¡UN CANTO A TODA VOZ!
En una tanguería… Damas y caballeros, con ustedes las nuevas voces del tango… ¡El Trío Melodía de Arrabal!
Desde que me dejaste, mi vida es un tango: te lloro cantando y me hundo en el fango…
A LA INDEPENDENCIA
¡BUUU!
¡FUERAAA!
La letra y la música son una joyita.
¡Pero canta como si le martillaran los dedos!
Unas noches después…
¿Aprendieron a cantar en el zoológico?
Mi corazón es negro, tu alma es oscura. Aunque estemos podridos, nuestro romance madura…
La música y las letras son una masa. ¡Pero ella grita como Tarzán!
A la otra semana, en una peña folclórica… Y ahora, el folclore argentino se renueva con… ¡Los Chingolos Malamberos!
No hay cueca sin gato, dicen en Mendoza. Pero con zamba y chacarera bailan el zorzal con la rosa.
¡BUUU
!
¡BUUU!
¡En vez de cantar, rebuzna! 6
¡Y eso que le sacan chispas a los instrumentos!
Y un rato más tarde… Les dan asco nuestras voces. PLAZA INDEPENDENCIA
Si somos buenos componiendo, ¿por qué no crear algo en el que brille nuestro verdadero talento?
¿Cómo qué, Melina?
¡Qué mala onda, chicos!
Compongamos un montón de canciones sobre algún tema. Para que las canten muchas voces, como un coro, y que mezclen rock, tango, folclore...
¿Y qué dirían las letras de esas canciones?
Nico, Santi… ¡Aquí tenemos un gran tema!
DENCIA
DEPEN
IN PLAZA
¡¿Canciones sobre un cartel de plaza?!
¡NOOOOOOO! ¡LA DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA!
Entonces, busquemos inspiración. Ya me lo imagino: ¡MIL VOCES CANTÁNDOLE A TODA VOZ A NUESTRA INDEPENDENCIA!
Lo único que recuerdo del 9 de Julio es lo que estudié en la escuela.
Con eso no ponemos ni la clave de Sol en el pentagrama.
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EL DÍA QUE LE HICIERON “¡OLEEEE!” A FERNANDITO
RESPUESTAS ON LINE ¿Qué hacemos frente a las compu, Melina? En la secundaria tuve en Historia al profe Memo Test. Es repiola y se las sabe todas.
Lo llamé y le conté nuestro proyecto. Y aceptó pasarnos más información sobre el 9 de Julio. Vamos a charlar en teleconferencia porque está no sé dónde haciendo no sé qué… Ahí se conectó. ¡Qué alegría verlo, profe!
Es una alegría para mí que sea una alegría para vos verme.
Estos son los otros chicos de la banda.
¿Qué tal? Tenemos muchas preguntas para hacerle…
Hola, profe.
Prof. Memo Test (Online) Skype Chat Memo Test dice:
11:11 AM
Vamos a tener que escribirnos. Aquí la señal se corta a cada rato. Estoy en la Cueva de las Manos, en Santa Cruz… En las paredes hay manos, guanacos y figuras geométricas pintadas hace 9.000 años. Y estamos buscando nuevas pinturas. Pero mejor no más cháchara. ¿Quién pregunta primero?
Nico dice:
11:12 AM
¡Yo! ¿Qué relación hay entre la Revolución de Mayo de 1810 y la Declaración de la Independencia en 1816?
Memo Test dice:
11:14 AM
El 25 de mayo de 1810, en Buenos Aires se formó una Junta integrada en gran parte por criollos que juraron gobernar el Virreinato del Río de la Plata hasta que el Rey de España fuera liberado…
Nico dice:
11:16 AM
Cierto que Fernando VII era prisionero de Napoleón Bonaparte.
Memo Test dice:
11:17 AM
Al principio, la Junta peleó contra las ciudades que no la aceptaban como autoridad máxima del Virreinato. Pero esas batallas se fueron convirtiendo en una Guerra por la Independencia. La verdad de la milanesa era que los revolucionarios tenían en mente crear un país independiente.
Melina dice:
11:18 AM
Claro, había que vencer a los que querían que siguiéramos recibiendo órdenes de España. Y al mismo tiempo probar varias formas de gobierno para organizar el país: la Junta Grande, los Triunviratos y el Directorio.
Memo Test dice: ¡Exacto! Recuerdo que eras una estudiante brillante en Historia. 10
11:19 AM
Nico dice:
11:20 AM
¿Y por qué se demoraron seis años en declarar la independencia? Memo Test dice:
11:22 AM
Había que marchar con cautela para que los realistas no se dieran cuenta muy rápido de las verdaderas intenciones. Fue una estrategia secreta, sino el proyecto habría fracasado al toque. Cuando el rey fue liberado en 1814, la cosa ya estaba bastante clara para los españoles, y por eso se propusieron recuperar sus posesiones americanas. Entonces, se decidió que… HABÍA QUE DECIRLE A FERNANDO VII QUE YA NO QUERÍAMOS SEGUIR SIENDO UNA COLONIA ESPAÑOLA, SINO UNA NACIÓN LIBRE E INDEPENDIENTE. Y para eso, en 1816 se organizó un Congreso en Tucumán. Santi dice:
11:24 AM
¿Qué provincias participaron del Congreso? ¿Y cómo se eligieron a los congresales? Memo Test dice:
11:25 AM
Aquí les envío un mapita que hice a mano para que lo vean con tiempo.
Cuzco / Cochabamba / Charcas / Chicas S. S. de Jujuy / Salta / S. M. de Tucuman / S. F. del V. de Catamarca La Rioja / Santiago del Estero / San Juan / San Luis / Córdoba Mendoza / Buenos Aires Corrientes / Banda Oriental / Misiones / Entre Ríos / Santa Fe Paraguay
En cada ciudad se votó para elegir un representante por cada 15.000 habitantes. Las más pobladas, como Buenos Aires, enviaron varios congresales, y las menos habitadas, como Jujuy, uno. Entre las instrucciones que las provincias daban a sus diputados estaba declarar la absoluta independencia de España y de sus reyes. Melina dice:
11:27 AM
¿Cómo fue la sesión del 9 de julio de 1816? Memo Test dice:
11:28 AM
Ya estaba previsto que ese martes se declarara la independencia. El Congreso empezó a deliberar a las 8 de la mañana, pero recién a la hora de la siesta se decidió discutir el proyecto de libertad e independencia. Nico dice:
11:29 AM
¡No me quiero ni imaginar lo que habrán discutido entre ellos…! Memo Test dice:
11:30 AM
En realidad no hubo discusión. Juan José Paso, diputado por Buenos Aires y uno de los secretarios del Congreso, preguntó en voz alta a los representantes si querían que las Provincias Unidas fueran una nación libre e independiente de los reyes de España. Todos respondieron gritando por unanimidad que sí. Y a las 4 de la tarde, la independencia fue declarada. Luego los congresales votaron individualmente. Y la cosa se extendió porque cada uno firmó el Acta de Declaración. Nico dice:
11:32 AM
¿Y qué pasó con la Constitución? Todavía nos quedan muchas dudas... Memo Test dice:
11:33 AM
Tengo que cortar. Les sugiero algo... háganse un viajecito a Tucumán. Allí tengo amigos que los pueden ayudar. Byeee! 11
TE LO CUENTO EN UN CUENTO
Sin pausa y con prisa se trasladaba desde Salta. Ahí, los gauchos de Martín Miguel de Güemes evitaban el avance de las tropas realistas por el Norte. Para hacer menos duro su viaje, miraba al cielo y se esforzaba por recordar aquellos versos que tanto le gustaban: Cielo, cielito cantemos, se acabarán nuestras penas… Pero no podía concluir las estrofas. Cielito, cielo cantemos, cielito de la unidad… El apuro le hacía zancadillas a su memoria. Por más que lo intentaba, se le hacía imposible hallar las palabras que completaban los versos. Pero por fin llegó a su destino. Anduvo por las calles de tierra hasta que una muchedumbre le indicó donde debía detenerse, el lugar donde iba a suceder lo que él y muchos otros anhelaban. Apoyó su pesado cuerpo contra una pared de la casona, junto a una ventana abierta: sentía que era su deber, se merecía escuchar lo que se dijera adentro. El sudor le empapaba el pelo castaño que, pese a los años, no mostraba una sola cana. Tampoco los años ni el apresurado viaje por un camino, que subía y bajaba montañas e imponía ríos, habían apagado la vivacidad de sus grandes ojos.
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CIELO, CIELITO PARA CELEBRAR
Aún así, jadeaba, le dolían los huesos. En verdad se sentía agotado. Muy agotado. Pero por fortuna ya había llegado al sitio y el momento en los que sabía que debía estar. ¡Y cómo no iba a estar justo ese día en San Miguel de Tucumán! Él, que en 1806 había estado en Buenos Aires durante la primera invasión de los ingleses, junto a Santiago de Liniers y los porteños, había salvado por milagro su pellejo del fuego cruzado que terminó con la triunfal reconquista de la ciudad. Y al año siguiente también había ido y venido, hasta caer rendido, cargando litros de agua y aceite que otros hirvieron para arrojárselos desde los balcones a los ingleses y repeler victoriosamente un segundo intento de invasión. ¡Tenía que estar ese día en Tucumán! Él, que seis años atrás había sido uno de los tantos que recorrió miles de kilómetros para llevar al interior del Virreinato del Río de la Plata la noticia de la Revolución de Mayo. Fatigosas jornadas por rutas que a veces se transformaban en huellas, caudalosos arroyos o áridas salinas, amenazando con impedirle cumplir su misión. ¡Sí, sentía que era su deber estar ese día en Tucumán! Él, que había partido junto a Manuel Belgrano a enfrentar la guerrera fuerza realista enviada desde el Alto Perú para sofocar la Revolución. Bajo las órdenes del Jefe del Ejército del Norte arrastró las piezas más pesadas de artillería, camillas con soldados heridos o los cuerpos de quienes perdieron sus vidas en los campos de batalla. ¡Se merecía estar ese día en Tucumán! Sus recuerdos se vieron interrumpidos cuando desde el interior de la casa el eco le permitió escuchar una pregunta: —¿Quieren que las Provincias Unidas del Río de la Plata sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? El mismo eco llevó a sus orejas la respuesta a coro: —¡Síiii! Alguien, de entre los muchos que llenaban las galerías y salas de la casona, gritó:
—¡Viva la Independencia! Otras voces en la calle, frente a la casa, se le sumaron. ¡Viva la Independencia!, pensó él y hubiera querido gritarlo. Pero no podía. En cambio lanzó un relincho. Un relincho largo y ruidoso para demostrar su felicidad. Aquel viejo caballo debía festejar ese 9 de julio de 1816. Sentía que era su derecho celebrar. Merecía saludar, con su más potente relincho, el nacimiento de un país libre e independiente. Conforme, entendió que ya no le quedaba nada más que hacer en Tucumán. Y mientras del trote pasaba al galope para regresar a tiempo junto a Güemes, retomó su intento de recordar los versos.
Jurando la independencia tenemos obligación de ser buenos ciudadanos y consolidar la unión. Cielito, cielo cantemos, cielito de la unidad, unidos seremos libres, sin unión no hay libertad.* Le causó gracia: el caballo guerrero regresaba a la batalla sintiéndose un poco poeta de la Patria.
Fabián y Ariel Sevilla
Esta vez logró hacerlo: Cielo, cielito cantemos, se acabarán nuestras penas, porque ya hemos arrojado los grilletes y las cadenas.
*Fragmento de Cielito de la Independencia, creado por Bartolomé Hidalgo hacia 1816. 13
ASÍ ÉRAMOS, ASÍ ESTÁBAMOS ¡Todo listo para viajar a Tucumán!
Con lo que cargaste, parece que nos vamos a China.
CÓMO ERA EL PAÍS DE 1816 EN 7 NOTAS ¡Yo cebo mates!
Ya tengo los contactos tucumanos del profe Memo Test y las notas para que leamos en la ruta.
¡Yo leo en voz alta!
¡Yo manejo! ¡¡¡TUCUMÁN, ALLÁ VAMOOOOOOS!!!
DOMINIOS DE LOS REVOLUCIONARIOS Argentina integraba las “Provincias Unidas del Río de la Plata”. Así se llamaba el país que comenzó a formarse luego de la Revolución de Mayo. No había provincias como en la actualidad, sino ciudades importantes rodeadas de una gran zona rural. Existían dos inmensísimas zonas habitadas por pueblos indígenas que no habían sido ocupadas por los españoles: la Patagonia, gran parte de Buenos Aires, San Luis, Córdoba, el sur de Mendoza y el Gran Chaco, que ocupaba una buena parte del territorio de Santa Fe, Santiago del Estero, Salta, Jujuy y todo Chaco y Formosa. Las Provincias Unidas incluían también a la Banda Oriental (Uruguay) y a ciudades del Alto Perú (Bolivia): La Paz, Mizque (o Cochabamba), Santa Cruz de la Sierra, Charcas (o Chuquisaca) y Chichas (o Potosí). En 1820, las Provincias Unidas empezaron a dividirse y se convirtieron en tres países diferentes que poco a poco definieron sus límites. En 1825, lo que había sido el Alto Perú declaró su propia independencia y se llamó República de Bolivia. Ese mismo año, la Banda Oriental también se proclamó independiente y formó la Provincia Oriental del Uruguay. El nombre República Argentina recién comenzó a usarse en 1826 y por entonces tenía 14 provincias.
REPERTORIO DE SÍMBOLOS PATRIOS La Escarapela y la Bandera de la Nación habían sido creadas por Manuel Belgrano en 1812. La Canción patriótica, compuesta en 1813 por Vicente López y Planes y Blas Parera, se terminó adoptando como Himno Nacional Argentino. La Asamblea del Año XIII decidió que los sellos que usaría en sus documentos ya no serían los que empleaban los españoles y creó una imagen nueva que se convirtió en el Escudo Nacional. Y desde 1811, cada 25 de mayo en Buenos Aires y en las ciudades del interior se hacen las “Fiestas Mayas”. La Bandera Nacional fue confeccionada por la rosarina María Catalina Echevarría de Vidal, bajo el ojo atento de Manuel Belgrano. Catalina también estuvo en la ceremonia del 27 de febrero de 1812, cuando se izó por primera vez a orillas del Paraná. Fue algo fuera de lo común: en la época no era habitual que las mujeres asistieran a una ceremonia militar.
MIRANDO A INGLATERRA Y FRANCIA Los criollos, sobre todo los porteños, se empecinaban en abandonar algunas costumbres coloniales. Así, comenzaron a adoptar las de los países que veían como las grandes capitales del mundo: Inglaterra y Francia. La reverencia y los saludos ceremoniosos españoles fueron reemplazados por el simple apretón de manos. Los ricos reemplazaban el tradicional chocolate por el té inglés. En las escuelas los maestros tenían prohibida la cruel costumbre de castigar a varillazos a los estudiantes que se portaban mal. Las jovencitas de las familias con más plata podían elegir con quién casarse, lo que antes decidían los padres, y los muchachos escandalizaban regresando a sus hogares luego de las 9 de la noche. Los hijos de negros esclavos nacidos a partir de 1813 eran liberados cuando cumplían 20 años. Se los llamaba “libertos”. Muchos esclavos habían comprado su libertad antes de 1813 con plata que ganaban como vendedores ambulantes. En Córdoba, los esclavos y libertos trabajaban como artesanos textiles; y en Mendoza eran la mano de obra de la cosecha para hacer vino.
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FANÁTICOS DE LA INDEPENDENCIA A partir de 1810, los ideales revolucionarios empezaron a difundirse a través de periódicos. Como había mucha gente analfabeta, los que habían podido estudiar los leían en voz alta en los cafés, las plazas, las calles y hasta en iglesias. Trataban sobre política y economía, y solían ser muy críticos. Algunos fueron El Redactor de la Asamblea, que daba cuenta de lo que sucedía en la Asamblea del Año XIII; El Independiente, que estaba a favor de centralizar el gobierno en Buenos Aires; El Censor, que analizaba la conducta de los funcionarios y le informaba al pueblo cuáles eran sus derechos, entre otros. El 7 de junio de 1810 apareció el primer periódico "revolucionario". Se llamaba Gazeta de Buenos Aires. Lo dirigió Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta de Gobierno, y se publicó hasta 1821.
SOLDADOS DE VERDAD La mayoría de los primeros ejércitos revolucionarios estaba formada por voluntarios, gauchos, indios, sin experiencia ni disciplina, liderados por algún jefe improvisado, como Manuel Belgrano que era abogado y se hizo militar en el campo de batalla. A partir de 1812, los ejércitos comenzaron a profesionalizarse con la llegada de José de San Martín. Para una expedición tan arriesgada como el cruce de la Cordillera de los Andes era importantísimo entrenar soldados que pudieran soportar las duras condiciones que implicaría esa proeza y obedecieran a sus superiores. Muchos jóvenes de familias ricas se incorporaron a los ejércitos y esa actividad pasó a ser un trabajo de verdad. Ser militar daba tanto prestigio como ser abogado o sacerdote. ¡Se había puesto de moda!
LA AVENTURA DE VIAJAR POR CAMINOS INDOMABLES Ir de un sitio a otro de la Provincias Unidas podía demorar varias semanas. Los caminos eran de tierra y muy accidentados con riesgo de ataque de malones indígenas. Por eso, el oficio de conductor de carreta era muy respetado y bien pago. El caballo era el medio por excelencia sobre todo en el campo y para viajes cortos. Para llevar a varios pasajeros, transportar mercaderías y correspondencia se usaba la carreta: era tirada por caballos o bueyes y generalmente iba en caravana. La galera era el transporte más rápido y confortable, y por eso el más caro: podía llevar hasta 10 pasajeros. Era tirada por cuatro caballos que manejaba el postillón y por dentro estaba acolchada. La sopanda también era muy confortable porque la caja para los pasajeros tenía un sistema que amortiguaba los saltos del camino. Según el medio que se usara, el viaje de Buenos Aires a Tucumán podía demorar entre 25 y 50 días. A lo largo del camino había postas. Eran ranchos de adobe con techos de paja donde los viajeros descansaban y se alimentaban. El postero también criaba caballos y si los que llegaban estaban muy agotados, el conductor los cambiaba por otros en mejores condiciones para seguir el viaje.
SILENCIO PARA QUE LOS ESPAÑOLES NO SE ENTEREN Los ejércitos comenzaron a batallar contra los realistas a poco de producirse la Revolución de Mayo. Pero había que mantener el proyecto de declarar la independencia en secreto. Desde 1812, varios criollos, que en España habían estudiado la carrera militar, decidieron volver a Buenos Aires para lograr la Independencia. Muchos de ellos se convirtieron en jefes de los ejércitos o en políticos y organizaron grupos llamados “logias”, que hacían reuniones clandestinas para debatir y organizar los pasos a seguir en la lucha por la libertad. Dos de esos grupos fueron la Logia de Caballeros Racionales (1812) y la Logia Lautaro (1815). Sus miembros debían moverse con discreción, usando códigos de señas que solo ellos conocían para mandarse mensajes o reconocerse en la calle. La Logia Lautaro tenía ese nombre en honor a un caudillo mapuche llamado Lautaro, quien en el siglo XVI incitó a su pueblo a sublevarse contra los conquistadores españoles de Chile. Para eso, preparó militarmente a su gente y libró varias batallas contra los que habían invadido las tierras que pertenecían a los indígenas.
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PERSONAS Y PERSONAJES ¿Falta mucho para llegar? ¿Falta mucho para llegar? ¿Falta mucho…?
LAS PRINCIPALES VOCES DEL CONGRESO
Un ratito después… ¡Panza llena, corazón contento! ¿Qué más tenés en la tablet para leernos…?
¡Parecés un nene! Queda un buen trecho de camino. Pero mejor hagamos un alto. ¡Estoy molida!
¿Quieren que les presente a algunos de los diputados que estuvieron en el Congreso?
FRANCISCO NARCISO DE LAPRIDA
¡Eran muchísimos! Todos fueron importantes. Aunque algunos se hicieron escuchar más que otros.
Veamos quiénes fueron. Y así componemos canciones para algunos solistas…
(SAN JUAN, 1786 – MENDOZA, 1829)
DIPUTADO POR SAN JUAN
Todos los meses se renovaba el presidente del Congreso, que era elegido entre los representantes de las provincias. A él le tocó ocupar el cargo en julio, por lo cual presidió el acto de Declaración de la Independencia. Final atroz. En 1829 participó de la Batalla del Pilar, en Mendoza. Ahí se enfrentaron las tropas que estaban a favor de centralizar el gobierno en Buenos Aires (unitarios) y las que querían que las provincias tomaran sus propias decisiones (federales). Laprida era unitario y, al igual que sus colegas, fueron vencidos. Logró huir, pero fue alcanzado y sufrió una muerte cruel y denigrante. (BUENOS AIRES, 1758-1833)
JUAN JOSÉ PASO
DIPUTADO POR BUENOS AIRES
Era uno de los secretarios del Congreso y fue quien el 9 de julio preguntó en voz alta a los diputados si querían que las Provincias Unidas fueran una nación libre e independiente de España. En 1810, había sido secretario de la Primera Junta de Gobierno. Entre 1811 y 1812 formó parte de los dos Triunviratos y tuvo una gran participación en la Asamblea del Año XIII. Idea histórica. Fue uno de los más activos voceros de los criollos en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, que decidió que Baltazar Hidalgo de Cisneros dejara de ser virrey. Propuso que debía formarse un gobierno en Buenos Aires y luego invitar a que el interior enviara representantes. Y así fue la cosa: el 25 de mayo un grupo de porteños formó la Primera Junta de Gobierno y en diciembre, se creó la Junta Grande con diputados de las demás ciudades.
TEODORO SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE
(JUJUY, 1778 – BOLIVIA, 1851)
DIPUTADO POR JUJUY
Junto a los diputados Esteban Agustín Gascón (Buenos Aires) y José Mariano Serrano (Charcas), a fines de mayo de 1816 redactó la lista con los asuntos más importantes que debía tratar el Congreso. Y el 9 de julio fue quien propuso que se discutiera el proyecto de Declaración de la Independencia. ¡Marche preso! Fue el último presidente que tuvo el Congreso, que se disolvió en 1820. Sus enemigos políticos lo acusaron de querer que el país fuera gobernado por un rey, por lo que fue encarcelado durante un año.
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FRAY CAYETANO RODRÍGUEZ
(BUENOS AIRES, 1761–1823)
DIPUTADO POR BUENOS AIRES
Además de sacerdote y maestro, era poeta y escritor. Por eso, se cree que fue quien redactó el Acta de Declaración de la Independencia. Y como también era periodista publicó El Redactor del Congreso, que informaba lo que ocurría en las sesiones. ¡Le salió feo el Himno! En 1812, el Primer Triunvirato le encargó al fraile poeta que escribiera la letra de un himno; la música fue compuesta por Blas Parera. Aunque se lo cantó por algún tiempo, parece que no gustó demasiado. Por eso, la Asamblea del Año XIII dispuso que el Himno Nacional fuera la Canción patriótica que había creado el mismo Parera, pero con letra de Vicente López y Planes. (URUGUAY, 1769 – BUENOS AIRES, 1840)
PEDRO MEDRANO
DIPUTADO POR BUENOS AIRES
El 19 de julio exigió que se hiciera una modificación muy importante a la fórmula de juramento de la Independencia. Originalmente el texto decía que los representantes provinciales aceptaban ser una nación libre “de los reyes de España y su metrópoli". El porteño propuso que se agregara: “...y de toda otra dominación extranjera". Esto porque algunos diputados pensaban pedir protección a Inglaterra o Portugal, lo que habría significado volver a ser una colonia. Debut. Fue el primer presidente del Congreso, que se inauguró en Tucumán el 24 de marzo de 1816 y comenzó a sesionar el 25. El primer encuentro de los diputados que tendrían que declarar la Independencia fue celebrado con una misa y fuegos artificiales.
TOMÁS GODOY CRUZ
(MENDOZA, 1791-1852)
DIPUTADO POR MENDOZA
Era el vocero del entonces coronel José de San Martín, quien estaba en Mendoza organizando su campaña libertadora de Chile y Perú. El militar le enviaba constantemente cartas pidiéndole que apurara al Congreso para que declarara la Independencia ¡Emprendedor! Toda su vida pensó en el progreso económico de su provincia. Llevó de Chile a Mendoza el gusano de seda para desarrolar la industria textil. Eso obligó a cultivar árboles de moras, cuyas hojas son alimento para esos pequeños “productores” de seda. Pero su idea no tuvo el éxito esperado. (BUENOS AIRES, 1777-1850)
JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN
DIPUTADO POR SAN LUIS
Al momento de declararse la Independencia ya no era diputado: a principios de mayo de 1816 el Congreso lo había elegido Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Pero estuvo en Tucumán el 9 de julio. Y al otro día partió hacia Córdoba, donde se reunió con San Martín, a quien le aseguró toda la ayuda necesaria para emprender la campaña del Ejército de los Andes. ¡Desterrado! En 1812 reemplazó a Juan José Paso en el Primer Triunvirato. Cuando un levantamiento militar derrocó a ese gobierno, fue detenido y luego obligado a irse a vivir a San Luis. Por eso, pese a ser porteño en el Congreso fue diputado por esa ciudad. En su honor, desde 2010 el Departamento de la capital de esa provincia se llama “Juan Martín de Pueyrredón”.
FRAY JUSTO SANTA MARÍA DE ORO
(SAN JUAN, 1772-1836)
DIPUTADO POR SAN JUAN
Cuando el Congreso empezó a debatir la forma de gobierno que tendría el país, este sacerdote fue uno de los más fuertes defensores de que fuera una república. Es decir: un gobierno ejercido por un presidente elegido por votación. ¿Otra vez dependientes? A diferencia del fraile sanjuanino, muchos diputados querían que el país fuera gobernado por un rey, pero que hubiera una constitución que le pusiera algunos límites (monarquía constitucional). Y proponían coronar a algún descendiente de los Inca o buscar un príncipe europeo que se convirtiera en monarca de las Provincias Unidas.
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POSTALES DE ALLÁ LEJOS EN EL TIEMPO Luego de un viaje largo... ¡Al fin llegamos! ¡Es hermosa San Miguel de Tucumán! "BIENVENIDOS AL JARDÍN DE LA REPÚBLICA”
¿Cómo va, linduras? Soy Lola. Los vine a buscar en el auto que acabo de crear. Quería probarlo con ustedes.
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UNA PEQUEÑA CIUDAD CON UNA GRAN CASA
Todo bien, pero... ¿qué hacemos primero? ¡Esperar! El profe arregló un encuentro en este lugar con una amiga suya que es…
Los voy a llevar a ver un mural gigantesco que pinté. Representa la ciudad en 1816. ¡Seguro les inspirará una canción sobre Tucumán!
Pintora, escultora, arquitecta, diseñadora, artesana, inventora…
En el mural pueden ver la actual calle 25 de Mayo, una de las principales y más circuladas de San Miguel de Tucumán. Detrás, hacia el oeste se ve el Cerro San Javier. Era una ciudad pequeña organizada en forma de damero en torno a la plaza principal. Tenía 12 manzanas y unos 13.000 habitantes. Las calles eran de tierra, medían unos 10 metros de ancho y pocas tenían veredas. Las casas eran muy sencillas, la mayoría de una sola planta, y con huertas en sus patios. Los vecinos más ricos vivían frente a la plaza principal; algunos en casas de dos pisos. La vida era tranquila, pero al mediodía se poblaba de carretas, vendedores ambulantes y gente que iba y venía a las tiendas y pulperías, alrededor de la Plaza de la Libertad, que a partir de 1816 pasó a llamarse “Independencia”, nombre que tiene hasta hoy. La ciudad era un punto clave para el comercio entre el Alto Perú (Bolivia), Buenos Aires, Cuyo y Santa Fe. Había un gran tráfico de carretas tiradas por bueyes y recuas de mulas que trasladaban diversas mercaderías producidas en Tucumán o que llegaban de diferentes zonas. Las carretas de fabricación tucumana estaban entre las de mejor calidad del país. Pero también estaba el Cabildo que tenía dos plantas, cada una con 8 arcadas. En la planta baja funcionaba la cárcel y había un patio trasero con pozo de agua y un corralón de sesiones. En la planta alta estaba la sala de sesiones. En la Iglesia San Francisco, el 10 de julio de 1816 se hizo una misa por la Declaración de la Independencia. Eso, pese a que había una Catedral al sudeste de la Plaza, cerca de la casa donde sesionaba el Congreso.
Chicos, miren… ¡La mismísima casa donde se declaró la Independencia!
Noooooo. Es mi casa. La construí igualita a la de doña Bazán de Laguna. Pueden alojarse aquí, lo que sobran son habitaciones…
La casa donde se hizo el Congreso pertenecía a doña Francisca Bazán de Laguna. En 1816, la familia ya no vivía ahí: en 1812, tras la Batalla de Tucumán, fue usada como cuartel de las tropas; y en 1815, el gobierno la alquiló para instalar la Aduana, las Cajas Generales y el Almacén de Guerra. Era una típica casa colonial: había sido construida en 1760. Y era tan grande que cuando estuvo habitada por la familia llegaron a vivir ahí ¡16 personas!: el matrimonio Bazán Laguna, sus 9 hijos, varios parientes, criados y esclavos. Bien separados. En el segundo patio estaban las habitaciones de los sirvientes de la familia. Y en el fondo, había una huerta con árboles frutales y un pozo de agua subterránea.
Arena y paja. La sala de sesiones estaba al fondo del primer patio. Como el resto de la casa, sus paredes eran de tierra apisonada y adobes, y con techos de tejas.
¡Se agrandó la casa! Para el recinto de sesiones o Salón de la Jura, en 1816, el gobierno debió hacer reformas. Se armó un salón de 15 m x 5 m, demoliendo un muro que había entre el comedor y una sala aledaña. Lugar de privilegio. En torno al primer patio estaban las habitaciones de la familia, la sala principal y el comedor. Tenía un aljibe.
Con forma de resorte. La puerta tenía a ambos lados columnas llamadas “torsas”o “salomónicas”.
Platita extra. Dos salas que daban a la calle eran grandes locales que se alquilaban.
¡Pomposo! Para el Congreso, los muros fueron pintados de blanco; y las puertas y ventanas de azul. El portal era el único sector hecho con ladrillos, que estaban cubiertos con barro y cal.
Pleno centro. El frente estaba sobre la “Calle de Rey” o “Calle de la Matriz”. Luego de declararse la Independencia, se la denominó “Del Congreso”, como en la actualidad.
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