Prólogo ¡La historia de España es absurda!
Antes de empezar con el asunto, definiremos «Historia de España». Historia: Es aquel período de tiempo comprendido entre la primera civilización capaz de escribir y el 8 de octubre de 2012 a las 10.28, que es cuando tecleo estas palabras y, por tanto, el presente donde terminará este libro. Lo que suceda entre esta fecha y el momento en que tú leas esto no es mi problema. Ya lo incorporaremos en la segunda edición. Cosas que necesitas saber sobre la historia: existe por sí misma, pero la describen unas personas llamadas historiadores. Un historiador es una especie de humanista pobre. Somos gente extraña, de repente nos da la perra con alguna época histórica y nos obsesionamos, nos gustaría irnos a vivir a esa época, aunque fuera una mierda. O empezamos a decorar la casa con objetos extraños, objetos que parece que molan pero que en realidad son una pesadilla a la hora de limpiar el polvo. Objetos que enseñamos a las visitas, orgullosos, «esto es un pedacito de cerámica gris medieval», y ellos «ah», y se encogen de hombros. No les importa. Solo ven una porquería de barro gris en una estantería. Otra cosa: los historiadores hablamos mucho sobre el pasado, pero normalmente no tenemos ni puñetera idea de lo que ocurrió en realidad. Vamos, nadie tiene ni idea ni de lo que ocurrió la semana pasada. La realidad es demasiado compleja como para acumular todos los datos, ahora lo sabemos. Nuestro cerebro no lo asimila, sencillamente estamos obsoletos. Todos los historiadores deberíamos ser reemplazados por máquinas, complejas computadoras cuánticas que consiguieran hilvanar esa marea de información que es la vida. Pero esas máquinas aún no existen, así que, entre tanto, hacemos conjeturas.