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Imagen: Guia Infantil
Sabor Felicidad Por Patricia Escobedo
Seguramente cuando eras niño y aún ahora, como adulto, el comer una nieve de limón, disfrutar de un rico pastel de chocolate con mucho merengue; tomar una malteada de fresa con crema batida, saborear un flan de vainilla recién hecho por la abuela, disfrutar unas albóndigas deliciosas de las que sólo sabe hacer tu mamá; comer una pierna de pollo rostizado de los que te invita tu tía los domingos, deleitarte con una carne asada de esa que hace tu papá a las brasas en el jardín de la casa, el café con leche de la mañana con tus primos; los esquites de los Domingos después de la misa, el algodón de azúcar del parque de diversiones en las vacaciones con tus abuelitos; el jugo de naranja compartido en el desayuno del trabajo son recuerdos que te remiten a espacios, lugares, sucesos, aconteceres, sensaciones, emociones, vibraciones, energías, coincidencias, en fin, recuerdos con Sabor Felicidad.
Y es que si te preguntara alguien alguna vez a qué sabe la Felicidad, muy probablemente, evocarías todos tus recuerdos lindos y se agolparían en tu corazón, tu mente y tu Alma todas estas vivencias y acabarían sabiendo a tantos y tantos acontecimientos en los que una reunión, una comida, un desayuno, una cena, una plática acompañada de un buen vino o de un café recién hecho; una caminata con tu persona especial aderezada de charla y cariño, un abrazo sincero de corazón a corazón con alguien de tu familia o de tu familia de Almas, serían los detonantes perfectos para poder descubrir a que sabe la felicidad.