1. La terrorífica bruja Tula
Tula era una bruja de verdad, temida, despiadada y malvada, capaz de comerse seis niños envueltos con repollo, carne picada, arroz y una pizca de sal o cinco pebetes de jamón y queso ¡sin mayonesa! Medía tanto de ancho como de alto, era rechoncha como un tonel, con más curvas que la montaña rusa; su voz era gruesa y grave como un trueno; sus ojos eran como dos aceitunas negras que hipnotizan a primera vista; sus cejas, tupidas y oscuras, tranquilamente podían confundirse con dos ciempiés. Tenía más de mil libros de hechizos y era muy conocida entre las brujas porque, una vez, convirtió con un simple chasquido de dedos, a una hormiga en una estatua de King Kong. Vivía en el lugar más tenebroso del bosque, rodeada por un pantano contaminado para que nadie se acercara ya que detestaba las visitas. No se bañaba hacía años y, por si fuera poco, nunca se peinaba, se lavaba los dientes con barro oloroso 7
y ¡ODIABA! a los príncipes y princesas con una furia hirviente. Tula contaba en su diario sus intentos por destruir a famosas princesas:
Odiado diario: Después de mi fallido plan con la manzana envenenada, me disfracé de tía de los enanos y visité la cabaña mientras ellos estaban trabajando en la mina. Vi a Blancanieves, que estaba más blanca que una miga de pan, y le di un té con una pócima que la convertiría en avestruz, pero sin querer, se mezclaron las tazas y me la tomé yo, aunque no me hizo nada porque soy inmune a las pócimas mágicas. Cuando llegaron los enanos, dijeron que no se acordaban de que tuvieran una tía, pero les expliqué que eran muy pequeños cuando me vieron por última vez, así que me invitaron a la casa. Me hicieron cocinar, limpiar, lustrar los pisos y lavar sus calzoncillos malolientes. Al otro día, huí a toda velocidad y no volví más a visitar a mis falsos sobrinos...
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Diario embrujado: La bruja Gothel es mi prima segunda y quien encerró a Rapunzel en la torre. Como todos saben, falló, así que decidí ir en persona a la fortificación y ocuparme del asunto. Apenas llegué, una trenza platinada color canario colgaba de la última ventana; comencé a trepar y mi risa de felicidad se escuchaba con eco en todo el bosque, hasta que caí en picada, como bajando en un ascensor sin frenos y la trenza postiza aterrizó en mi cara. Rapunzel ya había escapado y había dejado una trampa para brujas…
¡AY, DIARIO! No se conformó con ser la princesa del mar y poder vivir trescientos años, porque eso es lo que viven las sirenas, ¡¡¡nooooo!!! ¡Tuvo que subir a la superficie porque según ella se había enamorado de un humano! La Bruja del mar no pudo hacer nada porque es muy perezosa, prefiere comer ostras y cornalitos. Intenté yo misma destruir a la Sirenita, con tanta pero tanta mala suerte que casi me ahogo porque me olvidé que no sabía nadar. Unos niños me rescataron cuando estaba a punto de morir, 9
aunque nadie quiso hacerme respiración boca a boca, así que desperté gracias a un cangrejo que con sus pinzas tapó mi nariz y logró que reaccionara...
Mi para nada estimado Diario: ¿Quién iba a imaginarse que Cenicienta, esa chiruza, tan desalineada, tan desprolija, que se cree más buena que la avena, iba a ser princesa gracias a ¡¡¡un zapato!!!? Me la pasé persiguiendo a las hermanastras, pensando que el príncipe iba a elegir a una de ellas… casi las convierto en ranas. Cuando me di cuenta, era tarde: el hada había convertido la calabaza en carroza, justo cuando yo estaba escondida detrás de la condenada verdura, así que me transformé en la rueda del carruaje. El hechizo se esfumó a las doce y volví a mi choza con lumbalgia (o sea, un dolor terrible de espalda)…
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2. Pócima Nro. 204
Aburrida y quejándose de la superpoblación de príncipes y princesas se decidió a leer el periódico que le llegaba a través de su mascota, un cuervo. Alimentaba al ave a base de vitaminas, de modo que era corpulento, negro y con fuertes garras capaces de sujetar una heladera en el aire, bautizado con el nombre de Rogelio en honor al único novio que había tenido en primer grado y que le había durado un día. Había elegido a este animal por varias razones: los cuervos son de los animales más inteligentes en el reino animal y están al mismo nivel que los chimpancés y los delfines. También pueden imitar el habla humana y hacen señas para comunicarse, muchas veces con el pico; pero por sobre todas las cosas, muestran preocupación y si algún amigo está en peligro, ellos se acercan, para intentar ayudar. Era lo más parecido a vivir con un ser humano que ella podía experimentar. El pajarraco realizaba el trabajo de mayordomo en la residencia de la bruja: le llevaba las 11
pantuflas por la mañana, abría la puerta, vigilaba por las noches y a veces le hacía reiki, que es una terapia de sanación. —¡Nunca hay nada interesante en este diario de porquería! –gritaba todas las mañanas mientras Rogelio, que ya no la aguantaba más, trataba de dormir. Bufaba enfurecida, hasta que leyó algo que la hizo saltar como eyectada del asiento del batimóvil.
PRÍNCIPE DORMIDO POR UN EMBRUJO SOSPECHOSO Se presume que este sea el mismo caso de la Bella durmiente, por lo que se llevará a cabo el mismo operativo que con la princesa. La mujer que lo bese y lo despierte, se convertirá en la futura princesa del reino en el acto. La nota decía que el pobre príncipe Conrado Serafín Alexander III, Conde de Zoquete y Príncipe de Cantimplora, llevaba ya casi dos meses sumido en un sueño profundo por un extraño embrujo, provocado por la pinchadura de la espina de la Rosa Amarilla del Demonio; su veneno era tan 12
poderoso que podía matar a un elefante, pero como el príncipe no es un elefante, simplemente lo durmió. Lo que ocurrió era que Conrado había querido escoger la flor más bella para regalarle a su madre, pero lamentablemente no se dio cuenta de que en los campos del palacio había especies de plantas mortales, cultivadas durante décadas en la oscuridad, por brujas y hechiceras. —¡No quiero ver una princesa más en mi vidaaaaa! Ya pensé en un plan malvado, maquiavélico: el príncipe nunca despertará, le llevaré mi poción “Duerme eternamente, príncipe durmiente” y quedará frito como un mosquito después de un baño de insecticida. Estaba decidida a salir de su choza únicamente para encargarse personalmente de ese asunto. No lo iba a dejar en manos de otros: en el último intento por convertir en sapo a un príncipe algo había salido mal y el joven se transformó en ganso. —La receta es muy simple, solo tengo que buscar en uno de mis libros de embrujos exprés y en pocos minutos tendré lista la poción. 13
Tula buscó y buscó y finalmente, en un libro de más de mil páginas, forrado en cuero y con grandes letras doradas en la tapa, encontró lo que tanto necesitaba:
RECETA PÓCIMA NRO. 204 “DUERME ETERNAMENTE, PRÍNCIPE DURMIENTE” INGREDIENTES: ♦ 5 PELOS LARGOS DE GATO NEGRO ♦ 1 MOCO MEDIANO DE PAVO ♦ 2 VASOS DE AGUA DE COCO CARIBEÑO ♦ 7 UÑAS DE COCODRILO ♦ 10 HUEVOS DE CUCARACHAS ♦ 3 LÁGRIMAS DE CARACOL ♦ 1 POTE DE YOGURT DE VAINILLA ♦ SAL Y PIMIENTA A GUSTO
PREPARACIÓN: Calentar a baño maría el moco de pavo, el agua de coco caribeño y las lágrimas de caracol. Agregar lentamente los huevos de cucarachas, los pelos de gato negro y las uñas de cocodrilo. Esperar que se enfríe e incorporar paulatinamente el yogurt de vainilla mezclando todo hasta tener un mejunje uniforme. Condimentar con sal y pimienta a gusto.
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Luego de unos minutos y festejando la idea de que el príncipe no despertara nunca jamás con ningún beso, la bruja Tula siguió con su plan. —Tendré que acercarme a su aposento y meterle este brebaje en la boca, así no habrá más princesas ni príncipes, ¡solo un dormilón que no despertará nunca! ¡NUNCA! ¡Con ningún beso! JA JA JA.
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