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IDENTIDAD es Directorio Director Lic. Javier Pulido Biosca

Editorial Buscando la Identidad

Duele ya que los habitantes de Coatzacoalcos, de Veracruz y de todo México están fuera de la conciencia de su identidad.

Asesores A esta carencia se debe que acepten modelos extranjeriLic. Isis Guillén Rasgado zantes, generando violencia cultural, que es la base de toda Biol. Santiago Torales la falta de principios que padecen las regiones.

Y hay zonas del país que carecen de opciones, pero CoatDiseño Editorial zacoalcos y el sur de Veracruz son privilegiados porque, sin Biosca Editores hacer demasiado aspaviento, se encuentra la base de toda civilización en la cultura olmeca, de la que se ha difundido Fotografía poco, pero es un buen principio.

Sergio Balandrano Casas Si Coatzacoalcos consigue dar un lugar en su conciencia para que se conozca el mundo olmeca, y tiene que hacerse Suscripciones por todos los medios, como conseguir un museo con las 921 144 0205 piezas emblemáticas localizadas al hacer las excavaciones del túnel sumergido. Pronto debe darse esta fuerza al pueCorreo blo de Coatzacoalcos para que deje de flotar en la pérdida identidad0419@gmail.com de rumbo y se arraigue en su identidad.

Contenido La Escollera de Coatzacoalcos. 4 Aves de la Región Sur. 8 El Agua, Origen de la Vida. 10 Importancia de las Dunas 11

Playero piuiui Cortesía de Christoph Neger.

Historia

La Escollera de Coatzacoalcos Obra que cambió la historia Javier Pulido Biosca Identidad–es Con un núcleo de bloques de hormigón de más de 10 toneladas, es capaz de dar cauce a los más de 28 metros cúbicos por segundo que tiene el caudal del Coatzacoalcos Para que Coatzacoalcos se convirtiera en uno de los más importantes puertos del país, con 29.6 millones de toneladas operadas durante 2019, tuvieron que pasar muchas cosas, que sucedieron desde 1519, año en que Hernán Cortés llegó por vez primera a la región.

El más importante de estos acontecimientos fue la construcción de las escolleras en la desembocadura del río Coatzacoalcos.

Algo de historia Desde el siglo XVI, cuando Sebastián Vizcaíno logró trasladar por el istmo mexicano varios cañones provenientes de La Habana y con destino a Manila, opera el corredor interoceánico.

Esta ruta se operó por varias ocasiones, lo que llevó a que se construyera un camino a lo largo de los más de 300 kilómetros que tiene el istmo mexicano, desde Coatzacoalcos hasta Tehuantepec.

Fue un corto lapso, bajo el gobierno del Virrey Gaspar Zúñiga de Acevedo y Velasco, de 1595 a 1603, en que operó la ruta interoceánica con beneficio para la Corona española. Después, el virrey Juan número 8.

de Mendoza y Luna, permitió que ese tránsito se hiciera, pero, para 1607, el virrey Luis de Velasco II toma el poder por segunda vez y, dado que sus haciendas producían mulas para tiro en las casas de posta, decidió que ese tráfico del golfo al Pacífico se hiciera por la ruta del camino real de Veracruz a México y de México a Acapulco, donde proveía de los animales de tiro.

No obstante, el camino de Coatzacoalcos a Tehuantepec permaneció con buen mantenimiento.

El siglo XIX El México independiente marcó una nueva percepción de estas rutas y la problemática del calado en la barra de Coatzacoalcos seguía siendo cada vez más notoria dado el crecimiento de las embarcaciones.

El virrey Gaspar Zúñiga de Acevedo

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Ya en 1777, con la intención de construir varios astilleros dentro del programa de defensa de Carlos III de Borbón, duque de Parma, se hizo un levantamiento de la costa de México, así como de los principales caminos. El astillero de Coatzacoalcos construyó tres barcos, el Terreros, financiado por Pedro Romero de Terreros, el Santa María, financiado por la Diócesis de Puebla y el Nueva España, pagado con colaboraciones de ciudadanos de Puebla y Oaxaca.

Pero las dificultades del calado en la barra del Coatzacoalcos obligaron a que fueran construidos y arbolados en Coatzacoalcos, pero artillados en La Habana. Fue suspendida entonces la operación del astillero este puerto hasta que se pudiera resolver el asunto del calado en el delta del río. Los españoles carecían de tecnología para lograr que los sedimentos dejaran de depositarse y fijaran el canal de navegación en un área fija.

El calado, que llegaba a dos brasas (4 metros) en la desembocadura era insuficiente, pero ya río adentro

llegaba a tener de 6 a 8 brasas, de 12 a 16 metros.

Con esas dificultades resultaba imposible el acceso de las embarcaciones mayores ya que el canal se movía de manera inesperada y los relatos de viajeros cuentan cómo el piloto encallaba, incluso cuando había hecho las mediciones correctas antes de acercarse al barco que había de ingresar.

El éxito de la construcción de la escollera en la desembocadura del Misisipi en 1891 impulsó a que otros constructores aprovecharan esta tecnología, sencilla, pero que surge con el uso del hormigón armado, las dragas mecánicas y las grúas de cada vez mayor tonelaje, acompañadas del uso de plataformas ferroviarias capaces de transportar grandes rocas.

Las escolleras de Coatzacoalcos Cuando la compañía Samuel Pearson & Son. hace trato con el gobierno de Porfirio Díaz, primero para la construcción del Canal del Desagüe en la ciudad de México, después la prevención de inundaciones y la habilitación de muelles en Veracruz, también hace trato para resolver el problema del calado en el puerto de Coatzacoalcos, para lo que envía al representante John Body, acompañado de algunos oficiales que habían trabajado ya en Veracruz, como Hilario C. Salas.

Al ver el caudal del Coatzacoalcos, con sus más de 28 metros cúbicos por segundo y aguas que bajan a casi 4 nudos de velocidad y un ancho en la desembocadura de poco más de un kilómetro, se dan cuenta los técnicos de aquella época que la obra de ingeniería sería de gran dimensión y exigencia: construirían dos escolleras de más de mil metros de longitud, sobre terreno arenoso y acarreos provenientes del nudo mixteco y traídos por más de 300 kilómetros por dos ríos principales que suman muchos más y que se juntan a pocos kilómetros de la desembocadura, el Coatzacoalcos y el Uxpanapa.

La obra comenzó en 1899 y, para 1905 casi estaban construidas las dos escolleras, cuyos detalles finales fueron inaugurados por el presidente Porfirio Díaz en 1907, cuando se hizo acompañar del propietario

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de la empresa Samuel Pearson & Son en la segunda visita que hiciera a Coatzacoalcos Weetman D. Pearson, lord Cowdray.

La técnica novedosa En la época en que se implementó esta tecnología, era novedoso el uso del hormigón armado para efectuar las grandes construcciones que no habían sido posibles antes del uso de estos materiales.

Grandes bloques, con un peso de 10 toneladas, fueron colocados como “alma” de cada escollera. Eran transportados en furgones y colocados mediante una grúa de marca “Titán”, que tenía una pluma larga capaz de levantar los bloques que eran puestos de tal manera que sobre ellos se pudiera tender la vía para pasar con la grúa y colocar nuevos bloques y así avanzar y consolidar el núcleo de la escollera.

Después se colocó un forro de piedra para proteger el núcleo con rocas de 5 a 8 toneladas que eran traídas por ferrocarril desde el cañón de Malatengo, en el estado de Oaxaca.

La cabeza de la escollera tenía la misma condición constructiva, con enormes rocas de cerca de 10 toneladas. No existía en esa época la tecnología de los tetrápodos, que se comenzó a usar en el país hacia los años 1960s.

Las dos escolleras forman entre sí un ángulo de cerca de 60 grados, lo que les permite dar forma al enorme caudal, que es aprovechado así para que

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los sedimentos no se queden en la bocana, sino que salgan mar afuera para evitar que haya que tener un dragado constante.

Para que esto fuera posible se dragó una enorme rada que obliga a las aguas del río a detenerse y salir con más presión entre las escolleras.

Cabe recordar que hasta hace poco todavía se podía ver en el núcleo de la escollera la vía que se usó para instalar este núcleo y las piedras que le protegen. Hoy en día, las modernas técnicas de construcción permiten que las labores de mantenimiento se hagan desde pangas o chalanes flotantes y se usan tetrápodos de más de 20 toneladas para enfrentar el golpe de las aguas en las cabeceras de las escolleras.

Aún así, cuando la fuerza de los vientos del norte y la mar embravecida se extreman, hasta los enormes tetrápodos son movidos y fragmentados por los golpes.

Derecha: Grúa "Titán" operando en la escollera.

Foto C.B Waite. AGN Aves de Coatzacoalcos

Medio Ambiente

Playero piuiui

“Lo que me impresiona de esta ciudad es la gran

diversidad de ecosistemas con los que cuenta, algo muy poco común”, afirmó el geógrafo ChristophNeger, quien es investigador independiente en la región sur de Veracruz.

Coatzacoalcos “tiene a su alrededor muchos ecosistemas diferentes: la playa con las dunas, la laguna del Ostión que tiene manglares, el río Coatzacoalcos y todo este sistema del río, con pequeñas lagunas, el pantano y también una parte de selva, que se encuentra alrededor de Jaguaroundi” –abundó.

“A pesar de ser una ciudad cuenta con una gran diversidad de especies, por ejemplo, de mariposas, solamente en Jaguarundi se han registrado más de 200 especies”.

Respecto de las aves, de las que el geógrafo Neger es un aficionado a fotografiar, dijo que “se han registrado un poco más de 140 especies. tan solo en Jaguaroundi pero podría haber muchas más”.

Explicó que en un día de observar aves, entre playa y selva es fácil ver de 60 a 70 especies distintas, entre aves migratorias y residentes. Esto es algo poco común, “a Coatzacoalcos le beneficia la existencia de humedales y la cercanía del mar”, donde siempre hay más diversidad. Agregó la apreciación de que en las áreas tropicales siempre es donde más biodiversidad hay.

“Creo que esto es algo que muy poca gente aquí lo sabe, poca gente aquí lo aprecia realmente, pero eso es algo que tiene un gran potencial”. Indicó que es importante llevar a los niños a que observen número 8.

las aves. Cuando las ven se fascinan y dijo “esto es importante para enseñarles a amar la naturaleza”.

Esto es importante para que tengan una valoración de la vida. “Sobre todo, Coatzacoalcos está ahora en una crisis desde muchos aspectos, incluido el ambiental, y esto podría ayudar a mejorar las cosas”.

Destacó la importancia de conocer la identidad natural de esta ciudad y sus ecosistemas y es importante hacer difusión para que la gente conozca y valore lo que tiene.

Coatzacoalcos también tiene la ventaja de estar cerca de otros lugares, por ejemplo, de la sierra de Los Tuxtlas, a donde hay varios paraísos indígenas

Zarapito pico largo

Pelícano blanco

Aves de la Región Sur

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Charrán real Garza pico de bote

y donde también hay varias reservas y centros comprometidos con la conservación de la naturaleza. Dio a conocer que, “especialmente hay una asociación dedicada a la observación de aves, que se llama Huilotl Toxtlan. Consiste de personas de comunidades rurales que están altamente capacitadas en la observación de aves”. Insistió en que no es necesario salir de Coatzacoalcos para apreciar una gran riqueza natural y muy recomendable que se haga.

Invitó a los lectores de Identidad–es a que se acerquen a la playa para observar las aves, guardando cierta distancia para evitar espantarlas y que visiten los lugares donde ya hay la infraestructura adecuada para hacerlo, como Jaguaroundi y que se siga trabajando para que cada vez haya más personas con ese interés.

Mencionó que Minatitlán también tiene muchos de esos atractivos naturales.

Fotos cortesía de Cristoph Neger.

Artes El Agua, Origen de la Vida Es el título de este mural pintado por Diego Rivera

en el Cárcamo de Dolores, en Chapultepec.

La segunda sección del Bosque de Chapultepec guarda, desde los años 50’s, un complejo hidráulico crucial para la ciudad de México y curiosamente no tan conocido. El Cárcamo de Dolores se construyó justo en el fin del recorrido del túnel Atarasquillo, pasaje acuoso por donde se conduce el río Lerma para abastecer de agua a la Ciudad.

Como un grandioso homenaje al agua, este edificio fue diseñado por los artistas Ricardo Rivas, Diego Rivera y Ariel Guzik –en cofradía con su ingeniero, Eduardo Molina Enríquez– de manera que pudiera tenerse una creación de arte público mediante un mural y una fuente que celebran el uso del agua en la cultura mexicana.

En este espacio se encuentra el edificio del arquitecto Rivas, la mágica fuente de Tláloc diseñada por Rivera, la Cámara Lambdoma de Ariel Guzik y uno de los murales más espectaculares proyectados por Diego Rivera titulado: El agua, el origen de la vida.

El mural se puede apreciar dentro del túnel que conduce a un tanque ubicado en el centro del edificio. Aquí es por donde entraban las aguas provenientes del Sistema Lerma hacia los tanques, punto simbólico al que se atribuyó un contexto metafórico muy bello por medio de esta extraordinaria pintura a escala.

Tanto el túnel como las cuatro caras del tanque de almacenamiento y el piso fueron pintados, de manera que se puede apreciar una espectacular historia sobre el elemento vital en su totalidad, representado a través de motivos prehispánicos muy al estilo del pintor. A decir de Diego Rivera, se trata de una suma sintética y expresiva de las funciones humanas del agua, “un elemento de número 8.

unión y amalgamamiento entre la máquina que es el edificio y la sociedad humana que lo utiliza”.

Una de las metáforas más hermosas que corren por esta pintura subacuática es precisamente la parte del suelo, donde se encuentran dibujados microorganismos sobre franjas multicolor que culminan en formas estilizadas, tales como chalchihuites, mimetizando la representación de cuerpos de agua en los códices prehispánicos. El proceso evolutivo de los microorganismos, según Rivera, da origen a la vida, formando especies vegetales y animales de la que se desprenden dos figuras antropomorfas a la izquierda y derecha del tanque que emergen del agua: uno es un hombre de raza negra en el muro sur y una mujer de raza oriental en el norte.

Ya que por este conducto correría el agua, los ingredientes que se utilizaron para la realización de este mural subacuático tuvieron que probarse en laboratorios para asegurar la durabilidad de la pintura.

Conociendo la trascendencia del dios del agua Tláloc para las culturas mexicanas antiguas –y no solo como dios sino como energía vital para el ser, fertilidad, conexión con el origen y camino o conducto al más allá–, es de vital importancia para todo mexicano conocer este espacio. (Ver Contraportada)

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Importancia de las Dunas Las dunas en la zona costera del golfo de México han sido devastadas en gran medida, trayendo con esto pérdida de hábitats con una rica diversidad biológica de flora y fauna que va desde mamíferos: coyotes, armadillos, mapaches, pequeños reptiles y una gran variedad de insectos y aves. Por ello, es importante concientizar acerca de la protección y restauración del sistema de dunas para mitigar los efectos de las tormentas y con ello evitar una problemática mayor que afecte a las zonas urbanas.

Por otro lado, el golfo de México es paso de aves migratorias, algunas especies solo pasan por nuestro país, sin embargo, tienen áreas de descanso y alimentación en las que se mantienen por periodos cortos para después seguir con su trayecto migratorio, mientras que otras se quedan una temporada prolongada, por lo que al ir desapareciendo las dunas ponemos en riesgo a las diversas especies que habitan en ella y a las aves migratorias. He aquí que debemos ser conscientes de hacer todo lo posible por conservar los ecosistemas de las zonas costeras.

Otras especies protegidas a nivel internacional son las tortugas marinas y que aún tenemos la fortuna de que arriben a lo largo de toda la zona costera en temporada de anidación. Con este tipo de especies, protegidas por estar en peligro de extinción, México tiene una responsabilidad enorme en el tema de conservación de especies y sus hábitats naturales.

Las Dunsa, hábitat de diversidad

Isis Guillén Rasgado

Fotos: Chorlo semipalmeado (arriba). Cortesía de Christoph Neger.

Abajo: Fotos de coyotes. Cortesía de Javier Martínez.

Diego Rivera

Mural del Agua Origen de la Vida, Chapultepec

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