En un lugar oscuro y lejano llamado Transilvania, donde las noches eran largas y los días cortos, vivía una comunidad de vampiros, una extraña raza de seres con grandes colmillos y tez pálida, ya que por razones de salud, no podían ver el sol.
Liderando esta larga estirpe de colmilludos estaba el temible conde Drácula, último descendiente de la dinastía.
Vivía en el tenebroso castillo de Bran, triste y abrumado por la soledad, ya que su fama lo señalaba como un ser huraño y temible.
A pesar de las habladurías, el conde era un ser sensible, bueno y bastante innovador. Había realizado cambios que simplificaron la vida de los vampiros, como los que están en los siguientes decretos.
Decreto Nro. 1: NO SE DORMIRÁ MÁS EN UN ATAÚD. (El dolor de espalda y una fuerte lumbalgia ayudaron a tomar la decisión de cambiar la antigua tradición de dormir en un sarcófago por una cama King con almohadas rellenas de plumas).
Decreto Nro. 2: EL CONDE Y LA REAL ACADEMIA VAMPÍRICA AUTORIZAN EL USO DEL NOMBRE 'SOL', SIEMPRE Y CUANDO SEA EN PALABRAS COMO: SOLedad, SOLiman, SOLana, SOLdán, SOLomillo.