5 minute read

Siempre quiero recordarnos así

Next Article
Cuando no estoy

Cuando no estoy

LIZBETH PÉREZ SORIANO

Destinos cruzados

Advertisement

Y yo que dormido a tu lado puedo afirmar

Que hasta las pequeñas discusiones fueron contigo algo estupendo.

E. Bunbury

Marzo 15,2020

Cariño. No he podido dejar de escribirte desde la última vez que nos vimos y esta es la primera de una serie de cartas que voy a enviarte. Poco a poco la felicidad y el calor que inundaban mi cuerpo se han transformado en nostalgia y ausencia. Eso no significa que esté triste, sigo sonriendo a cada momento, solo significa que he comenzado a extrañarte.

Creo que ésta es la parte más difícil de volver a vernos, la inminente despedida después de pasar un maravilloso tiempo juntos, ahora las "5,875" millas que nos separan se hacen presentes, ahora me das las buenas noches cuando te doy los buenos días.

Aquella mañana mientras miraba el amanecer y tu reflejo en la ventana, bebía el café que acababas de prepararme y pensé en la primera vez que nos vimos, ¿recuerdas aquella noche de abril de 2006 en el aeropuerto? Había esperado por ti toda la tarde y no sabía si podría verte, al final nos vimos y algo increíble pasó, tus ojos azules me dejaron inmóvil al encontrarse con los míos, después de sonreír caminamos juntos. Seguía tu trabajo musical desde 2003 y me hacía tanta ilusión conocerte que el verte pasar a mi lado fue suficiente para sentirme muy

203

afortunada. La recordé con mucho cariño y sonreí al ver cómo a pesar de la distancia, las circunstancias y los años tuvimos la oportunidad de reencontrarnos y de estar juntos.

Ahora estábamos ahí, uno a lado del otro bajo las sábanas, mirándonos como aquella primera vez, con tus brazos rodeando mi cuerpo, soltándome por instantes para acariciar mi rostro y pasar tus dedos por mis labios mientras repetías que era muy hermosa. Yo sonreía y me perdía en el azul de tus ojos que en ese momento era solo mío.

Fue un momento detenido en el tiempo. Era magia, un montón de energía circulando entre nosotros. En ese momento no necesitaba nada más, lo tenía todo, éramos eternos.

Te digo todo esto ahora en una carta y no cuando te tenía a mi lado porque el idioma sigue siendo un impedimento para poder decirte todo lo que pienso y siento. Nuestros silencios son valiosos y los disfruto muchísimo, pero muero por poder expresarte todo lo que provocas en mí de manera diferente. Confío en que la próxima vez que te vea podré mantener una conversación larga, sobre mil cosas y entender perfectamente cada una de las cosas que expresas.

Esto último me lleva a hablar de las ganas que tengo de volver a verte y de la larga espera de poco más de dos años que comenzó cuando nos besamos en el elevador y la puerta se cerró. Hay días en que el tiempo corre deprisa y otros que avanzan lentos y parecen no tener fin, pero lo importante es que esos días pasan, el tiempo corre y aunque la ausencia aumenta la espera disminuye. ¿Recuerdas la primera vez que pudimos estar juntos? en un día recuperamos todos los años que habíamos dejado pasar, "Esto es como una luna de miel" dijiste mientras comíamos en la habitación, el lugar era acogedor, la comida deliciosa y la chica de la recepción me llamó por tu apellido, reímos. Hicimos lo que le lleva a las parejas normales meses o años, pero ahora que lo pienso mejor, llevábamos meses y años construyendo esto de manera intermitente.

Creo que nunca te lo he dicho, pero te admiro enormemente, verte hacer lo que amas y disfrutar cada nota,

204

cada melodía y cada concierto me resulta increíble, eres un músico grandioso.

Tu trabajo te trajo hasta acá y gracias a eso pudimos coincidir en esta vida. Estoy tan agradecida de la oportunidad de compartir el mismo tiempo y espacio contigo, tu música es una manera de tenerte siempre conmigo y solo es necesario reproducir una de tus canciones cuando te siento muy lejos, el último concierto al cual asistí a pesar de que todo apuntaba que no sería así fue formidable, las canciones del Setlist tienen un valor especial, no solo es el disco con el que conocí a la banda, también está lleno de recuerdos, buenos momentos y nuestros encuentros de hace tiempo. Estoy emocionada por el nuevo álbum, por las nuevas canciones que escribirán y por la posibilidad de volver a vernos una vez más.

Revisando las fotos que tomé esa mañana te he encontrado en una de ellas, tu reflejo y el de la habitación está en la ventana, mezclados sutilmente con la ciudad de noche y el amanecer.

Debo confesar que luces tan guapo sentado en la cama mientras lees. Ahora que lo pienso, debimos tomar una foto de nuestro reflejo en la ventana, sería lindo vernos dentro del amanecer que compartimos, recuérdame que nos tomemos algunas fotografías la próxima vez, tener los recuerdos en nuestra memoria es lindo, pero sería agradable vernos juntos y eternos en una imagen. Se que tenemos algunas, pero quisiera unas recientes.

Sabes, ayer mientras llovía preparé café, fue inevitable no pensar en tus labios y en tus besos mientras le daba el primer sorbo. Veía a través de la ventana escuchando el sonido de las gotas al caer contra las hojas de las plantas y el árbol del patio, por extraño que parezca te sentí ahí conmigo y es que después de verte tu presencia se queda conmigo nuevamente por un tiempo, como dije al principio, hasta que lentamente se desvanece, quedando sólo la ausencia y el recuerdo.

Ya he escrito demasiado, terminaré diciendo que me da alegría que ya estés en casa, que el viaje resultará bien y no hubiera mayor complicación. Sé lo importante que es para ti estar en casa y saberte bien y feliz allá me da paz.

205

Gracias por venir y por compartir esto conmigo.

Te amo.

P.d. He pensado en el hecho de que, por cuestiones del destino, la distancia o del tiempo no volviéramos a vernos y concluí que si eso pasara siempre nos recordaré de esta manera; juntos bebiendo café mirando el amanecer.

Always.

L.

206

208

This article is from: