SINOPSIS En una galaxia distante, un periodo de guerra civil acontece. La princesa Leia Organa, líder del movimiento rebelde es atacada y capturada por las malvadas fuerzas del Imperio Galáctico, capitaneadas por el cruel Darth Vader, el sirviente más fiel del emperador. En posesión de los planos de la “Estrella de la Muerte”, el arma más temible del Imperio, Leia no tendrá mas opción que recurrir al viejo Obi Wan Kenobi para su resguardo, enviándole dos androides en su búsqueda dentro del planeta desértico Tatooine. Por accidente los androides caen en las manos de Luke Skywalker, un joven granjero que viviendo poco alentador sueña con una vida excitante en las estrellas. Ellos le guiaran al encuentro con Obi Wan, descubriendo el legado oculto de su sangre, un destino que le llevara a convertirse en uno de los héroes del bando rebelde.
STAR WARS: EPISODIO IV [1997]
Especial de Fichas de Cine Fecha de Estreno: 25 de Mayo 1977 Duración: 121 minutos Genero: Aventura / Fantasia Director: George Lucas
Fotografía: Gilbert Taylor Guión: George Lucas Música: John Williams
Star Wars: Episodio IV / Especial de Fichas de Cine
A diferencia de “2001: Una odisea espacial” donde el minimalismo es empleado para reflejar la sofisticación de la sociedad futura, aquí es empleado para representar al “Imperio”, una fuerza uniforme que busca oponerse por la fuerza a una realidad multicultural.
Aun cuando los decorados seguían una estética de líneas puras y geometrías simples propias del minimalismo, sus superficies eran barrocas, llenas de detalles y de significados ocultos, que nos reflejan una sociedad altamente sofisticada pero utilitaria.
La visión de Lucas se alejaba de la fobia de su tiempo del hombre contra la máquina. Sus personajes habitan dentro de una realidad tecnológica e industrializada, coexistiendo con entidades robóticas quienes se vuelven parte indispensable de la vida diaria.
El concepto de “futuro usado” planteaba crear escenarios futuristas pero con una sensación de desgaste por el tiempo, que los hiciese sentir como objetos del mundo real que habían perdido su brillo y la vieja gloria de cuando fueron estrenados por primera vez.
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En la década de los 60´s la estética estuvo dominada por un lenguaje de líneas puras. Los modernistas habían creado sus formas basado en la ética de la economía y la utilidad, del progreso social y la lógica fría de los materiales. Era su respuesta hacia el caos de una realidad de posguerra, su plan a largo plazo para poner en orden a las ciudades. Sin embargo en 1972, tras la demolición de los condominios Pruitt Igoe en la ciudad de San Luis, se crearía un punto y aparte generalizado en la forma de pensar de los teóricos y artistas de todo el mundo, donde el campo del cine no sería la excepción. En las cintas precedentes a “Star Wars” el diseño de las naves espaciales era concebido como parte de una estética global. El desarrollo de los modelos partía del ideal “Le Corbusiano” de “unidad visual”, en el cual todos los elementos parecían diseñados por una mano omnipotente en un solo trazo. Antes de “Star Wars” todas las naves eran modernistas. Después, ninguna lo era.
n 1997, George Lucas revoluciono la industria del cine con una sola cinta. Si esta hubiera seguido las reglas del género de la ciencia ficción de su época quizás no habría mucho que destacar. Hoy en día es muy aceptada la idea de “Star Wars” como el mítico entretenimiento de masas, pero también como una crítica inteligente que entre líneas cuestiona a la sociedad estadounidense, la política de la guerra fría y que establece una ruptura con la corriente modernista en el arte. Esta separación respecto del movimiento moderno no es coincidencia por parte de Lucas. Ya en su “THX 1138" en 1971 mostraba una fuerte postura en contra de sus postulados de uniformidad y repetición, creando un mundo frío y descarnado cuto propósito era mecanizar la existencia humana. Esta inconformidad, aunque palpable, no interfiere con el desarrollo de la trama. Hábilmente se mantiene en un segundo plano mientras un ambiente de buen humor introduce los paralelismos en pantalla.
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La imagen de Tatooine, hogar del protagonista, es la de un mundo desértico y aislado del resto del universo. Sus habitantes de clase baja subsisten gracias a extensas granjas de humedad, imposibles de administrar sin la ayuda de máquinas y robots inteligentes.
Como medio de supervivencia ante el intenso calor las viviendas se desarrollan de manera subterránea, alrededor de un patio central el cual brinda luz y aire fresco. Las escenas fueron filmadas en Túnez, en el hotel Sidi Driss en Matmata al norte de África.
Los interiores de la granja reflejan la moda de su época por el empleo de plásticos en sus instrumentos cotidianos y las superficies de sus mobiliarios, siendo uno de los aspectos que más ha envejecido a la actualidad ante la irrupción de una estética industrial del aluminio.
Como fuente de inspiración, el equipo de diseño se recurrió a una multitud de corrientes de vanguardia de la época, las cuales estaban en pleno desarrollo. Podemos reconocer al minimalismo y al “High Tech” con facilidad, así como casos concretos de brutalismo.
Para el momento de su estreno en 1977, “2001: Una odisea espacial” de Stanley Kubrick ya había elevado considerablemente las expectativas de las películas de ciencia ficción hacia una década atrás, haciendo lucir a cualquier otra producción posterior como simples decorados de cartón barato. En su estética aún se puede percibir un gran optimismo respecto a la arquitectura moderna, la conquista espacial y la evolución de la humanidad a un plano superior. En los casi 10 años que separan las visiones de Kubrick y Lucas este panorama optimista se transformó por completo. La corrupción del caso “Watergate” y los horrores de Vietnam hicieron ver a Estados Unidos como un gobierno autoritario, en crisis y lleno de violencia urbana. El movimiento moderno se percibía como algo indeleblemente asociado hacia un estado manipulador, corrupto y paranoico. Lucas y su equipo mantuvieron dicha postura durante la realización de su cinta, retratando a un enemigo ya no extranjero sino uno interno que buscaba imponerse por la fuerza.
La sociedad miraba al ideal moderno y la carrera espacial con cierto recelo y miedo. La imagen del “Imperio” era la de un ente industrial y opresivo, cuyo poder se basaba en el papel de la tecnología, el poderío militar y la superioridad armamentística reflejo de la guerra fría. Inconscientemente el público se sentía incómodo ante su presencia, empatizando de manera inmediata con el lado rebelde el cual les trasmitía una gran nostalgia hacia una época más simple y mejor. Dentro de este panorama, los propios artistas y teóricos de la arquitectura comenzaban a mirar al moderno y a sus ideales como los causantes de su propia destrucción. Era evidente que las utopías de orden y progreso social se habían topado con una realidad más compleja e incomprensible de lo que imaginaban. Pese a este panorama desalentador, Lucas nunca abandono al ideal moderno por completo, sino que volvió a unir las piezas resultado de su colapso en afán de construir su propia fantasía.
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El aspecto de Tattoine hace clara referencia hacia el género Western. El puerto espacial de “Mos Eisley” funciona como un pueblo a mitad de la nada, un punto de reunión para asesinos y contrabandistas; territorio salvaje donde solo el más astuto sobrevive.
El diseño del Halcón Milenario para Lucas debía de ser contundente. Busco alejarse de todo lo conocido, de apariencia asimétrica, confusa y hasta chocante, con motores enormes que reflejasen su potencia y una superficie sucia y desgastada.
Ubicar la base rebelde dentro de un paraje selvático nos habla de los paralelismos de la cinta con su realidad histórica, siendo evidente su referencia hacia la guerra de Vietnam y como simples guerrilleros se oponen a un imperio que los supera militarmente.
Contrario a la superpotencia que resulta el “Imperio”, los rebeldes se resguardan en las ruinas de una vieja civilización, con tecnología que resultan reliquias de una guerra pasada, de una paleta de colores amplia que nos habla de su carácter democrático y plural.
Un Futuro con Historia
Darth Vader nos hablan de un pasado más solemne y más espiritual en comparación con los trajes plastificados y hechos en serie de los Storm Troppers. Esta idea de futuro usado da un vuelco a la premisa del movimiento moderno de renovación urbana, quienes afirmaban que la imagen del futuro de la humanidad aún no había sido construida. “Star Wars” era una afirmación visual que proponía que la forma del futuro no provenía de lo que “debe ser” sino de lo que es en realidad. Un contexto moderno pero no nuevo, un sitio largamente habitado y aun sin terminar. Lucas no solo imagino que el mundo del mañana existía, sino que lo hacía desde ya hace mucho tiempo. Si bien por el manejo de sus conceptos “Star Wars” pertenece al cine moderno, resulta un punto y aparte en la búsqueda de un nuevo lenguaje cinematográfico. Su eclecticismo histórico se convertiría en un concepto clave para el desarrollo de la posmodernidad de la mano de autores posteriores como Ridley Scott en su mítica “Blade Runner”.
Una de las ideas que hace que el apartado visual de la cinta sea algo único es el concepto de “futuro usado”, donde Lucas nos introduce a un universo distante, con un desarrollo histórico propio y del cual atestiguamos solo una pequeña fracción de tiempo. Nunca podemos apreciar por completo la sociedad cosmopolita y multicultural de la cual se nos habla, solo vemos pequeños retazos de muchas otras razas y culturas diferentes. Aun cuando la tecnología resulta abundante, su aspecto se aleja a cualquier noción de lujo, siendo por lo general chatarras que las personas guardan como sus únicos medios para sobrevivir. Para lograr esta sensación de paso del tiempo, el equipo de diseño tomo prestados elementos salidos de nuestro propia realidad con los cuales el público pudiera identificar diferentes periodos del tiempo casi de manera inconsciente. La túnica de Obi Wan o la estética samurái de
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Gran parte de los modelos diseñados para la cinta son piezas de arte, que aunque no reconocidas como tales, poseen un gran trabajo de abstracción intelectual. Los destructores por ejemplo intimidan por su escala y recuerdan sutilmente a un portaviones militar.
La “Estrella de la Muerte” refleja la inquietud de George Lucas por las mega estructuras tan en boga de su época. Su superficie grisácea y llena de pequeñas luces recuerda mucho a la fachada de un gran edifico de oficinas de Nueva York pero de forma esférica.
Debido al panorama de posguerra, la imagen de las maquinas se vio asociada de manera negativa hacia al fascismo. Lucas imagino a una “Tecnocracia” dirigida no por un enemigo exterior, sino uno interno, obsesionado por la escala y un estado uniforme.
Al acercarnos a la superficie de la “Estrella de la Muerte” podemos notar que cuenta con su propio relieve, una composición barroca y por partes iguales minimalista, que imitando el arte abstracto comunica una construcción más compleja de lo que aparenta.
Gran parte del diseño de las naves encuentra inspiración en los modelos utilizados en la vida real durante la carrera espacial. Parten de una pieza clave, de un sistema modular que varía en tamaño y forma, pero que mantiene un mismo lenguaje entre todas sus partes.
Los orígenes de “Star Wars” se remontan a muy diversas fuentes, desde los seriales televisivos de “Flash Gordon” hasta cintas clásicas del cine de ciencia ficción como “Metrópolis” de donde Ralph McQuarrie esbozaría la idea del robot humanoide 3-CPO.
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Uno de los aspectos que peor ha envejecido de la cinta original es el diseño de sus consolas y paneles tecnológicos, cuyo aspecto proviene de las cintas más clásicas de la época, llenas de botones, palancas e interruptores salidos de una estética industrial.
La identidad del “Imperio” es claramente militar, con uniformes inspirados en regímenes fascistas obsesionados con el orden, los cuales se combinan con elementos salidos de la “democracia” occidental, mesas de juntas de un claro sentido empresarial.
Los interiores de la “Estrella de la Muerte” están inspirados en cintas bélicas como “Los cañones de Navarone”, con pasillos que recuerdan a un buque naval o al de un submarino nuclear, tópicos que se popularizarían más tarde por la presencia de la Guerra Fría.
El vestuario de las tropas del “Imperio” se enfoca en la intimidación, mediante el anonimato de sus identidades y la repetición inagotable de sus fuerzas. Está inspirada en la policía antidisturbios, en un estado que persigue y encarcela a sus propios ciudadanos.
Los pasillos son un recurso ampliamente utilizado por el equipo de diseño para agregar profundidad a la imagen, extendiéndose hacia el infinito o curveando y desapareciendo ante la cámara, una especie de laberinto industrial donde los héroes están atrapados.
La técnica de pintura sobre vidrio, hoy desplazada por los efectos digitales, ofrecía al espectador escenarios imposibles de filmar y que desafiaban toda lógica. Lucas reconoció en ellos la oportunidad de llenar los huecos que el presupuesto limitado le impedía realizar.
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La Estética de la Maquina y el Rostro de un Imperio Después de la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo tecnológico, junto con su alto nivel de fabricación y acabado exacto se vio frenado drásticamente por su conexión con ideologías incomodas. Se le asociaba hacia los regímenes fascistas y con un mundo obsesionado por la guerra. En lugar de aspirar a una estética industrializada, las máquinas de los años 50's y 60's adoptaron un aspecto más abstracto y minimalista, amigables a la vista, de colores vistosos y hasta cierto punto de vista ridículos y caricaturescos, los cuales dictaron el tono del cine de ciencia ficción de la época. Conforme avanzo la década de los años 60's esta estética se nutrió de la imagen de la edad atómica y de la ingeniería espacial, con superficies laminadas y metálicas, pero sobre todo de la utilización del plástico con formas orgánicas y ambientes asépticos. La tecnología se convertía cada vez más en un elemento de fantasía que en uno de la vida real. Pero mientras que el público se mostraba reticente, Lucas por su parte no se cuestionaba si las maquinas debían ser parte de la vida cotidiana, sino en las maneras en que debíamos coexistir con ellas. Dentro de su “Star Wars” podemos observar como los personajes conviven con gran naturalidad en ambientes industrializados y altamente tecnológicos. Dependen de ellos no solo para realizar sus grandes hazañas, sino como un medio intrínseco para su supervivencia. Las maquinas se convierten en una extensión de su personalidad y de sus acciones, al grado de ser fácilmente reconocibles ante la sola presencia de las mismas. Para darle rostro a su Imperio, Lucas imagino un mundo del mañana dominado por un minimalismo de formas geométricas y de bordes duros. Lo retrata mediante una paleta de colores blanca, negra y gris, la cual se opone a un mundo rebelde sucio y oxidado, caótico y donde aún prevalece la diversidad de color. La propia “estrella de la muerte” refleja su interés por las mega estructuras planteadas en la época, una construcción modernista que mediante la uniformidad intenta infundir miedo y control sobre el resto. Su programa visual se desprende de a lo que las grandes audiencias estaban acostumbradas. Sus diseños están elaborados a partir de la repetición de una pieza modular, la cual varía en escala y posición. Se tratan de obras de arte cuya naturaleza es fantástica y que si bien son percibidos como elementos cotidianos como una puerta o una mesa, se trata de objetos de abstracción intelectual y salidos de la mente de un gran genio. Ra87
Si hay un centro brillante del universo, te encuentras en el planeta mas alejado de este.
El Camino a Star Wars En el año de 1971 tras haber estrenado la cinta “THX 1138" con buenas críticas, George Lucas consiguió la aprobación de dos largometrajes más de parte de “Universal Studios”, con la cual entrenaría en 1973 “American Graffiti”. Meses después realizaría los primeros esbozos de una space opera que titularía como “The Star Wars” inspirada en la cinta de Akira Kurosawa “La Fortaleza Escondida”. Lucas tenía planeado originalmente llevar al cine las aventuras de Flash Gordon, pero no pudo costear por aquel entonces sus derechos por lo que prefirió un camino alternativo. Los primeros esfuerzos de guion fueron rechazados por parte de “Universal”, dejándole sin posibilidades de financiación. Tras casi dos años de trabajo en el guion, Lucas se acerco a la “20 Century Fox” con quien negocio por largo tiempo la posibilidad de llevar su idea a la pantalla. Renuncio a grandes salarios a cambio del control mercantil de su producto y se vio obligado a seguir pautas inapropiadas a la hora del rodaje, como su traslado a Londres donde experimento un ambiente hostil y de poco respeto. Las locaciones exóticas en Túnez y Guatemala, provocaron una gran mella en la salud del director y sus compañeros de profesión vaticinaban un gran desastre, el cual afortunadamente se convertiría en todo lo contrario.