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JENNY CARRASCAL - Tomsk (Siberia - Rusia

JENNY CARRASCAL

Tomsk - Siberia (Rusia)

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Tomsk es una ciudad situada en el este de Siberia Occidental en la orilla del río Tom. Es la capital de la región de Tomsk. Hasta allá viajó Jenny Katherine Carrascal Barrientos para estudiar medicina. Terminó bachillerato en el colegio Padre Luis Variara.

Le gusta el baloncesto y en Cúcuta integró varios equipos en clubes Cazadores, Bravos y Academia. Deporte que tiene campos para la práctica e la ciudad que escogió para el desarrollo profesional.

Comenzó a estudiar medicina en la capital de Norte de Norte de Santander y permaneció en la universidad hasta cuando le contaron acerca de la posibilidad de viajar a Rusia para continuar la carrera. Tomó la decisión de viajar por consideraciones personales y por el deseo de ser libre. No le gustan los límites, por eso aceptó irse lejos para experimentar con un idioma nuevo, un país nuevo y una cultura nueva. - Para mí fue una maravilla. No me importaron los problemas. Siempre digo que el que quiere puede. Los estudiantes representan la quinta parte de la población de Tomsk, más de 117.000 del resto del mundo. Entre ellos está Jenny Kaherine.

Al principio le dio duro la adaptación al clima.

Soportó temperaturas de menos 40 grados, nada agradable para una cucuteña acostumbrada los 30 de calor. Ese cambio abrupto la impactó, pero no la amilanó. Por fortuna hacía parte de un grupo de colombianos que tomaron rumbo a lo desconocido y se ayudaron.

Lo primero fue comprar chaqueta, guantes, medias, gorro y bufanda para aguantar el invierno. En ese suplicio provocado por el frío encontró algo agradable, la nieve. Por primera vez tuvo contacto con este elemento de la naturaleza y lo disfrutó. - La nieve no es como la pintan. A menos 40 grados no se puede quitar el guante para jugar (como en las películas). El proceso de adaptación fue dándose con el tiempo y la barrera que quiso imponer el clima fue derrumbada con el deseo de progresar.

El idioma es otro de los obstáculos que aparecieron en el largo camino por la superación. Antes de viajar estudió ruso, pero al llegar comprobó que no servía de mucho para defenderse en ese mundo extraño de palabras inentendibles al escucharlas y leerlas. Al llegar se matriculó en un curso intensivo y así comenzó a darles la cara a los tomienses para entender qué decían. - A penas llegué preguntaba cómo se decía esto y aquello, descargué aplicaciones, intenté hablar solo ruso, veía películas y escuchaba música en ruso. Como ha subido el nivel del lenguaje puede hablarles a amigos y conocidos acerca de Cúcuta.

Constantemente, le preguntan sobre la ciudad de procedencia, el clima, el invierno, la gente, la cultura, la comida, el acento. Allá, tiene facilidad para visitar otros países y ha estado en China, Hong Kong y algunos de Europa. A Colombia ha venido de visita y regresa para continuar con lo que un día empezó.

En el diario vivir nota la diferencia entre los nacidos en este lado del planeta y quienes ahora tiene cerca. Los rusos, al principio, son cerrados, no se abren a la amistad. Luego, cambian de parecer. En materia de cultura el cambio es ciento por ciento. No se ven robos, ni gente malintencionada. Hay tranquilidad en cualquier lugar y en todo momento del día o de la noche. Comen demasiadas verduras y ensaladas, las frutas son costosas. Lejos del país se ha dado cuenta de lo rico que es Colombia comparado con otros. - Extraño un almuerzo con jugo natural, porque como no es clima tropical, como el de nosotros, es difícil conseguir frutas. Para calmar la depresión que ocasiona la soledad se apoya en la amistad de los colombianos con los que llegó a Rusia. Es tal el apego que los considera la segunda familia. La primera quedó en Cúcuta.

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