Equinoccio de Otoño Javier P. Biosca
Afelio y Perihelio Es sencillo y equilibrado. Lo que sí es diferente en el año es la proximidad de la tierra al sol, porque, en los días del solsticio de invierno en el norte, el sol está en su mayor proximidad con la tierra, está en su perihelio, que corresponde con el verano en el hemisferio sur. Esta proximidad con el sol da por resultado fenómenos magnéticos especiales, por lo que las personas humanas acuñaron, desde el neolítico una serie de mitos y leyendas que corresponden con ciertas creencias respecto del sol, el más allá y el destino del universo.
Rituales del equinoccio de otoño En algunos lugares del mundo, la entrada del otoño, marcada por el equinoccio, es motivo para diferentes celebraciones y ritos. Cada festividad tiene su significado.
La
mayor parte de las personas en la actualidad están muy distantes de su capacidad de percibir las cosas sencillas de la naturaleza, como lo es el movimiento de cambio en las estaciones del año. Ese tema da sentido a todos los rituales. Los de otoño son los de la cosecha. El año produce sus mejores frutos antes de comenzar a enfriar y preparar la llegada del solsticio de invierno. Dos veces al año, el sol se ubica en la vertical sobre el ecuador, en primavera y en otoño. Equinoccio significa que el día y la noche se equiparan, 12 horas para cada uno, ni más ni menos. Conforme el sol pasa hacia el sur del ecuador, los días se hacen más cortos y las noches más largas en el hemisferio norte, en tanto que en el hemisferio sur sucede lo contrario: las noches se reducen y los días se aumentan, para llegar al solsticio de verano en el hemisferio sur y al solsticio de invierno en el norte.
En México es común que un gran número de turistas se desplace hasta Chichén Itzá para presenciar el maravilloso espectáculo óptico que se produce por el efecto del sol en el Templo de Kukulkán. Chichén Itzá es un centro ceremonial maya que está construido atendiendo a los movimientos cósmicos, que los mayas tomaron en cuenta para lograr los fenómenos de luz y sombra que se producen a lo largo del día. Allí se encuentra la pirámide o templo de Kukulkán que supone uno de los mayores calendarios del mundo, asimismo es considerado Patrimonio de la Humanidad. Al complejo arqueológico maya de Chichén Itzá acuden cada año visitantes de diferentes partes del mundo a contemplar el efecto óptico que se da con los equinoccios. Durante el atardecer, las sombras se proyectan sobre las escalinatas del lado Norte, formándose siete triángulos isósceles en la pared, que parecen moverse y salir por las alfardas de las escalinatas. Entonces, el sol esboza la sombra que asemeja el cuerpo de una serpiente sobre los bordes de las escalinatas. Este acontecimiento representa el descenso del dios maya Kukulkán.
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