Amnesia Pura María García
No recuerdo la señal que destruye el delirium, dónde dejé la llave que abre las puertas de la calle.
He olvidado qué hacer cuando soy un animal tembloroso, soledad cansada, de rodillas sobre las cicatrices negras del pasado. Olvidé dar el paso que cruza el puente de la vida; todos los nombres;
algunos sin embargos; la fuerza paradójica de la brisa sencilla; los trazos de las manos del incógnito alfarero que modeló el lienzo de mi cuerpo; el aire y el rocío, su muerte cuando el sol se enciende y prende las cerillas de su rayos. He olvidado apagar la luz del hogar que no tuve, las mentiras, fumar, después de un simulacro de esa felicidad que llaman existir. Olvidé los cálculos.
Entendí los caminos que alejan de la guerra y su podrido fango. Olvidé el balbuceo de la criatura que se parecía a mí, lloraba como yo, temía como yo y, como yo, soñaba. He olvidado colgar en las paredes de los vasos la amargura que desnuda mis secretos. No reconozco, en ningún cáliz, a los ángeles supuestos por la mentes que fornican y lo niegan, las mentiras.
Apenas recuerdo mis recuerdos, pero no olvido el fervor de la piel de tus dos manos, los versos que dejan en el hueco de la luna que pas贸, de madrugada.
Publicado en EROS Y PALABRAS: http://puramariagarcia.wordpress.com/