LUZ, CÁMARA Y ACCIÓN
AL 25 DE MAYO
¡Esto es mejor que vivir en una peli!
¡Riiing! g! ¡Riiiiin
¡Hola! Aquí Anselmo Espilber, el mejor director de cine de la Argentina…
¿Qué película? ¿Quién habla?
¡El que puso toda la plata para la película sobre la Revolución de Mayo de 1810!
¡EL GUION DE LA PELÍCULA ES UN DESASTREEE!
¡Ah! ¿Cómo anda? Lo noto alterado. ¿Durmió bien anoche?
No pegué un ojo por culpa de todos los errores históricos que escribió en el guion. ¡Estoy hecho un zombi!
¡Ya está listo el arte del afiche! ¡¡Ya hay fecha de estreno!! ¡¡¡He gastado una millonada en la producción y ni título tiene la película!!! ¡Encima, en el guion usted lo pone a José de San Martín como Virrey del Río de la Plata! 2
Estoy recorriendo el estudio de filmación. Y veo que su creatividad lo llevó a imaginar que la Revolución de Mayo ocurrió en Tucumán. ¡Arregle el mamarracho que escribió o seremos el hazmerreír del público! Si no escribe un nuevo guion que se ajuste a la Historia, contrataré a otro “menos creativo” para hacer la película.
Y un cuarto de segundo después… ¡Melina, no Matilda! Hace meses le dije que con ese guion nos iban a poner un cero en Historia.
¡Impertinente principiante asistente de dirección! Aquí el genio creativo soy yo: Anselmo Espilber. Y…
¡Rápido, Matilda! Hay que hacer algunos arreglitos o vamos a estar en problemas. Hay que rehacer todo: parlamentos, vestuario, escenografía, utilería...
Sé que odia que le digan: “yo le dije”… ¡Pero yo se lo dije!
Hay que investigar y conocer los hechos, protagonistas y escenarios de la Revolución de Mayo. Además, las costumbres, vestimentas y forma vida de la gente de esa época.
Si yo fuera un genio del cine como usted, me haría las preguntas más básicas.
¡Lo tengo: debo hacerme las preguntas más básicas!
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RESPUESTAS ONLINE Contacté a mi amigo, el profesor Memo Test. Aceptó hacer una videoconferencia para aclararnos dudas sobre la Revolución de Mayo. ¡Es lo que había pensado! Pero..., ¿qué le pregunto?
LA "MÁSCARA DE FERNANDO" ¡Memo Test, capo en Historia argentina, ya está online! ¡Un gustazo conocerlo, profe! Soy Anselmo Espilber y...
Prof. Memo Test (Online) Skype Chat Memo Test dice:
10:05 AM
¡Sonamos! Se cortó la señal. Y eso que estoy en la Cordillera de los Andes a 3.000 metros de altura y casi puedo tocar los satélites. Me agarró en plena investigación de la Gesta Sanmartiniana. Vamos a tener que escribirnos. ¡Dele con las preguntas!
Espilber dice:
10:06 AM
Ok, a ver... ¡Ya sé! ¿Por qué la Revolución de Mayo de 1810 fue una revolución y ocurrió en mayo de 1810? Memo Test dice:
10:08 AM
Desde finales del siglo XVIII, España ya no era un imperio poderoso en lo económico y militar. El vínculo entre España y el Río de la Plata, en especial con los criollos de Buenos Aires, quedó muy débil a partir de las Invasiones Inglesas, en 1806 y 1807. La capital imperial no pudo defender Buenos Aires y los porteños organizaron sus propios regimientos, que fueron haciéndose cada vez más fuertes y en 1810 eran controlados por los revolucionarios. Espilber dice:
10:09 AM
¡Y con eso tenían el poder de las armas! Memo Test dice:
10:10 AM
¡Sí! A eso, desde 1808 se sumó la gran crisis por la invasión francesa a España y que el rey Fernando VII fuera prisionero de Napoleón, quien dominaba toda Europa y quería apoderarse de América. Espilber dice:
10:11 AM
Los porteños habrán sentido que dejaban de ser dominados por unos y pasaban a estar bajo el poder de otro. Memo Test dice:
10:13 AM
¡Exacto! Y hubo otras causas que venían jaqueando el poder español en América. Una era el enojo porque solo podían ocupar cargos públicos los españoles. Otra causa era el desprestigio de la corona por los amoríos entre la madre del rey Fernando y el ministro más importante de la corte: Manuel Godoy. Todo eso formó un caldo que hirvió en mayo de 1810. El 14 de ese mes llegó a Buenos Aires una fragata con periódicos que confirmaban la caída en manos de los franceses de la Junta Central de Sevilla. Esa Junta se había formado en 1808 para gobernar España y sus colonias en lugar del Rey prisionero, y en 1809 había designado a Baltazar Hidalgo de Cisneros como Virrey del Río de la Plata. La Junta Central dejó de funcionar por la invasión de Sevilla y en enero de 1810 unos pocos juntistas formaron de manera bastante cuestionable el Consejo de Regencia, que se autoproclamó autoridad de España y sus colonias. Espilber dice:
10:14 AM
¡Por eso, muchos porteños rechazaban que los gobernara ese Consejo medio trucho! Memo Test dice:
10:15 AM
¡Claro! Entre los opositores al Consejo habían muchos que querían cortar el vínculo con España. Y aprovecharon la situación para exigir la renuncia de Cisneros… ¡Los criollos lo aborrecían! Él representaba la falta de libertad que significaba ser una colonia. 4
Memo Test dice:
10:17 AM
Para sacarlo del mando argumentaban que si la Junta que lo había nombrado había desaparecido, él ya no era la autoridad del Virreinato. Y el poder debía ejercerlo el pueblo. Eso puso en marcha la “Semana de Mayo”. Aquí le adjunto una tablita con una síntesis. Fíjese… SEMANA DE MAYO DE 1810 HECHOS VIERNES 18 Cisneros publica un bando (un anuncio) en el que pide al pueblo que siga fiel a España. SÁBADO 19 Los criollos opositores al Consejo y Cisneros piden realizar un Cabildo Abierto para tratar la situación del Virrey. DOMINGO 20 El Virrey recibe a funcionarios del Cabildo, jefes militares y vecinos, y acepta convocar a un Cabildo Abierto. LUNES 21 El Cabildo envía invitaciones a los vecinos "más importantes" para reunirse en Cabildo Abierto el martes 22. MARTES 22 En el Cabildo Abierto todos coinciden en destituir a Cisneros, pero no se ponen de acuerdo en su reemplazo. Del lado criollo dicen que hasta que el rey no recupere el trono, el pueblo puede formar juntas que gobiernen en su nombre o que la urgencia obliga a formar una Junta provisoria en Buenos Aires y después sumar a representantes del interior para establecer un gobierno permanente. Del lado españolista, dicen que el primer español en llegar a América debe ser la nueva autoridad o que para tomar una decisión hay que consultar al resto de las ciudades del Virreinato. Tras largas discusiones, los invitados votaron. MIÉRCOLES 23 El Cabildo cuenta los votos y gana la idea de destituir a Cisneros. Se decide que hasta que se elija una nueva autoridad, el gobierno recae en manos de esa institución. DÍA
JUEVES 24
El Cabildo forma una Junta de Gobierno con el exvirrey Cisneros como presidente y con cuatro vocales: dos españoles y dos criollos: Juan José Castelli y Cornelio Saavedra. Hubo gran indignación: se había burlado la voluntad popular. Los criollos renuncian a esa Junta y logran que Cisneros no la presida. Se convoca al Cabildo para la mañana siguiente. Los revolucionarios tenían ya redactada una lista con los miembros de una nueva Junta.
VIERNES 25
Por la presión de los revolucionarios, las milicias y el pueblo, el Cabildo reconoce la Junta Provisional de Gobierno propuesta. La Junta jura que gobernará en nombre de Fernando VII hasta que sea liberado.
Espilber dice:
10:19 AM
Eso no lo entiendo. Si le juraron fidelidad al rey, ¿por qué lo que pasó el 25 de mayo fue una "revolución"? Memo Test dice:
10:20 AM
¡Lo de gobernar el Virreinato hasta que Fernando volviera era una estrategia! Con eso querían ganar tiempo para afianzarse en el poder y confundir a los españoles que se habían opuesto a la destitución de Cisneros. La idea era declarar la Independencia. A esa estrategia se la llamó "La Máscara de Fernando”. Espilber dice:
10:21 AM
¡Ah! Les hicieron creer que la Junta seguía siendo fiel al rey, pero en realidad prepararon todo para lograr la libertad del Virreinato. ¿Y hasta cuándo usaron la "Máscara"? Memo Test dice:
10:23 AM
La estrategia duró hasta el 9 de julio de 1816, cuando en Tucumán se declaró la Independencia. Espilber dice:
10:24 AM
Bueno… para pasar en limpio. Entonces, ¿por qué la Revolución de Mayo fue una "revolución"? Memo Test dice:
10:25 AM
Porque el poder pasó a los criollos, en vez de al Virrey, al que se lo había desplazado por voluntad popular; y la autoridad de la Junta tenía el reconocimiento del pueblo. Además, luego hubo cambios políticos, sociales, económicos y culturales que a la larga formaron nuestro país. El 25 de mayo de 1810 se puso en marcha un proceso que seis años después convirtió en un país independiente lo que había sido una colonia de España. ¿Le queda claro? Espilber dice:
10:26 AM
Sí… Pero me gustaría que me contara algo más. Cuénteme algunos chismes más sobre el romance entre la reina y el ministro Godoy. Memo Test dice:
10:27 AM
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TE LO CUENTO EN UN CUENTO
Desde su ventana, Delfina había visto llegar la fragata que trajo las noticias. ¡Causaron tanto revuelo en la ciudad esas noticias! Y desde hacía una semana Buenos Aires era un torbellino. Ya era viernes. Y como la pequeña y su familia vivían en un ranchito a orillas del Río de la Plata, por su ventana también vio que desde temprano la lluvia había retomado el juego que venía jugando durante aquella semana de mayo de 1810: Llovía un rato. Dejaba de llover. Otra vez se licuaba el cielo encapotado. De nuevo, ni una gota. En uno de esos recreos que daba la llovizna, lo primero que hizo Delfina fue salir a ver qué regalo le traían las olas del río. Eso hacía siempre, y de cada exploración volvía con algún “trofeo”: como cuando luego de la última sudestada sobre la arena había encontrado un cofrecito plateado que terminó regalándole a su abuela. Ahora caminaba por la costa. Descalza y con el borde de su falda rozando la turbia, inquieta sábana del río. La vista clavada en la arena húmeda y con rastros de espuma. Caracolas, piedritas, náufragos trozos de madera… y algo que brillaba levemente, como el sol que se encaprichaba en no dejarse ver. Delfina se acercó. Con sorpresa descubrió que se trataba de una botella. Estaba cubierta de algas y barro. Y tenía un tapón de corcho.
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UN DESEO, SOLO UN DESEO
La frotó para ver si había algo adentro y ocurrió… Lo inesperado. Una voz salió de la botella: —Hola, Delfina. —¿Quién sos? —Un genio –respondió la voz embotellada–. Hace siglos que vivo prisionero aquí adentro, obligado a cumplirle un deseo a quien me encuentre. Solo un deseo… A la niña se le llenó la carita de sol y se puso a pensar qué podría pedir. Mientras, desde su prisión, el genio le susurraba: —Riquezas… juventud eterna… suerte, mucha suerte. ¡Pero solo un deseo! —No sé qué pedirte –para ella, ni el dinero, la edad o la suerte eran importantes. —¿Ser una reina poderosísima, de esas que dominan territorios, tienen sirvientes, deciden sobre las vidas de sus súbditos? Nada tentadores esos ofrecimientos para Delfina. Siguió pensando. Desde que había comenzado esa lluviosa semana de mayo, su papá, que era pescador, no había podido lanzar las redes al río. Y su mamá, que cocinaba dulces para vender en las calles porteñas, no había hallado madera seca para encender el fogón. ¡Sol! Eso le pediría Delfina al genio. Que saliera el sol, justito ahora que volvía a desatarse una llovizna. Iba a pedir el deseo, cuando su hermano mayor apareció corriendo y a los gritos: —Delfina, Delfina... vamos a la Plaza de la Victoria. ¡Algo pasa frente al Cabildo!
La niña escondió la botella con el genio bajo una piedra y en un segundo corría junto a su hermano. Mientras se alejaba oía al genio insistirle: —Un deseo, solo un deseo. Lo que quieras, te lo daré. Los hermanos llegaron frente al Cabildo, donde encontraron un montón de hombres y mujeres invadidos por la emoción y la alegría pese a estar empapados por la lluvia. Todos gritaban y a través de una ventana del edificio se podía ver que adentro también reinaba el griterío. —¿Qué pasó? ¿Qué pasó? –iban preguntando los hermanos a quienes los rodeaban. Una negra se acercó encandilándolos con su sonrisa de perlas: —Lo que hasta hace poco era un deseo, solo un deseo, se acaba de cumplir. —¿Cuál? —¡Hemos dado un primer gran paso hacia la libertad! –les explicó un hombre muy elegante que tenía una cinta blanca en la solapa–. Un paso en el camino hacia el día en que podamos decidir nuestro destino, que seamos independientes… —Un día en que tengamos nuestro propio país, podamos elegir nuestros gobernantes, crear nuestras leyes y ser felices –añadió una mujer bajo su paraguas–. ¡Eso, hoy comenzamos a ser felices! Delfina y su hermano mucho no entendieron lo que les decían, pero todas esas palabras brotaban con tanta emoción que también los contagiaron. Se pusieron a saltar y a gritar. Hasta que en medio de tanta fiesta, ella recordó la botella con su genio y ese único deseo aún pendiente.
Sin explicarle a su hermano, corrió a la playa. Bajo la piedra halló intacto su tesoro. —Volviste. ¿Ya sabés qué me vas a pedir? –la recibió el genio–. Dejame adivinar: todo el oro de estas tierras, dominar los mares y las fronteras, adueñarte de quienes consideras inferiores... ¡Ser todopoderosa! —No –retrucó Delfina–. Te deseo la libertad. El interior de la botella resplandeció. La tapa se abrió. El genio, convertido en una bola de luz violácea, salió volando hasta perderse entre las nubes. Delfina no sabía nada de riquezas, ni de poder, ni de dominación. Pero acababa de aprender algo y eso era lo único que sabía con certeza. Sabía que con la libertad llega la felicidad o, al menos, queda más cerca de todas partes. Y feliz se sentía, porque al fin, en el cielo, el sol comenzaba a ganarle la batalla a los nubarrones. Era un sol que parecía decidido a quedarse.
Fabián y Ariel Sevilla
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PERSONAS Y PERSONAJES
¿QUIÉN ERA QUIÉN EN EL AÑO 1810?
¡Mire lo que encontré!
Además de principiante e impertinente, ¡chupamedias!
Nos… digo, le puede servir para la caracterización de algunos de los protagonistas. Es un trabajo que hice en la Primaria.
¡Me pusieron un 10!
BALTASAR HIDALGO DE CISNEROS Fue el último virrey del Río de la Plata. Había sido designado por la Junta de Sevilla y llegó a Buenos Aires en 1809. Apenas arribó, ordenó reprimir dos rebeliones en el Alto Perú (hoy Bolivia), donde los criollos formaron juntas para gobernar en nombre del rey español, que estaba prisionero; eso generó gran resentimiento entre varios porteños a los que ya les picaba el bichito de la Revolución. Además, ante la crisis económica autorizó el libre comercio con Inglaterra, lo que molestó a los comerciantes porteños que ganaban mucha plata con el contrabando. El Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 lo obligó a renunciar y quedó fuera del juego el 25 de mayo. La Primera Junta de Gobierno, con la excusa de que su vida corría peligro, lo embarcó en un buque y ordenó trasladarlo sin escalas a España. Medio sordo. En 1805, en la Batalla de Trafalgar los ingleses hicieron añicos a los españoles. El buque que comandaba Baltasar fue bombardeado y este perdió parte de su audición cuando el palo mayor de la nave se le cayó encima.
NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA E HIPÓLITO VIEYTES Integraban un grupo que desde 1809 se llamaba “Partido de la Independencia”, junto a otros criollos inquietos: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Antonio Beruti, Juan José Paso. Se reunían clandestinamente en la jabonería de Vieytes (actual esquina de Venezuela y Tacuarí). Cuando se supo de la caída de la Junta de Sevilla y la instalación del Consejo de Regencia, en España, se discutieron los pasos a seguir. ¿Cuáles fueron esos pasos? Presionar al virrey Cisneros para que convocara a un Cabildo Abierto. Mandona, pero decidida. El 18 de mayo, el Partido de la Independencia se reunió en la casa de Rodríguez Peña. Se dice que como no sabían qué hacer, la dueña de casa, Casilda de Igarzábal, usó su habitual estilo mandón para “empujar” a Saavedra a decidirse. Al otro día, él, Belgrano y Castelli pidieron a las autoridades del Cabildo convocar a un Cabildo Abierto.
DOMINGO FRENCH Y ANTONIO BERUTI Eran los cabecillas de la “Legión Infernal”, conformada por unos 600 jóvenes que tenían la misión de “encender” el ánimo de los porteños para lograr que el virrey Cisneros renunciara y el gobierno pasara a manos de los criollos. Por eso se hacían llamar ''chisperos''. También conocido como “los infernales”, el lunes 21 de mayo el grupo colmó la Plaza de la Victoria y a los gritos lograron que se convocara al Cabildo Abierto para el otro día. Beruti redactó la lista de miembros que debían formar la Primera Junta de Gobierno y el viernes 25 de mayo se la entregó a los funcionarios del Cabildo, amenazándolos con usar las armas si la rechazaban. ¡Bravos los “chisperos'', eh! Iban por las calles llevando armas ocultas y eran la cara visible de los líderes de la Revolución (es decir: los que se reunían clandestinamente en la casa de Rodríguez Peña y en la jabonería de Vieytes).
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PRIMERA JUNTA PROVISIONAL DE GOBIERNO Cornelio Saavedra
Juan José Castelli VOCAL
PRESIDENTE
Miguel de Azcuénaga
Juan Larrea
Domingo Matheau
VOCAL
VOCAL
VOCAL
Manuel Alberti VOCAL
Juan José Paso
Manuel Belgrano
SECRETARIO
VOCAL
Mariano Moreno SECRETARIO
Primera Junta de Gobierno, cuadro de Francisco Fortuny.
¡A las patadas! Tras asumir el nuevo gobierno, saltaron las diferencias entre Saavedra y Moreno. El presidente de la Junta pensaba que había que hacer cambios, pero de a poco. En cambio, Moreno quería cambios económicos y sociales rápidos y que la Revolución se controlara desde Buenos Aires. La ruptura definitiva entre ambos se produjo en diciembre de 1810. En una fiesta, uno de los asistentes, un poco pasado de copas, propuso un brindis "por el primer rey y emperador de América, Don Cornelio Saavedra". Cuando Moreno se enteró, suprimió todos los honores especiales para los miembros de la Junta, como que les dedicaran brindis públicos, fueran escoltados o tuvieran privilegios que no gozaban el resto de las personas. ¿Asesinato en altamar? Para sacar del medio a Mariano Moreno, Cornelio Saavedra lo envió a Europa a comprar armas. A poco de partir, Guadalupe, esposa de Mariano, recibió una encomienda anónima: un abanico de luto, un velo y un par de guantes negros. En marzo de 1811, en pleno viaje Mariano se sintió enfermo y murió tras beber una medicina que le dio el capitán del barco. Su cuerpo fue arrojado al mar. Al enterarse, Saavedra dijo: “¡Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego!". Lo sospechoso es que en la época se solían describir los síntomas producidos por beber arsénico, como “un fuego que quema las entrañas”. ¿Homicidio planificado o simple casualidad?
EL TOQUE FEMENINO DE LA REVOLUCIÓN
Mariquita Sánchez de Thompson, retrato de Mauricio Rugendas pintado en 1845.
Muchas mujeres de familias ricas o pobres, que se “arremangaron las faldas", participaron del movimiento que llevó a la Revolución y colaboraron en las batallas que siguieron al 25 de Mayo de 1810. En los salones de las porteñas Mariquita Sánchez de Thompson o Flora Azcuénaga, y en los saraos (fiestas nocturnas con baile y música) que organizaba Ana Riglos, se discutieron las nuevas ideas de la Revolución. El 7 de junio de 1810, la Primera Junta pidió a los vecinos que donaran dinero para equipar al ejército que debía marchar a Córdoba, donde se había organizado una “contrarrevolución” porque no aceptaba la autoridad del nuevo gobierno. Ahí no más, mujeres de familias adineradas pusieron plata, como Casilda de Igarzábal, Bernardina Chavarría, Mercedes Losada de Riglos… También donaron plata mujeres pobres: María Josefa Tapia entregó 2 pesos, Juana Pavón donó lo que había ahorrado para comprarse ropa, y la esclava María Eusebia Segovia se ofreció para cocinarles a las tropas.
¡Escándalo de telenovela! Cuando Mariquita Sánchez tenía 15 años se enamoró de su primo, Martín Thompson, con quien se comprometió. ¡Sus padres estaban en contra! pues habían arreglado casarla con otro primo. Empecinada, ella se presentó ante el virrey Rafael de Sobremonte para que anulara ese arreglo. Luego de un año de juicio, triunfó el amor: Mariquita y Martín pudieron casarse.
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ARCÓN DE ANTAÑO
EL ROPERO DE LA REVOLUCIÓN
¡Señor Espilber, mire lo que enviaron!
¡Noooooooooo! Son los bocetos del vestuario… ¡Y me llamo Melina!
¡Por fin, la pizza la de muzzarela que había pedido! Ya se estaba demorando demasiado. ¡No llamo más a esa pizzería, Matilda!
EL REGIMIENTO DE PATRICIOS Galera o morrión: De cuero negro, con cordones y penacho de lana blanca. Doble bandolera cruzada sobre el torso: De cuero blanco. Una bandolera para cartuchera y otra para cargar el sable corto y la vaina de la bayoneta (arma afilada y puntiaguda para fijar en la boca del fusil). Fusil de chispa: La pólvora se cargaba por la boca del cañón. Al presionar el gatillo (“llave de chispa”), encendía la pólvora y provocaba el disparo. Pesaba entre 4 y 5 kg.
Casaca: Azul con solapa abotonada y faldones largos en la parte trasera. Cuello alto, con su interior de un blanco muy vivo, un botón dorado y, a cada lado, una flor de lis. Al igual que los puños, de paño color grana (rojo tirando al púrpura). Faja o banda en la cintura: De tafetán de seda carmesí. Anudada con un lazo. Flecos de seda en los extremos. Pantalón: Blanco y ajustado a la pierna. Botines: De lona negra.
EL HOMBRE “DE BUEN PASAR” Galera o sombrero de copa alta. Camisa: De cuello alto y mangas fruncidas. Corbatín: De seda anudado al cuello. Puños: Con volados de encaje que caían sobre las manos. Bastón: Usado por considerarlo “elegante”. Zapatos: De cuero y con grandes hebillas de bronce. Importados de Europa.
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El “frac”: Casaca de lana desabrochada (aunque con botones de oro o plata), con cuello alto y grandes solapas. Por detrás, dos faldones. De color verde, azul o amarillo. “Calzón”: Tipo de pantalón de lana y muy ajustado. Medias de seda.
LAS SEÑORAS DE CLASES MEDIA Y ALTA
Cabeza y hombros: Cubiertos con mantillas de seda o encaje. Pero en general preferían el “rebozo”: rectángulo de tela que dejaba solo una parte de la cara al descubierto.
Colores de los vestidos: Muy pálidos, de color marfil o blanco; negro para ir a misa y para las viudas. Vestido “estilo imperio”: Parecido al usado por la romanas antiguas. Mangas muy amplias de tipo globo cortas o largas hasta los puños. Ajustado por debajo del pecho. Falda angosta hasta el talón y terminada en volados.
Abanico: Accesorio infaltable para darse aire en los lugares encerrados y en días de calor. Zapatos: De tela, usualmente blancos o negros. Sin taco y con suela de piel curtida de oveja.
Las niñas iban vestidas como las señoras mayores.
LOS SECTORES “POPULARES” Eran los más pobres: españoles venidos a menos, negros, mestizos, mulatos, indígenas. Se dedicaban a las artesanías, la servidumbre u oficios sencillos. También muchos mendigaban a caballo. A este sector social pertenecían los vendedores ambulantes. Hombres y mujeres humildes solían andar descalzos o usaban los zapatos que les regalaban los ricos. Anunciaba que andaba cerca haciendo sonar un silbato.
Llevaba al cuello una bandeja de madera con su mercadería: pastelitos, tortas, pasteles, golosinas. Siempre tenía a mano un plumerito para espantar las moscas de su bandeja.
El poncho era la prenda más común de los hombres pobres.
Cargaba al hombro una vara con las velas colgadas por las mechas.
Zapatos de cuero atados con un tiento (tira de cuero de vaca o de potro).
Usaba un palo terminado en un gancho para levantar los paquetes de velas. Calzoncillo con flecos.
VENDEDOR DE VELAS
PASTELERO
Sobre su calzoncillo largo con flecos, una manta anudada a la cintura a modo de falda. Ofrecía escobas, plumeros cortos y uno de vara larga.
Camisa y chaleco. Camisola muy suelta y pañuelo anudado al cuello.
Pantalón bien amplio.
Zapatos tipo zuecos. VENDEDOR DE ESCOBAS
Sin calzado.
Fusta para mover a su animal con leves golpes.
De su apero de montar colgaba un canasto con fruta.
VENDEDOR DE DURAZNOS A CABALLO
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