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Sirenas
Autora e ilustradora: Jessica
Editorial: Kókinos
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Love
Por Isabel Casar, mediadora de la lectura
Las sirenas se mueven en dos mundos: son mitad mujer y mitad pez. Se mueven grácilmente, con sensualidad, y maravillan por su brillo. Cada mañana cuando Julián se cruza con ellas en los vagones de un tren, las observa con fascinación, hasta que descubre que él también es una sirena.
La sensibilidad con que Jessica Love trata el tema de los pluralismos, la diversidad y en particular el tránsito de género, se manifiesta tanto en la trama como en la ilustración, creando un texto simple pero lleno de esferas de significado. Desde la portada, la autora nos hace una invitación a entrar a un mundo donde el amor y el orgullo recubre lo cotidiano. La erguida actitud corporal de Julián crea una composición diagonal que lleva al lector a levantar la mirada y comprender que, con ese acto teatral, Julián nos está presentando no solo la historia, sino también su renacer ante el mundo.
En cuanto a la ilustración, la paleta de colores apastelada recubre como una veladura blanca el mundo cotidiano, resaltando al protagonista con tonos más brillantes; sin embargo, nos habla también de la delicadeza y espesura de la historia, del tránsito sutil de Julián y de los matices que pueden haber en este viaje, tanto para la abuela como para él. Esa idea es reforzada en las guardas: las iniciales nos muestran una piscina donde Julián nada junto a su abuela y otras mujeres en traje de baño y bucea, aguantando la respiración, en el lado derecho de la composición. En las finales, en cambio, las mismas personas ahora son sirenas que flotan en el fondo del mar, rompiendo la rigidez de la composición de las guardas iniciales. La mirada de Julián, convertido en una sirena, enfrenta al lector, demostrando que llegó al lugar correcto, ubicándolo al lado izquierdo de la composición.
La abuela, además, constituye un personaje basal: representa a la matriarca, a cargo de los cuidados y crianza de Julián, y es quien guía su tránsito. La leemos como la figura que conjuga el poder y el afecto. Se transforma así en un faro, en un pez guía.
En esta obra, Jessica Love logra, a través de una mirada poética, resignificar distintos matices del travestismo y la diversidad, rompiendo esa hegemonía adultocéntrica, mostrando abiertamente la perspectiva desde el mundo infantil y la importancia del apoyo de la sociedad. Aplaudo la coherencia del tratamiento del tema, el uso de la ilustración para abordar distintas capas de significado y el hecho de que sea un libro recomendable para distintas generaciones de lectores.