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desarrollo y libertad
Abordar el tema del desarrollo humano demanda que se planteen horizontes suficientemente amplios para poder captar el tema en toda su relevancia, especialmente cuando hablamos del bienestar y la calidad de vida de los individuos y las sociedades. DESARROllO Y libertad
Por aLfredo toNathiu ViNieGra rodríGueZ FoTos: Quehacer PoLítico /ArCHIVo
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Para ello es indispensable una perspectiva política sensible a lo que significa lo “humano” para, así, poder ofrecer esquemas capaces de abordar a profundidad el discurso de las necesidades y potencialidades de los individuos y las sociedades.
Como PuNto de partida es fundamental comprender que los bienes no deben ser el único parámetro para medir el bienestar y la calidad de vida, pues para alcanzar el pleno desarrollo tanto de los individuos como de las sociedades, se deben considerar factores tales como las libertades políticas, económicas, sociales, tecnológicas, culturales; la seguridad, la salud, la educación, la sexualidad, el acceso a servicios y la movilidad. Solamente una mirada política que sea capaz de ver al ser humano como un fin y no como un medio, podrá afrontar los retos de la modernidad. Si bien para lograr verdaderamente una calidad de vida es necesario un nivel digno de ingresos y de bienes,
se necesitan también condiciones sociales y políticas para que los individuos puedan desarrollarse ampliamente como seres intencionales, afectivos, simbólicos e interrelacionales, pues es solo en el desarrollo de los individuos como las sociedades, a través de sus aportaciones e innovaciones, pueden avanzar. Mientras más amplias sean las condiciones y la libertad para que los individuos se desarrollen, mayores innovaciones y soluciones de mercado podrán generar y más avanzara la economía, la tecnología, la educación y la cultura.
La libertad política y las libertades sociales son fundamentales para el desarrollo de cualesquier otra área. No hay ninguna libertad que no esté interrelacionada y vinculada a las demás. Sin libertad individual, no hay desarrollo en innovaciones y sin innovaciones no hay mejora en los bienes de capital, lo cual impide el desarrollo de la economía. Sin libertades individuales y políticas, los individuos, al no desarrollarse como tales sino colectivamente, dejan de generar soluciones de mercado, estancándose la educación, la economía, la ciencia y la cultura. Sin libertad económica y de competencia se crean monopolios protegidos por el estado y condiciones de mercado artificiales que acaban creando crisis económicas e impiden que los individuos tengan condiciones económicas para desarrollarse. Todas las libertades están profundamente interrelacionadas y se afectan unas a otras ineludiblemente, tal y como la serpiente que se muerde la cola. Dicho sea de paso, la calidad de vida dependerá de las posibilida-
des que tenga la persona de satisfacer adecuadamente sus necesidades. Cuando se crean monopolios, las personas no tienen posibilidades de satisfacer sus necesidades económicas ni de desarrollo profesional de la forma que podrían preferir, pues el mercado que está controlado por el estado y la empresa ventajosa y privilegiada, le impide a los mercados crear competencia; la empresarialidad queda coartada. Un ejemplo de esto son los impuestos progresivos que le impiden a los de abajo avanzar hacia arriba. de igual forma, cuando se colectiviza a los seres humanos y no existen las condiciones ni las libertades para que los individuos sigan las rutas que pudieran considerar más pertinentes para su desarrollo personal, afectivo, social o cultual, no podrán vivir de manera plena ni podrán ofrecerle a la sociedad las nuevas dimensiones que su individualidad podría aportar.
La satisfacción de las necesidades humanas de los individuos debe convertirse en un objetivo prioritario y la libertad como su medio fundamental, tomando en cuenta que hay necesidades individuales y necesidades sociales. Las necesidades individuales hacen referencia al estado de un individuo con respecto a los medios necesarios o útiles para su existencia y desarrollo, y la utilidad está dada por la función de preferencia la cual es subjetiva; las necesidades sociales se refieren al estado de la sociedad en relación con tales medios útiles para la existencia, estos medios no solo son bienes de consumo o producción sino también contextos y condiciones a través de los cuales las personas y las sociedades puedan desarrollarse plena e integralmente, pues las personas son seres de necesidades múltiples e interdependientes.
la calidad de vida dependerá de las posibilidades que tenga la persona de satisfacer adecuadamente sus necesidades
La necesidad no solo es una carencia o ausencia limitada a la mera subsistencia, sino también una potencialidad a nivel individual y colectivo.
El crecimiento económico impulsa materialmente el desarrollo de los individuos en la medida en que amplía el estado de condiciones y factores del contexto social; a su vez, el desarrollo de los individuos impulsa la evolu-
ción de las estructuras sociales e Institucionales, abriendo, así las puertas para el desarrollo y crecimiento económico. Mientras mayor es el desarrollo de los individuos, más sostenible es el crecimiento y desarrollo económico, y pueden plantearse, de manera más plena, esquemas sociales e institucionales, logrando una sociedad mucho más humana que reconozca a las personas en una dimensión mucho más amplia, sensible y empática.
Resulta imperante lograr el equilibrio de interrelaciones entre las instituciones, los individuos y el mercado. Entendidas como partes complementarias, dialécticas y discursivas y nunca antagónicas. De tal manera que se impida que el pacto social se desmorone, garantizando así las libertades fundamentales.
La expansión de la libertad es el medio principal del desarrollo, y consiste en la eliminación de controles a los tipos de relaciones entre individuos y de la relación de los individuos consigo mismos que posibilitan el aprovechamiento y desarrollo de las capacidades y oportunidades. Sin estas libertades y condiciones, no es sostenible ni sustentable el desarrollo a largo plazo.
El crecimiento económico es siempre un medio para lograr un mayor desarrollo.
El nivel de ingreso de las personas es un medio fundamental para lograr mayor libertad de elección, mayor acceso a diversas opciones y tener más posibilidad de lograr las realizaciones que los individuos valoren y de las formas que elijan para lograrlo. El crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para el pleno desarrollo de los seres humanos, se requieren de libertades en todos los ámbitos y de auténticas condiciones de realización para lograr que los individuos de una nación alcancen una vida plena y digna. La finalidad de diseñar políticas no debe enfocarse meramente al crecimiento económico per se, sino como generador de condiciones para el desarrollo de los individuos y las sociedades. Lo importante, entonces, no es lo que uno posea en si, por sí mismo, sino el tipo de vida que se logre llevar de manera efectiva. Y para ello se requieren de condiciones amplias como libertades políticas, sociales, culturales, educativas, etc. Lo que importa para pensar el bienestar no es en sí mismo lo que uno tiene, sino lo que uno consigue realizar con lo que se tiene. Las realizaciones que uno logra es lo que nos indica la calidad de vida efectiva y es en la generación de condiciones y medios de realización en lo que el diseño de las políticas debe centrarse para abordar las problemáticas sociales de manera mucho más amplia y eficiente.
Debemos tener en cuenta que la misma cantidad de un bien puede ser convertida en realizaciones diversas y en diversos grados dependiendo del contexto de las personas, lo cual nos permite determinar en qué y por qué las personas son diferentes en su capacidad de lograr la conversión de bienes en realizaciones. Asimismo, la cantidad y la calidad de un bien al que las personas tienen acceso están determinadas por la libertad de elegir.
Por consiguiente, tanto en el conjunto de los bienes como en el conjunto de sus modos de utilización, las personas realizan elecciones - sujetas a limitaciones, pero unas inevitables y otras no- que determinan el conjunto de realizaciones que pueden conseguir. Y, entonces, es la comparación de los conjuntos de realizaciones de las distintas personas lo que nos indica la calidad de vida y el nivel de bienestar que alcanzan.
Entre los bienes y lo que se puede conseguir con ellos intermedian una multitud de factores personales y sociales que hacen que el resultado final -lo que una persona puede lograr realizar con ellos- varía mucho de persona a persona. Ciertamente, en la medida en que el conjunto de capacidades de una persona refleja la libertad que ésta tiene para llevar el tipo de vida que valora, el valor que tiene un modo de vida, depende de la libertad que ha tenido la persona para elegirlo. Lograr la transformación de la persona-objeto en persona-sujeto del desarrollo, es, entre otras cosas, una cuestión de reconocer la amplitud de la dimensión de lo humano.
El concepto tradicional de pobreza es limitado y restringido, puesto que se refiere exclusivamente a la situación de aquellas personas que pueden clasificarse por debajo de un determinado umbral de ingresos o bienes. No debemos hablar de pobreza, sino de pobrezas, pues cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha o cualquier dimensión individual que no se puede desarrollar implican un tipo de pobreza.
Por ello es importante caracterizar las capacidades y las potencialidades como libertades sustanciales, como un conjunto de oportunidades interrelacionadas para elegir y actuar. Las capacidades y las potencialidades vienen a ser las libertades sustantivas para alcanzar combinaciones alternativas de desarrollos y realizaciones. No son simples habilidades residentes en el interior de una persona, sino que incluyen también las libertades y oportunidades creadas por la combinación entre esas facultades personales y el contexto político, social, educativo, tecnológico y económico. Así, podemos hablar de capacidades efectivas como la totalidad de las oportunidades de que se dispone para elegir y para actuar en los entornos y contextos sociales, económicos, educativos y políticos.
Por otro lado no debemos perder de vista que una sociedad podría estar produciendo adecuadamente las capacidades internas de sus ciudadanos, al tiempo que, por otros canales, podría estar cortando las vías de acceso de esos individuos a la oportunidad de funcionar de acuerdo con esas capacidades. Muchas sociedades educan a las personas para que sean capaces de ejercer su libertad de expresión, pero luego les niegan esa libertad en la práctica. Por ejemplo, muchas personas que son internamente libres para ejercer un cierto tipo de sexualidad carecen de la capacidad efectiva para ejercerla, debido a que esa libertad no está adecuadamente protegida por las condiciones sociales y por las políticas de Estado. A la inversa, también es posible que una persona viva en un entorno político y social en el que podría materializar una capacidad interna -como, por ejemplo, criticar al gobierno pero que carezca de una aptitud, suficientemente desarrollada, para pensar con sentido crítico y para llevar a cabo análisis propios.
Necesidades y satisfactores Los objetivos políticos deben tener muy en cuenta las capacidades efectivas de las personas puesto que solo de esa forma se garantiza la existencia de un espacio para el ejercicio de la libertad humana y el desarrollo pleno de la sociedad; así como las necesidades de los individuos y las diversas rutas para lograr su plena satisfacción que, en conjunción con las capacidades efectivas y en dialogo con las condiciones existentes, darán como resultado la calidad de vida real a la que las personas podran tener acceso. PQ