruendoso lamento del inspector. Nathaniel le dejó que se desahogara, no intentó ninguna sugestión ni nada parecido para calmarle el dolor de la pérdida sufrida. Era mejor que el veneno saliera de herida. Una herida que estaba mal cicatrizada pero que ahora ya no cicatrizaría nunca jamás. Al acabar, Cristopher se desmayó entre lamentos y llamas. El umbrío telón se cernió sobre él y en cierto modo, se alegró por ello. Mientras estaba en la vía del cloroformo Cristopher soñó con Edmund Giffen, su hermano mayor. Este último le recriminaba el llegar siempre tarde. -¡Siempre tarde, Cris! ¡Llegas siempre tarde!- le apuntaba con dedo acusador-. ¡Por tu culpa yo y tu hija estamos muertos! ¿Y mamá? Podría echarte la culpa de su muerte también si quisiera… No pudo salvar a Edmund. No de otra persona, de él mismo. De pequeños jugaban a polis y cacos, quién iba a imaginar que cuando fueran grandes también lo harían. Edmund tenía 28 años cuando murió de una bala que le traspasó el pulmón izquierdo y le provocó una tremenda hemorragia que le hizo quedarse en el sitio muriendo desangrado en los brazos de él, de su propio hermano y verdugo. Cristopher hacía nueve años que había entrado a la policía, tres que se había casado y uno que había tenido a Noa, mientras que Edmund seguía soltero y robando bancos. Era lo que se le daba bien e incluso su hermano ni Vincent Di Maggio- que le seguían los pasos- lo negaban, ya que no dejaba prueba alguna de sus delitos. Fue en una delicada operación conjunta donde debían robar uno de los mejores casinos de Laynon City que alguien se fue de la lengua y Cristopher, avisado por sus compañeros de que habían sido acorralados, tuvo que poner tierra de por medio. Cristopher y Edmund tuvieron un cara a cara fraternal donde incluso ni Vincent tomó parte. Edmund deseaba escapar con el dinero fuese cual fuese el precio pero no matando a su hermano, evidentemente, aunque Cristopher sabía que era muy ducho con las armas y que podía hacerlo. -Deja el dinero y entrégate -dijo un Cristopher joven. -Inténtalo, hermanito- y Edmund desenfundó la pistola. Los dos dispararon al unísono pero solo uno cayó. A Cristopher le impactó una bala
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en la clavícula derecha. Una señal de la habilidad de Edmund. Sería su primera cicatriz. Acto seguido soñó con su madre. Le daba la espalda. En realidad lo había hecho cuando murió Edmund, no quería ni verle. Pero en su lecho de muerte le había perdonado. Una misericordia falsa, aunque le sirviese a su conciencia, su madre había muerto consumida por la pena de ver como enterraban a su primogénito. -Edmund…Madre…Hija…Lo…Siento…- Cristopher lagrimeó un poco más mientras, durmiendo, suplicaba con labios temblorosos perdón a las personas a las que había fallado.
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Descuido. Por Adhemar Terkiel
A la mañana siguiente, se despertó temprano, digirió un desayuno abundante y, tras recibir e indicarle las instrucciones del día a la mucama, salió al exterior con las intenciones de dar una larga caminata. Si bien tenía la conciencia en paz, necesitaba disponer de unos instantes de tranquilidad y privacidad con la finalidad de replantearse su vida y planificar el futuro sin dejar de considerar los acontecimientos ocurridos en el pasado, especialmente en lo que se refiere al más inmediato. *
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A nadie le puede caber la menor duda de que si había alguien en el mundo que nació teniéndolo todo al alcance de la mano, ése era precisamente Cristian Dávila. Comenzando desde su aspecto físico, nos encontramos frente al hombre perfecto. Se trataba de un individuo por demás apuesto, lo que las mujeres definirían como el ideal de belleza masculina, alguien por quien todas ellas suspiraban de continuo, soñando e ilusionándose en todo momento. Por supuesto que, a esta virtud siempre le ha agregado su prolijo y cuidado corte de cabello así como su muy estudiada vestimenta. Pero eso no es lo único, tanto su inteligencia como sus múltiples talentos no se quedaban atrás, cualidades éstas que lo convertían en un ser brillante. Él podría haberse dedicado a cualquier tipo de actividad, ya que en todas ellas hubiera podido alcanzar el triunfo sin mayores inconvenientes, desde las actividades deportivas hasta el arte, pasando por géneros tan dispares como las ciencias y las letras. De hecho, en su infancia y adolescencia, él había jugado al fútbol y ahora asistía al club donde practicaba el tenis en forma rigurosa. También había estudiado música y pintura, aunque las abandonó prontamente al sentir que no colmaban sus ambiciones. De este modo, entre tantas posibilidades, prefirió dirigir sus pasos por la senda que lo convertiría en un prominente hombre de negocios. Y en realidad, no podía quejarse de los resultados obtenidos, ya que a los veintinueve años, estando titulado en Administración de Empresas, había logrado amasar una importante fortuna, lo que no era más que el comienzo de aquello que venía prometiendo convertirse en una carrera sin obstáculos hasta encontrarse trepado en lo más alto del jet set. Pero su principal atributo era que a esa edad, aún se mantenía soltero y libre de compromisos, lo que hacía de él un partido perfecto para las expectativas de cualquier joven mujer. Mas, entre tantas chicas hermosas que constantemente se fueron cruzando en su camino, aún no había podido encontrar aquélla que colmara sus sentimientos, hasta que Ofelia llegó a su vida. En el mundo de los negocios en el cual se encontraba completamente imbuido, Cristian era conciente de que cualquier descuido podría llegar a ser fatal, que debería estar siempre atento a las circunstancias y a los detalles más nimios y, por encima de todas las cosas, no debería nunca confiar en nadie, como le dijera alguien, “Ni siquiera confíes en tu
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propia madre”. Así fue que conoció a Esteban Berdaguer, un industrial veinte años mayor que él, a quien se ofreció para financiar sus proyectos en una sociedad en la que irían en partes iguales con las ganancias. Con ese paso, Cristian pensaba llegar a tallar alto en sus ambiciones de grandeza. Berdaguer no estaba pasando por un gran momento económico, lo que permitía a Cristian la posibilidad de manejar la situación de la forma que más le gustaba, es decir a su completo antojo. Berdaguer se encontraba unido en matrimonio con Ofelia, una mujer mucho menor que él, quien sin duda lo había aceptado (especialmente teniendo en cuenta que el industrial no era precisamente un hombre apuesto) deslumbrada por el dinero y las inmensas posibilidades que éste le ofrecía. Y de esa forma, no resultaba ilógico que ella pusiera sus ojos en alguien de su misma edad pero mucho más atractivo y con una fortuna que pronto sería aún mayor. Ambos se convirtieron casi en seguida en amantes y, mientras la sociedad de los hombres se movía viento en popa, Cristian y Ofelia vivían una verdadera luna de miel en la intimidad de un cuarto de hotel, cubriéndose las espaldas, guardando en el más absoluto de los secretos esa relación clandestina. Guiados por una pasión desenfrenada que enmascaraba el tan arraigado materialismo de ella, se entregaron el uno al otro en cuerpo y alma hasta convertirse en uno solo. Y conservaban la plena confianza que nadie en el mundo conocería esa relación, al menos hasta que llegara el momento en que pudieran gritar a los cuatro vientos aquello que sus sentimientos susurraban en el silencio. Una de esas noches, un viernes, luego de otro gran triunfo en sus negocios, tras dar un nuevo paso adelante para acrecentar sus ganancias, Esteban invitó a su joven socio y benefactor, a cenar a su casa. A esas horas, la mucama ya se había retirado, pero entre los anfitriones podrían honrar sin mayores inconvenientes a su tan distinguido invitado. En determinado momento, mientras degustaban un exquisito pollo con crema de champignon, Esteban levantó su copa y dijo; - Brindemos para que en el próximo encuentro, nuestro amigo concurra acompañado por una mujer como la que él se merece. - Y luego comentó - ¿Sabés Cristian? Con Ofelia estuvimos considerando que ya es hora de tener un hijo. Después de todo, no quiero parecer su abuelo el día que salga al parque con él. - Pero Esteban, - respondió ella - Si dijimos que antes del año que viene no sería conveniente. Siguieron hablando entre ellos sobre esa cuestión ante la atenta mirada del invitado, quien intentaba por todos los medios disimular el nudo de sentimientos confusos que en ese momento cruzaban por su corazón. Le resultaba difícil mostrarse alegre cuando eso no era especialmente lo que lo afectaba. Fue un gran alivio tanto para él como para Ofelia, cuando la conversación poco a poco se fue desviando hacia otros temas menos urticantes. Luego del postre, se dirigieron al estar donde realizarían la sobremesa junto al cálido fuego del hogar, acompañados por una tasa de té o café con macitas. Solícito, Esteban fue a la cocina donde se dedicó a preparar y servir su café junto con el té para su señora y el invitado. Ya instalados, el anfitrión retomó con mucho entusiasmo la palabra, pero ahora para alivio de los presentes, solamente parecían interesarle los temas vinculados de forma directa con el trabajo y los negocios. - Hay un antiguo proyecto mío sobre el cual trabajé hace varios años y que hoy quisiera reflotar - comenzó diciendo una vez se asegurara que todos hubieran acabado de beber. - En su momento, contraté a dos eminentes investigadores científicos a quienes
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tuve que abonar una buena suma y sin embargo, cuando hube de ponerlo en práctica, ningún inversionista tuvo la osadía de costear con los gastos. Todos ellos adujeron que tendría serios inconvenientes y que era riesgoso para la salud de los usuarios. ¡Como si a ellos les importara un bledo! Pero yo conservé la patente y consideré todas las posibilidades y la forma más adecuada de minimizar los riesgos. Creo que ha llegado el momento de retornar a ese proyecto para llevarlo de una vez por todas a cabo. Cristian le estaba escuchando con atención, aunque lo hacía sin poder evitar pensar en un cierto sabor desagradable en su té, el cual había tomado hasta el fondo, tan solo para no quedar mal con su socio y anfitrión. Mientras tanto, Esteban continuó con su explicación. - Se trata de un novedoso producto de limpieza para vasija, ollas, sartenes y todo lo que ensuciamos mientras cocinamos y comemos. Es un líquido que, al diluirse en agua hirviendo, actúa desintegrando los elementos orgánicos hasta que de ellos no quede absolutamente nada. Con unas pocas gotas ya alcanza para realizar un gran trabajo. Entonces, no tenemos ninguna necesidad de refregar las piezas ya que el proceso se realiza solo, únicamente la ponemos en la pileta con el agua caliente y cuando la retiramos ya está listo. Esto eliminaría de hecho los lavavajillas porque los convertiría en algo inútil. - Luego de esto, dejó escapar una leve risa al saber que estaba por entrar en temas que no eran de su entero dominio. - Queda pendiente eso del principio de Lavoisier, ya que, si no puede desaparecer, ¿en qué diablos se trasforma ese elemento orgánico? Los asesores científicos me lo han explicado, pero la química no es evidentemente lo mío. Lo resumiría en que todas las grasas y migas se trasforman en aire, o mejor dicho, en elementos gaseosos que se integran a la atmósfera. El gran inconveniente y principal motivo por el que nadie quisiera financiarlo, vino por el lado de la imposibilidad de manipular las piezas sin utilizar guantes de goma, ya que podría afectarse gravemente la piel y el organismo del usuario. Ante tanto entusiasmo expuesto por Esteban, Cristian respondió con la profesionalidad que siempre le caracterizara; - Tráeme el lunes todos los papeles y lo estudiamos. Si realmente vale la pena, le prendemos cartucho y le damos para adelante. Entonces, mientras intentaba cambiar de tema para no aburrir a Ofelia con asuntos que se escapaban de su interés, sintió el comienzo de un pequeño malestar interno, difícil de determinar en qué parte de su organismo. Parecía como si lo afectara por completo, y lo peor de todo era que sentía como que poco a poco estaba aumentando en intensidad. “¡Qué tonto fui!” pensó mientras empezaba a comprender lo que estaba sucediendo. Esteban había resultado ser más apto para los negocios que él. Al menos no dejaba escapar ningún pequeño detalle que se le cruzara en el camino. Era un hombre al que nunca se le debía engañar ni mantener un secreto porque él lo sospecharía e investigaría hasta alcanzar las últimas consecuencias. Y en el momento de tomar represalias, no se andaría con chiquitas. En cambio, Cristian Dávila el infalible cometió algún error y luego se confió de la situación que parecía tener por completo dominada. ¡En qué descuido imperdonable había caído! Y ahora estaba pagando las consecuencias por ello. Los dolores parecían aumentar con extrema velocidad hasta hacerse insoportables, aquello era como si todo en su interior estuviera siendo machacado hasta la destrucción. Miró a Ofelia con desesperación para descubrir una mueca horrible que se había formado en su rostro, reflejando el mismo sufrimiento físico que también él padecía. Quiso gritar con todas las fuerzas de sus pulmones, comprendiendo al intentarlo, que ya no podía ni siquiera sacar un sonido de su voz, ni tan sólo un apagado suspiro.
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En tal situación, tomó las manos de su amada, apretándolas con fuerza al tiempo que veía como las hasta hoy hermosas facciones de ella comenzaban a consumirse en millones de arrugas de la piel. Un azulado y viscoso líquido que se evaporaba rápidamente, parecía empezar a manar de sus ojos y de su boca. En esa posición, ambos encontraron la muerte mientras sus cuerpos iban desintegrándose ante la mirada impasible de Esteban, quien no realizó gesto alguno durante el proceso. Cuando todo hubo acabado, ya no quedaba ningún rastro de la presencia de las dos personas, salvo por sus raídas vestimentas esparcidas sobre los respectivos sofás. Entonces Esteban, con sangre fría recogió las prendas y los calzados de ellos, arrojándolos al encendido hogar para eliminar las evidencias. Una vez apagado el fuego, recogió los botones, cremalleras y otras cosas no inflamables para introducirlos en una bolsa y llevarlos a un colector de basuras. Los anillos, pulseras y piezas de oro de la dentadura serían enterrados en algún lugar donde nunca podrían llegar a ser descubiertos. No se podía dejar ni la más mínima evidencia y eso lo tenía bien sabido. Al no haber cuerpos, no habría delito, tan solo se trató de la fuga sorpresiva de dos amantes deseosos de estar juntos en paz e intimidad. Una vez estuvo acabado el trabajo y con el convencimiento de que ya no quedaba ninguna pista, Esteban Berdaguer dio un bostezo y se acostó a dormir pensando que mañana le pediría a la mucama que realizara una limpieza de la casa, mucho más profunda que de costumbre.
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Gracias. Por Lewis
- ¡Corre, por dios, corre!- Escuchó que alguien le decía apenas unos metros más allá, aunque a él la voz le pareciera lejanísima. - ... Sí, sí. ¡Corred todos!- Se giró hacia el grupo, tratando de aparentar una entereza que no sentía. Los vecinos de lo que había sido su bloque de viviendas hasta hacía apenas un rato corrían por la pasarela, algunos chillando, otros en silencio... Todos queriendo creer que llegarían a tiempo para el transporte. “El transporte... Huir de aquí... de nuestro hogar...”- Aunque no tenía tiempo que perder, no pudo evitar mirar una última vez hacia donde estaba su casa. El cuarto asentamiento, el más antiguo de toda la colonia norte del planeta Nueva Escocia, uno de los primeros refugios que tuvo la humanidad cuando el sistema solar colapsó... Las naves de los serrands no cesaban de sobrevolarlo mientras volatilizaban todo a su paso. Los fríos, calculadores y pragmáticos serrands, haciendo exactamente lo que habían avisado que harían si no se deponían las armas y la hostilidad. “Atacaremos a las 7:53 de vuestro sistema horario, salvo que firméis el acuerdo antes de ese momento.” Y por supuesto, no lo firmaron. Esos sucios, hipócritas e infames dirigentes que decían preocuparse por su bienestar y el porvenir de la raza humana, ésos, no lo habían firmado... Y lo cierto era que no le sorprendía lo más mínimo. Sabía que lo sopesarían en su planeta artificial, a años luz de distancia. Lo hablarían, hipotetizarían sobre que la capacidad militar de Nueva Escocia probablemente serviría para repeler los primeros ataques serrand, y después, tras el éxito en la defensa, podrían renegociar con tal peculiar especie los términos del contrato de transvase de minerales... Desde que tuvieron la primera noticia lo supo, sí. Supo que los forzarían a abandonar su sitio, incluso aunque el gobernador planetario hubiese recomendado aceptar el convenio, dadas las buenas relaciones tradicionales con los serrands y los gormianos... Si hasta él había convivido con varios de ellos durante los años de reparación del reactor de la cara oscura, por favor. Era absurdo. - ¡Deja de mirar tanto y corre, maldito hispano! ¡Tomas y tú sois los únicos que podéis mover el cacharro!- Oyó como exclamaba ese imbécil de Martin, con sus aires de superioridad y exigencia habituales. ¿Hispano? ¿Cómo podía ser tan... tan...? Habían pasado ya seis siglos según el calendario convencional desde que sus antepasados tuvieran que poner pies en polvorosa por el inesperado “despertar” solar... ¿Y aún había gente que andaba con ésas? ¿Con el “es que según tu código de ADN, tus “abuelos” debían ser inmigrantes que estuvieran trabajando entonces en la gran Escocia... No eres de sangre pura como yo”? Desde entonces habían entablado relación habitual con siete especies inteligentes aparte de ellos, aparte de conocer a otras quince más, y aun así... “Hispano”. De no ser por lo cerca que sonaban las cargas de supresión de los serrands, hasta habría sonreído sarcásticamente. Tuvo que conformarse con esperar que Martin fuera de los que ni llegasen vivos a la nave de salvamento. Llevaban quince minutos corriendo por entre los conductos de escape, pero ninguno del grupo aparentaba el menor cansancio, dada la situación. Fuera de las protecciones de metal los gritos de aquellos que no habían podido entrar no cesaban, dejando claro que las
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fulminantes pero “limpias” cargas de las naves habían dejado paso al más preciso método de disparar con los cañones de energía condensada. Probablemente los serrands estuviesen incluso contando el número de muertos, no fuera a ser que se excedieran y no cumplieran ese código de “30% de prisioneros” que tenían tan marcado en su ideario de guerra... Era más, incluso cabía la posibilidad de que realmente dejasen huir al transporte una vez éste despegase. Dejar clara su contundencia y hacerse con el control mercantil total de su desértico pero agradable planeta eran su únicos objetivos. Las muertes innecesarias no iban con ellos. - ¡Por fin, Miguel, por fin! ¡Ahí está!- Su viejo amigo Roger le hizo señas desde el final del último túnel, haciéndole ver que el transporte dedicado a su pequeña barriada seguía allí. Cuando salieron corriendo de sus casas llegaron a plantearse incluso si no lo habrían usado los altos cargos del planeta para huir y dejarlos en tierra como había ocurrido en varios distritos del sexto asentamiento... pero se veía que ellos habían tenido más suerte. Además, los disparos cada vez se oían más lejanos, así que realmente era cierto que podían tener alguna oportunidad. Era su turno. - Colocaos todos en vuestro compartimento. En cuanto compruebe que todo está en su sitio, haré volar a este pequeño.- Dijo nada más entrar al aparato, con el aplomo del que sabe que está en el sitio justo en el momento correcto. Durante el trayecto hasta allí su clásico pesimismo le había hecho pensar que era imposible que lo consiguieran, que algo fallaría... pero ahora él estaba allí, con los mandos en sus manos. Allí, con la vida de esas personas en su espalda. Y lo disfrutaba. Incluso aunque supiera que no podría volver en mucho tiempo a su casa, si es que volvía, la adrenalina del momento hizo que sonriera durante un breve instante. El que duró comprobar que la nave funcionaba perfectamente, accionar los motores y notar cómo se elevaba en dirección a la exclusa de contacto espacial... El que duró ver a esos hombres bajo ellos. - ¿¿Pero qué demonios??- Tomas, su ayudante de vuelo habitual, no pudo evitar sobresaltarse al ver al grupo de personas bajo su nave, haciendo gestos con las manos y pidiendo por favor que bajaran. Eran muchos. Demasiados. ¿Cómo habían llegado allí sin los códigos de acceso? Se giró hacia Miguel, sudoroso.- Oye, esas personas... ¿podemos abortar? - Me temo que no.- Dijo Miguel con un nudo en la garganta, sabedor de que los iba a condenar a muerte. Pero los motores ya estaban a plena potencia, así que era imposible hacer un movimiento de retorno sin que la nave se empotrase contra alguna de las paredes del conducto. Repitiéndose una y otra vez que hacía lo correcto dada la situación, agarró los controles y mantuvo la aceleración constante... hasta que oyó el estallido. “No... No... ¿Por qué? ¿Por qué? ¿¡Por qué!?”- Tras él podía escuchar los chillidos de terror de los niños de la familia de la puerta de enfrente, las plegarias de los McCormick, el chisporroteo del metal fundiendose, el motor derecho apagándose poco a poco... Casi pudo sentir la risa de quien fuera el que había tenido un lanzador de proyectiles entre los hombres que habían dejado abajo. Aquel que había pensado “o todos o ninguno” mientras accionaba el gatillo. El que los había encaminado a una muerte por inanición, asfixia o algo aun peor en cuanto traspasasen la barrera de la exclusa. Seguro que él también creía que hacía lo correcto. - Miguel... Nosotros...- Preguntó Tomas, pálido y con los ojos llorosos. - Sí.- Estaban recién expulsados al espacio, sin potencia, sin apenas comida, y sin reservas de aire para más que unas horas. Ante él los indicadores del panel se habían
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vuelto completamente locos, anunciando errores y averías por prácticamente todo el transbordador. Tras la zozobra inicial, comenzó a sentir ganas de llorar... pero más que eso, sentía la terrible incertidumbre de no saber cómo diablos serían las últimas horas de toda esa gente, sabedores de que no había ninguna posibilidad. No podía imaginarlo, no quería imaginarlo, no evitaba imaginarlo. Se sentía tan abatido que le daban ganas de simplemente dormir y no enterarse de lo que ocurriría. Al menos hasta que de pronto su mente le dio el preciso momento de cordura que necesitaba. - ¿Qué... qué haces?- Preguntó Tomas, al ver que Miguel abría contacto por radio. - Atención, naves serrand, atención, naves serrand. Nave humana SA-476 intentando establecer contacto con alguna de vosotras.- Dijo de pronto, ante la atónita mirada de su copiloto.- Sé que estáis ahí... Por favor, aun dada la situación, os pido que contestéis. - ¿Qué deseas, humano?- Sonó finalmente una voz siseante desde el comunicador. - Estamos sin motor, sin aire ni comida, y ahora mismo es imposible que ninguna nave de los nuestros considere ni siquiera la idea de hacer un rescate... Tras valorar nuestro estado, me gustaría hacer una petición. - ¿... cuál, humano?- Notó que titubeaba ligeramente la voz al otro lado. - ¿Tienen las cargas de supresión de su nave capacidad como para acabar con una nave de unos veinte metros de largo y masa de entre diez y quince toneladas? - ... S-sí. Desde luego.- Dijo la voz rápidamente, antes de valorar realmente la petición.- Pero oye, no esperarás que... - Por favor.- Respondió únicamente, antes de cerrar la comunicación. Después miró a Tomas, comprobando cómo éste asentía con la cabeza, serio, aunque su cuerpo temblara y las lágrimas cayeran por sus mejillas. Era mejor así, actuando antes de que las emociones terminaran de nublar su juicio, sí. Ambos miraron al frente, sabiendo que sólo quedaba esperar. Veinte segundos, escuchando los gritos tras la puerta de la cabina. Treinta, notando cómo el tanque auxiliar de oxígeno también reventaba. Cincuenta, preguntándose si los serrand usarían su casa para algo o la demolerían nada más llegar... No fue hasta casi el minuto cuando por fin las alarmas de peligro del panel se sumaron a la orquesta de sonidos que ya reinaba en el ambiente. Al escucharla no pudo evitar sonreír ligeramente, antes de mirar hacia la luz que se aproximaba hacia ellos desde un punto cualquiera en el infinito que se extendía ante sus ojos. - Gracias.
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Diagnóstico. Por Nieves Delgado
Hay secretos que son lastres, que minan el corazón y el ánimo de quien los guarda, que se pegan como una segunda piel de la que uno quisiera deshacerse. Son como fotos obscenas que hay que guardar de las miradas, como insectos corriendo a ocultarse en lugares oscuros; secretos que son castigos. Como el que esconde Maica. Aunque a veces, en su habitación, su secreto deja de serlo y se convierte en un mundo rojo y negro de gritos contenidos y lágrimas densas; de notas graves como las que huyen del bajo de un grupo musical gótico. Porque cuando llega a su habitación después de un día especialmente complicado, Maica coge esa pequeña cajita que tiene guardada bajo la cama y la observa. Algunas veces la abre, otras no; pero cuando lo hace, se queda como hipnotizada mirando la infinidad de cuchillas y pequeños cutters que tiene allí escondidos. Y entonces, si la ocasión lo requiere, empieza a jugar con ellos. No es que aquello le divierta; no, no es eso. Si quisiera divertirse, no lo haría de forma muy diferente a cualquier otro adolescente. En el instituto hay un montón de gente con la que perder el tiempo, si eso es lo que uno quiere. Pero no es lo que ella quiere. En realidad, siente que no acaba de encajar en ese mundo amarillo de dientes blancos y risas transparentes, y eso le hace sentirse pequeña, muy pequeña. Algunas veces, se hace tan pequeña que prácticamente llega a desaparecer, y casi siempre es culpa suya; no hace ni dice lo que debe, no le ríe las bromas a nadie, observa a la gente con mucha intensidad… con demasiada intensidad. Lo sabe porque todos acaban apartando la mirada. Todos se acaban apartando. Sin excepción. En un día normal, cuando Maica llega a casa, se enclaustra en su habitación. Algunas veces se queda hablando con su madre, pero tarde o temprano se siente interrogada o cuestionada, y se va. Los días malos en cambio… los días realmente malos, ni siquiera saluda; entra y se encierra directamente en su pequeño refugio. Su mundo, el único lugar donde puede permitirse ser ella misma sin sufrir censura alguna. En la mayoría de esas ocasiones, es suficiente con abrir la caja y acariciar las cuchillas con la punta de los dedos. Eso la calma. Le da una sensación de seguridad, de control sobre la situación. De poder. Pero hay ocasiones, como hoy, en las que eso no es suficiente. Días en los que todo ha ido tan jodidamente mal y ella ha sido tan estúpida, que se merece un castigo. Es entonces cuando alguna de esas cuchillas sale de la caja. Y una vez que sale, se hace con el mando de la situación. Hoy no ha sido un día malo cualquiera; ha sido el peor puto día del mundo. Así que Maica llega a su habitación, y como siempre, se encierra dentro y coge la caja. La abre despacio, con respeto. Allí están; sus pequeñas justicieras. Las acaricia lentamente, con manos temblorosas, reteniendo lágrimas oscuras en los ojos. Finalmente elige una, podría parecer que al azar, pero no; coge la que está un poco mellada en una esquina. Esa la guarda para ocasiones especiales, como hoy, en que necesita tapar un dolor mayor. Son sus particulares momentos de redención. Se quita las generosas muñequeras que lleva en ambos brazos, un motivo más de
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miradas desconfiadas, y deja al descubierto infinidad de pequeñas marcas y cicatrices. Algunas son más que eso; faltan diminutos trozos de carne. Carne que se ha ido, que se ha desprendido de su cuerpo en justo pago por la liberación. Se quita también los pantalones, y las marcas se reproducen a lo largo de sus muslos. Nadie en su casa entiende por qué cuando llega el verano no se pone shorts ni quiere ir a la playa. Claro que hace tiempo ya que ninguno de ellos se entera de nada. Con una mano insegura coge esa cuchilla especial y la aprieta con demasiada fuerza, acercándola a su muslo izquierdo. La primera incisión es siempre la peor; el cuerpo recibe la sensación con un espasmo de sorpresa, y tiene que reprimir el grito. Después… las oleadas de dolor se vuelven previsibles. Lenta, implacablemente, tapan el otro dolor, ese que se la come por dentro. El sudor de su cuerpo azotado por la tensión y los temblores se mezcla con la sangre que mana de las heridas y cae sobre la toalla que pulcramente ha colocado en el suelo. Pequeñas gotas rojas empiezan a decorarla como estrellas moribundas en un cielo abandonado. El mundo a su alrededor empieza a desdibujarse. El dolor lo anula todo. Ese bendito dolor que consigue que no exista nada más; se entrega a él como el seguidor de una secta en un ritual de purificación. Las incisiones son lentas, cortan los diminutos capilares con una facilidad pasmosa, y se hacen luego más profundas al mismo tiempo que el aire deja de salir de sus pulmones. Aguanta hasta el límite, hasta que el sudor inunda su cuerpo y los pequeños pedazos de piel y carne parecen grumos que se agolpan en sus dedos. El desmayo le da un primer aviso de cercanía; entonces, afloja un poco. Extraños sonidos, casi siempre graves y amortiguados, embotan su cabeza; muchas veces cree distinguir lejanas voces que la animan a continuar. Ella, obediente, lo hace. En ese momento, a través de sus ojos humedecidos y ya casi febriles, observa cómo las paredes de la habitación empiezan a reblandecerse, a rezumar un sudor extraño. No puede ser, nunca antes ha pasado. Y no es por el efecto de las lágrimas; se seca los ojos con el dorso de una mano y al volver a mirar comprueba que sí, que eso, sea lo que sea, está sucediendo. No solo la pintura de la pared está chorreando como si fuera un helado en pleno verano; también lo hacen sus pósters y esas fotos horribles que su madre se empeña en tener ahí colgadas. Todo lo que hay en la habitación se está escurriendo y los colores se mezclan en el suelo, formando una amalgama de texturas que incluso empieza a oler mal. Y a medida que lo hace, deja al descubierto un color negro, uniforme, descarado y desafiante, teñido de matices rojizos dispersos. De algún modo, su habitación también se está purificando. ¿Qué es todo aquello? Por primera vez se está asustando. Ha perdido completamente el control de la situación y su ritual se está convirtiendo en algo diferente. Es su ritual, su manera de arreglar las cosas, y ahora todo se está yendo a la mierda. Nota cómo su corazón se dispara y de repente, sin ser consciente de ello, su brazo izquierdo hace un movimiento extraño y automático. Entonces empieza a oír unos lamentos, lejanos al principio; piensa que solo están en su cabeza, pero poco a poco se hacen más numerosos, más intensos, hasta que llenan completamente sus oídos. Y Maica siente miedo de verdad. En una de las paredes, entre la negrura, parecen insinuarse unas líneas que se perfilan hasta convertirse en un gran rectángulo. Es una puerta; la puerta de un ascensor. Lo sabe porque el botón de llamada está encendido y parpadea. Está paralizada en medio de la habitación, con las piernas ensangrentadas y la respiración entrecortada. Su brazo vuelve a hacer aquel inusual movimiento; lo repite un par de veces, parece un gesto de urgencia. Pasan dos, diez, veinte segundos, y los lamentos se hacen más fuertes. Lamentos y gritos insoportables de agonía. Algo se acerca a su habitación y trae la promesa de un sufrimiento salvaje y eterno.
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Maica deja caer la cuchilla sobre la toalla empapada y corre hacia una esquina. Allí se derrumba y se encoge sobre sí misma, haciéndose un ovillo. Levanta la vista y la fija en esa puerta, es lo único que existe ahora en la habitación. Hasta que suena el timbre de llegada; el ascensor ya está aquí. De repente, silencio. Silencio y oscuridad. Luego, una luz azulada que lo inunda todo. Tengo que cerrar los ojos para que no me dañe. - Víctor, ¿estás bien? Una mano me toca; puedo volver a sentir mi cuerpo. Por fin. ¡Joder, por fin!… - Sí, eso creo; ¿me puedes ayudar? - es Ryu, mi jefe. Estiro el brazo y me ayuda a incorporarme. Siento la necesidad de huir, de alejarme de aquello, de gritar hasta vaciar los pulmones, pero me controlo; noto mi organismo muy acelerado, me tengo que tranquilizar. - ¿¡Pero tú estás loco!? ¿Cuántas veces os he dicho que no utilicéis el simulador a solas? - está enfadado, muy enfadado. Y creo que también preocupado. - ¿Qué ha pasado? - pregunto. - Ha habido un fallo, no se puede desconectar desde dentro - me mira con severidad mientras me habla -. ¿Tú sabes que has estado al borde de un ataque al corazón? No, no lo sabía, pero me lo creo. - Joder, Víctor, ya sabes cuáles son las normas al respecto - continúa -. Y más con pacientes como los que tú tratas. ¿Con quién estabas? - Maica; ya sabes, complejo de autoestima profundo y extenso historial de autolesiones. No pensé que la cosa fuera tan grave, la verdad, pero me temo que está empeorando. - ¡Oh, genial! - ahora él está descargando su tensión sobre mí, y lo asumo -. Te metes en la puta cabeza de una loca sin decírselo a nadie, te conectas a su mente y dejas que haga contigo lo que quiera. Flipante - está realmente enfadado, nunca le había oído referirse a un paciente como un “loco” - ¿Tú eres consciente de que las reacciones de tu cuerpo a un entorno virtual son completamente reales? Si tu corazón te manda a tomar por culo en el mundo de esa chica, te vas a tomar por culo, y punto. ¿Para qué cojones crees que están las normas? - No creí que el simulador fallara, eso es todo. Intenté desconectarme varias veces, pero simplemente no funcionó. Esa chica necesita ayuda urgente y solo quería hacer algo útil, Ryu. ¿Se ha guardado copia de esta visita? Tendré que analizarla con calma. - Sí, se ha guardado - me responde de mala gana -. Pero sabes que la cosa no es tan urgente. La chica está sedada y totalmente controlada hasta que consigamos un diagnóstico y la pongamos en tratamiento. Son sus copias las que se pueden descontrolar. Por eso tenemos que utilizar el simulador con tantas precauciones, y lo sabes. Meterse en la mente de alguien perturbado es algo que no se debe hacer sin garantías. - Lo sé.
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Me callo porque tiene razón, y hoy más que nunca lo he comprobado. Me sigue mirando con cara de reproche y acepto esa mirada como justo castigo. - Víctor, quiero que me prometas que esto no volverá a suceder. Si no es así, tendré que restringirte el acceso al simulador. O también puedo cambiarte la clasificación de pacientes y hacer que trates problemas de estrés y fobias comunes. Eres uno de los mejores psicólogos que tenemos, pero te juro que lo haré. Tú decides. - No volverá a suceder, lo prometo - respondo, y no son solo palabras. Parece que con eso se queda tranquilo. Empieza a recoger el equipo y a ordenar algunas cosas mientras yo me voy secando el sudor del cuerpo y recupero la normalidad. - Túmbate, anda - me dice ahora en tono conciliador -, vamos a ver si conseguimos relajarte. Colócate de nuevo el pacman (así es como llamamos al interfaz que nos acoplamos a la cabeza para las exploraciones) y avísame cuando estés preparado. Le hago caso sin dudarlo, Ryu siempre sabe lo que se trae entre manos. Seguramente es el mejor psicólogo del país, lo he visto manejar situaciones increíbles. Lo cierto es que la experiencia con la copia de Maica me ha dejado bastante tocado. El miedo que he pasado ha sido muy real, y se ha disparado en el momento en que he intentado desconectarme y no lo he conseguido. La verdad, no sé qué habría pasado si aquel ascensor se llega a abrir. - Preparado - digo. Una luz tenue invade mis sentidos y un ligero olor a salitre empieza a insinuarse. Poco a poco, mis ojos se acostumbran a la claridad y me veo caminando por una tarima de madera a lo largo de un paseo marítimo. El día es estupendo, completamente diáfano, y el sol empieza a calentarme la piel de inmediato. Una ligera sonrisa se me perfila en la cara cuando, entre el bullicio de la gente y el sonido de las olas, me doy cuenta de que estoy agarrando una tabla de surf mientras camino. Ryu sí que sabe. Abandono el paseo y pongo los pies en la arena. La sensación de relajación es instantánea. Tomo aire en una larga bocanada y cierro los ojos, sintiendo la leve brisa sobre la piel. Cuando los vuelvo a abrir, un mar inmenso que se extiende hasta el horizonte, me está esperando.
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La esperanza de la electricidad. Por Rubén Fonseca
La nieve se extendía por la vasta llanura y cubría a las aeronaves, que se veían como enormes monstruos míticos, aves blancas que parecían provenir de un reino de hielo. En el interior de la sala de control del crucero de batalla, el comandante de la armada observaba en los radares la posición del ejército enemigo, de proporciones gigantescas, y que sin embargo ofrecía la misma amenaza que una colonia de hormigas. Las aeronaves que lideraba aquel hombre de cabellos blancos y ojos de un azul similar al del cielo de los días antiguos destrozarían los carros de combate y las tropas de infantería enemiga con un solo bombardeo. Entró a la sala de mandos un emisario vestido con ropajes pomposos y cuya fisonomía era idéntica a la del comandante. Comparados con el resto de la tripulación que se hallaba en la sala de mandos, ambos eran dos estatuas de alabastro fantasmagóricas. —La Reina exige resultados en seguida, comandante —anunció el emisario. El comandante observó los resultados del radar. —Si queremos acabar con esto cuanto antes y con elegancia, lo mejor será que los dejemos avanzar hasta nosotros. Decidle a la Reina que no debe preocuparse de nada. Era fácil decirlo. Poseían la armada más poderosa de la tierra, la única que contaba con aeronaves, bombas de electricidad y cañones de plasma. Los escudos electromagnéticos de sus naves bloquearían cualquier ataque procedente de ejércitos con armas de fuego; solo una bomba nuclear podría poner en duda su victoria, y esas armas habían pasado a la historia, al igual que el mundo que las desarrolló. A lo lejos del campo de batalla se divisaba una gran ciudad en ruinas, que al comandante se le antojaba como un espectro del pasado que esperaba con ansias la hora de su venganza. La nieve continuaba cayendo y el emisario de la Reina permanecía en silencio, como si creyera que el comandante no hubiera acabado de hablar. —Decidle a la Reina que nadie sobrevivirá y que partiremos al sur de inmediato — dijo finalmente el comandante. El emisario se despidió con una reverencia y se marchó de la sala de mandos. Tras observar durante unos minutos más el paisaje nevado, el comandante se apresuró a dar las órdenes de batalla. —Que los cazas adopten una formación en “v” y bombardeen el sector norte. A pesar de que los masacraran, el comandante sabía que ninguno de sus enemigos huiría porque en el crucero de combate, en las cámaras de la Reina, había un artefacto que era la esperanza de aquellos bárbaros que se negaban a aceptar su condena: el orbe, el objeto con el que la Reina pretendía levantar en el sur una ciudad como nunca se había visto hasta
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entonces, una ciudad que devolvería a la humanidad su gloria perdida. El orbe les permitió equipar a sus ejércitos con la tecnología más avanzada, protegerse del clima tóxico de la Tierra, y que transformó a las élites de su pueblo en seres casi divinos. Sin embargo, también les había convertido en el objetivo de todos los bárbaros del globo, que habían oído hablar de una magia que estaba en poder de los monstruos del norte. Harían lo que hiciera falta para arrebatársela y levantar sus propias ciudades, y el comandante no se lo reprochaba. ¿Cómo sería vivir en páramos repletos de mutaciones o en ciudades fantasmas cuya mera existencia hacía daño al ser el recuerdo de tiempos mejores? Los cazas obedecieron con presteza a su comandante y en seguida destrozaron las filas enemigas. Los soldados morían en explosiones de luz y electricidad. Los carros de combate estallaban con el único consuelo de haber abierto fuego antes de que los aniquilaran. —Activen el cañón —ordenó el comandante. Sus subordinados activaron los paneles de control del enorme cañón de plasma del crucero de combate y procedieron a cargarlo de energía. Cuando lo dispararan, la tierra ardería y la nieve desaparecería y después de eso solo habría que rastrear el campo de batalla para acabar con los pocos supervivientes que hubiera. El comandante veía en el radar cómo se dispersaba el ejército enemigo. Tendrían que haber esperado un poco más. Si los hubieran juntado a todos en un espacio reducido, solo habría hecho falta usar el cañón de plasma para realizar un trabajo limpio. Y sin embargo… —Abran fuego. El rayo de plasma atravesó la llanura, inundándola de luz y cortando el aire como una cuchilla. El estruendo que procedió al disparo del cañón fue ensordecedor, pero en la sala de mandos del crucero de combate apenas se escuchó aquel rugido gracias a las defensas de la nave. Para sus ocupantes aquello era un hermoso espectáculo. Para sus enemigos era el descenso a los infiernos. Cuando la luz de la explosión se disipó y la Tierra se sumió de nuevo en la penumbra eterna a la que estaba condenada, el comandante examinó el paisaje de la llanura, que estaba repleto de amasijos de hierro fundido y donde los cadáveres debían de estar esparcidos por la mancha negra y humeante que había dejado a su paso el rayo de plasma. El comandante examinó el radar. Todavía había enemigos a los que liquidar, heridos en el campo de batalla que habían sido derribados por la onda expansiva de los cañones y probablemente muchos desertores que se acobardaron al contemplar el potencial de su armada. —Rompan la formación ofensiva y adopten la de viaje. Partimos en media hora hacia el sur —notificó el comandante. Su segundo de a bordo, que había comprobado como él las señales del radar, se le acercó con discreción y le habló en susurros. —Comandante, aún quedan supervivientes. La Reina… —La Reina quiere levantar su ciudad. No le interesa nada más. Lo que quería la Reina era encerrarse en un palacio de mármol y esconderse tras titánicas murallas. A ella nada le importaba el mundo exterior ni el futuro de los bárbaros siempre que no llamaran a su puerta, y era inevitable que acudieran. Irían a morir frente a su ciudad, prefiriendo ese destino a pudrirse en cenagales o a ser devorados por los monstruos
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de los bosques. Su esperanza sería el orbe, la promesa de recobrar su humanidad. ¿Y quién era él, un simple comandante, para negarle a alguien el derecho de querer ser humano? A lo lejos, la ciudad en ruinas se erguía sobre un paraje blanco. Alrededor de la armada, todo era negro. El calor de los motores y de los disparos había acabado con la belleza de la llanura nevada, pero no era por eso por lo que el comandante sentía un hondo pesar en el pecho. Su angustia se debía al temor a corroborar que esa ciudad derruida que veía en el horizonte sería más hermosa a sus ojos que la nueva Roma que la Reina iba a levantar para sus súbditos.
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La máquina. Por Monti
¿Cómo se explica que el parque esté completamente desierto a casi cinco bajo cero, y yo aquí sentado tan tranquilo? Pues porque soy una máquina, obviamente. Es cierto que mis rasgos externos de apariencia totalmente humana, junto al avanzado programa emocional que llevo incorporado, podrían desmentir en primera instancia tal afirmación. No obstante, tan sólo se trata de un efectivo camuflaje desarrollado a fin de permitir cierta coexistencia armoniosa con el resto de la población biológica. Y funciona. Jamás hasta ahora he levantado la más mínima sospecha. Pago mis recibos, trabajo ocasionalmente, compro pan de supermercado, veo la televisión, como macarrones con queso, y me quejo de todo. En fin, lo normal. Incluso tuve unos padres auténticos, sí. Se llamaban Fernando y María Jesús. Conservo muy buenos recuerdos de ellos, la verdad. En verano me llevaban a la piscina municipal para intoxicarme con agua excesivamente clorada y, cuando era Navidad, nunca se olvidaban de regalarme unos juguetes geniales que yo destruía implacablemente a los pocos días. También me pagaron los estudios universitarios, avalaron el préstamo de mi primer coche… Bueno, hicieron muchas cosas de provecho antes de envejecer, morir, y quedar sepultados en algún siniestro almacén de residuos orgánicos. El caso es que nadie, ni siquiera la persona más perspicaz, caería en la cuenta de mi auténtica condición cibernética y… —¿Quieres pipas? —pregunta la voz femenina que interrumpe tales divagaciones. Una frágil silueta de hombros caídos se halla frente a mí. ¿Qué? ¡Imposible! Tenía la absoluta certeza de que el parque se encontraba huérfano de presencia antropomorfa. ¿Cómo había conseguido aquella muchacha eludir mis sofisticados sensores de proximidad? Y más grave todavía, ¿qué intenciones albergaba al ofrecerme ese odioso alimento perjudicial para la tensión? —Son bajas en sal —añade casi leyéndome el pensamiento. Guardo silencio mientras la observo detenidamente. Pálida tez amnesia de verano, ojos vidriera empañada por alguna prematura lluvia otoñal y mortecina sonrisa en permanente bancarrota. ¿Carencia de proteínas o hastío vital? Pues… paso palabra. La indumentaria, por otra parte, resulta de lo más vulgar: gorro de lana azul cubriendo el corto cabello negro, manoplas de misión polar altamente arriesgada, y abrigo blanco hasta las rodillas en previsión de un desenlace fatal. Sostiene la bolsa de pipas con sorprendente firmeza aunque, quizás debido a la baja temperatura, su agrietado labio inferior da la extraña impresión de temblar descontroladamente. —No, gracias —contesto educadamente. Ella ladea la cabeza mientras expulsa una gélida nube fantasmal por su boca.
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más.
—¿No te gustan? —inquiere. —Es que yo sólo puedo comer macarrones con queso y pan. Simplemente eso, nada
—Qué raro, ¿no? —Es totalmente lógico —le explico—. Son los dos únicos alimentos predeterminados en mi programa base. La ingesta de cualquier otro producto no compatible podría provocarme graves daños en el flujo binario positrónico ascendente. —Entiendo —dice ella con expresión incrédula y pupilas dilatadas. —Que soy una máquina, vamos —sentencio dándome una palmada en el pecho. —¿Sí? —Sí. —¿Una máquina? —Una máquina. —¿De matar? —No. —¿Sexual? —Ya me gustaría. —¿De tabaco? —¡Yo no funciono con monedas! —exclamo ofendido. La chica da un paso atrás. Parece comprender que esa retahíla de preguntas impertinentes me ha incomodado sobremanera. Al cabo de escasos segundos, sin embargo, se recompone y toma asiento junto a mí. —Oye, en serio, no pretendía molestarte —susurra con entonación quebradiza. —Tranquila, las inteligencias artificiales estamos por encima de esas minucias — afirmo pomposamente. Callamos. Nos quedamos un buen rato allí, sentados, disfrutando del pétreo silencio invernal, contemplando la tupida alfombra de retorcidas hojas muertas que cubre el suelo a nuestro alrededor. La joven, tal vez poseída por alguna invisible melodía cristalina, se frota las manoplas sobre sus muslos a un ritmo curiosamente acompasado. —Hace frío, ¿eh? —constata ella. —Un poco —corroboro de mala gana. —Es duro vivir entre los humanos, ¿verdad? —No me digas. —Yo todavía no he conseguido adaptarme. Soy algo floja de mollera, debe ser eso. A continuación, saca del bolsillo derecho una pequeña caja de cartón blanco y, lentamente, la abre por la parte superior. Enseguida lo reconozco. Es Citalopram, un medicamento antidepresivo de uso bastante extendido. Exactamente el mismo que me recetaron inútilmente hace ya varios años. —Tú… ¿también eres una máquina? —le pregunto. La muchacha baja los párpados a cámara lenta para, acto seguido, asirme fuertemente de la muñeca. —No, en realidad soy una alienígena procedente de XVT-10 —confiesa. —Pero… —XVT-10 —repite. —Pues yo diría que ese planeta no consta en mi base de datos —replico escéptico. —Porque todavía no lo han descubierto, hombre. Es un fantástico mundo remoto y
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desconocido, mucho más allá de los confines de la galaxia —murmura tapándose parcialmente la boca. Durante unos breves instantes, su rostro se ilumina mientras habla presa del entusiasmo. Empleando los brazos en una rápida sucesión de caóticas indicaciones, traza una suerte de prodigioso mapa estelar al objeto de determinar la ubicación real de XVT-10. De vez en cuando, adereza su fabulosa narración mediante risas, palabras inconexas y alguna que otra sonora onomatopeya festivalera. Y luego, de improviso, silencio. El fatigado espíritu de azotea resquebrajada se ha abatido de nuevo sobre aquel semblante ahora sombrío. Respira profundamente, agarra el envase de Citalopram y lo encesta mediante un hábil lanzamiento en la papelera más cercana. Apenas comienza a oscurecer cuando decide ponerse en pie para emprender el camino automático de vuelta a casa. —Por favor, espera —suplico tratando de ganar tiempo—. Seguro que dispones de revolucionaria tecnología extraterrestre capaz de reconvertir mis parámetros activos. Como un dispositivo de esos que te ponen en la frente, emite irisados pulsos lumínicos y, entonces, va y te cambia la personalidad. ¡Tremendo! ¿No lo has visto en el cine? A lo mejor era un cómic, ahora no recuerdo bien. Deberíamos, no sé, deberíamos probar si… Ella vacila. Se ajusta el gorro hasta las orejas e intenta limpiar sus mejillas de la escarcha licuada más reciente. Creo que me está mirando por última vez desde un vertiginoso precipicio a punto de venirse abajo. —Lo siento. Hoy es mi último día en la Tierra —musita resignada. Mientras sale fuera del alcance de mis receptores ópticos, aprovecho para efectuar una rutinaria reorganización de ficheros. Debo desconectar, planificar la nueva fuga hacia el día venidero. Quedan muchos macarrones por comer, innumerables recibos que pagar, tantas quejas estériles como paseos al borde de lánguidas canciones. Y puede que también alguna tarde sentado en el parque bajo la translúcida cúpula del invierno perpetuo. Mañana, todo volverá a estar bien. Ella partirá hacia las estrellas y yo… seguiré siendo una máquina.
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Un chico Harrenton. Por Pero Jiménez
El despertador, puntual como todos los días, sonó a las siete. Robert lo apagó. En media hora tenía que estar en el trabajo. Fácil. Sólo había que seguir la rutina. Diez años haciendo lo mismo. Para desayunar calentaba un vaso de leche. Luego echaba dos huevos crudos en la leche y los removía. Se lo bebía a traguitos mientras empezaba a vestirse. Para el trabajo usaba uniforme. Calzoncillos y calcetines blancos. Pantalón de chándal negro con dos rayas doradas verticales en los laterales. Camiseta gris ajustada a su perfecto torso. En la camiseta, el nombre de la empresa: Makersons. Lo último en ponerse siempre era la camiseta. Después, se ayudaba del último trago de la leche con huevo para tragar las cinco pastillas diarias. En su trabajo estaba expuesto a diversas enfermedades. Gajes del oficio. Vivía en el mismo edificio que la empresa. Las últimas quince plantas del enorme rascacielos de la empresa Makersons estaban destinadas a habitaciones de empleados. En la planta baja estaba la recepción. En la primera planta la sala de empleados. De la planta tres a la treinta y cinco se desarrollaba la actividad de la empresa. El resto de plantas hasta llegar a las plantas de empleado estaban destinadas a los departamentos de Administración, Investigación, Cuentas y Marketing. A las siete y media en punto Robert entraba a la sala de empleados y saludaba a Martina, la secretaria. Martina le daba su tableta digital. Robert se sentaba en uno de los muchos sillones disponibles. Cada sillón tenía una mesa For-all último diseño. Aunque la mesa estaba capacitada para ofrecer mil servicios distintos, Robert la usaba exclusivamente para tres cosas, pulsando tres simples botones. Con el primer botón pedía un café Kopi Luwak con leche. En veinte segundos, del interior de la mesa, surgía el café recién hecho. El segundo botón para el periódico deportivo. En menos de cinco segundos, del interior de la mesa, surgía el periódico. Entonces leía el café mientras hojeaba el periódico. Cuando acababa pulsaba un tercer botón de la mesa. La madera de la mesa se convertía en plasma. En la misma mesa Robert realizaba sus apuestas deportivas diarias. Una vez acabada su rutina personal diaria Robert miraba la tableta digital. Tres mujeres, tres horas. Una hora de comer. Una hora de siesta. Dos mujeres, dos horas. Una hora de masajes. Fin de la jornada laboral. Esa era su horario. Una mujer, una hora. En la antigüedad, las clínicas fertilizadoras eran más “estériles”. Pero la situación cambió después de la guerra, y el señor Harrenton tuvo una “visión de negocio”. <<Sólo hay que mirar a la sociedad. Conocerla. Analizarla. Y ofrecerle lo que necesita>> Con esa frase el señor Harrenton ha abierto el “Máster John Harrenton: Creando empresas que dan soluciones” durante los quince últimos años. El setenta y cinco por ciento de los hombres perecieron en la guerra. Del veinticinco por ciento restantes, el diez por ciento estaban enfermos. Demasiadas mujeres y pocos hombres. Sólo una inyección esterilizada de esperma no era suficiente. John Harrenton sabía que no sería suficiente, que las mujeres necesitarían más. Entonces creó “Makersons”. Robert era uno de los primeros “chicos” del señor Harrenton. Cuando volvió de la guerra estuvo en varios trabajos. Barrendero, fontanero e incluso en una fábrica de conservas.
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Ninguno de esos trabajos eran para él. El señor Harrenton le encontró en la calle. Malvendía su cuerpo a todo tipo de mujeres. << ¿Estás contento con esto chico? >> << Mujeres y algo de dinero. No está mal. Lo siento, no acepto hombres >> << No me interesas para eso. Pero puedo ofrecerte más dinero de lo que ganas aquí >> La operación no era un problema para Robert. No le importaba ser estéril. Una vez se planteó ser padre, lo recuerda vagamente. Ella era rubia. Era lo único que recordaba. No recordaba que estuvieron dos semanas encerrados en la habitación. Que la última noche ella le dijo <<Déjame embarazada. Así, si mueres tendré algo para recordarte>>Que él se negó después de pensarlo diez minutos. <<Mejor que no, mi flaca>> dijo. Que se vistió y salió de la habitación. Tenía que presentarse en el cuartel, al día siguiente empezaba su instrucción. La operación era relativamente sencilla. Consistía en una sustitución en sus genitales. Específicamente de sus testículos. Quitabas los suyos y en su lugar introducían unos de metal, vacios. Cada testículo metálico tenía una pequeña boquilla. Algunos de los chicos más nuevos de Harrenton prefieren un único testículo del tamaño de los dos anteriores. A Robert le gustaba por separado. <<Es más natural>>. Antes de entrar de la habitación, Robert se inyectaba los espermatozoides elegidos por la clienta. Usaba dos jeringuillas, una por testículo. La mujer esperaba dentro. Tenía trabajo que cumplir. El negocio del señor Harrenton era sencillo. Las mujeres tenían dos necesidades. Querían ser madre, pero no de cualquiera, y querían tener relaciones sexuales, pero no con cualquiera. El señor Harrenton les solucionaba el problema. Las clientas podían elegir el material genético que consideraban adecuado para sus hijos, como en las clínicas antiguas. Pero no iban a ser fecundadas por una inyección, de manera fría y artificial. Podían disfrutar de una hora satisfaciendo sus más profundos deseos sexuales. Robert disfrutaba haciéndolas disfrutar y encima ganaba dinero. Se consideraba un tipo afortunado. ¿Qué hombre podía disfrutar de cinco mujeres al día? Ella era rubia. Esperaba tapada en la cama. Tendría cuarenta años aproximadamente. No tenía un cuerpo esbelto. Eso a Robert no le importaba, su nariz era “proporcionada”. Eso era suficiente. A Robert no le gustaban las mujeres con nariz “desproporcionada”. Pensaba que en la proporción de la nariz residía la belleza de una cara. Y besar a una cara fea no era agradable. Aun así lo hacía. Era un profesional. Tres feas de cada cinco era la proporción habitual. Había días mejores y días peores. ¿Pero qué hombre podía disfrutar de dos mujeres bellas al día? Ella era bella. Robert entró a la habitación y empezó a desnudarse. Sin baile ni tonterías. Él no era ese tipo de hombre. Lo ponía en su ficha. “Un hombre como los de antes”. Si le habían elegido no podían esperar de él esa clase de cosas. Y se acercó a la cama. - Espera. Quédate ahí. Quiero verte. Su voz le era familiar. Algo se removió por dentro en Robert. - ¿Te conozco? – Había tensión en la voz de Robert. - Nos conocimos hace mucho tiempo. En otro mundo. Éramos personas distintas. - Eso es verdad. Yo no soy el mismo. - Acércate. Siéntate aquí conmigo. Quiero verte más de cerca. – Robert obedeció– Tienes nuevas arrugas y algunas canas. Es verdad. Pero eso no importa. En cambio tus ojos. Tus ojos son muy diferentes. - ¿Por qué? – Robert se sentía triste y estúpido. Desnudo y sentado en la cama al lado de la mujer. Se sentía juzgado. Sentía que la mujer sentía lástima por él. Hacía mucho tiempo que no tenía tantos sentimientos - ¿Por qué tienes lástima por mí?
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Ella se incorporó en la cama y acarició su cara. - ¿Lástima por ti? ¿Por qué crees eso? Mírame. Los años han pasado por mí. No soy la misma. No tengo el mismo cuerpo. Ya no soy tu flaca. ¿Recuerdas? Así era como me llamabas mientras hacíamos el amor durante nuestra quincena. - Aún eres bella. No sé cómo eras antes. No lo recuerdo. No recuerdo casi nada de antes de la guerra. Sólo sé que había una mujer rubia. – Lágrimas caían por los ojos de Robert. – Lo siento, pero no soy el mismo ni puedo serlo. - Yo tampoco podré volver a ser tu flaca. Pero no importa. No es lo que quiero. - ¿Y qué quieres? - No lo recuerdas pero una vez te pedí que me dejaras embarazada. Por eso estoy aquí. Hazlo esta vez. Déjame embarazada. Robert, desnudo y sentado en la cama, pensó un minuto. Luego se levantó y se dirigió a la puerta. - ¿Por qué? – preguntó ella llorando – He pagado. Eres mío. Tienes que hacerlo. Robert recogía la ropa del suelo y se la ponía. - Eres mío. He pagado. No vuelvas a fallarme, por favor. – Las lágrimas recorrían sus mejillas. Robert estaba a punto de salir de la habitación pero se volvió. - Lo siento, pero no puedo. La puerta se cerró.
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Puerto Espiral. Por Irilaya
Es curioso que en Puerto Espiral, una ciudad-espaciopuerto de gran afluencia donde las naves interestelares aterrizaban por doquier, nunca se vieran las estrellas. Situado en el sistema solar 176503, el planeta X-176503 (cobijo de Puerto Espiral y hermano de los planetas Y-176503 y Z-176503) daba vueltas alrededor de una enana blanca a la que todos llamaban Sol por nostalgia. Pero X-176503 (o X a secas, que era como lo conocía todo el mundo) tenía una relación astrosíncrona con Sol y por eso siempre le mostraba la misma cara a la estrella (como ocurriese con la Luna alrededor de la Tierra). De ahí que en Puerto Espiral, ubicado en la parte iluminada del planeta, nunca se hiciera de noche. Ava vivía en la peculiar ciudad donde nunca se ponía el sol. Tenía veinte años, dos meses y cuatro días. Lo sabía porque la cadena que pendía de su cuello desde el día en que la abandonaron en el hospicio de Puerto Espiral tenía gravada esa fecha. No tenía muy claro si había nacido en X o su madre, como los miles de viajeros que pasaban por allí cada día, había desembarcado de una de las naves espaciales y sin saber muy bien qué hacer con ella, la había dejado allí. Pero a ella no le preocupaba demasiado el asunto de su madre (ni de su padre, si lo tenía), lo único que de verdad le importaba era abandonar Puerto Espiral y tomar alguna de esas naves que descendían sobre el desértico X y después volvían a elevarse para perderse en el universo infinito. Y no es que no le gustara el lugar donde vivía. Puerto Espiral era, a pesar de todo, una ciudad interesante, con sus caóticas calles abarrotadas de tiendas y tenderetes, con sus cientos de estaciones de servicio, mecánicos y chapistas, con su mezcla de razas, olores, sabores y culturas. Un lugar en el que lo nuevo y lo viejo se entremezclaban y nada perduraba la suficiente para acordarte de ello diez años después. Lo que ocurría era que Ava tenía un sueño. Y su sueño era visitar las estrellas. La vida no la trataba mal. El trabajo como reponedora de combustible en una de las cientos de estaciones de servicio que poblaban la ciudad era divertido y no la tenía encerrada entre cuatro paredes. Podía permitirse una vivienda propia y algún que otro capricho de vez en cuando. Pero, de todos modos, Puerto Espiral era siempre lo mismo. La gente iba y venía. La mayoría de ellos visitarían la ciudad una sola vez en la vida, de camino a su destino. El resto, los de siempre, regresarían pasados unos meses o unos años, cuando su nave de transporte tuviese que llevar de nuevo provisiones al lugar. Además, dejando a un lado las impresionantes naves espaciales que surcaban sus cielos y de la gran
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afluencia de visitantes que recibían cada día, en X no había nada más. No había museos que visitar, no había lugares a los que viajar, no había paisajes que admirar. Y la vida de sus habitantes se reducía a una eterna rutina, salpicada de efímeros instantes de placer, ya fuera en bares de copas o conectado a alguna plataforma multimedia. Por eso, cuando no tenía nada que hacer, Ava cogía su vehículo cuatro por cuatro (que técnicamente no era suyo, sino de la empresa) y se dirigía a la Cara Oscura de X, donde siempre era de noche y hacía frío, y donde sólo vivían los renegados y los inadaptados (capaces de soportar la crudeza del lugar con tal de no tener que estar con los demás en la ciudad). Allí había nieve todo el año y las temperaturas no subían nunca de los veinte grados bajo cero. Y cuando no había nubes y el cielo estaba raso, podía contemplarse el maravilloso espectáculo de la eterna noche estrellada, con aquel mar de pequeñas lucecitas salpicando la oscuridad, dibujando caprichosas formas sobre su superficie. El sistema solar 176503, rico en agua y con un planeta (X) que poseía las características perfectas para la vida (tanto humana como alienígena), estaba situado en un punto estratégico entre sistemas y también relativamente cerca de un pliegue espacial que conducía a la Vía Láctea. Por todos estos hechos, se había convertido en uno de los puntos de paso más transitados de los alrededores. Todas las naves que viajaran entre ellos tenían que pasar por Puerto Espiral para repostar. Por ese motivo, Ava había crecido rodeada de naves espaciales, de extranjeros venidos de puntos recónditos de la galaxia, de alienígenas y de historias que hablaban de lo grande que era todo más allá de ridículo X. Y todo aquello había ido empapándola, hasta que, con dieciséis años, decidió que tenía que largarse de aquel lugar porque un espaciopuerto no bastaba para saciar su curiosidad y porque universo infinito la esperaba más allá. Por eso, en cuanto tuvo oportunidad, le pidió permiso a Madre Rosa (que era la directora del hospicio) y se puso a trabajar en la estación de servicio Gummi, con la intención de ahorrar el dinero necesario para comprar un pasaje en una de esas naves que hacían escala en el planeta. Ahora, después de cuatro años, el destino estaba elegido y la nave también. Silver Bullet era una nave de carga que hacía el trayecto entre Europa II y X dos veces al año estándar. No solía aceptar pasajeros, pero Ava conocía a su piloto, una mecánica taciturna que repostaba en Gummi y que, a pesar de su carácter, siempre le daba las gracias y le dejaba una buena propina. Según le había contado la piloto taciturna, Europa II no era lugar para grandes aventuras, ya que la mayoría de su superficie estaba cubierta por mar y en las pocas islas secas, dónde sólo había pastos, la mayoría de sus habitantes se dedicaban a criar vacas de lomo verde (una especie muy apreciada por los eneikaris y que en realidad no tenía mucho que ver con las vacas de la Tierra). Pero Ava no tenía intención de permanecer en Europa II mucho tiempo. Simplemente, respiraría el aire de ese planeta, viviría en su propia carne las costumbres de sus gentes, buscaría un trabajo y ahorraría otro poco más para proseguir su viaje, quizás hasta Akai o hasta Greystone. Lo tenía todo listo. La bolsa de viaje con sus pertenencias más valiosas guardada debajo
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de la cama, en su apartamento. Un fajo de billetes escondido en el forro de su cazadora deportiva, aquella de color rojo que se había comprado para una ocasión tan especial como aquella y que tenía una hermosa estrella bordada en la espalda. Y la palabra de la piloto de la Silver Bullet de llevarla hasta Europa II cuando ella quisiera. La nave había llegado a Puerto Espiral hacía tres días y partiría de nuevo en breve en un viaje de dos meses que la llevaría de regreso a casa. Ava no podía esperar el momento de largarse, de iniciar aquella mágica aventura, como todas aquellas que había leído de niña en el lector público de la biblioteca, como todas las de las películas que ponían en el Cine Redondo, situado en lo que antaño había sido la plaza Mayor de Puerto Espiral y ahora era sólo una plaza comercial más, con sus centros recreativos, sus tiendas de recuerdos, sus bares, sus cines y sus clubs. Pero como siempre, y llegado el momento, al poner la mano sobre el pomo de la puerta de su diminuto apartamento, situado en un gran bloque de pisos del Barrio Azul, el pánico la invadió. Y como si un calambrazo la hubiese sacudido de pies a cabeza, la apartó. Miró la puerta, largo y tendido. Había un póster sobre ella. Lo había conseguido en una revista de papel antiguo de las que vendía en Lei’s. Ya casi nadie las compraba, pero siempre habría nostálgicos que preferían el papel a los lectores electrónicos. Era una vista de un lugar lejano. El pie de foto ponía Nuevo Kyoto. Estaba en un planeta llamado Yume, en la Vía Láctea. Ese lugar estaba a centenares de miles de millones de kilómetros de allí. Pero también estaba lejos por otros motivos. Y esos motivos eran los que hacían las distancias insalvables. Siempre se podía llegar a un lugar lejano con los medios necesarios, pero era imposible hacerlo si uno no estaba preparado para ello. Y, por más que le doliera, Ava no tenía lo que había que tener. Daba igual cuanto lo deseara. Daba igual que estuviera al alcance de su mano. La barrera de su mente era infranqueable. Por esa razón dio media vuelta, escondió la bolsa de viaje debajo de la cama, guardó la chaqueta en el fondo del armario y se puso su uniforme de la gasolinera Gummi, un mono amarillo chillón con un parche con su nombre en la solapa. Su turno de trabajo empezaba en quince minutos y debía darse prisa si no quería llegar tarde. Mientras tanto, en la otra punta de la ciudad, y como ya había ocurrido en otras tres ocasiones antes que aquella, la Silver Bullet aguardó hasta la hora indicada de ese día sin fin de Puerto Espiral. Al ver que el tiempo apremiaba y el pasajero de última hora no aparecía, puso los motores en marcha y se dirigió hacia la pista de despegue, que cruzó a gran velocidad, elevándose del suelo al llegar al final y poniendo rumbo al cielo para dejar atrás la atmosfera de X. Y desapareció en silencio, como había llegado.
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Salvaje despedida de soltero. Por Francesc Barrio
Una cacofonía de sonidos martillea su mente de manera atronadora. Una marabunta sonora humana que su mente percibe como una mezcla de millones de insectos zumbando a su alrededor, aderezado con una acurada selección de los mejores ruidos industriales. ¿Moscardones aporreando yunques? Una mezcolanza de olores que asaltan violentamente sus fosas nasales. Vivos, intensos, acres. De personas, animales, comidas, especias, flores, árboles... Un batiburrillo olfativo que le revuelve el estómago. Desorientación. ¿Qué día es hoy? ¿Dónde estoy? Abrir los ojos, sí, necesito abrir los ojos. Imposible fijar un solo pensamiento. Su mente divaga, ¡no!, su mente derrapa sin control. Dolor. Mareo. ¡Abre los ojos! Sí, poco a poco. Céntrate. Un primer intento. Si vas a vomitar mejor que veas dónde lo haces. Max se encuentra tumbado boca arriba sobre algún tipo de superficie relativamente cómoda. En estos momentos es incapaz de discernir poco más. Intenta, con un gran esfuerzo, abrir los ojos. Tiene los párpados pegados. ¿Legañas quizás? Debe haber pasado muchas horas durmiendo. O inconsciente, ¿no? Además, le duele la cabeza horrores. Bien, en realidad le duele todo el cuerpo, como si le hubieran pegado una paliza,. Pero lo peor es la cabeza y eso dificulta aún más la asombrosa hazaña de abrir sus ojos. ¡Aun y así lo consigue! ¡Dios mío shengdí! Todo da vueltas a su alrededor. Alguien ha decidido deformar todo el espacio que le rodea a medida que consigue entrever algo. Mareo progresivo. Apenas ha llegado a ver un techo blanquecino y una holo-ventana con algún paisaje luminoso. ¡Tamade!Si no los cierro me voy a quedar inconsciente de nuevo. Se sume de nuevo en la oscuridad. Se siente mucho más seguro. Incluso le parece que el resto de estímulos sensitivos ya no son tan dolorosos. Ahí dentro, en su cabecita. Así, con calma. Parece que consigue controlar las nauseas, así que decide seguir tumbado, gozando de su rica vida interior. Pero se siente intranquilo, inseguro, y empieza a alarmarse. Tengo que hacer algo. Piensa, piensa... ¿dónde estoy? ¿Cómo puedo saber dónde estoy? - ¡Qingyi, re-activación! - Max tiene la esperanza de que su mini-con se encuentre
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cerca, aún le quede batería y que, como es habitual, la haya dejado en activación por voz. - Buenas tardes Sr. Jiang. Aviso de batería extra-low.- Contesta una agradable voz femenina aterciopelada. - ¡Oh cariño! ¡Cómo te quiero! ¡Geolocalización! - Susurra con voz grave. - Sr. Jiang, usted se encuentra en 436004.5... - ¡No. no! ¡Qingyi corta, corta! Popular, dame una geolocalización popular. - Ordena el joven. - Sr. Jiang, se encuentra en Barcinova, Sector Qingtian, vía Afrodita 215, Pensión Shūshì Shíguāng. ¿Desea ampliar info? - ¿El Plácido Descanso? Tiene gracia la cosa. ¡Qingyi, time! - Son las 14:20 del día 17 de marzo del año 12. ¿Desea ampliar info en agenda? Aviso de batería extra-low. - ¿Qué? Sí, sí, amplía agenda Qingyi – Pide con cierta turbación en su voz ronca. - Próximo evento. 14:30 de hoy. Título: Boda. En Santa María del Mar. Con Adela Kawas y 147 más. ¿Desea oír los 14 mensajes de la Srta. Kawas en su buzón? Tiene 24 mensajes más de ocho contactos diferentes. - ¿Qué? ¿Cómo? Claro, sí, sí, claro. - Las palabras tropiezan en su lengua – Abre los mensajes de Adela, Qingyi. - Fin de batería. Desconexión. - Oh, no. ¡Shenme goupi! No. ¡Vuelve Qingyi, re-activación! - Suplica Max, con voz entrecortada, no obteniendo más que un silencio sepulcral acompañado por el desbarajuste cacofónico del exterior. Alterado, Max intenta incorporarse a la vez que abre los ojos, con el triste resultado ya previsto. Todo a su alrededor se mueve de manera confusa, como si un genio malvado jugara con su percepción con el único fin de marearlo. A pesar de ello, intenta levantarse y se siente extremadamente torpe. Apenas consigue incorporar el torso para apreciar que se encuentra sobre un sencillo camastro, en una pequeña y sucia habitación desvencijada. Va vestido con algún tipo de abrigo peludo. Un sonido estridente le anuncia que, de un manotazo incontrolado, debe haber tirado algo indistinguible cercano a la cama. Los moscardones herreros parecen disfrutar ahora con un concierto para martillo neumático y percutores industriales. Aspira profundamente por la nariz y un olor nauseabundo rellena sus fosas nasales. El mareo llega a su clímax y, abatido, se deja caer de nuevo sobre el cómodo colchón, cerrando los ojos, volviendo de nuevo a la calma de la oscuridad. ¡Malditos hundan!¡Qué cabronazos! Todos ellos, Cheng, Ahmed, Jonas. ¡Maldita despedida de soltero! ¡Jinu, que me caso dentro de diez minutos! ¡Cómo coño lo hago! Tengo que calmarme, calmarme y empezar por el principio. A ver Max, céntrate. Maldito ruido, ¡shenme goupi! A ver, si me calmo seguro que encuentro una solución. ¡Jinu! Adela me va a matar y sus hermanos ni te cuento... Calmarse, calmarse..., pero ese tamade ruido... - ¡Bloquear audio en holo-ventana! - Intenta gritar, pero le sale una especie de ronquido ahogado. Se aclara la voz y repite la orden -. ¡Bloquear audio en holo-ventana! Max tiene la esperanza de que la ventana se accione por voz y así poder bloquear totalmente la captación de audio exterior. Pero el sonido ambiental sigue llegando igual. Enseguida tiene una idea: - ¡Zuò yīnpín quánxí shìchuāng! - Repite la orden en chino, consiguiendo que el volumen del sonido exterior se reduzca a cero. Ahora con más calma, Max intenta poner orden en sus pensamientos. De nuevo, una posición relajada con los ojos cerrados aleja los embates del mareo, por lo que confía en
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poder centrarse y empezar a decidir como salir airoso de ésta. Bien, es sencillo. Supongo que podré comunicarme con la recepción de la pensión por el remoto. Les pido que, para empezar me traigan un puñado de activadores para el jodido dolor de cabeza y las nauseas. Ya operativo, me visto. Bueno, si me han dejado algo de ropa, si no compro lo que sea por aquí. Mierda, ¡shenme goupi!. No tengo mini-con. Es igual, de momento paso de ella, si me han dejado el traje la recargo, si no, paso. Y salgo pitando como sea a la iglesia... ¡Zhe jinu! ¡Pero qué cojones me hicieron! Me deben haber dejado aquí tirado..., pero no recuerdo nada... Salimos todos de casa de Jonas después de cenar, pillamos una cápsula del Guan hasta los suburbios del Sector Mar y allí estuvimos en dos o tres tugurios bebiendo y enchufándonos activadores y estims. Seguro que había alguna cosa más pero los estims ya nos pusieron bastante cachondos. Así que estuve exigiendo mi stripper y los tres no paraban de reírse y de prometerme una sorpresa cojonuda. Pero de sexo nada. Y seguimos dándole. Entonces creo que tomamos otra vez el Guan, o quizás pillamos un taxi hasta... No sé, para entonces ya iba bastante mal... - ¡Kāifàng de gōutōng yǔ jiēdài! - dice Max elevando la voz pidiendo comunicación con la recepción. Por primera vez es consciente del tono de voz fuerte, grave y profundo que sale de su garganta. - Shuō, Jiǎng xiānshēng – responde una eficiente voz masculina con acento de vieja familia de Qingtian. - Sí, buenas tardes. ¿Podrían traerme unos activadores mentales a mi habitación, por favor? - Dāngrán, Jiǎng xiānshēng. - En unos instantes, tendrá los fármacos y en pocos minutos se encontrará totalmente preparado para la acción. Dedica los minutos que le quedan a relajarse, entornando levemente los ojos. Y sigue dándole vueltas a la última parte de la despedida de soltero que sigue sin poder recordar. No tiene que esperar mucho para que alguien llame a la puerta. - ¿Xiānshēng Jiǎng? - pregunta una voz masculina, parece joven. - Sí, sí, un momento, por favor. Ahora abro. Max se reincorpora lentamente sin decidirse a abrir los ojos. Una vez ha conseguido ponerse en pie y estabilizarse, se envalentona y abre los párpados suavemente, con éxito. Parece que el sistema funciona y es realmente estable. Lo primero que percibe es ese hedor nauseabundo. Parece provenir de su propio cuerpo. Bien, en cuanto me quite el disfraz que me colocaron esos hundan me doy una buena ducha. Da unos primeros pasos, tambaleantes. La pequeña habitación parece haber sido asolada por un ciclón. Poco antes de llegar a la puerta, pasa ante el holo-espejo y se detiene un segundo para darse un repaso. Gran error. Lo que ve reflejado en la pantalla está muy alejado del gran estropicio que Max se espera. De ninguna manera hubiera imaginado la situación en la que se encuentra. El holo-espejo le retorna la imagen de una gran simio, con largo y denso pelaje rojizo y con cara de absoluta perplejidad. Se queda paralizado ante ¿su? imagen. El chico de la pensión vuelve a golpear la puerta clamando su nombre, pero Max ya no escucha nada. Tan solo es capaz de levantar la mano derecha, lentamente, observando el movimiento reflejado. Alcanza su cabeza, grande y seria, y se rasca, fascinado, la coronilla. Y empieza a tener flashes del resto de la fiesta, del viaje en taxi hasta un oscuro sótano
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de Qingtian, de cómo lo convencen para que “¿todos?” transfieran sus patrones mentales a cuatro orangutanes, para bajar luego a liarla al puerto, descubrir al salir de la cápsula de transferencia que le han tomado el pelo y es el único que de verdad se ha transferido. ¡Pero qué divertido era! Y fiesta, y más fiesta... ¿Soy un puto mono? En la puerta, los golpes y la insistencia del joven camarero se ven aderezados por las risas y los comentarios jocosos de tres voces que le suenan reconocibles. Adela lo va a matar.
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Set the Controls for the Heart of Nelia. Por Sabishii http://sabix5.deviantart.com/
Neila me había llamado para quedar. Estaba histérica. Llegué antes que ella a la cafetería acostumbrada, para asegurarme de que cuando se sentara, el café ya estuviera sobre la mesa. —Lo de siempre, por favor. —¡Marchando una cafetera! ¿Otra cita que ha salido mal? —Eso me temo. A ver qué me cuenta esta vez. Neila llegó justo cuando la cafetera. Era una cafetera literal, no se trataba de ningún nombre en clave. Neila se bebió un litro de café de golpe, aunque derramó la mitad sobre su vestido nuevo. Era un vestido blanco con ribetes y lacitos, muy adorable, incluso después de haber sido salpicado con todo ese café. La joven se comió los posos también, eran su parte favorita. —¡Estoy nerviosa estoy nerviosa! —Neila rompió a llorar. —Tráiganos otra, por favor —le dije. —Por supuesto —se llevó la cafetera y en seguida nos trajo otra. No sabría decir si la tenía preparada por casualidad, o por si acaso. Pedir una cafetera entera, con posos y todo, era tarea ardua en la mayoría de cafeterías, y por eso aquella era nuestra predilecta. Neila engulló la segunda cafetera con el mismo estilo con que hiciera con la primera, se comió los posos de un bocado, y por fin se tranquilizó. —¿Por qué nadie quiere salir conmigo? —sollozaba— ¡La culpa es mía por ser siempre sincera! —¿Y qué verdad espantó a tu ligue esta vez? —Verás —explicó, mientras se calmaba— me preguntó cómo me gusta la comida. Y yo le dije, pues la verdad, que me gusta que sangre. —Bueno, a cualquiera le puede gustar la carne poco hecha, ¿es eso tan malo? —Es que… también le dije que me gustaban los huesos. —Vaya, pero si el caldo está hecho a base de huesos, no veo qué tiene eso de raro. —Y, ya cuando huyó, fue cuando le dije que, como más me gusta la comida, es cuando grita clemencia mientras me la como. —Ah. Pues… no sé, estos chicos de hoy en día, que son unos especialitos. —¡Eso pienso yo! Pero —inquirió, mientras yo bebía mi café, normal, en una taza normal, a una velocidad decente. Y, por supuesto, sin posos— ¿en este planeta a los machos no os excita que las hembras se coman a sus presas vivas? —Eh... no. Eso a los humanos nos resulta un poco.... heavy. —¿Heavy? ¿Como esa música que se parece a la música relajada de mi planeta, que sólo escuchan los muy viejetes? —Sí. Aquí se dice cuando algo es como muy bestia, muy radical —me miró sorprendida—, es que para nosotros no es música relajada. —Me cuesta adaptarme a vuestras costumbres, en serio, qué especie más rara. —No te preocupes, lo conseguirás. ¿Por qué no vamos a dar una vuelta? —Está bien. Déjame invitar a mí. No, no te preocupes, en serio, tengo muchas monedas. De mi cena de anoche.
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Pagó y nos fuimos a su casa a que se cambiara de vestido, pues la mancha de café era descomunal. Tardó poco en cambiarse, y salimos a dar una vuelta por el bulevar. El viento mecía sus suaves cabellos dorados bajo un enorme sombrero blanco con un lazo que tenía una enorme cinta que caía por su espalda. Sus ojos cian refulgían reflejando el sol. Su vestido y su falda eran blancos. Todo en su armario era blanco, salvo un par de prendas amarillas. En su espalda había un enorme lazo, y sus piernas resaltaban gracias a los tacones de sus lustrosas sandalias abiertas. Caminaba dando vueltas a mi alrededor, como una niña hiperactiva. —¿Y crees que me querrá algún chico? —Yo te quiero. —Pero no quieres salir conmigo —se enfurruñó—, bueno, al menos no te doy asco. Porque no te doy asco, ¿verdad? —Por supuesto que no, eres adorable. Solo que hay costumbres humanas que, bueno, deberías adoptar, si quieres parecer elegante. —¡En mi planeta soy muy elegante! —Pero no estamos ahí ahora, cariño. —Ya... ¡Oh, mira, ese chico es muy apuesto! Vamos, cógeme del brazo, ¿a qué esperas? Que si no no parezco interesante. Cuando el chico estaba a unos metros, Neila se paró y le guiñó un ojo. —Hola, guapa —dijo el chaval—, qué lástima que tengas novio. —Jiji, no, la verdad es que no es mi novio —se ruborizó, giró uno de sus pies, como hacen las niñas, para acompañar el gesto, y se soltó de mí, como si yo fuera un incordio— me interesaría conocer a un chico guapo, como tú, jijiji. —Vaya —el chico adoptó una pose chulesca— pues a mí me encantaría también conocer a una chica como... oh, ¿qué es eso que se acerca a tí por el suelo? ¡Una cucaracha! ¡Qué asco! ¡Déjame que la mate! El chico fue a propinarle un pisotón a la cucaracha, pero Neila emitió un sonoro “¡NO!”, empujó al chico, y cogió la cucaracha del suelo con su lengua, al estilo de las ranas. —Eh, cielo... el chico... —le dije, señalando al chico, que estaba en el suelo. Neila emitió un sonido de queja, y se acercó al chico, con la lengua y la cucaracha colgando de su boca. Gracias a su saliva paralizante, la cucaracha estaba muerta ya. Tuvo que cruzar la calle, ya que el empujón había arrojado al chico a la otra acera (la pobre chiquilla aún no controlaba la diferencia de fuerzas entre su especie y la humana), y le ayudó a levantarse. El chico estaba medio inconsciente por el golpe, y cuando se recuperó, lo primero que vio fue a Neila engullendo la cucaracha. Al ver la chica que el joven estaba bien, su primer impulso fue disculparse, pero para cuando lo hizo el chico ya había huido calle arriba al grito de “¡monstruo, monstruo, aléjate de mí!” Me acerqué a mi amiga. —Lo siento —le dije. —¿Qué es lo que hago siempre mal? —lloraba. —Eh... —le hice un gesto con las manos, para que se quitara una de las patas de la cucaracha de la comisura del labio. —¿Qué? ¿Acaso los humanos no picáis entre horas? —Sí, amor, pero... no sé... patatas fritas, aceitunas... nada que se mueva, ni que esté en la calle. Ni que de tanto asco como una cucaracha. Seguimos paseando. —Es que a los humanos todo os parece mal. Que si no comas insectos en una cita, que si no mates gente y te la comas en una cita, que si no paras en una cita. —Espera, ¿que si no qué? —Parir, engendrar un hijo. Es algo normal, ¿no? —Eh, pues... no tanto. Y menos en una cita. —¿Los humanos no ponéis crías varias veces al mes?
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—Rayos, no. Y... ¿cómo fue exactamente? —Pues como es normal en mi planeta. Vomité a mis larvas, y las arrojé por una alcantarilla. Acto seguido, fui a besarle, pero por alguna razón, no quería. —¿En tu planeta tiráis a vuestros hijos al alcantarillado? ¿No los criáis? —¿Criar a los hijos? ¿Los cien años que tardan en eclosionar? ¡Menudo coñazo! —¿Cien años? ¡Eso es lo que vivimos los humanos! —¿En serio? Ahora entiendo que siempre llevéis tanta prisa. Pues no, nuestras crías eclosionan solas, crecen solas y aprenden a manejarse solas. No me puedo creer que aquí criéis a vuestras crías. Qué especie más débil. —Bueno, de hecho se llaman crías un poco por eso. ¿Y dices que tiras larvas por la alcantarilla varias veces al mes? —Así es. —¿Y qué harán cuando eclosionen? —Crecerán, cosa que les llevará unos 45 años. Adoptarán forma de alien, pues sólo las reinas tenemos esta forma. Es gracioso cómo la etapa suprema de mi especie se parece tanto a una especie tan inferior como la tuya. Y luego, pues tendrán que alimentarse. —¿De qué? —¿Pues de qué va a ser? ¡De humanos! Pero no te preocupes, tú eres mi amigo y te quiero, ellos no podrán tocarte. Estás impregnado de mi olor, aunque te duches. —¿En serio? Yo no huelo nada. De todas formas, creo que yo ya estaré muerto cuando ese día llegue. ¿Cuantos hijos puedes llegar a tener? —Varios cientos, ¿por? —Vaya, entonces me alegro de no estar aquí para verlo. Oye —le pregunté, al ver que la idea de que yo me fuera y ella permaneciese aquí unos siglos más la había puesto triste— ¿y qué pasó con Richard, ese chico con el que salías cuando nos conocimos? ¿No te aceptaba pese a tus costumbres extraterrestres? Nunca me llegaste a contar qué pasó. —Sí, era ideal —suspiró con nostalgia, llevándose los puños al mentón—, aceptaba todo lo que yo hacía. Me quería. Oh, y yo a él. Mucho. Tanto que le hacía todo lo que me pedía. “Hazme tortitas, Nei”, yo se las hacía. “Quiero un masaje en los pies”, y yo se lo daba. “Me gusta que me arañen la espalda cuando hago el amor” —sollozó— y, claro, ¿por qué iba a no hacerlo? Yo era su novia, y le quería. Tampoco es nada del otro mundo arañarle la espalda a tu pareja mientras te la tiras. Pero como me decía que más fuerte, que más fuerte, y con las uñas no podía oprimir más fuerza, pues... —Oh, cielos. —¡Pensé que era una buena idea! Que le gustaría... —sacó sus garras y las examinó— ¿tan voluminosas son? —Cariño, podrías atravesar a una persona con facilidad con eso. —Ya me di cuenta... tarde. Por cierto, la semana que viene va a hacer un año ya. ¿Me acompañarás a llevarle flores? No podría hacerlo sola, me pondría muy triste. —Cuenta con ello. Paseamos hasta que se puso el sol, cogidos de la mano, apaciblemente, hablando de esto y de aquello. El resto de la tarde transcurrió con total tranquilidad, salvo por un par de moscas posadas en brazos de transeúntes que Neila tuvo que cazar con su lengua, provocando parálisis en dichos brazos, y, bueno, aquel gato que estaba subido a un árbol y que, como la niña tenía antojo, tuvo que saltar sobre él, arrancarle la cabeza de un mordisco, y cargar con el resto del cuerpo, sangrante, bajo el brazo, hasta su casa. Lo cierto es que pese a sus excentricidades, Neila era una chica muy dulce, nunca entendí por qué los chicos la rechazaban. Neila cerró el libro de su amigo y dejó flores en su tumba. Habían pasado varias decenas de años desde que el libro fuera publicado, y unas cuantas menos desde que su amigo falleciera. En él contaba la historia de su amiga extraterrestre. Todos pensaron que era ficción, pero no. Al salir del cementerio, se encontró con un hombre en la entrada que leía
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aquel libro. De una alcantarilla, salió uno de los hijos de Neila y le arrancó un brazo de un mordisco. —Niños... —dijo Neila. Su aspecto era el mismo que el descrito en aquel libro, pues su especie envejecía mucho más despacio que la humana—. Así que ya ha empezado. Miró hacia el horizonte. Las calles comenzaron a llenarse de aliens, sus hijos, que mutilaban y engullían seres humanos por docenas. —Ojalá estuvieras aquí para ver a mis niños —musitó—. Tú fuiste el único ser humano que me aceptó pese a lo que soy. Eres el único al que no me habría comido. Oh, y hablando de comer —se acercó al hombre del libro, que sangraba y gritaba— ¡yummy!
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Una pieza. Por David Romero Blaya http://subcultura.es/user/Platov/
Acorazados, cruceros, infiltradores, naves de asalto... Todos hemos presenciado cientos de batallas estelares donde los protagonistas son esos enormes navíos flotando en la ingravidez del infinito. Naves espaciales pilotadas en su interior por valientes hombres y mujeres que dan su vida para mantener la frágil paz en la que viven los habitantes de su planeta natal. Pero en esta historia, los protagonistas no son ellos. No. ¿Os habéis preguntado alguna vez quiénes son los responsables de la construcción de estas naves? Su nombre es Magnus. Como cada fin de ciclo, Magnus es despertado de su sueño en el habitáculo que la empresa donde trabaja, Astilleros Venetia, proporciona a todos sus trabajadores. Magnus consiguió este contrato a través de la oficina de empleo de la República Federal de la Tierra. Él quería algo relacionado con su formación, profesor de historia, pero el dinero escaseaba en su cuenta corriente y tuvo que aceptar ese puesto de ensamblador en la estación espacial que Venetia tiene en la órbita de Dux IV. Un trabajo agotador con un sueldo con el que puede ir tirando. Lo malo es que solo puede descender a la superficie del planeta dos semanas al año y eso, al final, cansa. Pues como cada fin de ciclo, como iba diciendo, Magnus es despertado por la voz de la IA de la estación, que sonaba a la típica teleoperadora idiota. -¡Buenos días, Magnus Carpenter! ¿Ha dormido bien? Magnus miró al altavoz de donde provenía la voz con cara de pocos amigos. -Si a tener que soportar durante toda la “noche” el ruido de la dársena a la que está pegada la pared de atrás de tu habitáculo lo llamas “dormir bien”, sí, he dormido bien. -Veo que conserva el sentido del humor. Eso es bueno. A Venetia le gusta que sus empleados se levanten con una sonrisa en la cara-dijo la IA, terminando su frase con una risa mecánica. Magnus maldijo en voz baja al tipo que programó a la estúpida máquina. -Esta mañana ha sido asignado a la dársena 3. La nave que se está construyendo es una fragata torana. Magnus arqueó una ceja. -Toranos. ¿No sería mejor dejar que construyan sus naves ellos solos? Si hacen el ridículo en todas las guerras en que se meten, al menos que lo hagan con sus propias naves. -¿Perdón? ¿Cómo dice?-preguntó la IA. -No, nada-contestó Magnus mientras se lavaba la cara en el pequeño lavabo del habitáculo.
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Al igual que el resto de empresas armadoras, los Astilleros Venetia fabrican naves para todas las razas conocidas en el universo. Se daba el caso de tener contratos con razas que estaban en guerra entre ellas. Podías viajar a la dársena de al lado y ver como fabricaban la nave del enemigo al que juraste destruir. Todo sea por los beneficios. Lo del cambio de dársena todos los ciclos era para evitar que los trabajadores se aburriesen en el trabajo y siempre estuvieran atentos, algo que a Magnus le parecía una estupidez: por lo menos, que les dejasen aburrirse en el mismo sitio. Magnus salió de su habitación después de que la IA le recordara que no olvidara su digitopad y de desearle un día productivo. Como el resto de trabajadores, nuestro protagonista se dirigió a la parada más cercana de los vagones automatizados que transportaban al personal a las diferentes instalaciones de la estación. Los pasillos estaban llenos de carteles informativos con dibujos caricaturescos de humanos y alienígenas con mensajes estúpidos de lo importante que era la higiene o la comunicación en el trabajo. Magnus no les hacía ningún tipo de caso. Al rato, llegó a la parada, donde se encontró con uno de sus mejores amigos, Frashel. -¡Hey! ¿Qué hay, Frashel? -¡Hola, Magnus! ¿Cómo lo llevas?-Frashel chocó uno de sus tentáculos con el puño de Magnus en señal de amistad. Frashel era un daravadio: una raza de cefalópodos parecidos a un calamar del tamaño de un humano adulto. En realidad, Frashel estaba hablando en daravadio pero a los ejecutivos de Venetia les pareció buena idea implantar un chip traductor en el cerebro de sus empleados para ahorrar costes en clases de idiomas. -Ahí ando-contestó Magnus-. Me acaban de asignar a una fragata torana. ¿Y tú? -Tengo que ponerme tentáculos a la obra en un holograma de camuflaje para un infiltrador zorso- dijo Frashel. Si en algo destacaban los daravadios era en cuestiones de alta tecnología. -¿Sí? ¿Y qué han pedido? -Que parezca un trozo de asteroide. -Los zorsos y su falta de imaginación. -Sí. Es lo que tiene pertenecer a una raza con mente de colmena. En fin, ahí llega mi vagón. ¿Nos vemos luego después del trabajo? -Sí. Te esperaré en la cantina. -Vale. Nos vemos- Frashel se subió a su vagón. Magnus solo tuvo que esperar unos pocos minutos después de la partida de su amigo para coger el suyo. El ciclo de trabajo transcurría con total normalidad para Magnus: ensamblar piezas, pedir permiso al supervisor para ir al aseo, una reducción de dos créditos del sueldo por tirar un bote de aceite para máquinas clandoriano, con la subsiguiente bronca del supervisor, etc. Cuando estaba colocando el tornillo número 300 del revestimiento de la fragata, su digitopad emitió un zumbido. Se echó mano al bolsillo del mono para sacarlo y descubrió el siguiente mensaje: HA SIDO REASIGNADO DEBIDO A UN PEDIDO DE EMERGENCIA DIRÍJASE A LA DÁRSENA 5 CONTACTE CON SU SUPERVISOR PARA PODER ABANDONAR SU PUESTO DE TRABAJO QUE TENGA UN DÍA PRODUCTIVO
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Si había algo que odiaba Magnus eran las reasignaciones en mitad del trabajo. Eso y los pedidos de emergencia. Las naves bajo este título debían ser construidas en una semana o menos ya que estaban destinadas a viajar al campo de batalla nada más salir de la fábrica. Con mala gana, se dirigió hacia su supervisor y le enseñó el mensaje. Este dio el visto bueno y el ensamblador se dirigió a la parada de los vagones. Se montó en el primero con destino a la dársena 5. El vehículo iba atestado de otros trabajadores reasignados al mismo lugar. Por suerte, se encontró con Frashel. El daravadio saludó al humano. -¿A ti también te han reasignado a la cinco?-preguntó. -Sí-contestó Magnus con mala gana-. En el último momento, como siempre. -Igual que a mí. ¡Je! Por lo menos, no vamos a verle el careto a los capullos de nuestros supervisores. -Eso es cierto-afirmó Magnus con una sonrisa-. Lástima que nos han fastidiado el plan para después. -Sí. ¡Estúpidos pedidos de emergencia! El vagón llegó a la dársena 5, donde todos los trabajadores desembarcaron. El lugar siempre estaba siempre vacío ya que se reservaba para esta clase de cometidos. Todos los trabajadores se colocaron delante del muelle de observación donde estaba el supervisor de la dársena, el señor Gront. Gront era una de los supervisores más veteranos de la estación, con lo que tenía el privilegio de vigilar el trabajo de la dársena 5. Nadie podía reprocharle nada a Gront sobre su buena suerte ya que era un amasquiano, lo que significaba que nadie se metería con un oso bípedo de 2 metros de altura y 150 kilos de peso. El ursoide sujetaba entre sus garras su digitopad que, debido al tamaño de estas, parecía uno de esos de juguete que se regalaban a los niños el día de la Fiesta Universal Anual de Intercambio de Regalos. -¡Bien, holgazanes, escuchadme atentamente!-gritó Gront de manera estentórea. Los amasquianos no tenían que esforzarse mucho para emitir semejantes berridos- ¡La República Federal de la Tierra ha entrado en guerra contra el Rectorado de Karmaraton! -La República ha entrado en guerra con otra raza. Que raro- dijo entre dientes, con sorna, Magnus, lo que hizo que Frashel riera por lo bajo. Gront seguía con su discurso. -¡La República nos ha pedido que construyamos un superacorazado clase Agripa! ¡Lo quieren para antes de esta semana! ¡Vuestras asignaciones acaban de ser descargadas en vuestros digitopads!¡Así que poneos a trabajar ya! Los trabajadores echaron un vistazo a sus ordenadores de bolsillo y se pusieron a trabajar en el proyecto. -Adivina, me ha tocado ensamblar el blindaje de la nave- le dijo Magnus con ironía a Frashel. -Pues a mí me ha tocado programar los sistemas de apuntado- respondió el daravadio. Los días pasaban. Los trabajadores daban lo mejor de sí mismos para que todo estuviera terminado en el plazo estipulado. Varios miembros del personal médico rondaban por entre los andamiajes,
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verificando el estado de salud de los trabajadores. En mitad de su labor como ensamblador, el señor Gront chilló a Magnus. -¡Tú, Carpenter! ¡Sustituye a uno de los mecánicos del motor de salto! Magnus se giró y gritó al ursoide. -¡Pero yo no tengo ni idea de eso! ¡Yo solo ensamblo corazas! ¿No lo puede hacer otro? -¡Los demás están ocupados en las otras dársenas! ¡He dicho que lo sustituyas! ¿Acaso quieres perder tu empleo? ¡Ya! Magnus soltó su atornillador entre maldiciones y descendió del andamio hacia el interior del esqueleto de la nave. Allí se encontró con varios mecánicos trabajando en el motor. Uno de ellos le habló. -¿Así que vienes a sustituir a Ryan? ¡Bien! Necesitamos que ensambles el condensador de flujo con la matriz principal. -¿Lo qué?- Magnus tenía la sensación de que su chip de traducción no funcionaba bien. -¡Qué unas esta pieza con esta otra!-gritó el mecánico mientras señalaba dos aparatosos apéndices que colgaban del motor. -¡Ah, vale!- sin saber que es lo que estaba haciendo, Magnus introdujo la boquillas de una de las piezas en la otra- ¿Así? -¡Sí, perfecto! ¡Ahora, quédate aquí y ve pasándome lo que yo te diga! Tras unas tediosas horas, los mecánicos finalizaron con el motor. Magnus pudo irse y seguir con su trabajo como si nada. Y llegó el día. Tras fatigosas jornadas de trabajo, el superacorazado estaba terminado. Dado que iba a viajar a la batalla ese mismo día, en la dársena se presentó toda la tripulación para embarcar. El capitán agradeció al señor Gront sus esfuerzos sin ni siquiera mencionar a los trabajadores. El tipo se montó en la nave y salió a toda velocidad hacia su destino. -Ni tan siquiera nos han dado una medallita- dijo Frashel. -¡Bah! ¡Olvídalo!- dijo Magnus- Vamos a comer algo. El humano y el daravadio marchaban hacia la parada para coger el siguiente vagón hacia la cantina cuando se toparon con el mecánico del motor de salto. Este saludó a Magnus. -¡Eh, amigo! ¡Buen trabajo ayudándonos! Por cierto, ¿te acordaste de sellar el condensador de flujo y la matriz con plastiderio? A Magnus esa última palabra le sonó a chino. Desconcertado, el ensamblador dijo lo primero que se le vino a la cabeza. -Eh... Sí, lo hice, sí. -Bien, me alegro. Nos vemos. -Adiós- dijo Magnus con un gesto de extrañeza en su rostro. -¿Quién era ese?- preguntó Frashel. -El mecánico jefe del motor de salto del Agripa. -¿Crees que lo que te ha preguntado era importante? -¡Y yo que sé! ¡Anda, vamos! El vagón hacia la cantina está a punto de salir. Una gran batalla.
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El buque insignia de la República Federal de la Tierra, el “Acheron”, un superacorazado de la clase Agripa recién salido del astillero, apoyaba a la flota que se enfrentaba a la armada de la muerte del Rectorado de Karmaraton. Aunque la nave terráquea era lo mejor en cuanto a ataque y defensa, nada podía hacer contra las pequeñas y rápidas bionaves del rectorado. El capitán, no queriendo correr ningún riesgo de perder a su preciada nave y a la tripulación, ordena el repliegue de la flota hasta el sistema más cercano. El navegante intenta accionar el motor de salto pero este no responde. El capitán abre el intercomunicador y contacta con el jefe de ingenieros de la nave para preguntarle qué es lo que está pasando con el motor. Después de revisarlo, el ingeniero afirma que las conexiones que conectan el condensador de flujo con la matriz se han separado en el salto desde el astillero porque alguien no las ha unido con plastiderio. El capitán ordena que se haga algo pero para cuando el jefe de ingenieros da la orden, el reactor de la nave entra en fase crítica. Con un espectáculo de luz y color para los karmaratonianos, el “Acheron” explota por secciones hasta que es reducido a un montón de chatarra flotante. La República Federal ha perdido a una de sus mejores naves nada más salir del astillero. Y todo por una pieza mal ensamblada.
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#EvaPlaysOtomes Hatoful Boyfriend
¡Feliz año nuevo a todos! Espero que los Reyes se hayan portado bien con vosotros. En mi caso, me han traído recuerdos nostálgicos y es que siempre pienso en el mismo juego cada Navidad desde que lo jugué en hará un par de años... ¿Que de qué juego hablo? Del date sim más surrealista y destroza-vidas al que me he encarado nunca, en el cual el objetivo de nuestras conquistas van a ser un buen grupo de pájaros. ¡Allá vamos con la reseña! INFORMACIÓN GENERAL Título: Hatoful Boyfriend. Compañía: MIST[PSI]PRESS. Idioma: Inglés. Plataforma: Windows y Mac. Datos extra: Lo que empezó como una broma del April Fool’s Day, acabó siendo desarrollado como videojuego por la japonesa Moa Hato en 2011, siendo traducido al inglés por Nazerine. En Navidad de 2012 sacaron también una secuela, Hatoful Boyfriend HolidayStar y, a parte, la franquicia también tiene tres Drama CD y hasta un manga. ARGUMENTO Hiyoko Tosaka es una chica bastante peculiar: vive sola en una cueva, es una cazadora- recolectora a la que le gusta la carne roja para desayunar... Aunque lo más relevante que hay en su vida es que asista a St. PigeoNation, una academia privada muy exclusiva donde asisten los más talentosos pájaros de todo Japón. Sí, pájaros, y es que Hiyoko es la única humana que asiste en esta prestigiosa escuela de palomas. Dentro de los muros de St. PigeoNation, nuestra heroína vivirá un día a día de estudiante normal, donde conocerá y se relacionará con sus compañeros y profesores…. ¡e incluso se unirá a clubes, participará en eventos, conseguirá un trabajo de verano o puede que hasta encuentre el amor! Hasta ahí todo puede parecer normal. O todo lo normal dentro del toque surrealista de “todos son palomas menos yo”, pero Hiyoko vive en un mundo donde los pájaros han evolucionado tanto que han acabado siendo una raza igual de inteligente que la humana. ¿Que no os convence esta explicación? Si jugáis vais a ver que detrás de ésta hay más, mucho más, y es que el mundo de Hatoful Boyfriend esconde muchas cosas. La mayoría de ellas distan mucho de ser bonitas.
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#EVAPLAYSOTOMES HATOFUL BOYFRIEND
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Ryouta Kawara:
Kazuaki Nanaki:
El amigo de la infancia de Hiyoko, se conocen prácticamente desde que él rompió el cascarón. Es alegre, amable y responsable; aunque tiene problemas de estómago con regularidad y muchas veces tiene que estar en la enfermería. Debido que su madre está enferma, siempre va de un trabajo para otro para mantenerla, ya que es su única familia. Sus trabajos incluyen el travestismo muchas veces. Muchas, muuuuchas veces... Aunque, eh, el vestido de maid le queda divino. Especie: paloma bravía.
Profesor de matemáticas y tutor de la clase de la protagonista, siempre anda sonriendo apaciblemente y es un maestro muy brillante. ¡Ruta del profesor inteligente, bien! Pues por lo que le vais a recordar más es por su narcolepsia; y es que se duerme cada dos por tres en los momentos más oportunos. Añadidle a la mezcla el hecho de que se duerme con los ojos abiertos... Pero como interés romántico es importante mencionar que concede el drama que toda pareja profesor-alumna debe tener. Especie: torillo.
Sakuya Le Bel Shirogane:
Yuuya Sakazaki:
¡Mira a quién tenemos aquí, al estudiante de intercambio francés! Lo echabais de menos, ¿no? Pues esta elegante paloma, medio francés medio japonés, es el heredero de la noble familia Le Bel. Va por la escuela señalándolos a todos como plebeyos, mirándolos por encima del hombro y recordándoles su propio linaje. Incluso a su medio hermano. ¡Y que no se me olvide mencionar que es el presidente del consejo escolar y que es un virtuoso del piano! Lo tiene todo... Especie: paloma cola de milano.
Dos palabras: “sexy and suave”. Yuuya es el senpai ligón del colegio, galán con las chicas y con la reputación de ser un donjuán. Le tira los tejos a la heroína y si no te haces su ruta puede hacerse pesado, pero si decides ir a por él, te robará el corazón con su zalamería de galán de manual. A parte de eso, es medio hermano de Sakuya, por parte de madre, y trabaja como ayudante en la enfermería. Especie: paloma cola de milano.
Nageki Fujishiro:
Shuu Iwamine:
Un alumno de primer año callado y solitario, la típica rata de biblioteca. Nunca mejor dicho, porque no será rata pero sí se tira todo el día en la biblioteca de la escuela. Se ocupa de la organización de ese lugar y no se relaciona con nadie salvo los libros, aunque no parece que le moleste. Aunque al principio se muestre borde con Hiyoko, a base de verse se va abriendo poco a poco. Tiene unos gustos literarios muy distintos de los de la heroína, la cual lee libros de palomas Nicobar que son tsunderes... Especie: paloma huilota.
Personalmente, este es el plato fuerte. Es el doctor del colegio, aunque tiene una mala reputación de aúpa. Tiene el aspecto de un científico loco y una personalidad fría, calculadora y calmada. Ya ni me acuerdo de las veces que amenaza a alguien para que no lo molesten y no le gustan las bromas si no las hace él. Pero a diferencia de lo que pueda parecer, es toda una eminencia en el campo de la medicina. Por internet lo definen como el “doctor yandere” y no lo descartaría, así que si buscabais una ruta de este tipo... Adelante. Especie: perdiz roja.
Okosan:
Anghel Higure:
El alumno número uno del equipo de atletismo, va por el colegio corriendo como un cohete. No, en serio, corre más rápido que vuela. Es hiperactivo y el término raro se queda corto con él; sin mencionar que está obsesionado con el pudding. De hecho, su sueño es encontrar al Gran Dios del Pudding, un flan gigante de siete colores, y en sus desvaríos arrastra a la heroína todo lo que ella se deje arrastrar. No es tan inteligente como las demás palomas, así que sólo habla con Coos y es mucho menos racional. Especie: paloma cola de milano.
¡Ruta secreta de turno! Aunque... ¡Buf! Anghel es un personaje poco serio que suele entrar en escena rompiendo ventanas y hablando en monólogos rebuscados sobre sus mundos de fantasía. Es que vive en su propio universo de RPG; por lo que nunca llamará a nadie por su nombre, sino que para Anghel cada persona que conoce representa un papel en el juego de rol de su mente. Acostumbraos a que os llamen Edel Blau. Aunque cuando se le conoce más, veis que dentro de esta amalgama de fantasías inventadas hay un chico al que le gusta dibujar manga y sueña con publicar su trabajo. Especie: paloma corazón sangrante de Luzón.
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RESEÑA PERSONAL: ¿Qué os voy a decir más? Es mi date sim favorito, lo cual puede significar dos cosas: o es un juego extraordinario al contrario de lo que pueda parecer, o mis gustos están más que rotos. Yo creo que son ambas cosas. Si os soy sincera, su gran punto fuerte es el argumento. Este juego es una gran crítica a los date sims y todos sus tópicos, y a medida que te encuentras con estos clichés desgastados ves como el mismo juego se ríe de ellos. Porque, ¿qué más da si son chicos o palomas cuando hemos venido aquí a ligar? Y lo mejor de todo es que, cuando crees que el juego no irá más allá de ser una crítica con palomas... Va y te sorprende. Al conseguir todas las rutas se te abre la opción de jugar a la ruta del “Hurtful Boyfriend” y te encuentras con mil spoilers, giros argumentales apabullantes, momentos de verdadero drama o suspense: la guinda del pastel. Lo peor es la falta de CGs. O de sprites en general. Cada paloma tiene una única imagen, la fotografía del pájaro, y la verdad es que se echa de menos el gustillo de jugar para conseguir las ilustraciones bonitas. ¡Pero si lo pensáis es casi mejor, porque al menos yo no quiero ver el dibujo de una chica besando a una paloma del tamaño de un mastín! En resumen, más de una vez me han llamado “Eva la de las palomas” pero el juego me gusta tanto que no me importa. ¡Llamadme como queráis, pero seguiré recomendando con cinco estrellas el Hatoful Boyfriend! Aunque suponga acabar llorando, pero lo que es bueno lo vale.
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ENTREVISTA
AOJ
En el extenso mundo del Cosplay nos encontramos con una práctica que está irremediablemente unida a él: la fotografía. Desde que ésta apareció en el siglo XIX, ha servido como medio para capturar momentos importantes, vistas de paisajes, grandes recuerdos, a nuestros seres queridos… En el caso del mundo del Cosplay es una mezcla entre el arte y la recreación de una escena o, simplemente, las ganas de tener un bonito recuerdo sobre nuestro cosplay. Dentro de esta práctica nos encontramos con lo que popularmente se llaman kameko, o chicos de la cámara, los cuales son los encargados de retratar a sus modelos de la mejor manera posible para que se lleven un grato recuerdo de su trabajo como cosplayers. Y hoy, en Inari, tenemos el honor de poder presentaros a uno de los fotógrafos más conocidos en el mundo del cosplay en España: AOJ.
Dinos, Ángel, ¿cómo y cuándo empezaste como fotógrafo? AOJ: Mi primer contacto fue hace años atrás, cuando en tiempos de instituto hice un crédito variable de fotografía. Extrañamente no tenía ninguna cámara en esa época, así que un profesor me dejó una réflex de carrete. Ahí empecé a sacar unas primeras fotos que me parecieron muy motivadoras. Años después (el 2008) cuando tuve trabajo y dinero, después de mucho ahorrar, cayó a modo de semiauto-regalo de reyes una cámara de fotos réflex digital. I: ¿Cómo descubriste que querías dedicarte a ello? AOJ: Hoy por hoy, no me dedico a la fotografía. ¡Ya me gustaría! Tengo encargos de vez en cuando, me voy subvencionando el equipo. Pero no me daría ni mucho menos para vivir.
En lo que refiere a motivación, todo empezó a raíz que fui a un espectáculo de danza oriental de una amiga, al que me traje la cámara recién comprada. Hice cuatro fotos del espectáculo y las chicas quedaron maravilladas con el resultado. Realmente a lo que me interesaba orientar mi fotografía era a conciertos y artes escénicas y esa buena recepción de las fotos me motivó muchísimo. Pero un día vi a la profesora de danza fuera de su ámbito, vestida con ropa de calle. Quedé fascinado con ese pedazo de mujer, y así sin más, le propuse hacer una sesión de fotos. A lo que accedió super feliz ella, y salieron unas fotos mucho más que decentes. Eso fue lo que me planteó dedicarme, más que otra cosa, al retrato fotográfico, ya que mis objetivos de la cámara eran muy óptimos también para retrato.
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I: ¿Por qué te introdujiste en el mundo de la fotografía de cosplayers? AOJ: Desde siempre he estado muy metido en eventos relacionados con videojuegos y Japón. Poco a poco vas haciendo contactos con gente y acabas descubriendo el cosplay. Una amiga de la Asociación Amakuni (http://amakuni.org) me propuso como fotógrafo para un evento de cosplay que hicieron. Me lo pasé muy bien ese día fotografiando a cosplayers, conocí a muchos e hice un montón de amistades. Después de estar persiguiendo a muchos para hacerles fotos algún día (no querían hacer sesiones de fotos preparadas, me esquivaban), acabé por hacer una sesioncilla a la conocida Ivy (https://www. facebook.com/IvyArkebisbesCosplay). Y… así empezó toda esta andadura.
I: Sabemos que además de fotografiar cosplayers, trabajas como fotógrafo en diferentes medios. ¿Qué diferencias hay entre ambos mundos? AOJ: Ambos mundos se chocan. Las modelos, en la mayoría de casos, no entienden la foto de cosplay: lo ven como algo a modo de locura o “frikada”, quitándole valor a una foto buena. Mientras tanto, los cosplayers no se creen tampoco modelos si los pones con ropa normal.
I: ¿Qué es el cosplay para ti? AOJ: Es el mayor homenaje que puede hacer alguien a un personaje, diseño o ilustrador. Dicen que la imitación es la mayor forma de adoración. Llegar al punto de imitar tan al detalle la ropa, complementos y manera de actuar del personaje es simplemente pura pasión. Eso sí, hay un sector de cosplayers profesionales a los que no se les puede aplicar estas premisas. Para algunos es una forma de obtener reconocimiento y sentirse los mejores o directamente un negocio. Me quedo con los apasionados de verdad.
I: ¿Qué es esencial para ti a la hora de fotografiar? AOJ: Por un lado, que el equipo no me falle, tenerlo bien preparado antes de la sesión y no olvidarme nada en casa. En el campo personal, me gusta conocer de antemano y en persona a quien voy a fotografiar. Si consigues transmitir algo o sacar lo mejor de una persona en una foto, entonces estás haciendo bien el trabajo.
I: ¿Qué es lo más positivo que ves en la fotografía a cosplayer? AOJ: El juego que da. A diferencia de una sesión de fotos de moda u otros, una sesión de fotos de cosplay gira todo en torno a la fantasía. Los cosplayers pueden actuar como los personajes y normalmente se permite exagerar perspectivas y sacar fotos muy espectaculares. En fotos de moda o retratos más típicos, lo que se busca es más la belleza por encima de otra cosa. Por otro lado un buen cosplayer lleva la ropa hecha a medida, le encaja perfectamente y eso se nota mucho. También todo sea dicho, los cosplayers acostumbran a ser buena gente, muy agradecidos y personas con mucho humor. ¡Nos lo pasamos muy bien en las sesiones! I: ¿Y tiene algún punto negativo? AOJ: Por parte del fotógrafo creo que no hay factores negativos. Hay dificultades, como la de encontrar y elegir el lugar más adecuado para la sesión (en realidad es de las cosas que más tiempo me lleva), pero no es algo negativo en sí. Puede que ciertas envidias derivadas entre cosplayers y fotógrafos, pero también es algo raro.
Una modelo buscará la profesionalidad y resultados de altísima calidad en la sesión de fotos. Un cosplayer busca a lo mejor la diversión y espectacularidad. Al menos es como me lo tomo yo, jeje. Eso sí, aunque en un ambiente más distendido, también van en serio las sesiones de fotos de cosplay.
I: ¿Crees que la fotografía es esencial en el mundo del cosplay? AOJ: Tampoco lo definiría como esencial, pero sí que es una parte importante para que el cosplayer pueda mostrar su creación a las demás personas que no lo pudieron ver cuando llevaba el cosplay puesto. O simplemente una manera de tener un bonito recuerdo de un vestido que posiblemente nunca más se volverá a poner. I: ¿Cómo sueles preparar las sesiones fotográficas con tus modelos? ¿Qué tipo de ambientes sueles buscar? AOJz: Intento que sea un sitio real que encaje mínimamente con el entorno del personaje, aunque esto muchas veces sea algo completamente imposible debido a la naturaleza de la propia serie o situación. En caso de no encontrar nada viable, muchas veces recurro a algún sitio abandonado, ya que son tranquilos y en algunos casos resultan espectaculares y gratificantes de ser fotografiados con modelo o cosplayer. I: Todo fotógrafo tiene sus modelos, con los que suele trabajar más a menudo, pero… ¿cómo te sientes a la hora de trabajar con alguien con quien nunca antes lo has hecho? AOJ: No tengo ningún problema en fotografiar
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a alguien a quien es la primera vez que fotografían. De hecho, la mayoría de modelos con los que empecé era gente que nunca antes había posado ante cámara, ya que no me atrevía tampoco a quedar mal con alguna modelo con experiencia y con altas expectativas de resultados. De vez en cuando sigo fotografiando a gente sin experiencia, me sirve de práctica para mejorar dando instrucciones de cómo posar de forma natural. I: Cuando algún cosplayer te pide un Photoshoot… ¿es él quien plantea las localizaciones, las poses… o eres tú quien toma las riendas de la sesión? AOJ: No soy persona de tomar decisiones unilaterales. En general pregunto lo que esperan de esa sesión de fotos y a partir de ahí suelto las propuestas que creo adecuadas. En ese punto vamos mirando conjuntamente que es lo que quedaría mejor y donde podrían encajar más. I: Vamos a conocer un poco más a Ángel. ¿Cómo es un día normal en tu vida? AOJ: No es extremadamente interesante. Trabajo en la sección de Marketing de una empresa de grifería y estudio japonés en la escuela oficial de idiomas. Los fines de semana los dedico a fotografiar, socializar y a eventos frikis. De ahí que sea un poco complicado dar conmigo a veces, no tengo tiempo libre para nada. Edito fotos cuando puedo, entre semana, mientras mi cansancio acumulado y ganas lo permiten. I: Si tuvieras que ir a una isla desierta… ¿Qué tres cosas te llevarías? AOJ: A Doraemon con el bolsillo mágico bien lleno de trastos suyos. Con eso sería más que suficiente para hacer lo que quisiera sin limitaciones. I: Cuéntanos algún momento embarazoso que hayas tenido en alguna sesión o algún salón donde hayas trabajado. AOJ: Momento embarazoso y raro... vale. Hace un tiempo hice una sesión de fotos de desnudo a una amiga (primera vez que posaba, muerta de vergüenza, pero fue petición suya), por lo que la acabamos haciendo en un cementerio abandonado. Total que, a media sesión, apareció una familia dominguera excursioni-
sta y nos pillaron ahí. Tuvimos que disimular MUCHO, tapando rápidamente y haciendo como si nada... Pero dudo que no quedara la situación extremadamente sospechosa. También en esa misma sesión casi me cargo la cámara cuando me resbalé y acabé metiendo el pie dentro de una tumba de un niño pequeño... I: Volviendo al mundo profesional. ¿Qué es lo más complicado de trabajar como fotógrafo? AOJ: Puede que lo más complicado sea que valoren lo que haces. Actualmente todo el mundo tiene una cámara de fotos y parece que es muy fácil hacer exactamente lo mismo que tú. Tampoco se entiende que haya que cobrar por las fotos, ya que “son gratis”... Mientras que el equipo cuesta un dineral, el tiempo que conlleva hacer las fotos tiene su coste, desplazamientos, tiempo para seleccionar y editar las fotos, etc. Concienciar a la gente de esto es muy complicado.
Al igual que me preguntan a mí consejos o cosillas, también accedo a responder sin problemas. Hay que dar y recibir, compartir los conocimientos es una clave de una sociedad de progreso. I: Muchísimas gracias por concedernos tu tiempo en Inari. Esperamos poder tenerte por aquí a menudo y seguir fascinándonos con tus trabajos. AOJ: Gracias a vosotros por pensar en mí a modo de entrevistado. Han sido unas interesantes preguntas, espero no haber aburrido con las respuestas, que me he desfogado bien. Y nada, que si alguien me quiere preguntar algo más o conocerme en persona, estaré encantado de hacer algunas fotillos o entablar charla en cualquier evento en el que vaya (este año posiblemente me veréis en el Expocómic de Madrid y en la mayoría de eventos de la zona de Barcelona) y mediante mi página de Facebook (Facebook.com/ AOJfoto.cat) y cuenta de Twitter (@AOJ)
I: ¿Qué crees que es esencial para destacar en el mundo de la fotografía? AOJ: En la fotografía, como en todos los campos, hay dos cosas que puedes hacer para destacar: hacerlo muy bien o ser muy original. Si consigues hacer una de las dos, te irá bien. Si consigues hacer las dos, te vas a comer el mundo. Por ahora estoy en la fase de intentar hacerlo bien, probando nuevas cosas sesión tras sesión y perfeccionando las que ya conozco. I: ¿Hay algún fotógrafo al que admires? AOJ: ¡A muchos! Pero hay una buena cantidad de ellos que no dejan de ser “anónimos”. Algunos son usuarios de Flickr, algunos profesionales, y otros que lo podrían ser. Sería difícil enumerarlos a todos o decantarme por alguno en concreto. Si miramos atrás en el tiempo, encontramos a verdaderos genios de la fotografía cuando no existía ni Photoshop, ni PC, ni nada para poder manipular una foto. Había que hacerlo bien de entrada y en muchos casos a la primera. Esos eran los grandes fotógrafos de verdad, los del blanco y negro, los de las emulsiones y revelados manuales. I: Y por último… ¿Qué consejos quieres darle a aquellos que están empezando en la fotografía y quieren hacer de su pasión su trabajo? AOJ: Fotografiar, fotografiar, fotografiar y no dejar de hacerlo. Leer sobre temas fotográficos (hay libros antiguos muy buenos y aptos, las bases de la fotografía no han cambiado desde los inicios) y no tener miedo a preguntar a otros fotógrafos buenos y/o que admires. Yo mismo he hecho preguntas a profesionales que muy amablemente me han respondido.
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Cómo se hizo la peluca de
Marudashi (XXXholic)
Primera parte, por Cocokraken Este tutorial muestra cómo se hizo la peluca para Marudashi, un personaje de la serie XXXholic. ¡Sin embargo, podéis sacar ideas de este mismo método para hacer pelucas con formas extrañas y teñir vuestras pelucas! El tutorial se compone de dos partes: montaje de las coletas y teñido posterior de la peluca.
Materiales y herramientas: - Un metro de tela strecht de color blanco. ¿Porqué strecht? Porque es barato y sintético; y eso ayudará al posterior teñido. Es para hacer la forma de las coletas. - Hilo blanco. - Un rollo de papel de cocina o dos rollos de papel de WC. - Relleno de cojín del que es como plastiquete... no algodón.
Por razones de tinte, nos interesa que los materiales sean sintéticos. Irá por fuera. - Material de relleno variado: en mi caso tiré de goma espuma. Es para rellenar la coleta, así que la gomaespuma, el algodón y derivados son bienvenidos. - Lápices, tijeras, etc. - Pinceles.
¡Empecemos! Lo primero que haremos será coser dos “churros” de strecht para rellenar. Serán la base de las coletas y lo rellenaremos con algodón o el material de relleno que hayamos elegido. En la parte de arriba recortaremos el cojín en forma diagonal para colocarlo ahora en el tubo de cartón. En mi caso, usé un tubo de cartón porque era el material que tenía a mano, pero este tubo puede sustituirse por uno de PVC o algún material que sea algo rígido -Por ejemplo, la gomaeva no sirve- y sobre todo que sea liviano. Acto seguido cosemos el churro -sí, cosemosal tubo de cartón. A grandes trazos, nada de pasarlo a máquina... Después lo reforzaremos con pelo.
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(fig.1 y fig.2)
Ahora que tenemos montada la estructura churro-tubo (siguiendo el dibujo del personaje, tendríamos hecho lo que sería la coleta y el lateral que va pegado a la cabeza), comenzamos a colocar el relleno de cojín encima y lo vamos enroscando con paciencia usando el hilo blanco. ¿Por qué hilo normal y no de nailon? Porque el hilo de nailon es resbaladizo y más trabajoso que el hilo normal. Así pues, con paciencia, vamos colocando el algodón al churro y apretándolo con el hilo, nada de usar pegamentos ni derivados. El hilo no se verá al final porque quedará oculto entre la maraña, así que no os preocupéis si necesitáis un buen trozo.
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(fig.3, fig.4 y fig.5) 4
Después de nuestro trabajo con las coletas, el resultado debería ser algo así: (fig.6) 5 Como veis la coleta no arrastra por el suelo (como hace el dibujo original). Cuando nos enfrentamos a un diseño que arrastra mucho (ya sea faldas, capas, pelucas...), hay que sopesar si preferís que quede un poco más corto o si preferís que se enganche a todos lados y que la gente os pise... ¡Recordad que las convenciones son ciudades sin ley!
¡En el siguiente número terminaremos la peluca, tiñéndola de azul y montando todas las piezas!
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Que rueden los dados. Rol con Quartenyo
CYBERPUNK
Primeramente, tenemos que aclarar que significa el término Cyberpunk: El cyberpunk es un subgénero de la ciencia ficción, principalmente conocido por su enfoque en un futuro distópico con alta tecnología y bajo nivel de vida. Mezcla ciencia usualmente avanzada, como la cibernética y las tecnologías de la información, con un gran grado de desintegración del orden social. Comúnmente, el género cyberpunk se centra en los conflictos entre hackers, inteligencias artificiales y mega corporaciones, siempre en un futuro no tan lejano del planeta Tierra, donde nuestra propia codicia y tendencias autodestructivas hacen que todo tome un tinte de cine negro.
Aunque el género se acuñó en los años 80, no fue hasta 1988 cuando, de mano de R. Talsorian Games y Mike Pondsmith, que salió al mercado Cyberpunk. El más conocido a día de hoy es Cyberpunk 2020 o su siguiente edición Cyberpunk V 3.0, la cual está ambientada en la década del 2030. Como dato curioso: la primera edición se titulaba Cyberpunk 2013 ya que, en la década de los ochenta, el año 2013 aún quedaba tan distante y lejano que un futuro distópico parecía “posible”.
En este juego, los personajes toman uno de los diez “roles” posibles en la catastrófica sociedad, a elegir entre: rockeros, mercenarios, Netrunners (hackers), técnicos, tecnomédicos, periodistas, policías, ejecutivos, Arregladores (algo así como traficantes) y Nómadas.
Pero entremos al tema, al juego de rol en sí.
El sistema de dados es bastante sencillo: enfocándose en un sistema de dado de diez caras, con dificultades que rondan entre 10+ (fácil) hasta 30+ (casi imposible); que decide el éxito o el fracaso de las acciones, lo cual en lo que acciones no enfrentadas suele solamente determinar el éxito o fracaso. Cuando entramos en acciones enfrentadas es cuando el juego muestra su faceta más... Llamémosla cruel.
Ambientado en un mundo casi apocalíptico, gobernado por mega corporaciones por encima de la ley, nos presenta una Tierra con una historia que empieza a separarse de la real a mediados de los ochenta, hasta llegar a la ambientación del juego en el 2020. En esta ambientación, el ser humano se ha convertido en un destructor de ecosistemas, sin tener apenas capa de ozono -la cual ha quedado sustituida por una gruesa capa de gases tóxicos que impiden el paso de la mayor parte de la luz-. Llueve casi todos los días, pero cuando no lo hace, un oscuro cielo cubre las ciudades.
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Como se puede comprobar, son clases que encajan perfectamente en la ambientación tan oscura de una sociedad rota y enfocada a un mundo tecnológico.
Cyberpunk sorprende con un sistema de daños tan realista que si no estamos sobre aviso, podemos encontrarnos con que nuestro rudo mercenario, ataviado en una buena armadura, con su mejor fantástico
entrenamiento militar y sus músculos llenos de cyber-esteroides acaba seco en el primer tiroteo contra cuatro yonkis en un callejón. Mientras tanto tú, mirando tu ficha y preguntándote... “¿Disculpa? ¿Me han matado con una pistola desechable cuatro NPCs sin nombre chutados hasta las cejas de crack?” Sí. Lo han hecho. Lo mismo que le podría pasar a tu personaje en la vida real. Cuando entendemos lo dura y poco permisiva que resulta la vida dentro del juego, somos capaces de disfrutarlo, jugando en un ambiente duro, que castiga los fallos con crueldad y recompensa los éxitos solo marginalmente; pero si conseguimos llegar lejos, conseguir avanzar y sobrevivir en nuestros objetivos dentro del juego, podemos llegar a causar grandes cambios.
distópica realidad, nos invita a jugar en un mundo en el cual tendremos que usar más la cabeza que las armas para avanzar. Por desgracia, es un juego que, en mis años como jugador y Master, he visto defraudar a mucha gente que esperaba un “vamos a pegar tiros”. Pero si lo que queréis es, para variar, usar la cabeza y os gusta la ambientación... dadle una oportunidad. A mí personalmente... Me encanta.
Salvo honrosas excepciones, no existen enormes enemigos contra los que necesitemos cantidades ingentes de daño para destruir, ni situaciones en las cuales una bala bien puesta en el lugar adecuado no pueda desestabilizar la balanza de poder y cambiar las tornas de un modo que ni nos imaginamos. Es un juego que, dentro de su oscura y
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SERIES CON PACO
DOLLHOUSE
Formato: TV Serie. Temporadas: 2 (Finalizada). Capítulos por temporada: 13 Duración de los capítulos: 40 minutos aprox. Cadena Original: Fox. Creador: Josh Whedon. País de Origen: Estados Unidos. Año de Emisión: 2009. Reparto: Echo (Eliza Dushku), Sierra (Dichen Lachman), Victor (Enver Gjokaj), Adelle DeWitt (Olivia Williams), Paul Ballard (Tahmoh Penikett), Topher Brink (Fran Kranz), Mellie (Miracle Laurie) y Laurence Dominic (Reed Diamond).
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Josh Whedon (Buffy Cazavampiros, La cabaña en el bosque, Los vengadores...), es uno de los creadores de fantasía y ciencia ficción más interesantes de los últimos años. Si bien es cierto que goza de creaciones más importantes y conocidas que Dollhouse, no debería considerarse esta como una creación menor. Dollhouse cuenta una gran historia, con una premisa muy interesante y cuyo desarrollo es, sin duda, maravilloso. Las últimas incursiones a la televisión de Josh Whedon no han sido muy afortunadas. Tras la genial (y fallida) Firefly, una de sus mejores creaciones, que no llegó a tener una temporada completa, nos trajo Dollhouse. Que aunque no duro más de dos temporadas, nos trae una historia completa (¡Y con final!), sobre las aventuras de unos individuos denominados activos. Personas que tras un proceso muy innovador, son utilizadas como discos duros en blanco, para grabar en ellos personalidades, recuerdos y habilidades que les lleven a completar sus muy variadas misiones para el beneficio de la empresa para la que trabajan. En concreto la serie seguirá a Eco, un activo
muy particular, que resulta ser más de lo que parece a simple vista. Dollhouse se inicia como un procedimental bastante diferente: nuestra protagonista formará parte de una organización que proporciona un servicio muy curioso a sus clientes. Les ofrecen momentos reales, ejecutados por sus eficientes muñecos, los antes mencionados activos. Pero Dollhouse es mucho más que esto. Tras la superficie de procedimental, poco a poco se va desvelando una trama mucho más complicada e interesante de lo que podríamos haber imaginado en un primer momento, con tintes de espionaje y que coloca muchos temas morales sobre la mesa. Desde el abuso de poder, al concepto de esclavitud o qué es lo que nos hace ser nosotros mismos. La serie nos ofrece además unos grandiosos finales de temporada, enmarcados en un futuro distópico al que se llega debido a las repercusiones de los acontecimientos de la trama principal, y donde se explican hasta dónde ha llegado el abuso de la tecnología que se explota en la serie. Así que si queréis ver una historia de ciencia ficción interesante, os la recomiendo.
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EXPOCOMIC2013 Los pasados días 12, 13, 14 y 15 de diciembre tuvo lugar este esperado evento en la ciudad de Madrid que, como novedad, contó no solo con el espacio de la planta baja, sino también con el de la entreplanta; donde se situaron parte de las exposiciones y el escenario. Posiblemente este aumento de espacio es lo que hizo que percibiéramos la falta de aglomeraciones y grandes masas en el evento, aunque hay que reconocer que las colas que se formaron en las taquillas de entradas durante los cuatro días no fueron tan largas como las que vimos en años anteriores. Como es habitual, a lo largo de estos cuatro días no solo pudimos disfrutar de interesantes charlas, firmas de autores, grandes exposiciones y concursos, sino que también pudimos ver por allí a nuestros artistas dándolo todo en sus stands. Nombres como Ensis, Jordi Bayarri, Nacho Fernández, Aitor Eraña, Moran, etc. Se encontraban entre los muchos asistentes al evento.
CHARLAS, TALLERES Y PRESENTACIONES Una de las actividades que este año nos llamó la atención, y que pensamos que más salones deberían potenciar, fueron las presentaciones exprés en la sala de conferencias. En estas presentaciones, los autores tenían treinta minutos para presentar sus obras a los asistentes que se pasaran por allí. David Rubín, Nacho Fernández, David Braña y Víctor Santos estaban entre los autores. En cuanto a las charlas, siempre sugestivas, para nosotros destacó principalmente la de El Mundo de la Autoedición, en la cual Jordi Bayarri, Juan Espadas, Álvaro Muñoz y Daniel Suárez hablaron de las múltiples plataformas y posibilidades de la autoedición, algunas de las cuales ellos mismos han ido utilizando para dar a conocer y vender sus obras tanto en la red como en formato físico. Una charla, cuanto menos, interesante. También, desde el jueves hasta el domingo, los
interesados en el mundo del dibujo y el cómic, pudieron disfrutar de diferentes talleres muy interesantes en los stands de la Academia C10, de la Escuela Sdip y diversas clases magistrales de la mano de artistas y profesores del mundo de la ilustración.
ZONA DE FANZINES Como en todos los eventos, no podía faltar nuestra amada zona de fanzines y autoedición, donde grupos de artistas muestran sus obras a los asistentes. Desde el jueves hasta el domingo, grupos como El Vosque, Fanzine FTW, Rantifuso y El Posabirras del mal, entre otros, estuvieron trabajando sin descanso y de muy buen humor pese a la mala ubicación que tuvieron en esta ocasión. Pese a ello, como siempre, pasar por allí era inundarse de su arte, de sus risas y su buen humor. Sus ganas de trabajar y de esforzarse cada día por lo que les gusta fue, como siempre, algo palpable en el ambiente.
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PREMIOS EXPOCÓMIC 2013 No podían faltar los premios Expocómic, otorgados gracias a los votos de medios especializados y del público a las obras nominadas para ese año. Los ganadores de las diferentes categorías fueron los siguientes: Mejor Obra Nacional: Ardalén (Miguelanxo Prado, Norma Editorial). Mejor Guionista Nacional: David Rubín (El Héroe 2, Astiberri). Mejor Dibujante Nacional: David Aja (Ojo de Halcón, Panini Cómics). Mejor Obra Internacional: ¿Quién le zurcía al rey de Prusia mientras estaba en la guerra? (Zidrou / Roger Ibañez, Norma Editorial). Mejor Autor Revelación: Raúl Arnaiz (Las leyendas de Parvaterra, Norma Editorial / Home, Autoedición). Mejor Fanzine: Tractor Who. Mejor Webcómic o Cómic Online: Quiero una chica de Serie B.
CONCURSO DE COSPLAY El domingo tuvo lugar, como en cada evento, el concurso de Cosplay de Expocómic 2013, donde un gran número de amantes de este arte textil y escénico se dieron cita para mostrar el resultado del trabajo de sus últimos meses. De la mano de Batto y Diana (Ramen Para Dos), asistimos a un concurso lleno de risas, buena música y grandes actuaciones, resultando ganadores los componentes del grupo de cosplay del League Of Legends. A continuación os dejamos la galería de fotografías del concurso con todos los participantes. ¡Hasta el próximo evento!
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ZEN GAMING
ZONE Portal es un juego de puzles, l贸gica y plataformas desarrollado por Valve, apareciendo por primera vez en PC y Xbox 360 a principios de octubre del 2007 y en PlayStation 3 a mediados de noviembre del mismo a帽o. Sali贸 originalmente como contenido de The Orange Box en Steam y, sin embargo y debido al 茅xito del juego, se puede adquirir por separado en la misma plataforma de venta desde abril de 2008.
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En el mundo de Portal, despertamos en una cámara de animación suspendida como Chell, un “sujeto de pruebas” del centro de desarrollo computarizado de Aperture Science. Tras unos pequeños “ejercicios” para comprobar el estado de salud, tanto físico como mental de nuestra protagonista, se nos abrirá un portal en nuestro cubículo para comenzar las pruebas que GLaDOS nos tiene preparadas, bajo la constante repetición de esta IA de tener un pastel cuando logremos superar todas las pruebas. Pese a estar catalogado como un FPS (First-person shooter o «disparos en primera persona»), solo consta de un “arma”, por llamarla de algún modo, cuya única funcionalidad es disparar un plasma energético para crear portales de dos colores en superficies planas (tales como el suelo, techo o paredes, que están interconectados espacialmente), como si de un agujero de gusano se tratase. De este modo, el dispositivo manual de portal o más comúnmente conocida la pistola de portales, nos permite utilizar los principios físicos, principalmente la inercia, para solventar puzles de lo más variopinto. A nivel de personajes no podemos hacer mucho hincapié, ya que como tal solo están Chell, que no habla, y GLaDOS, en la cual nos centraremos ahora mismo, además de no olvidar mencionar a las carismáticas torretas. GLaDOS (Genetic Lifeform and Disk Operating System o «forma de vida genética y sistema operativo de disco») se convertirá en nuestro némesis, utilizando las cámaras de pruebas en nuestra contra para encontrar un fin prematuro a nuestras andanzas por el centro de Aperture Science. No solo porque las propias pruebas sean cada vez más y más
letales para el ser humano (con piscinas de ácido, pulsos de energía concentrada y las mencionadas torretas que nos acribillaran en cuanto nos tengan a tiro), sino porque veremos una evolución en su personalidad según avancemos en las cámaras de pruebas; comprobando el humor sarcástico, o más bien negro, que nos profesará esta infernal inteligencia artificial a cargo de las instalaciones. Técnicamente cuenta con un acabado gráfico actualizado, ya que al pertenecer a la plataforma de distribución de Steam todos sus juegos se mantienen actualizados según se depuraba el propio motor gráfico. El entorno está muy conseguido, siempre falto de colores y lleno de luz, dando la plena sensación de que realmente estamos inmersos en un laboratorio de pruebas de un blanco impoluto. Para ir acabando comentaré el que personalmente me parece un punto que os hará jugar con total tranquilidad. En estos tiempos que corren, Portal es uno de esos juegos que llegan no solo traducidos a nuestro idioma, sino que esta doblado. Además, tras la salida de su secuela, Portal 2 y la actualización mediante Steam, se ha sustituido el doblaje original de GLaDOS, que carecía un poco de la “emoción” y el sarcasmo que la caracteriza tal y como la conocemos ahora. Jugones incautos, tan solo os puedo decir para terminar que avancéis sin temor a GLaDOS, y recordad: <<The cake is a lie>> - El pastel es mentira. -
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LA COCINA DE
NARI TARTA DE FLAN Y GALLETAS Bienvenidos, una vez más, a esta sección tan dulce. En esta ocasión os traemos una propuesta fresca, fácil de preparar y muy económica. Una tarta que gusta tanto a niños como a adultos y que puede ser un buen postre que presentar a tus invitados: Tarta de galletas, flan y chocolate. ¡Comenzamos!
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INGREDIENTES: - Galletas (da igual la marca, eso al gusto). - 1 litro de leche (poned un vasito extra para las galletas). - Preparado para flan. - 300 ml de leche líquida para montar. - 200gr de chocolate para postres. - Molde cuadrado.
PASOS: 1. En un cazo vertemos el preparado para flan y la leche, calentándolo bien en el fuego y removiendo poco a poco para que se mezcle y evitar que se pegue. Normalmente vienen ya con azúcar, pero mirad bien. Si no dice que tenga azúcar, se le añade un poquito. Calentamos y removemos hasta que el flan esté hecho y lo retiramos, dejando que se vaya templando. 2. Mientras el flan se templa (cogerá poco a poco espesor, lo que nos viene bien), vamos mojando las galletas en un poquito de leche y colocándolas en la base del molde hasta cubrirlo por completo. 3. Una vez hecho esto, y con el flan ya algo más espeso (pero sin que haya terminado de hacerse), vertemos parte del contenido (más o menos la mitad) sobre la base de galletas. Encima de esta, colocamos otra capa de galletas (también mojadas con leche, ya que en cuanto el flan espese, las galletas no podrán mojarse), vertemos el resto del flan encima y, por último, ponemos una nueva capa de galletas. Lo dejamos reposar un poco más fuera de la nevera. 4. Mientras tanto, cogemos un cazo y vertemos la nata líquida, la cual tenemos que ir calentando poco a poco hasta que entre en ebullición. En ese momento la retiramos del fuego para evitar que se salga y vamos echando poco a poco los trocitos de chocolate para que se derritan, sin dejar de remover. 5. Una vez que la mezcla es uniforme, la vertemos sobre la última capa de galletas y lo dejamos templar alrededor de una hora. Tras esto, lo metemos a la nevera y dejamos que se enfríe y… ¡Lista para servir! Espero que esta receta os sea útil y os guste ¡Es perfecta para un cumpleaños! Hasta aquí la sección de este número. Volveré en el siguiente con una nueva receta, muy decorativa y con muchas posibilidades ¡Nos vemos en Abril!
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Eventos: El jueves 20 de febrero, desde las 18:30 hasta 19:30. Presentación de Blechkoller y Khalid en Valencia El Corte Inglés, calle de Colón. Valencia, España. Más información
Salones:
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Del viernes 7 al domingo 9 de marzo. Salón del Cómic de Granada. Fermasa. Granada, España. Más información
Del sábado 5 al domingo 6 de abril. Salón del Manga de Alicante 2014. IFA Institución Ferial Alicantina. Alicante, España. Más información
Del sábado 8 al domingo 9 de marzo. Japan Weekend Barcelona. C.C. La Farga. Hospitalet de Llobregat, España. Más información
Del 15 y 16 de marzo de 2014. Kboom! Espai Jove, La Fontana. Barcelona. Más información
Del sábado 8 al domingo 9 de marzo. Salón del Cómic de Valladolid. Valladolid, España. Más información
Del viernes 25 al lunes 28 de abril. Extremanga. Mérida, España. Más información
Del viernes 4 al domingo 6 de abril. Salón del Manga de Jerez. IFECA. Jerez de la Frontera, Cádiz. Más información
Del sábado 26 al lunes 28 de abril. Ficzone: Convención de cómic, animación y juegos. Palacio de Deportes de Granada. Granada, España. Más información
¡COLABORA! ¿Quieres participar en INARI? ¿Quieres que la gente reconozca tu talento? ¡Pues es muy sencillo! Solo tienes que participar en nuestros números siguiendo la temática correspondiente. Toda la información para participar la tenéis en las FAQ’s de nuestro blog ¡Animáos! revistainari.blogspot.com.es
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