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El privilegio de la imagen

64 Miradas De Poca

OQ XIMTALI, Manuel Chavajay, 2017, Centro Cultural de España en Guatemala

EL PRIVILEGIO DE LA IMAGEN.

Sesenta y cuatro miradas de época

Remedios Zafra y Miguel Cabezas

Exposición derivada de la muestra online de videocreación Reactivando videografías

Ensimismados. Relatos que (des)montan intimidad y memoria Con cuerpo adjunto. Feminismo y nuevas masculinidades En conflicto. Foco, cuerpos y geopolítica Un planeta (sin) plural. La diversidad en riesgo Pensar la época. Visibilizar las lentes Roma/s. La piel y los elementos *** sOBre

PrIVILeGIOs, arte Y mIraDas

Nuestras imágenes sagradas ya no sangran ni lloran. Si les hablamos a media voz, solos, en la penumbra, es por inadvertencia.

Régis Debray

Las miradas, bien lo sabía Debray, «palpan o acarician», «rozan y penetran», a veces resbalan y a veces «hacen masa». Las miradas que predominan en un mundo interfaceado por pantallas son miradas de multitud de personas (solas) frente a sus dispositivos móviles, sujetos que pasan y resbalan por las imágenes, puede que en algo las acaricien y raramente las penetran. Las imágenes de época ya no logran el tiempo de la mirada de las figuras, iconos y símbolos de los templos sagrados configurados para que muchas personas se sienten o postren ante ellas durante un intervalo habitualmente largo, como si mirándolas se activara un espejo donde el ver se hiciera verse a uno mismo, y la mirada rebotara activando una suerte de introspección.

Mirar una imagen en silencio, durante unos minutos, parece ir contra estos tiempos excedentarios en lo visual, acelerados en la producción y circulación de imágenes que se acumulan y tapan entre sí, mientras vivimos enganchados a nuestros apéndices tecnológicos, tan mágica- mente poderosos en el ver. Las imágenes que hoy hemos visto mañana serán eclipsadas por otras. El exceso que conforman puede incluso operar como ceguera por saturación de estímulos. El dedo que marca el ritmo en las redes sabe de lo que hablo. Como percusionista de una forma entusiasta de transitar las imágenes-baldosa marcando un ritmo maquínico que nos hace ver-vivir-circular en la cadencia de la retransmisión en directo y la conexión permanente.

Las sesenta y cuatro obras de videocreación presentadas en estas seis exposiciones llevan un tiempo viviendo juntas en Internet, siendo vistas a los ritmos que marcan las pantallas y las vidas conectadas. Ahora, sin embargo, buscan otro tipo de mirada en el espacio físico expositivo, ese sucedáneo profano de la mirada religiosa capaz de donar un tiempo a la imagen; capaz de convertir una habitación en algo sagrado, de dejarse afectar por el marco que permite un espacio artístico. Un marco que curiosamente no otorga el privilegio de la luz, pues en el mundo conectado la censura parece también venir de la saturación de luces cegadoras. Frente a un mundo siempre encendido, buscan un marco que otorga el privilegio de la sombra, del párpado que baja y sube y se entreabre para poder enfocar y atender.

Es parte del privilegio artístico. Porque si los artistas contemporáneos tienen claro que ya no cuentan con la vieja prerrogativa de la imagen, quiero decir, que ya no son los hacedores preferentes de lo simbólico, ¿no es acaso esta potencia de poder detener los tiempos para devolver las imágenes allí donde pueden hacerse pensativas algo que debiera movilizarnos?

Hace décadas que el arte experimenta con formas expresivas, formales, conceptuales y creativas diversas, resistiendo la opresión simbólica de los nuevos y poderosos imaginarios visuales mediados por mercado y tecnología, pero desde que Internet permite a cada sujeto producir y hacer circular sus propias imágenes la práctica artística, de manera más o menos intencionada, parece sumar a su sentido una respuesta callada, una resistencia crítica ante ese contexto. La cotidianidad de las cámaras y los dispositivos de grabación pegados, o casi nacidos, en nuestras manos, disponibles en móviles y aparatos portátiles, la posibilidad de llevar el estudio de edición en la computadora, democratiza las imágenes como un bien accesible ya no limitado al disfrute de «unos pocos», pero a cambio la cultura se nos hace excedentaria en imágenes, saturada, dificultando la acción del párpado que permite enfocar dedicando tiempo a una obra. En la recepción y en la intención parece entonces palpitar lo que puede el arte. Porque a golpe de vista la diferencia entre el que se autode- fine como artista y el que no, parece meramente contextual y avalada por lo que denominamos institución-Arte, donde una obra puede ser identificada y ubicada en un marco artístico, teniendo la prerrogativa de una recepción estética diferente, más pausada, más interpelada, derivada del valor y el sentido que de ella esperamos. Pero también en la práctica artística, desde su concepción primera, quien crea no suele buscar la complacencia estética ni la selfie más sugerente, ni la más bella grabación del horizonte. Más allá, busca la herida, el conflicto, lo que perturba el alma, lo que no es fácilmente expresable con palabras, lo que «nos punza». Y es en esta incomodidad que las obras contemporáneas hablan de «la época» porque no esquivan las dificultades que describen «la época», incluso (o especialmente) las que más nos cuesta acotar en palabras.

sOBre esta eXPOsIcIÓn De eXPOsIcIOnes

En esta exposición que es también una postexposición y paralelamente una multiexposición al convivir en su formato online y presencial en la Academia de España en Roma, se dan cita sesenta y cuatro obras audiovisuales de distintos formatos y géneros (videoperformance, animación, documental, autoficción, videoensayo y otras fugas que podríamos enmarcar en el videoarte). Los trabajos tienen procedencias diversas con predominio de América del Sur y Centroamérica, y con algunas propuestas también procedentes de España, Guinea Ecuatorial e Italia. El criterio, como verán, no es la coincidencia en una localización determinada ni el hecho de hablar una lengua específica. En la diversidad de lenguas, geografías y geopolíticas que aquí se congregan, bajo una primera lectura podríamos hilvanar sesenta y cuatro miradas de época, de una época reciente. La razón de la coincidencia temporal de estas obras ha sido una exposición online llamada Reactivando videografías que funde sus raíces en 2020, comisariada por la artista española Estíbaliz Sádaba y apoyada por la Real Academia de España en Roma. La motivación de su encuentro llegó durante la pandemia y, alentada por la dificultad de coincidir en un aquí y ahora presencial, favoreció este singular encuentro de diversidad enmarcado en Internet (www.reactivandovideografias.com).

Con todo, una vez que los espacios y tiempos permiten retomar el roce de las manos y la coincidencia de las obras en espacios físicos concretos, las obras cambian de público y buscan encontrarse con quienes les dedicarán tiempo de ojos entornados, giros de cabeza, quizá pregunta e interpelación, ahora, unidas en la Academia de España en Roma para seguir abordándolas desde otras clasificaciones que operarán como nuevas puertas de entrada a la época, como base sobre la que he- mos podido reflexionar, extrañarnos, establecer puntos de conexión y diferencias durante los dos últimos años en los que la muestra online ha sido acompañada de debates, testimonios y reflexiones alrededor del epígrafe Videografías: la cultura entre las cámaras.

Pocas veces tenemos el privilegio de teorizar las imágenes y obras después de ser exhibidas, como si anduviéramos reescribiendo un libro que nos permite esa extraña y valiosa cualidad de lo que puede rehacerse y matizarse; como si, sin afectar a la entidad de las obras, pudiéramos reorganizar su convivencia pasando de la mera agrupación a la clasificación, a la teorización que implica el trabajo hermenéutico y comparativo de extraer ecos y diferencias. En este trance es posible acotar los focos conceptuales para ayudarnos a habitar «el privilegio de la imagen» en tanto imagen artística que habla de lo personal y de lo cultural en un momento coincidente y en localizaciones muy distintas.

Es desde ese ejercicio pensativo proyectado sobre esta diversidad que podríamos haber propuesto distintos itinerarios de abordaje. Y que, sin duda, el más claro habría sido el que diferencia e hipervisibiliza el «conflicto» íntimo y colectivo de muchas de las obras de artistas de Centroamérica y América del Sur frente a la estetización predominante en las que se realizan en Roma y la intersección de otras que habitan conflictos identitarios, sin que el lugar sea a priori lo más determinante. Puede que, si las obras se estuvieran produciendo en estos últimos meses en que el planeta ha comenzado a desangrarse también cruda, bélica y terroríficamente en Europa, esta línea no sería tan clara, pero todas se pronuncian y hablan de un «antes de esta guerra», «antes de esta nueva crisis» energética, climática, social y geopolítica.

Sin embargo, si cambiáramos la lente y buscáramos una agrupación que nos permitiera identificar las ideas y motivaciones de los que germinan estas obras, podríamos encontrar propuestas como las que algunas comisarias participantes en el proyecto nos han sugerido. Iris Lam habla de: «Violencia política, feminismo, identidad, pueblos originarios, decolonización y medio ambiente». Gladys Turner identifica obras que buscan «desmontar ficciones dominantes y consensos de realidad, cuestionando el rol de las redes y de los medios en la construcción»; obras sobre el «poder contestado desde una variedad de relatos contrahegemónicos»; obras que reflexionan en torno a «las corporalidades situadas, asuntos de género y feminismos»; obras sobre «la contemporánea inclinación a saquear archivos de todo tipo como un apoyo prostético de la memoria»; y, por último, obras sobre «paisajes físicos y mentales como territorios en transformación».

Estos nodos son reiterados en esta presentación como alternativas de acceso a las obras aquí presentadas. No obstante, después de lo leído y debatido en estos dos últimos años (2021-2022), proponemos una clasificación añadida desde los epígrafes que siguen, hechos de piedras sin argamasa, dibujados con línea discontinua, una suerte de tentativas para la reflexión que hablarían de:

1. Ensimismados. Relatos que (des)montan intimidad y memoria Se dan cita aquí trabajos que parten y merodean desde y hacia el uno mismo, el género aquí importa y cabe desmontar un masculino que se dice neutral, para enfatizar también «una misma». Un tránsito por la introspección del sujeto como fuente de memoria y de conflicto. Así, la entrada en la intimidad del yo se hace habitualmente desde lo que sincrónica o diacrónicamente perturba o causa herida, favoreciendo el juego poético cargado de metáforas y vivencias propias en las que se reiteran recuerdos de la infancia, trozos irremediablemente pegados a la familia, la enfermedad, el miedo, los deseos y la borrosidad narrados y expresados desde el cuerpo y a través de la poesía, el dibujo y el montaje. En este caso es lo biográfico lo que, de manera necesaria, puede hacer de puente hacia lo cultural.

OBras

- Archivo Expiatorio II AB. Ángela Bonadies, 2020.

- Bolognesa. Paola Sferco. 2013.

- COMESTIBLE 04 Rosalía Banet, 2008.

- Cómo hacer una casa, Estefanía Clotti, 2018.

- Doppler Eco Tac (Teaser). Miriam Isasi, 2016.

- El archivo familiar, legado fotográfico, Pablo Romano, 2016.

- La vida en rojo, Julia Mensch. 2016-2018.

- Love, Carol, Mónica Araya Vega, 2019.

- Poem / Poema. Poem #1 Patología compatible / Poem #2 H2O + O2 / Poem #3 Tango / Poem #4 Viseversa / Poem #5 Dirac Equation]. Jhafis Quintero y Johanna Barilier, 2020.

- Sensaciones que hablan. Daniel Nsue Asumu, 2020.

2. Con cuerpo adjunto. Feminismo y nuevas masculinidades De los distintos conflictos tratados o sugeridos en la muestra Reactivando videografías es, sin duda, llamativa la reiteración opresiva de la identidad política desde el género, como si la deriva por las obras fuera una deriva por el planeta y nos interpelara necesariamente por lo que supone para un sujeto ser mujer aquí o allí. La diferente lectura sobre desigualdad, desde la crítica social a la construcción identitaria del género, martillea con intensidad en la denuncia, pero destaca igual- mente en la hipervisibilización y altavoz del cuerpo no normativo, del anticanon, de las presiones significantes para ser y para no dejar ser. Pero adviertan que en estas voces se posicionan igualmente discursos críticos con las masculinidades hegemónicas y heteronormativas, intentos de deconstrucción imprescindibles para reflexionar sobre las transformaciones derivadas del feminismo y los cambios de imaginario que como política requiere. Más si cabe en momentos de retrocesos sociales a escala global y de intimidación normalizada en las redes que recuerdan la fragilidad de los logros en igualdad, la necesidad de seguir recordándolos y asentándolos desde un nuevo marco simbólico.

OBras

- Ausente, Virginia Paguaga. 2020.

- Belly / Barriga, María Raquel Cochez, 2013

- “Bien Sentadita”, de la serie de videoperformances “Cómo forja señoritas” Lia Vallejo, 2018.

- Canal de YouTube “Chola Bocona” 16 episodios, Yola Mamani, 2019.

- Cita con cura, Marie Jiménez. 2020.

- Clima, Ignacio Alcántara, 2020

- Control de la Respiración, M Román, 2019.

- Gordas Belleza Hegemónica. Cuqui, 2019.

- Intimacy (Intimidad), Elena Tejada-Herrera, 2016-2017.

- La Ekeka siempre fui yo, María Galindo/Mujeres Creando, 2013.

- Las apariencias, Daniel Assedu Mobajale, 2020

- Sala para estar, Soledad Videla. 2011-2020.

-Self Portrait, Francesca Arri, 2012

- Una Mujer Perfecta, Vanessa De La O Jiménez, 2018

3. En conflicto. Foco, cuerpos y geopolítica

Ahora que la guerra salpica de metralla ese lugar por un tiempo privilegiado que era Europa, la guerra adquiere un protagonismo que nos ridiculiza al alejar el foco y advertir las guerras cuando son de otros; cómo nos acostumbramos a que el conflicto se normalice siempre que sea lejos de nosotros. Los conflictos que asolan África y Centroamérica corren el riesgo de esclerotizarse como parte de una estructura, especialmente para quienes conviven con ellos. El zarandeo que provocan aquí y allí interpela a afrontar la violencia como parte de las relaciones que atraviesan la cotidianidad de quienes la protagonizan. Pero estos conflictos aquí localizados especialmente en Centroamérica son también hilos que crean urdimbre de intimidad y relato en los artistas. En el solapamiento de estos estratos se narra lo difícilmente narrable de las guerras, cuando desde un posicionamiento vital se lucha mentalmente «contra ellas», pero el sujeto se siente atrapado y seguir viviendo implica contradictoriamente aprender a vivir «con ellas».

OBras

- Bacterias y otros conflictos, Alejandro De La Guerra, 2020.

- Evidencia. Fernando Foglino 2019-2020.

- Grito, Andrés Denegri. 2008.

- Gritos Mudos, Susana Sánchez Carballo, 2017.

- La vida en rojo, Julia Mensch. 2016-2018.

- OQ XIMTALI. Manuel Chavajay. 2017.

- Paisaje para una persona, Florencia Levy, 2015.

- Pronóstico. Óscar Moises Diaz, 2020.

-Through The Looking Glass 1 (Tiro al blanco/ Target Shooting), Alma Leiva, 2011.

4. Un planeta (sin) plural. La diversidad en riesgo Como si los artistas en su libertad expresiva hubieran empleado distintos focos para acotar fenómenos íntimos, locales, geopolíticos o planetarios… En esa diversidad palpita un tema recurrente que es hoy motivo de vértigo global: la crisis climática que permite escuchar el corazón maltratado del planeta desde el chapuzón en un río contaminado o en un bosque amenazado. Cada obra es un pequeño esbozo del clamoroso riesgo de pérdida de la diversidad como peldaño sobre el que tememos ruede la vida en la Tierra. El riesgo de homogeneización que acecha a tantos niveles humanos como efecto de la globalización económica, es un riesgo también de perdida de diversidad como garantía de continuidad de los humanos y de eso tan fascinante que llamamos vida en este ínfimo, pero valioso y simultáneamente plural, punto planetario y mota de polvo que, vistos desde otra galaxia, seríamos.

OBras

- 1001. Arqueología futura, Laramascoto 2019.

- Armero (De la serie: Antes del Presente). Tania Ximena, México 2018.

- BARBIE WAWAXHA, PROYECTO 3399. 2011.

- Contaminación medioambiental, Juan Agustín Nve 2020.

- EDF, Nicolás Rupcich. 2013.

- From the Ashes (De las cenizas), Donna Conlon, 2019.

- Jiwasan amayusa / El pensar de nuestras filosofías, Elvira Espejo, 2019-2020.

- Kambuchi (Tentayape), Joaquín Sánchez, 2010.

- La devastación.David Pérez Karmadavis, 2020.

- La herida del horizonte Alejandra Mastro, 2020.

- La noche (no) es muda, Erik Tlaseca. 2018-2020.

-Punto de Encuentro – Intervenciones al Río Pensativo, Mario Alberto López, 2016.

5. Pensar la época. Visibilizar las lentes Rara vez las obras pueden desprenderse del sujeto que habla o se expresa. Algo similar ocurre con los rastros de la época en que acontecen. Sin embargo, en los casos reunidos aquí la preocupación por cómo se configura nuestro tiempo lleva a la práctica artística a agudizar determinadas lentes que de pronto se nos hacen visibles y con ello reflexivas. Se trataría, por tanto, de asumir el desafío de «habitar la complejidad» del hacer pensativo el presente. De distintas maneras, los creadores buscan proyectar la singularidad de la época, en este caso enfatizando lentes de la economía y la política, casi siempre concurrentes como transversalidades. Pero en este caso, dos lentes más concretas resultan también significativas. De un lado, la transformación colectiva derivada de los más recientes cambios urbanos y sociales apuntando a asuntos como la gentrificación, o la pandemia. Y, de otro, la tecnología como lente que se nos ha normalizado hasta difuminarse en la neutralidad de algo invisible, insonoro, insípido o inodoro. No es trivial este esfuerzo de identificar hasta qué punto las tecnologías de grabación, producción y emisión de imagen contribuyen a mediar y a crear el artefacto simbólico, hasta qué punto su manipulación (también artística) ayuda, o puede hacerlo, a desmontar consensos de realidad y de alternativa, por ejemplo, reiterando, ralentizando, multiplicando o distorsionando imagen.

OBras

- All I need is All I need, Matteo Attruia. 2020.

- Cumpleaños, Sofía Desuque, 2019.

- EN/CLAVE POP: Villa Alegre, Luisho Díaz, 2017.

- Ese verde incandescente extrañamente familiar. Julia Castagno, 2020.

- Extraño. Gabriela Novoa y Meme Flores, 2020.

- La Rosa, Manuela García, 2020

- Money Honey, *Euro. Antoni Abad. 2019.

- Sobre la preproducción o el deseo de imágenes. Francisco Belarmino. 2016.

- Subtitulado, Milena García. 2020.

- “Tercer Mundo” / THIRD WORLD, Hugo Ochoa 2007.

-Tráfico Aéreo. Jorge Linares 2013.

- USER92.exe, Américo Retamal y Javiera Astudillo, 2018-2019

6. Roma/s. La piel y los elementos Roma se mira a sí misma, la academia se mira a sí misma. Ciudad y academia como objetos y sujetos dotados del don de la autoconciencia desde la práctica artística. Si quienes crean desde el arte son preguntados por el privilegio de la imagen para su narración, pero dicha pregunta acontece frente al agujero de la pared que permite enfocar Roma como ciudad y como mito, algunas de las obras que aquí se proponen son propuestas posibles. Junto a ellas, otras con las que comparten en conjunto una fascinación por la forma y por la estética. En un mundo que retransmite en tiempo real lo que supura y sangra, resulta singular y raro, pero igualmente potente, dejar de mirar las heridas para identificar la belleza de los elementos abstraídos de la pátina de suciedad y piel muerta. Se trataría de esa potencia y ese peso con el que carga Roma, la tentación de que la deriva estética y la formalista acaparen la percepción y tanto satisfagan y ralenticen al que mira con complacencia, como diluyan el fondo de barro y conflicto sobre el que el cubo, la materia, la columna y la fría luz se yerguen.

OBras

- El viento que recoge los pecados, Melissa Guevara, 2019.

- Joven y Carmen (Fragmento), Borja Santomé, 2019.

- non-physical entities, Lamberto Teotino, 2020.

- Río Paraguay (2º Movimiento) Paz Encina, 2010. (Accesible también en “Sin plural”)

- ROMA 167/62 (Trailer) Carlos Higinio. 2018.

- Roma 3 Variazioni (Trailer) José Guerrero y Antonio Blanco Tejero, 2017.

- ROMA. LSR 170516 – 170304. Laura F. Gibellini. 2018.

- The tale of the mass, the grid and the mesh. Andrea Canepa, 2020.

Poem / Poema. Poem #1 Patología compatible / Poem #2 H2O + O2 / Poem #3 Tango / Poem #4 Viseversa / Poem #5 Dirac Equation]

Jhafis Quintero y Johanna Barilier, 2020, Centro Cultural de España en Panamá

ROMA. LSR 170516 – 170304, Laura F. Gibellini, 2018, Real Academia de España en Roma

ROMA. LSR 170516 – 170304, Laura F. Gibellini, 2018, Real Academia de España en Roma

Clima, Ignacio Alcántara, 2020, Centro Cultural de España en Santo Domingo

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