ÂżSeguimos leyendo "Don Quijote de La Mancha", Borges?
5
¡No, Borges! La primera parte ya la terminamos.
6
¿Te acordás lo que pasó?
Don Quijote, completamente loco, habĂa subido a la montaĂąa para hacer penitencia por su seĂąora Dulcinea.
7
Allí lo encontraron sus amigos, el cura y el barbero, que habían salido a buscarlo. ¡Y fue el mismo Sancho el que los guió hasta él! ¡Pero qué tonto!
Entonces, el cura lo engañó, haciéndose pasar por una princesa. No entiendo cómo Don Quijote no se dio cuenta.
8
Y así fue que consiguieron encerrarlo en una jaula y llevarlo nuevamente a su pueblo.
Don Quijote quedó al cuidado de su ama de llaves y su sobrina, y Sancho Panza volvió a casa con su mujer y sus hijos. Las aventuras se habían terminado para siempre. ¡Qué triste!
9
¡Por eso, ya mismo vamos a leer la Parte 2 de Don Quijote de La Mancha!
Una vez que estuvo en su casa, lo cuidaron con mucho cariño, dándole de comer cosas ricas y apropiadas para la cabeza y el corazón.
10
Esta… por Dulcinea. Esta… por Sancho Panza…
Frene ahí, señorita, que ese nunca permitiría que alguien coma por él.
Sus amigos, el cura y el barbero, quisieron visitarlo prometiendo no mencionar nada que le recordase sus antiguas aventuras, no fuera cosa que se le despertara la locura. ¿Y cómo está su esposa, señor cura?
Sepan ustedes, que me han cuidado como a un rey, dándome grandes manjares y todo lo que yo pidiese. ¡Fuera! ¡No puede pasar!
11
¡Vuélvase a su casa!
¡No tiene nada que hacer acá!
¡Insolente! ¿Y eso quién lo dice?
Yo lo digo. ¿Y a mí qué me importa, pico largo y nariz corta? 12
¡Es ese! ¡Ese que lleva a mi señor por ahí y le mete cosas raras en la cabeza!
¡¿Yo…?! Es él quien me sacó de mi casa con mentiras, me llevó por el mundo y hasta me prometió una isla que todavía estoy esperando.
¡Malas islas te ahoguen, maldito Sancho! ¿Qué son esas islas, algo para comer? ¡Con lo glotón que eres!...
No son para comer, sino para gobernar.
Igual, acá no va a entrar. Vaya a gobernar a su casa y déjese de islas y de islotes.
13
¡Chito todo el mundo! ¿Qué son esos gritos en mi casa? Sobrina, ábrele la puerta a mi amigo y déjalo pasar.
Hasta pronto, amigos.
No hagan ninguna locura.
14
Cuando menos lo esperemos, nuestro amigo sale otra vez a volar por los caminos.
Ya lo creo. Pero no me maravilla tanto la locura del caballero como la del escudero. ยกIslas!
Serรก mejor que estemos atentos.
Mucho me apena, Sancho, que hayas dicho que yo te saqué de tu casa, cuando bien sabes que yo no me quedé en la mía. Los dos corrimos la misma suerte.
Sí, señor. Pero se suponía que el que recibía los palos era el caballero y, sin embargo, yo también he vuelto molido.
15
Mira, Sancho, yo volveré pronto a recorrer los caminos, pero tú no tienes obligación de acompañarme. Yo no me voy a enojar.
No es algo tan difícil conseguir un buen escudero…
¡No! Con todos los huevos que gasté para que se reponga, morir no se va a morir. Digo que se nos va otra vez de aventuras.
Este se nos va, señorita, se nos va.
¿Dices que mi tío va a morir? 16
¿Qué dices, Sancho? ¿Me busco otro escudero?
Prepara todo, que en tres días nos iremos.
¡No, señor! Eso sí que no. Lo cuidaré yo o no lo cuidará nadie.
¡Vamos a rezarle a Santa Apolonia!
Y así fue como una noche salieron de su casa, sin que nadie los viera.
Santa Apolonia, escúchanos…
17