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Por Patricia Escobedo
Todo lo que hacemos en nuestra vida, siempre debe ir permeado de objetivos por cumplir, de sueños por lograr y de sensaciones que experimentar en cada paso del camino; así que, sin dudarlo, fincar nuestro diario andar en el objetivo emoción, nos permitirá un sinnúmero de logros alcanzados a corto, mediano y largo plazo. ¿A qué me refiero con este asunto del Objetivo:Emoción? A despertar cada mañana con la plena convicción de que lo mejor está por venir, con la certeza de que cada paso que demos, cada proyecto que queramos lograr y cada latido de nuestro corazón, esté aderezado del pleno deseo de emocionarnos, de vibrar, de visualizar cada uno de nuestros avances con algo semejante a “la piel de gallina”, a ser como los niños que todo lo hacen para estar felices, para disfrutar los instantes, para reconocer en su camino sólo resplandores de motivación y energía; a realizar cada acto de nuestros vidas con la convicción de que si estamos presentes, en el aquí y el ahora, en la plenitud de consciencia y acción, no hay manera de no emocionarnos por lo logrado, por lo alcanzado en armonía con nosotros y en ganas de impactar al otro. Conectar con nosotros, es el primero paso, sabernos seguros y confiados, sin temores, sin agobios, sin represalias, sin tristezas, fluyendo, creando, queriendo alcanzar logros significativos, vibrando en Magia de Amor; co-creando con nuestros semejantes lo que queremos alcanzar y sobre todo, viviendo un día a la vez, caminando un paso a la vez, emocionándonos por los pequeños detalles y celebrando los grandes logros.