AGENDA
Cartelera
¿Qué hacer en marzo y abril?
evento
Intercambio cultural: Festival de Comunidades Extranjeras
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municipio
A morir a los desiertos, de Marta Ferrer, uno de los documentales de Ambulante 2018.
querétaro
Ambulante: gira de cine documental itinerante
El festival de documentales más relevante del país vuelve a hacer escala en Querétaro del 12 al 19 de abril.
Desde 2005, Ambulante es una sala de cine móvil donde se presentan los últimos documentales producidos en Hispanoamérica junto a clásicos, retrospectivas y proyecciones especiales de todo el mundo. En esta edición su programa incluirá la proyección de historias relacionadas con la justicia en México y nuestro sistema penal. También dedicará su retrospectiva anual a Frederick Wiseman, director estadounidense que, a sus 87 años y con más de 40 películas, continúa retratando la realidad a través de un modo de observar que sigue influyendo en realizadores de todo el mundo. ■
Por ocho días, los espacios públicos y centros culturales de la ciudad se transformarán en salas de cine (algunas al aire libre). Entre ellos están el Museo de la Ciudad, el Jardín Guerrero y la Alameda Hidalgo. Más información y boletos en ambulante.org.
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La más fuerte
August Strindberg
Museo de la Ciudad (Guerrero Norte 27), 1 de marzo a las 20:30, $120. Omar Alain Rodrigo y la compañía EspeKtros adaptan un clásico del teatro sueco sobre una mujer, el extravío y la devastación.
Exposición
Ut pintura kinesis
José Antonio Ochoa
Museo de Arte de Querétaro (Allende Sur 14), hasta el 29 de abril, entrada libre. Una colección de pinturas al óleo inspiradas en los paisajes cinematográficos.
Exposición
Jardines exquisitos
Colectiva de pintura
Museo de la Ciudad, hasta el 13 de mayo, entrada libre. Exploración sobre los jardines a través de pintores queretanos: Gonzalo García, Luis David Morán, Ezequiel Frías, Tania Quezada, entre otros.
Exposición
21 Aniversario del Museo de la Ciudad
Colección de Adrián
Rahn
Museo de la Ciudad, hasta el 13 de mayo, entrada libre. En el marco de las celebraciones que realiza el museo: una muestra de arte abstracto del coleccionista Adrián Rahn, curada por Julien Cuisset.
Exposición País de ofrendas
Gonzalo García
Galería Libertad (Plaza de Armas), del 22 de marzo al 22 de abril, entrada libre. El pintor presenta una colección de óleos que rondan por el retrato, la belleza y el simbolismo.
patrimonio Nuestra Señora de La Piedad
Museo Regional (Corregidora 3), del 16 de marzo al 15 de abril, $55. La historiadora Lilia Acosta hace un recuento sobre el robo y restitución de esta pintura de arte sacro en los años 30.
festival
Festival Santiago de Querétaro 2018
En toda la ciudad, del 1 al 8 de abril, entrada libre. Cada año la ciudad celebra sus expresiones culturales con más de 800 artistas que presentan danza, teatro, cine, pintura, música y otras disciplinas. Más información en queretarociudad.travel.
Concierto Camerata Santiago de Querétaro
Teatro de la Ciudad (16 de Septiembre Poniente 44), 7 de marzo a las 20:00, entrada libre. El primer miércoles de cada mes, la camareta de la ciudad presenta conciertos gratuitos con músicos invitados de México y el extranjero.
Diseño Dejando Huella
Teatro de la Ciudad, 19, 20 y 21 de abril. Festival de diseño gráfico donde talentos nacionales e internacionales, agencias y estudiantes se reúnen para dialogar.
Gastronomía
Mariachela Festival Internacional de Cerveza
Lienzo Charro Hermanos Ramírez, 17 y 18 de marzo de 13:00 a 2:00, $130-$160. Un festival de cervecerías locales, nacionales e internacionales para los amantes de la cebada fermentada y las etiquetas artesanales.
Teatro
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«Ecos de la calle», la exposición de Martha Pacheco, se exhibe en el Museo de la Ciudad.
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El carnaval de Brasil en la Caravana del Festival de Comunidades Extranjeras, 2017.
Intercambio cultural: Festival de Comunidades Extranjeras
En su undécima edición, el evento más internacional de Querétaro vuelve a reunir locales y extranjeros para celebrar la diversidad cultural. Del 16 al 19 de marzo, pronosticamos mucha fiesta.
En las últimas décadas, Querétaro ha recibido a miles de extranjeros que por trabajo o elección propia han hecho de la ciudad su nuevo hogar. Pasamos de ser una ciudad «local» a un espacio «global» donde un día cualquiera vemos una familia japonesa caminando por el Jardín Guerrero, un grupo de estudiantes ingleses aprendiendo a bailar salsa, empresarios indios, franceses que ponen un negocio en el Centro Histórico y alemanes pidiendo la misma cerveza que toman en Berlín. Con todos ellos la ciudad se vuelve culturalmente más rica; el Festival de Comunidades Extranjeras celebra esa pluralidad que comienza a ser parte de nuestra identidad.
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Mientras los discursos de odio se multiplican en el mundo, acá en la ciudad abrimos las puertas a otras culturas. Así nació el Festival de Comunidades Extranjeras hace once años: celebrar la hermandad entre países. En una ciudad donde la inversión extranjera crece, este evento es una forma de reflexionar sobre la diversidad cultural que se ha convertido en parte de Querétaro con restaurantes internacionales e intercambios culturales; aceptar la globalización como desarrollo y fomentar la tolerancia.
Durante todo el año estamos en contacto con extranjeros, pero con el festival la explosión de culturas se intensifica. El año pasado participaron más de 70 países americanos, europeos, asiáticos y africanos. Todos se reunieron en un enorme lugar: el Estadio Corregidora, la casa de los Gallos Blancos y, por una semana, una especie de onu con mucho menos protocolo, donde no hay embajadores oficiales pero sí muchos ciudadanos del mundo que traen consigo lo más representativo de sus naciones: comida, música, trajes típicos, artesanías, bailes, entre otras cosas.
Tantas naciones reunidas en un solo lugar hacen del Corregidora un viaje por cada rincón del mundo sin tener que salir de la ciudad. Aquí presentamos tres de sus atractivos imperdibles.
la muestra gastronómica
Uno de los distintivos de cada cultura es la comida. Traspasar fronteras y visitar nuevos continentes es un nuevo mundo de recetas, platillos y costumbres. En el festival, los pasillos del Estadio Corregidora
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se convierten en un food court internacional donde cada país trae los aromas y sabores de su tierra. Para la ciudad esto se traduce en un festín de choripanes, pastas italianas, charcutería ibérica, salchichas alemanas, comida oriental, repostería europea, comida exótica de Latinoamérica y mucho más. Todo esto es acompañado de bebidas internacionales como vinos, cervezas, caipiriñas y hasta limoncellos La ciudad tiene una enorme variedad de comida internacional, pero el festival nos permite saborear durante cuatro días toda la comida que queramos; un viaje glotón sin salir de la ciudad.
la caravana internacional
Uno de los eventos centrales del programa es este desfile. Todas las comunidades de extranjeros se organizan para salir a la calle y llevar la multiculturalidad del mundo por toda la ciudad. En total son más de sesenta países representados por sus ciudadanos 1 14
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Traje típico utilizado por la comunidad de Panamá en el décimo aniversario del festival.
un extranjero en querétaro
Cada vez llegan más extranjeros a la ciudad. Algunos viven por breves temporadas, otros por largos periodos de vida. Platicamos con Laurence Galli, una francesa que vivió en Querétaro, partió hace unos años y recién volvió de vacaciones. Sus impresiones sobre la ciudad son un ejemplo de lo que el Festival de Comunidades Extranjeras también festeja: las otras culturas que viven Querétaro igual que los locales.
¿cuál es tu relación con querétaro? Es la ciudad en la que más he vivido, o por lo menos en mi vida adulta. La relación ha ido evolucionando porque cuando yo llegué a Querétaro venía de Ecuador, que había sido mi descubrimiento de Latinoamérica, y era un país donde me sentí un poco incómoda pero a la vez me impactó bastante. Luego llegué a Querétaro y todo se me hizo más fácil porque es una ciudad muy cómoda. Si comparara ambos lugares con una relación amorosa, tenía una pasión con Quito, por Querétaro sentí un amor que fue creciendo, pero es un amor tranquilo; ahora es como mi ciudad de corazón.
¿recuerdas cuál fue tu primera impresión de la ciudad? El primer día que llegué a Querétaro fue el 27 de septiembre de 2006, un día antes de cumplir 29 años. Mi primer
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La francesa Laurence Galli durante su estancia en Querétaro. , Sandra Hernández
recuerdo creo que fue la gente, porque llegué sola, no conocía a nadie, iba a ser mi cumpleaños y yo pensé que por primera vez lo iba a pasar sola. Al final terminé comiendo tamales en la calle Arteaga. Recuerdo que la ciudad me acogió muy bien. También de mis primeras impresiones fueron los colores y la luz. Yo vengo del norte de Francia. Ahí tenemos nubes bajas y las personas se deprimen más. Aquí pasa menos porque tenemos un cielo azul con un sol que pega pero te alegra.
ahora que volviste, ¿te das cuenta que hay algunas cosas que ya habías olvidado? Yo creo que había olvidado muchas cosas, sobre todo la forma de ser. Después de tantos años fuera, había olvidado la filosofía mexicana, el hecho de que las personas se toman las cosas a la ligera. Eso es algo que siempre me ha gustado. A diferencia de lo que conozco en Francia, aquí la gente se ríe, sonríe, los niños juegan. Se supone que allá tenemos un mejor sistema pero acá todos se toman menos en serio. Además, viniendo de fuera, uno tiene la idea de que México es violento. Pero fue impactante llegar a Querétaro y no sentir nada de eso. Los europeos tienen una idea del México «de campo» y cuando llegan se dan cuenta que es un lugar sorprendente, mucho más de lo que imaginaban.
¿piensas quedarte para siempre? Nunca había encontrado una cultura que me correspondiera tanto, por eso creo que Querétaro es ya parte de mí. Pero al mismo tiempo a veces se me hace demasiado tranquilo y pueblerino. Para un europeo es algo muy sorprendente decirle «pueblo» a un lugar con 1 o 2 millones de habitantes, algo que en realidad habla de una ciudad muy grande. A veces no me gusta tanto salir a la calle y encontrarme gente que conozco. Yo creo que es porque también me gusta el anonimato de una ciudad grande como París.
¿qué opinan tus otros amigos extranjeros sobre querétaro? Los franceses y los mexicanos tienen más cosas en común que diferencias. Todos los franceses que conozco que han vivido en Querétaro tuvieron una relación bastante fuerte y han querido quedarse mucho más tiempo en la ciudad. Entonces yo creo que coincidimos en eso, que la vida es dulce, las cosas fluyen, todo es ligero y muy agradable. Hasta en el ritmo de la gente se ve, caminan más lento por las calles del Centro Histórico.
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que han hecho de Querétaro su nuevo hogar. Juntos se visten con traje típico, algunos tocan algún instrumento, otros bailan. El resultado es una enorme caravana que incluye personajes tan distintos como vikingos de verdad, escoceses tocando la gaita, mujeres orientales con sus mejores vestidos y brasileños tocando samba. Este desfile sucederá el domingo 11 de marzo: este año iniciará en el Panteón de las Personas Ilustres y continuará por Zaragoza, bordeando el acueducto, hasta casi llegar a Bernardo Quintana.
muestra de cine documental
El programa tiene una sección dedicada a actividades culturales. La pluralidad de voces y países es un buen pretexto para recorrer las diferentes expresiones artísticas que se realizan en cada continente. Las diferencias de lenguajes, historia y costumbres pueden observarse mejor a través del cine, por ejemplo. Paralelamente a la fiesta que hay en el estadio, el festival realiza una Muestra de Cine Internacional en la Cineteca Rosalío Solano, del 9 al 15 de marzo, con la colaboración de doqumenta Querétaro, quienes presentarán una selección de lo mejor del cine documental. ■
preparándonos para el evento
El Festival de Comunidades Extranjeras es enorme: más de 60,000 personas entran al Estadio Corregidora. El evento es muy popular así que recomendamos comprar boletos con tiempo en superboletos.com y revisar el programa general en municipiodequeretaro.gob.mx. Si no puedes esperarte hasta el festival, calienta motores con nuestras recomendaciones de comida internacional en Querétaro: bit.ly/ciudadadentro81.
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Centro Queretano de la Imagen: archivo visual
Desde 2011 la ciudad cuenta con un espacio cultural dedicado totalmente a la fotografía en Querétaro: pasado, presente y futuro. En esta edición hablamos sobre su relevancia, la antigua casona en donde habita y lo que significa rescatar un lugar a través de sus imágenes.
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una casa en el tiempo
En la calle Juárez, a unos pasos de la avenida Zaragoza y la Alameda Hidalgo, se encuentra el Centro Queretano de la Imagen (cqi). A su alrededor hay tiendas de zapatos, compradores de oro, una paletería y puestos de comida. El paisaje dista mucho de ser «patrimonial», aunque se encuentra a dos cuadras del convento de San Francisco, origen de la estructura urbana. Aquí la zona comercial se sobrepone a la zona de monumentos y el tráfico se aviva; un escenario peculiar (y bastante común) en los centros históricos de México: negocios del presente que no conviven con el pasado, lo dominan. La transición es veloz: basta con caminar tres casas hacia Zaragoza para experimentar la metamorfosis urbana. Ahí, en ese limbo que difumina «lo histórico» de «lo comercial», está el cqi, en una antigua casona que parece suspenderse en otra época.
El edificio sí pertenece a otro tiempo, pero a uno no tan antiguo. Usando una medida más clara: el convento de San Francisco —uno de los primeros edificios de Querétaro— se construyó casi tres siglos antes que esta casona. Formalmente se terminó en 1905 y fue llamada Casa de los Leones por las estatuas antropomorfas que decoran la entrada del jardín frontal. Fue obra de don Trinidad Rivera, un filántropo de la ciudad que la donó para ser una escuela primaria para niños pobres y señoritas. El espacio albergó la Biblioteca Central —a mediados de los ochenta— y parte de la Secretaría de la Juventud —a principios del siglo xxi.
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La Casa de los Leones es notablemente diferente a las demás casonas del Centro Histórico. La mayoría, construidas entre los siglos xvi y xviii, tienden a tener fachadas «cerradas» con una clara separación entre la calle y el espacio habitacional, como fortalezas barrocas de muros gruesos y adornos barrocos. Pero la Casa de los Leones se hizo mucho después de esas tendencias, incluso después del neoclásico. Probablemente con influencias de las casonas europeas y un romanticismo por el siglo pasado, el edificio tiene un jardín frontal que sirve de entrada, separado de la calle por una enorme reja de hierro que deja ver mucho más que otras casas habitacionales del Centro Histórico de la ciudad. Basta con caminar sobre Juárez, una de las calles más importantes del Querétaro virreinal, para avistar el pequeño palacete, sus salones y hasta el patio trasero. Es en este mismo espacio donde el cqi se dedica al rescate y difusión de nuestro patrimonio a través de un acervo fotográfico que funciona como una cápsula del tiempo en proceso.
memoria fotográfica
El patrimonio y la historia de un lugar se construyen gracias a la recolección de cosas, objetos, expresiones e impresiones. En esta obsesión por ver el paso del tiempo, creamos espacios para resguardarlo y estudiarlo: bibliotecas, museos, pinacotecas, videotecas, fonotecas; distintos formatos pero un mismo fin: preservar el pasado. En el caso de la cámara fotográfica — que desembarcó en México
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ciudad en imágenes —entrevista a ramiro valencia
Ramiro Valencia es un fotógrafo que se ha especializado en fotografiar Querétaro y su patrimonio. Seguramente en cien años su stock de imágenes será un enorme vistazo a la ciudad a principios del siglo xxi . Hablamos con él sobre la importancia del Centro Queretano de la Imagen entre fotógrafos.
¿cómo te especializaste en documentar querétaro? Empecé en 1991 haciendo fotografía industrial y publicitaria, pero siempre tuve un interés por el patrimonio. En 1999 comencé a colaborar en la revista de turismo México Desconocido y, casi al mismo tiempo, empecé a trabajar de manera externa con el Museo Regional para fotografiar su catálogo. Luego tuve la oportunidad de hacer el registro fotográfico del Museo de Arte de Querétaro. Así he podido seguir fotografiando estos espacios y colaborar en diversos libros.
¿cuál es la importancia de un espacio como el cqi? Tiene toda la importancia, hacía falta. Es un pretexto necesario para amalgamar el trabajo de todos los fotógrafos en Querétaro. Además está la intención de conservar el patrimonio fotográfico, crear un archivo. Hay muchísima fotografía de Querétaro que no se conoce y este centro hace conciencia sobre la preservación de todo este material. Es nuestro receptáculo de la memoria fotográfica de la ciudad y la región.
¿por qué dedicarse a fotografiar querétaro? Es una búsqueda de mi espacio, de mi casa, de mi persona, de mi familia. Soy queretano, mis padres, bisabuelos y tatarabuelos lo han sido. Soy habitante del Centro Histórico, nunca he salido de ahí. Es una manera de entender el paisaje, la ciudad, las personas. Fotografío espacios de Querétaro que también son espacios de mi memoria. Por eso yo creo que lo hago.
¿qué espacios vuelves a visitar para fotografiar? Hay muchísimos. El antiguo convento de San Francisco, donde está el Museo Regional. Le tengo un cariño porque desde pequeño lo he visitado y fue cuando me enfrenté por primera vez a estas pinturas y objetos históricos. También el templo de Santa Clara y el Jardín Zenea, que es de donde parte la ciudad.
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en 1839 con el fotógrafo francés Jean Francois Prelier—, la nueva tecnología de la época significó una herramienta más realista para retratar el presente.
El primero de estos intentos fotográficos en Querétaro fue la famosa imagen de la camisa que usó Maximiliano de Habsburgo cuando lo fusilaron en 1867 (tomada por Francois Aubert), luego comenzaron las imágenes del acueducto que hizo William Henry Jackson en 1886, las de la Estación de Ferrocarril en 1903 y el paso de Agustín Casasola (el creador del archivo de fotografías más importante de México) a principios del siglo xx . Entre estos hechos seguramente se generaron miles de instantáneas tomadas por familias queretanas, fotógrafos curiosos, imágenes de estudio, periodistas, arquitectos y cualquiera que tuviera una cámara y tomara una fotografía en —no de — la ciudad. Si juntáramos todas esas imágenes podríamos, a partir
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Exposiciones temporales en el Centro Queretano de la Imagen. , Miguel Ángel Galván
de fragmentos, construir el pasado de Querétaro: calles, barrios, personas, clases sociales, fiestas, costumbres, modas, sucesos históricos, pensamientos.
Justamente así nació el cqi: una institución dedicada a buscar, reunir y difundir todas estas imágenes que retratan la ciudad, sus alrededores y el resto del estado. En esta labor, el centro recopila archivos dispersos para concentrarlos. Ahí, en un espacio de la Casa de los Leones, los originales se limpian, catalogan y conservan en un salón que preserva intactas las fotografías con luz y temperatura controlada. Reunir estas imágenes es la recopilación de una enorme variedad de miradas que, en conjunto, documentan el paso del tiempo. En esa etapa de búsqueda y rescate se encuentra el cqi: han podido encontrar y almacenar archivos como el de la familia
Pérez Ibargüengoitia, que tenía en los años setenta y ochenta un negocio de fotomurales con el que el patriarca viajaba, tomaba fotos de paisajes y las imprimía en gran formato; también el de la familia Garduño, que desde Amealco tomó fotografías familiares, de estudio y arquitectura; o el tratamiento de un archivo privado del historiador Manuel de la Llata. Esta mezcla de imágenes analógicas y digitales pretende convertirse en un banco de fotografías que construye y difunde la identidad de Querétaro.
A la par, el centro dialoga con la fotografía del presente. Cuenta con una sala para exposiciones temporales de fotógrafos contemporáneos, colabora con el Museo Regional para compartir su catálogo y tiene uno de los últimos cuartos oscuros que exis-
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En el edificio se encuentran detalles de la arquitectura del siglo
ten en la ciudad (abierto para cualquier fotógrafo que desee experimentar con los procesos de revelado que paulatinamente han desaparecido).
Grandes archivos (como el Casasola) se convierten en parte de la identidad. Cuando la memoria falla, estas recopilaciones de imágenes nos ayudan a reconstruir el pasado. Los bancos de fotografías son breviarios culturales, superan los límites del recuerdo. El cqi busca precisamente eso: salvaguardar nuestro acervo visual para recordar quiénes fuimos y en dónde estamos. ■
Además del archivo y la sala de exposición, el cqi cuenta con un espacio de usos múltiples donde cada mes se realizan distintos talleres, conferencias, cursos y otros eventos relacionados con las artes visuales. Por ejemplo, han tenido talleres para hacer gifs animados, sesiones de dibujo con modelo y encuentros de fotógrafos. Consulta sus actividades en fb.com/cqiqueretaro.
Centro Queretano de la Imagen, Juárez 66, Centro Histórico, martes a domingo de 10:00 a 15:00.
visita el espacio
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xix , Daniel Valencia
discusión
conversaciones
El arte no es de Querétaro, el arte es universal —entrevista a Oswaldo García opinión
Mi cuadra
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El arte no es de Querétaro, el arte es universal —entrevista a Oswaldo García
Por Francisco Paillie Pérez
En un local de plaza Las Américas conviven tres proyectos (plataformas): la galería Da Substanz, los talleres Quimera y la editorial Gold Rain. Los tres son iniciativa de Roxanne Nájar y Oswaldo García: fotógrafo, artista, restaurador, curador, coleccionista, gestor, editor, entre otras muchas cosas. Él conoce a todos los artistas locales,
6 conversaciones
Algunos fanzines y otras publicaciones de la editorial Gold Rain. , Oswaldo García
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trabaja con ellos y visita cada una de las exposiciones que ofrece la ciudad. Francisco Paillie lo entrevista para explorar más a fondo el panorama cultural de Querétaro.
¿Cómo iniciaron estos tres proyectos?
Fue en la carrera de Restauración, cuando hice mi investigación de proyecto final sobre pintura contemporánea en Querétaro. Me di cuenta que había cosas de pintores más viejos pero no había mucha información de lo nuevo. Entonces lo que hice fue una selección de muchos pintores que veía. Visitar exposiciones de la ciudad era parte de la escuela. Primero iba nada más de caza-cocteles a tomar y por bocadillos, pero ya después analizamos obras, técnicas y, haciendo entrevistas a estos pintores, me di cuenta que no había un lugar que quisiera exponer lo que «otros» estaban haciendo en la ciudad y entonces empezamos a hacer nuestras propias exposiciones. Roxanne y yo abrimos primero Quimera, los talleres de arte, porque no teníamos un espacio para exposiciones. Luego entendimos que todo era una deriva de la galería y evolucionamos a Da Substanz.
¿De dónde salió ese nombre?
Pensamos que sonaba bien: substancia. Existe esta concepción de que el arte es queretano, y un artista con el que tenemos una conexión muy fuerte en la galería dice que «no hay arte queretano», que eso no es más que una invención de los políticos y de los gestores culturales para justificar programas. En realidad el arte es universal y se comunica con el arte de 33 — ciudad adentro 08
otros lugares, de cualquier lugar; el arte en sí. Pero sí hay artistas queretanos, o artistas que pueden no ser de aquí pero que están aquí y entonces se convierten en artistas queretanos; aunque lo que hacen es universal. Por eso nos gustó ese nombre, porque hablar de la substancia es ir investigando a estos artistas, qué es lo que hacen, por qué lo hacen, y así cuando exponen en la galería vemos lo que se está haciendo en la ciudad.
Una galería, a diferencia de un museo, vende arte. ¿Cómo es esto en Da Substanz?
Estamos peleados un poco con el mercado del arte. Es muy pretencioso y especulativo. Todo se vuelve muy caro, aún las cosas que parecen insignificantes. Eso es complicado porque todos los artistas quieren que sus obras cada vez valgan más y todos quieren vender, pero tienen precios estratosféricos. Para eso hay que checar los mercados: no puedes vender al mismo precio que en otros mercados.
¿Y cuál es el valor real?
Creo que a mucha gente no le ha interesado bien cuánto cuesta algo. Es como lo del sapo y la pedrada. Pero en Da Substanz no nos gusta mucho eso, por eso en la galería manejamos precios públicos; siempre vas a ver los precios en la pared, en el catálogo, así ya no hay chismes. Nosotros valoramos al artista de acuerdo al precio de mercado; conforme la obra se vende va tasando si el precio sube o baja (es que luego estudié valuación).
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Pero entonces también cumplen una función social para el arte local; pues están los lugares de exposición, las galerías públicas, las galerías privadas, la venta de obra por WhatsApp. Pues es que antes había muy pocos espacios de venta. Hay muchos espacios de nivel en Querétaro para exponer, pero ahí no es de donde se vende, ahí es de donde llaman para hacer otras cosas. Hay agentes, pero también artistas vendiendo la obra por ellos mismos, o vendiendo la obra de otros artistas.
Todo es válido, eso es lo que pasa con el arte y con los precios.
¿Consideras que hay crítica de arte en Querétaro? Siempre están diciendo que no hay críticos en la ciudad, pero cuando hay, quieren matar a los críticos. Ya nadie quiere ser el que critica. Lo que puede ser neutral acá, porque habla bien de todos, son los periódicos, en donde casi nunca vas a encontrar crítica, sino datos técnicos: las fechas de inauguración, los temas, los artistas.
¿Cómo nació el sello editorial Gold Rain?
Me emocioné por comprar una máquina Risograph. Fue en ese entonces cuando apareció Gold Rain, que es como tener la galería pero en libros. Por ejemplo, ahora estamos preparando un libro que habla de las obras que exponemos pero desde los bosquejos, desde las libretas de bocetos de los artistas. Esa es toda una línea: los libros de artista, los «otros libros» y los catálogos curados. Tenemos
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muchos libros de collage y de gráfica, pero queremos hacer más libros de fotografía.
También hemos hecho un proyecto de fanzines, como una selección de artistas que colaboraban con obra sobre papeles que ya no funcionaban y se intervenían. Eran libros en formato tabloide y tamaño carta. Luego fuimos a Index Art Book Fair y allá reconfiguramos la idea de hacer libros, fanzines y catálogos, todo hecho en la Risograph.
¿Tienes la única Risograph de Querétaro? ¿Qué tal ha sido para los artistas aprender a trabajar con la máquina, trabajar con ustedes? Quizás sea el único conocido. Nosotros hemos sido muy abiertos, te dejamos venir a hacerlo, pero si no le sabes o no lo puedes hacer, te podemos ofrecer los servicios de impresión. O colaborar en tu proyecto, que vengas y lo hagas y nosotros te ayudamos. Aunque hay gente que no lo entiende, que piensa que en «otras fotocopiadoras» les queda mejor, que se mueve la tinta. Parece que estamos acostumbrados a que todo tiene que ser nítido y a todo color, que «para eso pagamos», para las vanidades; con eso chocamos mucho.
Me gustaría que te definas frente a todos estos proyectos. ¿Quién es Oswaldo para estar haciendo tantas cosas? Te gusta el arte y te gusta esta ciudad. A mí personalmente me gusta mucho mirar. Me gusta ir a todas las exposiciones a ver qué están mostrando en otros lados, en qué están trabajando.
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Ese es mi interés local. Me interesa la ciudad y lo que está pasando. De ahí se derivó también el que vaya a las exposiciones a sacar fotografías y lo continúo haciendo. Trato de ir a casi todo, no siempre puedo. Es como mitad observación y mitad fotografía; me gusta mucho conservar las cosas. Lo que a mí me emociona del año es hacer exposiciones y ver exposiciones: las del Museo de la Ciudad, Galería Libertad, las que aparecen por algún proyecto, Galería Balneario, el Board Dripper; quiero verlas, quiero registrarlas.
Quizás soy voyeurista; me gusta mucho ver las cosas, observar. Yo hacía fotografías de bandas y de conciertos, captar la esencia de eso que pasa: la música, la luz, cosas bellas. Cuando tomaba una foto buena, era como atrapar ya el momento. Pero también me gusta producir y tener: de eso llegan las demás derivas, como clasificar y exhibir, recibir lo que llega y no ponerle etiquetas, dejar que las cosas sorprendan cuando las conoces. Creo que eso es lo que hace un buen observador. Lo que se mantiene constante para mí es la fotografía y la idea de hacer registros de distintos tipos. ■
conoce da substanz
Mitad galería, mitad taller, mitad archivo, mitad editorial. Da Substanz es una plataforma cultural en un escenario improbable: entre tiendas de ropa, estéticas y comida corrida. En ese local exponen artistas emergentes, ilustradores imparten talleres, se organizan sesiones de pintura y se almacena una selección de obras de talentos locales. Conoce más sobre el proyecto en fb.com/dasubstanz o visita su tienda en línea: kichink.com/stores/dasubstanz.
Da Substanz, Argentina 99, Plaza Las América. Lunes a viernes de 12:00 a 19:00, sábado de 12:00 a 15:00.
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Mi cuadra
La ciudad —el barrio, la calle, nuestra casa— es el universo a escala. Aquí Eduardo de la Garma, habitante del Centro Histórico, reflexiona sobre la vida y el tiempo en un recorrido (¿insignificante?) por su vecindario. Al final, las vidas están hechas de paseos; y en ese deambulatorio, que es rutina y deriva, la ciudad se convierte en nosotros.
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Tamales vecinos en el barrio de Santa Ana. , Eduardo de la Garma
Por Eduardo de la Garma
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«Una de las cosas más difíciles que hay es describir la calle donde vivimos». Bajo esta premisa de Juan Villoro, salí de mi casa y le di una vuelta a la cuadra. Me tardé cinco horas. No porque divagara o vagabundeara o porque quisiera reencarnar en flâneur parisiense. ¿Quién fue el errante que sacaba a pasear a su tortuga por el malecón del Sena? ¿Baudelaire? ¿Benjamin? ¿Walser? ¿Debord?
Quién sabe. El chiste es que ese no soy yo. No, por mí hubiera salido corriendo para terminar con esto lo más pronto posible. Pero no podía. El paseo debía ser moroso, casi burocrático. Denso y profundo.
No llevaba una tortuga, sino un niño, casi un bebo. Más bien, él me llevaba a mí. Mi hijo, con poco más de un año, comienza a ensayar sus primeros pasos. Stephen Spender, un poeta inglés casi prescindible, escribió estos versos en un poema titulado «A mi hija»: «Mientras ahora vamos caminando, mi hija / Alegremente aferra un dedo mío con toda su mano. / Toda mi vida sentiré que un invisible anillo / Circunda ese hueso con su brillo; cuando crecida / Esté muy lejos de hoy, como sus ojos ya lo están». Todos los que tenemos un hijo llevamos ese anillo invisible y penetrante en uno de nuestros dedos: es la mano con la que alegremente se aferró nuestro hijo mientras aprendía a caminar. El bebo que camina no sabe ni por qué ni para qué camina. Yo tampoco, la verdad. No vamos a ningún lado. Salimos sólo a darle una vuelta a la manzana: el destino es el origen.
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Nuestro paseo se parece a aquel de Hansel y Gretel: avanzamos sólo para alcanzar la próxima señal vaga e imprecisa: pasamos de un montón de hojas secas a una pisada de tierra o barro, de una paloma expectante a una popó de perro. Parecemos detectives de lo inmundo.
Así recorrimos la calle donde vivimos. Esa calle es Pino Suárez, y la cuadra se complementa por Nicolás Campa, Arteaga y Ezequiel Montes.
Quisiera decir que al caminar así de lento, más o menos a un ritmo de un metro por minuto, pude observar cosas fascinantes, pero decir eso es desatar la cursilería: «nuestras vidas corren tan aprisa que no nos percatamos de los pequeños grandes detalles que nos envuelven» y etcétera. Ay no no no, trataré que no se me dispare tanto el factor cursi. Tácito es menos afectado, creo: «la velocidad guarda relación con el miedo —escribió—; la lentitud es más propia de la firmeza». Pero esa idea tampoco me cuadra. Ni Juan ni yo paseamos con firmeza. «Inventar la locomotora es, además, inventar el descarrilamiento», escribió Paul Virilio. Eso mero: mi paseo es el de la catástrofe ferroviaria. Veo todo desde ahí, desde la deriva o la insolvencia. Si todo pende del punto de vista, si lo que veo no es sino donde estoy parado, lo que veo es también la velocidad descarrilada en la que me muevo.
Pues bien, lo que veo es extrañísimo. En toda la cuadra, ni un solo Oxxo, ni un solo Airbnb, ni un solo changarro multinivel. Insólito. Lo que vieron mis ojos fue simultáneo; lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré.
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En la parte noreste de la cuadra, hacia Nicolás Campa, vi una olla tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro de la olla sería de cuarenta o cincuenta centímetros, pero el espacio cósmico entero estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (una partícula de polvo de las obras en Ezequiel Montes, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde la morosidad y la insistencia del tamal que me comía.
Vi durante mi paseo un populoso tráfico, vi el alba y el medio día, vi las muchedumbres del centro de salud que está frente a los tamales, vi una plateada telaraña en el marco de la casa donde venden uniformes de escolta, vi un laberinto roto (era el obrador que vende barbacoa de borrego), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos de la cuadra y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Arteaga las mismas baldosas que hace veintiún años vi en la cocina de una casa en Guanajuato, vi arbustos espinosos, agua, polvo, humo, vetas en el adoquín, vapor de aceite, vi convexos changarros de gorditas y cada una de sus migajas de carne, vi una papelería llamada La Goma Mágica y un local (¿siamés?) llamado La Licuadora Loca, vi la lavandería La Espuma y una verdulería sin nombre, vi el salón de zumba y lo vi vacío, vi un hospital casero, familiar, vi una panadería atendida por una secta de cristianos felices, vi el cam-
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panario del templo de Santa Rosa, vi perros, gatos, palomas, tres gallos y una rata que nunca olvidaré, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un local que vendía pañales al mayoreo y que ahora vende aparatos de ortopedia, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi el oficio de un tatuador (y la aguja sobre la piel me hizo temblar): dibujaba trazos obscenos, increíbles, precisos, sobre el tórax de un vecino, vi la botarga de una farmacia similar entre dos espejos que la multiplican sin fin, vi un monumento a un diputado, y lo vi con la ternura que produce el rencor del otro, el que mandó a hacer la estatua (el monumento chorreaba caca de paloma), vi el pañal de mi hijo, lo vi oscuro y se lo cambié, vi a tres ancianos dejados, redimidos, en lo que sospecho es la única plaza no turística del centro, vi el exiguo semblante de la experiencia, vi la circulación de mi oscura sangre, vi, a un lado, el engranaje del amor y, del otro, la modificación de la muerte, vi mi cuadra y vi sus vísceras, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto esa realidad imperceptible y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado con tanto detenimiento y austeridad: la inconcebible cuadra donde uno vive.
Sentí infinita veneración, infinita lástima.
Y así, con estos profundos sentimientos humanos, llegamos mi hijo y yo a la mitad del camino: una peluquería que está en Arteaga. Miré hacia adelante y vi a mi hijo. Miré hacia atrás y vi el camino recorrido. Estoy, sí, a la mitad del camino: tengo la infancia
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tan cerca como la vejez. Aquí persisto. Y aquí Juan y yo nos cortamos el pelo.
Delante nos queda el trecho más revoltoso: las obras en Ezequiel Montes harán que caminemos entre la tierra y las siniestras máquinas que tanto fascinan a Juan.
Detrás hemos dejado ya la cantina de la cuadra, ese bosque nocturno donde un montón de irrescatables cruzan la puerta vaivén para tomarse el biberón que los liquidará. A esta hora, poco antes del mediodía, borrachos de horror, ante la feroz lucidez del día, salen los últimos aturdidos. Caminan detrás de nosotros, como si Juan y yo fuéramos la vanguardia de una procesión imprevisible. Poco a poco los vamos perdiendo hasta llegar, por fin, de vuelta al hogar. El regreso a la semilla.
Todos los paseos felices se parecen —escribió Tolstoi—; los infelices lo son cada cual a su manera. El nuestro fue tan feliz que aquí seguimos viviendo para poder repetir el mismo paseo todos los días. Variaciones de lo mismo. Nuestra vida, quizá, se sostiene en ese algo que parece que nunca terminará de repetirse. ■
camina querétaro
En Ciudad Adentro organizamos cada bimestre una ruta a pie por distintas zonas de Querétaro. El año pasado caminamos por colonias arboladas con galerías de arte, recorrimos Hércules y su fábrica de textiles, pasamos por debajo de los arcos del acueducto y recreamos los pasos de Maximiliano de Habsburgo hasta el Cerro de las Campanas. Puedes inscribirte sin costo a nuestra próxima caminata aquí: bit.ly/camina6. Tal vez en estas derivas por «lo de siempre» nos conocemos un poco más.
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Remembranzas de Hierro y Fuego en el Consulado de México en Los Ángeles
El 2017 fue declarado el año de México en Los Ángeles. La segunda ciudad más poblada de Estados Unidos abrió la puerta para que artistas mexicanos de distintos estados de México presentaran su trabajo, realizaran proyectos de colaboración y celebraran la relación entre ambas regiones.
Como parte del programa, Los Ángeles hizo una colaboración especial con la Secretaría de Cultura de Querétaro, la cual se centró principalmente en comisionar a tres artistas queretanos la creación de un mural en el Consulado de México en esa ciudad. Los seleccionados para intervenir este espacio fueron Luis Sánchez, Ricardo Mosterín y Wendy Arellano, creadores plásticos que han expuesto en galerías locales y constantemente participan en festivales de arte urbano. Titulado Remembranzas de Hierro y Fuego y elaborado a base de esmalte acrílico en aerosol, el mural retoma los motivos históricos del muralismo mexicano, con una composición que simboliza las causas y consecuencias de la Constitución de 1917 que se promulgó en Querétaro y hace un año celebró su centenario.
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Neivi Martínez en La traviata
Neivi Martínez es una soprano queretana con bastante resonancia en el extranjero. Hizo un intercambio artístico en Suecia, ha tomado clases con el tenor mexicano Francisco Araiza y durante 11 años cantó en los coros del Teatro de Klagenfurt, en Austria, y el Teatro de Giessen, en Alemania. Ahora es solista y colabora con las orquestas de Frankfurt y Viena en óperas y varios recitales. Ha cantado en múltiples espacios de Europa como el Museo Nórdico de la Acuarela y el Museo de Arte de Gotemburgo, en Suecia, o los castillos Schloss Braunfels y Lichtenstein, en Alemania. Entre todos estos eventos viene paulatinamente a Querétaro y otras ciudades de México a dar presentaciones especiales. Este 3 de mayo estará en la Ópera Estatal de Stara Zagora, en Bulgaria. Ahí interpretará a la cortesana Violetta Valery en La traviata, una ópera de Giuseppe Verdi basada en la novela La dama de las camelias, de Alexandre Dumas. Luego comienza una gira de presentaciones en Europa con la Orquesta Filarmónica de Nis en Serbia y el Ensamble de Viena. Más información en neivimartinez.de.
ópera
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reuniones creativas
kane , una agencia publicitaria en el Centro Histórico, organiza periódicamente Insighters: reuniones abiertas a creativos. Ahí se conocen, toman unas cervezas y reflexionan sobre la industria en la ciudad. Más información en fb.com/insighters mx.
folclore de barrio
Laurence Galli, francesa en Querétaro, dice que su parte favorita de la ciudad es el barrio de La Cruz por sus colores y folclore: el mercado, el mirador, el Panteón de los Queretanos Ilustres y los andadores que serpentean.
italia en un lago
Frente a la presa Santa Catarina, en el kilómetro 24.5 camino a San Miguel de Allende, está La Trattoria del Lago: comida italiana al borde de la carretera. Vale la pena hacer el viaje (menos de 30 minutos del Centro Histórico) para tener un festín de fin de semana.
tianguis digital
Un grupo de estilistas y diseñadores de Querétaro crearon una app que sigue la filosofía de moda sustentable. Desde cualquier smartphone vendes y compras ropa usada que todavía no completa su ciclo de vida. Descárgala en floshic.com.
exceso de antojo
A una cuadra de Plaza de Armas abrió Munchin Donuts (Río de la Loza 2), una tienda de donas para el glotón que busca sabores como maple y tocino, Oreo y pretzels (el equivalente a las nieves de Dolores Hidalgo). Adiós a los propósitos de fin de año.
secreto a voces
Dentro de la cantina Gracias a Dios, cruzando una puerta misteriosa, está La Trinchera, un pequeño bar con mucha personalidad y encanto, que expende cerveza Hércules, la mejor de la ciudad. Andador Libertad 51.
9 hallazgos
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créditos y legales
ciudad adentro, revista de turismo cultural en Querétaro, es una mirada curiosa y atenta hacia el interior de la ciudad, vista por quienes visitamos, habitamos, trabajamos y nos divertimos en ella.
Edición, diseño y fotografía: Jacobo Zanella. Redacción e investigación: Luis Bernal.
ciudad adentro se imprime en papel bond de 75 gramos con forros en papel bond de 120 gramos. Para su composición se usa la familia tipográfica Arno (nombrada así por el río italiano) y para algunos encabezados se usa Phosphate.
ciudad adentro, año 2, número 8, marzo-abril 2018, es una publicación bimestral editada en Querétaro. Guerrero esquina Madero, Centro Histórico, Santiago de Querétaro, 76000, Querétaro. Teléfono 442 212 5500 x 4089. revistaciudadadentro. com, hola@revistaciudadadentro. com. Editor responsable: Jacobo Zanella González. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: en trámite. issn: en trámite. Número de certificado de Licitud de Título y Contenido otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación: en trámite. Impresa en Grupo ArtGraph, sa de cv. Avenida Peñuelas 15 d, San Pedrito Peñuelas, Santiago de Querétaro, 76148, Querétaro. Este número se terminó de imprimir el 25 de febrero de 2018, con un tiraje de 3,000 ejemplares. El editor no necesariamente comparte el contenido de los artículos y sus fotografías, ya que son responsabilidad exclusiva de los autores. Se prohibe la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin el con-
sentimiento por escrito del titular de los derechos correspondientes.
sitio web y contacto
ciudad adentro revistaciudadadentro.com
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colaboradores de esta edición
capicúa movlab
Elisa Herrera y Antonio Tamez son académicos, escriben, corren y fundaron Capicúa MovLab, un proyecto de experimentación urbana y social (ver página 30).
francisco paillie
Es editor de la Editorial El Caminante (editorialelcaminante. com) y fundador de dérive LAB (derivelab.org), un laboratorio multidisciplinario interesado en arquitectura, calidad de vida, cultura y urbanismo en la ciudad.
oswaldo garcía
Es curador, galerista, editor y fotógrafo. Fundador de la galería Da Substanz ( fb.com/dasubstanz) y la editorial Gold Rain ( fb.com/ goldrainbooks). Con ambos proyectos se dedica a difundir la escena artística local.
en la siguiente edición
Mayo y junio son los meses más cálidos de la ciudad. A falta de mar y aire acondicionado, propondremos experiencias para sobrevivir —y disfrutar— el verano en la ciudad. También recibiremos la primera Noche de Museos del año y revisaremos lo que algunas galerías de arte hacen desde Querétaro.
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¿Dónde se distribuye?
museos, galerías y centros culturales
Museo de la Ciudad, Museo de Arte de Querétaro, Museo del Calendario, Museo Regional de Querétaro, Museo de la Restauración de la República, Museo de Arte Sacro, Galería Libertad, Casa Gutiérrez
Nájera, Centro de Arte Bernardo Quintana, Centro Cultural Gómez
Morín, Cineteca Rosalío Solano, La Fábrica, Casa de la Cultura Dr. Ignacio Mena, Librería Cultural del Centro, Librería fce Hugo Gutiérrez
Vega, Museo Casa de la Zacatecana, Fundación Carol Rolland, Casa del Faldón, Biblioteca de la uaq , Galería Da Substanz, Galería Satélite, Galería Municipal Rosario
Sánchez de Lozada, Museo Santiago Carbonell, cac Juriquilla.
restaurantes y bares
La Vieja Varsovia, Hank’s New Orleans, El 9, Marrón Café, Club Náutico (corredor gastronómico), La Mariposa, Chucho El Roto, El Caserío, Cafetería Amadeus (Los Arcos y Juriquilla), Oriental Grill, La Grupa, Gracias a Dios, Jaguar Azul, Maco Café, La Glotonería, Cardosanto, Clorofila, Sr. Conejo, Brewer Gastropub, Balkan, Café Pal Diario, Marimar, Wicklow, Il Duomo, Cócono, Estación Central, Tikua, Fiume 37, Carranza 50, Gramlich Café, Hacienda La Laborcilla, Bretón, Sanlucar, Bruno, La Parrilla Leonesa, Dodo Café, Apothecarius, La República, Toki Sushi, Toulouse Lautrec Café, Güd Cofi, Cao Cao Café, Capricho Sin Culpa, Fusión Latina, Dongu, Nicos.
hoteles
Hotel mo17, Hotel Criol, Casa de la Marquesa, Hostal Kuku Rukú, El Hostal de Casa Arcos, Hotel Señorial, Hotel Grand Fiesta Americana, Hotel Doña Urraca, Hotel Suites Sofía,
Hotel Antiguo Mesón Aspeytia, Hotel Casa Cayala, Hotel Amberes, Hotel Impala, Hotel Domus, Hotel Holiday Inn Centro Histórico, Hotel Fiesta Inn, Hotel Mesón de la Luna, Hotel Misión Querétaro, Casona de La República, Hotel Casa Altamira, Mesón de Santa Rosa, Casa del Atrio, Hotel La Casa del Naranjo, Hotel Serafín, Hotel Hotsson, Hotel Flamingo, ace Hotel, Hotel Real Alameda, Hotel Casa Inn.
viajes y turismo
Atención al turista sectur Querétaro, Aeroméxico, tar Aerolíneas, Mundo Joven.
otros
Cervecería Hércules, Teatrito La Carcajada, lc Hairdressers, Riel Store, Bodega, Tec de Monterrey, Universidad Anáhuac, Escuela Activa de Fotografía, Universidad Mondragón, La Jabonera, Librería
El Sótano (Álamos), Librería Universitaria uaq, Librería El Faro de Alejandría, Escuela de Laudería, cadhu Querétaro, Archivo Histórico.
ciudad de méxico
Cine Tonalá, Hotel Parque México, La increíble librería, Centro Cultural Border, Arróniz Arte Contemporáneo, Museo Universitario de Ciencia y Arte muca Roma, Academia de Artes Visuales aavi, Museo del Objeto El Modo, eno Roma, Vértigo Galería, Museo Tamayo, Galería Mexicana de Diseño.
web
Lee y comparte todos los números de ciudad adentro (y otros documentos) en nuestra biblioteca virtual: revistaciudadadentro.com.
distribución amigable
En Querétaro, ciudad adentro se distribuye en dos ruedas, sin emitir humos ni ruidos en el proceso.
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, Analí Núñez
